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1146 Atlas de cirugía ginecológica SECCIÓ N 6 de Falopio y del ligamento uteroovárico (figs. 424-10.1 y 42-10.2). Con tal maniobra se separan del útero la trompa y el ovario y se les puede colocar en la fosa ovárica. ➐ Ovariectomía. Si se desea extirpar los ovarios se toma el ligamento infundibulopél- vico (IP), se tracciona hacia arriba y se separa de las estructuras retroperitoneales. Se identi- fi ca la presencia y el trayecto del uréter. El paso siguiente es aislar el ligamento IP y disecarlo de modo que se aleje del trayecto del uréter. El pedículo es coagulado, secado o en él se colocan grapas para después seccionarlo (fig. 42-10.3). ➑ Incisión del ligamento ancho. Des- pués de seccionar el ligamento redondo, que- dan abiertas las hojas del ligamento ancho y entre ambas se identifi ca el tejido conjuntivo laxo y fi no. Se hace incisión cortante de la hoja anterior, misma que se prolonga hacia abajo y al centro hasta la línea media, por arriba del pliegue vesicouterino (fig. 42-10.4). Se necesita seccionar la hoja posterior en sentido caudal hasta el nivel del ligamento uterosa- cro. También se diseca el tejido areolar laxo que separa las hojas anterior y posterior. Por último, al abrir el ligamento ancho se tiene acceso a la anatomía lateral del útero, paso importante para la ligadura ulterior de la arte- ria uterina. ➒ Creación del colgajo vesical. Después de seccionar en ambos lados los ligamen- tos anchos, el operador toma con una pinza atraumática el pliegue vesicouterino, lo eleva y separa de la vejiga subyacente y lo secciona (fig. 42-10.5); la maniobra anterior deja al el espacio operatorio disponible y permitir la visualización de órganos pélvicos. ➍ Identificación de uréteres. Las solu- ciones de irrigación y el CO2 utilizado para la insufl ación, con el tiempo pueden ocasionar edema del peritoneo y entorpecer la visuali- zación de estructuras que están debajo. Por la razón anterior, hay que identifi car desde el comienzo los uréteres; en muchos casos se visualizan sin gran difi cultad debajo del peri- toneo pélvico. Sin embargo, a veces se nece- sita abrir dicha capa para identifi carlos. En las situaciones mencionadas, el operador toma el peritoneo que está por dentro del ligamento infundibulopélvico (IP, infundibulopelvic) y tira de él con pinzas atraumáticas y lo secciona con tijeras. Cabe utilizar también técnicas de hidrodisección (Sección 42-1, pág. 1119). Como paso siguiente se prolonga el orifi cio del peritoneo en sentido inferior y superior a lo largo del uréter, y por medio de esta ven- tana peritoneal se identifi ca y se corroboran los movimientos peristálticos que tiene (fig. 42-10.1) (Parker, 2004). ➎ Sección del ligamento redondo. El paso siguiente es la toma y sección del liga- mento redondo en su segmento proximal. ➏ Conservación de ovarios. Si se pla- nea conservar los ovarios también se secan y seccionan las zonas proximales de la trompa métodos laparoscópicos (Sección 42-1, pág. 1110). Puede variar el número de accesos y su calibre, pero en términos generales, para rea- lizar LH se necesitan accesos de 5 a 12 mm a nivel del ombligo y dos o tres más situados en la mitad inferior de la pared abdominal. De manera específi ca, se sitúan dos accesos más allá de los bordes externos del recto anterior del abdomen, en tanto que el tercer acceso se puede realizar en la zona central y por arriba del fondo uterino. En caso de que se sospeche la presencia de adherencias periumbilicales, se considerará la penetración en el punto de Palmer o en el cuadrante superior izquierdo. Si el útero tiene gran tamaño y su fondo está cerca del nivel del ombligo o por arriba del mismo, el acceso óptico debe colocarse a unos 3 a 4 cm por arriba del fondo uterino, para una visualización óptima. ➌ Valoración pélvica. Una vez elabo- rados los accesos y con la introducción del laparoscopio en la paciente en posición de Trendelenburg, se puede facilitar la manipula- ción de órganos con una sonda roma. El ope- rador inspecciona la pelvis y el abdomen como se describió en la Sección 42-2 (pág. 1122). En ese punto el operador decide si continúa con LH o la transforma en laparotomía. Si es necesario, se hará lisis de las adherencias para restaurar la anatomía normal. Los intestinos se desplazan de la pelvis al abdomen para ampliar FIGURA 42-10.1 En primer lugar se identifica el uréter. Si se desea conservar el ovario, se secciona el ligamento redondo y como parte de la maniobra se fija la trompa de Falopio para su sección. FIGURA 42-10.2 Sección del ligamento uteroovárico. 42_Chapter_42_Hoffman_4R.indd 114642_Chapter_42_Hoffman_4R.indd 1146 06/09/13 22:1906/09/13 22:19
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