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HISTOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO DE LOS VERTEBRADOS ----------------------------------------------------------------------------------- CAPÍTULO PRIMERO BULBO RAQUÍDEO Conformación exter ior del mismo El bulbo raquídeo, llamado también médula oblongada, es el segmento espesado y cónico del eje cerebro-espinal, en que se termina superiormente la médula al juntarse con la protuberancia y cerebelo. Reside en parte dentro de la cavidad craneal y sus límites son, por arriba, el borde posterior de la protuberancia, é inferiormente, el nacimiento del primer nervio cervical. Representa el bulbo raquídeo una prolongación de la médula espinal, pues consta, como ésta, de raíces sensitivas y motoras, de substancia blanca periférica y de focos grises ó astas anterior y posterior ; pero todas estas partes han sufrido dislocaciones y mudanzas que imprimen á la estructura del bulbo un sello particular. Antes de exponer detalladamente tales mutaciones conviene dirigir una ojeada sobre la morfología exterior del órgano que estudiamos. Considérase al bulbo, para comodidad descriptiva, como un órgano de forma de pirámide de base superior cuadrangular, con cuatro facetas ó caras, que son anterior, laterales y posterior. Cara anterior (fig. 276). ─ Dirigida hacia adelante y abajo, presenta en el rafe un surco medio vertical, llamado surco [medio] anterior, el cual se continúa con el de la médula, y exhibe en lo alto, al juntarse con la pro- tuberancia, una depresión ó foseta (agujero ciego de Vicq d'Azyr). Hacia abajo este surco pierde profundidad y queda casi interrumpido por consecuencia de la aparición de numerosos manojos [fascículos] de substancia blanca, que se entrecruzan en ángulo agudo pasando desde las profundidades de la médula al cordón anterior del bulbo (fig. 276, G). Esta importante disposición llámase entrecruzamiento ó decusación de las pirámides. Por fuera del citado surco resalta una eminencia ó haz de substancia blanca, espeso, adelgazado inferiormente y designado pirámide anterior (fig. 276, A). Este cordón se continúa aparentemente por abajo con el anterior de la médula, pero en realidad se prolonga con la vía pira- midal ó motriz cruzada y directa ; por arriba perfora la protuberancia é ingresa en el pedúnculo cerebral y cerebro. Por fuera de las pirámides se dibuja un surco vertical [surco colateral anterior], continuado con el antero- lateral de la médula ; de él emergen las raíces del hipogloso (fig. 276, XII) ; en su porción inferior se halla cruzado por algunas fibras arciformes llegadas de la cara posterior del bulbo (fig. 276, C). En fin, en plano más externo resalta una eminencia blanca, oblongada, de extremos redondeados, limitada superiormente por la protuberancia y acabada libremente por abajo, no lejos del nivel de la decusación piramidal ; tal es la oliva 2 HISTOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO DE LOS VERTEBRADOS bulbar (figura 276, B), uno de los órganos más importantes del bulbo, y cuya robustez parece proporcional al volumen del cerebelo. Hacia atrás, la oliva tiene por frontera un surco superficial confluente en el antero- lateral antes citado [surco colateral anterior]. Cara lateral.─ Visto la teralmente exhibe el bulbo un delgado cordón, pequeña porción exterior visible de un manojo muy importante profundamente situado, continuado con el lateral de la médula. Detrás de este cordón aparece el surco colateral posterior continuado con el de igual nombre de la médula y por el cual brotan tres nervios, el gloso-faríngeo, el vago y el espinal bulbar, es decir, los nervios mixtos del bulbo raquídeo (fig. 276, IX, X, XI). Cara posterior. ─ Ofrece una fisonomía muy especial por causa de la apertura del epéndimo, cuyas paredes, dilatadas y extendidas transversalmente, constituyen el suelo del cuarto ventrículo ó ventrículo cerebeloso. En ella conviene distinguir dos porciones: inferior ó infraventricular y superior ó ventricular. Porción infraventricular.─ Esta porción ofrece de dentro á fuera : el surco medio posterior (fig. 277), continuación del homónimo de la médula; la pirámide posterior (fig. 277, A), eminencia alargada de arriba abajo, de forma triangular con base superior espesada en forma de maza y con vértice inferior prolongado con el cordón de Goll ; el surco intermediario posterior, [P,] que separa dicha pirámide del cordón posterior propiamente dicho ; y, en fin, el cuerpo restiforme (fig. 277, D), grueso manojo redondeado, aparentemente continuado con el cordón posterior de la médula, pero formado en realidad de fibras nacidas del bulbo y de otras prolongadas con el cordón lateral del eje espinal. Superiormente, el cuerpo restiforme se ensancha y aparta progresivamente de la línea media, encuadra lateralmente el suelo del cuarto ventrículo y se termina continuándose con el pedúnculo cerebeloso inferior (fig. 