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Soporte Vital Extracorpóreo en el Shock Cardiogénico Relacionado con Infarto Revista: The New England Journal of Medicine Autores: H. Thiele, U. Zeymer, I. Akin, M. Behnes, T. Rassaf, A.A. Mahabadi, R. Lehmann, I. Eitel, T. Graf, T. Seidler, A. Schuster, C. Skurk, D. Duerschmied, P. Clemmensen, M. Hennersdorf, S. Fichtlscherer, I. Voigt, M. Seyfarth, S. John, S. Ewen, A. Linke, E. Tigges, P. Nordbeck, L. Bruch, C. Jung, J. Franz, P. Lauten, T. Goslar, H.-J. Feistritzer, J. Poss, E. Kirchhof, T. Ouarrak, S. Schneider, S. Desch, and A. Freund, for the ECLS-SHOCK Investigators* Fecha de Publicación: 05 Octubre 2023 Antecedentes: El soporte vital extracorpóreo (ECLS por sus siglas en inglés) se utiliza cada vez más en el tratamiento del shock cardiogénico relacionado con un infarto, a pesar de la falta de evidencia de su efecto en la mortalidad. Métodos: En este ensayo multicéntrico, los pacientes con infarto agudo al miocardio complicado por shock cardiogénico, a quienes se les había planificado una revascularización temprana, fueron asignados al azar para recibir un tratamiento temprano con ECLS más el tratamiento médico habitual (grupo ECLS) o el tratamiento médico habitual por sí solo (grupo de control). El resultado principal fue la mortalidad por cualquier causa a los 30 días. Los resultados de seguridad incluyeron sangrado, accidente cerebrovascular y complicaciones vasculares periféricas que justificaran la terapia intervencionista o quirúrgica. Resultados: Un total de 420 pacientes fueron sometidos a aleatorización, y 417 pacientes fueron incluidos en los análisis finales. A los 30 días, se produjo la muerte por cualquier causa en 100 de 209 pacientes (47,8%) en el grupo ECLS, y en 102 de 208 pacientes (49,0%) en el grupo de control (riesgo relativo, 0,98; intervalo de confianza del 95% [IC], 0,80 a 1,19; P = 0,81). La duración media de la ventilación mecánica fue de 7 días (rango intercuartílico, 4 a 12) en el grupo ECLS y 5 días (rango intercuartílico, 3 a 9) en el grupo de control (diferencia media, 1 día; IC del 95%, 0 a 2). El resultado de seguridad consistente en sangrado moderado o grave tuvo ocurrencia en el 23,4% de los pacientes en el grupo ECLS y en el 9,6% de los del grupo de control (riesgo relativo, 2,44; IC del 95%, 1,50 a 3,95); las complicaciones vasculares periféricas que requerían intervención ocurrieron en el 11,0% y el 3,8%, respectivamente (riesgo relativo, 2,86; IC del 95%, 1,31 a 6,25). Conclusiones: En pacientes con infarto agudo al miocardio complicado por shock cardiogénico y con revascularización temprana planificada, el seguimiento del riesgo de muerte por cualquier causa a los 30 días no fue menor entre los pacientes que recibieron terapia con ECLS con respecto a aquellos que recibieron solo tratamiento médico. (Financiado por la Fundación Else Kröner Fresenius y otros; Número de registro en ClinicalTrials.gov del estudio ECLS-SHOCK, NCT03637205). Soporte Vital Extracorpóreo en el Shock Cardiogénico Relacionado con Infarto El shock cardiogénico se desarrolla en hasta un 10% de los pacientes hospitalizados con infarto agudo al miocardio y es la principal causa de muerte entre estos pacientes. El tratamiento se limita a la revascularización inmediata de la lesión culpable para mejorar los resultados. Sin embargo, la mortalidad sigue siendo alta, con porcentajes del 40 al 50% en los primeros 30 días. Los esfuerzos continuos para mejorar los resultados han llevado a un aumento en el uso de soporte circulatorio mecánico activo para lograr la estabilización hemodinámica en casos de shock grave. En particular, la frecuencia de uso de la oxigenación con membrana extracorpórea veno- arterial, también llamada soporte vital extracorpóreo (Extra Corporeal Life Support o ECLS), ha aumentado más de diez veces en los últimos 10 años. El ECLS permite un soporte circulatorio y respiratorio completo, una característica que lo diferencia de otras técnicas de bypass. Su uso ha sido facilitado por el desarrollo de sistemas más pequeños y fáciles de usar, así como también técnicas de canulación percutánea no quirúrgica y cierre vascular. Sin embargo, la evidencia disponible para el uso del ECLS en el shock cardiogénico resultante de un infarto agudo al miocardio se ha limitado a estudios observacionales y tres pequeños ensayos clínicos aleatorizados. Los posibles beneficios del soporte hemodinámico pueden ser