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1 10/07/2023 ÁFRICA: UN CONTINENTE DE OPORTUNIDADES PARA COLOMBIA Por: CN(R) Samuel Rivera Páez, Ph.D.1 Resumen. La visita de la Vicepresidente de Colombia a tres países africanos durante el mes de mayo de 2023 ha generado algunas reacciones a favor y en contra frente a los objetivos del viaje en sí y frente a la forma de direccionar las relaciones entre el país y los países de ese continente. Este análisis de coyuntura se centra en revisar asuntos estratégicos y de interés para Colombia que deberían ser tenidos en cuenta por las autoridades colombianas a la hora de proponer la agenda de cooperación con ese continente. En particular, la competencia estratégica entre potencias que se experimenta de forma importante en ese continente, la cooperación Sur-Sur y la cooperación triangular, así como los fenómenos delictivos ligados a los ambientes marítimos y los aspectos económicos, deben ser temas que se consideren de manera especial. Palabras clave: África, Colombia, Competencia entre Potencias, Cooperación Sur-Sur, Cooperación Triangular. Consideraciones Iniciales: África el continente del siglo XXI Como lo señalan múltiples fuentes, África es el continente del siglo XXI (World Bank, 2000; Coulibaly, 2020; The Economist, 2023). En la actualidad, es el continente con mayor crecimiento de población. Para el 2016, el continente contaba con una población cercana a los 1,2 billones de personas. Para el 2050 se espera que esa cantidad se dupliqué y la población africana pase a conformar el 25% de la población mundial. Con una particularidad muy especial, según Planete Energies (2016), 40% de los niños menores de 5 años, para esa fecha, habitarán en ese continente. De igual forma, África es un continente reconocido por su riqueza en recursos naturales, como minerales, petróleo, gas y tierras cultivables. Estos recursos ofrecen oportunidades para el desarrollo económico, las inversiones extranjeras y las asociaciones comerciales (IEA, 2022; CFC33, 2023). Producto de esto, Muchos países africanos han experimentado un rápido crecimiento económico en los últimos años. Sectores como las telecomunicaciones, la banca, la agricultura y la industria manufacturera han experimentado avances significativos. Este potencial de crecimiento atrae a los inversores extranjeros y estimula el espíritu empresarial (Sergeant, J.L & Falomi, F.I., 2022). De igual 1 Asesor de la Escuela de Altos Estudios Estratégicos Nueva Granada (ESAENG). Este documento forma parte de la serie “Análisis Coyunturales” de la ESAENG. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de su autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de la Universidad Militar Nueva Granada. Universidad Militar Nueva Granada ESCUELA DE ALTOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOS NUEVA GRANDA ESAENG 2 forma, se ve reflejado en un rápido ritmo de urbanización, que se traduce en un aumento de las inversiones en infraestructuras. El desarrollo de las ciudades y la mejora de las redes de transporte crean oportunidades para mejorar la conectividad, el comercio y el desarrollo económico (The Economist, 2023). De otra parte, al igual que Latinoamérica, África posee abundantes recursos energéticos renovables, como la energía solar, eólica, hidráulica y geotérmica. La utilización de estos recursos puede proporcionar soluciones energéticas sostenibles y limpias, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y contribuyendo a los esfuerzos mundiales para mitigar el cambio climático (IEA, 2022). De igual forma, con una gran porción de tierra cultivable, África tiene potencial para convertirse en un productor mundial de alimentos y representa un vasto mercado de consumo sin explotar, con más de mil millones de personas (CFC33, 2023). A medida que crece la clase media, aumenta la demanda de bienes y servicios por parte de los consumidores (OECD, 2022). Por último, para comprender a África en el siglo XXI, es imperativo revisar su proceso de integración y articulación continental. En 2015 la Unión Africana adopto el documento Agenda 2063. El África que queremos (Agenda 2063. The Africa we want) como un plan para el desarrollo y la transformación de África al 2063 (AUC, 