277, D). Hacia afuera aparece limitado por un surco, continuación del colateral posterior de la médula ó surco de emergencia de las raíces sensitivas (fig. 277, C). Su frontera interna es asimismo la continuación de otro surco medular [surco intermedio posterior] : el separatorio [, en la médula,] de los cordones de Goll y de Burdach (fig. 277, P). No lejos del surco colateral posterior, el cuerpo restiforme muestra posteriormente una mancha gris saliente, oblonga, más aparente en el niño recién nacido que en el adulto, la cual se designa tubérculo ceniciento de Rolando ; corresponde al vértice del asta posterior de la substancia gris bulbar [, apenas recubierta de substancia blanca] (foco de terminación de la raíz descendente del trigémino). Porción superior [ó ventricular] de la cara posterior. ─ Está casi enteramente ocupada por una fosa romboidal de color generalmente grisáceo, que no es otra cosa que el suelo del cuarto ventrículo, del cual sólo la parte inferior corresponde al bulbo ; la superior constituye la cara dorsal de la protuberancia. Ya hemos dicho que este suelo ventricular representa el in- terior del epéndimo, cavidad que al abrirse se ha ensanchado notablemente, quedando por detrás y arriba limitada, á falta de pared posterior, por la válvula de Vieussens y el cerebelo. Posee el suelo ventricular diversos accidentes que traducen, aunque de BULBO RAQUÍDEO 3 modo imperfecto, los relieves de varios focos motores y sensitivos. Las particularidades más interesantes, son las siguientes. En el rafe se ve un surco medio extendido desde el epéndimo medular hasta el acueducto de Silvio (fig. 277). El aspecto que la porción inferior de este surco ofrece, combinado con el de ciertas estrías blancas transversales situadas superiormente, le han valido el nombre de calamus scriptorius (fig. 277, F). Por fuera del surco aparecen dos eminencias prolongadas (funiculus teres), de color gris claro, anchas en su segmento central, donde ostentan un pequeño abultamiento (eminencia teres) (fig. 277, K), correspondiente al núcleo del motor ocular externo, y delgadas por sus cabos superior é inferior (fig. 277, K). La parte inferior de dicha faja, llamada también ala blanca interna, traduce posteriormente el núcleo de origen del hipogloso (fig. 277, G). Por fuera del funiculus teres se advierten tres manchas grises de forma triangular : una superior vecina del acueducto de Silvio (locus caeruleus) (J) ; otra media excavada en foseta (foseta anterior), y otra inferior situada á los lados del calamus y llamada ala gris (fig. 277, Q). Todavía en plano más lateral y en la vecindad del cuerpo restiforme, destacan una gruesa eminencia semilunar que corresponde al núcleo de terminación del acústico (tubérculo acústico)[ó ala blanca externa] (fig. 277, I). En fin, en sentido transversal y resaltandoclaramente del fondo gris del suelo ventricular, cruzan algunos hacecillos de substancia blanca [, de los que hemos hablado á propósito del calamus,] llegados del contorno del cuerpo restiforme y terminados en el rafe ó surco medio posterior : llámanse barbas del calamus scriptorius (H). ------------------------------ El texto entre corchetes sin ningún superíndice fue añadido en la Histologie du Système Nerveux de l’Homme et des Vertébrés. Figuras Capítulo I, Tomo II, Edición de la Histología del SN de Ramón y Cajal Traductor: Miguel Freire NO MODIFICAR EL TAMAÑO DE LAS FIGURAS Por favor, tener a mano la hoja de estilo de la edición del texto histórico de la obra y el Tomo I de la obra que ya está impreso. Las figuras van siempre entre el texto de la página Delante de cada pie de figura se indica la situación en que debe ir la figura en la página que se maqueta de acuerdo con el diseño aprobado por Santiago Ramón y Cajal en la edición española de la obra: Centrada en la página No centrada: - a la izquierda si la página es par. - a la derecha si la página es impar. NO CENTRADA Fig. 276. ─ Cara anterior del bulbo y de la protuberancia del hombre. ─ A, pirámides ; B, olivas ; C, fibras arciformes ; D, cordón lateral ; E, protuberancia ; F, tuber cinereum ; G, surco medio anterior y cruce de las pirá- mides ; II, cinta óptica ; III, motor ocular común ; IV, patético ; V, trigémino ; VI, motor ocular externo ; VII, facial ; VIII, auditivo ; IX, glosofaríngeo ; X, vago ; XI, espinal ; XII, hipogloso. Figuras Capítulo I, Tomo II, Edición de la Histología del SN de Ramón y Cajal Traductor: Miguel Freire NO CENTRADA Fig. 277. ─ Cara posterior del bulbo y protuberancia del hombre. ─ A, pirámide posterior ; B, cordón posterior ; C, surco colateral posterior ; D, cuerpo restiforme ; E, [nervio] acústico ; F, punta del calamus ; G, ala blanca interna ; H, barbas del calamus ; I, tubérculo acústico [ó ala blanca externa] ; K, eminencia teres ; L, pedúnculo cerebeloso superior ; M, tubérculo cuadrigémino posterior.
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