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175 SECCIÓN 4 CIRUGÍA DE CATARATA Y CÓRNEA INTRODUCCIÓN La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria crónica, autoinmune, caracterizada por poliartritis simétrica que afecta a articulaciones pe- riféricas, con destrucción progresiva y distintos gra- dos de deformidad e incapacidad funcional. Afecta al 1-3% de la población y es más frecuente en mu- jeres en una proporción 3:1, con edad de comien- zo, en general, superior a los 50 años. Las manifes- taciones extra-articulares, entre ellas las oculares, afectan al 25% de los pacientes y suelen aparecer con la enfermedad articular ya establecida. Las manifestaciones oculares más frecuentes son la queratoconjuntivitis seca, la queratitis ul- cerativa, la epiescleritis y la escleritis. La lisis cór- neo-escleral puede desencadenarse por la cirugía de catarata en pacientes con AR u otras enferme- dades vasculares del colágeno, especialmente si existe síndrome de Sjögren asociado (1,2). CAPÍTULO 4.4 Cirugía de catarata y alteraciones inmunológicas de la córnea 4.4.1. Cirugía de catarata y artritis reumatoide Rosalía Méndez Fernández, David Díaz Valle, José A. Gegúndez Fernández LISIS CÓRNEO-ESCLERAL: FORMAS CLÍNICAS La lisis córneo-escleral tras cirugía de catarata es complicación rara pero desafiante, que puede conducir a ceguera y pérdida del globo ocular, además de asociar altos índices de morbilidad sis- témica y mortalidad (1,3-5). Queratolisis Generalmente indolora, comienza con un de- fecto epitelial limpio que progresa con adelgaza- miento estromal y tiende a perforación corneal. Suele existir leve reacción en cámara anterior y tenue infiltrado inflamatorio rodeando la úlcera. Los cultivos microbiológicos son negativos. La lisis puede afectar a córnea periférica (figs. 1A, 1B y 1C) o central-paracentral (fig. 2). Es importante di- ferenciar ambas entidades, ya que mientras la que- Figura 1. A) Queratitis ulcerativa periférica con importante adelgazamiento corneal. B) Queratitis ulcerativa periférica con perfo- ración corneal. C) Queratitis ulcerativa periférica tras EECC, más acentuada en la zona de la sutura previa. Cirugía de catarata y córnea 176 SE CC IÓ N 4 ratolisis central-paracentral suele estar más relacio- nada con la presencia de queratoconjuntivitis sicca secundaria a la enfermedad subyacente (síndrome de Sjögren), la presencia de queratitis ulcerativa periférica es una manifestación más compleja y po- tencialmente letal de una vasculitis sistémica (2,6). Escleritis necrotizante La inflamación escleral tras cirugía de catarata es poco frecuente y generalmente asociada a úlce- ra corneal marginal, siendo su significado clínico el mismo que el de la queratitis ulcerativa periférica. La escleritis necrotizante puede ocurrir después de cualquier cirugía sobre esclera (fig. 3): catarata, pterigium, glaucoma, estrabismo, cirugía de retina, lente intraocular fijada a esclera (7,8). El lugar común de afectación en escleritis y que- ratolisis periférica es la incisión quirúrgica, afectan- do labio anterior o posterior de incisión principal o paracentesis (5). MECANISMO FISIOPATOLÓGICO Los factores implicados en la lisis córneo-escle- ral en AR son muchos, el papel exacto de cada uno es difícil de determinar. Existen alteraciones inmu- nológicas locales y sistémicas que condicionan la respuesta al trauma quirúrgico (4). Respuesta inmunológica La presencia de complejos inmunes en AR y en- fermedad vascular del colágeno es bien conocida. El depósito de estos complejos en córnea y vasos puede aumentar por el trauma quirúrgico. Otro posible mecanismo sería una reacción de hiper- sensibilidad dirigida contra un antígeno revelado o alterado por la cirugía. Ojo seco La asociación entre ojo seco y lisis corneal en síndrome de Sjögren, AR y otros trastornos del te- jido conectivo está bien establecida. En AR asocia- da a ojo seco existe mayor riesgo de lisis corneal tras cirugía de cataratas (2,3). Isquemia La necrosis hace