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Revista Latinoamericana de Psicología ISSN: 0120-0534 direccion.rlp@konradlorenz.edu.co Fundación Universitaria Konrad Lorenz Colombia Papini, Mauricio R. La psicología experimental argentina durante el período 1930-1955 Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 10, núm. 2, 1978, pp. 227 - 258 Fundación Universitaria Konrad Lorenz Bogotá, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80510208 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto http://www.redalyc.org/revista.oa?id=805 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80510208 http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=80510208 http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=805&numero=9644 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80510208 http://www.redalyc.org/revista.oa?id=805 http://www.redalyc.org REVISTA LA TINOAMERICANA DE PSICOLOGIA 1978 VOLUMEN 10 - N(J 2 227-258 LA PSICOLOGIA EXPERIMENTAL ARGENTINA DURANTE EL PERIODO 1930-19551, 2 MAURICIO R. PAPINI· Instituto Argentino de Psicología Experimental., Terapia del Comportamiento The development of experimental psychology in Argentina during the 1930-l9!í5 period is analyzed. The paper is a contínaatíon of a pre- víous one (RLP, 1976, 8, 319-335) in whích the 1880-1930 period was studied. This períod (1930-1955) is called a "transítion period" between the experimentation of the beginning of the XXth. century and the present day non-experimental approach. New fíelds of research appeared during this period: psychobiology, psychometrics, andapplied psychology as a fie1d (professional and vocational counseling). EL PERIODO DE TRANSICION Son muchas las condiciones que se deben reunir para llevar a cabo una tarea de investigación científica. Una de ellas es la de con- tribuir a la formación de investigadores desde los más diversos pun- tos de vista: metodológicamente, científicamente, filosóficamente, y además, culturalmente. Entendemos que la formación cultural del investigador comprende, en parte, una introducción en las líneas de pensamiento que la cultura en la cual desarrolla su actividad ha ido 1 Dedicado a Enrique Mouchet, quien me ha concedido el inolvidable re- cuerdo de haberlo conocido. 2 Deseo agradecer a las autoridades de la Biblioteca Central de la Facultad de Filosofía y Letras, a la Biblioteca de la Carrera de Psicología y a Marcelo Detrixhe, por la colaboración prestada en la recolección de datos. Y a Mirta Toledo, Lorenzo Carcía Sanmartino, Alba Mustaca, Enrique Candolfi, Marta Sicardi y Mario Rabei, por haber colaborado con sus sugerencias a mejorar el manuscrito. • Dirección: Arturo Beruti 4804, 1487 Buenos Aires, Argentina. 228 PAPINI gestando, en el continuo que llamamos "historia". Nos interesa, por 10 tanto, promover el conocimiento de una parte importante de nues- tra historia como es el desarrollo de la psicología experimental en Argentina. Pensamos que se trata de una tarea bastante amplia por la gran riqueza de investigaciones experimentales y teóricas que nuestros psicólogos han producido, por 10 cual será preciso llevar a cabo va- rios pasos intermedios. Un primer acercamiento es el de rescatar los hechos; un segundo momento será sin duda, el de rescatar los apor- tes que nuestros investigadores han dado a la psicología experimen- tal. Una consecuencia necesaria de este trabajo será la de desarro- llar y profundizar estas líneas de investigación, y abrir nuevas orien- taciones desde nuestra perspectiva cultural. _Este trabajo es, en este sentido, un intento por desenterrar al- gunos hechos relevantes en la historia de nuestra psicología, y cons- tituye una prolongación de uno anterior (Papini, 1976) en que rese- ñamos el período que fue desde 1880 hasta 1930. Hemos tratado de conservar la misma línea de exposición, aunque estamos perfecta- mente convencidos de que se trata solamente de un acercamiento al problema. Nuestra historia es 10 suficientemente rica como para enseñarnos que un intento por entender los orígenes de la psicolo- gía argentina nos llevaría mucho más atrás de 1880. Tendríamos que desentrañar el pensamiento de muchos hombres que enseñaron du- rante el período colonial, así como de otros que supieron registrar valiosas observaciones sobre el comportamiento de los indígenas y animales que poblaban el territorio tres o cuatro siglos atrás. Tam- bién fueron importantes los cambios que se introdujeron en la ense- ñanza de la filosofía como consecuencia de la Revolución de Mayo, en 1810. Esto nos llevaría a indagar el pensamiento de tres hombres claves que sentaron las bases de nuestra psicología experimental: Crisóstomo Lafinur, Manuel Fernández de Aguero y Diego Alcorta, A partir de ellos, y al unísono con la evolución de la cultura nacio- nal, se desarrolla el pensamiento psicológico argentino. Son muchos los que durante el siglo pasado asentaron las bases para que esto fuera posible, y su análisis merece sin duda, un trabajo especial. Por ahora nos concentraremos en el cuarto de siglo que va desde la creación del Instituto de Psicología de la Facultad de Filosofía y letras de la Universidad de Buenos Aires (en 1930), hasta la aparición de las primeras carreras de Psicología (a mediados de la década de 1950). Como se verá, este es un período crítico de la psicología argen- tina, porque a través de él podemos observar la profunda transforma- ción que durante estos años se produjo en el quehacer psicológico, como consecuencia de una multiplicidad de factores. No trataremos en este trabajo de esbozar el "por qué" de estos cambios, ya que LA PSICOLOGIA EXPERIMENTAL ARGENTINA 229 excedería el propósito del mismo. No obstante entendemos que exis- tieron factores socio-culturales, políticos y económicos que confluye- ron, dando origen a una situación en la cual nuestros psicólogos,im- posibilitados de acceder al desarrollo tecnológico y con escasos re- cursos económicospara implementar programas de investigación amo bíciosos, fueron poco a poco acercándose a posiciones más especula- tivas; estas tenían la "ventaja" de poder desarrollarse por la exclu- siva intervención del pensamiento o la "elaboración mental" de la realidad desde el punto de vista del que la interpreta. El movimiento de reacción frente a la psicología experimental que había comenzado tímidamente en la década de 1920, se extendió a la pedagogía, que tanto se había impulsado en la Universidad de La Plata, y la filo- sofía, por la actuación de Alejandro Korn y Coriolano Alberdini, tomando cada vezmás importancia, y se desarrolló con firmeza a par· tir del año 1930. Este predominio reaccionario, que subsiste en la actualidad, caracterizó al ambiente en el que se crearon, a partir de 1954,las primeras carreras de psicología. Caracterizaremos esta época como un "período de transición" entre el experimentalismo de prin- cipios de sigloy el anti-expeiimentalismo actual, pero entendemos que. sólo se expresan con estos términos las tendencias predominantes en el quehacer psicológico argentino. Destacaremos, además, 10 que en- tendemos que es su característica más importante, es decir, que en el transcurso de estos años, llegaron a su máxima expresión el desa- rrollo de lo que hemos denominado, siguiendo a Foradori (1944),la "Escuela de Buenos Aires"con Enrique Mouchet, y la "Escuela de La Plata" con Alfredo Calcagno. Señalemos un detalle importante en lo que respecta a las in- fluencias que durante este período predominaron. A la ya clásica importancia que se le había atribuido a los trabajos de Weber, Fech- ner, Wundt, Sergi, Morselli, James, Charcot,Ribot, etcétera, se agre- garon los nuevos puntos de vista introducidos por Dumas, Kolher (quienes estuvieron en Argentina), Sollier, Bechterev, McDoughall, Pavlov, y muy especialmente, los de la generación anterior: Piñero, Mercante,Senet, Ingenieros, etcétera. También es importante desta- car la influencia de autores de posiciones no experimentales, tales como Freud, Scheler, Schilder, Klages, y otros, que cada vez más acentuadamente fueron teniendo una creciente repercusión en el pensamiento psicológico argentino. Otro rasgo interesante de este período fue, por un lado, la apero tura de nuevas líneas de investigación, tal como lo demuestran los trabajos psicobiológicos de Jakob, las investigaciones psicotécnicas de Jeninghaus y los estudios psicométricos de Rímoldi, que amplia. ron el horizonte psicofisiológico,clínico y pedagógico con que co- menzó nuestra psicología experimental; y por otro lado, la creación de numerosos institutos, centros y gabinetes en los cuales se desarro- llaron actividades de psicología aplicada. En este sentido, coincidí- i'APINI mos con Oñativa (1954) en que la psicología desde mediados de la década de 1940 comienza a recuperarse, pero entendemos que se trata de una recuperación con base en salidas tecnológicas, las cua- les comenzaron a activarse durante esta época. En su transcurso se crearon más de treinta centros en las principales ciudades del país, en los que se realizaron actividades vinculadas a la educación, la medicina, la antropología, el trabajo, etcétera, los que fueron, en su mayor parte, fundados y mantenidos por el Estado (Villaverde, 1954). Pero esa recuperación no se produjo con base en el desarrollo y con- tinuación de las investigacionesbásicas que se venían llevando a cabo en el país desde fines del siglo pasado. A pesar de todo estos centros, en cierta forma, continuaron con la línea de trabajo experimental que caracterizó a la psicología argentina de principios de siglo, ya que según las áreas particulares en que cada uno de ellos se movía, construían tests, tomaban encuestas y analizaban los datos con men- talidad científica; en otras palabras, elaboraban sus hipótesis y desa- rrollaban, los instrumentos y diseños necesarios para poder verifi- carlas, aunque no llevaran a cabo, como sucedía en la mayoría de los casos, ningún tipo de investigación