Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
N Ú M E R O E S P E C I A L Octubre 2009 Volumen 54 Diabetes y autocontrol P E R S P E C T I V A S M U N D I A L E S D E L A D I A B E T E S See beyond HbA1c Discover your patients’ blood glucose patterns. Provide tailored treatment. The HbA1c test is the standard method used for assessing diabetes control over the last 2–3 months.1 However, significant changes in blood glucose remain difficult to pinpoint. This makes it hard to keep blood glucose at recommended levels, which is shown to reduce the risk of cardiovascular complications.2 Encouraging your patients to test in a structured way makes it easier to capture more valuable information. This allows you to identify blood glucose patterns, see beyond HbA1c, and provide more specific treatment.3 To find out how Accu-Chek® systems help you understand your patients’ blood glucose patterns, visit www.accu-chek.com References: 1. Jeffcoate SL. Diabetic Medicine. 2004 (21): 657–665. 2. The DECODE Study Group. Arch Intern Med. 2001; 161: 397–404. 3. Cox DJ. Diabetes Care. 2007(30): 1370–1373. Roche Diagnostics GmbH D - 68298 Mannheim A C C U -C H EK is a tr ad em ar k of R oc he . © 2 00 9 R oc he . HCP_Ad_PA_216x286mm.indd 1 25.08.09 07:58 N Ú M E R O E S P E C I A L Octubre 2009 Volumen 54 Diabetes y autocon trol P E R S P E C T I V A S M U N D I A L E S D E L A D I A B E T E S P U N T O S D E V I S T A El gran despertar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2 Martin Silink La necesidad de conocerse a uno mismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3 Helmut R Henrichs D I F I C U L T A D E S Y O P O R T U N I D A D E S Obstáculos para el autocontrol en personas afectadas por una enfermedad crónica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5 Michael Vallis Aprender de quien ya aprendió: convertir la esperanza en acción. . . . . . . . .9 Alan Glaseroff Dificultades para el autocontrol diabético en países en vías de desarrollo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .12 Xavier Debussche, Maryvette Balcou- Debussche, Stéphane Besançon, Sidibé Assa Traoré I M P L I C A C I O N E S P A R A L A P R Á C T I C A C L Í N I C A Automonitorización de la glucemia en personas con diabetes tipo 2: la necesidad de entender mejor. . . . . . . .15 Andrew Farmer Guía de la FID para la automoni- torización de la glucemia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .19 Educación y apoyo para el autocontrol diabético: la clave de la atención diabética. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20 Martha Funnell Mejorar el autocuidado en jóvenes con diabetes: la importancia de la autoeficacia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .24 Shelagh Mulvaney Afrontar la diabetes y el autocuidado: perspectiva de un adolescente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .28 Adam Elliot I N I C I A T I V A S Y N U E V O S E N F O Q U E S Terapia de enfoque conductual para el autocontrol: el Programa Flinders. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30 Sharon Lawn, Malcolm Battersby, Peter Harvey, Rene Pols, Arlene Ackland Participar en una visión compartida del autocontrol: el enfoque WISE. . . .33 Anne Kennedy Algo más que una terapia: cuando pacientes y proveedores sanitarios comparten protagonismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .36 Benedetta Barabino, Marcos Malavia, Jean-Phillipe Assal El arte como proceso de desarrollo para personas con una afección crónica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .40 Tisziana Assal Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial Índice FID | Promoción de la prevención, la atención y la cura de la diabetes en todo el mundo Diabetes Voice es una publicación trimestral y está disponible en línea en www.diabetesvoice.org Redactor Jefe Helmut R Henrichs, Alemania Redactora General Catherine Regniers catherine@idf.org Redactor Tim Nolan tim@idf.org Maquetación e impresión Luc Vandensteene Ex Nihilo, Bélgica www.exnihilo.be Equipo asesor Pablo Aschner, Colombia Ruth Colagiuri, Australia Patricia Fokumlah, Camerún Attila József, Hungría Viswanathan Mohan, India La correspondencia, así como cualquier solicitud de espacios publicitarios, debe enviarse a la Redactora General: Federación Internacional de Diabetes Chaussée de la Hulpe 166 1170 Bruselas – Bélgica Teléfono: +32-2-5431627 Fax: +32-2-5385114 catherine@idf.org Es una traducción del original inglés. También se publica en francés y ruso. © Federación Internacional de Diabetes, 2009 Todos los derechos reservados. Esta publicación no se podrá reproducir ni transmitir en modo o medio alguno sin el permiso expreso de la Federación Internacional de Diabetes (FID). Para solicitar un permiso de reproducción o traducción de las publicaciones de la FID, debe dirigirse a: IDF Communications Unit, Chaussée de la Hulpe 166, B-1170 Bruselas, Bélgica; o por fax al +32-2-5385114; o por correo electrónico a communications@idf.org. Las opiniones que se expresan en los artículos pertenecen a los autores y no son necesariamente representativas de los puntos de vista de la FID. ISSN: 1437-4064 © Federación Internacional de Diabetes, 2009 Foto de portada © Istock Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial Puntos de vista2 En 1989, se presentó ante la Asamblea Mundial de la Salud la prueba de que la diabetes estaba creciendo en proporciones epidémicas y que la prevalencia estimada en el mundo para 1985 era de 35 millones. Esto fue el origen de muchas Resoluciones de la Asamblea Mundial de la Salud que trataban sobre la necesidad a nivel mundial de prevenir la diabetes y otras enfermedades no contagiosas. A pesar de las buenas palabras, pocos fueron los hechos y la OMS, los gobiernos, las agencias de donantes bilaterales y las organizaciones filantrópicas apenas asignaron recursos a este problema. Por lo que respecta a la ONU, el inicio del milenio actual vino marcado por un ambicioso conjunto de objetivos para el desarrollo: los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que definen una serie de metas a alcanzar para 2015. Para nuestro desencanto, los ODM relacionados con la salud olvidaron incluir las enfermedades no contagiosas. Al mundo le ha llevado bastante tiempo darse cuenta de que el 80% de la carga de diabetes y demás enfermedades no contagiosas recae sobre el mundo en desarrollo y no en el desarrollado. Un informe hito de la OMS de 2008 sobre los determinantes sociales de la salud destacó el vínculo entre desventaja social y mala salud. Este vínculo es aplicable tanto en el mundo en desarrollo como en el ya desarrollado. Esto se vio ratificado por el reciente informe de Diabetes UK, que presentó pruebas de que las personas más pobres son quienes se enfrentan a los mayores riesgos por la diabetes. En el RU, las personas pobres tienen una probabilidad 2,5 veces mayor de desarrollar diabetes tipo 2 que la media del país y los miembros más pobres de la sociedad también tienen una probabilidad del doble de desarrollar complicaciones discapacitadoras y potencialmente fatales que las familias menos necesitadas. Losdatos procedentes de otros países desarrollados muestran tendencias similares. Un informe del RU indica que la necesidad va vinculada a una alta prevalencia de factores de riesgo (obesidad, inactividad física, dieta insana, tabaquismo, mal control de la tensión arterial) de diabetes y otras enfermedades crónicas. Este número de Diabetes Voice refleja el reco- nocimiento de la FID de los elementos comunes (factores de riesgo y problemas sanitarios) de la diabetes y otras enfermedades no contagiosas, como muchos tipos de cán- cer, la enfermedad cardíaca y las afecciones respiratorias. La necesidad de acción contra las enfermedades no con- tagiosas es de la máxima urgencia, si tenemos en cuenta el impacto que tiene la edad avanzada sobre todos los aspectos de la prevención y el control de enfermedades crónicas. Un informe reciente de la oficina del censo de los EE UU, destaca el cambio de la población mundial que ya está provocando cambios sociales y económicos en todo el mundo. Por primera vez, la proporción de población mundial de 65 años o más está a punto de superar a la de niños por debajo de cinco años. Un hallazgo clave de este informe es que este envejeci- miento de la población en general, que hasta hace poco se consideraba un fenómeno del mundo desarrollado, afecta cada vez más a los países más pobres. Hasta mediados del 2008, más del 80% del aumento de personas mayo- res al año se daba en los países en vías de desarrollo. Para 2040, más de 1.000 millones de personas de 65 años o más (el 76% de la población mundial) vivirá en países pobres. La Federación Internacional de Diabetes ha unido sus fuerzas a las de la Federación Mundial del Corazón (FMC) y la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC) para aportar una voz más fuerte y unida que pida a la OMS y la ONU que emprenda acciones inmediatas con- tra las enfermedades no contagiosas. Por primera vez, el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) ha incluido las enfermedades no contagiosas (y, concretamente, la diabetes) en su reciente Declaración Ministerial de Alto Nivel. Con mayor insistencia, los de- fensores de alto nivel piden que se convoque una sesión especial de la ONU sobre enfermedades no contagiosas y su inclusión en los ODM. Sin duda alguna, el mundo se está despertando y dándose cuenta. El gran despertar Martin Silink es Presidente de la FID. Es Catedrático de Endocrinología Pediátrica en la Universidad de Sydney y en el Hospital Infantil de Sydney (Australia). Puntos de vista 3 En términos sencillos, cuando hablamos de autocontrol de una enfermedad crónica nos