suponer un posible proceso is- quémico. Por un lado el daño vascular mecánico cau- sado en el momento de la cirugía (resección de vasos conjuntivales y epiesclerales, cauterización...) y por otro la vasculitis inmune puede causar la obliteración vascular y ambos mecanismos conducir a la isquemia. Lesion neural La incisión puede provocar denervación corneal en la zona afectada con disminución de la sensibi- lidad corneal, parpadeo deficiente y alteración en la liberación de factores neurotróficos. La denerva- ción quirúrgica de la córnea puede exacerbar un ojo seco preexistente. Factores iatrogénicos 1. Factores relacionados con la construcción de la herida quirúrgica, por cauterización excesiva, quemadura de la incisión durante la facoemulsifica- Figura 2. Queratolisis central en paciente con AR y síndrome de Sjögren. Figura 3. Escleritis necrotizante en paciente con AR interveni- do de estrabismo. Cirugía de catarata y alteraciones inmunológicas de la córnea 177 CA PÍ TU LO 4 .4 ción o defectos en la realización del túnel escleral o corneal (9). 2. Material de sutura. Puede estimular la infla- mación, la neovascularización y la activación-proli- feración de fibroblastos. 3. Medicaciones tópicas. Son muchos los fár- macos, utilizados de rutina en el postoperatorio de la cirugía de catarata, que pueden alterar la super- ficie ocular, favoreciendo la lisis corneal: corticoi- des (10), antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) (10), anestésicos, antibióticos epitelitóxicos como la neomicina (11), conservantes... PREVENCIÓN: MANEJO PERIOPERATORIO Preoperatorio – Anamnesis buscando factores de riesgo: AR u otras enfermedades del colágeno, síndrome de Sjögren, medicación, afectación ocular previa, dia- betes u otras enfermedades que puedan alterar la cicatrización... – Buen control preoperatorio de la enfermedad de base. Mantener el tratamiento inmunosupresor o biológico que lleve, puede ser necesario ajustarlo de cara a la cirugía o subir la dosis de corticoide sistémico. – Exploración oftalmológica minuciosa, prestan- do especial atención a la superficie ocular e inflama- ción y tratando cualquier alteración que exista (que- ratitis, ojo seco, blefaritis, malposición palpebral...). Intraoperatorio – «Cuidar» la superficie ocular durante la ciru- gía: no abusar de anestésico tópico, lubricar, evitar dañar el epitelio... – Una incisión pequeña debería minimizar el trauma quirúrgico; la incisión en córnea clara pa- rece mejor que limbar o escleral. No abusar de cauterización y disección de tejidos. «Cuidar» la incisión: no quemaduras, no forzarla... – Evitar complicaciones intraoperatorias. Postoperatorio – Revisiones frecuentes. – Lubricación y control de la superficie ocular. – No asociar AINEs tópicos. – Evitar conservantes y fármacos epiteliotóxi- cos, como la neomicina. – Cuidado con los corticoides tópicos. TRATAMIENTO DE LA LESIÓN ESTABLECIDA Tratamiento médico El diagnóstico y tratamiento precoz de la lisis esclero-corneal es fundamental para mejorar el pronóstico visual y vital de estos pacientes (4), ya que es indicación de mal control de la enfermedad sistémica. Lo primero será revisar el tratamiento (corticoides, inmunosupresores y biológicos), au- mentando la dosis o cambiando el fármaco hasta conseguir el control de la enfermedad, imprescin- dible para frenar la lisis. Asociaremos estrategias destinadas a promover la epitelización y limitar la necrosis estromal: lubri- cación, suero autólogo, PRGF, NGF, anticolagenilí- ticos (medroxiprogesterona, tetraciclinas, vitamina C, N-acetil-cisteína...), ciclosporina o tacrolimus tó- picos para tratar la inflamación, como alternativa a los esteroides (4,9). Tratamiento quirúrgico Si la lisis progresa a pesar del tratamiento mé- dico puede ser necesaria cirugía para mantener la integridad del globo ocular. Recordar que el éxito quirúrgico dependerá del control de la enferme- dad sistémica. Como medidas iniciales en caso de adelgaza- mientoestromal importante, descematocele o