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Diabetes y autocontrol Federación Internacional de Diabetes

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N Ú M E R O 
E S P E C I A L
Octubre 2009
Volumen 54 
Diabetes y autocontrol
P E R S P E C T I V A S M U N D I A L E S D E L A D I A B E T E S
See beyond HbA1c 
Discover your patients’ blood glucose patterns. Provide tailored treatment. 
The HbA1c test is the standard method used for assessing diabetes control over the last 2–3 months.1 
However, significant changes in blood glucose remain difficult to pinpoint. This makes it hard 
to keep blood glucose at recommended levels, which is shown to reduce the risk of cardiovascular 
complications.2 Encouraging your patients to test in a structured way makes it easier to capture 
more valuable information. This allows you to identify blood glucose patterns, see beyond HbA1c, 
and provide more specific treatment.3
To find out how Accu-Chek® systems help you understand your patients’ blood glucose 
patterns, visit www.accu-chek.com
References: 
1. Jeffcoate SL. Diabetic Medicine. 2004 (21): 657–665.
2. The DECODE Study Group. Arch Intern Med. 2001; 161: 397–404. 
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Roche Diagnostics GmbH
D - 68298 Mannheim
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N Ú M E R O 
E S P E C I A L
Octubre 2009
Volumen 54 
Diabetes y autocon
trol
P E R S P E C T
I V A S M U N
D I A L E S D
E L A D I A
B E T E S
P U N T O S D E V I S T A
El gran despertar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2
Martin Silink
La necesidad de conocerse 
a uno mismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3
Helmut R Henrichs
D I F I C U L T A D E S Y 
O P O R T U N I D A D E S
Obstáculos para el autocontrol 
en personas afectadas por una 
enfermedad crónica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5
Michael Vallis 
Aprender de quien ya aprendió: 
convertir la esperanza en acción. . . . . . . . .9
Alan Glaseroff
Dificultades para el autocontrol 
diabético en países en vías de 
desarrollo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .12
Xavier Debussche, Maryvette Balcou-
Debussche, Stéphane Besançon, 
Sidibé Assa Traoré
I M P L I C A C I O N E S P A R A L A 
P R Á C T I C A C L Í N I C A
Automonitorización de la glucemia 
en personas con diabetes tipo 2: 
la necesidad de entender mejor. . . . . . . .15
Andrew Farmer
Guía de la FID para la automoni-
torización de la glucemia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .19
Educación y apoyo para el 
autocontrol diabético: la clave 
de la atención diabética. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20
Martha Funnell
Mejorar el autocuidado en jóvenes 
con diabetes: la importancia de la 
autoeficacia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .24
Shelagh Mulvaney
Afrontar la diabetes y el 
autocuidado: perspectiva de un 
adolescente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .28
Adam Elliot
I N I C I A T I V A S Y 
N U E V O S E N F O Q U E S
Terapia de enfoque conductual 
para el autocontrol: el Programa 
Flinders. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30
Sharon Lawn, Malcolm Battersby, 
Peter Harvey, Rene Pols, Arlene Ackland
Participar en una visión compartida 
del autocontrol: el enfoque WISE. . . .33
Anne Kennedy
Algo más que una terapia: cuando 
pacientes y proveedores sanitarios 
comparten protagonismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .36
Benedetta Barabino, Marcos Malavia, 
Jean-Phillipe Assal
El arte como proceso de desarrollo 
para personas con una afección 
crónica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .40
Tisziana Assal 
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
Índice
FID | Promoción de la prevención, 
la atención y la cura de la 
diabetes en todo el mundo
Diabetes Voice es una publicación 
trimestral y está disponible en línea en 
www.diabetesvoice.org
Redactor Jefe
Helmut R Henrichs, Alemania
Redactora General
Catherine Regniers
catherine@idf.org
Redactor
Tim Nolan
tim@idf.org
Maquetación e impresión 
Luc Vandensteene
Ex Nihilo, Bélgica
www.exnihilo.be 
Equipo asesor 
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Patricia Fokumlah, Camerún
Attila József, Hungría
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La correspondencia, así como cualquier solicitud 
de espacios publicitarios, debe enviarse a la 
Redactora General:
Federación Internacional de Diabetes 
Chaussée de la Hulpe 166 
1170 Bruselas – Bélgica
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Fax: +32-2-5385114
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Es una traducción del original inglés. 
También se publica en francés y ruso. 
© Federación Internacional de Diabetes, 2009 
Todos los derechos reservados. Esta publicación no se podrá 
reproducir ni transmitir en modo o medio alguno sin el permiso 
expreso de la Federación Internacional de Diabetes (FID). 
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publicaciones de la FID, debe dirigirse a: 
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o por correo electrónico a communications@idf.org.
Las opiniones que se expresan en los 
artículos pertenecen a los autores y no 
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los puntos de vista de la FID.
ISSN: 1437-4064
© Federación Internacional de Diabetes, 2009 
Foto de portada © Istock
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
Puntos de vista2
En 1989, se presentó ante la Asamblea Mundial de la 
Salud la prueba de que la diabetes estaba creciendo en 
proporciones epidémicas y que la prevalencia estimada 
en el mundo para 1985 era de 35 millones. Esto fue el 
origen de muchas Resoluciones de la Asamblea Mundial 
de la Salud que trataban sobre la necesidad a nivel 
mundial de prevenir la diabetes y otras enfermedades 
no contagiosas. A pesar de las buenas palabras, pocos 
fueron los hechos y la OMS, los gobiernos, las agencias 
de donantes bilaterales y las organizaciones filantrópicas 
apenas asignaron recursos a este problema.
Por lo que respecta a la ONU, el inicio del milenio actual 
vino marcado por un ambicioso conjunto de objetivos 
para el desarrollo: los Objetivos de Desarrollo del Milenio 
(ODM), que definen una serie de metas a alcanzar para 
2015. Para nuestro desencanto, los ODM relacionados con 
la salud olvidaron incluir las enfermedades no contagiosas.
 
Al mundo le ha llevado bastante tiempo darse cuenta de 
que el 80% de la carga de diabetes y demás enfermedades 
no contagiosas recae sobre el mundo en desarrollo y no 
en el desarrollado. Un informe hito de la OMS de 2008 
sobre los determinantes sociales de la salud destacó el 
vínculo entre desventaja social y mala salud. Este vínculo 
es aplicable tanto en el mundo en desarrollo como en 
el ya desarrollado. Esto se vio ratificado por el reciente 
informe de Diabetes UK, que presentó pruebas de que 
las personas más pobres son quienes se enfrentan a los 
mayores riesgos por la diabetes. En el RU, las personas 
pobres tienen una probabilidad 2,5 veces mayor de 
desarrollar diabetes tipo 2 que la media del país y los 
miembros más pobres de la sociedad también tienen una 
probabilidad del doble de desarrollar complicaciones 
discapacitadoras y potencialmente fatales que las familias 
menos necesitadas. Losdatos procedentes de otros países 
desarrollados muestran tendencias similares.
Un informe del RU indica que la necesidad va vinculada 
a una alta prevalencia de factores de riesgo (obesidad, 
inactividad física, dieta insana, tabaquismo, mal control 
de la tensión arterial) de diabetes y otras enfermedades 
crónicas. Este número de Diabetes Voice refleja el reco-
nocimiento de la FID de los elementos comunes (factores 
de riesgo y problemas sanitarios) de la diabetes y otras 
enfermedades no contagiosas, como muchos tipos de cán-
cer, la enfermedad cardíaca y las afecciones respiratorias.
La necesidad de acción contra las enfermedades no con-
tagiosas es de la máxima urgencia, si tenemos en cuenta 
el impacto que tiene la edad avanzada sobre todos los 
aspectos de la prevención y el control de enfermedades 
crónicas. Un informe reciente de la oficina del censo de los 
EE UU, destaca el cambio de la población mundial que ya 
está provocando cambios sociales y económicos en todo 
el mundo. Por primera vez, la proporción de población 
mundial de 65 años o más está a punto de superar a la 
de niños por debajo de cinco años.
Un hallazgo clave de este informe es que este envejeci-
miento de la población en general, que hasta hace poco se 
consideraba un fenómeno del mundo desarrollado, afecta 
cada vez más a los países más pobres. Hasta mediados 
del 2008, más del 80% del aumento de personas mayo-
res al año se daba en los países en vías de desarrollo. 
Para 2040, más de 1.000 millones de personas de 65 
años o más (el 76% de la población mundial) vivirá en 
países pobres.
La Federación Internacional de Diabetes ha unido sus 
fuerzas a las de la Federación Mundial del Corazón 
(FMC) y la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC) 
para aportar una voz más fuerte y unida que pida a la 
OMS y la ONU que emprenda acciones inmediatas con-
tra las enfermedades no contagiosas. Por primera vez, 
el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas 
(ECOSOC) ha incluido las enfermedades no contagiosas 
(y, concretamente, la diabetes) en su reciente Declaración 
Ministerial de Alto Nivel. Con mayor insistencia, los de-
fensores de alto nivel piden que se convoque una sesión 
especial de la ONU sobre enfermedades no contagiosas 
y su inclusión en los ODM. Sin duda alguna, el mundo 
se está despertando y dándose cuenta.
El gran despertar
Martin Silink 
es Presidente 
de la FID. Es 
Catedrático de 
Endocrinología 
Pediátrica en la 
Universidad de 
Sydney y en el 
Hospital Infantil 
de Sydney 
(Australia).
Puntos de vista 3
En términos sencillos, cuando hablamos de autocontrol de 
una enfermedad crónica nos referimos a las acciones que 
las personas con una enfermedad a largo plazo llevan 
a cabo a fin de controlar su afección, su tratamiento y la 
prevención de las complicaciones derivadas. Tal y como 
Michael Vallis indica en este número especial, la diabetes 
es posiblemente el campo en el que el modelo de auto-
control se ha desarrollado e implementado con más rigor.