referimos a las acciones que las personas con una enfermedad a largo plazo llevan a cabo a fin de controlar su afección, su tratamiento y la prevención de las complicaciones derivadas. Tal y como Michael Vallis indica en este número especial, la diabetes es posiblemente el campo en el que el modelo de auto- control se ha desarrollado e implementado con más rigor. Desde el punto de vista de la persona con diabetes, el autocontrol diario implica la toma constante de decisiones: cuándo, qué y cómo comer, por ejemplo; cuándo y cómo realizar ejercicio físico; qué elementos llevar consigo per- manentemente. Éstas, entre muchas otras, se repiten hasta el infinito, durante todo el día, todos los días. La persona tam- bién debe tomar otro tipo de decisiones, menos frecuentes pero extremadamente importantes, como las relativas a la elección de terapia y del enfoque general de su tratamiento. Todas ellas conforman el autocontrol diabético, una tarea muy compleja que es de importancia crítica a la hora de conseguir objetivos metabólicos y demás resultados. Es fundamental que haya una educación que ayude a llevar este tipo de autocontrol. La educación para el autocontrol diabético debe preparar a las personas con diabetes para adoptar decisiones documentadas que pueden influir sobre su calidad de vida y, de hecho, su esperanza de vida. En su artículo (así como en la bibliografía que lo acompaña), Martha Funnel presenta pruebas de que la educación dia- bética sirve para mejorar los resultados clínicos y la calidad de vida, a menos a corto plazo. Describe la evolución de la educación para el autocontrol diabético, desde las presen- taciones didácticas primarias hasta modelos más teóricos basados en la capacitación. Aunque insiste en que no existe un enfoque educativo “mejor” que los demás, afirma que los programas que incorporan estrategias conductuales y psicosociales demuestran mejorar los resultados. Los problemas conductuales y psicológicos, así como los medioambientales y sociales que dificultan un buen autocon- trol se resumen en el informativo y práctico artículo de Vallis sobre los obstáculos que dificultan un buen autocontrol. Los problemas motivaciones surgen como factor clave en la capacidad de la persona para lograr con éxito los cambios conductuales necesarios para controlar su afección. Y, tal y como nos recuerda Vallis, la motivación es algo muy deli- cado. Para nosotros, como proveedores sanitarios, una de nuestras principales dificultades es motivar a las personas con diabetes para que consigan modificaciones terapéuticas constantes de su comportamiento. Vallis nos ofrece un útil resumen de los distintos factores implicados y ofrece un modelo práctico para ayudar a la persona a determinar su propia disposición a realizar cambios de estilo de vida. En varios artículos se llega a la conclusión de que nosotros, los profesionales sanitarios, también debemos adoptar una transformación continua respecto al autocuidado. En nuestro caso, se está produciendo más en el campo profesional que en el estilo de vida. Para lograr el cam- bio de paradigma de la percepción de nuestro papel dentro de la atención diabética moderna, que hemos mencionado en distintas editoriales de Diabetes Voice a lo largo de los últimos siete años, más o menos, también se necesita educación y apoyo. Aceptar que la persona con diabetes es, de hecho, la principal responsable de la toma de decisiones en relación a su tratamiento, y renunciar a nuestro antiguo poder de mando, exigirá un aumento de la autoconcienciación y grandes dosis de empatía. Como mínimo, deberíamos leer el artículo de Alan Glaseroff, en el que nos habla de su labor de escu- cha activa y aprendizaje de las personas con diabetes. Dos artículos procedentes de Suiza defienden que las tera- pias “alternativas” y creativas, basadas en el arte, pueden ofrecer un escenario (literalmente, en el caso del artículo de Benedetta Barabino, Marcos Malavia y Jean-Philippe Assal) de aprendizaje y entendimiento mutuo entre personas con diabetes y proveedores sanitarios. Estos programas, aparentemente desenfadados, en realidad encierran unos objetivos muy serios y parecen servir como añadido eficaz a la educación para una amplia de personas afectadas por o que trabajan en el campo de la diabetes. La necesidad de conocerse a uno mismo Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial Helmut R Henrichs es catedrático de medicina interna y diabetólogo. Fundó el Centro de Diabetes Quakenbrück y el grupo de estudio alemán sobre Tecnología y Diabetes, y trabajó como presidente de la Asociación Alemana de Diabetes y la Unión Alemana de Diabetes. www.worlddiabetesday.org ciclismo 30 minutos de ejercicio diario puede reducir en un 40% su riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. ENTIENDA LA DIABETES TIPO 2 REDUZCA EL RIESGO Andar a paso ligero bailar nadar La diabetes puede afectar a cualquiera. Si no se trata es mortal. 14 noviembre Los proveedores sanitarios en diabetes no son ajenos al modelo de autocuidado. De hecho, podríamos decir que la diabetes es el campo en el cual el modelo de autocontrol se ha desarrollado e implementado más a fondo. El matrimonio entre atención clínica experta y autocuidado es una unión ideal y un objetivo cada vez más habitual. Es una metaexcelente, que muchos pueden alcanzar. Pero existe una serie de obstáculos sistemáticos que dificultan el autocontrol. Sin embargo, éstos se pueden identificar y utilizar como un “mapa de carreteras” para alertar a las personas sobre los problemas más frecuentes y orientarlas hacia soluciones efectivas. Michael Vallis nos ofrece un resumen de los obstáculos más extendidos en el autocuidado y sugiere una fórmula para estimular un aumento de la motivación para el autocontrol entre las personas afectadas por una enfermedad crónica. Podemos clasificar los obstáculos para el autocontrol de una enfermedad crónica en tres amplias categorías según su origen: en el individuo, en las relaciones y en el entorno. Obstáculos para el autocontrol en personas afectadas por una enfermedad crónica Michael Vallis Obstáculos basados en el individuo El autocontrol tiene muchas ventajas. Coloca el control en manos del individuo y puede ser una gran fuente de autoeficacia y autoestima, aparte de ser un medio eficaz para mejorar las experiencias con los sín- tomas, la capacidad funcional y la calidad de vida. Ésta es la parte positiva. La ne- gativa es que el autocontrol puede resultar difícil. Una serie de obstáculos sistemáticos 5Dificultades y oportunidades Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial pueden surgir del individuo: motivaciona- les, conductuales o emocionales. Obstáculos motivacionales Saber que un comportamiento concreto es bueno para uno mismo es una cosa; saber cómo comprometerse a llevar esta conducta es otra y, de hecho, conseguir mantenerla a largo plazo otra completamente distinta. Parece que muchos de nosotros estamos preparados para participar en oleadas a corto o medio plazo de comportamiento positivo para la salud, pero que nos cuesta mantener este comportamiento a largo pla- zo. Esto resulta desafortunado, ya que las pruebas sugieren que una conducta sana, incluso en pequeñas cantidades, puede tener unos efectos positivos notables sobre la salud si se mantiene a largo plazo.1 Con el fin de implicarse en una conduc- ta que promueva la buena salud a largo plazo, las personas necesitan estar moti- vadas. Pero la motivación es complica- da. Los proveedores sanitarios tienen un importante papel que jugar a la hora de ayudar a las personas con una afección crónica a encontrar motivaciones que ten- gan sentido, descubiertas por ellas mismas. Mediante el uso de una serie de preguntas, un proveedor sanitario puede ayudar a una persona a encontrar el tipo adecuado de motivación. “ Las personas necesitan saber si están listas para actuar y entender las razones de su disposición o de la ausencia de la misma. ”Además, es importante determinar la dis- posición de una persona a comenzar a cambiar de conducta. Las personas nece- sitan saber si realmente están dispuestas a actuar y comprender las razones para esta disposición o la ausencia de la misma. Muchos de nosotros pensamos que estamos listos cuando, de hecho, lo que queremos es eliminar el problema. Esto podría no significar necesariamente que estemos de- seando hacer todo el trabajo necesario para conseguir el objetivo. El siguiente enfoque puede ayudar a determinar la disposición de actuar de una persona: ¿Considera que X (la conducta no salu- dable) es un problema? ¿Le angustia X? ¿Está usted interesado en hacer algo por cambiar X? ¿En este momento está usted preparado para actuar? Sus respuestas a estas preguntas le ayudarán a determinar su disposición a actuar. Ya que muchas personas se basan en prin- cipios, la motivación para una conducta a largo plazo se ve aumentada si la pregunta Para las personas con una afección crónica, una buena relación con los proveedores sanitarios puede ser de gran ayuda a la hora de promover la autoeficacia. 