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TEMA 4: TRANSPORTE Y DIFUSIÓN DE CONTAMINANTES EN LAS AGUAS NATURALES 1. INTRODUCCIÓN Los contaminantes del agua en la Hidrosfera son introducidos en los depósitos acuosos por diversas vías: bien directamente por vertidos a ríos, lagos o mares, relacionados con la actividad del hombre en las zonas limítrofes; bien desde la atmósfera, por medio de las precipitaciones o por la acción de los vientos; por infiltración desde los suelos contaminados por la actividad agrícola e industrial, hasta las aguas subterráneas. Una vez en los grandes cuerpos de agua, los contaminantes sufrirán una serie de procesos físicos y químicos que permitirán, por un lado, su distribución en extensas áreas y a zonas muy alejadas del punto de entrada, y por otro lado, su posible transformación en otros compuestos que en ocasiones pueden llegar a ser más peligrosos, desde el punto de vista ambiental, que los compuestos originales. En el primer caso se verán implicados una serie de procesos físicos de transporte, mezcla, difusión y dispersión de los contaminantes, mientras que en el segundo caso actuarán procesos químicos y biológicos como la fotodegradación, la degradación bacteriana, los procesos redox, los procesos de precipitación-disolución, los procesos de complejación, etc., que ya han sido abordados en el Tema 2. En el presente tema trataremos de acercarnos a las características y mecanismos relacionados con los procesos físicos del transporte y dispersión de los contaminantes en el medio acuático. 2. PROCESOS DE TRANSPORTE DE CONTAMINANTES 2.1 El Ciclo del Agua La Tierra está formada por una serie de capas (atmósfera, hidrosfera, litosfera y biosfera) perfectamente diferenciadas, pero interconectadas e interrelacionadas, que en su conjunto determinan el medio ambiente donde se desarrollan las diferentes actividades del hombre y el resto de los seres vivos. La Hidrosfera constituye el conjunto de depósitos y reservorios de agua distribuidos por toda la superficie del planeta, junto con sus diferentes vías de interconexión. Formarían parte de esta capa depósitos tales como los diferentes mares y océanos (97,2% del total), casquetes polares y glaciares (2,15% del total), aguas subterráneas (acuíferos, 0,63% del total), aguas dulces superficiales (ríos y lagos, 0,019% del total) y agua atmosférica (0,001% del total). El agua no permanece estacionaria en esos depósitos indefinidamente, sino que circula de unos a otros mediante un conjunto de procesos (evapotranspiración, precipitación, infiltración, escorrentías, …) que en conjunto constituyen el denominado Ciclo del Agua. 2.2 Los Procesos de Transporte y Difusión Cuando un material es introducido en una masa de agua, se ve sometido a una serie de procesos que implican su traslado de un punto a otro del cuerpo de agua, o bien su mezcla y dispersión en el seno del cuerpo de agua. Así, por ejemplo, si el agua está dotada de movimiento, bien en horizontal o bien en vertical, somete a dicho material a un transporte que lo desplazará por diferentes puntos del cuerpo acuoso. En este sentido podremos distinguir tres clases básicas de transporte: la advección, que es el transporte inducido por una corriente de agua; la convección, que es el transporte vertical inducido por una inestabilidad hidrostática; y el corte, que es el transporte inducido por variaciones espaciales de la velocidad del agua, como sucede con los cambios de velocidad con la profundidad en los estuarios. Por otro lado, a nivel microscópico, las partículas de un material en el seno del agua pueden propagarse en todas las direcciones según dos modelos: por difusión molecular, que consiste en la propagación por efecto de movimientos moleculares aleatorios, o por difusión turbulenta, que consiste en la propagación aleatoria de partículas por efecto del movimiento turbulento del agua. El proceso de dispersión consiste en la propagación de partículas o contaminantes por efecto combinado de procesos de corte y difusión. Por último, el proceso de mezcla consiste en cualquiera que pueda producir la unión de un volumen de fluido con otro o la dilución por otro. Si nos ceñimos exclusivamente al transporte por advección, el más importante por la naturaleza del ciclo del agua y de los procesos a él asociados, con la circulación entre los diferentes depósitos de la hidrosfera, el agua puede ejercer este transporte por tres vías distintas: arrastre, suspensión y disolución. El proceso de arrastre consiste en el transporte irregular de partículas, desplazándose por el fondo del cauce, o a saltos más o menos discontinuos en función de las irregularidades del fondo y de las posibles turbulencias generadas. El proceso de transporte en suspensión consiste en el desplazamiento de partículas que flotan durante largos