superados por un considerable riesgo de complicaciones locales y sistémicas asociadas al dispositivo, que incluyen sangrado, accidente cerebrovascular, isquemia de extremidades y hemólisis. Llevamos a cabo el ensayo ECLS-SHOCK para probar la hipótesis de que el tratamiento rutinario temprano con ECLS, en comparación con el tratamiento médico convencional por sí solo, resultaría en una mejor supervivencia en pacientes con infarto agudo de miocardio complicado por shock cardiogénico para quienes se había planificado una revascularización temprana. Métodos Diseño y Supervisión del Estudio Realizamos este estudio en dos países europeos (Alemania y Eslovenia) iniciado por los investigadores, aleatorizado, multicéntrico y abierto. El objetivo principal fue determinar si los pacientes con infarto agudo de miocardio complicado por shock cardiogénico (definido como etapa C, D o E según los criterios de la Sociedad para Angiografía e Intervenciones Cardiovasculares [SCAI]) con revascularización planificada se beneficiarían de la aplicación temprana y no selectiva de ECLS además del tratamiento médico convencional en comparación con el tratamiento médico convencional por sí solo. El diseño del ensayo clínico se publicó previamente. El ensayo fue respaldado por la Fundación Else Kröner Fresenius, la Fundación Alemana de Investigación Cardíaca y el Instituto de Salud Helios (anteriormente conocido como Instituto del Corazón de Leipzig). El protocolo del ensayo fue aprobado por el comité de ética de cada sitio participante. El ensayo fue diseñado por el primer autor y posteriormente modificado por el comité directivo. Un comité de supervisión de datos y seguridad revisó los aspectos de seguridad del ensayo, y un comité de eventos clínicos evaluó los criterios de valoración clínicos. Los primeros dos y últimos dos autores escribieron el primer borrador del manuscrito y después de ser modificado por los demás autores, todos estuvieron de acuerdo en presentarlo para su publicación. El comité directivo garantiza la precisión y la integridad de los datos y la fidelidad del ensayo al protocolo. Pacientes Los pacientes de entre 18 y 80 años con infarto agudo al miocardio complicado por shock cardiogénico y revascularización temprana planificada mediante intervención coronaria percutánea (PCI por sus siglas en inglés) o derivación aortocoronaria con injerto (CABG por sus siglas en inglés) eran elegibles para la inclusión. El shock cardiogénico se definió como una presión arterial sistólica de menos de 90 mm Hg durante más de 30 minutos o la iniciación de catecolaminas para mantener una presión sistólica de más de 90 mm Hg, un nivel de lactato arterial de más de 3 mmol por litro y signos de perfusión de órganos deteriorada con al menos uno de los siguientes criterios: estado mental alterado, piel y extremidades frías o húmedas, o una producción de orina de menos de 30 ml por hora. Se excluyeron del ensayo a los pacientes que habían sido sometidos a reanimación cardiopulmonar durante más de 45 minutos antes de la aleatorización o que tenían una causa mecánica de shock cardiogénico o una enfermedad grave de las arterias periféricas que impedía la inserción de cánulas del ECLS. Aleatorización y tratamiento Inmediatamente después de la realización de la angiografía coronaria para examinar la anatomía coronaria en pacientes para quienes se planeaba la revascularización, se realizó la aleatorización mediante un sistema basado en la web utilizando bloques que cambiaban al azar y estratificación de acuerdo con el sitio del ensayo. Los pacientes fueron asignados en una proporciónde 1:1 para recibir la implantación del ECLS más el tratamiento médico convencional o el tratamiento médico convencional por sí solo. La estrategia preferida de revascularización fue la PCI, aunque en pacientes que no eran candidatos adecuados para la PCI, se podía realizar una CABG inmediata. En el grupo del ECLS, este fue iniciado durante la cateterización índice, preferiblemente antes de la PCI. Se recomendó encarecidamente el uso de un introductor arterial femoral anterógrado para reducir el riesgo de isquemia de miembros inferiores. El tratamiento recomendado en la UCI se llevó a cabo de acuerdo con las directrices actuales. En el grupo de control, según el protocolo del ensayo, se debía evitar el cambio a ECLS. Sin embargo, en caso de criterios específicos predefinidos para el empeoramiento hemodinámico bajo tratamiento médico, se