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893Tumores ováricos de células germinales y del estroma de los cordones sexuales 
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la quimioterapia o a la radiación adyuvantes, los objetivos de la 
cirugía no sólo incluyen establecer el diagnóstico hístico defi nitivo 
y conocer la extensión de la enfermedad, sino también eliminar 
todos los tumores identifi cables a simple vista en las pocas pacien-
tes con enfermedad avanzada. Además, para planear la operación 
los médicos deben considerar la edad de la paciente y su deseo de 
conservar la fertilidad. En aquellas que completaron la procrea-
ción, se realiza una histerectomía con salpingooforectomía bilate-
ral, mientras que la USO con conservación del útero y la fertilidad 
es apropiada en ausencia de diseminación tumoral evidente a estos 
órganos (Zanagnolo, 2004). Debe tomarse una muestra endome-
trial, sobre todo cuando se planea un procedimiento que conserve 
la fertilidad en mujeres con tumores de células de la granulosa o 
tecomas, puesto que muchas de ellas tienen hiperplasia o adenocar-
cinoma concomitante capaces de infl uir en la decisión de practicar 
la histerectomía.
La cirugía laparoscópica de mínima invasión tiene varias apli-
caciones relevantes. En algunos casos, el diagnóstico de SCST no 
puede establecerse hasta que se extirpa la tumoración por vía lapa-
roscópica y se envía para valoración de corte congelado. Entonces 
puede proceder la estadifi cación quirúrgica laparoscópica. Cuando 
no se hace el diagnóstico hasta que se confi rma el reporte fi nal de 
patología después de la operación, puede proponerse la estadifi -
cación laparoscópica para determinar si existe enfermedad metas-
tásica al tiempo que se reduce la morbilidad de otra operación 
(Kriplani, 2001).
Aunque la laparotomía o la laparoscopia de estadifi cación son 
esenciales para determinar la extensión de la enfermedad y la nece-
sidad de tratamiento adyuvante en la mayoría de las personas con 
posibles subtipos malignos SCST, sólo en cerca del 20% de las 
pacientes se hace la estadifi cación completa (fig. 36-13) (Abu-
Rustum, 2006; Brown, 2009). Los datos más recientes sugieren 
que debido a las vías de diseminación superfi cial y hematógena, 
puede modifi carse el procedimiento estándar para cáncer ovárico. 
Los lavados pélvicos, la exploración abdominal, las biopsias peri-
toneales y la omentectomía parcial conservan su importancia, pero 
cada vez se cuestiona más la utilidad de la linfadenectomía pélvica 
y paraaórtica como medida de rutina. En un estudio de 262 SCST 
ováricos, ninguna de las 58 pacientes sometidas a disección gan-
glionar tuvo ganglios positivos (Brown, 2009). Además, no se ha 
demostrado que la práctica de la linfadenectomía mejore la super-
vivencia en caso de SCST (Chan, 2007).
La extirpación quirúrgica de SCST productores de hormonas 
sexuales causa una caída inmediata de las altas concentraciones 
preoperatorias de dichas moléculas. Sin embargo, la resolución 
parcial o completa de las manifestaciones físicas de dichos niveles 
se alcanza en forma gradual.
Vigilancia
En general, las mujeres con SCST ováricos en etapa I tienen un 
pronóstico posquirúrgico excelente y casi siempre pueden vigi-
larse en intervalos regulares sin necesidad de tratamiento adicional 
(Schneider, 2003a). La vigilancia incluye un examen físico general, 
valoración pélvica, la evaluación de marcadores séricos y estudios 
de imagen según lo indiquen los hallazgos clínicos.
Quimioterapia
La decisión de administrar tratamiento posoperatorio depende de 
diversos factores (fig. 36-14). Aunque casi siempre se tratan sólo 
con cirugía, los SCST ováricos en etapa I a veces necesitan quimio-
terapia adyuvante cuando el tumor es grande, el índice mitótico 
es elevado, el tumor se rompe, la estadifi cación es incompleta, los 
resultados de patología son dudosos o si hay excrecencias capsula-
res. Se cree que las mujeres con una o más de estas características 
sospechosas tienen mayor riesgo de recaer y deben considerarse 
como candidatas para recibir quimioterapia basada en platino 
(Schneider, 2003b). Además, la enfermedad en etapas II a IV ame-
rita tratamiento quirúrgico. En general los SCST tienen menor 
sensibilidad a la quimioterapia que otras neoplasias malignas ová-
ricas, sin embargo los fármacos adyuvantes a base de platino son 
exitosos en la mayoría de las mujeres con riesgo alto de progresión 
(Schneider, 2005).
El régimen de cinco días de tratamiento con bleomicina, etopó-
sido y cisplatino (BEP) es la quimioterapia combinada de primera 
línea más utilizada (Gershenson, 1996; Homesley, 1999). Para 
aquellas pacientes en las que se extirpó el tumor completo, son sufi -
cientes tres cursos administrados cada tres semanas. Se recomien-
dan cuatro ciclos para mujeres con resección incompleta del tumor 
(Homesley, 1999). Además de la combinación de BEP, los taxanos 
tienen actividad demostrada contra los SCST ováricos. Asimismo, 
FIGURA 36-13. Estadificación de los tumores del estroma de los cordones sexuales. PJS, síndrome de Peutz-Jeghers.
Estadificación
necesaria
Estadificación
no necesaria
Tumor de células de la granulosa (adulto o juvenil)
Fibrosarcoma
Tumor de células de Sertoli-Leydig
(diferenciación intermedia y deficiente)
Tumor del cordón sexual con túbulos anulares
(independiente de PJS)
Tumores de células esteroideas
Tecoma
Fibroma
Tumor estromal esclerosante
Ginandroblastoma
Tumor de células de Sertoli-Leydig (bien
diferenciado)
Tumor del cordón sexual con túbulos anulares
(relacionado con PJS)
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