sistemática. Finalmente, para tener un panorama acabado de las novedades que introdujo este período, no debemos olvidar que durante su transo curso quedó esbozada la Psicología Vital, que coincidiendo con Ar- dila (1971, 1974), podríamos caracterizar como la teoría más general y abarcativa que produjo la psicología latinoamericana. LA ESCUELA DE BUENOS AIRES La psicología experimental argentina tuvo en sus comienzos, dos universidades en las cuales se desarrolló notablemente: Buenos Aires y La Plata. Recordemos que la primera Cátedra de Psicología en el nivel universitario fue abierta en la Facultad de Filosofía y Letras en 1896, y dictada por Rodolfo Rivarola. Se mantuvo como asigna- tura hasta 1958,año en que fue creada la Carrera de Psicología. Re- cién en 1974 esta carrera fue separada de la Facultad de Filosofía y · Letras para organizarse independientemente. En nuestro anterior trabajo (Papini, 1976) tratamos de comentar detalladamente la his- toria de la primera y la segunda cátedra de psicología, las cuales se distinguieron por su marcada tendencia a una enseñanza teórica- práctica en la cual los alumnos recibían tanto un adiestramiento en el uso de instrumentos de laboratorio y en metodología científica, como una amplia formación en los aspectos filosóficos y epistemo- lógicos vinculados al desarrollo de la psicología. En esta tarea se destacaron fundamentalmente Horacio G. Piñero y José Ingenieros, ·cuyo paso por la Facultad de Filosofía y Letras puede medirse no ·sólo por la obra que dejaron, que sigue siendo vigente aún hoy en ·día, sino además, por el movimiento que produjeron en la genera· LA PSICOLOGIA EXPERIMENTAL ARGENTINA 231 ción que lo sucedió y que tuvo su máxima expresión en el Instituto de Psicología creado por iniciativa de Alberdini en 1930,y que dirigió con una visión amplia y ambiciosa Enrique Mouchet. En los labo- ratorios experimentales del instituto fueron realizadas las investiga- ciones más importantes de este período que estamos reseñando; desde los estudios sobre percepción y emoción, hasta los experimentos sobre electroencefalografía, de los primeros realizados en la Argentina, asf como diversos estudios psicopatológicos sobre psicosis y neurosis. Mu- cha de la producción científica de esta generación de psicólogos que- dó impresa en los tres tomos que se llegaron a editar como Anales del Instituto de Psicología y que aparecieron sucesivamente en 1935, 1938 Y 1941. Cuando Mouchet consiguió editarlos realizó un pro- yecto ya esbozado durante la década de 1920 y que él mismo resume en el Tomo 1: "Mi deseo -dice Mouchet- es, sin embargo, que los Anales lleguen a ser el órgano especializado para todos los psicólogos de la América Latina, en que no existía, hasta hoy, ninguna revista de Psicología" (Anales, T. 1, Palabras Liminares). Con las contribu- ciones que psicólogos latinoamericanos publicaron en estos Anales, se dio el primer paso en el intercambio científico que, afortunada- mente, no se ha interrumpido hasta nuestros días, y que tanto apre- ció Mouchet, como director del Instituto de Psicología. En este Instituto enseñaron, además de Mouchet, José L. Alberti, que era Jefe de Laboratorio y dictaba "Psicometrfa"; Coriolano Al- berdini, que dictaba "Filosofía y Psicología, doctrinas psicológicas generales"; Juan R. Beltrán, que dictaba "Psicología Patológica"; Osvaldo Loudet, que enseñaba "Caracterología y Criminología"; León Jachesky, que tenía a su cargo el curso de "Psicología Fisiológica"; y Christofredo Jakob, que dictaba "Biología". Todos ellos realizaban, además de las tareas docentes, algún tipo de investigación teórica o experimental. En cuanto a la función educativa del Instituto, la psi- cología experimental se enseñaba en base a un programa coherente, el curso de "Psicología Experimental y Fisiológica" que dictaba Mouchet comprendía tres partes: Primera Parte: Psicología Normal. l. Importancia científica y cultural de la psicología experimental y fisiológica, y su posición en. el cuadro de las corrientes de la psicología de nuestros días. 2. El cerebro y la psique. 3. Las secreciones endócrinas y la psique. 4. La estructura general del cuerpo y de la psique; pícnicos y lep- tosómicos; ciclotímicos y esquizotfmicos. 5. Los reflejos condicionados de Pavlov y su importancia psicofí- siológica. 232 PAPINI 6. Psicofisiología de la vigilia, del sueño y del hipnotismo. 7. Psicofisiología de las emociones. Segunda Parte: Psicología Patológica. S. Patología de la percepción exterior. 9. Los procesos de despersonalización. Tercera Parte: Historia de la Psicología Fisiológica. Los trabajos prácticos que coordinaba Alberti tenían, además, un organigrama propio que abarcaba diez puntos cuyos elementos principales eran: l. Anatomía, fisiología y evolución del sistema nervioso. 2. Las localizaciones cerebrales. 3. Anatomía, fisiología, evolución y patología de la percepción. 4 . La percepción táctil. 5 . La percepción visual. 6. La percepción auditiva. 7. La percepción olfativa y gustativa. S. La actividad: tropismos, reflejos, instintos y movimientos volun- tarios. 9. Las secreciones internas y la vida psíquica. 10. Métodos experimentales: tests, esfigmografía, cardiografía, neu- mograíía, pletísmografía, miografía, reflejo psíco-galvánico, elec- troencefalografía, estesíometría, campimetría, etcétera. Estos hechos señalan, sin lugar a dudas, la importancia que el Instituto de Psicología fue adquiriendo tanto en Argentina como en el resto de Latinoamérica, por la cantidad y la calidad de las rea- lizaciones que en su ámbito se lograron. Sin embargo, cuando Mou- chet se alejó de la enseñanza en 1943, el instituto fue cayendo en la inactividad y su enseñanza se tornó excesivamente filosófica. Paralelamente a la creación del Instituto de Psicología, Mouchet se encargó de reabrir la Sociedad de Psicología de Buenos Aires, que había sido fundada por Piñero,Ingenieros y Rodríguez Etchart, en 1905, y había dejado de funcionar en 1914. Esta sociedad creció pero .mostró un progresivo decaimiento de la influencia que en sus pri- meros tiempos tuvo en el ambiente psicológico argentino. En 1933 publicó un Boletín, en el que se recopilaron algunas conferencias pú- blicas y comunicaciones privadas correspondientes al período 1930- 1932. En 1935 y bajo la dirección de Loudet, la sociedad editó el pri- mer tomo de sus Anales que contenía un número mucho mayor de trabajos, en concordancia con la expansión que había logrado. A este primer tomo de los Anales contribuyeron: Loudet, jakob, Fran- ceschi, Rojas, Mouchet, Oria y Palcos. Además de ellos, pertenecíe- LA PSICOLOGIA EXPERIMENTAL ARGENTINA 253 ron a la sociedad de Psicología de Buenos Aires: Víctor Mercante, José L. Alberti, Gregorio Fingerman, León Jachesky, Juan R. Bel- trán, José Belbey, Gonzalo Bosch, Arturo Ameghino, y numerosos psicólogos, médicos, biólogos y antropólogos europeos y americanos, en las categorías de miembros correspondientes y socios honorarios, entre los cuales los más destacados eran Gregorio Marañón, Augusto Pi y Suñer, Robert Woodworth, Charles Blondel, Levy Buhl, George Dumas, Henri Pieron, Pierre J anet, Paul Sollier, Sante de Sanctis, Sigmund Freud, John Dewey, E. Claparede, Hans Dríesch, Felix Kru- ger, etcétera. La tercera publicación de la sociedad es de 1945,yapa· rece bajo la dirección de Mouchet con el título Temas Actuales de Psicologia Normal y Patológica, conteniendo trabajos de Mouchet, Alberti, Beltrán, Blumenfeld, Bosch, Brugger, Cruchet, Cuatrecasas, Fingerman, Foradori, Gorriti, ]akob, Krapf, Mira y López, Núñez, Palcos, Sierra, Thénon, Villar y Berstein (Gotthelf, 1969). En síntesis, podríamos resumir los aportes de la Escuela de Bue- nos Aires en cuatro áreas fundamentales, que desarrollaremos a con- tinuación. En primer lugar, la obra de Enrique Mouchet, quien si bien comienza a producir intelectualmente en 1909 ("Psicofisiología del genio y del talento") llega a su madurez científica y filosófica durante el transcurso de este período. Además haremos mención de los trabajos psico-eléctricosde Alberti, quien es en este sentido, uno de los precursores en Argentina: a los estudios históricos de Foradori, que son los más importantes intentos de una exposición detallada y exhaustiva tanto de la psicología argentina como de la americana en general; y finalmente, a los trabajos psicobiológicos de Jakob, quien nos legó una gran cantidad de investigaciones y teorías sobre el funcionamiento del sistema nervioso, de gran interés para las cien- cias del comportamiento. l. Enrique Mouchet Enrique Mouchet nació el 30 de agosto de 1886 en la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fé, Joven aún, a los veintitres años, egresó primero de la Facultad de Filosofía y Letras, doctorándose con la tesis "Examen del Concepto de Identidad", que presentó en 1910, y luego, cuatro años más tarde, de la Facultad de Ciencias Médicas, también doctorándose con su tesis "Introducción a la Fisiología y Patología del Espíritu" (1914). Sin embargo, su obra intelectual ha- bía comenzado en 1909,año en que publicó un ensayo sobre la moral de Juan María Guyan y un trabajo que ya citamos, "Psicofisiología del genio y del talento". Su vitalidad y su amor por el trabajo le permitieron continuar su producción hasta su muerte (1977), lo cual constituye un verdadero ejemplo para las nuevas generaciones de psicólogos. '234 PAPINI Siendo aún estudiante, Piñero lo invitó a dictar como ayudante, las materias que él tenía en las Facultades de Ciencias Médicas y Fi- losofía y Letras, es decir "Fisiología" y "Psicología Experimental", lo que -como expresa en una conferencia sobre la personalidad de Piñero (Mouchet, 1965)- le aseguró la continuidad de sus estudios. Cuando Píñero tuvo que retirarse a causa de una enfermedad que lo llevaría a la muerte en 1918,la cátedra de "Psicología Experimental" .pasó a manos de Mouchet, dirigiéndola hasta que se retiró de la en- señanza, en 1943. Entre los años 1923y 1936 