Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
824 P A T O G E N I C I D A D E I N M U N O L O G Í A como células diana (Figura 25.9a). Las proteínas producidas por virus infectantes, por ejemplo, son captadas y digeridas en el citoplasma en el interior de una estructura llamada pro- teasoma. Péptidos de unos diez aminoácidos son transpor- tados al interior del retículo endoplasmático (RE) a través de poros formados por una pareja de proteínas denomina- das transportadores asociados al procesamiento de antígenos (TAP, del inglés transporters associated with antigen proces- sing). Una vez que los péptidos han penetrado en el RE, se unen a una proteína del MHC I, previamente ensamblada en el interior del propio RE y mantenida en la proximidad del sitio TAP por un grupo de chaperoninas hasta que se une el péptido. Posteriormente, el complejo MHC I-péptido se libera de las chaperoninas y se desplaza hasta la superficie celular, donde se intengra en la membrana y puede ser reconocido por las células T. Por tanto, las proteínas del MHC son una plata- forma a la que se une el péptido extraño. Luego, el TCR de la superficie de las células T interaccionan tanto con el péptido (no-propio) como con la proterína del MHC I (propia) en la superficie de la célula diana. La señal generada estimula en las células T citotóxicas (células Tc) la producción de unas pro- teínas citotóxicas, las perforinas, que causan la muerte de la célula diana infectada por el virus (Sección 25.5). Cualquier célula con núcleo puede ser una diana de los linfocitos T que reconocen los complejos péptido-MHC I. Las proteínas del MHC II son las proteínas presentadoras de antígeno en una segunda vía (Figura 25.9b). Dichas proteí- nas se expresan exclusivamente en los fagocitos que actúan como APC, presentando los péptidos de los patógenos ingeri- dos, por ejmplo, de bacterias. Como las proteínas MHC I, las MHC II se ensamblan inicialmente en el RE, con la diferencia de que su lugar de unión está bloqueado por una chaperona especial, denominada cadena invariante o Ii. Los comple- jos MHC II-Ii son transportados desde el RE a los lisosomas. Tras la fagocitosis de un patógeno el fagosoma que contiene el antígeno foráneo se fusiona con el lisosoma para formar el fagolisosoma. Allí, los enzimas del lisosoma degradan los antí- genos foráneos y el péptido Ii. Los péptidos foráneos, general- mente de unos 11 a 15 aminoácidos (algo mayores que los que se unen al receptor MHC I) se acoplan al sitio de unión del MHCII recién abierto. El complejo es entonces transportado a la membrana citoplasmática, en cuya superficie es recono- cido por un subgrupo especializado de linfocitos, las células T colaboradoras (células Th, del inglés T-helper). Estos lin- focitos, a través del TCR, reconoce el complejo MHC II-pép- tido. Esta interacción activa en las células Th la secreción de citocinas, que estimulan la producción de anticuerpos por las células B o causan inflamación. Correceptores CD4 y CD8 Además del TCR, cada célula T expresa una proteína de superficie exclusiva que funciona como correceptor. Las células Th expresan el correceptor CD4 y las Tc el corre- ceptor CD8 (Figura 25.9). Cuando se produce la unión del TCR al complejo MHC-péptido, el correceptor de la célula T también se une a la proteína del MHC en la superficie de la célula presentadora de antígeno, reforzando así las interac- ciones moleculares y aumentando la activación de la célula T. El correceptor CD4 solo se une a la proteína del MHC II, y, lógicamente, en los genes correspondientes, lo que se conoce como polimorfismo del MHC. Por ejemplo, en la especie humana hay más de 3.500 de tales variantes. Este polimorfismo de las proteínas del MHC representa la principal barrera antigé- nica en el trasplante de tejidos; los trasplantes entre individuos que no muestran una semejanza suficiente (compatibilidad) en el MHC son reconocidos como no propios por el sistema inmu- nitario y son rechazados. La estructura molecular de las proteí- nas y la organización genética del sistema MHC se presenta en detalle en el Capítulo 26. Presentación y procesamiento de los antígenos La proteínas del MHC no se expresan en la superficie celu- lar si no es formando complejos con péptidos. Estos MHC- péptidos reflejan la composición de las proteínas del interior de la célula. Por ejemplo, en la superficie de una célula que no contenga patógenos o antígenos no propios, las proteínas del MHC forman complejos con péptidos propios proceden- tes de la degradación normal de proteínas autóctonas durante el crecimiento celular. En cambio, las células del hospedador que han ingerido proteínas ajenas o patógenos, o que han sido infectadas por virus, producen péptidos que también interac- cionan con las proteínas MHC. Luego, las células hospedado- ras degradan (procesan) los antígenos para formar péptidos pequeños. En ese caso, las proteínas del MHC que se expresan en la superficie de la célula forman complejos con los péptidos foráneos. Estas proteínas del MHC con los péptidos anclados constituyen la diana con antígenos extraños para las células T que, mediante sus TCR, examinan continuamente la superfi- cie de otras células para identificar las que llevan antígenos foráneos unidos a una proteína MHC propia. Las células T no pueden reaccionar con los complejos MHC-péptido que se encuentra en células no infectadas, pues los linfocitos T con TCR autorreactivos son eliminados durante el desarrollo de la tolerancia inmunitaria. En la formación de los comple- jos MHC-péptido no-propio hay dos estrategias de procesa- miento antigénico, según se trate de proteínas MHC I o MHC II (Figura 25.9). Las proteínas MHC I presentan epítopos peptídicos deri- vados de proteínas de patógenos presentes en el citoplasma de células que han sido infectadas por virus y ciertos pató- genos bacterianos intracelulares; dichas células se conocen Figura 25.8 Las proteínas MHC. (a) Proteína MHC de clase I. Los dominios �1 y �2 interaccionan para formar el sitio de unión al péptido. (b) Proteína MHC de clase II. Los dominios �1 y �1 se combinan para formar el sitio de unión al péptido. α1 α2 β2m α3 α1 α2 β1 β2 (a) (b) Antígeno Variable Constante https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
Compartir