periodos en el seno del agua, mientras no cambie algún factor que las haga depositarse en el fondo. Por último, el proceso de transporte en disolución, consiste en la incorporación de sustancias al seno del agua a niveles atómicos o moleculares, de forma que la sustancia no se deposita si no cambia las condiciones físico-químicas (pH, T, S, …) del medio. En los dos primeros casos el agua actúa sobre partículas de sustancias insolubles, y en el tercer caso sobre partículas de sustancias solubles, estableciéndose la distinción entre los tres procesos en función del tamaño de las partículas de soluto involucradas, ya que condiciona en gran medida su comportamiento en el seno del agua. Por ejemplo, la materia en suspensión y coloidal está formada por material insoluble de tamaño comprendido entre 0,01 y 200 µm, pudiendo dividirse a su vez entre el material capaz de formar suspensiones estables incluso en agua en reposo, y el material que forma suspensiones cuando el agua está en movimiento. La materia con partículas de menos de 0,01 µm se clasifica como materia disuelta, mientras que la materia con partículas de más de 200 µm sólo se encuentra en suspensión cuando el agua fluye a elevadas velocidades. En función de la velocidad de la corriente, el movimiento de una partícula en el seno del agua puede cambiar del arrastre a la suspensión y viceversa. Dicho de otra forma, para que una partícula sea llevada en suspensión por una corriente de agua es necesario que ésta última lleve una determinada velocidad, en función del tamaño de las partículas. En el transporte en suspensión las partículas flotan, y excepto para las de tamaño coloidal, el transporte depende de factores tales como la velocidad, la turbulencia, las variaciones de caudal o la temperatura. Así, para un tamaño de partícula determinado, la cantidad de materia en suspensión depende del grado de turbulencia, y viceversa, para una misma turbulencia, depende del tamaño de las partículas. Por este motivo, el transporte en suspensión se ve favorecido por las irregularidades del fondo, porque producen turbulencias que mantienen las partículas en suspensión. Si la velocidad de la corriente disminuye, una misma partícula pasará del transporte en suspensión al transporte por arrastre, y se irá produciendo la deposición de los sedimentos en función del tamaño de las partículas. Las partículas coloidales no siguen este comportamiento, puesto que pueden permanecer en suspensión independientemente de la velocidad de la corriente, hasta que se produzca la floculación. En cuanto a la temperatura, la capacidad de transporte de la materia en suspensión en el agua disminuye al aumentar la temperatura. 3. EL TRANSPORTE DE MATERIALES EN LOS OCÉANOS El océano mundial actúa como un sistema químico gigante, integrado en los ciclos biogeoquímicos que controlan el movimiento y el papel de los diferentes materiales en el planeta. En ese sentido, el océano se constituye en un depósito a gran escala de los diferentes materialesoriginados en otras geosferas. Los materiales van a alcanzar los mares y océanos siguiendo una serie de vías de fuente a sumidero, que están constituidas por un número de estados individuales pero interrelacionados, y que serían: - Estado 1, la fuente, o el proceso de liberación inicial de material al medio. - Estado 2, el transporte, que implica la introducción del material al depósito oceánico. - Estado 3, reactividad interna, o procesos biogeoquímicos que operan en el depósito oceánico. - Estado 4, el sumidero, o eliminación del material del depósito oceánico. A continuación estudiaremos ciertas características relevantes de algunas de estas etapas del proceso de acceso y eliminación de materiales a los océanos. 3.1 Las Fuentes de Materiales: El reservorio oceánico está sujeto a una serie de flujos de material que se desarrollan por diversas vías de transporte, como los inputs fluviales, de precipitación, eólicos o glaciares. Con respecto a los aportes de materiales contaminantes, podemos destacar como principales mecanismos de aporte a las descargas fluviales, las deposiciones atmosféricas y los diversos aportes antropogénicos directos. - Las descargas fluviales aportan material particulado y disuelto a la superficie oceánica, principalmente a través de los estuarios, regiones de contacto entre el agua del mar y el agua fluvial, caracterizadas por una intensa actividad física, química y biológica. - La deposición atmosférica aporta material particulado, en el caso de la deposición seca (polvo en suspensión, humo, etc.), o una combinación de material disuelto y particulado, en el caso de la deposición húmeda (precipitación de lluvia, granizo o nieve). Dicho aporte, a diferencia de las descargas fluviales, puede tener lugar en cualquier punto de la superficie del océano, aunque la señal atmosférica es más intensa en las regiones costeras próximas a las fuentes potenciales de material continental, como lo son los desiertos, por ejemplo. - Las vías antropogénicas de descarga de contaminantes en los océanos incluirían descargas costeras deliberadas (emisarios de aguas residuales, p. ej.), o descargas en operaciones mar adentro, desde petroleros (limpieza de tanques, p. ej.) u otros barcos. 