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SIND ABODIMINAL AGUDO

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SINDROMEABDOMINAL
AGUDO.
Síndrome caracterizado por dolor abdominal de instalación aguda, con duración
en casos mayor a 6 horas, progresivo y potencialmente mortal. La denominación
abdomen agudo hace referencia a los signos y síntomas de dolor y sensibilidad
(tensión) abdominal. El cuadro clínico complicado obliga a realizar un estudio
exhaustivo e inmediato para determinar si es necesario operar y para iniciar el
tratamiento apropiado.
El abdomen agudo no siempre es quirúrgico; sin embargo, deben evitarse los
procedimientos diagnósticos prolongados que pueden retrasar la solución
quirúrgica. Hay procesos extraabdominales que pueden simular un abdomen
agudo.
El síndrome abdominal agudo ocurre en todas las edades de la vida, durante el
embarazo y asociado a múltiples padecimientos. Es difícil precisar la frecuencia
de un síndrome de múltiples factores etiológicos y con variaciones que
dependen del sexo, edad, etc. Conjunto de signos y síntomas abdominales
graves que requiere un tratamiento médico o quirúrgico urgente.
Las manifestaciones más frecuentes son:
— Dolor abdominal agudo.
— Alteraciones gastrointestinales.
— Repercusión sobre el estado general.
CLASIFICACIÓN
 ABDOMEN AGUDO MÉDICO
Se define como un síndrome clínico con dolor abdominal de causa desconocida,
que tiene menos de una semana de evolución y que se resuelve con tratamiento
médico. Constituye un conjunto de síndromes de etiologías muy diversas, que
confunden al Médico Internista y al Cirujano General llevándolos erróneamente
con frecuencia a interpretar como quirúrgica a una patología estrictamente
médica.
Diverticulitis (inflamación e infección del colon) Endometriosis. Acidez gástrica,
indigestión o reflujo gastroesofágico (ERGE) Enfermedad intestinal inflamatoria
(enfermedad de Crohn o colitis ulcerativa)
PATOLOGIAS ABDOMINALES: Engloba un conjunto de enfermedades que se
manifiestan como DOLOR ABDOMINAL (y que pueden tratarse médica o
quirúrgicamente según el caso): – Perforación – Apendicitis aguda (causa más
frecuente de dolor abdominal quirúrgico) – Colecistitis – Obstrucción intestinal –
Pancreatitis – Cólico renal – Patología ginecológica
 ABDOMEN AGUDO QUIRÚRGICO
Afección abdominal de 24 a 7 días de evolución que requiere intervención
quirúrgica de emergencia caracterizado por la aparición brusca de dolor intenso,
localizado o difuso en la cavidad abdominal de etiología diversa y patología
clínica o quirúrgica.
DOLOR ABDOMINAL
El dolor abdominal lo podemos definir como un síntoma inespecífico de muchos
procesos, tanto intra como extraabdominales. El dolor puede ser:
 CONSTANTE: continuo en el tiempo e intensidad constante (no varía).
 INTERMITENTE: presenta intervalos temporales sin dolor.
 CÓLICO: con variaciones en intensidad y con cierto ritmo temporal.
Es el síntoma más habitual en la clínica de enfermedades del aparato
digestivo, sus causas son diversas, entre ellas nombraremos:
 Mecánicas
 Inflamatorias
 Infecciosas
 Vasculares
TIPOS DE DOLOR ABDOMINAL:
 DOLOR VISCERAL:
Está originado en los órganos abdominales. Es de carácter sordo y mal
localizado. En ocasiones aparece como una sensación de plenitud abdominal.
Suele producirse por la distensión de una víscera hueca. También puede ser de
tipo cólico (como un retortijón), acompañándose de náuseas, vómitos, palidez y
sudoración.
 DOLOR PARIETAL
Corresponde con las raíces nerviosas segmentarias que inervan el peritoneo.