Desde el punto de vista de la persona con diabetes, el 
autocontrol diario implica la toma constante de decisiones: 
cuándo, qué y cómo comer, por ejemplo; cuándo y cómo 
realizar ejercicio físico; qué elementos llevar consigo per-
manentemente. Éstas, entre muchas otras, se repiten hasta el 
infinito, durante todo el día, todos los días. La persona tam-
bién debe tomar otro tipo de decisiones, menos frecuentes 
pero extremadamente importantes, como las relativas a la 
elección de terapia y del enfoque general de su tratamiento. 
Todas ellas conforman el autocontrol diabético, una tarea 
muy compleja que es de importancia crítica a la hora de 
conseguir objetivos metabólicos y demás resultados.
Es fundamental que haya una educación que ayude a llevar 
este tipo de autocontrol. La educación para el autocontrol 
diabético debe preparar a las personas con diabetes para 
adoptar decisiones documentadas que pueden influir sobre 
su calidad de vida y, de hecho, su esperanza de vida. En 
su artículo (así como en la bibliografía que lo acompaña), 
Martha Funnel presenta pruebas de que la educación dia-
bética sirve para mejorar los resultados clínicos y la calidad 
de vida, a menos a corto plazo. Describe la evolución de la 
educación para el autocontrol diabético, desde las presen-
taciones didácticas primarias hasta modelos más teóricos 
basados en la capacitación. Aunque insiste en que no existe 
un enfoque educativo “mejor” que los demás, afirma que 
los programas que incorporan estrategias conductuales y 
psicosociales demuestran mejorar los resultados.
Los problemas conductuales y psicológicos, así como los 
medioambientales y sociales que dificultan un buen autocon-
trol se resumen en el informativo y práctico artículo de Vallis 
sobre los obstáculos que dificultan un buen autocontrol. Los 
problemas motivaciones surgen como factor clave en la 
capacidad de la persona para lograr con éxito los cambios 
conductuales necesarios para controlar su afección. Y, tal y 
como nos recuerda Vallis, la motivación es algo muy deli-
cado. Para nosotros, como proveedores sanitarios, una de 
nuestras principales dificultades es motivar a las personas 
con diabetes para que consigan modificaciones terapéuticas 
constantes de su comportamiento. Vallis nos ofrece un útil 
resumen de los distintos factores implicados y ofrece un 
modelo práctico para ayudar a la persona a determinar 
su propia disposición a realizar cambios de estilo de vida. 
En varios artículos se llega a la conclusión de que nosotros, 
los profesionales sanitarios, también debemos adoptar 
una transformación continua respecto al autocuidado. 
En nuestro caso, se está produciendo más en el campo 
profesional que en el estilo de vida. Para lograr el cam-
bio de paradigma de la percepción de nuestro papel 
dentro de la atención diabética moderna, que hemos 
mencionado en distintas editoriales de Diabetes Voice a 
lo largo de los últimos siete años, más o menos, también 
se necesita educación y apoyo. Aceptar que la persona 
con diabetes es, de hecho, la principal responsable de 
la toma de decisiones en relación a su tratamiento, y 
renunciar a nuestro antiguo poder de mando, exigirá un 
aumento de la autoconcienciación y grandes dosis de 
empatía. Como mínimo, deberíamos leer el artículo de 
Alan Glaseroff, en el que nos habla de su labor de escu-
cha activa y aprendizaje de las personas con diabetes.
Dos artículos procedentes de Suiza defienden que las tera-
pias “alternativas” y creativas, basadas en el arte, pueden 
ofrecer un escenario (literalmente, en el caso del artículo 
de Benedetta Barabino, Marcos Malavia y Jean-Philippe 
Assal) de aprendizaje y entendimiento mutuo entre personas 
con diabetes y proveedores sanitarios. Estos programas, 
aparentemente desenfadados, en realidad encierran unos 
objetivos muy serios y parecen servir como añadido eficaz 
a la educación para una amplia de personas afectadas 
por o que trabajan en el campo de la diabetes.
La necesidad de conocerse 
a uno mismo 
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
Helmut R Henrichs 
es catedrático de 
medicina interna 
y diabetólogo. 
Fundó el Centro 
de Diabetes 
Quakenbrück y el 
grupo de estudio 
alemán sobre 
Tecnología y 
Diabetes, y trabajó 
como presidente 
de la Asociación 
Alemana de 
Diabetes y la 
Unión Alemana 
de Diabetes.
www.worlddiabetesday.org
ciclismo
30 minutos de ejercicio diario puede reducir en un 40%
su riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
ENTIENDA LA DIABETES TIPO 2
REDUZCA EL RIESGO
Andar a
paso ligero 
bailar
nadar
La diabetes puede afectar a cualquiera. 
Si no se trata es mortal.
14 noviembre
Los proveedores sanitarios en diabetes no son ajenos al modelo de autocuidado. De hecho, 
podríamos decir que la diabetes es el campo en el cual el modelo de autocontrol se ha 
desarrollado e implementado más a fondo. El matrimonio entre atención clínica experta y 
autocuidado es una unión ideal y un objetivo cada vez más habitual. Es una metaexcelente, 
que muchos pueden alcanzar. Pero existe una serie de obstáculos sistemáticos que dificultan 
el autocontrol. Sin embargo, éstos se pueden identificar y utilizar como un “mapa de 
carreteras” para alertar a las personas sobre los problemas más frecuentes y orientarlas 
hacia soluciones efectivas. Michael Vallis nos ofrece un resumen de los obstáculos más 
extendidos en el autocuidado y sugiere una fórmula para estimular un aumento de la 
motivación para el autocontrol entre las personas afectadas por una enfermedad crónica.
Podemos clasificar los obstáculos para el 
autocontrol de una enfermedad crónica en 
tres amplias categorías según su origen: 
en el individuo, en las relaciones y en 
el entorno. 
Obstáculos para el 
autocontrol en personas 
afectadas por una 
enfermedad crónica 
Michael Vallis
Obstáculos basados en el individuo 
El autocontrol tiene muchas ventajas. 
Coloca el control en manos del individuo 
y puede ser una gran fuente de autoeficacia 
y autoestima, aparte de ser un medio eficaz 
para mejorar las experiencias con los sín-
tomas, la capacidad funcional y la calidad 
de vida. Ésta es la parte positiva. La ne-
gativa es que el autocontrol puede resultar 
difícil. Una serie de obstáculos sistemáticos 
5Dificultades y oportunidades
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
pueden surgir del individuo: motivaciona-
les, conductuales o emocionales. 
Obstáculos motivacionales
Saber que un comportamiento concreto es 
bueno para uno mismo es una cosa; saber 
cómo comprometerse a llevar esta conducta 
es otra y, de hecho, conseguir mantenerla 
a largo plazo otra completamente distinta. 
Parece que muchos de nosotros estamos 
preparados para participar en oleadas a 
corto o medio plazo de comportamiento 
positivo para la salud, pero que nos cuesta 
mantener este comportamiento a largo pla-
zo. Esto resulta desafortunado, ya que las 
pruebas sugieren que una conducta sana, 
incluso en pequeñas cantidades, puede 
tener unos efectos positivos notables sobre 
la salud si se mantiene a largo plazo.1 
Con el fin de implicarse en una conduc-
ta que promueva la buena salud a largo 
plazo, las personas necesitan estar moti-
vadas. Pero la motivación es complica-
da. Los proveedores sanitarios tienen un 
importante papel que jugar a la hora de 
ayudar a las personas con una afección 
crónica a encontrar motivaciones que ten-
gan sentido, descubiertas por ellas mismas. 
Mediante el uso de una serie de preguntas, 
un proveedor sanitario puede ayudar a 
una persona a encontrar el tipo adecuado 
de motivación. 
“ Las personas necesitan saber si están listas 
para actuar y entender 
las razones de su 
disposición o de la 
ausencia de la misma.
”Además, es importante determinar la dis-
posición de una persona a comenzar a 
cambiar de conducta. Las personas nece-
sitan saber si realmente están dispuestas 
a actuar y comprender las razones para 
esta disposición o la ausencia de la misma. 
Muchos de nosotros pensamos que estamos 
listos cuando, de hecho, lo que queremos 
es eliminar el problema. Esto podría no 
significar necesariamente que estemos de-
seando hacer todo el trabajo necesario 
para conseguir el objetivo. El siguiente 
enfoque puede ayudar a determinar la 
disposición de actuar de una persona:
 ¿Considera que X (la conducta no salu-
dable) es un problema?
 ¿Le angustia X?
 ¿Está usted interesado en hacer algo por 
cambiar X?
 ¿En este momento está usted preparado 
para actuar?
 Sus respuestas a estas preguntas le 
ayudarán a determinar su disposición 
a actuar. 
Ya que muchas personas se basan en prin-
cipios, la motivación para una conducta a 
largo plazo se ve aumentada si la pregunta 
Para las personas con una afección crónica, una buena relación con los proveedores sanitarios puede 
ser de gran ayuda a la hora de promover la autoeficacia.
6 Dificultades y oportunidades
“¿Quiere usted conseguir el objetivo Y?” 
se responde de manera que refleje razo-
nes personales y con sentido. Y, ya que 
muchas personas tienden a deslizarse 
hacia el camino de la mínima resistencia 
(la alternativa no saludable a menudo va 
asociada a un placer más inmediato), la 
motivación eficaz implica la voluntad de 
tomar una decisión que pueda generar un 
placer menos inmediato. Esto significa que 
viene bien un cierto grado de tolerancia 
ante la angustia: por ejemplo, “Lo que más 
me apetece es sentarme en el sofá tras un 
duro día de trabajo, pero he decidido ir 
a dar un paseo ligero bajo la fría lluvia”. 
“ Cuando inicialmente una persona se ve motivada 
por sentimientos 
negativos, estas 
conductas se suelen 
interrumpir al comenzar 
a sentir en positivo.
