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SINDROMEABDOMINAL AGUDO. Síndrome caracterizado por dolor abdominal de instalación aguda, con duración en casos mayor a 6 horas, progresivo y potencialmente mortal. La denominación abdomen agudo hace referencia a los signos y síntomas de dolor y sensibilidad (tensión) abdominal. El cuadro clínico complicado obliga a realizar un estudio exhaustivo e inmediato para determinar si es necesario operar y para iniciar el tratamiento apropiado. El abdomen agudo no siempre es quirúrgico; sin embargo, deben evitarse los procedimientos diagnósticos prolongados que pueden retrasar la solución quirúrgica. Hay procesos extraabdominales que pueden simular un abdomen agudo. El síndrome abdominal agudo ocurre en todas las edades de la vida, durante el embarazo y asociado a múltiples padecimientos. Es difícil precisar la frecuencia de un síndrome de múltiples factores etiológicos y con variaciones que dependen del sexo, edad, etc. Conjunto de signos y síntomas abdominales graves que requiere un tratamiento médico o quirúrgico urgente. Las manifestaciones más frecuentes son: — Dolor abdominal agudo. — Alteraciones gastrointestinales. — Repercusión sobre el estado general. CLASIFICACIÓN ABDOMEN AGUDO MÉDICO Se define como un síndrome clínico con dolor abdominal de causa desconocida, que tiene menos de una semana de evolución y que se resuelve con tratamiento médico. Constituye un conjunto de síndromes de etiologías muy diversas, que confunden al Médico Internista y al Cirujano General llevándolos erróneamente con frecuencia a interpretar como quirúrgica a una patología estrictamente médica. Diverticulitis (inflamación e infección del colon) Endometriosis. Acidez gástrica, indigestión o reflujo gastroesofágico (ERGE) Enfermedad intestinal inflamatoria (enfermedad de Crohn o colitis ulcerativa) PATOLOGIAS ABDOMINALES: Engloba un conjunto de enfermedades que se manifiestan como DOLOR ABDOMINAL (y que pueden tratarse médica o quirúrgicamente según el caso): – Perforación – Apendicitis aguda (causa más frecuente de dolor abdominal quirúrgico) – Colecistitis – Obstrucción intestinal – Pancreatitis – Cólico renal – Patología ginecológica ABDOMEN AGUDO QUIRÚRGICO Afección abdominal de 24 a 7 días de evolución que requiere intervención quirúrgica de emergencia caracterizado por la aparición brusca de dolor intenso, localizado o difuso en la cavidad abdominal de etiología diversa y patología clínica o quirúrgica. DOLOR ABDOMINAL El dolor abdominal lo podemos definir como un síntoma inespecífico de muchos procesos, tanto intra como extraabdominales. El dolor puede ser: CONSTANTE: continuo en el tiempo e intensidad constante (no varía). INTERMITENTE: presenta intervalos temporales sin dolor. CÓLICO: con variaciones en intensidad y con cierto ritmo temporal. Es el síntoma más habitual en la clínica de enfermedades del aparato digestivo, sus causas son diversas, entre ellas nombraremos: Mecánicas Inflamatorias Infecciosas Vasculares TIPOS DE DOLOR ABDOMINAL: DOLOR VISCERAL: Está originado en los órganos abdominales. Es de carácter sordo y mal localizado. En ocasiones aparece como una sensación de plenitud abdominal. Suele producirse por la distensión de una víscera hueca. También puede ser de tipo cólico (como un retortijón), acompañándose de náuseas, vómitos, palidez y sudoración. DOLOR PARIETAL Corresponde con las raíces nerviosas segmentarias que inervan el peritoneo. Está originado en estructuras de la pared abdominal. Suele ser más marcado y localizado. Se agrava con los movimientos y aumenta con la palpación. DOLOR REFERIDO: Se percibe en regiones anatómicas diferentes a la zona de estimulación y se produce porque esta zona de estimulación comparte segmento neuronal sensorial con el área dolorosa. Es muy importante determinar si el dolor es visceral, parietal o referido; normalmente, es posible establecer esta distinción basándose en una anamnesis minuciosa. MECANISMOSQUE PRODUCEN DOLOR ABDOMINAL 1. INFLAMACIÓN DEL PERITONEO PARIETAL: El tipo de dolor es constante, de referencia exacta ya que se localiza en la zona afectada. La intensidad depende del tipo y cantidad de noxa frente a los que expone la superficie peritoneal, por ejemplo, la liberación súbita en la cavidad peritoneal de