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1145Cirugía de mínima invasión CA P ÍTU LO 4 2 ginecológica por laparoscopia, la decisión de emprender la profi laxis o no hacerla debe ser un factor de la paciente y los riesgos vinculados con el método en cuanto a la tromboembolia venosa (VTE) (Geerts, 2008). De ese modo, si se prevé que los tiempos quirúrgicos son más largos, si existe la posibilidad de conversión de la técnica a laparotomía, o existen desde antes riesgos de VTE, es razonable hacer la profi laxis como se muestra en el cuadro 39-9 (pág. 962). TRANSOPERATORIO ■ Instrumentos Se han elaborado diversos instrumentos para facilitar la tarea del cirujano laparoscopista y desempeñan funciones similares a las de los usados en la laparotomía. Un componente importante de cualquier histerectomía es la oclusión de vasos, y para tal fi n se utilizan ins- trumentos diferentes; incluyen instrumentos monopolares o bipolares, bisturí armónico, engrapadoras, suturas tradicionales y disposi- tivos para sutura. Algunos instrumentos son multifuncionales y se utilizan para disección y para hemostasia. El bisturí armónico suele uti- lizarse porque es capaz de seccionar con la gene- ración mínima de la pluma de humo y escaso daño térmico al tejido vecino, aunque debe utilizarse solamente para sellar vasos incluso de 5 mm. Algunos aparatos bipolares avanza- dos también mejoran el sellado de los vasos. Con diversos instrumentos, es posible coagu- lar con mínima propagación térmica vasos que miden incluso 5 mm (Ligasure, Gyrus Plasma Kinetic) y 7 mm (Enseal) (Lamberton, 2008; Landman, 2003; Smaldone, 2008). ETAPAS QUIRÚRGICAS ➊ Anestesia y posición de la paciente. En casi todas las pacientes los métodos de esta índole se realizan estando hospitalizadas y bajo anestesia general. La persona se coloca en una posición baja de litotomía dorsal y se com- pleta la exploración ginecológica bimanual para conocer el tamaño y la forma del útero, factor que determinará el tamaño y la forma del acceso laparoscópico. Se hace preparación preoperatoria del abdomen y de la vagina. Para no puncionar el estómago con el trócar durante la penetración abdominal primaria, habrá que colocar una sonda orogástrica o nasogástrica para descomprimir. Con el fi n de impedir una lesión similar de la vejiga se coloca una sonda de Foley. Los movilizadores uterinos son úti- les en la visualización, y su uso debe ser con- siderado en casos en que se prevé distorsión anatómica o la persona tiene un gran útero. ➋ Etapas iniciales. Las etapas introduc- torias de LH son equivalentes a las de otros PREOPERATORIO ■ Valoración de la paciente Como se describió en párrafos anteriores, por medio de la exploración ginecológica minu- ciosa y la anamnesis se detectan factores que permiten escoger la vía quirúrgica óptima para una paciente. Son importantes factores como el tamaño y la movilidad del útero. No hay consenso en cuanto al tamaño que impide la práctica de LH. Sin embargo, el útero amplio y voluminoso con muy poca movilidad difi - culta la visualización de estructuras vitales; la manipulación uterina durante la cirugía, y su extracción por vía vaginal. Una vez que se considera que la mujer es elegible para usar en ella la vía laparoscópica, se siguen los mismos pasos de la valoración preoperatoria que se hacen en la histerectomía por vía abdominal (Sección 41-12, pág. 1045). ■ Consentimiento informado A semejanza de la vía abierta, entre los posi- bles riesgos de esta técnica están mayor pérdida sanguínea y necesidad de transfusión; anexec- tomía no planeada, y lesión a otros órganos pélvicos, en particular vejiga, uréteres e intes- tino. Los uréteres también están expuestos a un mayor riesgo durante LH en comparación con otras vías de histerectomía (Harkki-Siren, 1997b, 1998). Kuno et al. (1998) valoraron el uso del sondeo ureteral para evitar las lesiones mencionadas, pero no detectaron benefi cio alguno. Las complicaciones que surgen espe- cífi camente con la laparoscopia incluyen daño de