”Frecuentemente, en entornos sanitarios las 
personas inician una conducta saludable 
porque, de algún modo, sienten angustia: 
preocupación, frustración, autocrítica. Los 
sentimientos negativos son motivadores 
poderosos. Pero, una vez que las personas 
han cambiado su comportamiento, dejan 
de sentirse angustiadas; en algunos casos, 
se sienten muy bien consigo mismas. Y esto 
es lo irónico: debido a que inicialmente 
se vieron motivadas por sentimientos ne-
gativos, las personas interrumpen estos 
comportamientos al comenzar a sentir en 
positivo. La motivación a largo plazo re-
quiere fuentes de motivación tanto positivas 
como negativas: “Estoy preocupado, así 
que voy a empezar; me siento orgulloso de 
mi mismo por cambiar, así que seguiré así.” 
La motivación para una conducta saludable 
puede verse ayudada por un análisis de 
las ventajas y desventajas del cambio. 
Es muy frecuente que las desventajas del 
cambio interfieran con el autocontrol a 
largo plazo. Si soy un comedor emocional 
y reduzco la cantidad que ingiero durante 
la cena, podría no ser capaz de controlar 
mis emociones tan fácilmente cuando siento 
angustia, aumentando la posibilidad de 
que vuelva a comer. Identificar las venta-
jas y las desventajas puede ayudar a las 
personas a identificar las acciones que 
necesitan emprender con el fin de evitar 
que las desventajas interfieran con la mo-
tivación para cambiar. 
Obstáculos conductuales
Una vez que una persona tiene la motiva-
ción para cambiar, su conducta se convier-
te en la protagonista principal. Hay cuatro 
pasos en la modificación de conducta que 
pueden ayudar a evitar dar dos pasos 
hacia delante y tres pasos hacia atrás. 
 Establecer objetivos: muchas personas 
se proponen objetivos que no pueden 
conseguir. Los objetivos recomendados 
son concretos, medibles, alcanzables, 
relevantes y oportunos (conocidos como 
objetivos ‘SMART’).
 Dar forma al comportamiento: muchas 
personas adoptan un enfoque de “todo 
o nada” de su comportamiento. Las prue-
bas sugieren que el éxito es más probable 
si se secuencian los objetivos SMART 
de modo que el siguiente paso no sea 
mayor que el anterior y que tan sólo se 
trabaje sobre una cantidad limitada de 
objetivos a un mismo tiempo.2,3 Este plan 
maximiza la probabilidad de que un 
experiencia de éxito venga seguida de 
otra experiencia de éxito, etc. Además, 
si el siguiente paso es tan sólo igual de 
difícil que los ya completados, aumen-
tará la confianza, la cual es un potente 
indicador de un cambio futuro.4 
 Controlar estímulos: aunque a muchas 
personas les gusta pensar que su com-
portamiento está enteramente bajo su 
control, las pruebas sugieren que mu-
chos factores, como las situaciones y las 
personas, afectan a la hora de elegir. El 
control de estímulos consiste en identificar 
las situaciones que van asociadas a las 
elecciones menos saludables y alterar 
dichas situaciones con el fin de reducir 
su influencia. Por ejemplo, si a una per-
sona le gusta comer patatas fritas, podría 
“ Lleva mucho tiempo que un comportamiento 
saludable se instaure 
permanentemente 
dentro del estilo de vida 
de una persona.
”
7Dificultades y oportunidades
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
Michael Vallis
Michael Vallis es adjunto de cátedra 
del Departamentode Psicología en la 
Universidad de Dalhousie (Canadá) y 
ejerce como psicólogo en la Autoridad 
Sanitaria del Distrito Capital de 
Halifax, en Nova Scotia (Canadá).
Bibliografía 
1 National Institutes of Health, National Heart, 
Lung, and Blood Institute. Clinical guidelines on 
the identification, evaluation, and treatment of 
overweight and obesity in adults: The evidence 
report. Obes Res 1998; 6(Suppl): S5-S210.
2 Funnell MM, Anderson RM. Empowerment 
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3 Anderson RM, Funnell MM. Compliance 
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4 Glasgow RE, Toobert DJ, Gillette CD. 
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5 Polonsky WH, Fisher L, Earles J, et al. 
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Diabetes Care 2005; 28: 626-31.
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Evidence suggesting that a chronic disease 
self-management program can improve 
health status while reducing hospitalization: a 
randomized trial. Med Care 1999; 37: 5-14.
autoimponerse una norma para no llevar 
patatas fritas a casa y comerlas tan sólo 
cuando salga, así como comprar tan sólo 
bolsas pequeñas en vez de grandes.
 Controlar refuerzos: parece ser que lleva 
mucho tiempo que los comportamientos 
saludables recién adquiridos se instauren 
dentro de la vida de una persona. Definir 
objetivos y autorrecompensarse por conse-
guirlos es una buena manera de ayudar 
a las personas a cambiar una conducta 
saludable por un estilo de vida saludable. 
Obstáculos emocionales
Existen pruebas de que la angustia emo-
cional, especialmente la depresión y la 
ansiedad, interfieren con el autocontrol.5 
Los proveedores sanitarios de diabetes 
pueden resultar de gran ayuda para las 
personas que estén experimentando angus-
tia emocional, ya que pueden ofrecer ayu-
da, así como intervenciones psicológicas 
organizadas. El bajo nivel de confianza 
en uno mismo o autoeficacia representa 
otro importante obstáculo emocional que 
dificulta un buen autocontrol.4 También 
en este caso, una relación positiva con 
los proveedores sanitarios puede ser de 
gran ayuda para estimular la autoefica-
cia (aumentar la fe de una persona en su 
capacidad de conseguir objetivos, como 
el cambio de comportamiento).
Obstáculos basados en las relaciones
No vivimos aislados. Los seres humanos 
son altamente sociables y nuestra conducta 
viene fuertemente influenciada por quienes 
nos rodean: nuestros familiares, compañe-
ros de trabajo, proveedores sanitarios. Si 
estas personas nos prestan su apoyo para 
el autocontrol, puede resultar una influencia 
muy positiva. Por las mismas razones, si 
una persona está rodeada por personas 
que no la apoyan en su autocontrol, su 
tarea resultará mucho más difícil. 
Resulta útil si una persona emplea cierto 
tiempo en identificar a las personas que 
respaldan su conducta de autocontrol y 
a las que no. Tener un plan para tratar 
con las personas que menos ayudan es 
una estrategia muy útil. Las técnicas de 
comunicación asertiva pueden resultar de 
gran ayuda a la hora de interactuar con 
personas que podrían no respaldar las 
conductas sanas de autocontrol.
“ Resulta útil identificar a quienes respaldan las 
conductas de autocontrol 
y quienes no lo hacen.
”En el caso de las personas con una afec-
ción crónica, la relación con sus provee-
dores sanitarios es clave. Las interacciones 
abiertas y de apoyo, en las cuales las per-
sonas se puedan sentir libres para hablar 
sobre sus dificultades, así como sobre los 
cambios positivos que intentan alcanzar, 
pueden ser de gran ayuda a la hora de su-
perar dichas dificultades. Pruebas recientes 
procedentes de programas de autocontrol 
de enfermedades crónicas sugieren que se 
puede mejorar el tipo de apoyo que aporta 
la relación con los proveedores sanitarios.6 
Obstáculos medioambientales
Un buen comportamiento para el autocon-
trol suele ir contracorriente dentro de una 
sociedad industrializada. En este contex-
to, ser consciente de los determinantes 
sociales de la salud resulta muy útil. En 
muchas sociedades, resulta más fácil po-
der permitirse y escoger alimentos pocos 
saludables que alimentos sanos; el medio 
ambiente urbano hace que resulte difícil 
ser físicamente activo; la necesidad de 
realizar las múltiples tareas que implica el 
estilo de vida de muchas personas hace 
que sea difícil controlar el estrés y tomar 
el tiempo necesario para el autocuidado. 
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
8 Dificultades y oportunidades
Resulta útil que las personas trabajen con 
su proveedor sanitario para identificar los 
obstáculos medioambientales que dificultan 
su autocontrol. Una planificación creativa y 
el apoyo social pueden servir de gran ayu-
da a la hora de superar dichos obstáculos. 
De vez en cuando, el médico de familia y director médico Alan 
Glaseroff entrevista a un panel de personas con diabetes 
ante un público formado por otras personas con la afección, 
profesionales de la medicina, educadores diabéticos y 
equipos clínicos. Los miembros del panel son personas que, 
tras haber conseguido superar obstáculos que al principio 
les hicieron luchar contra su afección, están deseando 
compartir su historia. Se pregunta a los miembros del panel 
sobre: su peor momento con diabetes; el modo en el que lo 
superaron en ese momento; cómo la atención médica que 
recibieron les retrasó y cómo les ayudó. Este artículo resume 
algunas de las respuestas más frecuentes y ofrece una serie 
de lecciones para proveedores sanitarios de personas que 
están aprendiendo a gestionar su afección cada día. 
Aprender de quien ya 
aprendió: convertir la 
esperanza en acción
Alan Glaseroff
¿Cuál ha sido su peor momento con 
la diabetes?
Los peores momentos de cada persona 
llegan en diversas formas y tamaños. Una 
joven madre describió el día en que le 
diagnosticaron a su hija de cuatro años 
diabetes tipo 1. El pediatra que realizó el 
ingreso le dijo que no sólo el hospital no 
sabía cómo tratar a una niña tan pequeña, 
sino que no estaba seguro de que pudiesen 
encontrar otro hospital que pudiese encar-
garse de ella. Otra mujer con diabetes 
tipo 1 y retinopatía (y un historial de 19 
ingresos previos en la unidad de cuida-
dos intensivos por cetoacidosis diabética) 
que cuidó de su abuela cuando era niña, 
cambiándole las vendas de sus miembros 
amputados, fue averiguar que ella tenía la 
misma enfermedad. Un profesor universi-
tario describió su creciente sensación de 
fracaso tras ver que su régimen diario de 
ejercicios y medicación oral no conseguía 
controlar su glucemia antes de que le diag-
nosticasen diabetes tipo 2, lo que le dejó 
con el miedo de no merecer que le fuese 
bien porque era “débil” y, por lo tanto, no 
merecía que la ayudasen. 
“ Muchas personas se aferran a la negación, 
eliminando de su 
mente cualquier 
cosa relacionada con 
la diabetes.