fue decano de la Facultad de Huma- nidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de La Plata, donde también dictó su curso de "Psicología". Durante su actuación en esta facultad emprendió algunos hechos muy significativos, entre los cuales se destacó su iniciativa, concretada en 1923, de publicar una colección de textos, que denominó "Humanidades", y de la cual fue su primer director, inaugurándola con una de sus obras más im- portantes: El Lenguaje Interior y los Trastornos de la Palabra (Mou- chet, 1923) cuya trascendencia excedió en su momento los límites de nuestras fronteras, recibiendo elogios de algunos especialistas ex- tranjeros sobre trastornos del lenguaje y endofasia, muy especialmen- te de G. Dumas, E. Morselli y P. Marie. Recordemos que luego de su creación en 1930,dirigió el Institu- to de Psicología de la Facultad de Filosofía y Letras, y que recreó y dirigió en varias oportunidades, La Sociedad de Psicología de Bue- nos Aires, heredera de la antigua sociedad fundada por Piñero, In- genieros y Rodríguez Etchart, y que se había disuelto en 1914. En 1969 recibió un homenaje en el que se lo nombró presidente hono- rario de esta sociedad (hoy Sociedad Argentina de Psicología). Mou- chet fue además, miembro del Instituto de Antropología de París; redactor del Psychological Register de la Universidad de Clark; del ]ournal de Psychologie Normale et Pathologique de París; miembro correspondiente del Ateneo de Ciencias y Artes de México; miembro de la Sociedad de Neurología y Psiquiatría de Buenos Aires; de la Liga Argentina dé Higiene Mental; del Museo Social Argentino; de la Sociedad Científica Argentina; de la Academia Nacional de Cien- cias; y Miembro de Honor de la Sociedad Argentina de Humanismo Médico. Para hacer un análisis de la extensa obra de Mouchet, tomare- mos la división que establece Foradori (1941) de sus escritos, en psi- cológicos y extra-psicológicos.De estos últimos no nos ocuparemos mayormente. Sólo señalaremos que incluyen discursos culturales y po·. líticos, algunos proyectos de ley presentados durante los períodos en que se desempeñó como Diputado de la Nación (1932·1934y 1934- 1938)Ynumerosos ensayos sobre Kant. Ingenieros, Freud, Descartes, Justo, Pestalozi, Pavlov, Joaquín V. González, Ramos Mejía. Piñero, LA PSICOLOGIA EXPERIMENTAL ARGENTINA 2~5 etcétera. En cuanto a sus escritos psicológicos podríamos agruparlos en varios temas: su teoría del lenguaje y del pensamiento; sus inves- tigaciones sobre la percepción en los ciegos; su teoría de la emo- ción y su Psicología Vital. a. Teoría del lenguaje y del pensamiento. El problema del lenguaje exterior y el interior o endofasia, y sus vinculaciones con el pensamiento y la inteligencia en el ser hu- mano, ocuparon un gran interés para Mouchet tal como lo demues- tranla gran cantidad de trabajos publicados en relación a estos pro- blemas. La acumulación de datos experimentales y conclusiones teó- ricas sobre la evolución del lenguaje y su patología le permitieron aportar interesantes y originales ideas, que sin duda merecerían ser actualizadas. Mouchet destacó la íntima relación que existe entre el lenguaje interior o endofasia, que conforma al pensamiento humano y lo dife- rencia del resto de las especies, y la inteligencia (Mouchet, 1923; 1938d; 1941 a). Haciendo un estudio comparativo de la afasia y la anartria, las clasificó como desorden del lenguaje interior a la pri- mera, y del lenguaje exterior a la segunda, destacando la estrecha correlación que se observa entre el síndrome afásico y la debilidad mental. Esta correlación correspondería al hecho de que el afásico pierde la capacidad de manejar conceptualmente su pensamiento, que es lo que caracteriza al hombre, sobreviniendo por lo tanto un déficit para resolver cualquier problema en que esté comprometida la en- dofacia. Sin embargo, no debe entenderse que para Mouchet, el pensamiento es sólo lenguaje interior; a la vieja polémicasobre las relaciones pensamiento-lenguaje, él responde que el pensamiento se estructura a través de las imágenes mentales, que organizándose hacia un mayor nivel de complejidad, desembocan en el concepto. Esta progresiva estructuración abarca tres niveles: el de las imágenes par- ticulares, el de las imágenes genéricas, el cual ya implica abstracción, y el nivel de las imágenes verbales. Con la introducción del lenguaje, el pensamiento se "verbaliza" adquiriendo un alto grado de abstrac- ción. Las imágenes o representaciones verbales pueden incluso ca- recer de contenido sensorial; esta independización que realiza el pen- samiento, con respecto a la percepción, es posible sólo cuando media . la adquisición de la palabra (Mouchet, 1923). Su teoría general del lenguaje está ampliamente expuesta en su libro El Lenguaje Interior y los Trastornos de la Palabra (1923), que está dividido en tres partes. En la primera aborda todas las re- laciones que vinculan a las sensaciones, las imágenes mentales, la pa- labra y la inteligencia. En la segunda, desarrolla su teoría del len- guaje interior. Finalmente, en la tercera parte, hace una exhaustiva enumeración de las distintas patologías del lenguaje, con su corres- pondiente etiología y sintomatología. El alcance de esta obra, la ha 236 PAPINI convertido en uno de los frutos más trascendentes de la psicología experimental argentina. Por último, señalemos una interesante investigación que realizó para estudiar las relaciones del pensamiento con las imágenes verbo- visuales (Mouchet, 1923).Hasta ese momento, las investigaciones pa- recían indicar que en el fondo del pensamiento se encontraba la imagen visual. Rodolfo Senet había realizado en la Universidad de La Plata experimentos en los que incluso establecía una tipología que incluía el tipo verbo-visual, de acuerdo a la clase de imágenes que aparecían preponderantemente en el pensamiento. Mouchet se- ñaló un error de método y teórico, que consistió en la confusión de lo que implica hablar mentalmente, con la evocación de una imagen verbal, lo cual había conducido al estudio de la imaginación senso- rial y no del lenguaje interior. Replanteó el problema teniendo en cuenta esta nueva hipótesis, y concluyó, luego de una investigación sobre 59 sujetos, en la existencia de dos tipos: aquellos que arti- culan las palabras cuando piensan o verbo-motores, "1 aquellos que la escuchan o verbo-auditivos. b. La percepción en los ciegos. Sus estudios sobre la percepción en sujetos ciegos siguieron dos líneas de investigación: la percepción táctil y la percepción de los obstáculos; en ambas hizo aportes substanciales que trataremos de resumir sintéticamente. Estas investigaciones fueron llevadas a cabo en Ios laboratorios del Instituto de Psicología, entre 1928 y 1929, Ypublicadas en los Anales en 1938. Su interés por la percepción táctil lo llevó a desarrollar un in- teresante método que, con la ayuda del compás hafiestesiométrico de Mercante (Calcagno, 1922 a) le permitió hacer un relevamiento de la sensibilidad táctil de los dedos en sujetos videntes, que por la perfección con que fue realizada introdujo variantes en las medidas que los textos daban desde los trabajos de Weber, que era de dos mi- límetros para el menor espacio perceptible. El método que desarrolló Mouchet estaba basado en la hipótesis, posteriormente confirmada, de que la sensibilidad táctil no se distribuía en forma pareja a lo largo de un dedo, de los dedos de una mano o de las manos entre sí, por lo cual la medida que daba Weber era muy general y estaba sujeta a variaciones. Con su método, determinaba cuatro puntos fijos y arbitrarios a lo largo de la piel del dedo, y en ellos tomaba sus me- diciones. De esta forma podía comparar datos de zonas de la piel semejantes. En cada punto efectuaba tres registros: uno llevando el compás de una mayor a una menor abertura, otro llevándolo de me- nor a mayor, y un tercero, partiendo del promedio de los otros datos. Aplicando este diseño a diez sujetos, llegó a las siguientes con- clusiones (Mouchet, 1938a): LA PSICOLOGIA EXPERIMENTAL ARGENTINA 237 l. cada punto posee una agudeza propia, por lo cual no se puede hablar de la agudeza táctil del dedo o de la mano en general; 2. cada dedo tiene, además, una agudeza táctil particular; 3. generalmente uno de los cuatro puntos es el más agudo y a medida que se estimula más lejos de él, la agudeza disminuye; 4. la ubicación de este punto de máxima agudeza, varia entre los individuos; 5. la agudeza es superior a la que indicaba Weber; 6. la agudeza de discriminación no es propia de un dedo deter- minado; 7. no hay una mano más aguda que otra, excepto como pro- medio. En base a los datos obtenidos sobre sujetos videntes, realizó un estudio con ciegos, utilizando la misma metodología, lo cual le per- mitió establecer una comparación interesante entre la capacidad de percepción de ambos grupos, concluyendo lo siguiente (Mouchet, 1938 b): l. la agudeza táctil de los ciegos no es, por regla general, supe- rior a la de un sujeto vidente; 2. mientras que en un sujeto vidente, cada punto posee una agu- deza distinta, y uno de ellos es el de máxima sensibilidad, en el ciego se encuentra que este punto de máxima agudeza está distribuido en una superficie mayor; 3. sin embargo, en algunos casos no hubo diferencia significati- va en la agudeza táctil entre ciegos y videntes, tanto comparando los datos provenientes de los dedos 'lectores", como de los dedos "no lectores" . En cuanto a sus exploraciones sobre el llamado "tacto a distan- cia" o "sentido de los obstáculos" de los ciegos (Mouchet, 1938 c), estuvieron encaminadas a demostrar que no se trataba de una, per- cepción especial, como afirmaba Woelfflin, ni de una combinación de sensaciones táctiles, auditivas y térmicas, como sostenían Villey, Kunz, Krogius y Truschel, sino de una información que llegaba al sistema nervioso por medio del oído, por lo cual entendía que debe- ría agregarse como una función más de este órgano periférico, sumada a las ya conocidas de audición y propiocepción de las posturas de la cabeza, tronco y cuello. Realizó sus experimentos tratando de aislar a los oídos, sin quitarles su capacidad auditiva, interponiendo una pantalla y usando unos auriculares especiales, comprobando que en estos casos, los sujetos no percibían el objeto. Sin embargo, estos ex- perimentos no estuvieron correctamente diseñados, por lo cual se le pueden imputar errores metodológicos que afectan la presunta soli- dez de sus datos. 