6 Dificultades y oportunidades “¿Quiere usted conseguir el objetivo Y?” se responde de manera que refleje razo- nes personales y con sentido. Y, ya que muchas personas tienden a deslizarse hacia el camino de la mínima resistencia (la alternativa no saludable a menudo va asociada a un placer más inmediato), la motivación eficaz implica la voluntad de tomar una decisión que pueda generar un placer menos inmediato. Esto significa que viene bien un cierto grado de tolerancia ante la angustia: por ejemplo, “Lo que más me apetece es sentarme en el sofá tras un duro día de trabajo, pero he decidido ir a dar un paseo ligero bajo la fría lluvia”. “ Cuando inicialmente una persona se ve motivada por sentimientos negativos, estas conductas se suelen interrumpir al comenzar a sentir en positivo. ”Frecuentemente, en entornos sanitarios las personas inician una conducta saludable porque, de algún modo, sienten angustia: preocupación, frustración, autocrítica. Los sentimientos negativos son motivadores poderosos. Pero, una vez que las personas han cambiado su comportamiento, dejan de sentirse angustiadas; en algunos casos, se sienten muy bien consigo mismas. Y esto es lo irónico: debido a que inicialmente se vieron motivadas por sentimientos ne- gativos, las personas interrumpen estos comportamientos al comenzar a sentir en positivo. La motivación a largo plazo re- quiere fuentes de motivación tanto positivas como negativas: “Estoy preocupado, así que voy a empezar; me siento orgulloso de mi mismo por cambiar, así que seguiré así.” La motivación para una conducta saludable puede verse ayudada por un análisis de las ventajas y desventajas del cambio. Es muy frecuente que las desventajas del cambio interfieran con el autocontrol a largo plazo. Si soy un comedor emocional y reduzco la cantidad que ingiero durante la cena, podría no ser capaz de controlar mis emociones tan fácilmente cuando siento angustia, aumentando la posibilidad de que vuelva a comer. Identificar las venta- jas y las desventajas puede ayudar a las personas a identificar las acciones que necesitan emprender con el fin de evitar que las desventajas interfieran con la mo- tivación para cambiar. Obstáculos conductuales Una vez que una persona tiene la motiva- ción para cambiar, su conducta se convier- te en la protagonista principal. Hay cuatro pasos en la modificación de conducta que pueden ayudar a evitar dar dos pasos hacia delante y tres pasos hacia atrás. Establecer objetivos: muchas personas se proponen objetivos que no pueden conseguir. Los objetivos recomendados son concretos, medibles, alcanzables, relevantes y oportunos (conocidos como objetivos ‘SMART’). Dar forma al comportamiento: muchas personas adoptan un enfoque de “todo o nada” de su comportamiento. Las prue- bas sugieren que el éxito es más probable si se secuencian los objetivos SMART de modo que el siguiente paso no sea mayor que el anterior y que tan sólo se trabaje sobre una cantidad limitada de objetivos a un mismo tiempo.2,3 Este plan maximiza la probabilidad de que un experiencia de éxito venga seguida de otra experiencia de éxito, etc. Además, si el siguiente paso es tan sólo igual de difícil que los ya completados, aumen- tará la confianza, la cual es un potente indicador de un cambio futuro.4 Controlar estímulos: aunque a muchas personas les gusta pensar que su com- portamiento está enteramente bajo su control, las pruebas sugieren que mu- chos factores, como las situaciones y las personas, afectan a la hora de elegir. El control de estímulos consiste en identificar las situaciones que van asociadas a las elecciones menos saludables y alterar dichas situaciones con el fin de reducir su influencia. Por ejemplo, si a una per- sona le gusta comer patatas fritas, podría “ Lleva mucho tiempo que un comportamiento saludable se instaure permanentemente dentro del estilo de vida de una persona. ” 7Dificultades y oportunidades Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial Michael Vallis Michael Vallis es adjunto de cátedra del Departamentode Psicología en la Universidad de Dalhousie (Canadá) y ejerce como psicólogo en la Autoridad Sanitaria del Distrito Capital de Halifax, en Nova Scotia (Canadá). Bibliografía 1 National Institutes of Health, National Heart, Lung, and Blood Institute. Clinical guidelines on the identification, evaluation, and treatment of overweight and obesity in adults: The evidence report. Obes Res 1998; 6(Suppl): S5-S210. 2 Funnell MM, Anderson RM. Empowerment and Self-Management of Diabetes. Clinical Diabetes 2004; 22: 123-7. 3 Anderson RM, Funnell MM. Compliance and adherence are dysfunctional concepts in diabetes care. Diabetes Educ 2000; 26: 597-604. 4 Glasgow RE, Toobert DJ, Gillette CD. Psychosocial Barriers to Diabetes Self- Management and Quality of Life. Diabetes Spectrum 2001; 14: 33-41. 5 Polonsky WH, Fisher L, Earles J, et al. Assessing psychological distress in diabetes: Development of the Diabetes Distress Scale. Diabetes Care 2005; 28: 626-31. 6 Lorig KR, Sobel DS, Stewart AL, et al. Evidence suggesting that a chronic disease self-management program can improve health status while reducing hospitalization: a randomized trial. Med Care 1999; 37: 5-14. autoimponerse una norma para no llevar patatas fritas a casa y comerlas tan sólo cuando salga, así como comprar tan sólo bolsas pequeñas en vez de grandes. Controlar refuerzos: parece ser que lleva mucho tiempo que los comportamientos saludables recién adquiridos se instauren dentro de la vida de una persona. Definir objetivos y autorrecompensarse por conse- guirlos es una buena manera de ayudar a las personas a cambiar una conducta saludable por un estilo de vida saludable. Obstáculos emocionales Existen pruebas de que la angustia emo- cional, especialmente la depresión y la ansiedad, interfieren con el autocontrol.5 Los proveedores sanitarios de diabetes pueden resultar de gran ayuda para las personas que estén experimentando angus- tia emocional, ya que pueden ofrecer ayu- da, así como intervenciones psicológicas organizadas. El bajo nivel de confianza en uno mismo o autoeficacia representa otro importante obstáculo emocional que dificulta un buen autocontrol.4 También en este caso, una relación positiva con los proveedores sanitarios puede ser de gran ayuda para estimular la autoefica- cia (aumentar la fe de una persona en su capacidad de conseguir objetivos, como el cambio de comportamiento). Obstáculos basados en las relaciones No vivimos aislados. Los seres humanos son altamente sociables y nuestra conducta viene fuertemente influenciada por quienes nos rodean: nuestros familiares, compañe- ros de trabajo, proveedores sanitarios. Si estas personas nos prestan su apoyo para el autocontrol, puede resultar una influencia muy positiva. Por las mismas razones, si una persona está rodeada por personas que no la apoyan en su autocontrol, su tarea resultará mucho más difícil. Resulta útil si una persona emplea cierto tiempo en identificar a las personas que respaldan su conducta de autocontrol y a las que no. Tener un plan para tratar con las personas que menos ayudan es una estrategia muy útil. Las técnicas de comunicación asertiva pueden resultar de gran ayuda a la hora de interactuar con personas que podrían no respaldar las conductas sanas de autocontrol. “ Resulta útil identificar a quienes respaldan las conductas de autocontrol y quienes no lo hacen. ”En el caso de las personas con una afec- ción crónica, la relación con sus provee- dores sanitarios es clave. Las interacciones abiertas y de apoyo, en las cuales las per- sonas se puedan sentir libres para hablar sobre sus dificultades, así como sobre los cambios positivos que intentan alcanzar, pueden ser de gran ayuda a la hora de su- perar dichas dificultades. Pruebas recientes procedentes de programas de autocontrol de enfermedades crónicas sugieren que se puede mejorar el tipo de apoyo que aporta la relación con los proveedores sanitarios.6 Obstáculos medioambientales Un buen comportamiento para el autocon- trol suele ir contracorriente dentro de una sociedad industrializada. En este contex- to, ser consciente de los determinantes sociales de la salud resulta muy útil. En muchas sociedades, resulta más fácil po- der permitirse y escoger alimentos pocos saludables que alimentos sanos; el medio ambiente urbano hace que resulte difícil ser físicamente activo; la necesidad de realizar las múltiples tareas que implica el estilo de vida de muchas personas hace que sea difícil controlar el estrés y tomar el tiempo necesario para el autocuidado. Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial 8 Dificultades y oportunidades Resulta útil que las personas trabajen con su proveedor sanitario para identificar los obstáculos medioambientales que dificultan su autocontrol. Una planificación creativa y el apoyo social pueden servir de gran ayu- da a la hora de superar dichos obstáculos. De vez en cuando, el médico de familia y director médico Alan Glaseroff entrevista a un panel de personas con diabetes ante un público formado por otras personas con la afección, profesionales de la medicina, educadores diabéticos y equipos clínicos. Los miembros del panel son personas que, tras haber conseguido superar obstáculos que al principio les hicieron luchar contra su afección, están deseando compartir su historia. Se pregunta a los miembros del panel sobre: su peor momento con diabetes; el modo en el que lo superaron en ese momento; cómo la atención médica que recibieron les retrasó y cómo les ayudó. Este artículo resume algunas de las respuestas más frecuentes y ofrece una serie de lecciones para proveedores sanitarios de personas que están aprendiendo a gestionar su afección cada día. Aprender de quien ya aprendió: convertir la esperanza en acción Alan Glaseroff ¿Cuál ha sido su peor momento con la diabetes? Los peores momentos de cada persona llegan en diversas formas y tamaños. Una joven madre describió el día en que le diagnosticaron a su hija de cuatro años diabetes tipo 1. El pediatra que realizó el ingreso le dijo que no sólo el hospital no sabía cómo tratar a una niña tan pequeña, sino que no estaba seguro de que pudiesen encontrar otro hospital que pudiese encar- garse de ella. Otra mujer con diabetes tipo 1 y retinopatía (y un historial de 19 ingresos previos en la unidad de cuida- dos intensivos por cetoacidosis diabética) que cuidó de su abuela cuando era