”Hay tantas historias como personas. 
El factor común entre ellas es la sensación 
de falta de control sobre el futuro. Esto crea 
9Dificultades y oportunidades
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
una sensación de fatalidad inminente. Sin 
esperanza, las acciones de una persona 
tendrán pocas consecuencias. Muchas per-
sonas se aferran a la negación, eliminando 
de su mente cualquier cosa relacionada 
con la diabetes.
Mi peor momento llegó la noche en la 
que descubrí que tenía diabetes, a los 31 
años, tras acabar de finalizar mi formación 
como médico de familia. Había estudiado 
en la facultad de medicina y en los cursos 
de formación para medicina familiar que 
la diabetes probablemente reduciría mi 
tiempo de vida en una o dos décadas y 
que correría durante toda la vida el riesgo 
de sufrir una discapacidad. Esto sucedió 
en 1983, tan sólo unos años antes de que 
llegase al mercado el primerglucómetro 
doméstico y ocho años antes de que se 
publicase el Ensayo sobre el Control de la 
Diabetes y sus complicaciones (DCCT), que 
demostró que un estrecho control glucémico 
podría reducir de manera importante el 
riesgo de complicaciones en personas con 
diabetes tipo 1. También tenía un vívido 
recuerdo de mi infancia de un buen amigo 
de la familia con diabetes tipo 1 que per-
dió la vista, las dos piernas y, finalmente, 
murió de insuficiencia renal con poco más 
de cincuenta años.
Aquella noche, tumbado en la cama, 
estaba próximo a la desesperación. Me 
encontré sufriendo por mi posible futuro, 
ya que no iba a vivir lo suficiente como 
para ver a mis hijos convertirse en adultos, 
perdiendo a mi amada esposa. Me sentía 
Tener un proveedor sanitario 
que sepa escuchar, que formule 
preguntas abiertas y no juzgue se 
percibe como una gran ayuda.
enfadado y deprimido. Había perdido un 
mecanismo de afrontamiento clave que 
permite a los profesionales médicos distan-
ciarse emocionalmente de la tragedia, la 
muerte y la discapacidad que les rodean. 
Y la enfermedad que yo tenía era la cau-
sa principal de ceguera en adultos y de 
insuficiencia renal en mi país. Tenía tanto 
miedo que apenas podía controlar mi respi-
ración. Me llevó 45 minutos administrarme 
mi primera dosis de insulina, a pesar de 
haber colocado agujas de gran calibre en 
todo tipo de vena y en la mayoría de los 
órganos del cuerpo humano.
“ Tener un modelo de actuación cambió su 
sistema de creencias 
desde la tragedia 
inevitable hacia la 
esperanza.
”Además, cuando hice mi solicitud de segu-
ro de discapacidad, vi que yo era de un 
riesgo tan alto que no podía ni permitirme 
la prima que ofrecían. Me sentí expuesto 
y muy vulnerable. ¿Dónde iba a encontrar 
esperanza? Me convencí a mí mismo de 
que la causa principal de ceguera e insu-
ficiencia renal en adultos era, de hecho, 
una diabetes fuera de control, y no la 
propia diabetes. Me negué a estar en 
ese grupo: pensaba controlar mi futuro. 
Cuando se publicó el DCCT en 1991, me 
sentí reivindicado.
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
10 Dificultades y oportunidades
¿Cómo consiguió salir intacto de 
su crisis?
La mujer que había sido ingresada 19 
veces en urgencias con complicaciones 
visuales nos contó que conoció a una joven 
médica con diabetes tipo 1, que era la 
imagen viva de la buena salud. ¿Cómo 
era posible que la experiencia de esta 
doctora fuese tan distinta de la suya? Por 
primera vez, tenía un modelo de actua-
ción. Esto le permitió cambiar su sistema 
de creencias desde la tragedia inevitable 
hacia la esperanza.
Un hombre con diabetes tipo 2, que 
se rebelaba contra su enfermedad ne-
gándola completamente, conoció a un 
educador diabético que le dijo: “Eres el 
director del Consejo de Administración 
de tu cuerpo. ¿Quieres contratar o des-
pedir?” Esta simple analogía le permi-
tió verse a sí mismo como alguien que 
mandaba, y no como un “sirviente” que 
necesita rebelarse a fin de escapar de 
la opresión. La joven madre de la niña 
de cuatro años con diabetes tipo 1 co-
noció a otros padres en la misma situa-
ción a través de su clínica de diabetes 
pediátrica e inmediatamente se sintió 
acompañada y apoyada.
Mi propia escapatoria de la desesperanza 
vino impulsada por un libro, ‘Diabetes: The 
GlucograF Method’ (Diabetes, el Método 
GlucograF), escrito por Richard Bernstein, 
otro médico con diabetes tipo 1 que de-
sarrolló un método para controlar la glu-
cemia utilizando los análisis en casa para 
autoajustarse la insulina, dosis a dosis. 
Este enfoque fue inicialmente condenado 
como “herejía” por un sistema médico que 
estaba más acostumbrado a dar órdenes 
que a “ceder” el control de la gestión de 
una enfermedad crónica a las personas 
con diabetes.
Alan Glaseroff
Alan Glaseroff es director médico de 
Humboldt IPA en el norte de California 
(EE UU) y mantiene una clínica privada 
a tiempo parcial de medicina familiar. 
Le diagnosticaron diabetes tipo 1 en 
1983 y fue nombrado Médico de Familia 
del Año en 2009 por la Academia de 
California de Médicos de Familia.
Para saber más…
 Bernstein RK. Diabetes: The GlucograF 
Method for Normalizing Blood Sugar. 
Crown Press. New York, 1981.
El libro de Bernstein reforzó mi convicción 
de que podía controlar mi afección, y de 
que el autocontrol es el modelo ideal para 
la atención diabética. Pronto me encontré a 
mí mismo rodeado de personas que también 
estaban decididas a controlar su propio 
futuro. Aunque podía recetar medicamentos 
(y quizá entendía mejor la fisiología y el 
metabolismo), mi práctica clínica se con-
virtió en una especie de punto de contacto 
entre iguales. 
Atención médica: ¿qué le ha 
retrasado y qué le ha ayudado? 
Este ciclo de preguntas representa una 
oportunidad de oro para las personas 
afectadas por la diabetes del panel, así 
como para los proveedores sanitarios del 
público: por una parte, una oportunidad 
para decirle a los proveedores sanitarios lo 
que saben acerca de la vida con diabetes; 
por la otra, una oportunidad de formular 
preguntas sobre personas reales con dia-
betes sin sentirse incómodo.
Por lo general, las personas con diabetes 
quieren que sus proveedores sanitarios 
eviten utilizar el miedo para aplicar presión 
(para seguir un régimen o una recomenda-
ción); perciben que les sirve de mucha más 
ayuda una actitud de ánimo. Las historias 
positivas en esta sección incluían por lo 
general a un educador que se preocupaba, 
a un igual con diabetes experimentado 
que les ayudó y/o a una familia o grupo 
de iguales que les dio su apoyo. Tener un 
proveedor sanitario que sepa escuchar, 
formule preguntas abiertas y no les juzgue 
fue algo que se mencionó con frecuencia.
Muchas personas reconocieron que, aun-
que son conscientes de lo que se supone 
que deben hacer en cuanto a su control dia-
bético, a veces no lo hacen. Además, cuan-
do se ven frente a su proveedor sanitario, 
se ponen a la defensiva y se resisten a 
seguir los consejos y cambiar de actitud. La 
búsqueda de la perfección deja a muchas 
personas desanimadas y puede generar 
agotamiento. Pero, cuando se identifican 
los problemas de una manera distinta a 
la confrontación y se negocian las solucio-
nes, las personas están más que deseando 
comprometerse. Además, aprender a re-
solver problemas descomponiéndolos en 
piezas manejables hace que aumenten las 
probabilidades de éxito. 
Aprender de quien aprendió
Se pide a las personas con una afección 
crónica como la diabetes que “realicen a 
diario actos de heroísmo”. La total apre-
ciación de lo que tienen que atravesar, 
y cómo esto afecta a las creencias que 
mantienen acerca de su afección y sus 
perspectivas de futuro son pasos iniciales 
clave hacia la construcción de una colabo-
ración clínica eficaz. Como proveedores 
sanitarios, podemos ayudar a las personas 
a moverse hacia la acción permitiéndolas 
que nos cuenten lo que quieren y pueden 
hacer y ayudándoles a conseguir sus ob-
jetivos convirtiendo una esperanza recién 
encontrada en acción. 
11Dificultades y oportunidades
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
Dificultades para las personas con diabetes 
Hay una gran cantidad de pruebas que respaldan la idea de que 
las dificultades relacionadas con la observancia del tratamiento 
tienen distintas causas: las intervenciones terapéuticas en las enfer-
medades crónicas son múltiples, simultáneas o secuenciales. Dichas 
intervenciones se basan en percepciones causales, en la etapa y 
la gravedad de la enfermedad, en el contexto social y económico 
y en el acceso a los recursos y la atención sanitaria. En los países 
en desarrollo, es frecuente que las personas con una enfermedad 
crónica busquen la ayuda de un curandero tradicional o religioso.
Sin embargo, en cualquier caso, las personas con diabetes nece-
sitarán tarde o temprano la ayuda de la biomedicina, sea cual 
Dificultades para el 
autocontrol diabético en 
países en vías de desarrollo 
Xavier Debussche, Maryvette Balcou-Debussche,Stéphane Besançon, Sidibé Assa Traoré
En los países en desarrollo, los recursos económicos y humanos son limitados, a pesar 
de las graves necesidades y los múltiples problemas sanitarios. Más de tres cuartas 
partes de la población diabética del mundo viven en países en desarrollo. Entre 2000 y 
2025, el aumento del número de casos en estos países rondará el 170%. En el mundo en 
desarrollo, la diabetes, al igual que otras enfermedades crónicas, suele ignorarse a la 
hora de considerar las prioridades sanitarias; se sigue dando un mayor protagonismo a la 
atención inmediata y aguda frente a la prevención. La oferta de educación para capacitar 
a las personas para autocontrolar su afección crónica se encuentra con dificultades a 
tres niveles: pacientes, proveedores sanitarios y sistemas sanitarios. 
sea su estatus social o económico.1 Las distintas interacciones e 
influencias a nivel social, cultural y material dentro del entorno 
de una persona hacen que las relaciones entre conocimientos, 
actitudes y comportamientos sea compleja.2 A nivel práctico, es 
importante tener en cuenta los límites de las iniciativas educativas 
terapéuticas en relación a la accesibilidad, la falta de apoyo 
social y el coste para el individuo, especialmente en entornos 
de bajos recursos de países en desarrollo. 