líquido gástrico ácido y estéril produce mayor dolor que la materia fecal (neutra y contaminada). La secreción pancreática produce más dolor e inflamación que la misma cantidad de bilis estéril que no contiene enzimas como la secreción pancreática. La sangre y la orina son tan poco irritantes que pueden pasar desapercibidas a no ser que se vuelquen a la cavidad peritoneal en forma brusca y masiva. La contaminación bacteriana produce dolor leve al comienzo. El dolor de la inflamación peritoneal aumenta invariablemente con las modificaciones de posición del paciente, por eso se manifiesta en el examen físico con la palpación (compresión y descompresión), con la tos o estornudos, motivo por lo cual los paciente con peritonitis tienden a estar quietos en la cama, a diferencia del paciente que presenta dolor cólico (inquieto). Otra característica es la contractura de la musculatura abdominal en la zona del segmento corporal afectado. La existencia de este signo semiológico depende de la velocidad de producción de daño de la noxa, de la localización y de la integridad del sistema nervioso. 2. OBSTRUCCIÓN DE VÍSCERA HUECA El dolor espasmódico que se produce por obstrucción del intestino delgado se suele localizar a nivel peri o supraumbilical y es de carácter difuso. Cuando el intestino comienza a dilatarse la naturaleza espasmódica del dolor es menos evidente. Cuando la obstrucción es por estrangulación el dolor puede irradiarse hacia la zona lumbar inferior, por tracción del mesenterio, cuando la distensión es colónica el dolor es de menor intensidad e irradia a zonas lumbares. La obstrucción súbita de la vía biliar produce un dolor constante que no tiene característica espasmódica. La distensión vesicular produce dolor en hipocondrio derecho, irradiado a la región posterior. El dolor por dilatación de los conductos pancreáticos es de localización similar a la distensión coledociana, con la diferencia que aumenta con el decúbito y se alivia con la posición erecta. La obstrucción de la vejiga produce dolor de poca intensidad pero molesta y constante en el hipogastrio. Por el contrario la obstrucción ureteral produce dolor intenso en la zona suprapúbica y flancos, irradiado a genitales externos y/o cara internas de los muslos. 3. TRASTORNOS VASCULARES Si bien los trastornos como la ruptura de un aneurisma de Aorta abdominal o la obstrucción arterial aguda de la arteria mesentérica superior, pueden producir dolor de aparición brusca e intensa, no siempre se cumple. La aparición de dolor abdominal irradiado a región sacra, flancos, genitales y/o cara interna de los muslos debe orientar a un aneurisma aórtico complicado. El dolor de la pared abdominal es constante e intenso, aumenta con los movimientos y no está relacionado con la ingesta. El cuadro más frecuente es el hematoma de la fascia de los rectos, el cual suele ser frecuente en los pacientes anticoagulados. CAUSAS CAUSAS NO QUIRÚRGICAS DE ABDOMEN AGUDO Causas endocrinas y metabólicas Uremia Crisis diabéticas Crisis addisonianas Porfiria intermitente aguda Fiebre mediterránea hereditaria Causas hematológicas Crisis drepanocíticas Leucemia aguda Otras discrasias sanguíneas Toxinas y fármacos Intoxicación por plomo Otras intoxicaciones pormetales pesados Síndrome de abstinencia de narcóticos Envenenamiento por picadura de araña viuda negra CAUSAS QUIRURGICAS DE ABDOMEN AGUDO Hemorragia Infección Perforación Traumatismos de órganos sólidos Fuga o rotura de aneurismas arteriales Rotura de embarazo ectópico Diverticulos gastrointestinales sangrantes Malformaciones arteriovenosas del tubo digestivo Úlceras intestinales Fistulas aortoduodenales tras un injerto vascular aortico Pancreatitis hemorrágica Síndromede Mallory-Weiss Rotura espontánea del bazo Apendicitis Colecistitis Diverticulitis de Meckel Abscesos hepáticos Abscesos diverticulare s Abscesos del psoas Úlcera gastrointestinal perforada Tumor gastrointestinal perforado Síndrome de Boerhaave Divertículo perforado CAUSAS QUIRURGICAS DE ABDOMEN AGUDO Obstrucción Isquemia Adherencias por obstrucción del intestino delgado o grueso Volvulo sigmoideo Volvulo cecal Hernias incarceradas Enfermedad intestinal inflamatoria Neoplasia maligna gastrointestinal Invaginación Enfermedad de Buerger Trombosis o embolia mesenterica