3.2 Los Modelos de Circulación: Una vez que el material ha sido liberado en los océanos, su distribución por toda la masa y extensión de las aguas está sometida a los sistemas de circulación marinos, o sistemas de corrientes. En la superficie del océano la circulación de las aguas está controlada principalmente por el régimen de vientos atmosféricos, por lo que, en similitud con la circulación atmosférica, se generan corrientes que forman grandes giros anticiclónicos en las zonas oceánicas situadas en latitudes subtropicales y templadas. Por ejemplo, en el Atlántico Norte se distingue con claridad una serie de corrientes que dibujan este giro anticiclónico, con corrientes ecuatoriales hacia el oeste, corrientes hacia el norte a lo largo de la costa este de Norteamérica (como la Corriente del Golfo) que posteriormente giran hacia el este para dirigirse a las costas de Europa Occidental, y finalmente una serie de corrientes hacia el sur y suroeste a lo largo de las costas de Europa y África Noroccidental (como la Corriente de Canarias) que cierran el giro anticiclónico. En el centro de este gran giro se sitúa una zona de relativa calma con escasez de circulación (el mar de los Sargazos), que suele coincidir aproximadamente con el centro del sistema de altas presiones del Atlántico Norte (el anticiclón de las Azores). Este sistema de corrientes, como ya hemos comentado, juega un papel destacado en la distribución de materiales en los océanos, especialmente la materia en suspensión y los materiales orgánicos flotantes, por lo que provoca una distribución de la contaminación a zonas muy alejadas del foco emisor. Así tenemos el caso de los vertidos de petróleo en alta mar, que llegan a afectar a costas relativamente alejadas, o los contaminantes químicos en disolución como los pesticidas, que ejerce su acción sobre la fauna de ecosistemas nada cercanos al área de influencia de la actividad que los generó, como se ha podido constatar con las poblaciones de aves marinas en islas oceánicas remotas, por ejemplo. En las zonas profundas de los océanos se establece otro sistema de corrientes denominado Circulación Abisal o Termohalina, cuyo origen es muy distinto al de la superficie. En este caso el movimiento del agua se origina como consecuencia de unas diferencias de densidad entre aguas más frías y aguas más cálidas. Las aguas más frías tienen más densidad, por lo que por simple gravedad tienden a descender hacia el fondo y a extenderse por éste. Este proceso se está produciendo de manera continua en las zonas polares, especialmente en el Atlántico Norte, donde se inicia la circulación termohalina con la subsidencia de grandes masas de agua fría polar, que después se ven encauzadas por el fondo en dirección sur hacia el ecuador y posteriormente hacia el Atlántico Sur, por donde se distribuye hacia el Pacífico y el Índico. Esta circulación profunda es bastante más lenta que la superficial, con un ciclo de varios cientos de años, por lo que los materiales que caen hacia el fondo quedan atrapados en la misma por largos periodos temporales, y esto tiene bastante importancia en el caso de determinada contaminación, como los residuos radiactivos o los contaminantes persistentes, que podrían mantenerse en las zonas profundas durante años sin sufrir alteraciones para emerger posteriormente a la superficie y ejercer su daño a los sistemas vivos. 3.3 La Reactividad del Agua de Mar: El agua del mar no es un simple reservorio estático en el que el material entrante es acumulado a escala de tiempo geológico, sino que más bien actúa como un reactor que modifica continuamente el material en unas escalas temporales que varían de unos elementos a otros. La fuerza conductora de la eliminación de elementos del agua marina a su sistema de sumidero, es la reactividad entre el material particulado y el material disuelto, y viceversa. Los contaminantes liberados al océano entran en el sistema de transporte controlado por los sistemas de circulación, tanto superficial como profunda, y en los diversos procesos de eliminación de tipo biogeoquímicos (fotodegradaciones, precipitaciones, complejaciones, etc.), siendo depositados finalmente en el sumidero oceánico que representan los sedimentos del fondo. De esta forma, la polución puede afectar al agua, la biota y los sedimentos en todo el depósito oceánico, llegando a tener su mayor impacto en zonas marinas costeras y marginales. 