238 PAPINI c. Teoría de la emoción. Su primer incursión en esta área de estudio, la realizó en 1929, año en que publicó en la Revista de Filosofía un trabajo muy im- portante titulado "El Mecanismo de la Emoción. Nuevos puntos de vista basados en la historia del problema y en la observación patoló- gica y experimental", y que transcribió como segundo capítulo de su obra Tratado de las Pasiones (Mouchet, 1953),donde expuso acaba- damente sus ideas y experiencias en torno al problema de la emo- ción. En este trabajo parte de un exhaustivo estudio crítico de las diversas teorías de la emoción, abordando los trabajos de Descartes, Herbart, Lange, James, Sergi, Dumas, Sherrington, Somer, Heyrnans, Fraric, Bechterev, Pagano, Jakob, D'Allones, Cannon y Marañón, cuyas conclusiones analiza detenidamente, para exponer, al final del trabajo, sus ideas basadas en observaciones clínicas e investiga- ciones experimentales. Podríamos decir que las teorías de la emoción existentes en ese momento, se desplazaban en un continuo donde los periferistas (Lan- ge, Dumas, James, Sergi) ocupaban un extremo, y los visceralistas (D'Allones) el otro, pasando por una serie de posiciones de las cuales rescataremos la teoría intelectualista (Herbart), la cerebral (Sollier, Bechterev, Franc, Pagano, Jakob), y la teoría de las secreciones in- ternas (Marañón, Cannon). Todas ellas hacían incapié en localizar la emoción en forma específica: ya sea como juego de representa-ciones, como un efecto de la circulación sanguínea, como la activi- dad de centros cerebrales reflejos, como secreción de adrenalina, et- cétera. Mouchet propone un modelo de explicación con base en la discriminación de dos componentes de la emoción: (a) un fenómeno psicológico producido en el sistema nervioso central, que es tempo- ralmente el que desencadena el estado emotivo; (b) y lo que deno- mina, movimientos expresivos, que comprenden expresiones fisio- nómicas y cambios viscerales, cuya información al llegar al cerebro por vías de la sensibilidad cenestésica,actuaría como un refuerzo del estado psicológico que las había generado. Como apoyo a esta hipó- tesis, expone el caso de un joven campesino de 25 años, al cual cla- sifica como cenestópata, que "sentía claramente .la ausencia de una zona transversal del cuerpo,. comprendida entre las tetillas y el om- bligo", acompañado de un sentimiento de indiferencia emocional hacia los seres queridos, lo cual consideraba como no natural. Según D'Allones, este caso podría explicarse por anestesia visceral: al no recibir el cerebro las impresiones de las vísceras, no podía desarro- llar emociones. Pese a esto, Mouchet realizó el siguiente experimen- to: ubicado en el laboratorio de Psicología de la Facultad de Filoso- fía y Letras, tomó un registro pletismográfico normal del pulso to- tal de la red arterial de una mano y antebrazo. En un momento pre· LA PSIGOLOGIA EXPERIMENTAL ARGENTINA 239 determinado, se le dijo, inesperádamente para el joven, que su novia había llegado para verlo; entonces se produjo una onda circulatoria emocional, que Mouchet consideró como hiperemia periférica pro- ducida por vaso-dilatación de la red arterial, e interpretó como reac- ción emocional. Concluyó que si bien la emoción se producía, un trastorno de la cenestesia impedía que el circuito se cerrara, disminu- yendo concomitantemente, su percepción subjetiva (Mouchet, 1980, 1953). d. La Psicología Vital. Entendemos que una actualización de la ideas que Mouchet agrupó y sintetizó en su Psicología Vital sería de mucho valor para la psicología. No obstante, la densidad de las formulaciones que ella implica sobrepasan en mucho los límites de este trabajo, por lo que sólo intentaremos realizar una breve introducción que incluya sus fundamentos filosóficos y sus principios generales. Este intento de Mouchet de crear una escuela psicológica, con principios e ideas propias, está un poco reñido con lo que hoy enten- demos que debe realizar la psicología en su avance hacia un conocí- miento cada vez más general y preciso, fundamentado en una actitud experimental frente a su objeto de estudio, Aún así, pensamos que es válido intentar sintetizar la experiencia y los conocimientos generales que en un determinado momento están disponibles, y, más aún, extraer de ellos hipótesis que aunque resulten inexperíencíables, sean legítimas, en el sentido de Ingenieros (1918). Creemos que la Psico- logía Vital cumplió, en el momento histórico en que fue formulada, con esta actitud filosófica, y que por esto, y por ser la obra de un psicólogo experimental comprometido en una tarea científica con- tinua, es necesario que sea mencionada porque es, a pesar de sus Ii- mitaciones, uno de los hechos más importantes en la historia de la psicología experimental latinoamericana (Ardila, 1971), En pincipio, entendemos que no es posible una exacta com- prensión de la Psicología Vital, como intento de sintetizar Una posi- ción filosófico científica frente al fenómeno humano, sin el conoci- miento de las influencias que actuaron sobre el pensamiento de Mou- chet, y que seguramente determinaron el punto de partida ideológico sobre el cual su originalidad tejió una serie armónica de hipótesis que integradas en un sistema, son la respuesta más madura y com- pleja que la psicología argentina ha producido, El rastreo de estas influencias nos ha conducido al pensamiento de dos psicólogos que fueron sus maestros, y que dejaron en él marcadas sus ideas más ela- boradas. En primer lugar, Horacio G. Piñero, quien desarrolló una concepción de la psicología que está presente a lo largo de toda la obra de Mouchet, y cuya influencia siempre reconoció (Mouchet, 1965).Piñero definió elocuentemente su concepción en los Trabajos de Psicologia Normal y Patológica (1916, 1, pág. lO): "Psicología ex- 240 PAPINI perimental no significa psicología con laboratorio exclusivamente, sino psicología natural, objetiva, con experiencia, observación y es- tudio de la vida y costumbres de los animales y del hombre, solo y en sociedad". La importancia que Piñero concedió a la idea del desa- rrollo evolutivo de las más altas funciones que pueden observarse en el hombre, y su concepción de lo que significa el estudio científico del comportamiento, en términos de una actitud epistemológica frente al objeto de estudio y al método, que implica un quehacer experi- mental no solamente realizable en el laboratorio, sino en cualquier ambiente en que se guarden las reglas necesarias para que la pro- ducción del conocimiento pueda ser considerada científica, han mar- cado, en cierta forma, el camino sobre el cual más tarde Mouchet esbozaría su Psicología Vital. Sólo le hada falta agregar un fundamento filosófico que resul- tara coherente con todo el bagaje experimental proveniente de la influencia de Piñero, y que sirviera de base a un sistema de ideas organizado en torno al conocimiento científico sintetizado que se ha- bía acumulado hasta ese momento; y ese fundamento creemos ha- berlo hallado en la concepción de la metafísica y en la función de la filosofía que José Ingenieros desarrolló en los últimos años de su vida. Ellos están sintetizados en sus obras Proposiciones Relativas al Porvenir de la Filosofía (1918) y Principios de Psicología (1919), cuyo mensaje ha sido distorsionado a través del tiempo olvidándose lo que fue, tal vez, el fruto más maduro y trascendente de la filoso- fía argentina. Ingenieros tuvo perfectamente conciente que nos estaba legando una concepción original, como queda indudablemente expli- citado en sus propias palabras: "La falta de competencia y de opor- tunidad me han impedido antes de ahora, preferir ningún sistema de hipótesis metafísicas; los que conozco, desde los contenidos en las más seculares cosmogonías hasta los implicados por las más flamantes filosofías científicas, me parecen, aunque desigualmente, muy dis- tantes de la metafísica que bosquejo en la pres.ente disertación" (1918, pág. 10). Su gran adversario, Alejandro Korn (1925) quien tuvo la lu- cidez de indicar la raigambre profundamente nacional del pensa- miento positivista, ya desarrollado en nuestra cultura cuando los tex- tos europeos llegaron a nuestro país, dejó pasar, sin embargo, delante suyo, lo que constituye el producto más ambicioso de nuestra filo- sofía. Poniéndole el rótulo de "cientificismo", se le escapó a Korn la concepción de la metafísica de Ingenieros, fruto de un pensamiento antidogmático y abierto a la experiencia, cuya fertilidad aún no ha sido totalmente explotada. Pero entendemos que en este caso, como en muchos otros, las ideas de Korn no son sólo las de un individuo aislado, sino las que un peculiar ambiente cultural estaba forjando; él fue el encargado de expresarlas, y detrás suyo, varias generaciones olvidaron el valor potencial que encierran las ideas de Ingenieros, atrincherados en un pensamiento ajeno al desarrollo de la ciencia LA PSICOLOGIA EXPERIMENTAL ARGENTINA 241 y cercano como consecuencia, a la proliferación del dogma y el ver- balismo. Con estos fundamentos filosófico-científicos consustanciados a su formación cultural, comienza Mouchet a sintetizar sus conocimientos y los que otros psicólogos habían ya producido, tomando libremente las ideas y experiencias que fundamentan el edificio teórico de la Psicología Vital. La exposición más sistemática es su obra Percepción, Instinto y Razón (1941) que tomaremos como guía en esta pequeña introducción queestamos