Torsión ovárica Colitis isquémica Torsión testicular Hernias estranguladas HISTORIA CLINICA ANAMNESIS Todo dolor abdominal amerita una buena historia clínica y una adecuada exploración. La evolución del dolor es un dato importante y por ello deben evitarse los analgésicos y antibióticos antes de establecer la conducta a seguir. Explican que su dolor se acentúa con cualquier movimiento brusco del cuerpo y que sienten menos dolor cuando flexionan las rodillas. ¿Desde cuándo duele? Modificaciones: influencia que sobre el dolor tiene la ingesta, digestión, respiración, micción, defecación, menstruación, etc. La comida suele acentuar el dolor de la obstrucción intestinal, el cólico biliar, la pancreatitis, la diverticulitis o la perforación intestinal. Mientras que pueden mitigar el dolor de la úlcera péptica no perforada o la gastritis Síntomas acompañantes: Naúseas y/o vómitos, Anorexia, Alteraciones del ritmo intestinal, Características de las heces, Hematemesis y/o melenas, Rectorragias, Emisión de heces y gases, Leucorrea, Netrorragia, Alteraciones menstruales, Pérdida de peso. Enfermedades e intervenciones quirúrgicas previas. Alergias. Ingestión de fármacos. Los narcóticos en dosis elevadas pueden interferir en la actividad intestinal y causar estreñimiento pertinaz y obstrucción. Los narcóticos pueden favorecer el espasmo del esfínter de Oddi y exacerbar el dolor biliar o pancreático. Evidentemente, también pueden suprimir la sensación de dolor y alterar el estado mental, lo que puede dificultar el diagnóstico exacto del trastorno subyacente. Los antiinflamatorios no esteroideos pueden aumentar el riesgo de inflamación y perforación de los segmentos altos del tubo digestivo, mientras que los esteroides pueden bloquear la producción de moco gástrico protector por las células principales y limitar la reacción inflamatoria a las infecciones, incluida la peritonitis avanzada. Un empeoramiento progresivo, en contraposición con los episodios de dolor intermitente, puede ayudarnos a diferenciar entre los procesos infecciosos que empeoran con el paso del tiempo y el dolor espasmódico y de cólico asociado a las obstrucciones intestinales, los cólicos biliares por obstrucción del conducto cístico o las obstrucciones genitourinarias Tan importantes como las características del dolor son su localización y su irradiación. La lesión o inflamación de los tejidos puede causar dolor tanto visceral como somático. Cuando la inflamación se extiende y afecta a la superficie peritoneal, las fibras nerviosas parietales procedentes de la médula espinal transmiten una sensación focal e intensa. Esta inervación combinada es la responsable del dolor periumbilical difuso típico de la apendicitis precoz, que se convierte posteriormente en un dolor focal intenso en el abdomen inferior derecho, localizado en el punto de McBurney. Si el médico se centra en las características que tiene el dolor en esos momentos y no investiga concienzudamente su comienzo y progresión, pasará por alto estos datos tan importantes de la anamnesis. El dolor puede también extenderse mucho más allá de la zona afectada. Es muy importante obtener una anamnesis detallada y organizada para poder formular un diagnóstico diferencial exacto y planificar el tratamiento posterior. La anamnesis debe centrarse no solo en el estudio del dolor, sino también en los problemas precedentes y los síntomas asociados. Siempre que sea posible se deben realizar preguntas de respuesta abierta, estructurándolas para poder averiguar el momento de comienzo, las características, la localización, la duración, la posible irradiación y la cronología del dolor que experimenta el paciente. PREGUNTAS: ¿Dónde le duele? se puede obtener información adicional observando cómo describe el paciente el dolor que está experimentando. La identificación del dolor con un dedo nos indica a menudo un dolor que es mucho más localizado y característico de inervación parietal o inflamación peritoneal, a diferencia de las molestias vagas que se indican con la palma de la mano, que habitualmente son más características del dolor visceral de los procesos intestinales o de órganos sólidos. ¿Irradiación del dolor? El dolor visceral de los órganos sólidos del abdomen es un dolor generalizado que se extiende por el