2015) . El trasfondo del documento parte del reconocimiento de que África se enfrenta a numerosos retos, como la pobreza, los conflictos, las infraestructuras inadecuadas y el acceso limitado a la educación y la sanidad. Para hacer frente a estos problemas, la Unión Africana se embarcó en una ambiciosa agenda para crear un África próspera, integrada y pacífica. Los principales objetivos esbozados abarcan una serie de ámbitos, como el desarrollo económico, la inclusión social, la buena gobernanza, la paz y la seguridad. Hace hincapié en la necesidad de un crecimiento integrador, la creación de empleo y la diversificación económica para erradicar la pobreza y reducir las desigualdades. El documento también reclama inversiones en educación, sanidad e infraestructuras para garantizar una mano de obra cualificada, la mejora del nivel de vida y el desarrollo sostenible. Un aspecto clave es su perspectiva prospectiva ya que, concibe a África como un continente unido, autosuficiente y con influencia mundial. Subraya la importancia de aprovechar los vastos recursos de África, incluidos su capital humano, su riqueza natural y su diversidad cultural, para impulsar el desarrollo y superar los retos históricos (AUC, 2015). Producto de esta iniciativa, se han desarrollado y fortalecido innumerables iniciativas de integración y articulación que bien vale la pena mencionar. La Unión Africana de Naciones (UA) y su Mecanismo Africano de Evaluación por Pares (APRM por sus siglas en inglés)2 han sido de gran valor para la integración política. La Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA)3 es una iniciativa histórica que pretende crear un mercado único de bienes y servicios en África, con el objetivo de mejorar el comercio intraafricano e impulsar la integración económica. La Universidad Panafricana es una iniciativa de la UA que desde 2016 promueve la enseñanza superior y la investigación en toda África. Ofrece oportunidades para que estudiantes y académicos de distintos países africanos colaboren, intercambien conocimientos y contribuyan al desarrollo del continente. Las Fuerzas Africanas de Reserva 2 APRM Es un programa voluntario a través del cual los países africanos evalúan y revisan sus prácticas de gobernanza. Promueve la rendición de cuentas, la transparencia y la buena gobernanza, fomentando en última instancia la integración política y la estabilidad. 3 Las negociaciones del AfCFTA tuvieron lugar entre 2016 y 2018. Su acuerdo constitutivo se firmó el 21 de marzo de 2018 en Kigali, Ruanda, y entró en vigor el 30 de mayo de 2019, al alcanzarse las 22 ratificaciones (Herreros, 2021). 3 (ASF por su sigla en inglés) han significado una opción militar de estabilización de gran importancia para el continente. La ASF es una fuerza continental de mantenimiento de la paz creada por la UA. Está formada por componentes militares, policiales y civiles de países africanos, listos para ser desplegados en situaciones de crisis para mantener la paz, la seguridad y la estabilidad en la región. Igualmente, hay iniciativas de proyectos de integración en materia de transportes, comunicaciones y energía. Estas iniciativas y proyectos ejemplifican el compromiso de los países africanos con la integración política, económica, social y militar. Su objetivo es reforzar la cooperación, fomentar la unidad y promover el desarrollo y el progreso colectivos del continente africano, algo que debe ser considerado a la hora de entablar relaciones con el continente. Sin embargo, el mundo hoy se enfrenta a una crisis en el sistema internacional que tiene importantes implicaciones para los países africanos y latinoamericanos. Sus economías y seguridad están estrechamenteligadas a la salud y estabilidad del sistema. Una de las principales formas en que la crisis los afecta es a través de su impacto en las relaciones comerciales y económicas. Muchos de estos países dependen en gran medida de las exportaciones a China, Europa y Estados Unidos, y cualquier perturbación de estos mercados puede tener graves consecuencias económicas. Además, el auge del proteccionismo y el nacionalismo en Europa y EE.UU. ha suscitado inquietud sobre el futuro del libre comercio y la cooperación económica, lo que podría tener graves