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M I C R O C U E N T O S En una tierra lejana, se alzaba una montaña conocida como la Montaña del Tiempo. Se decía que aquel que escalaba hasta su cima podía ver su futuro. Un joven valiente decidió emprender la difícil tarea. Día tras día, enfrentó desafíos y obstáculos, pero nunca se rindió. Su determinación era más fuerte que cualquier piedra en su camino. Finalmente, alcanzó la cima. Pero en lugar de ver su futuro, encontró un espejo. En él, vio su reflejo, cansado pero sonriente, orgulloso de su viaje. Comprendió entonces que el futuro no es algo que se pueda ver, sino algo que se construye con cada paso que damos. La Montaña del Tiempo no mostraba el futuro, sino la fuerza y determinación necesarias para crearlo.