niña, cambiándole las vendas de sus miembros amputados, fue averiguar que ella tenía la misma enfermedad. Un profesor universi- tario describió su creciente sensación de fracaso tras ver que su régimen diario de ejercicios y medicación oral no conseguía controlar su glucemia antes de que le diag- nosticasen diabetes tipo 2, lo que le dejó con el miedo de no merecer que le fuese bien porque era “débil” y, por lo tanto, no merecía que la ayudasen. “ Muchas personas se aferran a la negación, eliminando de su mente cualquier cosa relacionada con la diabetes. ”Hay tantas historias como personas. El factor común entre ellas es la sensación de falta de control sobre el futuro. Esto crea 9Dificultades y oportunidades Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial una sensación de fatalidad inminente. Sin esperanza, las acciones de una persona tendrán pocas consecuencias. Muchas per- sonas se aferran a la negación, eliminando de su mente cualquier cosa relacionada con la diabetes. Mi peor momento llegó la noche en la que descubrí que tenía diabetes, a los 31 años, tras acabar de finalizar mi formación como médico de familia. Había estudiado en la facultad de medicina y en los cursos de formación para medicina familiar que la diabetes probablemente reduciría mi tiempo de vida en una o dos décadas y que correría durante toda la vida el riesgo de sufrir una discapacidad. Esto sucedió en 1983, tan sólo unos años antes de que llegase al mercado el primerglucómetro doméstico y ocho años antes de que se publicase el Ensayo sobre el Control de la Diabetes y sus complicaciones (DCCT), que demostró que un estrecho control glucémico podría reducir de manera importante el riesgo de complicaciones en personas con diabetes tipo 1. También tenía un vívido recuerdo de mi infancia de un buen amigo de la familia con diabetes tipo 1 que per- dió la vista, las dos piernas y, finalmente, murió de insuficiencia renal con poco más de cincuenta años. Aquella noche, tumbado en la cama, estaba próximo a la desesperación. Me encontré sufriendo por mi posible futuro, ya que no iba a vivir lo suficiente como para ver a mis hijos convertirse en adultos, perdiendo a mi amada esposa. Me sentía Tener un proveedor sanitario que sepa escuchar, que formule preguntas abiertas y no juzgue se percibe como una gran ayuda. enfadado y deprimido. Había perdido un mecanismo de afrontamiento clave que permite a los profesionales médicos distan- ciarse emocionalmente de la tragedia, la muerte y la discapacidad que les rodean. Y la enfermedad que yo tenía era la cau- sa principal de ceguera en adultos y de insuficiencia renal en mi país. Tenía tanto miedo que apenas podía controlar mi respi- ración. Me llevó 45 minutos administrarme mi primera dosis de insulina, a pesar de haber colocado agujas de gran calibre en todo tipo de vena y en la mayoría de los órganos del cuerpo humano. “ Tener un modelo de actuación cambió su sistema de creencias desde la tragedia inevitable hacia la esperanza. ”Además, cuando hice mi solicitud de segu- ro de discapacidad, vi que yo era de un riesgo tan alto que no podía ni permitirme la prima que ofrecían. Me sentí expuesto y muy vulnerable. ¿Dónde iba a encontrar esperanza? Me convencí a mí mismo de que la causa principal de ceguera e insu- ficiencia renal en adultos era, de hecho, una diabetes fuera de control, y no la propia diabetes. Me negué a estar en ese grupo: pensaba controlar mi futuro. Cuando se publicó el DCCT en 1991, me sentí reivindicado. Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial 10 Dificultades y oportunidades ¿Cómo consiguió salir intacto de su crisis? La mujer que había sido ingresada 19 veces en urgencias con complicaciones visuales nos contó que conoció a una joven médica con diabetes tipo 1, que era la imagen viva de la buena salud. ¿Cómo era posible que la experiencia de esta doctora fuese tan distinta de la suya? Por primera vez, tenía un modelo de actua- ción. Esto le permitió cambiar su sistema de creencias desde la tragedia inevitable hacia la esperanza. Un hombre con diabetes tipo 2, que se rebelaba contra su enfermedad ne- gándola completamente, conoció a un educador diabético que le dijo: “Eres el director del Consejo de Administración de tu cuerpo. ¿Quieres contratar o des- pedir?” Esta simple analogía le permi- tió verse a sí mismo como alguien que mandaba, y no como un “sirviente” que necesita rebelarse a fin de escapar de la opresión. La joven madre de la niña de cuatro años con diabetes tipo 1 co- noció a otros padres en la misma situa- ción a través de su clínica de diabetes pediátrica e inmediatamente se sintió acompañada y apoyada. Mi propia escapatoria de la desesperanza vino impulsada por un libro, ‘Diabetes: The GlucograF Method’ (Diabetes, el Método GlucograF), escrito por Richard Bernstein, otro médico con diabetes tipo 1 que de- sarrolló un método para controlar la glu- cemia utilizando los análisis en casa para autoajustarse la insulina, dosis a dosis. Este enfoque fue inicialmente condenado como “herejía” por un sistema médico que estaba más acostumbrado a dar órdenes que a “ceder” el control de la gestión de una enfermedad crónica a las personas con diabetes. Alan Glaseroff Alan Glaseroff es director médico de Humboldt IPA en el norte de California (EE UU) y mantiene una clínica privada a tiempo parcial de medicina familiar. Le diagnosticaron diabetes tipo 1 en 1983 y fue nombrado Médico de Familia del Año en 2009 por la Academia de California de Médicos de Familia. Para saber más… Bernstein RK. Diabetes: The GlucograF Method for Normalizing Blood Sugar. Crown Press. New York, 1981. El libro de Bernstein reforzó mi convicción de que podía controlar mi afección, y de que el autocontrol es el modelo ideal para la atención diabética. Pronto me encontré a mí mismo rodeado de personas que también estaban decididas a controlar su propio futuro. Aunque podía recetar medicamentos (y quizá entendía mejor la fisiología y el metabolismo), mi práctica clínica se con- virtió en una especie de punto de contacto entre iguales. Atención médica: ¿qué le ha retrasado y qué le ha ayudado? Este ciclo de preguntas representa una oportunidad de oro para las personas afectadas por la diabetes del panel, así como para los proveedores sanitarios del público: por una parte, una oportunidad para decirle a los proveedores sanitarios lo que saben acerca de la vida con diabetes; por la otra, una oportunidad de formular preguntas sobre personas reales con dia- betes sin sentirse incómodo. Por lo general, las personas con diabetes quieren que sus proveedores sanitarios eviten utilizar el miedo para aplicar presión (para seguir un régimen o una recomenda- ción); perciben que les sirve de mucha más ayuda una actitud de ánimo. Las historias positivas en esta sección incluían por lo general a un educador que se preocupaba, a un igual con diabetes experimentado que les ayudó y/o a una familia o grupo de iguales que les dio su apoyo. Tener un proveedor sanitario que sepa escuchar, formule preguntas abiertas y no les juzgue fue algo que se mencionó con frecuencia. Muchas personas reconocieron que, aun- que son conscientes de lo que se supone que deben hacer en cuanto a su control dia- bético, a veces no lo hacen. Además, cuan- do se ven frente a su proveedor sanitario, se ponen a la defensiva y se resisten a seguir los consejos y cambiar de actitud. La búsqueda de la perfección deja a muchas personas desanimadas y puede generar agotamiento. Pero, cuando se identifican los problemas de una manera distinta a la confrontación y se negocian las solucio- nes, las personas están más que deseando comprometerse. Además, aprender a re- solver problemas descomponiéndolos en piezas manejables hace que aumenten las probabilidades de éxito. Aprender de quien aprendió Se pide a las personas con una afección crónica como la diabetes que “realicen a diario actos de heroísmo”. La total apre- ciación de lo que tienen que atravesar, y cómo esto afecta a las creencias que mantienen acerca de su afección y sus perspectivas de futuro son pasos iniciales clave hacia la construcción de una colabo- ración clínica eficaz. Como proveedores sanitarios, podemos ayudar a las personas a moverse hacia la acción permitiéndolas que nos cuenten lo que quieren y pueden hacer y ayudándoles a conseguir sus ob- jetivos convirtiendo una esperanza recién encontrada en acción. 