mi- croperforación podemos recurrir a resección con- juntival en la zona inflamada (limita el acceso de las células inflamatorias y estimula la cicatrización), membrana amniótica (fig. 4) o adhesivos tisulares (derivados del cianoacrilato o fibrina) (fig. 5). En perforaciones mayores recurriremos a querato- plastia, preferiblemente lamelar (figs. 6, 7A y 7B) o Figura 4. Injerto de membrana amniótica en queratolisis cen- tral con gran adelgazamiento corneal (ver figura 2 pre-trata- miento). Cirugía de catarata y córnea 178 SE CC IÓ N 4 parche escleral tectónico (fig. 8). Si no disponemos de córnea o esclera donantes podemos recurrir a tejidos adyacentes (conjuntiva, tenon o esclera del propio paciente) o utilizar otros materiales como fascia lata, duramadre, periostio, pericardio... RESUMEN • La lisis córneo-escleral es una complicación rara pero devastadora de la cirugía de catarata en pacientes con AR, con mayor riesgo si S. de Sjögren asociado. • Riego visual y vital, ya que indica un mal con- trol de la enfermedad sistémica. • La queratolisis central-paracentral suele estar más relacionada con la presencia de querato- conjuntivitis sicca mientras que la escleritis y queratitis ulcerativa periférica son manifestacio- nes de una vasculitis sistémica no controlada. • Fundamental el manejo perioperatorio ade- cuado para evitar su aparición. • Imprescindible el control de la enfermedad sis- témica para el éxito terapéutico. • Evitar la queratoplastia penetrante como trata- miento del proceso activo. Figura 5. Tratamiento con pegamento biológico en lisis cor- neal en incisión de cirugía de catarata en paciente con AR. Figura 6. Queratoplastia lamelar tectónica en queratitis ulce- rativa periférica perforada (ver figura 1B pre-tratamiento). Figura 7. A) Queratolisis paralimbar con perforación corneal semicircular. B) Queratoplastia lamelar tectónica «en anillo semicircular». Figura 8. Parche escleral tectónico en escleritis necrosante con perforación escleral. Cirugía de catarata y alteraciones inmunológicas de la córnea 179 CA PÍ TU LO 4 .4 BIBLIOGRAFÍA 1. Maffett MJ, Johns KJ, Parrish CM, Elliot JH, Glick AD, O’Day DM. Sterile corneal ulceration after cataract extraction in pa- tients with collagen vascular disease. Cornea. 1990; 9: 279-85. 2. Jones RR, Maguire LJ. Corneal complications after cataract surgery in patients with rheumatoid arthritis. Cornea. 1992; 11: 148-50. 3. Foster CS, Forstot SL, Wilson LA. Mortality rate in rheu- matoid arthritis patients developing necrotizing scleritis or peripheral ulcerative keratitis; effects of systemic immuno- suppression. Ophthalmology. 1984; 91: 1253-63. 4. Pérez VL, Azar DT, Foster CS. 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Cor- nea. 1998; 17: 371-5. 10. Murtagh P, Comer R and Fahy G. Corneal perforation in un- diagnosed Sjögren’s syndrome following topical NSAID and steroid drops post routine cataract extraction. BMJ Case Rep 2018. 11. Lockington D, Sharma R, Mantry S, Ramaesh K. Maxi- trol-induced corneal melts after routine cataract surgery in rheumatology patients. Clin Exp Ophthalmol 2015; 43: 188-9. Cirugía de catarata y córnea 180 SE CC IÓ N 4 4.4.2. Cirugía de catarata en la queratitis ulcerativa periférica y la úlcera de Mooren Vincenzo Maurino, Francesco Matarazzo INTRODUCCIÓN La queratitis ulcerativa periférica (QUP) y la úl- cera de Mooren (UM) son enfermedades corneales raras que tienen en común la fisiopatología autoin- mune con un adelgazamiento corneal periférico en creciente, defecto epitelial sobre el mismo y vascularización superficial. La QUP se asocia con enfermedades inmunológicas y puede afectar la esclera (1,2). La aparición de catarata es frecuen- te, estimada en un 16% (3) y puede contribuir a la disminución de la agudeza visual y calidad de vida reducida. La catarata es frecuente debido a la in- flamación crónica y uso prolongado de corticoides tópicos y sistémicos (4-5). EVALUACIÓN PREOPERATORIA Una historia clínica y examen detallado son esenciales