Está originado en estructuras de la pared abdominal. Suele ser más marcado y
localizado. Se agrava con los movimientos y aumenta con la palpación.
 DOLOR REFERIDO:
Se percibe en regiones anatómicas diferentes a la zona de estimulación y se
produce porque esta zona de estimulación comparte segmento neuronal
sensorial con el área dolorosa.
Es muy importante determinar si el dolor es visceral, parietal o referido;
normalmente, es posible establecer esta distinción basándose en una
anamnesis minuciosa.
MECANISMOSQUE PRODUCEN DOLOR ABDOMINAL
1. INFLAMACIÓN DEL PERITONEO PARIETAL:
El tipo de dolor es constante, de referencia exacta ya que se localiza en la zona
afectada. La intensidad depende del tipo y cantidad de noxa frente a los que
expone la superficie peritoneal, por ejemplo, la liberación súbita en la cavidad
peritoneal de líquido gástrico ácido y estéril produce mayor dolor que la materia
fecal (neutra y contaminada). La secreción pancreática produce más dolor e
inflamación que la misma cantidad de bilis estéril que no contiene enzimas como
la secreción pancreática. La sangre y la orina son tan poco irritantes que
pueden pasar desapercibidas a no ser que se vuelquen a la cavidad peritoneal
en forma brusca y masiva. La contaminación bacteriana produce dolor leve al
comienzo.
El dolor de la inflamación peritoneal aumenta invariablemente con las
modificaciones de posición del paciente, por eso se manifiesta en el examen
físico con la palpación (compresión y descompresión), con la tos o estornudos,
motivo por lo cual los paciente con peritonitis tienden a estar quietos en la cama,
a diferencia del paciente que presenta dolor cólico (inquieto). Otra característica
es la contractura de la musculatura abdominal en la zona del segmento corporal
afectado. La existencia de este signo semiológico depende de la velocidad de
producción de daño de la noxa, de la localización y de la integridad del sistema
nervioso.
2. OBSTRUCCIÓN DE VÍSCERA HUECA
El dolor espasmódico que se produce por obstrucción del intestino delgado se
suele localizar a nivel peri o supraumbilical y es de carácter difuso. Cuando el
intestino comienza a dilatarse la naturaleza espasmódica del dolor es menos
evidente. Cuando la obstrucción es por estrangulación el dolor puede irradiarse
hacia la zona lumbar inferior, por tracción del mesenterio, cuando la distensión
es colónica el dolor es de menor intensidad e irradia a zonas lumbares. La
obstrucción súbita de la vía biliar produce un dolor constante que no tiene
característica espasmódica. La distensión vesicular produce dolor en
hipocondrio derecho, irradiado a la región posterior.
El dolor por dilatación de los conductos pancreáticos es de localización similar a
la distensión coledociana, con la diferencia que aumenta con el decúbito y se
alivia con la posición erecta. La obstrucción de la vejiga produce dolor de poca
intensidad pero molesta y constante en el hipogastrio. Por el contrario la
obstrucción ureteral produce dolor intenso en la zona suprapúbica y flancos,
irradiado a genitales externos y/o cara internas de los muslos.
3. TRASTORNOS VASCULARES
Si bien los trastornos como la ruptura de un aneurisma de Aorta abdominal o la
obstrucción arterial aguda de la arteria mesentérica superior, pueden producir
dolor de aparición brusca e intensa, no siempre se cumple.
La aparición de dolor abdominal irradiado a región sacra, flancos, genitales y/o
cara interna de los muslos debe orientar a un aneurisma aórtico complicado. El
dolor de la pared abdominal es constante e intenso, aumenta con los
movimientos y no está relacionado con la ingesta. El cuadro más frecuente es el
hematoma de la fascia de los rectos, el cual suele ser frecuente en los pacientes
anticoagulados.