grandes vasos, de la vejiga, y de intestinos durante la colocación del trócar (pág. 1097). Es necesario comentar con la paciente el riesgo de transformar una técnica laparoscó- pica en otra abierta. En términos generales, se necesita a veces tal situación, es decir, práctica de laparotomía, si hay limitaciones para el des- cubrimiento y la manipulación de órganos o si surge hemorragia que no se puede cohibir por vía laparoscópica. ■ Preparación de la paciente La muestra sanguínea se tipifi ca y se realizan pruebas cruzadas para una posible transfusión. También si se considera adecuada, la prepara- ción preoperatoria intestinal antes de la lapa- roscopia puede ser útil con la manipulación del colon y la visualización anatómica pélvica al evacuar el rectosigmoide. Como otra posibi- lidad, para este objetivo pueden ser efi caces las enemas preoperatorias. Se emprende la profi - laxis con antibióticos en el lapso de 60 min antes de seccionar la piel. Entre las opciones de antibióticos adecuados están los señalados en el cuadro 39-6 (pág. 959). Con la cirugía 42-10 Histerectomía laparoscópica Con los progresos de la instrumentación y las técnicas quirúrgicas, ha surgido una tendencia a usar más ampliamente la cirugía de mínima invasión para la histerectomía. Se han creado algunas técnicas laparoscópicas para la extrac- ción del útero y varían con el grado de disec- ción por esa vía, en comparación con la cirugía por vía vaginal necesaria para extraer el útero (Garry, 1994); incluyen: • Laparoscopia diagnóstica antes de histerec- tomía por vía vaginal (VH, vaginal hysterec- tomy). • Histerectomía vaginal auxiliada por lapa- roscopia, es decir, lisis de adherencias, extir- pación de endometriosis o ambas técnicas, antes de VH. • Histerectomía vaginal auxiliada por laparos- copia (LAVH, laparoscopically assisted vagi- nal hysterectomy); disección laparoscópica hasta la sección de la arteria uterina (pero sin incluirla), antes de la VH. • Histerectomía por laparoscopia (LH, lapa- roscopic hysterectomy): disección laparos- cópica que incluye la sección de la arteria uterina, pero la histerectomía se completa por vía vaginal. • Histerectomía laparoscópica total (TLH, total laparoscopic hysterectomy): extirpación completa del útero por laparoscopia. La técnica laparoscópica posee ventajas en comparación con la histerectomía abdominal total tradicional (TAH, total abdominal hyste- rectomy); incluye disminución notable de las necesidades de analgésicos, hospitalizaciones más breves, recuperación rápida, mayor satis- facción de la paciente y cifras menores de infec- ción de incisiones y formación de hematoma en ellas (Kluivers, 2007; Schindlbeck, 2008). Entre sus desventajas están la prolongación del tiempo quirúrgico, aunque en este sentido la curva de aprendizaje pudiera intervenir en tal situación. La TLH brinda menos ventajas que la VH; de este modo, en muchos casos en vez de TAH puede recurrirse a TLH (Johnson, 2009; Marana, 1999). Entre las mujeres poco elegibles para usar la vía vaginal están descenso insufi ciente del útero, adherencias abdominales o pélvicas extensas, un gran útero en que es imposible la fragmentación, alteraciones de anexos, bóveda vaginal con restricciones por cicatrices o radia- ción, o pelvis contraída. Las mujeres con los factores anteriores por lo común pueden ser sometidas a TAH y también en ellas se puede realizar TLH (Schindlbeck, 2008). 42_Chapter_42_Hoffman_4R.indd 114542_Chapter_42_Hoffman_4R.indd 1145 06/09/13 22:1906/09/13 22:19 GINECOLOGÍA������������������������������������������������� SECCIÓN 6 ATLAS DE CIRUGÍA GINECOLÓGICA������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������� 42. CIRUGÍA DE MÍNIMA INVASIÓN���������������������������������������������������������������������������������������������������������� 42-10: HISTERECTOMÍA LAPAROSCÓPICA����������������������������������������������������������������������������������������������������������������������
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