4. PROCESOS DE MEZCLA EN ESTUARIOS Y PLATAFORMA CONTINENTAL Todos los procesos de mezcla y dispersión alcanzan su mayor expresión y significación en algunas zonas concretas de los océanos y de los ríos, como en los estuarios y en las plataformas continentales, porque son sitios donde se dan condiciones adecuadas para dichos procesos por las corrientes que en ellos se generan y por las turbulencias derivadas, como consecuencia de la escasa profundidad unido a la acción de las mareas y del viento, o por el encuentro entre las aguas dulces del río y las aguas marinas. 4.1 Mezclas en Estuarios: En los estuarios los procesos de mezcla se generan al combinarse una difusión turbulenta a pequeña escala con las variaciones a gran escala de los fenómenos de advección provocados por el campo de velocidades. Simplificando mucho, se puede asumir que, como sucede en un río, el campo de velocidades define unas líneas de corriente casi estacionarias, mientras que la difusión turbulenta provoca transferencia de masa entre las líneas de corriente. Como el flujo en esas líneas de corriente sucede a diferentes velocidades, se provoca unadispersión longitudinal de las partículas. No obstante, la dinámica en los estuarios es más compleja, y los procesos de mezcla se ven inducidos por diversos agentes, destacando como los más importantes el viento, la marea y el río. - Mezcla inducida por el viento: la influencia del viento va a depender de la sustancia a dispersar y de la forma del estuario. En estuarios estrechos y largos predominará el flujo inducido por la marea, mientras que en estuarios muy anchos el viento puede generar corrientes importantes. - Mezcla inducida por la marea: la marea origina importantes procesos de mezcla y transporte de residuos y contaminantes, de dos formas principales, como son por la turbulencia generada por la fricción con el fondo al propagarse la onda, o por los vórtices a mayor escala originados por la interacción de la onda de marea con la batimetría del estuario (por ejemplo, por la presencia de bajas topográficas). - Mezcla inducida por el río: las aguas en movimiento del río inducen una circulación de tipo baroclínico, basada en variaciones de densidad, especialmente importante en estuarios con elevada estratificación de sus aguas (con las aguas dulces fluviales arriba y las aguas marinas saladas por debajo). 4.2 Mezclas en la Plataforma Continental: La plataforma continental, por ser una zona de escasa profundidad, representa un medio con abundantes procesos naturales que facilitan la mezcla y dispersión de los contaminantes. En esta zona concreta del mar es donde se dejan sentir con más intensidad los efectos de fenómenos habituales del medio como las ondas de marea, con sus corrientes asociadas, o las turbulencias provocadas por el viento o por el oleaje, sin olvidar el efecto de la circulación general oceánica. Pero además también en esta zona aparecen fenómenos más exclusivos que influyen en la mezcla de materiales, como son las corrientes de retorno o resaca y las corrientes litorales que fluyen en las zonas de rompiente a lo largo de la orilla. El vertido de residuos generados por las sociedades humanas trata de aprovechar estos fenómenos y sus efectos para aumentar el proceso de dispersión y por lo tanto favorecer su dilución en el medio. El empleo de emisarios submarinos trata de aprovechar la dinámica generada por los chorros turbulentos y las plumas como el mecanismo más eficaz para una mejor dilución inicial de la carga de contaminación, puesto que implican la mezcla de una gran cantidad de fluido natural con el fluido vertido. No obstante existen numerosos factores a tener en cuenta que pueden alterar ese proceso de dilución e incluso pueden perjudicar zonas que queríamos proteger, y que deben ser estudiados minuciosamente antes de diseñar el emisario. Por ejemplo, si el vertido llega a la superficie de forma inmediata puede ser arrastrado hacia la costa por las corrientes superficiales generadas por la marea o el viento, o bien si existe una amplia estratificación de las aguas (por ejemplo, por diferencias de temperatura o densidad), el residuo puede ser arrastrado por corrientes profundas hacia la costa y subir a la superficie por afloramientos locales. 5. BIBLIOGRAFÍA: Fischer, H.B. y Col. “Mixing in Inland and Coastal Waters”. Academic Press, Inc. (1979). Harrison R. M. “Pollution. Causes, Effects and Control”. Roy M. Harrison Ed. (4th Edition, 2001). Riley J. P. and Skirrow G. Editors. “Chemical Oceanography. Volume 3” Academic Press, Inc. (1975). Bueno, J. L. y Col. “Contaminación e Ingeniería Ambiental. Contaminación de las Aguas”. F.I.C.Y.T. (1997). Ozmidov, R. V. “Difusión of Contaminants in the Ocean”. Kluwer Academic Publishers (1990).
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