cuadrante del órgano afectado, como el dolor hepático que abarca el cuadrante superior derecho del abdomen. El dolor del intestino delgado se percibe como un dolor periumbilical poco localizado, mientras que el dolor del colon se localiza entre el ombligo y la sínfisis del pubis. El dolor puede también extenderse mucho más allá de la zona afectada. ¿El dolor es continuo o intermitente? ¿Cómo se inició? (brusco o progresivo) La intensidad y la gravedad del dolor guardan relación con los daños tisulares subyacentes. Un dolor agudo de comienzo brusco debe hacernos pensar en trastornos como una perforación intestinal y una embolia arterial por isquemia, aunque existen otros procesos, como el cólico biliar, que también pueden manifestarse de forma repentina. El dolor que aparece y se acentúa a lo largo de varias horas es típico de procesos de inflamación o infección progresiva, como la colecistitis, la colitis o la obstrucción intestinal. Desencadenante (esfuerzo, ingesta, etc.) Los pacientes con inflamación peritoneal evitan cualquier actividad que distienda o empuje el abdomen. EXPLORACIÓN FÍSICA Para poder establecer un diagnóstico diferencial exacto y desarrollar el consiguiente algoritmo terapéutico es fundamental realizar una exploración física organizada y concienzuda. Un clínico cualificado será capaz de establecer en la mayoría de los casos un diagnóstico diferencial reducido y exacto después de completar la anamnesis y la exploración física. A continuación podrá recurrir a las pruebas de laboratorio y de imagen para confirmar aún más sus sospechas, reordenar el diagnóstico diferencial propuesto o, con menos frecuencia, proponer otras posibilidades menos frecuentes no consideradas hasta ese momento. Inspección: La exploración física comienza siempre con una inspección general del paciente, y continúa con la inspección del propio abdomen. El dolor de los pacientes con irritación peritoneal se acentúa con cualquier actividad que movilice o distienda el peritoneo. Generalmente, estos pacientes permanecen muy quietos en la camilla durante la evaluación y a menudo mantienen flexionadas las rodillas y las caderas para reducir la tensión sobre la pared abdominal anterior. Se evalúan los contornos del abdomen, comprobando si está distendido o deprimido, o si se observa un efecto de masa localizada. Hay que prestar especial atención a todas las cicatrices presentes, y si existe alguna cicatriz quirúrgica hay que correlacionar su presencia con los antecedentes quirúrgicos del paciente. Auscultación La auscultación puede aportar información muy útil sobre el tubo digestivo y el sistema vascular. Normalmente, se evalúan la cantidad y la calidad de los ruidos intestinales. Un abdomen tranquilo es indicio de íleo, mientras que en la enteritis y la isquemia intestinal precoz se perciben unos ruidos intestinales hiperactivos. También hay que considerar el tono y el patrón de estos ruidos. La obstrucción mecánica del intestino se caracteriza por unos ruidos tintineantes de tono elevado que suelen aparecer en descargas y se asocian al dolor. A menudo,se detectan ecos lejanos cuando existe una distensión luminal importante. Los ruidos que se escuchan en el interior del abdomen reflejan un flujo sanguíneo turbulento a través del sistema vascular. Percusión: Permite valorar la distensión gaseosa del intestino, la posible presencia de aire libre dentro del abdomen, el grado de ascitis o la presencia de inflamación peritoneal. La hiperresonancia es característica de la presencia de gas en las asas intestinales. La palpación: Aporta más información que cualquier otro componente de la exploración abdominal. Además de revelar la intensidad y la localización exacta del dolor abdominal, permite confirmar la presencia de peritonitis y detectar una posible organomegalia o una masa abdominal. La palpación debe comenzar siempre con suavidad y lejos de la zona de dolor. Si se provoca un dolor considerable al comienzo de la palpación, es probable que el paciente contraiga voluntariamente la musculatura abdominal para protegerse, lo que limita la información que se puede obtener. La defensa muscular involuntaria, o espasmo de los músculos de la pared abdominal, es un signo de peritonitis y debe distinguirse de la contracción voluntaria. Signos