consecuencias (RAND, 2023). En el campo de la seguridad y la estabilidad, el Océano Atlántico es un escenario clave para la seguridad mundial y cualquier perturbación del sistema internacional puede tener graves consecuencias, con el aumento de organizaciones de crimen organizado transnacional operando en la región. También, tiene implicaciones para la gestión y conservación de los recursos naturales (UNODC, 2023). Acuerdo a RAND (2023) respecto a África, a lo largo de los años, Estados Unidos ha mantenido los mismos objetivos generales: apoyar la democracia, la gobernanza y los derechos humanos; promover la paz, la seguridad y la estabilidad; mantener los intereses comerciales, especialmente en el ámbito energético; y apoyar el desarrollo. Por su parte, China le concede gran importancia como apuesta estratégica a largo plazo. En las próximas décadas, Pekín espera que el continente se convierta en uno de los lugares económicamente más dinámicos del planeta y confía tanto en facilitar como en beneficiarse de este ascenso. Por su parte, los intereses de Moscú se basan en la economía, ya que busca asegurar el acceso de las empresas rusas a sectores económicos clave (por ejemplo, energía, recursos minerales, infraestructuras críticas, espacio) y expandirse a nuevos mercados, especialmente a raíz de las sanciones contra Rusia desde la invasión de Crimea en 2014. Rusia también ve en África una oportunidad para potencializar su estatus internacional como potencia, posicionándose incluso en el África del norte como estrategia para presionar el flanco sur de la OTAN. Sin embargo, su papel en la región sigue siendo menos significativo que el de Estados Unidos o China. Por su parte, la Unión Europea, igualmente tiene intereses económicos que hoy están ligados, principalmente, a su seguridad energética, pero también a solucionar las causas raíz que genera la migración masiva de africanos hacia su continente. Dentro de su agenda está interesada en promover la paz y la estabilidad en África apoyando iniciativas regionales y esfuerzos de mantenimiento de la paz; colabora con los países africanos para hacer frente a los efectos del cambio climático y fomentar el desarrollo sostenible, llegando incluso a financiar proyectos de energías renovables y apoyar iniciativas para reducir las emisiones de carbono; y se ha comprometido a abordar los problemas humanitarios en África, como la 4 pobreza, la inseguridad alimentaria y las crisis sanitarias. Esto incluye proporcionar ayuda y financiación a las organizaciones humanitarias y trabajar con los gobiernos africanos para abordar estos problemas. Sin embargo, para mostrar como los intereses económicos no siempre van de la mano de los intereses militares, es interesante como durante este año 2023, mientras Estados Unidos lideró con Nigeria la realización de la décima segunda edición del mayor ejercicio marítimo multinacional de África Occidental y Central, Obangame Express, que contó con la participación de 32 países de los continentes americano, africano y europeo; Suráfrica que no asistió a dicho ejercicio, a pesar de haber sido invitado, lideró la segunda edición de los Ejercicios Navales MOSI con Rusia y China en febrero de este año. Las relaciones de Colombia con el continente africano. Las relaciones entre los países latinoamericanos y los países africanos, salvo contados casos4, han sido, y son en la actualidad, muy limitadas. Colombia no es la excepción, las relaciones del país con los países del continente africano comenzaron formalmente a finales del siglo XX cuándo “se establecieron relaciones diplomáticas con 27 países africanos (Angola, Benin, Botswana, Camerún, Mozambique, Somalia, Uganda y Zimbawe, entre otros), 10 naciones asiáticas y 4 estados de Oceanía” (González-Arana, 2004). Sin embargo, la presencia diplomática de Colombia en el continente se reduce a seis misiones permanentes existentes en el continente (Kenia, Suráfrica, Egipto, Ghana, Marruecos y Argelia) que han sido implementadas en las últimas décadas. Obviamente, por su ubicación y por las dimensiones de tamaño del continente, su cobertura en términos reales es limitada y por ende, las relaciones con muchos de los países con los que se dice tener relación son