Dificultades para los profesionales sanitarios
Los proveedores sanitarios encuentran grandes problemas a la hora 
de controlar a largo plazo a las personas con diabetes. El acceso 
a la medicación diabética oral y a la insulina es limitado y estos 
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
12 Dificultades y oportunidades
medicamentos son caros.3 Lo más frecuente es que las personas con 
diabetes tengan que pagar la totalidad de su tratamiento. Además, 
muchos países en desarrollo sufren una falta de médicos y otros 
proveedores sanitarios. A menudo, la falta de rastreos de población 
y de acceso a una revisión suele tener como consecuencia que 
la diabetes tan sólo se detecte cuando ya se hayan desarrollado 
complicaciones graves. La disponibilidad de un sistema de control 
glucémico es extremadamente limitada. Los análisis de HbA1c tan 
sólo están disponibles en las grandes ciudades. Los análisis son muy 
caros y en la mayoría de los casos los realizan laboratorios privados. 
En Mali y Burundi, en donde el salario mensual medio es de 
60 EUR, un análisis de HbA1c cuesta 15 EUR. Dentro de este 
contexto, más del 70% de las personas jamás se somete a un 
análisis de glucemia a largo plazo y tienen que monitorizarse 
mediante un análisis de mensual de orina o de glucemia capilar. 
Un aparato para realizar análisis de sangre cuesta alrededor de 
100 EUR; el precio de las tiras reactivas va de los 25 EUR a los 
40 EUR por caja de 50 unidades.4 
Las actividades educativas para personas con diabetes son 
prácticamente inexistentes. Los principales obstáculos son la falta 
de tiempo, las limitaciones culturales y económicas, la falta de 
disponibilidad de los tratamientos, el coste de los alimentos y la 
falta de formación para proveedores sanitarios. Dentro de un 
entorno dominado por las enfermedades infecciosas, los profe-
sionales sanitarios suelen renunciar a la inversión necesaria para 
un control eficaz de las enfermedades crónicas. 
Dificultades para los sistemas sanitarios 
En los países en desarrollo, las políticas sanitarias se centran en la 
amenaza que presentan las enfermedades agudas. En la mayoría 
de los casos faltan guías y protocolos nacionales sobre diabetes: 
no hay una política estructurada para comprar medicamentos 
genéricos a bajo coste, al contrario de lo que sucede en el caso 
del VIH/SIDA. Los sistemas sanitarios públicos afrontan importantes 
dificultades, mientras que los costes de la atención sanitaria, el 
tratamiento y los rastreos los cubren las personas con diabetes.
Algunas soluciones
A pesar de los problemas relacionados con la insuficiente canti-
dad de proveedores sanitaros y el acceso mínimo a tratamientos 
y rastreos, se podrían explorar varias soluciones potenciales:
 Se podrían combinar iniciativas educativas con los rastreos, la 
prevención y el seguimiento y adaptarse a las circunstancias 
locales. Esta estructura facilitaría la identificación de las personas 
que tienen necesidad real de asesoramiento médico, basándose 
en sencillos indicadores clínicos y umbrales realistas (IMC, perí-
metro de cintura, tabaquismo, niveles de glucemia, duración de 
la diabetes, síntomas clínicos de complicaciones), y se reduciría 
la necesidad de medicamentos si se actuase simultáneamente 
sobre los distintos factores de riesgo.
 Los iguales y los proveedores sanitarios, además de los mé-
dicos, podrían utilizarse para el seguimiento, la prevención y 
la educación. Con la formación adecuada y con la ayuda de 
la experiencia médica necesaria para tratar la diabetes y sus 
complicaciones, estas personas pueden responsabilizarse del 
Tanto los iguales como los distintos proveedores sanitarios, además de los médicos, podrían participar 
en el seguimiento, la prevención y la educación. 
13Dificultades y oportunidades
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
Xavier Debussche, Maryvette Balcou-Debussche, 
Stéphane Besançon, Sidibé Assa Traoré
Xavier Debussche es jefe de la unidad de endocrinología y 
diabetología del Centro Hospitalario Regional Félix Guyon 
de Saint-Denis, en Réunion (Francia). 
Maryvette Balcou-Debussche es etnosocióloga encargada de la 
educación sanitaria en la Universidad IUFM de La Réunion, 
en Saint-Denis (Francia). 
Stéphane Besançon es directora de Santé Diabète Mali.
Sidibé Assa Traoré es catedrático de Endocrinología en el 
Hospital Universitario de Medicina Interna del Hospital Nacional 
de Bamako, responsable de la unidad de diabetología y 
endocrinología. 
Bibliografía 
1 Debussche X, Roddier M, Fianu A, et al. Health perceptions of diabetic 
patients in the REDIA study. Diabet Metab 2006; 32: 50-5.
2 Balcou-Debussche M. L’éducation des malades chroniques : une approche 
ethnosociologique. Ed. des archives contemporaines 2006: 280.
3 Beran D, Yudkin S. Diabetes care in sub-Saharan Africa. Lancet 2006; 
368: 1689-95.
4 Sidibé AT, Besançon S, Beran D. Le diabète : un nouvel enjeu de santé 
publique pour les pays en voie de développement : l’exemple du Mali. 
Médecine des Maladies Métaboliques 2007; 1: 93-8.
5 Bakker K, Abbas ZG, Pendsey S. Step by Step, improving diabetic foot 
care in the developing world. Pract Diab Int 2006; 23: 8.
6 Besançon S, Sidibe AT, Nientao I, Sow DS. Comment a été développé 
le programme de prévention et de prise en charge spécifique du pied 
diabétique au Mali ? Développement et Santé 2009; 193 : 45.
7 Balcou-Debussche M. Une approche ethnosociologique de l’éducation 
thérapeutique : les nids d’apprentissage dans le diabète de type 2. 
L’éducation thérapeutique en France : pratiques, modèles, évaluations. 
INPES. Paris, 2009.
seguimiento. Este enfoque permitiría a los médicos emplear más 
tiempo en su campo de experiencia.
 En cada país, al menos debería identificarse un centro de espe-
cialistas en diabetes como referencia nacional para esta afección. 
Algunos ejemplos
Mali y Tanzania
En Mali y en Tanzania, la descentralización ha permitido el 
acceso simultáneo a un tratamiento y una educación básica en 
diabetes. En Mali, han descendido los ingresos de urgencia por 
casos de hipoglucemia grave. La presencia de médicos al nivel 
más bajo de la pirámide sanitaria ha facilitado la impartición 
de educación al paciente para la inyección de insulina. Esto ha 
tenido como resultado una reducción de los riesgos vinculados 
a la administración de dicha hormona.
En muchos países en desarrollo, los profesionales sanitarios no 
recomiendan la automonitorización por ser demasiado cara. El 
ejemplo de Mali, sin embargo, demuestra que la descentralización 
de la atención, sumada a iniciativas relacionadas con las tiras 
reactivas, puede generar una reducción deentre el doble y el 
triple del coste del control glucémico y un aumento importante 
de su disponibilidad.
La estructura de la atención es complementaria al establecimiento 
de la educación. El enfoque “Step by Step”5, que se ha probado 
en India, Tanzania y Mali, ha optimizado la prevención y el control 
de las lesiones del pie, con resultados espectaculares en Tanzania. 
En Mali, los resultados conseguidos por la unidad del pie del 
distrito de Bamako también resultan bastante impresionantes.6
Burundi
Tras los conflictos militares de Burundi, la fragilidad del sistema 
sanitario convirtió la implementación de iniciativas preventivas 
en una prioridad. En 2007, se organizó un programa estructu-
rado de educación y prevención en Bujumbura. Combinando los 
esfuerzos de varios centros sanitarios, ONGs y asociaciones de 
pacientes, se consiguió ofrecer análisis gratuitos de glucemia. 
En menos de 2 años, más de 2.000 personas iniciaron un ciclo 
educativo. Indicadores precisos recopilados durante las sesiones 
educativas aportaron una perspectiva del estatus de salud de la 
población y permitieron a los servicios sanitarios centrarse en 
la máxima necesidad de tratamiento. Los programas educativos 
tuvieron en cuenta los problemas de accesibilidad para las per-
sonas con baja alfabetización.7 Desde junio de 2007 y hasta 
marzo de 2009, 27 médicos, 44 enfermeros y 2 educadores 
sanitarios recibieron formación. 
Conclusión
El acceso al autocontrol diabético es un importante desafío en 
los países en desarrollo. Con el fin de que las iniciativas exis-
tentes sean sostenibles, es necesario establecer un sistema de 
atención diabética con recursos humanos preparados, tanto a 
nivel central como periférico. El acceso geográfico y económico 
a un tratamiento son factores clave. Igualmente, el acceso a la 
educación debe convertirse en una prioridad. Estas inversiones 
engendrarán a largo plazo una reducción de los altos costes que 
generan las complicaciones diabéticas.