CAUSAS
CAUSAS NO QUIRÚRGICAS DE ABDOMEN AGUDO
Causas endocrinas y
metabólicas
 Uremia
 Crisis diabéticas
 Crisis addisonianas
 Porfiria
intermitente aguda
 Fiebre
mediterránea
hereditaria
Causas
hematológicas
 Crisis drepanocíticas
 Leucemia aguda
 Otras discrasias
sanguíneas
Toxinas y fármacos
 Intoxicación por
plomo
 Otras intoxicaciones
pormetales pesados
 Síndrome de
abstinencia de
narcóticos
 Envenenamiento por
picadura de araña
viuda negra
CAUSAS QUIRURGICAS DE ABDOMEN AGUDO
Hemorragia Infección Perforación
 Traumatismos de órganos
sólidos
 Fuga o rotura de aneurismas
arteriales
 Rotura de embarazo ectópico
 Diverticulos
gastrointestinales
sangrantes
Malformaciones
arteriovenosas del tubo
digestivo
 Úlceras intestinales
 Fistulas aortoduodenales
tras un injerto vascular
aortico
 Pancreatitis hemorrágica
 Síndromede Mallory-Weiss
 Rotura espontánea del bazo
 Apendicitis
 Colecistitis
 Diverticulitis
de Meckel
 Abscesos
hepáticos
 Abscesos
diverticulare
s
 Abscesos
del psoas
 Úlcera
gastrointestinal
perforada
 Tumor
gastrointestinal
perforado
 Síndrome de
Boerhaave
 Divertículo
perforado
CAUSAS QUIRURGICAS DE ABDOMEN AGUDO
Obstrucción Isquemia
 Adherencias por obstrucción del
intestino delgado o grueso
 Volvulo sigmoideo
 Volvulo cecal
 Hernias incarceradas
 Enfermedad intestinal
inflamatoria
 Neoplasia maligna
gastrointestinal
 Invaginación
 Enfermedad de Buerger
 Trombosis o embolia
mesenterica
 Torsión ovárica
 Colitis isquémica
 Torsión testicular
 Hernias estranguladas
HISTORIA CLINICA
ANAMNESIS
Todo dolor abdominal amerita una buena historia clínica y una adecuada
exploración. La evolución del dolor es un dato importante y por ello deben
evitarse los analgésicos y antibióticos antes de establecer la conducta a seguir.
Explican que su dolor se acentúa con cualquier movimiento brusco del cuerpo
y que sienten menos dolor cuando flexionan las rodillas.
 ¿Desde cuándo duele?
 Modificaciones: influencia que sobre el dolor tiene la ingesta, digestión,
respiración, micción, defecación, menstruación, etc. La comida suele
acentuar el dolor de la obstrucción intestinal, el cólico biliar, la pancreatitis, la
diverticulitis o la perforación intestinal. Mientras que pueden mitigar el dolor
de la úlcera péptica no perforada o la gastritis
 Síntomas acompañantes: Naúseas y/o vómitos, Anorexia, Alteraciones del
ritmo intestinal, Características de las heces, Hematemesis y/o melenas,
Rectorragias, Emisión de heces y gases, Leucorrea, Netrorragia, Alteraciones
menstruales, Pérdida de peso.
 Enfermedades e intervenciones quirúrgicas previas.
 Alergias.
 Ingestión de fármacos. Los narcóticos en dosis elevadas pueden interferir
en la actividad intestinal y causar estreñimiento pertinaz y obstrucción. Los
narcóticos pueden favorecer el espasmo del esfínter de Oddi y exacerbar el
dolor biliar o pancreático. Evidentemente, también pueden suprimir la
sensación de dolor y alterar el estado mental, lo que puede dificultar el
diagnóstico exacto del trastorno subyacente. Los antiinflamatorios no
esteroideos pueden aumentar el riesgo de inflamación y perforación de los
segmentos altos del tubo digestivo, mientras que los esteroides pueden
bloquear la producción de moco gástrico protector por las células principales
y limitar la reacción inflamatoria a las infecciones, incluida la peritonitis
avanzada.