limitadas y se suscriben a los encuentros de alto nivel que se desarrollen en reuniones internacionales bien sea en las Naciones Unidas u otros organismos multilaterales. A partir de los acuerdos de la Alianza Pacífico, funcionan sedes diplomáticas compartidas en Ghana (entre los cuatro países), Marruecos (Chile y Colombia) y Argelia (Chile y Colombia) ahorrando gastos a todos los países de la Alianza (Cancillería de Colombia, 2014). Es claro, que la política exterior colombiana ha sido dominada por la mirada del país hacía Estados Unidos como su referente principal (Respice Pollum) desde comienzo del siglo XX y a pesar de las iniciativas durante la presidencia de Alfonso López (1974-1978) cuando se implementó de alguna manera una mirada integral hacia los países semejantes (Respice Similia) y posteriormente de Virgilio Barco (1986-1990) cuando se pretendió mirar hacia el mundo (Respice Omnia), la realidad es que las relaciones internacionales colombianas han sido limitadas a los temas de narcotráfico, paz y economía sin explorar importantes regiones del mundo. Las visitas de la Canciller María Angela Holguín a Argelia y Marruecos en octubre de 2013 y de la Vicepresidente de Colombia, Francia Márquez en mayo de 2023 a Etiopia, Kenia y Surafrica, marcan hitos importantes en una mirada más amplia de esas relaciones en el siglo XXI. Mediante la primera, Colombia, impulsó su participación como observador en la Unión Africana y en el foro de cooperación América del Sur-África (ASA), al tiempo que se acercó a la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (NEPAD) y generó lazos para participar en la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) (Cancillería de Colombia, 2013). Por 4 Brasil, es el único país latinoamericano que ha desarrollado desde comienzos del siglo XXI una estrategia integral hacia el continente africano aumentando significativamente las exportaciones (alrededor de 10.000 millones de dólares en 2022) y la presencia diplomática (Embajadas o Consulados permanentes en al menos 37 países) en ese continente. (Fellet, 2011; Munanga, 2018; Freixa, 2021; Fazcomex, 2022). 5 su parte la Vicepresidente Márquez, en el marco de la estrategia África 2022-2026 del Gobierno colombiano, impulso profundizar la relación del país con el continente africano y robustecer la cooperación Sur-Sur. Por ello, en su informe de viaje el pasado 24 de mayo, recalcó en los 17 declaraciones de intención y acuerdos para la cooperación en temas de educación, reconciliación, memoria histórica, comercio, cultura, migración, transporte, de género y turismo, entre otros (Vicepresidencia de Colombia, 2023). Las relaciones económicas de Colombia con el continente africano tampoco son de gran envergadura. Según un reporte producido por ANALDEX (2023), “durante 2022, las ventas de Colombia a este continente sumaron US$1.305 millones, un incremento de 158% frente a 2021, de acuerdo con cifras del DANE”. El 89% de estas exportaciones estuvieron en el sector energético (petróleo y carbón) y ganadero (bovinos en pie) y “los principales compradores de bienes colombianos fueron [sic] Costa de Marfil, Egipto,Marruecos, Sudáfrica, Gabón, Nigeria, Libia, Senegal, Angola y República del Congo”. En este sentido, un potencial de Colombia está en la producción de alimentos. El país cuenta con la materia prima y con productos procesados y de valor agregado que se pueden potencializar en el mercado africano. Esto podría servir para sustituir algunos destinos, como la Unión Europea, toda vez que el aumento en las medidas proteccionistas y las cada vez más estrictas restricciones a las importaciones de productos, bienes y servicios de países fuera de la región, hacen que el país requiera buscar nuevos mercados (ANALDEX, 2023). Otro sector en el que Colombia ha realizado algunos esfuerzos importantes en su relacionamiento con el continente africano es el sector de la seguridad. Desde 2014, Colombia ha participado activamente a través de sus fuerzas militares y de policía en intercambios y reuniones de alto nivel para compartir experiencias en materia de seguridad. El foco principal de este intercambio ha sido, principalmente, el tráfico de sustancias ilegales por vía marítima saliendo del continente americano