delineando. El concepto central de la teoría de Mouchet es lo que denomina "Sentimiento vital" o "sentimiento de la vida". Se trata de un estado que se presenta al individuo como "vago y oscuro" a veces, y clara- mente en otras oportunidades, y que corresponde, aunque no exacta- mente, a lo que se denomina cenestesia, es decir, "al sentimiento que poseemos de nuestra propia existencia corpórea y sensible" (Mou- chet, 1930).Este sentimiento vital fundamento no sólo el aspecto bio- lógico de la propia existencia, sino el conocimiento conciente de la realidad interior y exterior. "Es el fundamento biológico de la con- ciencia de sí y de la conciencia que poseemos de lo real exterior" (Mouchet, 1941, pág. 37). Es a partir de este "sentirse vivir", que el hombre construye el conocimiento de la vida como fenómeno ob- jetivo y el conocimiento de la realidad en general, a la cual catego- riza en base a la estructura interna e irracional del propio senti- miento vital. Sobre esta base irracional los animales edifican la inte- ligencia, e inclusive, como ocurre en el ser humano, la razón. Este proceso de "vitalización de la realidad", conduce en el hombre, a las categorías fundamentales del pensamiento: tiempo, espacio, causali- dad, unidad, volumen, que tendrían, por lo tanto, su origen, en el sentimiento vital. Existiría un tiempo vital, un espacio vital, etcé- tera, que fundamentarían las nociones objetivas con que analizamos la realidad, y como consecuencia, la percepción exterior en términos generales. Este sentimiento vital implica ya, un cúmulo de experien- cias al nacer un organismo y es este cúmulo experiencial el que fun- damentará el desarrollo posterior del organismo y la construcción que logre de la realidad en su interacción con ella. Pero esta construc- ción es, simplemente, el desarrollo de fuerzas propias de la vida como tal, que se expresan en distintos grados de complejidad de acuerdo a un orden evolutivo natural. En el ser humano, el sentimiento vital se desarrolla en base a "dos procesos biológicos perpétuamente engranados" que Mouchet denomina "realización" y "personalizacíón", La realización es el pro- ceso psicológico mediante el cual se construye el mundo exterior, tal cual lo describimos más arriba; mientras que la personalización es la diferenciación individual o como dice Mouchet: la "formación del yo". Se trata de procesos vitales complementarios, que se presentan 242 PAPINI en todos los aspectos de la vida, es decir, tanto filogenética como on- togenéticamente. El punto de vista monista que caracteriza a la Psicología Vital llega a su expresión más acabada, con el concepto de "unidad vital". Al no aceptar la división de soma-psique o de instinto-razón, desarro- lla una concepción unitaria de la vida. "No puedo aceptar tal dico- tomía cuando veo la unidad dentro de la infinita complejidad y va- riedad de la persona" (Mouchet, 1955,pág. 52). El destino de la Psicología Vital, acorde con el destino de la psicología en la Argentina, ha sido solamente el de haber desarrolla- do algunos puntos teóricos relacionados sobre todo con los problemas psicopatológicos (véase Beltrán, 1935; Gorriti, 1938; Bosch, Mouchet y Alberti, 1938;Alberti, 1941a; Gorriti, 1941).Desgraciadamente, no dio origen a ninguna línea experimental de las muchas que podrían desprenderse de las ideas de Mouchet. Es evidente que este panorama se transformará en la medida en que aumenten el interés y las opor- tunidades de llevar a cabo planes de investigación de mayor alcance y significación para la psicología. 2. Los trabajos experimentales de A lbeTti José L. Alberti, quien trabajó durante tantos años al lado de Mouchet, tuvo sin duda, inquietudes propias en varias áreas rela- cionadas todas ellas con la psicología experimental, llegando a cons- tituirse en un importante exponente de la investigación científica. Entre sus diversas actividades, recordemos que participó en la organización de varios laboratorios de psicofisiología y psicología ex- perimental montados en Argentina, tales como el de la cátedra de "Legislación del Trabajo" en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, y el de psícopatología instalado en el Hospicio de las Mercedes. También incursionó en el desarrollo de nuevos aparatos de registro, entre los cuales se destacó el esfigmo- termo-pletismógrafo (Alberti, 1922), resultante de un minucioso aná- lisis de los defectos del pletismógrafo de Lehmann, que era el usado con más frecuencia, superados en el nuevo diseño llevado a cabo por Alberti. Las ventajas que presentaba este nuevo aparato, consistían en que conservaba constante la temperatura del miembro sobre el cual se registraba, a lo largo de todo el experimento; permitía co- nocer en cm'' la cantidad de sangre que afluía o refluía durante una sesión de registro; se registraba objetivamente la temperatura del líquido transmisor; y superaba los inconvenientes producidos por el guante de goma en que se colocaba el miembro en el pletismógrafo de Lehmann (resistencia y espacios de aire). Sin embargo, los méritos más importantes de Alberti, fueron sin duda, el haber sido, junto a \.. Ciampi, el primero en investigar las LA PSICOLOGIA EXPERIMtNTAL ARGENTINA 243- aplicaciones de los registros psicogalvánicos a la psicopatología, con un trabajo que realizaron con cien sujetos (enfermos y normales), y que presentaron en la segunda Conferencia de Neurología, Psiquia- tría y Medicina Legal de Río de janeiro, en 1930; y además, el ha- ber sido uno de los primeros en investigar la actividad eléctrica del cerebro, con métodos electroencefalográficos, que habían comenzado en Argentina Manuel Balado y Luis Romero, quienes presentaron el primer trabajo relacionado con el descubrimiento de Hans Berger en 1936, durante una sesión especial de la Sociedad de Neurología y Psiquiatría de Buenos Aires. Pero volvamos a los trabajos sobre el reflejo psico-galvánico (RPG). Luego de la exposición realizada en Río de janeíro, Alberti presentó en la Sociedad de Neurología y Psiquiatría de Buenos Ai- res, en 1932, una nueva investigación experimental, esta vez sobre 33 sujetos, titulada "El RPG en algunos casos demenciales", en donde confirmaban las conclusiones del anterior trabajo, que resumía en los siguientes puntos: l. El RPG es el procedimiento más sensible y exacto que se conoce, incluso más que las curvas neumográficas y pletismográficas. 2. El RPG aparece cuando media una actividad afectiva o in- telectual, de lo contrario se extingue, como ocurre en los diversos grados de frenas tenia. 3. Si las determinaciones psicogalvánicas se repiten con frecuen- cia en un corto período, el RPG desaparece. . 4. Las desviaciones del galvanómetro son sensibles a los corre- latos fisiológicos emocionales, sobre todo cuando se evocan pensa- mientos penosos. 5. El RPG muestra objetiva y mensuráblemente, la intensidad de la emoción independientemente de la voluntad. 6. También es sensible a estados intelectuales, salvo que medien fenómenos de interferencia. Posteriormente (Alberti, 1935) exploró detalladamente las rela- ciones existentes entre distintas patologías mentales (demencia pre- coz, parálisis general progresiva, demencia senil, demencia epiléptica), la aplicación de distintos estímulos (psicológicos: p.e. decirle "te voy a cortar las manos;'; sensoriales: p.e. luz, pellizco, ruido), y el re- sultado del registro psico-galvánico, llegando a la conclusión de que "el RPG, que se atenúa, desaparece o no existe, es un nuevo reactivo, de apreciación objetiva y mensurable, de la magnitud del estado de- mencial (Alberti, 1935). Siguiendo los puntos de vista de Radecki, un importante inves- tigador polaco que tuvo oportunidad de dictar un curso sobre psico- patología en el Hospicio de las Mercedes en 1933, utilizó como cri- terio de "estado patológico" el hecho de que un organismo no reac- 244 PAPINi cionara a pesar de sentir la emoción y pudo confeccionar a partir de nuevas búsquedasexperimentales, cinco tipos de psicoelectrogramas, uno de ellos normal y cuatro patológicos. Cada uno de estos tipos patológicos incluía una determinada reacción psicogalvánica y co- rrespondía a determinado grupo de enfermedades. Estos cuatro ti- pos eran: insuficiente general, insuficiente vegetativo (ambos grupos revelaban poca capacidad de atención aún conservando cierta acti- vidad mental), hipersensible general e hipersensible superficial (am- bos eran exponentes de graves trastornos de la emotividad). Como ya dijimos, los primeros trabajos de electroencefalografía realizados en Argentina los llevó a cabo Manuel Balado, quien ins- taló en el Hospital Santa Luda, un laboratorio de registro. Balado, que trabajó junto a Romero, fue uno de los primeros investigadores en tomar registros directos de la corteza humana, a los que correla- cionaba con el estudio histológico de la zona en que tomaba el re- gistro mediante la biopsia. Con esta metodología pudo demostrar en el cerebro humano, numerosos fenómenos que Fornmüller -uno de los primeros investigadores de la actividad eléctrica cerebral- había encontrado en el cerebro de algunos animales estudiados por él. Además, Balado fue el primero en tomar registros de áreas res- tringidas de la corteza, a los que siempre correlacionaba con las es- tructuras histológicas correspondientes (Alberti, 1938). Alberti estuvo en continuo contacto con Balado, como lo de- muestra el hecho de que éste le hubiera facilitado numeroso ma- terial experimental que utilizó en dos trabajos suyos donde intenta desarrollar una explicación de las ondas Alpha y Beta (Alberti, 1938; 1941b). 