físicos: Son muchos los signos físicos asociados a procesos patológicos concretos, y perfectamente descritos como «signos» de exploración. El signo de Murphy de la colecistitis aguda se observa al inspirar durante la palpación del cuadrante superior derecho y consiste en un aumento brusco del dolor debido al descenso del hígado y la vesícula biliar hacia la mano del examinador. Hay otros signos que ayudan a localizar una peritonitis subyacente, como el signo del obturador, el signo del psoas y el signo de Rovsing. Otros, como los signos de Fothergill y de Carnett, permiten distinguir entre los trastornos intraabdominales y la patología de la pared abdominal. PRUEBAS DE LABORATORIO Existen varias pruebas de laboratorio que son parte rutinaria de la evaluación de todo paciente con abdomen agudo. Estas pruebas ayudan a confirmar la presencia de inflamación o infección, y también permiten descartar igualmente algunos de los trastornos médicos más frecuentes. La mayor parte de los pacientes con abdomen agudo, aunque no todos, presentarán leucocitosis o desviación izquierda. La determinación de los electrólitos en suero, el nitrógeno ureico en sangre y la concentración de creatinina ayudan a valorar los efectos de factores como los vómitos y las pérdidas de líquido a un tercer espacio. Además, pueden indicarnos que el problema del paciente se debe a un trastorno endocrino o metabólico. Las determinaciones de la amilasa y la lipasa séricas pueden indicarnos que el dolor abdominal se debe a una pancreatitis, aunque estas enzimas pueden aumentar también en otros trastornos como los infartos de intestino delgado y las perforaciones de úlceras duodenales. Unas concentraciones séricas normales de amilasa y lipasa no permiten descartar la pancreatitis como posible diagnóstico, debido a los efectos de la inflamación crónica sobre la síntesis enzimática y a los factores cronológicos. Las pruebas de la función hepática (bilirrubina total y directa, aminotransferasa sérica y fosfatasa alcalina) ayudan a evaluar las posibles causas biliares de dolor abdominal agudo. Las concentraciones de lactato y la gasometría arterial pueden ayudarnos a diagnosticar la isquemia o el infarto intestinales. Las pruebas urinarias, como el análisis de orina, ayudan a diagnosticar la cistitis bacteriana, la pielonefritis y determinadas endocrinopatías, como la diabetes y los trastornos del parénquima renal. El urocultivo, aunque permite confirmar una sospecha de infección urinaria y orientar el tratamiento antibiótico, no está disponible en un tiempo adecuado como para ayudar a evaluar un abdomen agudo. La medición de la gonadotropina coriónica humana en la orina puede indicar la existencia de un embarazo y constituir un factor de confusión o ayudar a elegir el tratamiento adecuado. La detección de sangre oculta en heces puede ayudarnos a evaluar a estos pacientes, aunque es una prueba inespecífica. La búsqueda de huevos y parásitos, así como el cultivo y la detección de toxinas de Clostridium difficile, puede resultar muy útil cuando el paciente manifiesta diarrea inicialmente. PRUEBAS DE IMAGEN Los avances en las técnicas de imagen (especialmente la TC multidetector) han revolucionado el diagnóstico del abdomen agudo. Actualmente, es posible diagnosticar los procesos más complicados en otros tiempos (la apendicitis en las mujeres jóvenes y la isquemia intestinal en los pacientes mayores) con mucha más seguridad y celeridad. Todo ello nos permite corregir estos problemas con mayor rapidez y menor morbilidad y mortalidad. A pesar de su utilidad, la TC no es la única técnica de imagen disponible ni tampoco la primera prueba diagnóstica en la mayoría de los casos. Además, ninguna de las técnicas de imagen podrá ocupar nunca el lugar de una anamnesis y una exploración física minuciosas. La radiografía simple sigue teniendo su utilidad en el diagnóstico de los pacientes con dolor abdominal agudo. La radiografía torácica en bipedestación permite detectar hasta 1 ml de aire inyectado en la cavidad peritoneal. La radiografía abdominal en decúbito lateral permite detectar igualmente un neumoperitoneo en los pacientes que no pueden levantarse. Con esta técnica pueden detectarse hasta 5-10 ml de gas. Estos estudios resultan especialmente útiles en los