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Biologia de los microorganismos (1669)

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E N F E R M E D A D E S B A C T E R I A N A S Y V Í R I C A S Y T R A N S M I T I D A S P O R V E C T O R E S . . . 977
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los síntomas son manifiestos, por lo que los fallecimientos son 
raros. El carbunco intestinal es muy poco frecuente y se debe 
a la ingestión de esporas de B. anthracis (Figura 30.20b) con la 
carne poco hecha de animales enfermos. Los síntomas de la car-
bunco intestinal incluyen dolor abdominal, diarrea con sangre y 
lesiones parecidas a úlceras por todo el tubo digestivo. En esta 
etapa sigue siendo tratable, pero debido a su infrecuencia, es 
fácil que no se diagnostique bien. Como resultado, casi la mitad 
de los casos de carbunco intestinal resultan mortales.
El carbunco pulmonar es la forma más grave de la enferme-
dad y resulta mortal en casi todos los casos (Figura 30.21c, d). Se 
produce a partir de la inhalación de endosporas de B. anthracis 
y, junto con el carbunco cutáneo, es un riesgo laboral para los 
trabajadores agrícolas que procesan lana y pieles (el carbunco 
pulmonar también se conoce como «enfermedad del esquila-
dor»). En el carbunco pulmonar, el microorganismo entra en 
el torrente circulatorio desde el polvo inhalado o las descama-
ciones cutáneas de los animales, y se multiplica para volverse 
sistémico. La toxemia galopante derivada de este crecimiento 
desbocado de B. anthracis desencadena el choque septicémico 
y la acumulación de líquido en los pulmones (Figura 30.21c), lo 
que puede acabar con la vida de un paciente en menos de un día.
Prevención y vacunas
El carbunco no se puede prevenir completamente porque el 
reservorio del microorganismo es el suelo. Sin embargo, se 
puede evitar limitando la exposición directa a los animales de 
granja y es fácil tratarlo con antibióticos. Para la forma cutánea 
este es el tratamiento rutinario, pero la terapia con antibióticos 
es menos eficaz contra la carbunco intestinal y especialmente 
contra la carbunco pulmonar. Cuando se consigue diagnosti-
car esta última, la enfermedad ha progresado hasta un punto en 
el que suele ser demasiado tarde para salvar al paciente. Existe 
una vacuna contra el carbunco, pero como la enfermedad es tan 
poco frecuente, solo se recomienda a las personas de alto riesgo, 
como los científicos que trabajan con el microorganismo, los 
ganaderos o los trabajadores de mataderos, y el personal militar 
(por razones bioarmamentísticas). También existe una vacuna 
eficaz y barata contra el carbunco con la que vacunar al ganado, 
sobre todo vacas, ovejas, cabras y caballos.
MINIRREVISIÓN
 ¿Cuáles son los principales factores de virulencia de Bacillus 
anthracis?
 ¿Cuáles son las tres formas del carbunco y cuál es la más 
peligrosa?
30.9 Tétanos y gangrena gaseosa
El tétanos es una enfermedad grave que puede provocar la 
muerte. Aunque se puede prevenir por inmunización, todavía 
ocasiona más de 150.000 muertes al año, principalmente en los 
países de África y el sureste asiático. La gangrena gaseosa se 
debe a bacterias relacionadas con el patógeno del tétanos que 
crecen en los tejidos muertos, lo que conduce a una putrefac-
ción gaseosa y a la pérdida de una extremidad infectada o la 
muerte por choque sistémico. Ambas enfermedades las provo-
can clostridios.
al pelo, la piel u otros materiales animales, o se pueden inge-
rir, y entonces la enfermedad desarrollarse, permitiendo que 
las esporas de B. anthracis se transmitan a las personas. El car-
bunco se da sobre todo en los animales de granja domesticados, 
en particular vacas, ovejas y cabras, y desde ellos se transmite 
a los humanos.
Formas del carbunco humano
El carbunco se puede manifestar en una de estas tres formas: 
cutánea (en la piel), intestinal y pulmonar (carbunco por inha-
lación). En todas las formas, los síntomas de la enfermedad se 
deben a una serie de toxinas cuyo modo de acción se explicó 
cuando tratamos el carbunco como agente de bioterrorismo en 
la Sección 28.8. Las diferentes formas del carbunco muestran 
una gravedad creciente que depende principalmente del lugar 
del cuerpo en el que se excretan estas toxinas. La inusual cápsula 
proteica que rodea las células de B. anthracis (Figura 30.21a) es 
también un factor de virulencia importante, ya que impide que 
los macrófagos destruyan la bacteria después de ingerirla. En su 
lugar, las células de B. anthracis crecen dentro del macrófago, al 
que acaban destruyendo para acceder al torrente circulatorio.
Casi todos los casos de carbunco humano son de carbunco 
cutáneo, en el que las esporas de B. anthracis entran por una 
lesión en la piel, germinan y acaban formando una pústula negra 
e inflamada que no duele (Figura 30.21b); esto en muy caracte-
rístico de la enfermedad y permite el diagnóstico seguro incluso 
a pesar de que se ve solo en contadas ocasiones en la medicina 
clínica. En el carbunco cutáneo, la bacteria suele permanecer 
localizada y la enfermedad se puede tratar con facilidad. Aun-
que el carbunco cutáneo es mortal para un 20 % de los que no 
reciben tratamiento, la mayoría de casos se tratan gracias a que 
Figura 30.21 Patología del carbunco. (a) La cápsula proteica de las
células de Bacillus anthracis constituye un factor de virulencia importante 
porque impide que los macrófagos las destruyan. (b) El carbunco cutáneo, con 
su típico aspecto de costra negra, en el cuello de un paciente. (c, d) Carbunco 
pulmonar. (c) El pulmón se llena de células bacterianas (flechas) y líquido 
(zonas vacías). (d) A partir de la infección sistémica, las células de B. anthracis 
se pueden encontrar casi en cualquier parte, incluido el revestimiento del 
sistema nervioso central (flechas).
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