permitía la terapia de escalada utilizando otros dispositivos como un balón intraaórtico o una bomba de flujo transvalvular micro-axial. Estos criterios incluyeron una inestabilidad hemodinámica grave con riesgo inminente de colapso hemodinámico, un aumento del nivel de lactato arterial de más de 3 mmol por litro durante un período de 6 horas o un aumento del uso de vasopresores en un 50% con respecto al valor inicial para mantener una presión arterial media de más de 65 mm Hg. Resultados Primarios y Secundarios El resultado primario fue la muerte por cualquier causa a los 30 días. Los resultados secundarios clave incluyeron el tiempo hasta la estabilización hemodinámica, la duración de la estancia en la UCI, la insuficiencia renal aguda que justificara la terapia de reemplazo renal, infarto al miocardio recurrente y la readmisión por insuficiencia cardíaca congestiva. Otros resultados secundarios incluyeron el inicio y la duración de la terapia con catecolaminas y el uso y la duración de la ventilación mecánica, junto con un mal resultado neurológico (definido post hoc como una Categoría de Rendimiento Cerebral [CPC en inglés] de puntaje 3 o 4) a los 30 días. (El CPC varía de 1 a 5, con puntuaciones de 3, 4 y 5 que sugieren un mal resultado [discapacidad neurológica grave, estado vegetativo persistente o muerte cerebral]). Para la evaluación de la lesión renal y miocárdica, se obtuvieron mediciones seriales del aclaramiento estimado de creatinina y el nivel de troponina cardíaca de alta sensibilidad. La gravedad de la enfermedad se determinó mediante los niveles de lactato arterial y la evaluación serial del Puntaje de Fisiología Aguda Simplificada II (SAPS II), que mide la gravedad de la enfermedad con puntuaciones que van desde 0 (mejor) hasta 163 (peor). Los resultados de seguridad se definieron como sangrado moderado o grave (tipo 3 a 5 según los criterios del Consorcio de Investigación Académica sobre Sangrado [BARC]), accidente cerebrovascular o embolización sistémica y complicaciones vasculares isquémicas periféricas que justifican una terapia quirúrgica o intervencionista. Análisis Estadístico Basamos el cálculo del tamaño de la muestra en una mortalidad estimada del 35% en el grupo de ECLS y del 49% en el grupo de control utilizando nQuery Advisor 7.0 (Statistical Solutions). El ensayo se diseñó un contraste bilateral y un análisis intermedio después de la finalización del seguimiento a los 30 días de un 50% de los pacientes. Sobre la base de un error global de tipo I del 0.05, calculamos que la inclusión de 394 pacientes proporcionaría un poder del 80% para descartar la hipótesis nula de ninguna diferencia entre los dos grupos de tratamiento a un nivel alfa bilateral de 0.048 para el análisis final. De acuerdo con una estimación del 6% de retiro, se reclutaron un total de 420 pacientes. El análisis principal se llevó a cabo siguiendo el principio de intención de tratar. Se realizaron análisis de sensibilidad en la población por protocolo (casos válidos) y en la población tratada para evaluar la solidez de los datos. Utilizamos la prueba de chi-cuadrado para comparar la incidencia de un evento de resultado primario y calculamos el riesgo relativo con el correspondiente intervalo de confianza del 95%. También calculamos las curvas de Kaplan-Meier para visualizar los eventos acumulativos en los dos grupos del ensayo durante el período de seguimiento de 30 días. Los tamaños de efecto relacionados con los resultados secundarios se presentan en forma de riesgos relativos o estimadores de Hodges-Lehmann, junto con los correspondientes intervalos de confianza del 95% calculados según corresponda. Se llevaron a cabo análisis de subgrupos predefinidos con respecto al sexo, la edad (<65 años vs ≥65 años), la presencia o ausencia de diabetes, la presencia o ausencia de elevación del segmento ST, infarto al miocardio anterior vs infarto en otra ubicación y el nivel de lactato arterial (3 a 6 mmol por litro vs >6 mmol por litro) al ingreso. Adicionalmente, se realizó un análisis de subgrupos post hoc de reanimación versus no reanimación antes de la aleatorización. Se calculó un gráfico de bosque (forest plot) para el riesgo relativo del resultado primario y los intervalos de confianza del 95% resultantes de comparaciones univariadas entre los grupos de tratamiento para estos subgrupos. Las amplitudes de todos los intervalos de confianza del 95% no se han ajustado por multiplicidad y