11Dificultades y oportunidades Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial Dificultades para las personas con diabetes Hay una gran cantidad de pruebas que respaldan la idea de que las dificultades relacionadas con la observancia del tratamiento tienen distintas causas: las intervenciones terapéuticas en las enfer- medades crónicas son múltiples, simultáneas o secuenciales. Dichas intervenciones se basan en percepciones causales, en la etapa y la gravedad de la enfermedad, en el contexto social y económico y en el acceso a los recursos y la atención sanitaria. En los países en desarrollo, es frecuente que las personas con una enfermedad crónica busquen la ayuda de un curandero tradicional o religioso. Sin embargo, en cualquier caso, las personas con diabetes nece- sitarán tarde o temprano la ayuda de la biomedicina, sea cual Dificultades para el autocontrol diabético en países en vías de desarrollo Xavier Debussche, Maryvette Balcou-Debussche,Stéphane Besançon, Sidibé Assa Traoré En los países en desarrollo, los recursos económicos y humanos son limitados, a pesar de las graves necesidades y los múltiples problemas sanitarios. Más de tres cuartas partes de la población diabética del mundo viven en países en desarrollo. Entre 2000 y 2025, el aumento del número de casos en estos países rondará el 170%. En el mundo en desarrollo, la diabetes, al igual que otras enfermedades crónicas, suele ignorarse a la hora de considerar las prioridades sanitarias; se sigue dando un mayor protagonismo a la atención inmediata y aguda frente a la prevención. La oferta de educación para capacitar a las personas para autocontrolar su afección crónica se encuentra con dificultades a tres niveles: pacientes, proveedores sanitarios y sistemas sanitarios. sea su estatus social o económico.1 Las distintas interacciones e influencias a nivel social, cultural y material dentro del entorno de una persona hacen que las relaciones entre conocimientos, actitudes y comportamientos sea compleja.2 A nivel práctico, es importante tener en cuenta los límites de las iniciativas educativas terapéuticas en relación a la accesibilidad, la falta de apoyo social y el coste para el individuo, especialmente en entornos de bajos recursos de países en desarrollo. Dificultades para los profesionales sanitarios Los proveedores sanitarios encuentran grandes problemas a la hora de controlar a largo plazo a las personas con diabetes. El acceso a la medicación diabética oral y a la insulina es limitado y estos Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial 12 Dificultades y oportunidades medicamentos son caros.3 Lo más frecuente es que las personas con diabetes tengan que pagar la totalidad de su tratamiento. Además, muchos países en desarrollo sufren una falta de médicos y otros proveedores sanitarios. A menudo, la falta de rastreos de población y de acceso a una revisión suele tener como consecuencia que la diabetes tan sólo se detecte cuando ya se hayan desarrollado complicaciones graves. La disponibilidad de un sistema de control glucémico es extremadamente limitada. Los análisis de HbA1c tan sólo están disponibles en las grandes ciudades. Los análisis son muy caros y en la mayoría de los casos los realizan laboratorios privados. En Mali y Burundi, en donde el salario mensual medio es de 60 EUR, un análisis de HbA1c cuesta 15 EUR. Dentro de este contexto, más del 70% de las personas jamás se somete a un análisis de glucemia a largo plazo y tienen que monitorizarse mediante un análisis de mensual de orina o de glucemia capilar. Un aparato para realizar análisis de sangre cuesta alrededor de 100 EUR; el precio de las tiras reactivas va de los 25 EUR a los 40 EUR por caja de 50 unidades.4 Las actividades educativas para personas con diabetes son prácticamente inexistentes. Los principales obstáculos son la falta de tiempo, las limitaciones culturales y económicas, la falta de disponibilidad de los tratamientos, el coste de los alimentos y la falta de formación para proveedores sanitarios. Dentro de un entorno dominado por las enfermedades infecciosas, los profe- sionales sanitarios suelen renunciar a la inversión necesaria para un control eficaz de las enfermedades crónicas. Dificultades para los sistemas sanitarios En los países en desarrollo, las políticas sanitarias se centran en la amenaza que presentan las enfermedades agudas. En la mayoría de los casos faltan guías y protocolos nacionales sobre diabetes: no hay una política estructurada para comprar medicamentos genéricos a bajo coste, al contrario de lo que sucede en el caso del VIH/SIDA. Los sistemas sanitarios públicos afrontan importantes dificultades, mientras que los costes de la atención sanitaria, el tratamiento y los rastreos los cubren las personas con diabetes. Algunas soluciones A pesar de los problemas relacionados con la insuficiente canti- dad de proveedores sanitaros y el acceso mínimo a tratamientos y rastreos, se podrían explorar varias soluciones potenciales: Se podrían combinar iniciativas educativas con los rastreos, la prevención y el seguimiento y adaptarse a las circunstancias locales. Esta estructura facilitaría la identificación de las personas que tienen necesidad real de asesoramiento médico, basándose en sencillos indicadores clínicos y umbrales realistas (IMC, perí- metro de cintura, tabaquismo, niveles de glucemia, duración de la diabetes, síntomas clínicos de complicaciones), y se reduciría la necesidad de medicamentos si se actuase simultáneamente sobre los distintos factores de riesgo. Los iguales y los proveedores sanitarios, además de los mé- dicos, podrían utilizarse para el seguimiento, la prevención y la educación. Con la formación adecuada y con la ayuda de la experiencia médica necesaria para tratar la diabetes y sus complicaciones, estas personas pueden responsabilizarse del Tanto los iguales como los distintos proveedores sanitarios, además de los médicos, podrían participar en el seguimiento, la prevención y la educación. 13Dificultades y oportunidades Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial Xavier Debussche, Maryvette Balcou-Debussche, Stéphane Besançon, Sidibé Assa Traoré Xavier Debussche es jefe de la unidad de endocrinología y diabetología del Centro Hospitalario Regional Félix Guyon de Saint-Denis, en Réunion (Francia). Maryvette Balcou-Debussche es etnosocióloga encargada de la educación sanitaria en la Universidad IUFM de La Réunion, en Saint-Denis (Francia). Stéphane Besançon es directora de Santé Diabète Mali. Sidibé Assa Traoré es catedrático de Endocrinología en el Hospital Universitario de Medicina Interna del Hospital Nacional de Bamako, responsable de la unidad de diabetología y endocrinología. Bibliografía 1 Debussche X, Roddier M, Fianu A, et al. Health perceptions of diabetic patients in the REDIA study. Diabet Metab 2006; 32: 50-5. 2 Balcou-Debussche M. L’éducation des malades chroniques : une approche ethnosociologique. Ed. des archives contemporaines 2006: 280. 3 Beran D, Yudkin S. Diabetes care in sub-Saharan Africa. Lancet 2006; 368: 1689-95. 4 Sidibé AT, Besançon S, Beran D. Le diabète : un nouvel enjeu de santé publique pour les pays en voie de développement : l’exemple du Mali. Médecine des Maladies Métaboliques 2007; 1: 93-8. 5 Bakker K, Abbas ZG, Pendsey S. Step by Step, improving diabetic foot care in the developing world. Pract Diab Int 2006; 23: 8. 6 Besançon S, Sidibe AT, Nientao I, Sow DS. Comment a été développé le programme de prévention et de prise en charge spécifique du pied diabétique au Mali ? Développement et Santé 2009; 193 : 45. 7 Balcou-Debussche M. Une approche ethnosociologique de l’éducation thérapeutique : les nids d’apprentissage dans le diabète de type 2. L’éducation thérapeutique en France : pratiques, modèles, évaluations. INPES. Paris, 2009. seguimiento. Este enfoque permitiría a los médicos emplear más tiempo en su campo de experiencia. En cada país, al menos debería identificarse un centro de espe- cialistas en diabetes como referencia nacional para esta afección. Algunos ejemplos Mali y Tanzania En Mali y en Tanzania, la descentralización ha permitido el acceso simultáneo a un tratamiento y una educación básica en diabetes. En Mali, han descendido los ingresos de urgencia por casos de hipoglucemia grave. La presencia de médicos al nivel más bajo de la pirámide sanitaria ha facilitado la impartición de educación al paciente para la inyección de insulina. Esto ha tenido como resultado una reducción de los riesgos vinculados a la administración de dicha hormona. En muchos países en desarrollo, los profesionales sanitarios no recomiendan la automonitorización por ser demasiado cara. El ejemplo de Mali, sin embargo, demuestra que la descentralización de la atención, sumada a iniciativas relacionadas con las tiras reactivas, puede generar una reducción deentre el doble y el triple del coste del control glucémico y un aumento importante de su disponibilidad. La estructura de la atención es complementaria al establecimiento de la educación. El enfoque “Step by Step”5, que se ha probado en India, Tanzania y Mali, ha optimizado la prevención y el control de las lesiones del pie, con resultados espectaculares en Tanzania. En Mali, los resultados conseguidos por la unidad del pie del distrito de Bamako también resultan bastante impresionantes.6 Burundi Tras los conflictos militares de Burundi, la fragilidad del sistema sanitario convirtió la implementación de iniciativas preventivas en una prioridad. En 2007, se organizó un programa estructu- rado de educación y prevención en Bujumbura. Combinando los esfuerzos de varios centros sanitarios, ONGs y asociaciones de pacientes, se consiguió ofrecer análisis gratuitos de glucemia. En menos de 2 años, más de 2.000 personas iniciaron un ciclo educativo. Indicadores precisos recopilados durante las sesiones educativas aportaron una perspectiva del estatus de salud de la población y permitieron a los servicios sanitarios centrarse en la máxima necesidad de tratamiento. Los programas educativos tuvieron en cuenta los problemas de accesibilidad para las per- sonas con baja alfabetización.7 Desde junio de 2007 y hasta marzo de 2009, 27 médicos, 44 enfermeros y 2 educadores sanitarios recibieron formación. Conclusión El acceso al autocontrol diabético es un importante desafío en los países en desarrollo. Con el fin de que las iniciativas exis- tentes sean sostenibles, es necesario establecer un sistema de atención diabética con recursos humanos preparados, tanto a nivel central como periférico. El acceso geográfico y económico a un tratamiento son factores clave. Igualmente, el acceso a la educación debe convertirse en una prioridad. Estas inversiones engendrarán a largo plazo una reducción de los altos costes que generan las complicaciones diabéticas. Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial 14 Dificultades y oportunidades La diabetes aumenta el riesgo de una persona de desarrollar múltiples complicaciones para su salud. Pero estos riesgos se pueden ver notablemente reducidos mediante un estrecho control de la glucemia. Aunque la monitorización directa de los niveles de glucosa como orientación para ajustar los niveles de insulina es hoy día parte probada del autocontrol en personas con diabetes tipo 1, el papel de la monitorización de la glucosa en personas con diabetes tipo 2 está bastante menos definido. A lo largo de la vida de una persona con diabetes tipo 2, las prioridades de autocontrol cambian como reflejo del descenso de la capacidad de producir insulina endógena, de la sensibilidad a dicha hormona y las exigencias de un régimen de medicación cada vez más complejo. Andrew Farmer nos explica por qué debería plantearse la necesidad de automonitorización rutinaria de la glucemia en todas las personas con diabetes tipo 2 según vaya progresando el curso de su afección. Automonitorización de la glucemia en personas con diabetes tipo 2: la necesidad de entender mejor Andrew Farmer El éxito del control diabético se puede juz- gar mediante la monitorización de los nive- les de HbA1c, que coinciden estrechamente con los niveles medios de glucosa a lo largo de las seis a ocho semanas precedentes. La elevación constante del nivel de HbA1c va asociada a un aumento del riesgo de complicaciones; su reducción va asociada a una disminución del riesgo. Sin embargo, los niveles de HbA1c suelen medirse en intervalos de dos a tres meses y tan sólo pueden indicar una necesidad general de intensificar o moderar el control glucémico. Se necesitan otras estrategias, además de la medición de la HbA1c, para ayudar a las personas con diabetes a juzgar, a intervalos frecuentes, el grado en el que están consiguiendo cumplir su plan de autocontrol. La medición regular de la glucemia es un componente clave del autocontrol para muchas personas con diabetes. Sin embargo, utilizar o no la 15Implicaciones para la práctica clínica Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial prueba, la frecuencia y el momento de realizarla, el modo de interpretar sus re- sultados y las acciones que se emprendan en consecuencia, variarán según el tipo de diabetes, la etapa de la afección y el entorno en donde se realice. Aunque los niveles de glucemia se pueden medir con gran exactitud a partir de mues- tras de sangre en un laboratorio, los glucó- metros manuales permiten realizar análisis convenientes, aunque menos exactos, en casa, el lugar de trabajo o en momentos de ocio. El glucómetro medio tiene hoy día el tamaño de la palma de la mano. Para cada medición se utiliza una tira o un disco reactivo de plástico desechable. Las tiras reactivas podrían variar de un lote a otro y muchos glucómetros aún necesitan ser calibrados, ya sea manualmente o mediante un chip electrónico. Los glucómetros más modernos tienen una exactitud similar cuando el aparato está correctamente calibrado y se utilizan ade- cuadamente. Sin embargo, el coste de cada tira reactiva va de los 0,30 USD a 1,00 USD. Algunos sistemas sanitarios reembolsan los costes de los análisis, pero muchas personas con diabetes deben cos- tear los análisis de su propio bolsillo. ¿De qué sirve? En el momento del diagnóstico, para al- gunas personas con diabetes tipo 2 no resulta fácil aceptar que tienen diabetes. Se les podría haber diagnosticado como resultado de un análisis de sangre y no tras haber desarrollado síntomas provocados por los altos niveles de glucemia y, por lo tanto, no ven pruebas que les convenzan de que existe un problema. Algunas per- sonas con diabetes tipo 2 manifiestan que un período corto de automonitorización de la glucemia (AMG) sirve para comprender mejor su afección y el modo en que la in- gesta de carbohidratos y la actividad física podrían afectar sus niveles de glucosa. El valor de utilizar las pruebas de glucemia de este modo probablemente variará según el entorno o el grupo de personas. La AMG también es necesaria para las personas con diabetes tipo 2 que inician un tratamiento con insulina, momento en que la cantidad de insulina inyectada debe aumentarse cada tres o cuatro días hasta conseguir reducir los niveles de glucemia a los objetivos recomendados. Algunas de estas personas no habrán iniciado (o aumentado) las dosis de medicación oral hipoglucemiante. La AMG podría resul- tar útil en estas circunstancias para evitar largos retrasos a la hora de alcanzar el control, a la vez que se monitorizan los niveles de HbA1c a intervalos trimestrales. Algunos estudios han aportado pruebas de que la AMG podría ayudar a las personas a aumentar la cantidad de medicación oral hipoglucemiante según sea necesario.1 Sin embargo, se necesita más información acerca de quién se verá más beneficiado de este enfoque, ya que el impacto sobre el control general demostrado hasta el momento es pequeño. Algunas personas utilizan la AMG para poder recordar continuamente el impacto día a día de su estilo de vida, observar cómo aumenta la glucemia según la in- gesta de carbohidratos o desciende con la actividad física, y utilizar esta informa- ción para emprender las modificaciones apropiadas de estilo de vida. Sin embargo, faltan pruebas que demuestren que este nivel de motivación pueda conseguirse de manera rutinaria, incluso con niveles óptimos de apoyo. Aunque algunas personas manifiestan que aumenta su motivación gracias a los aná- lisis regulares de glucemia, otras destacan su frustración cuando no son capaces de darle sentido a lo que parece ser un patrón al azar dentro de los resultados de las pruebas. Como consecuencia, a algunas personas otras les podrían resultar más atractivas formas alternativas de automo- nitorización para poder revisar la eficacia de su autocontrol. Entre estas opciones se encuentrael registro de los medicamentos administrados según prescripción médica; anotar las variaciones del peso según “ Un período corto de automonitorización de la glucemia podría servir de ayuda a la hora de entender mejor la diabetes. ” Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial 16 Implicaciones para la práctica clínica mediciones semanales; registrar la ingesta de alimentos o utilizar un podómetro para contar el número de pasos que se dan al día. Registrar el progreso hacia un objetivo es una manera muy eficaz de identificar y controlar dicho progreso y reforzar la automotivación. “ Si las personas perciben que los proveedores sanitarios no están interesados en sus resultados, cuestionarán el valor de este procedimiento. ”Fomentar un mejor uso Muchas personas con diabetes tipo 2 siguen revisando su glucemia con regu- laridad a lo largo de varios años, y man- tienen un registro de los resultados en su glucómetro, en un diario en papel o en el ordenador. Sin embargo, en algunos casos, los resultados no son revisados ni por las personas con diabetes tipo 2 ni por sus proveedores sanitarios. Si las personas perciben que sus proveedores sanitarios no están interesados en sus resultados, registrados con tanto esmero, cuestionarán el valor de este procedimiento.2 Muchas recomendaciones recientes acerca del uso de la automonitorización han destacado la necesidad de que la Algunas personas encuentran motivación en los análisis regulares de glucemia; otras se sienten frustradas ante lo que parece ser un patrón aleatorio de los resultados. 17Implicaciones para la práctica clínica Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial automonitorización vaya acompañada de una educación sobre el uso de los resultados. Sin embargo, el grado en el que el apoyo o la formación por parte de profesionales sanitarios puede mejorar la comprensión de los resultados de las pruebas no está claro.2 Por lo tanto, se han realizado esfuerzos por desarrollar programas que animen a las personas con diabetes tipo 2 no tratada con insulina a darle el mejor uso posible a la AMG. Un vistazo a las pruebas Analizar los resultados de los ensayos en los cuales se asignan distintos tratamientos al azar a varios grupos de personas es el mejor modo de decidir si la AMG genera- rá o no beneficios, aunque las personas que aceptan participar en un ensayo de este tipo podrían no ser un reflejo típico de la población general con diabetes tipo 2. Desde 2000, una serie de ensayos al azar de seis meses de duración ha comparado el uso de la automonitorización con la no monitorización. Una revisión reciente de estos ensayos llegó a la conclusión de que, en el caso del tipo de personas incluidas en los ensayos, el beneficio extra de utilizar la AMG es un descenso del 0,2% de la HbA1c.3 “ Es posible que el uso de la automonitorización pueda haber ganado muchos adeptos sin que haya suficientes pruebas de su eficacia económica. ”Sin embargo, otras revisiones han dado lugar a que exista la posibilidad de que la AMG resulte más útil cuando la llevan a cabo personas con una diabetes peor controlada, o que el efecto de la AMG no se pueda discernir al compararla con un historial de buena educación diabética. Algunos estudios también llevan a pensar en la posibilidad de que la carga que supone realizar pruebas de glucemia con regularidad pueda reducir la motivación para seguir efectuando análisis, gene- rando una disminución de la calidad de vida.4 Por lo tanto, es posible que el uso rutinario de AMG “haya ganado muchos adeptos sin que haya suficientes pruebas de su eficacia económica para todas las personas con diabetes”.5 Algunas conclusiones Con toda claridad, la AMG debería po- nerse a disposición de las personas con diabetes cuando la información que ob- tengan de los análisis se pueda utilizar para ajustar activamente el tratamiento, mejorar el entendimiento de la diabetes y evaluar la eficacia del plan de control de la glucemia. La AMG podría jugar un papel de ayuda a la hora de ajustar la medicación oral hipoglucemiante y de ofrecer información sobre hipoglucemia y, de este modo, poder evitarla. Nuevas investigaciones podrían determinar el mejor modo de utilizar los autoanálisis en personas que no estén controlando su afección con eficacia, o como parte de un programa educativo inicial o intermitente. Sin embargo, no hay pruebas que respal- den que se pida a todas las personas con diabetes tipo 2 bien controlada, no tratada con insulina, que se automonitoricen la glucemia con regularidad. Andrew Farmer Andrew Farmer es profesor especializado y director de la Unidad de Ensayos Clínicos del Departamento de Atención Primaria en la Universidad de Oxford (RU). Bibliografía 1 Barnett AH, Krentz AJ, Strojek K, et al. The efficacy of self-monitoring of blood glucose in the management of patients with type 2 diabetes treated with a gliclazide modified release-based regimen. A multicentre, randomized, parallel-group, 6-month evaluation (DINAMIC 1 study). Diabetes Obes Metab 2008; 10: 1239-47 2 Peel E, Douglas M, Lawton J. Self-monitoring of blood glucose in type 2 diabetes: longitudinal qualitative study of patients’ perspectives. BMJ 2007; 335: 493. 