Un empeoramiento progresivo, en contraposición con los episodios de dolor
intermitente, puede ayudarnos a diferenciar entre los procesos infecciosos que
empeoran con el paso del tiempo y el dolor espasmódico y de cólico asociado a
las obstrucciones intestinales, los cólicos biliares por obstrucción del conducto
cístico o las obstrucciones genitourinarias Tan importantes como las
características del dolor son su localización y su irradiación. La lesión o
inflamación de los tejidos puede causar dolor tanto visceral como somático.
Cuando la inflamación se extiende y afecta a la superficie peritoneal, las fibras
nerviosas parietales procedentes de la médula espinal transmiten una sensación
focal e intensa. Esta inervación combinada es la responsable del dolor
periumbilical difuso típico de la apendicitis precoz, que se convierte
posteriormente en un dolor focal intenso en el abdomen inferior derecho,
localizado en el punto de McBurney. Si el médico se centra en las
características que tiene el dolor en esos momentos y no investiga
concienzudamente su comienzo y progresión, pasará por alto estos datos tan
importantes de la anamnesis. El dolor puede también extenderse mucho más
allá de la zona afectada.
Es muy importante obtener una anamnesis detallada y organizada para poder
formular un diagnóstico diferencial exacto y planificar el tratamiento posterior. La
anamnesis debe centrarse no solo en el estudio del dolor, sino también en los
problemas precedentes y los síntomas asociados. Siempre que sea posible se
deben realizar preguntas de respuesta abierta, estructurándolas para poder
averiguar el momento de comienzo, las características, la localización, la
duración, la posible irradiación y la cronología del dolor que experimenta el
paciente.
PREGUNTAS:
 ¿Dónde le duele? se puede obtener información adicional observando cómo
describe el paciente el dolor que está experimentando. La identificación del
dolor con un dedo nos indica a menudo un dolor que es mucho más
localizado y característico de inervación parietal o inflamación peritoneal, a
diferencia de las molestias vagas que se indican con la palma de la mano,
que habitualmente son más características del dolor visceral de los procesos
intestinales o de órganos sólidos.
 ¿Irradiación del dolor? El dolor visceral de los órganos sólidos del abdomen
es un dolor generalizado que se extiende por el cuadrante del órgano
afectado, como el dolor hepático que abarca el cuadrante superior derecho
del abdomen. El dolor del intestino delgado se percibe como un dolor
periumbilical poco localizado, mientras que el dolor del colon se localiza entre
el ombligo y la sínfisis del pubis. El dolor puede también extenderse mucho
más allá de la zona afectada.
 ¿El dolor es continuo o intermitente?
 ¿Cómo se inició? (brusco o progresivo) La intensidad y la gravedad del
dolor guardan relación con los daños tisulares subyacentes. Un dolor agudo
de comienzo brusco debe hacernos pensar en trastornos como una
perforación intestinal y una embolia arterial por isquemia, aunque existen
otros procesos, como el cólico biliar, que también pueden manifestarse de
forma repentina. El dolor que aparece y se acentúa a lo largo de varias horas
es típico de procesos de inflamación o infección progresiva, como la
colecistitis, la colitis o la obstrucción intestinal.
 Desencadenante (esfuerzo, ingesta, etc.) Los pacientes con inflamación
peritoneal evitan cualquier actividad que distienda o empuje el abdomen.
EXPLORACIÓN FÍSICA
Para poder establecer un diagnóstico diferencial exacto y desarrollar el
consiguiente algoritmo terapéutico es fundamental realizar una exploración
física organizada y concienzuda.
Un clínico cualificado será capaz de establecer en la mayoría de los casos un
diagnóstico diferencial reducido y exacto después de completar la anamnesis y
la exploración física. A continuación podrá recurrir a las pruebas de laboratorio y
de imagen para confirmar aún más sus sospechas, reordenar el diagnóstico
diferencial propuesto o, con menos frecuencia, proponer otras posibilidades
menos frecuentes no consideradas hasta ese momento.
