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595La mujer de edad madura CA P ÍTU LO 2 2 ratas puedan aplicarse en el ser humano. Sin embargo, en Estados Unidos se ha incluido un aviso especial en la etiqueta del producto, que éste debe evitarse en pacientes con riesgo de padecer cáncer óseo. Tampoco se recomienda administrarlo durante más de dos años por sus posibles efectos secundarios (Tashjian, 2002). La teri- paratida es costosa, pero el alendronato ingerido cada semana tiene bajo costo en su presentación genérica y este último factor posi- blemente sea decisivo para elegir la forma de usar dichos fármacos en la clínica. Se estudiaron o están en fase de investigación otros anabólicos para utilizar en el tratamiento de la osteoporosis e incluyen el fac- tor de crecimiento similar a la insulina 1; el ranelato de estroncio; los antagonistas del receptor sensible al calcio, que alteran la libe- ración de PTH y la modulación de la vía de señales Wnt que con- trola la diferenciación de los osteoblastos (Rachner, 2011). Está en fase de investigación la PTH de estructura completa (PTH 1-84) (Greenspan, 2007). Tratamiento no farmacológico Las acciones no farmacológicas son muy importantes para prevenir la osteoporosis y comprenden modifi caciones en la alimentación, programas de ejercicio, estrategias para prevenir caídas y educación. Calcio. Para conservar el hueso es indispensable consumir sufi - ciente calcio diariamente. Para las mujeres de 31 a 50 años de edad, el consumo alimenticio de referencia (DRI, dietary reference intake) es de 1 000 mg/día y la de 51 años y más es de 1 200 mg (Institute of Medicine, 2010). Muy pocas mujeres cumplen con estos objeti- vos, de manera que la defi ciencia está muy extendida. Por ejemplo, más de 90% de las mujeres no consume sufi ciente calcio en la alimentación para cubrir los requisitos establecidos por el Food and Nutrition Board del Institute of Medicine. Si bien el consumo de calcio es insufi ciente en todas las edades, predomina en las mujeres mayores. De manera específi ca, menos de 1% de las mujeres de 71 años y más satisface sus necesidades diarias de dicho mineral. En diversos estudios prospectivos, se ha demostrado que los complementos de calcio combinados con vitamina D reducen la pérdida de hueso y el riesgo de fracturarse (Chapuy, 1992; Dawson-Hughes, 1997; Larsen, 2004). Sin embargo, los comple- mentos se deben administrar de manera continua y prolongada para que su efi cacia sea sostenida. Vitamina D. El DRI de la vitamina D es de 600 UI al día en pos- menopáusicas no expuestas a gran riesgo de fracturas o de caídas y de 800 UI al día en personas que tienen un riesgo muy grande de osteoporosis o que tienen más de 70 años de vida (Institute of Medicine, 2010). Al igual que con el calcio, la prevalencia de defi ciencia de vitamina D es elevada, especialmente en las mujeres de edad avanzada. Esto genera una absorción defi ciente de calcio, hiperparatiroidismo secundario, mayor recambio óseo, aumento del índice de pérdida de hueso y, si la defi ciencia es grave, mine- ralización ósea defi ciente. Además, la defi ciencia de vitamina D provoca debilidad muscular y se acompaña de una mayor tasa de caídas. La hipovitaminosis D se defi ne como la concentración sérica de 25-hidroxivitamina D por debajo de 10 ng/ml, en tanto que la “insufi ciencia” de dicha vitamina se caracteriza por la con- centración sérica de la misma sustancia de 10 a 30 ng/ml. Se con- sidera que el metabolito 25-hidroxivitamina D es el mejor índice clínico de las reservas de la vitamina D (Rosen, 2011). razón, se administra en forma de inyección o aerosol nasal (cuadro 22-5). En posmenopáusicas con osteoporosis, se ha observado una reducción del riesgo de padecer fracturas vertebrales con el aerosol nasal con calcitonina de salmón. En el estudio llamado Prevent Recurrence of Osteoporotic Fractures (PROOF) se administraron diariamente 200 UI de calcitonina en aerosol nasal hasta por cinco años, con lo cual se redujo el riesgo de padecer fracturas vertebrales en 33% más que con placebo. No obstante, esta reducción del riesgo no se observó cuando se usaron dosis menores (100 UI dia- rias) o mayores (400 UI diarias) (Chesnut, 2000). Además, en este estudio no se observó que la calcitonina disminuyera de manera considerable las fracturas que no fueran vertebrales. Algunos resultados de observación sugieren que la calcito- nina posee un efecto analgésico independiente de su acción ósea (Hauselmann, 2003; Ofl uoglu, 2007). Este efecto analgésico la convierte en un fármaco de gran utilidad combinado con otros tratamientos para la osteoporosis en las mujeres con fracturas dolorosas y sintomáticas (Blau, 2003). La calcitonina inyectable o intranasal tiene una frecuencia de 8 a 10% de aparición de náusea o molestias gástricas y una frecuencia de 10% de reacciones locales. La intensidad de estos síntomas tiende a disminuir con el uso con- tinuo. Cerca de 3% de las pacientes que reciben calcitonina intra- nasal manifi esta síntomas nasales, como rinitis (Cranney, 2002). Hormona paratiroidea La hormona paratiroidea recombinante (PTH 1-34), conocida como teriparatida, se administra por inyección subcutánea y ha sido aprobada por la FDA para el tratamiento de las mujeres pos- menopáusicas con osteoporosis establecidas que además tienen un riesgo elevado de fracturarse. La teriparatida incrementa el número y la actividad de los osteoblastos al reclutar células nuevas y reducir la apoptosis de los osteoblastos diferenciados. Cuando se adminis- tran diariamente dosis reducidas de teriparatida, predominan los efectos anabólicos de la PTH. Por el contrario, la administración de dosis elevadas durante un tiempo prolongado provoca el predo- minio de sus efectos catabólicos. Los estudios clínicos indican que la teriparatida aumenta la calidad ósea al incrementar la densidad, el recambio y el tamaño del hueso (Rubin, 2002). Además, se observa cierta mejoría de los elementos de la microestructura por las regiones tanto esponjosa como cortical. En las mujeres con osteoporosis posmenopáusica, la administración diaria de 20 y 40 μg de teriparatida durante 21 meses redujo 65 y 69% las fracturas vertebrales y 35 y 40% las fracturas no vertebrales, respectivamente (Neer, 2001). En un estudio de 52 mujeres que recibieron teriparatida y HT o únicamente HT, los resultados fueron similares (Lindsay, 1997). En este estudio, al fi nal de tres años, el incremento de la BMD de columna vertebral, cadera y cuerpo total fue de 13.4, 4.4 y 3.7%, respectivamente, en el grupo que recibió tratamiento combinado. No obstante, la adición de alendronato a teriparatida no aumenta sus efectos sobre la BMD (Gasser, 2000). Se desconocen los efectos de la administración combinada de PTH con otros bisfosfonatos. En general, la PTH es bastante segura y bien tolerada, aunque todavía se necesitan más resultados de los estudios a largo plazo. Los principales efectos adversos del tratamiento en los estudios clínicos con teriparatida han sido mareos, calambres en las extre- midades inferiores, náusea y cefalea. Los estudios sobre efectos secundarios en ratas demuestran que aumenta el riesgo de osteo- sarcoma, pero el metabolismo óseo es muy distinto en ratas y seres humanos y es muy poco probable que los resultados observados en 22_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 59522_Chapter_22_Hoffman_4R.indd 595 06/09/13 21:2806/09/13 21:28
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