pacientes con una posible úlcera duodenal perforada, ya que aproximadamente el 75% de los mismos presentan un neumoperitoneo visible en las radiografías. Esto evita la necesidad de otras pruebas en la mayoría de los casos, y permite proceder a la laparotomía con muy poco retraso. En las radiografías simples se visualizan también las calcificaciones anormales. Aproximadamente el 5% de los apendicolitos, el 10% de los cálculos biliares y el 90% de los cálculos renales contienen suficientes cantidades de calcio para poder visualizarlos en las radiografías. En una radiografía simple se pueden visualizar las calcificaciones pancreáticas de muchos de los pacientes con pancreatitis crónica, así como las calcificaciones de los aneurismas de la aorta abdominal, los aneurismas de las arterias viscerales y la ateroesclerosis de los vasos viscerales. Las radiografías abdominales en bipedestación y en decúbito supino resultan muy útiles a la hora de identificar las obstrucciones al vaciamiento gástrico, así como las obstrucciones del intestino delgado proximal, medio o distal. También permiten determinar si una obstrucción intestinal es completa o parcial, dependiendo de la presencia o ausencia de gas en el colon. El colon obstruido se visualiza como un intestino distendido con haustraciones. También puede acompañarse de distensión del intestino delgado, especialmente si la válvula ileocecal es incompetente. Las radiografías simples pueden indicarnos también la presencia de un vólvulo en el ciego o el colon sigmoideo. Un vólvulo cecal se distingue por la presencia de un asa de colon distendida en forma de coma, con su concavidad orientada hacia abajo y a la derecha. Un vólvulo sigmoideo produce típicamente la imagen de un tubo interior doblado, con el vértice en el cuadrante superior derecho La ecografía abdominal permite detectar con gran exactitud los cálculos biliares, medir con precisión el espesor de la pared vesicular e identificar la presencia de líquido alrededor de la vesícula. También permite determinar el diámetro de los conductos biliares intra- y extrahepáticos. Sin embargo, su utilidad a la hora de detectar cálculos en el conducto colédoco es muy limitada. La ecografía abdominal y transvaginal puede ayudarnos a detectar posibles anomalías en los ovarios, los anexos y el útero. La ecografía permite detectar igualmente la existencia de líquido intraperitoneal. La presencia de cantidades anormales de aire intestinal en la mayoría de los pacientes con abdomen agudo limita la capacidad de la ecografía para explorarel páncreas y otros órganos abdominales. La utilidad tiene algunas limitaciones importantes en el diagnóstico de los trastornos que se manifiestan como un abdomen agudo. Se ha demostrado que la ecografía es peor clínicamente que la TC para el diagnóstico de la apendicitis. Dada la mayor disponibilidad de la TC y las menores dificultades que plantea el aire abdominal, se está convirtiendo en la segunda técnica de imagen en los pacientes con abdomen agudo, por detrás de las radiografías simples de abdomen. Numerosos estudios han constatado la exactitud y la utilidad de la TC abdominal y pélvica en la evaluación del dolor por abdomen agudo. Muchas de las causas más frecuentes de abdomen agudo y sus complicaciones son fácilmente identificables con estudios de TC. Un notable ejemplo de ello es la apendicitis. La radiografía simple y el tránsito baritado aportan poco al diagnóstico de apendicitis; sin embargo, una TC bien realizada es muy precisa en esta enfermedad. La TC es también un medio excelente para la diferenciación de la obstrucción mecánica del intestino delgado del íleo paralítico y, generalmente, permite identificar el punto de transición en la obstrucción mecánica. Este método a menudo ayuda a resolver algunos de los dilemas radiológicos más complejos, como los diagnósticos de isquemia intestinal aguda y la lesión intestinal por traumatismo abdominal cerrado. Arévalo Dalena, Bernal Azamar, Contreras Yuraima DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL El abdomen agudo tiene un diagnóstico diferencial muy amplio. Los posibles trastornos van desde los más leves y fáciles de curar hasta los más rápidos y En la ampolla de váter es donde desemboca el conducto biliar El estómago llega la comida y