3. Los estudios históricos de Foradori No podíamos dejar de mencionar en este trabajo la obra his- tórica de Italo Américo Foradori (1905-1968),que constituye sin du- da el más denso y minucioso intento de relatar la historia de nues- tra psicología que nos ha llegado hasta el momento. Muchos fueron los que incursionaron en este aspecto: Píñero, Ingenieros, Núñez, et- cétera, pero ninguno de ellos fue tan extenso y meticuloso como el que está presente en los innumerables escritos de Foradori. Su gran pasión fue la enseñanza. Formado como docente, tuvo oportunidad de dictar cursos en muchos establecimientos. Fue ayu- dante de trabajos prácticos en el Instituto de Psicología de la Fa- cultad de Filosofía y Letras, donde incursionó en la investigación Oacheski y Foradori, 1935),y se vinculó a los más destacados psicó- logos de ese momento. Fue también miembro activo de la Sociedad de Psicología de Buenos Aires. Tuvo una destacada actuación gremíalista, siempre en defensa de los derechos del docente, desde la posición de militante activo del LA PSICOLOGIA EXPERIMENTAL ARGENTINA 245 Partido Socialista, que llegó a representar en el cargo de Consejal, en el Consejo Deliberante. Participó en la creación y funcionamiento de bibliotecas y centros infantiles y juveniles de recreación, de los cuales fue un decidido impulsor. De toda su vida intensa, rescataremos su obra histórica, la cual podríamos dividir en tres áreas: las biografías de psicólogos argenti- nos; los trabajos sobre la psicología en Argentina; y los trabajos so- bre la psicología en América. Foradori publicó numerosos trabajos biográficos, en los cuales delineó con su particular estilo, la vida y las obras más importantes de José Ingenieros, Alejandro Korn, Alfredo Calcagno y Enrique Mouchet, a quienes dedicó extensos trabajos. En 1944 publicó su libro Perfiles de Psicólogos Argentinos, donde se ocupa, además de los recién nombrados, de Amadeo Jacques, Víctor Mercante, Rodolfo Senet, Alberto Palcos, Horacio Piñero, Francisco de Veyga y Chrísto- fredo Jakob. En cuanto a sus estudios sobre el estado de la psicología en los países americanos, alcanzaron una gran proporción. Dedicó trabajos especiales en los cuales relató la situación de nuestra ciencia en Bo- livia, Chile, Colombia, Costa Rica y Brasil, así como algunos traba- jos en los que daba una visión panorámica de la psicología latinoa- mericana. Todos estos estudios previos, alcanzaron su máxima expre- sión en su obra La Psicología en América (1954),donde analiza país por país, el desarrollo histórico que la psicología había alcanzado hasta ese momento. Finalmente, de todos los' trabajos sobre la psicología argentina, destacaremos uno de ellos (Foradori, 1935),donde realizó la descrip- ción de todos los laboratorios de psicología de nuestro país, docu- mentándolo con gran cantidad de fotografías, que nos permiten te- ner, a lo largo del tiempo, una acabada idea de las instalaciones y el instrumental de que disponían nuestros psicólogosexperimentales en ese momento histórico. Hemos utilizado a menudo los textos de Foradori como bien lo demuestran nuestras citas, y queremos por lo tanto, dejar en claro, que, aún hoy en día, sus obras son el camino más adecuado para in- troducirse en los orígenes de la psicología experimental argentina, tanto por su gran contenido informativo, como por la seriedad y profundidad de sus juicios. 4. La Psicobiologia de ]akob Christofredo Jakob nació en Wornitzsosthein (Alemania), el 25 de diciembre de 1886.Negándose al sacerdocio para el que lo había preparado su familia, comenzó sus estudios de medicina. Desde joven se caracterizó por sus aptitudes de investigador, publicando a los 246 PAPINI veintinueve años, un atlas del cerebro humano normal y patológico, aún estando en Alemania. En 1899 fue contratado por el gobierno argentino para organizar un laboratorio de neurobiología en el Hos- picio de las Mercedes. Durante diez años trabajó en este laboratorio dándole una organización de excepcional importancia, que quedó abandonado cuando Jakob deja su cargo en 1910. Mientras tanto, ya había sido presentado por Horacio Piñero en la Facultad de Filosofía y Letras (1906) donde se le encargó el dic- tado del curso de "Biología", que fue organizado, a semejanza del que años más tarde comenzaría a dictar en la Universidad de La Pla- ta, con base en una enseñanza teórico-práctica. En 1912, y por iniciativa de José A. Estévez, se le encargó la di- rección de un laboratorio de neurobiología en el Hospital Nacional de Alienadas (actual Hospital Neuropsiquiatrico de Mujeres "Brau- lio Moyano", quien fue discípulo suyo), al que organizó en forma similar al que había creado en el Hospicio de las Mercedes. Estaba dividido en secciones que comprendían autopsias, histología, anato- mía comparada, microfotografía, análisis bioquímicos, embriología y un museo de preparados. Cuando Pedro Ara, un anatomista es- pañol, visitó en 1925 este laboratorio, quedó notablemente impresio- nado, a tal punto que, según declaró años más tarde, nunca tuvo oportunidad de encontrar un instituto con la organización que tenía el de Jakob (Loudet y Loudet, 1971). Durante los muchos años que dirigió este laboratorio, llegó a publicar una gran cantidad de tra- bajos, que constituyen hoy en día el aporte más importante que se haya hecho desde nuestro país a la neurobiología. J akob siempre estuvo vinculado a los psicólogos. Publicó ar- tículos en las revistas de psicología, enseñó en los institutos de psi- cología, fue miembro de la Sociedad de Psicología de Buenos Aires, y realizó aportes de envergadura para el conocimiento de la fisio- logía cerebral. En sus obras delineó una concepción científica dé la psicología, aún considerándose un poco fuera de ella, que transcri- biremos literalmente para no perder sus matices propios: "Si la psi- cología quiere ser una ciencia del alma y del espíritu, que tiene por objeto el estudio completo evolutivo de las funciones supremas del organismo en los individuos y colectividades humanas y animales, y si estos fenómenos son, como hoy no podemos dudar más, elabora- ciones de los aparatos nerviosos centrales, entonces la psicología -si no quiere limitarse a una simple constatación, descripción y catalo- gación de los fenómenos psíquicos aislados de su base natural forzo- samente tiene que hacerentrar en su campo de trabajo, el estudio de las relaciones causales entre estos fenómenos y su mecanismo pro- ductor, debiendo resultar finalmente todas esas funciones como con- secuencias lógicas del plan estructural y biodinámica de la materia en su representación más noble". "La psicología desconoce todavía la LA PSICOLOGIA EXPERIMENTAL ARGENTINA 247 naturaleza de los verdaderos elementos creadores psíquicos, y llegará recién más adelante ayudada por una fisiología no sólo sensorial sino cerebral más elevada, cuando sepa interpretar mejor el juego complejo de la dinámica cortical, elemental y compleja y estudiando sin prejuicio, el afloramiento natural de lo psíquico en todas sus eta- pas y seres" (Jakob y Onelli, 1913). La madurez y profundidad con que Jakob define la psicología nos dan la pauta de la importancia qu~ sus aportes tienen para las ciencias del comportamiento. Sus es- tudios sobre la biología de la memoria, su teoría sobre el área. sen- somotora, sus estudios sobre el desarrollo filogenético del cerebro, sobre la anatomía, la fisiología y el comportamiento de muchos ani- males de la fauna argentina, sobre los centros cerebrales del lenguaje humano, sobre la anatomía patológica de diversas alteraciones del sistema nervioso, sobre los mecanismos biológicos del pensamiento, sobre el dinamismo cortical, sobre el origen filogenético del neocor- tex, sobre el papel de los lóbulos frontales en el ser humano, y mu- chos otros más, nos investían la trascendencia que la obra de este investigador adquiere para la psicología. En su concepción de la psicología, tal cual ya lo habían mani- festado Piñero e Ingenieros, el punto de vista filogenético estaba ma- nifiestamente formulado, y en base a este criterio, realizó, junto a Clemente Onelli, director del J ardín Zoológico de Buenos Aires, un estudio comparativo del cerebro de los mamíferos argentinos, enten- diendo que "un estudio filo-psico-genético proporcionará las siguien- tes conclusiones: l. La constatación de las fases evolutivas actuales del cerebro de los vertebrados, lo que permite sacar conclusiones sobre la filogenia cerebral humana. 2. Se estudiará la historia de la adquisición sucesiva de los dife- rentes centros corticales, base de la futura filogenia de los diferentes territorios funcionales. 3. Nos enseñará el plan estructural fino y la significación fun- cional de la célula cortical y de su agrupación en la corteza cerebral. 4. Nos da orientaciones nuevas sobre los centros considerados como específicamente humanos, como son los del lenguaje, y nos in- terpretará el concepto respecto de los llamados centros de asociación, de los cuales hoy en día nos falta completamente, tanto la base como los métodos de estudio. 5. Nos ofrece la posibilidad de una psicología experimental con- cientemente aplicada al órgano cerebral de los animales, el cual sólo gradualmente difiere del hombre. 