para la toma de decisión, planificación y realización de una cirugía catarata con éxito en QUP y UM. En el examen biomicroscópico es esencial determinar la densidad de la catarata, la estabilidad del cristalino (presencia de facodo- nesis) y dilatación pupilar, además de centrarse en la evaluación de la extensión y actividad de la afectación corneal. La cirugía de catarata debería planificarse después de conseguir la inactividad de la inflamación corneal. La inmunosupresión es el elemento clave para controlar la enferme- dad corneal. Las medicaciones inmunosupresoras tópicas, orales o intravenosas pueden usarse en un abordaje escalonado (6). De acuerdo con una serie de Das et al. (5), el 70% de los casos de UM alcanzan la inactividad con corticoides tó- picos ó tópicos y orales sólo, sin el empleo de corticoides intravenosos u otro inmunosupresor oral o intravenoso. El papel de la inmunosupre- sión profiláctica adicional para evitar la recurren- cia postquirúrgica es todavía controvertido (5). La queratoconjuntivitis sicca es común en QUP y UM y ha de ser tratada antes de la cirugía de la ca- tarata (2). La biometría puede ser difícil de reali- zar debido a la alteración corneal. La información preoperatoria debe incluir los riesgos genéricos y específicos de la cirugía de catarata y el pronósti- co visual esperado. PLANIFICACIÓN QUIRÚRGICA Cada paso de la cirugía debe ser cuidadosa- mente planificaco para minimizar el trauma cor- neal y optimizar la visibilidad intraoperatoria. La técnica quirúrgica ideal para la cirugía de catara- ta es la facoemulsificación pero si la visualización es muy mala, la facoemulsificación podría ser di- fícil de realizar, y puede ser mejor optar por otras técnicas tales como la cirugía de catarata de pequeña incisión (SICS) o la cirugía de catarata extracapsular (ECCE). Las cicatrices corneales y la irregularidad hacen que la visibilidad intraope- ratoria sea mala en comparación con la observa- ción en la lámpara de hendidura debido al dife- rente tipo de iluminación empleada: una luz en hendidura oblicua en la lámpara de hendidura en comparación con una luz difusa central bajo el microscopio quirúrgico (9). La visualización in- traoperatoria del microscopio puede estimarse en la lámpara de hendidura usando una luz difusa (dando la vuelta al espejo de la lámpara o apli- cando un filtro difusor). La luz difusa en la lám- para de hendidura da una buena estimación de lo que el cirujano puede esperar en relación a la visualización intraoperatoria, lo que puede facili- tar la planificación quirúrgica y el posible cambio de técnica quirúrgica. Las incisiones de facoemulsificación en pacien- tes con QUP y UM son otro desafío debido a la cór- nea tan fina y alterada en las áreas afectadas, que deben ser evitadas. La incisión en córnea fina anor- mal es difícil que sea estanca y puede causar com- plicaciones postoperatorias tales como filtracióny atalamia. El adelgazamiento, la vascularización y las opacidades pueden extenderse por un cuadrante o más. La UM generalmente afecta de 6 a 7 horas (5) con cuadrantes inferior y nasal más frecuentemente Cirugía de catarata y alteraciones inmunológicas de la córnea 181 CA PÍ TU LO 4 .4 afectados. Las incisiones en córnea clara deben rea- lizarse en córnea normal, mientras las áreas de ulce- ración previa o adelgazamiento deben evitarse y en esos casos, las incisiones deben realizarse en escle- ra (bajo un colgajo conjuntival si es preciso). Cuan- do se planifican incisiones esclerales, es importante recordar que la afectación escleral es rara en la UM, pero es frecuente en QUP, especialmente cuando se asocia a vasculitis sistémica y granulomatosis de Wegener (7). Disponer de dibujos preoperatorios de la afectación corneal y escleral facilita la plani- ficación de la localización de las incisiones (fig. 1). En las series de pacientes con UM y cirugía de ca- tarata entre 1997 y 2003, la técnica empleada con más frecuencia fue la ECCE (6 casos de 6-100%) (4). El mismo grupo