Inspección:
La exploración física comienza siempre con una inspección general del
paciente, y continúa con la inspección del propio abdomen. El dolor de los
pacientes con irritación peritoneal se acentúa con cualquier actividad que
movilice o distienda el peritoneo. Generalmente, estos pacientes permanecen
muy quietos en la camilla durante la evaluación y a menudo mantienen
flexionadas las rodillas y las caderas para reducir la tensión sobre la pared
abdominal anterior. Se evalúan los contornos del abdomen, comprobando si
está distendido o deprimido, o si se observa un efecto de masa localizada. Hay
que prestar especial atención a todas las cicatrices presentes, y si existe alguna
cicatriz quirúrgica hay que correlacionar su presencia con los antecedentes
quirúrgicos del paciente.
Auscultación
La auscultación puede aportar información muy útil sobre el tubo digestivo y el
sistema vascular. Normalmente, se evalúan la cantidad y la calidad de los ruidos
intestinales. Un abdomen tranquilo es indicio de íleo, mientras que en la enteritis
y la isquemia intestinal precoz se perciben unos ruidos intestinales hiperactivos.
También hay que considerar el tono y el patrón de estos ruidos. La obstrucción
mecánica del intestino se caracteriza por unos ruidos tintineantes de tono
elevado que suelen aparecer en descargas y se asocian al dolor. A menudo,se
detectan ecos lejanos cuando existe una distensión luminal importante.
Los ruidos que se escuchan en el interior del abdomen reflejan un flujo
sanguíneo turbulento a través del sistema vascular.
Percusión:
Permite valorar la distensión gaseosa del intestino, la posible presencia de aire
libre dentro del abdomen, el grado de ascitis o la presencia de inflamación
peritoneal. La hiperresonancia es característica de la presencia de gas en las
asas intestinales.
La palpación:
Aporta más información que cualquier otro componente de la exploración
abdominal. Además de revelar la intensidad y la localización exacta del dolor
abdominal, permite confirmar la presencia de peritonitis y detectar una posible
organomegalia o una masa abdominal. La palpación debe comenzar siempre
con suavidad y lejos de la zona de dolor. Si se provoca un dolor considerable al
comienzo de la palpación, es probable que el paciente contraiga
voluntariamente la musculatura abdominal para protegerse, lo que limita la
información que se puede obtener. La defensa muscular involuntaria, o
espasmo de los músculos de la pared abdominal, es un signo de peritonitis y
debe distinguirse de la contracción voluntaria.
Signos físicos:
Son muchos los signos físicos asociados a procesos patológicos concretos, y
perfectamente descritos como «signos» de exploración. El signo de Murphy de
la colecistitis aguda se observa al inspirar durante la palpación del cuadrante
superior derecho y consiste en un aumento brusco del dolor debido al descenso
del hígado y la vesícula biliar hacia la mano del examinador. Hay otros signos
que ayudan a localizar una peritonitis subyacente, como el signo del obturador,
el signo del psoas y el signo de Rovsing. Otros, como los signos de Fothergill y
de Carnett, permiten distinguir entre los trastornos intraabdominales y la
patología de la pared abdominal.
PRUEBAS DE LABORATORIO
Existen varias pruebas de laboratorio que son parte rutinaria de la evaluación de
todo paciente con abdomen agudo.
Estas pruebas ayudan a confirmar la presencia de inflamación o infección, y
también permiten descartar igualmente algunos de los trastornos médicos más
frecuentes. La mayor parte de los pacientes con abdomen agudo, aunque no
todos, presentarán leucocitosis o desviación izquierda. La determinación de los
electrólitos en suero, el nitrógeno ureico en sangre y la concentración de
creatinina ayudan a valorar los efectos de factores como los vómitos y las
pérdidas de líquido a un tercer espacio. Además, pueden indicarnos que el
problema del paciente se debe a un trastorno endocrino o metabólico. Las
determinaciones de la amilasa y la lipasa séricas pueden indicarnos que el dolor
abdominal se debe a una pancreatitis, aunque estas enzimas pueden aumentar
también en otros trastornos como los infartos de intestino delgado y las
perforaciones de úlceras duodenales.