6. Nos enseña que la mentalidad humana no es un fenómeno aislado sino que ella representa sólo la diferenciación más grande en la actualidad, de energías orgánicas que existen y evolucionan dentro 248 PAPINI de la serie de todos los organismos hacia un porvenir ignorado, pero no dudamos, siempre más grandioso" Gakob y Onelli, 1913). Estas pocas palabras encierran un plan de grandes objetivos en cuanto a líneas de investigación. Pero sobre todo, es importante des- tacar la vigencia que él tiene aún en nuestros días. Una psicología experimental basada en un abordaje filogenético es un paso previo ineludible en el conocimiento del origen y evolución del comporta- miento. En esta línea de pensamiento Jakob es, como Ingenieros, que ya a principios de siglo propuso el estudio filogenético de las funciones psíquicas, uno de los más lúcidos precursores. LA ESCUELA DE LA PLATA La psicología experimental se inauguró en la Universidad de La Plata, cuando por iniciativa de Joaquín V. ,González se creó una Sección Pedagógica en la Facultad de Ciencias Jurídicas y So- ciales, la cual en 1914 se transformó en Facultad de Ciencias de la Educación, dirigiéndola hasta 1920 Víctor Mercante, un psicopeda- gogo formado en la Escuela Normal de Paraná junto a Pedro Scala- brini; Mercante fue quien inauguró en cierta forma las investiga- ciones de psicología experimental en la Argentina, al organizar un laboratorio en la Escuela Normal de San Juan en 1891, donde llevó a cabo las primeras experiencias que se realizaron en el país (Inge- nieros, 1919). Este hecho, lamentablemente no es en general reco- nocido por los autores que se han ocupado de la historia de la pe- dagogía. Su importancia radica en que constituyó el segundo labo- ratorio creado en América, cuatro años después que el que G. Stanley Hall montó en la Universidad John Hopkíns, en Estados Unidos, ya sólo doce años de la creación del primer laboratorio de psicolo- gía experimental por Wundt, en 1879. El discípulo más importante de esta generación de psicólogos, fue Alfredo Calcagno, quien reconoció siempre a Mercante como su gran maestro. Con Calcagno, se inició la segunda etapa en el desa- rrollo de la Escuela de La Plata, paralela a la que Mouchet desarro- lló en Buenos Aires, y a semejanza de éste, podríamos decir que si bien su obra comenzó a desarrollarse mucho antes de 1930,durante este período que nos toca analizar llegó a su producción más madu- ra, interrumpida lamentablemente en 1950, cuando fue separado de su cátedra, por razones probablemente extra-científicas. Calcagno nació en Mercedes, el 26 de octubre de IS91, y allf comenzó sus estudios en la Escuela Normal de esa ciudad, hasta que en 1908 ingresó a la antigua Sección Pedagógica de la Universidad de La Plata, donde obtuvo el título de Profesor de Pedagogía. En 1913 viajó a Bélgica becado por la Universidad, y estudió junto a Decroly, Ioteyko y Schuyten en la Facultad de Paidología de la Uni- versidad de Bruselas, graduándose como licenciado y posteriormente LA PSICOLOGIA EXPERIMENTAL ARGENTINA 249 doctor en Ciencias Paidológicas. De vuelta en Argentina, trabajé como discípulo directo de Mercante junto a otros colegas, tales como Carbó, Senet, Herrera, Victoria y Ferreyra, comenzando con el cargo de Jefe de Laboratorio (1914-1918), hasta llegar a dictar "PSicología y Antropología" (1917-1920), "Psicopedagogía" (1920-1950), "Didác- tica" y "Metodología" (1916), como profesor titular. Enseñó además en el Colegio Nacional de la Universidad de La Plata (1934-1937); en el Museo de La Plata, dependiente también de la Universidad, en donde dictó un curso de "Antropología" (1933); dirigió la Escuela "Joaquín V. González" (1925); dictó "Psicología" en la Escuela Nor- mal de La Plata; dirigió la Sección Ciencias de la Educación de la Facultad de Humanidades; fue decano de la Facultad de Humani- dades (1936-1940); y, finalmente, ocupó una serie de altos cargos en la Universidad de La Plata, tales como Consejero Superior (1940- 1950), Vicepresidente de la Universidad (1940-1941), Presidente Hono- rario del Departamento de Extensión Universitaria (1942-1950) y Guardasellos de la Universidad (1942-1950), un c~rgo muy impor- tante, en el cual se designaba a personas de reconocida capacidad in- telectual y que consistía en autenticar con su firma, todos aquellos documentos en los cuales era colocado el sello mayor de la Univer- sidad. La actividad docente de Calcagno fue extraordinaria, no sólo por la gran cantidad de cursos y conferencias que dictó en todo el país, sino además, por las cualidades intrínsecas que poseía como orientador y formador de los alumnos. Este es un hecho muy im- portante dentro del desarrollo de la psicología experimental argen- tina, ya que tuvo la oportunidad de dirigir numerosos trabajos de tesis, donde proponía investigaciones experimentales originales sobre diversos temas, y en un amplio espectro que incluía desde trabajos teóricos y técnicos, hasta planteos experimentales básicos, entre los cuales .rescatamos dos: '~EIGesto Gráfico Relacionado cOn la Edad, el Sexo,y la Cultura" (1922 b), correspondiente a una línea de tra- bajo que venía desarrollando desde años atrás (véaseMercante, 1918), sobre las relaciones entre los trazos gráficos y la personalidad. En segundo lugar, un trabajo titulado "Los Primeros Recuerdos" (1922 e), donde se interesaba en rastrear mediante un cuestionario, las carac- terísticas emocionales y perceptuales que poseen los recuerdos más antiguos que se conservan. El programa con que Calcagno dictaba "Psicopedagogía" abarca- ba los siguientes puntos (Foradori, 1935): l. Problemas actuales de la Psicopedagogía. 2. Fundamentos biológicos de la educación. 3. Métodos de exploración e investigación en psicopedagogía. 4. Significación y aplicación del método psicoestadístico. 5. Desarrollo y crecimiento del niño y el adolescente. 6. La vida instintiva del niño y SU proceso educativo. 250 PAPINI 7. Los hábitos y la educación. 8. Los problemas pedagógicos de la memoria y la fatiga. 9. El proceso mental en la adquisición de cada categoría de cono- cimiento en la enseñanza primaria. 10. Determinación del nivel y fisonomía mental de los escolares. 11. Contrastación de los tests de Terman. La obra intelectual de Calcagno, como la de Mouchet, y la de muchos otros, abarcó un amplio espectro de temas sobre los cuales se ocupó, que hace que podamos también en este caso, dividirla en dos aspectos: sus escritos psicológicos y psicopedagógicos, y sus es- critos extra-psicológicos. Entre estos últimos encontramos trabajos sobre: la educación en Argentina, Sarmiento y su obra pedagógica; la historia de Mercedes, su ciudad natal; "La Fundación de Bahía Blanca"; relevamientos taquimétricos con excavaciones en la zona del Fuerte Mayo, en la Reducción de la Concepción de los Indios Pampas y en la Reducción del Rincón de López; un relevamiento de las Salinas Grandes y finalmente, un trabajo de actualización pIa- nimétríca de "La Carta Esférica de la Frontera Sur de Buenos Aires" que había realizado Félix de Azara en 1976. Su obra psicológica y psicopedagógica es muy amplia y densa, y podríamos dividir su producción en dos áreas: sus aportes al cono- cimiento del comportamiento infantil, y sus aportes al desarrollo de nuevos aparatos de registro. En el primer caso trabajó en las áreas de imaginación, creación, memoria, lenguaje, escritura, formas del es- tudio anamnésico del educando, etcétera, realizando en todos estos casos, un minucioso trabajo experimental, con grandes muestras de donde obtenía sus datos, los cuales analizaba prolijamente con base en las técnicas estadísticas a las que tanta importancia concedió. Muchos de los psicólogos de la época dedicaron esfuerzos al des- arrollo de instrumentos de medición y registro; entre otros Ducceschi, Milano, D'Olivera Estévez, Alberti. Pero los aparatos de Calcagno fueron los más importantes y precisos, además de ser los más nume- rosos. De todos ellos destacaremos tres, el compás haííestesiométrico, el osmiestesiómetro y el axiestereómetro, En todos los casos, partía de un exhaustivo análisis de los defectos que resumían los aparatos conocidos y construía su modelo en base a la superación de esos de- fectos. Su compás hafíestesiométrico (Calcagno, 1922 a) fue fabricado por la casa Zimmermann de Leipzig bajo el nombre de "Compás de Mercante", a pedido de Calcagno, y como un homenaje a su maestro. Este fue el aparato con el cual Mouchet realizó sus trabajos sobre la percepción táctil de los ciegos. Su característica principal derivaba del hecho de que la presión del exitante sobre la piel era siempre la misma, con lo cual aseguraba su precisión. Sus aparatos osmieste- siométricos (Calcagno, 1924) estaban construidos para conocer exacta- mente la sensibilidad olfativa de las personas en base a dos métodos: LA PSICOLOGIJ\ EXPERIMENTAL ARGENTINA 251 el directo, en que se determina la cantidad absoluta de sustancia odorante, en solución acuosa, que corresponde al mínimo perceptible o a cualquier grado de percepción; y el indirecto, según el cual se determina la intensidad de la exitación correspondiente al umbralo a cualquier grado de percepción, como función a una fuente de olor determinada. Por último, el exiestereómetro que construyó por en- cargo de Mira y López, para investigar la percepción del espacio (Fo- radorí, 1944). Estos aparatos eran construidos en un pequeño taller que dependía de la Cátedra de Psicopedagogía, en el cual colaboraba como técnico, Alfonso R. Moglia. Indudablemente, la gran actividad de Alfredo Ca1cagno como docente e investigador, hizo que su personalidad y sus trabajos tras- cendieran las fronteras de nuestro país, y atrajeran a muchos· profe- sores y alumnos de diversos países latinoamericanos que viajaron a Argentina para estudiar con él. Por todo ello, entendemos, junto a Foradorí (1944), que en su momento fue "el más alto exponente de la investigación psicopedagógica del continente". LOS LABORATORIOS PSICOTECNICOS En 1906 llegó al país un discípulo de Wundt (quien años más tarde dirigiría el laboratorio creado por éste en Leipzig), para encar- garse del dictado de la Segunda Cátedra de Psicología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Se trataba de Félix Kriiger. Entre las diversas actividades que realizó en Bue- nos Aires, una de ellas fue la incursión en los estudios psicotécnicos que desarrolló en el Laboratorio de Psicología del Instituto Nacional del Profesorado, creado por él mismo, y que resultaron ser, como lo señala Fingerman (1925), el primer antecedente de estas actividades que adquirirían tanta importancia años más tarde. Con la llegada de Carl jesínghaus, también discípulo de Wundt y especialista en psicotécnica y orientación profesional, y con la apa· rición del libro La Fatiga de Alfredo Palacios, en 1922, en el cual re- comendaba la necesidad de un examen psicofisiológico previo a la incorporación de una persona a cualquier ocupación (Foradori, 1954), quedaron sentadas las bases para la organización concreta de estas actividades. Así