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561Transición menopáusica CA P ÍTU LO 2 1 Se sabe que los estrógenos modulan a los receptores adrenérgi- cos en numerosos tejidos. Freedman et al. (2001) observaron que los receptores adrenérgicos α2 hipotalámicos disminuyen con el descenso de los estrógenos por la menopausia; demostraron que la disminución de los receptores adrenérgicos α2 presinápticos pro- voca elevación de la noradrenalina, lo cual genera de esta manera síntomas vasomotores. Serotonina. También es conocida como 5-hidroxitriptamina (5-HT, 5-hydroxytryptamine); la serotonina es otro neurotrans- misor que tal vez participa en la fi siopatología de los bochornos (Slopien, 2003). Las fl uctuaciones en las concentraciones de estró- genos pueden aumentar la sensibilidad del receptor hipotalámico 5-HT2A a la serotonina. De manera específi ca, el retiro de estróge- nos se acompaña de un decremento de la concentración de seroto- nina en sangre, seguido de aumento de los receptores de serotonina en el hipotálamo. Se demostró que la activación de ciertos recep- tores serotoninérgicos media la pérdida de calor (Gonzales, 1993). Sin embargo, la participación de la serotonina en las vías regula- doras centrales es compleja puesto que la unión en ciertos recepto- res serotoninérgicos causa retroalimentación negativa sobre otros tipos de receptores serotoninérgicos (Bachmann, 2005). Por con- siguiente, el efecto de un cambio en la actividad de la serotonina depende del tipo de receptor activado. En resumen, estos y otros estudios sugieren que la reducción y los cambios importantes en las concentraciones de estradiol pro- vocan disminución de los receptores adrenérgicos α2 presinápticos y aumento en la liberación de noradrenalina y serotonina hipo- talámicas. La noradrenalina y la serotonina reducen el punto de programación del núcleo termorregulador y desencadenan los mecanismos para perder calor al provocar cambios leves en la tem- peratura central del cuerpo. Sueño deficiente y fatiga Las mujeres con bochornos a menudo se quejan de sueño defi ciente. Algunas se despiertan varias veces durante la noche empapadas en sudor. Este trastorno provoca fatiga, irritabilidad, síntomas depre- sivos, disfunción cognitiva y deterioro del funcionamiento diario. Ya se ha estudiado la relación entre los bochornos y el sueño defi ciente (cuadro 21-2). Hollander et al. (2001) estudiaron a un grupo de mujeres al fi nal de la vida fértil y hallaron que aquellas con mayor número de bochornos era más probable que mani- festaran un sueño defi ciente en comparación con las que tenían menos síntomas vasomotores. Kravitz et al. (2003) hallaron que la prevalencia de alteraciones del sueño fue de 32 a 40% en la transición menopáusica temprana y de 38 a 46% en la transición menopáusica tardía. Muchas mujeres presentan sensaciones prolongadas de fatiga, agotamiento y falta de energía durante la transición menopáusica. La fatiga quizás es resultado de la diaforesis nocturna y el sueño defi ciente, pero también existe la posibilidad de que sea un factor de riesgo independiente que aún se debe identifi car. Durante la transición menopáusica es de gran utilidad proporcionar informa- ción apropiada (cuadro 21-3). Factores de riesgo para los síntomas vasomotores Diversos factores de riesgo se han vinculado con mayor probabi- lidad de padecer bochornos, incluida la menopausia quirúrgica, la raza o el grupo étnico, la masa corporal y el tabaquismo. En la menopausia quirúrgica, el riesgo de padecer bochornos durante el 15 latidos por minuto más o menos al mismo tiempo que la vaso- dilatación periférica y la diaforesis. Tanto la frecuencia cardiaca como el riego cutáneo alcanzan su punto máximo en los primeros 3 min de iniciado el bochorno. Al mismo tiempo que se incremen- tan la diaforesis y la vasodilatación periférica, lo hace el metabo- lismo de forma considerable. En ocasiones, también se observan palpitaciones, ansiedad, irritabilidad y pánico. Entre 5 y 9 min después de iniciado el bochorno, la tempera- tura central desciende de 0.1 a 0.9°C gracias a que se pierde calor con la transpiración y la vasodilatación periférica (Molnar, 1981). Si la pérdida de calor y la diaforesis son considerables, las mujeres sienten escalofríos. La temperatura de la piel se normaliza de forma gradual, pero algunas veces tarda 30 min o más. Fisiopatología de los síntomas vasomotores No obstante la prevalencia y el efecto de los bochornos, todavía no se conoce bien la fi siopatología de los síntomas vasomotores (Bachmann, 2005). Quizá cierta disfunción de los centros termo- reguladores centrales del hipotálamo provoca este síntoma tan común. El área preóptica medial del hipotálamo contiene al núcleo termorregulador encargado de la transpiración y la vasodilatación, que constituyen los mecanismos principales para perder calor en el ser humano. Si se expone a cambios en la temperatura, este núcleo activa tales mecanismos para disipar el calor. De esta manera se mantiene la temperatura central dentro de ciertos límites, llamada zona termorreguladora. Estrógenos. Los estrógenos tienen una función muy importante en los bochornos (fig. 21-6). Pese a que no existe una correlación clara entre ambos, se sospecha de supresión o fl uctuaciones rápi- das en la concentración de dichas hormonas en lugar de una con- centración reducida (Erlik, 1982; Overlie, 2002). Esta hipótesis se sustenta en el hecho de que una mujer con disgenesia gonadal (síndrome de Turner), que carece de una concentración normal de estrógenos, no padece bochornos hasta que tiene contacto por primera vez con los estrógenos y luego se le retiran. Neurotransmisores. La supresión de estrógenos participa clara- mente en los bochornos, pero la investigación más reciente demues- tra que también intervienen otros factores (Bachmann, 2005). Por ejemplo, Freedman et al. (1998, 2001) establecieron la hipótesis de que quizá ciertos cambios en la concentración de neurotrans- misores contribuyen a los bochornos. Estas concentraciones altera- das de neurotransmisores crean una nueva zona termorreguladora estrecha y reducen el umbral diaforético. Así, incluso un cambio sutil en la temperatura central desencadena los mecanismos para perder calor. Los cambios en las concentraciones de endorfi nas β y otros neurotransmisores afectan el centro termorregulador en el hipotálamo y hacen a algunas mujeres más propensas a los bochor- nos (Pinkerton, 2009). Noradrenalina. Se cree que ésta es el neurotransmisor principal para reducir el punto termorregulador y desencadenar los meca- nismos para perder calor que acompaña a los bochornos (Rapkin, 2007). Antes y después de un bochorno, se eleva la concentración plasmática de los metabolitos de la noradrenalina. Además, en varios estudios se ha demostrado que las inyecciones de noradre- nalina aumentan la temperatura central e inducen una respuesta para perder calor (Freedman, 1990). Por el contrario, los fármacos que disminuyen la concentración de noradrenalina reducen los sín- tomas vasomotores (Laufer, 1982). 21_Chapter_21_Hoffman_4R.indd 56121_Chapter_21_Hoffman_4R.indd 561 06/09/13 21:2406/09/13 21:24
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