Unas concentraciones séricas normales de amilasa y lipasa no permiten
descartar la pancreatitis como posible diagnóstico, debido a los efectos de la
inflamación crónica sobre la síntesis enzimática y a los factores cronológicos.
Las pruebas de la función hepática (bilirrubina total y directa, aminotransferasa
sérica y fosfatasa alcalina) ayudan a evaluar las posibles causas biliares de
dolor abdominal agudo. Las concentraciones de lactato y la gasometría arterial
pueden ayudarnos a diagnosticar la isquemia o el infarto intestinales.
Las pruebas urinarias, como el análisis de orina, ayudan a diagnosticar la cistitis
bacteriana, la pielonefritis y determinadas endocrinopatías, como la diabetes y
los trastornos del parénquima renal. El urocultivo, aunque permite confirmar una
sospecha de infección urinaria y orientar el tratamiento antibiótico, no está
disponible en un tiempo adecuado como para ayudar a evaluar un abdomen
agudo. La medición de la gonadotropina coriónica humana en la orina puede
indicar la existencia de un embarazo y constituir un factor de confusión o ayudar
a elegir el tratamiento adecuado. La detección de sangre oculta en heces puede
ayudarnos a evaluar a estos pacientes, aunque es una prueba inespecífica.
La búsqueda de huevos y parásitos, así como el cultivo y la detección de toxinas
de Clostridium difficile, puede resultar muy útil cuando el paciente manifiesta
diarrea inicialmente.
PRUEBAS DE IMAGEN
Los avances en las técnicas de imagen (especialmente la TC multidetector) han
revolucionado el diagnóstico del abdomen agudo. Actualmente, es posible
diagnosticar los procesos más complicados en otros tiempos (la apendicitis en
las mujeres jóvenes y la isquemia intestinal en los pacientes mayores) con
mucha más seguridad y celeridad. Todo ello nos permite corregir estos
problemas con mayor rapidez y menor morbilidad y mortalidad. A pesar de su
utilidad, la TC no es la única técnica de imagen disponible ni tampoco la primera
prueba diagnóstica en la mayoría de los casos. Además, ninguna de las
técnicas de imagen podrá ocupar nunca el lugar de una anamnesis y una
exploración física minuciosas.
La radiografía simple sigue teniendo su utilidad en el diagnóstico de los
pacientes con dolor abdominal agudo. La radiografía torácica en bipedestación
permite detectar hasta 1 ml de aire inyectado en la cavidad peritoneal. La
radiografía abdominal en decúbito lateral permite detectar igualmente un
neumoperitoneo en los pacientes que no pueden levantarse. Con esta técnica
pueden detectarse hasta 5-10 ml de gas. Estos estudios resultan especialmente
útiles en los pacientes con una posible úlcera duodenal perforada, ya que
aproximadamente el 75% de los mismos presentan un neumoperitoneo visible
en las radiografías. Esto evita la necesidad de otras pruebas en la mayoría de
los casos, y permite proceder a la laparotomía con muy poco retraso.
En las radiografías simples se visualizan también las calcificaciones anormales.
Aproximadamente el 5% de los apendicolitos, el 10% de los cálculos biliares y el
90% de los cálculos renales contienen suficientes cantidades de calcio para
poder visualizarlos en las radiografías.
En una radiografía simple se pueden visualizar las calcificaciones pancreáticas
de muchos de los pacientes con pancreatitis crónica, así como las
calcificaciones de los aneurismas de la aorta abdominal, los aneurismas de las
arterias viscerales y la ateroesclerosis de los vasos viscerales.
