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párpado. La conjuntiva palpebral es normalmente roja y vascular; con experiencia, la exploración puede aportar una cierta valoración sobre el nivel de hemoglobina. Suele examinarse cuando se sospecha una anemia, afección de la sangre que habitualmente se manifiesta por palidez de las mucosas. Cuando el párpado superior se coloca en eversión («volteado» de forma que puede observarse la conjuntiva palpebral), pueden apreciarse el tamaño y la extensión del tarso superior englobado en él, y en general, se ponen de manifiesto las glándulas tarsales a través de la conjuntiva palpebral, en forma de bandas verticales amarillentas. En un examen detenido pueden observarse las aberturas de estas glándulas (unas 20 en cada párpado) sobre los bordes de los párpados, posteriormente a las dos o tres filas de cilios emergentes, o pestañas. En la continuación de la conjuntiva bulbar con el epitelio anterior de la córnea y la conjuntiva palpebral se forma el saco conjuntival. La hendidura palpebral es la «boca», o abertura anterior, del saco conjuntival. En el ángulo medial del ojo se halla un reservorio de las lágrimas, superficial y rojizo, el lago lagrimal, dentro del cual se halla la carúncula lagrimal, un pequeño acúmulo de piel húmeda modificada. Lateralmente a la carúncula se encuentra un pliegue conjuntival semilunar que se superpone ligeramente al bulbo ocular. Al situar los bordes de los párpados en eversión, se aprecia un pequeño hoyuelo en su extremo medial, el punto lagrimal, situado en la cúspide de una pequeña elevación, la papila lagrimal. C U A D R O C L Í N I C O REGIÓN ORBITARIA, ÓRBITA Y BULBO OCULAR Fracturas de la órbita El borde de la órbita es fuerte y protege el contenido orbitario. Sin embargo, si un golpe es lo suficientemente potente y el impacto es directo sobre dicho borde, las fracturas resultantes suelen producirse en las tres suturas entre los huesos que forman la región orbitaria. Debido a que las paredes medial e inferior de la órbita son delgadas, un golpe sobre el ojo puede fracturarlas, mientras que el borde permanece intacto (fig. C8-23). Las lesiones traumáticas indirectas que desplazan las paredes orbitarias se denominan fracturas por «estallido». Las fracturas de la pared medial pueden interesar las celdillas etmoidales y el seno esfenoidal, mientras que las fracturas de la pared inferior (piso de la órbita) pueden afectar al seno maxilar. Aunque la pared superior es más fuerte que la medial y la inferior, es lo suficientemente translúcida como para poder penetrarla con facilidad. Así pues, un objeto puntiagudo puede atravesarla y llegar al lóbulo frontal del cerebro2. 1636 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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