y teniendo como destino o lugar de paso el continente africano. La estrategia de Colombia ha incluido (i) asistencia y transferencia de conocimientos; (ii) tecnología y experiencias; (iii) formación de funcionarios africanos a través de varios seminarios y (iv) ejercicios militares comunes (Cruz, 2020). La cooperación sur-sur en esta materia ha sido clave para que el país tenga un rol más activo en este intercambio, sin embargo, es mucho lo que se puede recorrer. Como parte de esta estrategia, Colombia, también, participó a través de la Armada Nacional en las operaciones Ocean Shield (OTAN) y Atalanta (Unión Europea). Estas operaciones estuvieron encaminadas a prestar la seguridad en el Cuerno de África en contra de ataques de piratas que atentaban contra las estrategias del plan de alimentos para el continente (ARC, 2015). Reflexiones y recomendaciones frente a la gestión de la política exterior frente al continente Africano Evidentemente, África es un continente de oportunidades para Colombia en el siglo XXI. Todas las consideraciones iniciales sugieren que se pueden profundizar en la relaciones diplomáticas, económicas, políticas, y militares entre el país y los diferentes países del continente africano. Sin embargo, existen varios aspectos que deben ser considerados por las autoridades nacionales, las partes interesadas, y la ciudadanía, en general, al momento de aproximarse al continente africano para el desarrollo de estas oportunidades. En primer lugar, comprender que más allá de las relaciones ancestrales que puedan vincular a Colombia con África, la relación que se debe establecer con el continente africano es una relación de pares basada en las similitudes, diferencias, potencialidades, amenazas comunes, y oportunidades que deben beneficiar a ambas partes en la relación. Tomar como base de la 6 relación las deudas históricas con las poblaciones afrodescendientes que habitan Colombia, es además de un error político, un error cultural y diplomático. El continente africano es hogar de una multiplicidad de etnias que lo hace mega diverso en este aspecto y aún hoy se presentan múltiples fracturas por el origen étnico entre habitantes de algunas regiones. Adicionalmente, las regiones de las cuales fueron extraídos los pobladores que llegaron a América como esclavos eran predominantemente de la región del África occidental razón que limita el argumento a muchas otras regiones con las cuales no hay ninguna conexión explícita. En este aspecto hay que tener mucho cuidado, cómo me lo dijera en una entrevista personal Manuel Zapata Olivella, escritor afroamericano, a mediados del año 1995, “la posición de algunos líderes de los países africanos más afectados con el execrable mercado de esclavos frente la diáspora negra, no es la misma que tenemos en el resto de occidente. Los asuntos de libertad y dignidad se entienden de manera diferente”. Ese aspecto cultural resulta determinante. Un segundo aspecto que hay que tener en cuenta es la diversidad geográfica que comprende al continente africano. En total, se pueden diferenciar hasta seis regiones macro. Cada una de ellas tiene unas características particulares y diferenciales. Si bien, una mirada integral es necesaria, todo parecería indicar que la región a priorizar es toda la costa oeste del continente africano. Ahí, se localizan los países de mayor interés para Colombia: Marruecos, Senegal, Ghana, Nigeria, Angola y Sudáfrica. Ese interés más allá de lo cultural, debe ser predominantemente político, económico y social. Pero también puede ser crucial en asuntos militares y de seguridad. Un tercer aspecto a considerar es que todas las oportunidades mencionadas en la primera sección, han dado paso a qué África se convierta en un continente geopolíticamente relevante. Según un informe del Centro de Pensamiento estadounidense Rand (2023). África, Latinoamérica, y Medio Oriente son las regiones en las que la Competencia Estratégica entre Potencias disputará las guerras subsidiarias del siglo XXI. Éstas guerras, no se caracterizarán por enfrentamientos armados, sino por enfrentamientos comerciales, culturales, políticos y legales. Es vital, entender, en este nuevo relacionamiento con África, que la disputa entre Estados Unidos