Las radiografías abdominales en bipedestación y en decúbito supino
resultan muy útiles a la hora de identificar las obstrucciones al vaciamiento
gástrico, así como las obstrucciones del intestino delgado proximal, medio o
distal. También permiten determinar si una obstrucción intestinal es completa o
parcial, dependiendo de la presencia o ausencia de gas en el colon. El colon
obstruido se visualiza como un intestino distendido con haustraciones. También
puede acompañarse de distensión del intestino delgado, especialmente si la
válvula ileocecal es incompetente. Las radiografías simples pueden indicarnos
también la presencia de un vólvulo en el ciego o el colon sigmoideo. Un vólvulo
cecal se distingue por la presencia de un asa de colon distendida en forma de
coma, con su concavidad orientada hacia abajo y a la derecha. Un vólvulo
sigmoideo produce típicamente la imagen de un tubo interior doblado, con el
vértice en el cuadrante superior derecho
La ecografía abdominal permite detectar con gran exactitud los cálculos
biliares, medir con precisión el espesor de la pared vesicular e identificar la
presencia de líquido alrededor de la vesícula. También permite determinar el
diámetro de los conductos biliares intra- y extrahepáticos. Sin embargo, su
utilidad a la hora de detectar cálculos en el conducto colédoco es muy limitada.
La ecografía abdominal y transvaginal puede ayudarnos a detectar posibles
anomalías en los ovarios, los anexos y el útero. La ecografía permite detectar
igualmente la existencia de líquido intraperitoneal. La presencia de cantidades
anormales de aire intestinal en la mayoría de los pacientes con abdomen agudo
limita la capacidad de la ecografía para explorarel páncreas y otros órganos
abdominales. La utilidad tiene algunas limitaciones importantes en el diagnóstico
de los trastornos que se manifiestan como un abdomen agudo. Se ha
demostrado que la ecografía es peor clínicamente que la TC para el diagnóstico
de la apendicitis.
Dada la mayor disponibilidad de la TC y las menores dificultades que plantea el
aire abdominal, se está convirtiendo en la segunda técnica de imagen en los
pacientes con abdomen agudo, por detrás de las radiografías simples de
abdomen.
Numerosos estudios han constatado la exactitud y la utilidad de la TC abdominal
y pélvica en la evaluación del dolor por abdomen agudo. Muchas de las causas
más frecuentes de abdomen agudo y sus complicaciones son fácilmente
identificables con estudios de TC. Un notable ejemplo de ello es la apendicitis.
La radiografía simple y el tránsito baritado aportan poco al diagnóstico de
apendicitis; sin embargo, una TC bien realizada es muy precisa en esta
enfermedad.
La TC es también un medio excelente para la diferenciación de la obstrucción
mecánica del intestino delgado del íleo paralítico y, generalmente, permite
identificar el punto de transición en la obstrucción mecánica. Este método a
menudo ayuda a resolver algunos de los dilemas radiológicos más complejos,
como los diagnósticos de isquemia intestinal aguda y la lesión intestinal por
traumatismo abdominal cerrado.
Arévalo Dalena, Bernal Azamar, Contreras Yuraima
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El abdomen agudo tiene un diagnóstico diferencial muy amplio. Los posibles
trastornos van desde los más leves y fáciles de curar hasta los más rápidos y
 En la ampolla de váter es donde desemboca el conducto biliar
 El estómago llega la comida y empuja a la curvatura menor y desembocadura
hacia el píloro por acción de los pliegues gástricos
mortales. Debido a ello, hay que atender y evaluar inmediatamente a todos los
Arévalo Dalena, Bernal Azamar, Contreras Yuraima
pacientes que presenten este cuadro, y repetir las evaluaciones a intervalos frecuentes para detectar cualquier
cambio en su estado. Aunque para diagnosticar un abdomen agudo hay que intervenir quirúrgicamente en muchos
casos para salir de dudas, es importante tener presente que muchas causas de dolor abdominal agudo son de
etiología médica.
El diagnóstico diferencial comienza durante la anamnesis y se aclara un poco más durante la exploración física.