publicó una serie de 26 ojos inter- venidos entre 2000 y 2015 y en 13 ojos (50%) se realizó facoemulsificación, en 10 ojos ECCE y en 3, SICS (5). Esto puede reflejar los avances, tanto en el tratamiento de la enfermedad corneal, como de las técnicas de facoemulsificación. Una medida útil para mejorar la visualización intraoperatoria es el uso de viscoelástico dispersi- vo, como la 2% hidroxipropilmetilcelulosa (HPMC, OcuCoat®, Baush and Lomb) sobre la córnea. La HPMC reduce la distorsión de la imagen inducida por la irregularidad corneal, evitando la desecación corneal y proporcionando cierta magnificación de la imagen (8). Otro consejo útil para optimizar la visualización durante la cirugía es minimizar la luz periférica pa- raxial del microscopio, mientras se mantiene o se incrementa la luz central coaxial para mejorar el reflejo rojo. Es importante incrementar la visualiza- ción de la cápsula anterior empleando tinción cap- sular –VisionBlue® (0.06% Trypan blue Ophthalmic Solution, DORC)–. En casos de visualización extremadamente mala, puede ser útil el uso de una luz chandelier de endoiluminación (10). Se prefiere una incisión autosellada en dos pasos, mientras que es mejor usar nylon que vicryl si fuesen necesarias suturas. CUIDADOS POSTOPERATORIOS Y RESULTADOS QUIRÚRGICOS Todos los pacientes con QUP y UM que se in- tervinenen de catarata requieren un seguimiento estrecho en el postoperatorio. En la UM, se ha publicado que un 16-19% de los pacientes inter- venidos de catarata desarrollan una recurrencia de la úlcera después de 3 meses de la cirugía, inde- pendientemente del tipo de técnica (ECCE/SICS/ facoemulsificación) (11). Para el tratamiento posto- peratorio, deben usarse medicaciones sin conser- vantes. Se recomienda un régimen intenso de cor- ticoides tópicos sin conservantes que se disminuye lentamente. Se puede requerir inmunosupresión adicional para evitar la recidiva de la úlcera corneal precipitada por la cirugía de catarata. En la serie de Das et al (5), la recidiva ocurrió en 15% de los pacientes con UM y un 3% necesitaron tratamiento con azatioprina en las primeras 6 semanas. RESUMEN La catarata significativa es frecuente en los pa- cientes con QUP y UM y la cirugía de catarata puede mejorar la visión pero necesita una pla- nificación preoperatoria cuidadosa, y experiencia quirúrgica. La inactividad de la enfermedad así como una planificación cuidadosa de los pasos quirúrgicos es fundamental para llevar a cabo la cirugía con éxito. Aunque es posible alcanzar una buena agudeza visual, los pacientes con QUP p UM han de ser informados de un pronóstico vi- sual reservado tras la cirugía e catarata, así como del riesgo de recurrencia de la úlcera y de una posible sorpresa refractiva. Figura 1. Paciente con QUP asociada a vasculitis. Esclerosis nuclear (A) corte de Pentacam que muestra astigmatismo irregular con adelgazamiento periférico en la imagen Scheimpflug (B) 4 meses postoperatorio (C). El paciente se operó de catarata mediante facoemulsificación e implante de lente intraocular después de 12 meses de inactividad de la afectación corneal. La incisión se realizó por medio de la creación de un colgajo conjuntival y un túnel escleral temporal. Cirugía de catarata y córnea 182 SE CC IÓ N 4 BIBLIOGRAFÍA 1. Alhassan MB, Rabiu M, Agbabiaka IO. Interventions for Moo- ren's ulcer. Cochrane Database Syst Rev. 2014; 22: CD006131. 2. Yagci A. Update on peripheral ulcerative keratitis. Clin Oph- thalmol. 2012; 6: 747-54. 3. Sharma N, Sinha G, Shekhar H, Titiyal JS, Agarwal T, Chawla B, et Al. Demographic profile, clinical features and outcome of peripheral ulcerative keratitis: a prospective study. Br J Ophthalmol. 2015; 99: 1503-8. 4. Sangwan VS, Surender P, Burman S. Cataract surgery in pa- tients with Mooren's ulcer. J Cataract Refract Surg. 2005; 31: 359-62. 5. Das S, Mohamed A, Sangwan VS. Clinical course and outco- mes in patients with Mooren ulcer who had cataract surgery. 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