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Filosofia y educacion

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La definición de educación cambia, se amplia y renueva constantemente al verse influenciada por los contextos sociales de cada época y lugar. En la cultura occidental fueron los griegos los que comenzaron a pensar a la educación más allá de doctrinas enseñadas por dioses como lo habían hecho hasta entonces los demás pueblos. Los filósofos griegos vieron la educación como una herramienta para desarrollar el conocimiento racional y el perfeccionamiento moral del hombre. 
Tanto Sócrates, Platón y Aristóteles, fundadores del pensamiento occidental, ponen como tema y objeto central de la educación a lo Humano. Estos filósofos desarrollaron distintas metodologías que les permitieron abordar su búsqueda del saber, y que se constituyen como precedentes primitivos de la pedagogía y la didáctica. Para Sócrates el objetivo de la educación era formar hombres virtuosos y estimular un pensamiento reflexivo, por eso desarrollo como principal método un dialogo a través de preguntas, al que se denomina mayéutica: el maestro indaga al discípulo con el objetivo de de que éste descubra conocimientos que ya están latentes en su mente. Para Platón los individuos y los gobernantes debían estar en constante diálogo con los inteligible, despegarse de lo mudable y sensible para acceder a lo inmutable y eterno, el mundo de las ideas. La técnica que empleaba era la dialéctica. Por lo tanto su finalidad era formar a esos futuros gobernantes de las ciudades – estado. Para Aristóteles discípulo de plan la finalidad de la educación consistía en trabajar perfeccionando lo que los humanos ya traían en sí mismos a través el método de la experimentación mediante los sentidos.
Hacia la edad media la educación fundo sus bases en la teología cristiana, como en todas las demás esferas que circundaban al hombre de esa época. Surge así el movimiento filosófico y teológico Escolástico, que intentaba develar los misterios de la fe a través de la razón, siendo esta última frecuentemente subordinada ente la primera. La educación durante este periodo tenía como finalidad educar a los sujetos en los valores y dogmas cristianos. San Agustín (354 – 30 d. C.) considerando junto a Santo Tomas de Aquino (1224-1227 d. C.) padre de la iglesia cristiana se ocupo también de pensar la educación de la época, proponiendo en sus escritos una educación de las facultades humanas según la doctrina cristiana. Por su parte Tomas de Aquino quien también se ocupo de esta cuestión planteaba la educación como un bien necesario para el hombre y mencionaba dos vías de aprendizaje, a través de un educador quien se ocupara de impartir el conocimiento, y a través de la propia experimentación del educando. Si bien la vía predilecta era la del aprendizaje impartido, es importante mencionar la otra vía que podemos ver, deviene de pensamiento fundante (Aristotélico) occidental.
Sin embargo a diferencia de los pensadores de la antigua Grecia donde lo que primaba era la búsqueda del conocimiento, durante la edad media esta búsqueda estaba trunca ya que la escuela (templo de la búsqueda del conocimiento) estaba definida por el dogma teológico por el cual se regía la sociedad durante este periodo.
Continuando el recorrido en el tiempo y a partir del siglo XV en adelante comenzó a gestarse la vuelta del teocentrismo hacia el antropocentrismo reivindicando la singularidad de los sujetos y volviendo a establecerse el aprendizaje y la construcción del conocimiento a partir de la observación y la experimentación. Un hito en la historia que representa este cambio es la revolución copernicana donde Copérnico (1473-1543) pone en duda la concepción apoyada por la iglesia de que la tierra era el centro del universo. 
Ya en el siglo XVII, René Descartes, padre de la filosofía moderna y exponente del racionalismo funda las bases del conocimiento en las ideas claras y distintas que se le presentan a la razón. Mediante la duda, que plantea como elemento fundamental en su sistema de conocimiento reflexiona sobre los distintos planos de la existencia. Es a partir de estas bases que Descartes logra fundar un método de conocimiento solido pero que continuaba en gran parte mediado por la existencia de Dios como eje del mismo ya que para Descartes este sistema estaba inducido por Dios creador de todas las cosas. Avanzando en la línea de tiempo ya en el siglo XVIII surge un nuevo movimiento, el Empirismo, con exponentes como el pensador David Hume; éste movimiento en contraposición con el racionalismo de Descartes, coincide con Aristóteles en que el aprendizaje surge a partir de la experiencia, pero explica que el conocimiento es un producto creado a partir de la representación. Es importante detenernos aquí para reflexionar sobre como el pensamiento termina de alguna manera siendo circular a través del paso del tiempo, y como los pensadores vuelven sobre las bases del pensamiento occidental para avanzar en la producción conocimiento. 
Durante el mismo siglo Jean Jaques Rousseau (1712 – 1778) plantea una nueva forma de educación, donde su objeto consiste en enseñar para que los hombres puedan vivir alcanzando su felicidad y libertad. Rousseau además de pensar en la libertad del hombre, comienza a reflexionar sobre las etapas vitales que el hombre debe atravesar y piensa por primera vez en la infancia como una etapa importante para su desarrollo planteando la importancia de sus propios deseos, porque es a través de ellos que el hombre logra perseguir la felicidad. Es también el primero en reflexionar sobre la importancia de centrar el proceso educativo en el aprendizaje y no en la enseñanza, refuerza el pensamiento Aristotélico del aprendizaje a través de la experiencia, y añade la importancia del interés o diversión por delante del hábito o la obligación. A partir de estos pensadores comienza a relegarse el protagonismo desde la religión hacia la educación del hombre, intentando llevar el foco de la cuestión a su propia naturaleza. Se apunta por primera vez a un modelo de educación laica, pública y universal cuestionando el totalitarismo monárquico tan aliado al poder eclesial. 
En la Francia del Siglo XVIII ofrece su aparición Immanuel Kant, filósofo ilustrado, quien planteaba la ilustración como la búsqueda del abandono de la minoría de edad, haciéndose cargo de la responsabilidad de su propia libertad. A partir de este pensamiento se comienza a sumar a la discusión la necesidad de hacer reformas a nivel político, económico y socio –cultural y es a partir de la Revolución Francesa de 1789, con el derrocamiento de la monarquía francesa, que surgen nuevos movimientos independentistas y revolucionarios en el mundo de occidente, inspirados las máximas de libertad e igualdad. Kant decía que un gobierno y una ciudadanía ilustrados serían garantía de una nueva sociedad.
Como observamos durante el paso de la historia, es posible afirmar que la educación y la construcción de conocimiento o las formas de llegar a él, e incluso su propia concepción, han variado a lo largo del tiempo. Esto ocurre porque cada periodo histórico tuvo su propia concepción del mundo. Y el sentido y objeto de la educación fue cambiando en sintonía con esto. Es importante y para nada azaroso reflexionar sobre el pensamiento circular, y como los más grandes pensadores de la historia vuelven sobre los estudios y reflexiones de sus precursores y sobre las bases fundentes de nuestro pensamiento occidental y sobre los que está constituida toda nuestra historia.

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