en 1925 se creó, por decreto del Poder Ejecutivo, el Insti- tuto de Psicotécnica y Orientación Profesional, cuyo proyecto había sido presentado por Jesinghaus en el transcurso del Congreso de Tra- bajo reunido en Rosario en 1923, y cuyos fundamentos fueron: que el Instituto aumentaría la eficiencia económica del país, favorecería la salud pública, disminuiría la desocupación y fomentaría la pat social (Jesinghaus, 1924). En un primer momento, y de acuerdo al artículo 2Q de sus esta- tutos, el objetivo de este Instituto era el de facilitar una enseñanza 252 PAPINí complementaria a profesores de enseñanza normal, secundaria y es- pecial. No obstante en 1928 estos objetivos fueron modificados, asíg- nándosele el fin de "organizar la orientación profesional para los egresadosde las escuelas primarias y secundarias, la formación de pero sonal idóneo para institutos similares, la selección de personal de em- pleados y obreros e investigaciones de carácter psicotécnico" (Fora- dori, 1935). Esta reestructuración de los objetivos permitió un rá- pido incremento de la actividad que organizaba el Instituto, llegando a atender hasta 1930,5.954 consultas provenientes de 282 localidades distintas del país. Durante sus cinco primeros años de acción llevó a cabo encuestas a un total de 990 alumnos de los Colegios Naciona- les, organizó un ciclo de conferencias, dictadas entre otros por jesín- ghaus, Fingerman, Houssay, Jakob, Damianovich, Silva, Nelson, etcé- tera, administró un total de 715 exámenes psicotécnicos, llevó a cabo cursos especiales para alumnos de escuelas primarias y secundarias, publicó tres ediciones de la Guía de Estudios Superiores y dos edicio- nes de la Cartilla de Orientacián Profesional, administró pruebas de inteligencia a una población de niños con retraso mental, etcétera. Cuando en 1931 el gobierno nacional decidió suprimir la par- tida destinada a mantener el Instituto, éste pasó a funcionarcomo una Sección del Museo Social Argentino, adonde fueron trasladados todo el instrumental de laboratorio utilizado para el registro y la medición de atención, memoria, tiempo de reacción, etcétera, así co- mo el material de tests y los 500 volúmenes que conformaban su bi- blioteca especializada. Su primer director fue Jesinghaus, quien fue sucedido, luego del traslado, por un colaborador suyo, Gregario Fingerman. Además tra- bajaron en el instituto: P. Pietranera, D. Silva, N. Lemos, M. Araya, J. D'Olivera Estévez, y A. Bunge. Fingerman (1925) y Jesinghaus (1935) consideraban que la psi- cotécnica era una rama de la psicología experimental, que en su desarrollo había llegado a un punto en que podían desprenderse aplicaciones prácticas con alto grado de eficiencia. En este sentido, la psicotécnica seguía históricamente lo que en su momento consti- tuyó la derivación psicopedagógica de la psicología experimental. Ambos coincidían en distinguir dos tareas fundamentales que un psicotécnico debía realizar: la orientación profesional y la selección profesional. Jesinghaus (1935) aclara: "La orientación busca la pro- fesión que mejor armoniza con la constitución psico-física. del aspi- rante, la selección, en cambio, averigua si los candidatos son aptos para una profesión determinada". Ambas tareas se consideraban co- mo medidas fundamentales en la eliminación o disminución de los accidentes de trabajo por "causas de orden psicológico". También se recomendaba el aprendizaje de la actividad, y la propaganda de los peligros inherentes a ella, así como de su evitación. LA PSICOLOGIA EXPERIMENTAL ARGENTINA 253- Un año después de la creación del Instituto de Psicotécnica y Orientación profesional, el 12 de julio de 1926, el profesor titular de la Cátedra de Legislación del Trabajo de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, Alfredo Palacios, junto con José L. Alberti (profesor de Psicología en la Facultad de Filosofía y Letras, como colaborador de Mouchet), organizaron un laboratorio de psicología, que contenía: una sección de psícocronome- tría, otra sección de psicofisiología, y por último, una tercera de psicodinámica. Los alumnos recibían una instrucción teórica y prác- tica acerca de las bases fundamentales del pre-examen de admisión obligatorio para cualquier ocupación. Desgraciadamente, al poco tiempo de comenzar a desarrollar su acción, fue disuelto. Otros laboratorios psicotécnicos de menos importancia aparecie- ron durante este período. Así, en el ámbito del Instituto Nacional de Biotipología, fundado en 1935, Heriberto Brugger, un austríaco ra- dicado en la Argentina, fundó un Laboratorio de Psicotécnica en el cual desarrolló fundamentalmente actividades de orientación voca- cional y profesional. Otro Instituto Psicotécnico funcionó como dependencia de la Dirección General de Escuelas de Mendoza, el cual, bajo la dirección de Irma Vigliani desarrolló actividades de clasificación de los alum- nos primarios de toda la provincia, mediante la aplicación de tests de aptitudes e inteligencia, adaptados por el personal del Instituto y, más tarde, actividades de orientación profesional. La Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional, creada en la década de 1940, tuvo una División de Psicotécnica diri- gida por Julio D'Olivera Estévez, y posteriormente, por Gregorio Fingerman y Salvador Attías. Sus objetivos fueron muy amplios: des- de el estudio psicofísico correlacionado con el desempeño de cada profesión, hasta una labor de propaganda sobre orientación profe- sional en todo el país, el estudio de enfermedades profesionales, la organización de una biblioteca especializada, la diagramación de cursos profesionales y técnicos, etc. También funcionó un Gabinete Psicotécnico en la filial de Ro- sario del Instituto Cultural "Joaquín V. González", creada en 1940, y bajo la dirección de José A. Crespi. Posteriormente, con la presi- dencia de Sarah A. de Diosdado, el Instituto fue reorganizándose con base en el siguiente plan de secciones: sección de psicotécnica, de orientación educacional, de orientación profesional, de información económica, de tests, de estadística, consultorio médico pedagógico, de publicaciones, de estudio del irregular rendimiento escolar, de legislación escolar infantil, de nipiocultura, de didáctica, de música y de extensión cultural (Foradori, 1954). Esta organización permitió el estudio integral de niños con diversos problemas, cuyo tratamiento y asesoramiento se extendía en algunos casos, a sus respectivas fami- 254 PAPINI lias. Además de esta actividad de investigación y aplicación, se orga· nizaroncursos sobre orientación profesional, tests, pricopatología in- fantil, psíooestadística, etcétera. Por último, haremos mención de la Dirección de Psicología Edu- cacional y Orientación Profesional, a cargo de Ricardo V. Moreno, que llevó a cabo tareas de investigación relacionadas con problemas de rendimiento, carácter, conducta y lenguaje en escolares. Estaba dividido en tres departamentos: psicología educativa, dirigido por Jaime Berstein (quien más adelante llevaría a cabo tareas de estanda- rización a la población local de diversos tests de uso corriente en psicología clínica y educacional); una segunda sección de orienta- ción, selección y readaptación profesional, a cargo de B. Serebrinskí: y una Secretaría General de Psicoestadística y Administración di- rigida por Julio Rivas. EL LABORATORIO DE PSICOLOGIA EXPERIMENTAL DEL INSTITUTO PSIQUIATRICO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS MEDICAS DE ROSARIO Una de las grandes carencias de las facultades de ciencias mé- dicas fue la persistente negativa a incluir materias de formación psi- cológica en sus planes de estudio. La excepción a esta regla fue, sin duda, la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario, donde en 1922 se agregaron al plan de estudio dos asignaturas: "Psiquiatría Infantil", y "Psicología Experimental", que sumándose a la ya existente Cá- tedra de "Psiquiatría", desarrollaron un intenso plan de docencia e investigación en Psicología clínica y experimental. La organización del laboratorio estuvo a cargo de Arturo Mó, quien fue profesor titular de "Psicología Experimental", y José L. Alberti, que ocupó el cargo de Jefe de Laboratorio, hasta 1932. A partir de 1927 la cátedra de "Psiquiatría Infantil" fue ocupada por Lanfranco Ciampi, quien había estudiado con Sante de Sanctis. Estas tres cátedras integraban el Instituto Psiquiátrico de la Fa- cultad de Ciencias Médicas, el cual editó un Boletín en el que apa- recieron las investigaciones realizadas en sus laboratorios. Foradori (1935, pág. 379) describió algunas de estas investiga- ciones que nos parecieron muy interesantes y significativas para tener una idea de las líneas experimentales que se desarrollaron en estos laboratorios. Sus temas eran: las emociones en la demencia precoz, el reflejo psicogalvánico en los enfermos mentales, la pneumografía en la tartamudez en los enfermos postencefálicos yen los frenas té- nicos en vigilia y sueño, la capiloroscopía en retardados y dementes, investigaciones psícométrícas con el uso de los reactivos más conoci- dos, sugestibilidad en los niños retardados, anormales y adultos nor- males y dementes, e ilusión de los pesos. LA PSICOLOGIA EXPERIMENTAL ARGENTINA 255 EL INSTITUTO DE PSICOLOGIA EXPERIMENTAL DE LA UNIVERSIDAD DE CUYO La Universidad de Cuyo abrió, en el transcurso de la década de 1940, dos cursos de psicología en la Facultad de Filosofía y Letras, a cargo de Luis F. García de Onrubia y Horacio Rimoldi. Además, contaba con otras dos asignaturas en la Carrera de Pedagogía: "Psi- cología General" y "Psicología del niño y del adolescente". Como consecuencia de esta apertura a la enseñanza de la psicología en el nivel universitario, se creó en 1942 el Instituto de Psicología Expe- rimental, y se le encargó a Horacio Rimoldi su dirección. En vincu- lación con este instituto estuvieron, Nuria
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