3 Towfigh A, Romanova M, Weinreb JE, et al. Self-monitoring of blood glucose levels in patients with type 2 diabetes mellitus not taking insulin: a meta-analysis. Am J Manag Care 2008; 14: 468-75. 4 Farmer A, Wade A, Goyder E, et al. Impact of self monitoring of blood glucose in the management of patients with non-insulin treated diabetes: open parallel group randomised trial. BMJ 2007; 335: 132. 5 Kahn R, Anderson JE. Improving Diabetes Care: The Model for Health Care Reform. Diabetes Care 2009; 32: 1115-8. Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial 18 Implicaciones para la práctica clínica Los datos procedentes de ensayos controlados al azar sugieren que la AMG probablemente sólo sirva de herramienta eficaz para el autocontrol cuando proveedores sanitarios y/o personas con diabetes revisan sus resultados y actúan en consecuencia para modificar el comportamiento y/o ajustar el tratamiento. Aunque es necesario seguir investigando para evaluar mejor los beneficios, el uso óptimo y la eficacia económica de la AMG, se han propuesto las siguientes recomendaciones para orientar a las personas con diabetes no tratada con insulina y sus proveedores sanitarios en el uso de la AMG. Recomendaciones 1 La AMG tan sólo se debería utilizar cuando los individuos con diabetes (y/o sus cuidadores) y/o sus proveedores sanitarios tengan los conocimientos, las técnicas y la voluntad de incor- porar la monitorización de la AMG y el ajuste consiguiente de la terapia a su plan de atención diabética con el fin de conseguir los objetivos de tratamiento acordados. 2 La AMG debería plantearse en el momento del diagnóstico como modo de mejorar el entendimiento de la diabetes, formando parte de la educación del individuo y con el fin de facilitar la iniciación oportuna del tratamiento y la optimización del ajuste de las dosis. 3 También debería plantearse la AMG como parte de la edu- cación diabética continuada para el autocontrol con el fin de ayudar a las personas con diabetes a comprender mejor su enfermedad y ofrecer un medio para participar de manera activa y eficaz en su control y tratamiento, modificando las intervenciones conductuales y farmacológicas según sea nec- esario, consultando con su proveedor sanitario. 4 Los protocolos de AMG (intensidad y frecuencia) deberían personalizarse, de modo que cubran los requisitos específicos educativos/conductuales/clínicos de cada individuo (para identificar/prevenir/controlar la hiper e hipoglucemia aguda), así como los requisitos del proveedor en referencia a los datos sobre patrones glucémicos, monitorizando así el impacto de cada decisión terapéutica. 5 El/los propósito(s)de realizar la AMG y el uso de los datos obtenidos mediante la misma debería convenirse entre la per- sona con diabetes y el proveedor sanitario. Estos propósitos/ objetivos convenidos y la revisión de los datos de la AMG deberían registrarse por escrito. 6 Para utilizar la AMG, es necesario que los pacientes sigan un procedimiento sencillo que les permita monitorizar con regularidad el funcionamiento y la exactitud de su glucómetro. El uso apropiado de la AMG por parte de personas con diabetes no tratada con insulina tiene el potencial de optimizar el control diabético mediante ajustes oportunos del tratamiento basados en los resultados de AMG y mejorar los resultados clínicos y la calidad de vida. Sin embargo, el valor y la utilidad de la AMG podrían evolucionar dentro de un modelo de atención preventiva que se basa en la monitorización continua y la capacidad de ajustar el control según la diabetes progrese a con el paso del tiempo. Mientras tanto, se necesita una mejor formación del paciente y el proveedor en torno al uso de la AMG. Se espera que estas guías para la AMG estimulen el desarrollo y la introducción sistemática de modelos más eficaces para la educación/formación para el autocontrol diabético y los modelos basados en el valor de la toma de decisiones clínicas y la prestación de atención sanitaria. La Guía de la FID para la automonitorización de la glucemia en personas con diabetes tipo 2 no tratadas con insulina se puede encargar a través de la librería online de la FID, en www.idf. org/bookshop. Guía de la FID para la automonitorización de la glucemia En octubre de 2008, el Grupo de Trabajo de la FID para Guías Clínicas, en conjunto con el Grupo de Trabajo Internacional de Automonitorización de la Glucemia, convocó un taller en Ámsterdam para tratar sobre el uso de la automonitorización de la glu- cemia (AMG) en personas con diabetes tipo 2 no tratadas con insulina. La guía recientemente publicada sobre el uso de la AMD en personas con diabetes tipo 2 se desarrolló basándose en los hallazgos de dicho taller. A continuación, presentamos un resumen de dichos hallazgos y recomendaciones. 19Implicaciones para la práctica clínica Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial La educación diabética se puede impartir mediante una serie de métodos y en una serie de entornos: una clase sobre, por ejemplo, carbohidratos y monitorización de la glucosa, una reunión individual cara a cara con un educador o un dietista; una sesión de grupo en donde un educador y un grupo de personas con diabetes pueden actuar como recursos educativos. Puede celebrarse en una clase, en una oficina o bajo un árbol, con el apoyo de fotografías y carteles profesionales o con dibujos hechos a mano. Pero, independientemente del modo en el que se imparta la educación diabética, el objetivo es siempre el mismo: ayudar a las personas con diabetes y a quienes les asisten a aumentar los conocimientos, técnicas y habilidades que necesitan para controlar la diabetes con eficacia. Este proceso debe tener en cuenta las necesidades, objetivos, cultura y experiencias vitales de los participantes y debería venir orientada por las pruebas científicas relativas a la educación diabética, el comportamiento y las guías de tratamiento. Educación y apoyo para el autocontrol diabético: la clave de la atención diabética Martha Funnell Suele decirse que la educación para el autocontrol diabético (EACD) es la pie- dra angular de la atención diabética. A diferencia de las enfermedades agudas y las emergencias médicas, que en su mayoría son controladas por proveedo- res sanitarios, la diabetes la gestiona en gran parte la persona afectada. Se calcula que más del 99% de la atención diabética y el 98% de los resultados dia- béticos se pueden atribuir a la persona con la afección. El autocontrol incluye las múltiples tareas desarrolladas a diario por la persona con diabetes para cuidar de su afección. Comprende muchas elecciones día a día, así como decisiones importantes relativas a la elección de terapia de la persona y su forma de enfocar el tratamiento. Es una empresa compleja, de importancia crítica para conseguir los objetivos me- tabólicos acordados y toda una serie de resultados distintos. Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial 20 Implicaciones para la práctica clínica Educación para el autocontrol diabético El autocontrol es una realidad en diabetes: la persona con la afección es quien está a cargo de la situación. Sin embargo, el objetivo de la EACD es ayudar a las personas con diabetes a hacerse cargo de la situación. Su propósito no es ha- cer que las personas con diabetes sean más “obedientes” u “observantes”, sino ayudarlas a incorporar la diabetes en su vida del modo que mejor funcione en cada caso, basándose en sus propias circunstancias, prioridades y objetivos. Una EACD eficaz estará orientada por la evidencia científica. Incluye conocimientos recogidos a partir de la investigación so- bre atención y educación diabética, ense- ñanza y aprendizaje, cambio conductual y aspectos psicológicos y sociales a los que se enfrentan las personas con diabe- tes. Gran parte de esta evidencia viene respaldada por varios grandes estudios y análisis de estudios múltiples. La EACD es eficaz Cuando me convertí en educador, hace ya 25 años, estaba extendida la creencia que la EACD era inútil. Pero, en años recientes, hemos aprendido que la EACD mejora los resultados clínicos y de calidad de vida a corto plazo.1 Es económicamente eficaz2 y puede generar un ahorro en el gasto sanitario al prevenir hospitalizaciones y visitas a las salas de urgencia. La EACD ha cambiado En años recientes, se ha producido un cam- bio desde los programas que se basan en una clase dictada hacia otros programas más centrados en el alumno, basados en la capacitación.1 Por ejemplo, se han di- señado programas de grupo basados en las preguntas, las preocupaciones y los problemas que proponen los participantes del curso.3 De hecho, hay