no deben utilizarse en lugar de pruebas de hipótesis. Todos los análisis estadísticos se realizaron utilizando el software de análisis estadístico, versión 9.4 (SAS Institute). Resultados Pacientes Desde junio de 2019 y hasta noviembre de 2022, se evaluaron un total de 877 pacientes en 44 centros en Alemania y Eslovenia. Posteriormente, 420 pacientes fueron inscritos en el ensayo. Tras la exclusión de 3 pacientes (2 en el grupo de ECLS y 1 en el grupo de control) que no dieron su consentimiento, 209 pacientes en el grupo de ECLS y 208 en el grupo de control fueron incluidos en los análisis finales. Las características de los pacientes estaban equilibradas entre los grupos de tratamiento en los valores iniciales. La mediana de edad fue de 63 años (rango intercuartil, 56 a 70) con predominio de hombres (81.3%). Dos tercios de los pacientes presentaron un infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST, y la arteria descendente anterior izquierda fue el sitio de infarto más común (en el 47.6%). Aproximadamente dos tercios de los pacientes tenían enfermedad coronaria de múltiples vasos. Un total de 77.7% de los pacientes se sometió a resucitación cardiopulmonar antes de la aleatorización. La mediana del nivel de lactato antes de la revascularización fue de 6.9 mmol por litro (rango intercuartil, 4.6 a 9.9). Procedimientos y Tratamiento Las características de los procedimientos y los detalles sobre el tratamiento se proporcionan en la Tabla 2. La revascularización se realizó principalmente mediante PCI en la mayoría de los pacientes (96.6%). Los detalles sobre la terapia anticoagulante y antiplaquetaria durante y después de la PCI, así como la medicación cardiovascular hasta el alta, se proporcionan en las Tablas S1 a S3. En el grupo de ECLS, el tratamiento con ECLS se inició durante la angiografía índice en 192 pacientes (91.9%), con una equilibrada tasa de inserción antes o durante la revascularización o después de la revascularización. El ECLS no se inició en 17 pacientes del grupo de ECLS (8.1%), incluyendo a 4 pacientes que fallecieron antes de la iniciación. El ECLS se inició en 26 pacientes del grupo de control (12.5%), incluyendo a 22 pacientes dentro de las 24 horas posteriores a la aleatorización y 4 pacientes después de ese periodo. La mediana de la duración de la terapia de ECLS en el grupo de ECLS fue de 2.7 días (rango intercuartil, 1.5 a 4.8). La implementación de al menos una estrategia de descarga del ventrículo izquierdo se informó en el 5.8% de los pacientes del grupo de ECLS. La necesidad general de terapia con catecolaminas estaba bien equilibrada entre los grupos. La dobutamina se administró con más frecuencia en el grupo de ECLS.Un total de 28 pacientes (15.4%) en el grupo de control recibieron soporte circulatorio mecánico distinto de ECLS, principalmente con el uso de un dispositivo microaxial transvalvular. De estos pacientes, 2 no cumplían los criterios predefinidos de escalada para el uso de soporte circulatorio mecánico. Resultados primarios y secundarios. La muerte por cualquier causa a los 30 días (el resultado primario) ocurrió en 100 de 209 pacientes (47.8%) en el grupo de ECLS y en 102 de 208 pacientes (49.0%) en el grupo de control (riesgo relativo, 0.98; intervalo de confianza del 95% [IC], 0.80 a 1.19; P = 0.81). Los resultados de los análisis de sensibilidad en la población por protocolo y la población tratada fueron similares a los hallazgos en el análisis primario. Los análisis predefinidos y post hoc mostraron resultados en todos los subgrupos que fueron consistentes con los del análisis principal. Un análisis post hoc adicional mostró resultados de mortalidad similares independientemente del número de pacientes inscritos en el estudio en cada centro, con una incidencia de muerte del 50.9% en centros que inscribieron menos de 5 pacientes y del 48.1% en aquellos que inscribieron 5 pacientes o más (riesgo relativo, 1.02; IC del 95%, 0.94 a 1.09). No se observó una diferencia significativa entre los grupos de tratamiento en cuanto a la duración de la terapia con catecolaminas y el tiempo hasta la estabilización hemodinámica. Seguridad Se produjo sangrado moderado o grave en el 23.4% de los pacientes en el grupo de ECLS y en el 9.6% de los del grupo de control (riesgo relativo, 2.44; IC del 95%, 1.50 a 3.95); las complicaciones vasculares periféricas que requerían intervención ocurrieron en el 11.0% y el 3.8%, respectivamente (riesgo