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
14 Dificultades y oportunidades
La diabetes aumenta el riesgo de una persona de desarrollar 
múltiples complicaciones para su salud. Pero estos riesgos 
se pueden ver notablemente reducidos mediante un estrecho 
control de la glucemia. Aunque la monitorización directa 
de los niveles de glucosa como orientación para ajustar los 
niveles de insulina es hoy día parte probada del autocontrol 
en personas con diabetes tipo 1, el papel de la monitorización 
de la glucosa en personas con diabetes tipo 2 está bastante 
menos definido. A lo largo de la vida de una persona con 
diabetes tipo 2, las prioridades de autocontrol cambian 
como reflejo del descenso de la capacidad de producir 
insulina endógena, de la sensibilidad a dicha hormona y 
las exigencias de un régimen de medicación cada vez más 
complejo. Andrew Farmer nos explica por qué debería 
plantearse la necesidad de automonitorización rutinaria 
de la glucemia en todas las personas con diabetes tipo 2 
según vaya progresando el curso de su afección.
Automonitorización de la 
glucemia en personas con 
diabetes tipo 2: la necesidad 
de entender mejor 
Andrew Farmer
El éxito del control diabético se puede juz-
gar mediante la monitorización de los nive-
les de HbA1c, que coinciden estrechamente 
con los niveles medios de glucosa a lo largo 
de las seis a ocho semanas precedentes. 
La elevación constante del nivel de HbA1c 
va asociada a un aumento del riesgo de 
complicaciones; su reducción va asociada 
a una disminución del riesgo. Sin embargo, 
los niveles de HbA1c suelen medirse en 
intervalos de dos a tres meses y tan sólo 
pueden indicar una necesidad general de 
intensificar o moderar el control glucémico.
Se necesitan otras estrategias, además 
de la medición de la HbA1c, para ayudar 
a las personas con diabetes a juzgar, 
a intervalos frecuentes, el grado en el 
que están consiguiendo cumplir su plan 
de autocontrol. La medición regular de 
la glucemia es un componente clave del 
autocontrol para muchas personas con 
diabetes. Sin embargo, utilizar o no la 
15Implicaciones para la práctica clínica
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
prueba, la frecuencia y el momento de 
realizarla, el modo de interpretar sus re-
sultados y las acciones que se emprendan 
en consecuencia, variarán según el tipo 
de diabetes, la etapa de la afección y el 
entorno en donde se realice.
Aunque los niveles de glucemia se pueden 
medir con gran exactitud a partir de mues-
tras de sangre en un laboratorio, los glucó-
metros manuales permiten realizar análisis 
convenientes, aunque menos exactos, en 
casa, el lugar de trabajo o en momentos 
de ocio. El glucómetro medio tiene hoy 
día el tamaño de la palma de la mano. 
Para cada medición se utiliza una tira o un 
disco reactivo de plástico desechable. Las 
tiras reactivas podrían variar de un lote a 
otro y muchos glucómetros aún necesitan 
ser calibrados, ya sea manualmente o 
mediante un chip electrónico.
Los glucómetros más modernos tienen una 
exactitud similar cuando el aparato está 
correctamente calibrado y se utilizan ade-
cuadamente. Sin embargo, el coste de 
cada tira reactiva va de los 0,30 USD a 
1,00 USD. Algunos sistemas sanitarios 
reembolsan los costes de los análisis, pero 
muchas personas con diabetes deben cos-
tear los análisis de su propio bolsillo.
¿De qué sirve?
En el momento del diagnóstico, para al-
gunas personas con diabetes tipo 2 no 
resulta fácil aceptar que tienen diabetes. 
Se les podría haber diagnosticado como 
resultado de un análisis de sangre y no tras 
haber desarrollado síntomas provocados 
por los altos niveles de glucemia y, por lo 
tanto, no ven pruebas que les convenzan 
de que existe un problema. Algunas per-
sonas con diabetes tipo 2 manifiestan que 
un período corto de automonitorización de 
la glucemia (AMG) sirve para comprender 
mejor su afección y el modo en que la in-
gesta de carbohidratos y la actividad física 
podrían afectar sus niveles de glucosa. El 
valor de utilizar las pruebas de glucemia 
de este modo probablemente variará según 
el entorno o el grupo de personas.
La AMG también es necesaria para las 
personas con diabetes tipo 2 que inician 
un tratamiento con insulina, momento en 
que la cantidad de insulina inyectada debe 
aumentarse cada tres o cuatro días hasta 
conseguir reducir los niveles de glucemia 
a los objetivos recomendados. Algunas 
de estas personas no habrán iniciado (o 
aumentado) las dosis de medicación oral 
hipoglucemiante. La AMG podría resul-
tar útil en estas circunstancias para evitar 
largos retrasos a la hora de alcanzar el 
control, a la vez que se monitorizan los 
niveles de HbA1c a intervalos trimestrales. 
Algunos estudios han aportado pruebas de 
que la AMG podría ayudar a las personas 
a aumentar la cantidad de medicación oral 
hipoglucemiante según sea necesario.1 Sin 
embargo, se necesita más información 
acerca de quién se verá más beneficiado 
de este enfoque, ya que el impacto sobre 
el control general demostrado hasta el 
momento es pequeño.
Algunas personas utilizan la AMG para 
poder recordar continuamente el impacto 
día a día de su estilo de vida, observar 
cómo aumenta la glucemia según la in-
gesta de carbohidratos o desciende con 
la actividad física, y utilizar esta informa-
ción para emprender las modificaciones 
apropiadas de estilo de vida. Sin embargo, 
faltan pruebas que demuestren que este 
nivel de motivación pueda conseguirse 
de manera rutinaria, incluso con niveles 
óptimos de apoyo.
Aunque algunas personas manifiestan que 
aumenta su motivación gracias a los aná-
lisis regulares de glucemia, otras destacan 
su frustración cuando no son capaces de 
darle sentido a lo que parece ser un patrón 
al azar dentro de los resultados de las 
pruebas. Como consecuencia, a algunas 
personas otras les podrían resultar más 
atractivas formas alternativas de automo-
nitorización para poder revisar la eficacia 
de su autocontrol. Entre estas opciones se 
encuentrael registro de los medicamentos 
administrados según prescripción médica; 
anotar las variaciones del peso según 
“ Un período corto de automonitorización 
de la glucemia podría 
servir de ayuda a 
la hora de entender 
mejor la diabetes.
”
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
16 Implicaciones para la práctica clínica
mediciones semanales; registrar la ingesta 
de alimentos o utilizar un podómetro para 
contar el número de pasos que se dan al 
día. Registrar el progreso hacia un objetivo 
es una manera muy eficaz de identificar 
y controlar dicho progreso y reforzar la 
automotivación. 
“ Si las personas perciben que los proveedores 
sanitarios no están 
interesados en sus 
resultados, cuestionarán 
el valor de este 
procedimiento.
”Fomentar un mejor uso 
Muchas personas con diabetes tipo 2 
siguen revisando su glucemia con regu-
laridad a lo largo de varios años, y man-
tienen un registro de los resultados en su 
glucómetro, en un diario en papel o en 
el ordenador. Sin embargo, en algunos 
casos, los resultados no son revisados ni 
por las personas con diabetes tipo 2 ni por 
sus proveedores sanitarios. Si las personas 
perciben que sus proveedores sanitarios 
no están interesados en sus resultados, 
registrados con tanto esmero, cuestionarán 
el valor de este procedimiento.2 
Muchas recomendaciones recientes 
acerca del uso de la automonitorización 
han destacado la necesidad de que la 
Algunas personas encuentran 
motivación en los análisis 
regulares de glucemia; otras 
se sienten frustradas ante 
lo que parece ser un patrón 
aleatorio de los resultados. 
17Implicaciones para la práctica clínica
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
automonitorización vaya acompañada 
de una educación sobre el uso de los 
resultados. Sin embargo, el grado en el 
que el apoyo o la formación por parte de 
profesionales sanitarios puede mejorar 
la comprensión de los resultados de las 
pruebas no está claro.2 Por lo tanto, se 
han realizado esfuerzos por desarrollar 
programas que animen a las personas 
con diabetes tipo 2 no tratada con insulina 
a darle el mejor uso posible a la AMG. 
Un vistazo a las pruebas
Analizar los resultados de los ensayos en 
los cuales se asignan distintos tratamientos 
al azar a varios grupos de personas es el 
mejor modo de decidir si la AMG genera-
rá o no beneficios, aunque las personas 
que aceptan participar en un ensayo de 
este tipo podrían no ser un reflejo típico de 
la población general con diabetes tipo 2. 
Desde 2000, una serie de ensayos al azar 
de seis meses de duración ha comparado 
el uso de la automonitorización con la 
no monitorización. Una revisión reciente 
de estos ensayos llegó a la conclusión 
de que, en el caso del tipo de personas 
incluidas en los ensayos, el beneficio extra 
de utilizar la AMG es un descenso del 
0,2% de la HbA1c.3
“ Es posible que el uso de la automonitorización 
pueda haber ganado 
muchos adeptos sin 
que haya suficientes 
pruebas de su eficacia 
económica.
”Sin embargo, otras revisiones han dado 
lugar a que exista la posibilidad de que 
la AMG resulte más útil cuando la llevan 
a cabo personas con una diabetes peor 
controlada, o que el efecto de la AMG no 
se pueda discernir al compararla con un 
historial de buena educación diabética. 
Algunos estudios también llevan a pensar 
en la posibilidad de que la carga que 
supone realizar pruebas de glucemia con 
regularidad pueda reducir la motivación 
para seguir efectuando análisis, gene-
rando una disminución de la calidad de 
vida.4 Por lo tanto, es posible que el uso 
rutinario de AMG “haya ganado muchos 
adeptos sin que haya suficientes pruebas 
de su eficacia económica para todas las 
personas con diabetes”.5 
Algunas conclusiones
Con toda claridad, la AMG debería po-
nerse a disposición de las personas con 
diabetes cuando la información que ob-
tengan de los análisis se pueda utilizar 
para ajustar activamente el tratamiento, 
mejorar el entendimiento de la diabetes 
y evaluar la eficacia del plan de control 
de la glucemia. La AMG podría jugar un 
papel de ayuda a la hora de ajustar la 
medicación oral hipoglucemiante y de 
ofrecer información sobre hipoglucemia 
y, de este modo, poder evitarla. Nuevas 
investigaciones podrían determinar el 
mejor modo de utilizar los autoanálisis 
en personas que no estén controlando su 
afección con eficacia, o como parte de un 
programa educativo inicial o intermitente. 