Posteriormente se puede recurrir a técnicas de laboratorio y de imagen más sofisticadas, hasta que uno o dos
diagnósticos posibles destacan entre todos los demás. Para tener éxito en este proceso es necesario conocer
bien los trastornos médicos y quirúrgicos que pueden causar dolor abdominal agudo para poder comparar las
características de cada uno de ellos con los datos demográficos, los síntomas y los signos del paciente.
Determinados datos de la exploración física, las pruebas de laboratorio y los estudios radiológicos guardan una
marcada correlación con distintos procesos quirúrgicos. A veces, la inestabilidad de algunos pacientes impide
que se puedan someter a pruebas exhaustivas que obliguen a trasladarles a otros servicios, como el de
radiología. En estos casos, un lavado peritoneal puede aportar información que nos indique una patología que
requiere tratamiento quirúrgico. El lavado puede realizarse bajo anestesia local junto a la cabecera del enfermo.
Se practica una incisión pequeña en la línea media, junto al ombligo, y se disecciona hasta alcanzar la cavidad
peritoneal. Seguidamente, se introduce un catéter pequeño o un tubo i.v. y se infunden 1.000 ml de suero salino.
Se deja salir una muestra de líquido hacia la bolsa de suero vacía, y se analiza para detectar posibles anomalías
celulares o bioquímicas. Esta técnica puede aportar pruebas concluyentes de hemorragia o infección, así como
de algunos tipos de lesiones en órganos sólidos o huecos. A los pacientes con trastornos quirúrgicos muy graves
o urgentes hay que practicarles una laparotomía inmediata, mientras que aquellos con diagnósticos urgentes
dejan más tiempo para la estabilización, la hidratación y los preparativos preoperatorios si fueran necesarios. Los
demás pacientes con abdomen agudo se agrupan en aquellos con procesos quirúrgicos que a veces necesitan
cirugía, aquellos con trastornos médicos y aquellos que siguen sin definirse claramente. Los pacientes
hospitalizados que no tienen que pasar urgentemente por el quirófano deben ser reevaluados con frecuencia, y
preferiblemente por el mismo examinador, para detectar cambios potencialmente peligrosos que puedan alterar
el diagnóstico o indicar la aparición de complicaciones.
Los pacientes suelen estar más expuestos a las consecuencias graves o incluso mortales a causa de los retrasos
en el tratamiento quirúrgico para realizar pruebas confirmatorias que a las consecuencias de un diagnóstico
erróneo descubierto durante la cirugía. La laparoscopia ha demostrado ser una herramienta muy útil cuando el
diagnóstico es poco claro. Permite confirmar la presencia de procesos quirúrgicos en todos los casos salvo en
las condiciones abdominales más desfavorables, y conforme el cirujano vaya adquiriendo más experiencia será
capaz de tratar cada vez más alteraciones por vía laparoscópica. Incluso cuando es necesario cambiar a una
intervención abierta, la evaluación laparoscópica permite una ubicación más exacta de la incisión de laparotomía,
lo que ayuda a reducir su longitud.
	Las manifestaciones más frecuentes son:
	CLASIFICACIÓN
	ABDOMEN AGUDO MÉDICO
	ABDOMEN AGUDO QUIRÚRGICO
	DOLOR ABDOMINAL
	TIPOS DE DOLOR ABDOMINAL:
	DOLOR VISCERAL:
	DOLOR REFERIDO:
	 MECANISMOS QUE PRODUCEN DOLOR ABDOMINAL
	1.INFLAMACIÓN DEL PERITONEO PARIETAL:
	2.OBSTRUCCIÓN DE VÍSCERA HUECA
	3.TRASTORNOS VASCULARES
	CAUSAS
	ANAMNESIS
	PREGUNTAS:
	EXPLORACIÓN FÍSICA
	Inspección:
	Auscultación
	Percusión:
	La palpación:
	Signos físicos:
	 PRUEBAS DE LABORATORIO
	 PRUEBAS DE IMAGEN
	 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

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