empuja a la curvatura menor y desembocadura hacia el píloro por acción de los pliegues gástricos mortales. Debido a ello, hay que atender y evaluar inmediatamente a todos los Arévalo Dalena, Bernal Azamar, Contreras Yuraima pacientes que presenten este cuadro, y repetir las evaluaciones a intervalos frecuentes para detectar cualquier cambio en su estado. Aunque para diagnosticar un abdomen agudo hay que intervenir quirúrgicamente en muchos casos para salir de dudas, es importante tener presente que muchas causas de dolor abdominal agudo son de etiología médica. El diagnóstico diferencial comienza durante la anamnesis y se aclara un poco más durante la exploración física. Posteriormente se puede recurrir a técnicas de laboratorio y de imagen más sofisticadas, hasta que uno o dos diagnósticos posibles destacan entre todos los demás. Para tener éxito en este proceso es necesario conocer bien los trastornos médicos y quirúrgicos que pueden causar dolor abdominal agudo para poder comparar las características de cada uno de ellos con los datos demográficos, los síntomas y los signos del paciente. Determinados datos de la exploración física, las pruebas de laboratorio y los estudios radiológicos guardan una marcada correlación con distintos procesos quirúrgicos. A veces, la inestabilidad de algunos pacientes impide que se puedan someter a pruebas exhaustivas que obliguen a trasladarles a otros servicios, como el de radiología. En estos casos, un lavado peritoneal puede aportar información que nos indique una patología que requiere tratamiento quirúrgico. El lavado puede realizarse bajo anestesia local junto a la cabecera del enfermo. Se practica una incisión pequeña en la línea media, junto al ombligo, y se disecciona hasta alcanzar la cavidad peritoneal. Seguidamente, se introduce un catéter pequeño o un tubo i.v. y se infunden 1.000 ml de suero salino. Se deja salir una muestra de líquido hacia la bolsa de suero vacía, y se analiza para detectar posibles anomalías celulares o bioquímicas. Esta técnica puede aportar pruebas concluyentes de hemorragia o infección, así como de algunos tipos de lesiones en órganos sólidos o huecos. A los pacientes con trastornos quirúrgicos muy graves o urgentes hay que practicarles una laparotomía inmediata, mientras que aquellos con diagnósticos urgentes dejan más tiempo para la estabilización, la hidratación y los preparativos preoperatorios si fueran necesarios. Los demás pacientes con abdomen agudo se agrupan en aquellos con procesos quirúrgicos que a veces necesitan cirugía, aquellos con trastornos médicos y aquellos que siguen sin definirse claramente. Los pacientes hospitalizados que no tienen que pasar urgentemente por el quirófano deben ser reevaluados con frecuencia, y preferiblemente por el mismo examinador, para detectar cambios potencialmente peligrosos que puedan alterar el diagnóstico o indicar la aparición de complicaciones. Los pacientes suelen estar más expuestos a las consecuencias graves o incluso mortales a causa de los retrasos en el tratamiento quirúrgico para realizar pruebas confirmatorias que a las consecuencias de un diagnóstico erróneo descubierto durante la cirugía. La laparoscopia ha demostrado ser una herramienta muy útil cuando el diagnóstico es poco claro. Permite confirmar la presencia de procesos quirúrgicos en todos los casos salvo en las condiciones abdominales más desfavorables, y conforme el cirujano vaya adquiriendo más experiencia será capaz de tratar cada vez más alteraciones por vía laparoscópica. Incluso cuando es necesario cambiar a una intervención abierta, la evaluación laparoscópica permite una ubicación más exacta de la incisión de laparotomía, lo que ayuda a reducir su longitud. Las manifestaciones más frecuentes son: CLASIFICACIÓN ABDOMEN AGUDO MÉDICO ABDOMEN AGUDO QUIRÚRGICO DOLOR ABDOMINAL TIPOS DE DOLOR ABDOMINAL: DOLOR VISCERAL: DOLOR REFERIDO: MECANISMOS QUE PRODUCEN DOLOR ABDOMINAL 1.INFLAMACIÓN DEL PERITONEO PARIETAL: 2.OBSTRUCCIÓN DE VÍSCERA HUECA 3.TRASTORNOS VASCULARES CAUSAS ANAMNESIS PREGUNTAS: EXPLORACIÓN FÍSICA Inspección: Auscultación Percusión: La palpación: Signos físicos: PRUEBAS DE LABORATORIO PRUEBAS DE IMAGEN DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
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