Sin embargo, no hay pruebas que respal-
den que se pida a todas las personas con 
diabetes tipo 2 bien controlada, no tratada 
con insulina, que se automonitoricen la 
glucemia con regularidad. 
Andrew Farmer
Andrew Farmer es profesor 
especializado y director de la Unidad 
de Ensayos Clínicos del Departamento 
de Atención Primaria en la Universidad 
de Oxford (RU).
 
Bibliografía 
1 Barnett AH, Krentz AJ, Strojek K, et al. The 
efficacy of self-monitoring of blood glucose 
in the management of patients with type 2 
diabetes treated with a gliclazide modified 
release-based regimen. A multicentre, 
randomized, parallel-group, 6-month 
evaluation (DINAMIC 1 study). Diabetes 
Obes Metab 2008; 10: 1239-47
2 Peel E, Douglas M, Lawton J. Self-monitoring 
of blood glucose in type 2 diabetes: 
longitudinal qualitative study of patients’ 
perspectives. BMJ 2007; 335: 493.
3 Towfigh A, Romanova M, Weinreb JE, et 
al. Self-monitoring of blood glucose levels 
in patients with type 2 diabetes mellitus 
not taking insulin: a meta-analysis. Am 
J Manag Care 2008; 14: 468-75.
4 Farmer A, Wade A, Goyder E, et al. Impact 
of self monitoring of blood glucose in the 
management of patients with non-insulin 
treated diabetes: open parallel group 
randomised trial. BMJ 2007; 335: 132.
5 Kahn R, Anderson JE. Improving Diabetes 
Care: The Model for Health Care Reform. 
Diabetes Care 2009; 32: 1115-8.
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
18 Implicaciones para la práctica clínica
Los datos procedentes de ensayos controlados al azar sugieren 
que la AMG probablemente sólo sirva de herramienta eficaz 
para el autocontrol cuando proveedores sanitarios y/o personas 
con diabetes revisan sus resultados y actúan en consecuencia 
para modificar el comportamiento y/o ajustar el tratamiento. 
Aunque es necesario seguir investigando para evaluar mejor 
los beneficios, el uso óptimo y la eficacia económica de la 
AMG, se han propuesto las siguientes recomendaciones para 
orientar a las personas con diabetes no tratada con insulina y 
sus proveedores sanitarios en el uso de la AMG. 
Recomendaciones 
1 La AMG tan sólo se debería utilizar cuando los individuos con 
diabetes (y/o sus cuidadores) y/o sus proveedores sanitarios 
tengan los conocimientos, las técnicas y la voluntad de incor-
porar la monitorización de la AMG y el ajuste consiguiente 
de la terapia a su plan de atención diabética con el fin de 
conseguir los objetivos de tratamiento acordados.
 
2 La AMG debería plantearse en el momento del diagnóstico como 
modo de mejorar el entendimiento de la diabetes, formando 
parte de la educación del individuo y con el fin de facilitar la 
iniciación oportuna del tratamiento y la optimización del ajuste 
de las dosis.
3 También debería plantearse la AMG como parte de la edu-
cación diabética continuada para el autocontrol con el fin de 
ayudar a las personas con diabetes a comprender mejor su 
enfermedad y ofrecer un medio para participar de manera 
activa y eficaz en su control y tratamiento, modificando las 
intervenciones conductuales y farmacológicas según sea nec-
esario, consultando con su proveedor sanitario.
4 Los protocolos de AMG (intensidad y frecuencia) deberían 
personalizarse, de modo que cubran los requisitos específicos 
educativos/conductuales/clínicos de cada individuo (para 
identificar/prevenir/controlar la hiper e hipoglucemia aguda), 
así como los requisitos del proveedor en referencia a los datos 
sobre patrones glucémicos, monitorizando así el impacto de 
cada decisión terapéutica. 
 
5 El/los propósito(s)de realizar la AMG y el uso de los datos 
obtenidos mediante la misma debería convenirse entre la per-
sona con diabetes y el proveedor sanitario. Estos propósitos/
objetivos convenidos y la revisión de los datos de la AMG 
deberían registrarse por escrito.
6 Para utilizar la AMG, es necesario que los pacientes sigan 
un procedimiento sencillo que les permita monitorizar con 
regularidad el funcionamiento y la exactitud de su glucómetro. 
El uso apropiado de la AMG por parte de personas con diabetes 
no tratada con insulina tiene el potencial de optimizar el control 
diabético mediante ajustes oportunos del tratamiento basados en 
los resultados de AMG y mejorar los resultados clínicos y la calidad 
de vida. Sin embargo, el valor y la utilidad de la AMG podrían 
evolucionar dentro de un modelo de atención preventiva que se 
basa en la monitorización continua y la capacidad de ajustar 
el control según la diabetes progrese a con el paso del tiempo. 
Mientras tanto, se necesita una mejor formación del paciente y el 
proveedor en torno al uso de la AMG. Se espera que estas guías 
para la AMG estimulen el desarrollo y la introducción sistemática 
de modelos más eficaces para la educación/formación para el 
autocontrol diabético y los modelos basados en el valor de la 
toma de decisiones clínicas y la prestación de atención sanitaria. 
La Guía de la FID para la automonitorización de la glucemia en 
personas con diabetes tipo 2 no tratadas con insulina se puede 
encargar a través de la librería online de la FID, en www.idf.
org/bookshop.
Guía de la FID para la automonitorización de la glucemia 
En octubre de 2008, el Grupo de Trabajo de la FID para Guías Clínicas, en conjunto con el Grupo de Trabajo Internacional de 
Automonitorización de la Glucemia, convocó un taller en Ámsterdam para tratar sobre el uso de la automonitorización de la glu-
cemia (AMG) en personas con diabetes tipo 2 no tratadas con insulina. La guía recientemente publicada sobre el uso de la AMD 
en personas con diabetes tipo 2 se desarrolló basándose en los hallazgos de dicho taller. A continuación, presentamos un resumen 
de dichos hallazgos y recomendaciones.
19Implicaciones para la práctica clínica
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
La educación diabética se puede impartir mediante una 
serie de métodos y en una serie de entornos: una clase 
sobre, por ejemplo, carbohidratos y monitorización de la 
glucosa, una reunión individual cara a cara con un educador 
o un dietista; una sesión de grupo en donde un educador y 
un grupo de personas con diabetes pueden actuar como 
recursos educativos. Puede celebrarse en una clase, en 
una oficina o bajo un árbol, con el apoyo de fotografías 
y carteles profesionales o con dibujos hechos a mano. 
Pero, independientemente del modo en el que se imparta la 
educación diabética, el objetivo es siempre el mismo: ayudar a 
las personas con diabetes y a quienes les asisten a aumentar 
los conocimientos, técnicas y habilidades que necesitan para 
controlar la diabetes con eficacia. Este proceso debe tener 
en cuenta las necesidades, objetivos, cultura y experiencias 
vitales de los participantes y debería venir orientada por 
las pruebas científicas relativas a la educación diabética, 
el comportamiento y las guías de tratamiento.
Educación y apoyo 
para el autocontrol 
diabético: la clave de 
la atención diabética 
Martha Funnell
Suele decirse que la educación para el 
autocontrol diabético (EACD) es la pie-
dra angular de la atención diabética. A 
diferencia de las enfermedades agudas 
y las emergencias médicas, que en su 
mayoría son controladas por proveedo-
res sanitarios, la diabetes la gestiona 
en gran parte la persona afectada. Se 
calcula que más del 99% de la atención 
diabética y el 98% de los resultados dia-
béticos se pueden atribuir a la persona 
con la afección.
El autocontrol incluye las múltiples tareas 
desarrolladas a diario por la persona 
con diabetes para cuidar de su afección. 
Comprende muchas elecciones día a día, 
así como decisiones importantes relativas 
a la elección de terapia de la persona 
y su forma de enfocar el tratamiento. Es 
una empresa compleja, de importancia 
crítica para conseguir los objetivos me-
tabólicos acordados y toda una serie de 
resultados distintos. 
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
20 Implicaciones para la práctica clínica
Educación para el autocontrol 
diabético 
El autocontrol es una realidad en diabetes: 
la persona con la afección es quien está 
a cargo de la situación. Sin embargo, 
el objetivo de la EACD es ayudar a las 
personas con diabetes a hacerse cargo 
de la situación. Su propósito no es ha-
cer que las personas con diabetes sean 
más “obedientes” u “observantes”, sino 
ayudarlas a incorporar la diabetes en 
su vida del modo que mejor funcione en 
cada caso, basándose en sus propias 
circunstancias, prioridades y objetivos. 
Una EACD eficaz estará orientada por la 
evidencia científica. Incluye conocimientos 
recogidos a partir de la investigación so-
bre atención y educación diabética, ense-
ñanza y aprendizaje, cambio conductual 
y aspectos psicológicos y sociales a los 
que se enfrentan las personas con diabe-
tes. Gran parte de esta evidencia viene 
respaldada por varios grandes estudios y 
análisis de estudios múltiples.
La EACD es eficaz 
Cuando me convertí en educador, hace ya 
25 años, estaba extendida la creencia que 
la EACD era inútil. Pero, en años recientes, 
hemos aprendido que la EACD mejora los 
resultados clínicos y de calidad de vida a 
corto plazo.1 Es económicamente eficaz2 
y puede generar un ahorro en el gasto 
sanitario al prevenir hospitalizaciones y 
visitas a las salas de urgencia. 
La EACD ha cambiado
En años recientes, se ha producido un cam-
bio desde los programas que se basan en 
una clase dictada hacia otros programas 
más centrados en el alumno, basados en 
la capacitación.1 Por ejemplo, se han di-
señado programas de grupo basados en 
las preguntas, las preocupaciones y los 
problemas que proponen los participantes 
del curso.3 De hecho, hay una cantidad 
creciente de programas educativos en gru-
po y, dentro de la educación diabética en 
general, se hace un gran énfasis sobre la 
necesidad de programas y currículos adap-
tados a la edad y la cultura del alumnado. 