relativo, 2.86; IC del 95%, 1.31 a 6.25). La frecuencia de accidente cerebrovascular o embolización sistémica fue del 3.8% en el grupo de ECLS y del 2.9% en el grupo de control (riesgo relativo, 1.33; IC del 95%, 0.47 a 3.76). Discusión En nuestro ensayo multicéntrico y aleatorizado, encontramos que el uso temprano rutinario de ECLS no fue superior a la terapia médica convencional por sí sola, en lo que respecta a la muerte por cualquier causa a los 30 días en pacientes con infarto agudo al miocardio complicado por shock cardiogénico, para quienes se había planeado una revascularización temprana. El ECLS estuvo asociado con más complicaciones, en particular sangrado y eventos vasculares periféricos. El intento de lograr la estabilización hemodinámica en pacientes con shock cardiogénico relacionado con el infarto severo o de rápido deterioro, es la indicación más común para iniciar la terapia con ECLS. El uso de ECLS y otras técnicas de soporte circulatorio mecánico aumentó sustancialmente cuando los sistemas percutáneos se volvieron ampliamente disponibles y también, después de que los estudios demostraron la falta de beneficio en la supervivencia del balón intraaórtico como estándar previo de soporte hemodinámico. Sobre la base de hallazgos de estudios observacionales, las directrices internacionales actuales y las declaraciones científicas respaldan una estrategia de soporte circulatorio mecánico, aunque basada en niveles de evidencia débiles. Nuestro ensayo tenía como objetivo incluir solo a pacientes con shock cardiogénico más avanzado (niveles de lactato requeridos, >3 mmol por litro) porque se pensaba que estos pacientes tenían mayores probabilidades de beneficiarse del soporte hemodinámico extracorpóreo. La inscripción de estos pacientes probablemente explica la mortalidad general aumentada en los dos grupos del ensayo en comparación con ensayos previos que involucraban a una población similar. Hasta ahora, tres ensayos aleatorizados que han evaluado el efecto del ECLS en pacientes con shock cardiogénico han mostrado resultados consistentes con nuestros hallazgos. El primer estudio, muy pequeño, no mostró efecto en la fracción de eyección del ventrículo izquierdo a los 30 días en pacientes con shock cardiogénico relacionado con el infarto. En el segundo y ligeramente más grande, que involucró a 122 pacientes, los investigadores no encontraron diferencias en un resultado compuesto que incluía muerte por cualquier causa, paro circulatorio después de la reanimación o el uso de un dispositivo de asistencia mecánica, incluido el ECLS, en pacientes con shock cardiogénico grave o deteriorante, independientemente de si el infarto agudo al miocardio fue el desencadenante, y no se observaron diferencias en la mortalidad. El tercer ensayo se detuvo temprano debido a la inscripción lenta después de que solo 35 de los 428 pacientes planeados hubieran sido aleatorizados, lo que impidió llegar a conclusiones significativas sobre la mortalidad. Las razones para la falta de beneficio del ECLS en el shock cardiogénico pueden ser multifactoriales. En primer lugar, el riesgo y las complicaciones asociadas al dispositivo pueden contrarrestar cualquier beneficio potencial. En nuestro ensayo, los episodios de sangrado importante fueron considerablemente más frecuentes en el grupo de ECLS que en el grupo de control, y es bien sabido que el sangrado tiene un efecto negativo importante en el resultado en los síndromes coronarios agudos y el shock cardiogénico. Además, las complicaciones isquémicas periféricas que requirieron intervención ocurrieron con más frecuencia en el grupo de ECLS que en el grupo de control. La incidencia tanto de sangrado importante como de complicaciones isquémicas periféricas fue consistente con la incidencia reportada en la literatura. Por lo tanto, a pesar de los esfuerzos continuos para reducir el riesgo de complicaciones a través de innovaciones como el uso de cánulas más pequeñas y una menor necesidad de anticoagulación, estas complicaciones seguirán siendo un problema clínicamente relevante. Una duración más larga de la ventilación mecánica, como se observó en el grupo de ECLS en nuestro ensayo, podría igualmente alterar los resultados. Además, la inserción periférica de ECLS se asocia con un aumento de la poscarga ventricular izquierda debido al flujo aórtico retrógrado. Por lo tanto, se han desarrollado diferentes estrategias de alivio de la carga ventricular