y China por mantener el orden del sistema, internacional o establecer uno nuevo, tiene enormes repercusiones en los flujos de cooperación y comercio internacionales. Las alianzas que se construyan en las próximas décadas, serán decisivas para la proyección geopolítica colombiana. No se trata solo de alinearse con una potencia en particular, de por medio está la disputa entre apoyar los valores liberales y democráticos de occidente, o alinearse con las posturas pragmáticas y autoritarias, que promueven el caos controlado por parte de China, Rusia y sus aliados. En esto, resulta interesante el papel cada vez más protagónico que tienen los países BRICS liderados por China, a la hora de retar los acuerdos de Bretton Woods y la hegemonía del dólar, como la moneda que rige el intercambio comercial. No se puede pasar por alto, que la región contempla dos de los cinco países BRICS, Brasil y Suráfrica. Aunque estas iniciativas pueden ofrecer algunos beneficios a los países participantes, también poseen un alto potencial de erosión de las reglas y normas existentes que sustentan el sistema internacional. Cuándo se negocia con una “empresa privada china” no se negocia con ella, si no con el Partido Comunista Chino y eso no se puede perder de vista. Un aspecto adicional que también debe ser considerado, es el de la seguridad. América Latina y África comparten problemas de seguridad ligadas al uso de sus espacios continentales y marítimos por parte de las organizaciones de crimen organizado transnacional. En el dominio marítimo del Atlántico Central y Sur hacen presentes al menos cuatro crímenes marítimos importantes, la piratería y el robo a mano armada, la pesca ilegal, no declarada y no 7 reglamentada (IUU Fishing por su sigla en inglés), el tráfico de sustancias ilícitas, como la marihuana y el clorhidrato de cocaína y el tráfico de personas. En todas ellas, Colombia ha desarrollado capacidades y competencias explicitas que pueden ser aprovechadas en el intercambio de información y de buenas prácticas para afectar las estructuras empresariales del crimen organizado. Iniciativas como la que hoy lidera la Fundación Konrad Adenauer Stiftung y su proyecto de Alianzas Estratégicas: Latino América reuniéndose con África pueden ser de gran interés para diseñar estrategias y fomentar acuerdos que contribuyan a reducir los efectos de estos fenómenos en las sociedades a ambos lados del Atlántico. Continuar con estrategias de cooperación sur-sur, como los seminarios y la capacitación de personal y desarrollar mecanismos de cooperación triangularcon países europeos o Estados Unidos, puede servir para que el país se aproximé más a África y desarrolle estas relaciones. Por último, vale la pena señalar que para lograr mayor aporte de todos los sectores y apoyo de la comunidad interesada, es clave la transparencia en la comunicación en relación con el tema africano. Desde octubre del 2022, cuando se anunció el viaje de la Vicepresidente a África se ha venido hablando de la Estrategia África 2022-2026, y se anunció con bombos y platillos que los lineamientos estratégicos de dicha estrategia iban a ser incorporados en el plan de desarrollo del actual presidente Gustavo Petro Urrego. Sin embargo, hasta la fecha ni se conoce el documento -y por ende, todas las declaraciones se han quedado en anuncios sin poder materializar los ejes estratégicos del mismo-, ni ninguno de los anuncios hechos por la vicepresidencia quedaron reflejados en al articulado aprobado por el Congreso y protocolizado por el presidente en el plan de desarrollo (Senado de Colombia, 2023). Lo que significa, que de nuevo, pareciera ser que los cambios en la política exterior colombiana hacia el África se queda en buenas intenciones. Las oportunidades están ahí, de todos los colombianos está en materializarlas. Es necesario no perder de vista, que hoy no sólo los expertos coinciden en ello, sino muchos analistas lo manifiestan, África es el continente del siglo XXI. ESCUELA DE ALTOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOS NUEVA GRANADA ESAENG 8 Referencias African Union Commision [AUC] (2015). Agenda 2063 The Africa We Want. ISBN: 978-92- 95104-23-5 ANALDEX (2023). 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