Los aspectos conductuales y psicosociales: 
parte integral de la educación diabética 
Hace muchos años apenas se prestaba 
atención a los aspectos conductuales y 
psicosociales a los que se enfrentaban las 
personas con diabetes. Si se hablaba de 
este tema, tan sólo era después de haber 
hablado de todo el contenido clínico (lo 
que el profesional sanitario considerase 
importante). Esto ha cambiado. Hemos 
evolucionado para llegar a entender que 
la angustia que provoca vivir con diabetes 
tiene un importante impacto sobre la capa-
cidad de la persona de llevar un autocon-
trol eficaz.4 las emociones negativas son 
frecuentes y persistentes, y deben tratarse 
como parte de la EACD.
Antes también se creía que dar informa-
ción a las personas era suficiente para 
que ellas adoptasen cambios conductuales 
terapéuticos: cómo comer, hacer ejercicio, 
tomar la medicación y gestionar el estrés. 
Hoy todo el mundo sabe que la educación 
diabética es fundamental, pero no suficien-
te para engendrar cambios de comporta-
miento. La EACD en la actualidad anima 
y capacita a la persona para aprender 
cómo realizar cambios que ella misma 
elige al establecer sus propios objetivos 
y ofrece apoyo para identificar y resolver 
problemas y superar obstáculos. 
“ La EACD en la actualidad destaca el apoyo para 
identificar y resolver 
problemas y superar 
obstáculos.
”No hay “talla única”
Ningún programa se puede implementar 
con eficacia por cualquier educador en 
cualquier situación. Aunque los progra-
mas de grupo o individuales pueden ser 
igualmente eficaces, algunas persona con 
diabetes prefieren un enfoque a otro. Sin 
embargo, los programas de éxito tienden a 
tener una serie de elementosen común: una 
base teórica sólida, por ejemplo. Integran 
“ La educación para el autocontrol diabético mejora 
los resultados a corto 
plazo, es económicamente 
eficaz y puede significar 
un ahorro sanitario.
”
21Implicaciones para la práctica clínica
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
La educación para el autocontrol es un servicio esencial para las personas con diabetes y quienes las apoyan.
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
elementos conductuales y psicosociales en 
los aspectos clínicos. Algo fundamental, es-
tán diseñados para cubrir las necesidades 
del público diana en términos de cultura y 
edad y son impartidos por personas que 
tienen amplios conocimientos acerca de la 
diabetes y sobre cómo ofrecer educación 
diabética y apoyo psicosocial, facilitando 
el cambio conductual. 
La evaluación es crítica
Muchos de los avances en EACD durante 
los últimos 25 años se han producido 
gracias a que existen pruebas sobre su 
eficacia en términos de resultados y cos-
tes. Al prestarse más atención a la EACD 
y hacerse más cara su impartición, la 
evaluación ha ido aumentando en im-
portancia. Los estudios a gran escala por 
un solo educador podrían no ser viables. 
Pero incluso los educadores con recursos 
limitados necesitan evaluar y utilizar los 
resultados para mejorar sus programas 
de manera continuada. 
“ Al irse estrechando los presupuestos sanitarios, 
para la supervivencia 
de la EACD se 
necesita documentar 
la eficacia. 
”Aunque los resultados metabólicos son ele-
mentos clave a la hora de evaluar la EACD, 
nunca cuentan la historia completa. También 
es necesario recopilar información acerca 
de los resultados que son específicos del 
proceso educativo y usarse para mejorar 
continuamente la calidad. Los objetivos con-
ductuales autoseleccionados, la calidad de 
vida, el ajuste psicosocial y la depresión son 
resultados que pueden verse positivamente 
influidos por la educación, y que pueden 
terminar por influir sobre los resultados clí-
nicos. Al irse estrechando los presupuestos 
sanitarios en todo el mundo, para la supervi-
vencia de la EACD es necesario documentar 
los resultados y la eficacia.
Apoyo para el autocontrol
Aunque sabemos que la EACD es eficaz 
a corto plazo, se ha demostrado que los 
resultados positivos conseguidos como re-
sultado de la educación tienden a declinar 
tras unos seis meses.1 Una experiencia 
aislada con la EACD no es suficiente para 
sostener toda una vida de autocuidado 
22 Implicaciones para la práctica clínica
diabético. Tampoco es sorprendente ni una 
crítica a la EACD; es simplemente poco 
realista esperar que los beneficios de una 
sola experiencia educativa puedan aportar 
a una persona la capacidad y la motiva-
ción para gestionar una afección crónica 
compleja, progresiva y exigente como la 
diabetes. Por lo tanto, se está haciendo 
cada vez más énfasis sobre el apoyo al 
autocontrol diabético (AACD): el proceso 
continuado de ayudar a las personas con 
diabetes a implementar y sostener los ajus-
tes conductuales y psicosociales necesarios 
para controlar su afección a largo plazo.
La AACD puede adoptar múltiples formas, 
y gran parte del apoyo continuado se 
puede ofrecer en entornos comunitarios 
fuera del sistema sanitario. Un papel clave 
del equipo sanitario diabético es ofrecer 
opciones de apoyo y vínculos con progra-
mas educativos, a la vez que reconoce que 
cada persona necesita un tipo diferente 
de apoyo y es quien mejor puede juzgar 
sus necesidades. Entre los ejemplos de 
métodos utilizados para ofrecer apoyo con-
tinuado para el autocontrol se encuentran: 
 los grupos de apoyo dirigidos por iguales, 
trabajadores sanitarios no médicos de la 
comunidad o proveedores sanitarios
 sesiones educativas continuadas dirigidas 
por iguales, trabajadores sanitarios no 
médicos de la comunidad o proveedores 
sanitarios 
 control de casos
 visitas médicas en grupo
 apoyo telefónico o visitas a domicilio 
llevadas a cabo por un educador, un 
trabajador sanitario no médico de la 
comunidad o un igual para establecer 
objetivos conductuales, resolver proble-
mas y resolver obstáculos que dificultan 
el autocuidado
 programas de actividad física, pérdida 
de peso o para dejar el tabaco
 programas basados en la fe
 asesoramiento psicológico, ya sea indi-
vidual o en grupo.
El camino a seguir
La Federación Internacional de Diabetes 
ha revisado recientemente y ha publica-
do sus Estándares Internacionales para la 
Educación Diabética.5 Éstos se han dise-
ñado para ser utilizados por educadores 
en una serie de entornos de todo el mundo 
con el fin de ayudar a crear la estructura 
y el proceso de un programa de EACD y 
determinar sus resultados, mejorando de 
este modo la calidad de EACD para todas 
las personas afectadas por la diabetes. Se 
hace un fuerte énfasis sobre los aspectos 
conductuales y psicosociales de la diabetes 
y la importancia del AACD continuado. 
“ El objetivo de la educación y el apoyo 
para el autocontrol 
diabético sigue 
siendo la esencia de 
la capacitación.
”Los “Conversation Maps” de diabetes son 
unas herramientas educativas con imáge-
nes y metáforas basadas en textos des-
plegadas sobre un mantel, y sirven como 
herramienta para involucrar a las personas 
en conversaciones acerca de los aspectos 
clínicos, conductuales y psicosociales con 
el fin de facilitar el aprendizaje. Más de 
13.000 educadores en los EE UU han sido 
formados para utilizarlos.
La educación para el autocontrol diabé-
tico es un terreno dinámico y cambiante 
que sigue ofreciendo un servicio esencial 
para personas con diabetes y quienes les 
apoyan. El objetivo de la educación y el 
apoyo para el autocontrol diabético es 
facilitar el descubrimiento por personas 
Martha Funnell
Martha Funnell es investigadora del 
Departamento de Educación Médica y 
el Centro de Investigación y Formación 
en Diabetes de la Facultad de Medicina 
de la Universidad de Michigan, en 
Ann Arbor, Michigan (EE UU). 
Agradecimientos 
La autora cuenta con el apoyo parcial 
de una beca del Instituto Nacional de 
Diabetes y Enfermedades Digestivas 
y del Riñón de los Institutos Nacionales 
de Salud (EE UU). 
Bibliografía 
1 Norris SL, Lau J, Smith SJ, et al. Self-
management education for adults 
with type 2 diabetes: A meta-analysis 
on the effect on glycemic control. 
Diabetes Care 2002; 25: 1159-71.
2 Robbins JM, Thatcher GE, Webb DA, 
Valdmanis VG. Nutritionist visits, diabetes 
classes, and hospitalization rates and 
charges. Diabetes Care 2008; 31: 655-60.
3 Anderson RM, Funnell MM, Nwankwo R, et 
al. Evaluating a problem based empowerment 
programme for African Americans with 
diabetes: results of a randomized controlled 
trial. Ethnicity and Disease 2005; 15: 671-8.
4 Skovlund SE, Peyrot M. DAWN International 
Advisory Panel. Lifestyle and behaviour: 
The Diabetes Attitudes, Wishes and Needs 
(DAWN) programme: A new approach 
to improving outcomes of diabetes care. 
Diabetes Spectrum 2005; 18: 136-42.
5 International Diabetes Federation Consultative 
Section on Diabetes Education. International 
Standards for Diabetes Education. IDF. 
Brussels, 2009.
con diabetes de su propia capacidad in-
nata de mejorar su maestría a la hora de 
controlar su diabetes, la auténtica esencia 
de la capacitación. 
23Implicaciones para la práctica clínica
Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial
Los jóvenes con diabetes se enfrentan a una serie de desafíos 
a la hora de controlar su afección. Entre las razones para 
que se produzca un autocuidado inadecuado se encuentra la 
naturaleza de las múltiples tareas implicadas; la naturaleza de 
las técnicas y la ayuda necesarias para identificar y superar 
las dificultades que obstaculizan el régimen terapéutico y la 
Mejorar el autocuidado 
en jóvenes con diabetes: 
la importancia de 
la autoeficacia 
Shelagh Mulvaney
A los jóvenes se les dan responsabilidades de distinto tipo y en distinto grado según culturas 
y familias. Sin embargo, familias de

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