izquierda. Estudios recientes no aleatorizados han indicado un beneficio potencial para los dispositivos de alivio concomitante en comparación con el ECLS por sí solo, pero han sugerido una mayor frecuencia de complicaciones como sangrado, hemólisis y complicaciones vasculares. En nuestro ensayo, aunque los signos establecidos de insuficiencia ventricular izquierda progresiva estaban predefinidos en el protocolo como una indicación para descarga ventricular izquierda, la tasa de descarga del 5.8% fue relativamente baja en comparación con las tasas en estudios observacionales y pequeños estudios prospectivos. Se necesitan ensayos aleatorizados para evaluar si la descarga afecta los resultados en el tratamiento con ECLS. Una mayor frecuencia de uso de dobutamina, como se observó en el grupo de ECLS, potencialmente sugiere un aumento en la poscarga ventricular izquierda, lo que se asocia de manera aditiva con preocupaciones sobre un aumento en el consumo de oxígeno y los efectos adversos relacionados. Otra posible razón para la falta de beneficio del ECLS en nuestro ensayo podría ser que los pacientes tuvieron resultados pobres que no estaban relacionados principalmente con la falla circulatoria. Debido a los criterios de inclusión, nuestro ensayo tenía como objetivo incluir predominantemente a pacientes con etapas C a E de shock según la SCAI, por lo que más pacientes habían sido sometidos a resucitación cardiopulmonar antes de la aleatorización en comparación con ensayos previos. Una alta incidencia de resucitación con el riesgo competitivo de lesiones cerebrales puede disminuir la posibilidad de que el ECLS influya positivamente en el pronóstico. El debate continúa acerca de la exclusión de los pacientes que han sido sometidos a resucitación de la inscripción en ensayos aleatorizadosque involucran shock cardiogénico. Sin embargo, tal exclusión limitaría la generalización de los resultados del ensayo. Los pacientes que habían sido sometidos a resucitación tenían una supervivencia (>50%) similar a la de aquellos que no habían sido sometidos a resucitación, y los análisis de subgrupos no sugirieron diferencias en los resultados entre los dos grupos de tratamiento. El shock cardiogénico refractario fue la principal causa de muerte en más de la mitad de los pacientes en ambos grupos, mientras que la muerte después de una lesión cerebral se informó en aproximadamente una cuarta parte. En el contexto de las lesiones cerebrales, se informó de una menor frecuencia de manejo de la temperatura objetivo en el grupo de ECLS en comparación con el grupo de control. Sin embargo, dado que el propio sistema de ECLS podría haberse utilizado para el control de la temperatura o la prevención de la fiebre, es posible que esas medidas en ese grupo hayan sido subestimadas. Nuestro ensayo tiene varias limitaciones. En primer lugar, no fue posible realizar un enmascaramiento de la intervención. Este factor podría haber influido en las decisiones terapéuticas de los médicos tratantes. En segundo lugar, un total de 39 pacientes cambiaron de su grupo asignado al otro grupo. En 7 pacientes, este cambio ocurrió después de un paro cardíaco refractario en el grupo de control para el cual el ECLS era la única técnica disponible para restablecer la circulación. Por lo tanto, el uso de ECLS en estas situaciones fue razonable. Los pacientes con shock cardiogénico después de un infarto agudo de miocardio suelen ser heterogéneos en cuanto a su presentación y curso clínico. Por lo tanto, el ECLS podría haber sido beneficioso solo en ciertos subgrupos, incluso si no hubo señales de ello en los análisis de subgrupos predefinidos y post hoc. Finalmente, para permitir la generalización, se incluyeron centros con volúmenes medios y altos de uso de ECLS. Teóricamente, la experiencia en la operación del dispositivo podría influir en los resultados. Sin embargo, el análisis post hoc actual de los volúmenes de pacientes según el centro y los datos observacionales no respaldan un efecto del volumen de pacientes en la mortalidad entre aquellos que recibieron terapia de ECLS. En pacientes con infarto agudo de miocardio complicado por shock cardiogénico y revascularización, la incidencia de muerte por cualquier causa a los 30 días no fue menor entre los pacientes que recibieron ECLS temprano y no selectivo en comparación con aquellos que recibieron el tratamiento médico por sí solo.
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