una cantidad creciente de programas educativos en gru- po y, dentro de la educación diabética en general, se hace un gran énfasis sobre la necesidad de programas y currículos adap- tados a la edad y la cultura del alumnado. Los aspectos conductuales y psicosociales: parte integral de la educación diabética Hace muchos años apenas se prestaba atención a los aspectos conductuales y psicosociales a los que se enfrentaban las personas con diabetes. Si se hablaba de este tema, tan sólo era después de haber hablado de todo el contenido clínico (lo que el profesional sanitario considerase importante). Esto ha cambiado. Hemos evolucionado para llegar a entender que la angustia que provoca vivir con diabetes tiene un importante impacto sobre la capa- cidad de la persona de llevar un autocon- trol eficaz.4 las emociones negativas son frecuentes y persistentes, y deben tratarse como parte de la EACD. Antes también se creía que dar informa- ción a las personas era suficiente para que ellas adoptasen cambios conductuales terapéuticos: cómo comer, hacer ejercicio, tomar la medicación y gestionar el estrés. Hoy todo el mundo sabe que la educación diabética es fundamental, pero no suficien- te para engendrar cambios de comporta- miento. La EACD en la actualidad anima y capacita a la persona para aprender cómo realizar cambios que ella misma elige al establecer sus propios objetivos y ofrece apoyo para identificar y resolver problemas y superar obstáculos. “ La EACD en la actualidad destaca el apoyo para identificar y resolver problemas y superar obstáculos. ”No hay “talla única” Ningún programa se puede implementar con eficacia por cualquier educador en cualquier situación. Aunque los progra- mas de grupo o individuales pueden ser igualmente eficaces, algunas persona con diabetes prefieren un enfoque a otro. Sin embargo, los programas de éxito tienden a tener una serie de elementosen común: una base teórica sólida, por ejemplo. Integran “ La educación para el autocontrol diabético mejora los resultados a corto plazo, es económicamente eficaz y puede significar un ahorro sanitario. ” 21Implicaciones para la práctica clínica Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial La educación para el autocontrol es un servicio esencial para las personas con diabetes y quienes las apoyan. Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial elementos conductuales y psicosociales en los aspectos clínicos. Algo fundamental, es- tán diseñados para cubrir las necesidades del público diana en términos de cultura y edad y son impartidos por personas que tienen amplios conocimientos acerca de la diabetes y sobre cómo ofrecer educación diabética y apoyo psicosocial, facilitando el cambio conductual. La evaluación es crítica Muchos de los avances en EACD durante los últimos 25 años se han producido gracias a que existen pruebas sobre su eficacia en términos de resultados y cos- tes. Al prestarse más atención a la EACD y hacerse más cara su impartición, la evaluación ha ido aumentando en im- portancia. Los estudios a gran escala por un solo educador podrían no ser viables. Pero incluso los educadores con recursos limitados necesitan evaluar y utilizar los resultados para mejorar sus programas de manera continuada. “ Al irse estrechando los presupuestos sanitarios, para la supervivencia de la EACD se necesita documentar la eficacia. ”Aunque los resultados metabólicos son ele- mentos clave a la hora de evaluar la EACD, nunca cuentan la historia completa. También es necesario recopilar información acerca de los resultados que son específicos del proceso educativo y usarse para mejorar continuamente la calidad. Los objetivos con- ductuales autoseleccionados, la calidad de vida, el ajuste psicosocial y la depresión son resultados que pueden verse positivamente influidos por la educación, y que pueden terminar por influir sobre los resultados clí- nicos. Al irse estrechando los presupuestos sanitarios en todo el mundo, para la supervi- vencia de la EACD es necesario documentar los resultados y la eficacia. Apoyo para el autocontrol Aunque sabemos que la EACD es eficaz a corto plazo, se ha demostrado que los resultados positivos conseguidos como re- sultado de la educación tienden a declinar tras unos seis meses.1 Una experiencia aislada con la EACD no es suficiente para sostener toda una vida de autocuidado 22 Implicaciones para la práctica clínica diabético. Tampoco es sorprendente ni una crítica a la EACD; es simplemente poco realista esperar que los beneficios de una sola experiencia educativa puedan aportar a una persona la capacidad y la motiva- ción para gestionar una afección crónica compleja, progresiva y exigente como la diabetes. Por lo tanto, se está haciendo cada vez más énfasis sobre el apoyo al autocontrol diabético (AACD): el proceso continuado de ayudar a las personas con diabetes a implementar y sostener los ajus- tes conductuales y psicosociales necesarios para controlar su afección a largo plazo. La AACD puede adoptar múltiples formas, y gran parte del apoyo continuado se puede ofrecer en entornos comunitarios fuera del sistema sanitario. Un papel clave del equipo sanitario diabético es ofrecer opciones de apoyo y vínculos con progra- mas educativos, a la vez que reconoce que cada persona necesita un tipo diferente de apoyo y es quien mejor puede juzgar sus necesidades. Entre los ejemplos de métodos utilizados para ofrecer apoyo con- tinuado para el autocontrol se encuentran: los grupos de apoyo dirigidos por iguales, trabajadores sanitarios no médicos de la comunidad o proveedores sanitarios sesiones educativas continuadas dirigidas por iguales, trabajadores sanitarios no médicos de la comunidad o proveedores sanitarios control de casos visitas médicas en grupo apoyo telefónico o visitas a domicilio llevadas a cabo por un educador, un trabajador sanitario no médico de la comunidad o un igual para establecer objetivos conductuales, resolver proble- mas y resolver obstáculos que dificultan el autocuidado programas de actividad física, pérdida de peso o para dejar el tabaco programas basados en la fe asesoramiento psicológico, ya sea indi- vidual o en grupo. El camino a seguir La Federación Internacional de Diabetes ha revisado recientemente y ha publica- do sus Estándares Internacionales para la Educación Diabética.5 Éstos se han dise- ñado para ser utilizados por educadores en una serie de entornos de todo el mundo con el fin de ayudar a crear la estructura y el proceso de un programa de EACD y determinar sus resultados, mejorando de este modo la calidad de EACD para todas las personas afectadas por la diabetes. Se hace un fuerte énfasis sobre los aspectos conductuales y psicosociales de la diabetes y la importancia del AACD continuado. “ El objetivo de la educación y el apoyo para el autocontrol diabético sigue siendo la esencia de la capacitación. ”Los “Conversation Maps” de diabetes son unas herramientas educativas con imáge- nes y metáforas basadas en textos des- plegadas sobre un mantel, y sirven como herramienta para involucrar a las personas en conversaciones acerca de los aspectos clínicos, conductuales y psicosociales con el fin de facilitar el aprendizaje. Más de 13.000 educadores en los EE UU han sido formados para utilizarlos. La educación para el autocontrol diabé- tico es un terreno dinámico y cambiante que sigue ofreciendo un servicio esencial para personas con diabetes y quienes les apoyan. El objetivo de la educación y el apoyo para el autocontrol diabético es facilitar el descubrimiento por personas Martha Funnell Martha Funnell es investigadora del Departamento de Educación Médica y el Centro de Investigación y Formación en Diabetes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan, en Ann Arbor, Michigan (EE UU). Agradecimientos La autora cuenta con el apoyo parcial de una beca del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y del Riñón de los Institutos Nacionales de Salud (EE UU). Bibliografía 1 Norris SL, Lau J, Smith SJ, et al. Self- management education for adults with type 2 diabetes: A meta-analysis on the effect on glycemic control. Diabetes Care 2002; 25: 1159-71. 2 Robbins JM, Thatcher GE, Webb DA, Valdmanis VG. Nutritionist visits, diabetes classes, and hospitalization rates and charges. Diabetes Care 2008; 31: 655-60. 3 Anderson RM, Funnell MM, Nwankwo R, et al. Evaluating a problem based empowerment programme for African Americans with diabetes: results of a randomized controlled trial. Ethnicity and Disease 2005; 15: 671-8. 4 Skovlund SE, Peyrot M. DAWN International Advisory Panel. Lifestyle and behaviour: The Diabetes Attitudes, Wishes and Needs (DAWN) programme: A new approach to improving outcomes of diabetes care. Diabetes Spectrum 2005; 18: 136-42. 5 International Diabetes Federation Consultative Section on Diabetes Education. International Standards for Diabetes Education. IDF. Brussels, 2009. con diabetes de su propia capacidad in- nata de mejorar su maestría a la hora de controlar su diabetes, la auténtica esencia de la capacitación. 23Implicaciones para la práctica clínica Octubre 2009 | Volumen 54 | Número especial Los jóvenes con diabetes se enfrentan a una serie de desafíos a la hora de controlar su afección. Entre las razones para que se produzca un autocuidado inadecuado se encuentra la naturaleza de las múltiples tareas implicadas; la naturaleza de las técnicas y la ayuda necesarias para identificar y superar las dificultades que obstaculizan el régimen terapéutico y la Mejorar el autocuidado en jóvenes con diabetes: la importancia de la autoeficacia Shelagh Mulvaney A los jóvenes se les dan responsabilidades de distinto tipo y en distinto grado según culturas y familias. Sin embargo, familias de
Compartir