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LECTURA 1 El conflicto

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Módulo 1 
Unidad 1 
Lectura 1: 
El conflicto 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación 
Profesor Rodrigo Mauro
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 2 
 
 
 
 
1.1 El conflicto 
 
1.2 Concepto – Clasificación 
En la presente materia, nos proponemos realizar un enfoque distinto en 
resolución de conflictos. Hasta aquí, en la Carrera de Abogacía, se ha 
desarrollado y estudiado el método tradicional para ello, esto es el Sistema 
Judicial, y dentro de él, el proceso judicial, en sus variantes por 
competencia: penal, civil, comercial, laboral, etc. 
 
Aquí el objetivo es pensar y analizar otras formas para poder dar solución a 
los problemas o conflictos que a diario se le presentan a las personas en su 
interrelación con otras, en su trabajo, en su empresa, o incluso aquellos que 
se pueden llegar a plantear entre dos o más Estados, etc. Y por ello se van a 
desarrollar diversos métodos o herramientas, como son la negociación, la 
mediación y el arbitraje. 
 
Ahora bien, si el eje central de la asignatura es la Resolución Alternativas de 
Conflictos, lo primero y esencial es detenerse a pensar en el conflicto: de 
qué hablamos y qué se entiende por “conflicto”, ya que será el motivo que 
nos llevará a la utilización de la negociación, de la mediación o del arbitraje. 
Y para poder abordar un conflicto para resolverlo, es fundamental 
conocerlo, analizarlo, desmenuzarlo, para que ello nos permita definir la 
mejor alternativa y estrategia al tratar de resolverlo. 
 
Cuando se le pregunta a cualquier persona qué es un conflicto, (y esto lo 
pongo en práctica cuando dicto mi materia o cursos), la gran mayoría lo 
relaciona con la violencia, o con una disputa por un delito que comete una 
parte, o un enfrentamiento entre dos países, y si se les pregunta por la 
forma para resolverlos, lo primero que piensan es en un juicio, salvo en los 
casos internacionales, donde se piensa rápidamente en una guerra o en la 
intervención de un tercer país que busque una solución, es decir que en 
definitiva, se busca a un tercero distinto de las partes, que tome esa decisión 
final. 
 
Bien, en primer lugar se debe tener en cuenta que no todo conflicto es una 
disputa de poder, además no es necesario asociar a los conflictos a la 
violencia, y tampoco es indispensable que alguien esté cometiendo un ilícito 
o una conducta prohibida para que exista conflicto, es más, esas serían las 
situaciones que menos se dan en la actualidad. 
 
Muchos autores, han desarrollado importantes estudios en relación a los 
conflictos, pero generalmente lo han hecho desde un posición determinada, 
es decir, desde una especie de conflicto, ya sea que se estudie el conflicto 
internacional, o religioso o racial, etc. Con lo cual al definir y trabajar sobre 
el concepto y significado de conflicto, se lo hace desde esa particularidad y 
 
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su descripción tendrá características muy específicas y propias de ese tipo 
de conflicto, pero no necesariamente es aplicable a otro tipo. 
 
Otros autores, como es el caso de Remo Entelman (2005), a quien 
seguiremos en el desarrollo de la presente unidad, se han planteado la 
necesidad de pensar una Teoría de Conflictos. Y nos preguntamos ¿para qué 
una teoría? Y la respuesta es sencilla, pero muy difícil de aplicar, ya que lo 
que se busca es estudiar, analizar y definir aquellas características que son 
comunes a todos los conflictos, (internacionales, raciales, religiosos, 
personales, etc.) y que por ello, permiten desarrollar y pensar herramientas 
y técnicas que serán de utilidad para identificarlo, comprenderlo y por 
último intentar resolverlo; esas herramientas podrán ser aplicadas a 
distintos tipos de conflictos, más allá de que cada uno pueda también tener 
sus particularidades. 
 
En ese sentido, y siguiendo a otro estudioso del conflicto como es Julien 
Freund (1983:54) se presenta al conflicto como “una relación social”, 
entendiéndola como el comportamiento recíproco de dos o más individuos 
que orientan, comprenden y resuelven sus conductas teniendo en cuenta las 
de los otros, con lo que dan sentido a sus actos. Esta concepción de la 
relación social es tomada del pensamiento de Max Weber, y a los fines de 
poder entenderla, es necesario analizar las conductas de los actores. 
 
Todas las personas desarrollamos conductas. Éstas pueden ser 
independientes, es decir, que no tienen en cuenta las conductas de los 
demás, o pueden ser recíprocas, las cuales van a definir e integrar una 
relación social, y son las que nos interesan para el objeto de estudio que se 
ha planteado. 
 
Una secuencia de conductas recíprocas que al momento de adoptarlas se 
tiene en cuenta la conducta anterior de otro sujeto, define la existencia de 
una relación social entre ellos. En nuestra vida cotidiana vivimos miles de 
situaciones como éstas en nuestra relación con otras personas; cuando 
salimos a la calle para dirigirnos a nuestro trabajo o a nuestro lugar de 
estudio, desarrollamos un sin número de conductas independientes, que no 
tienen ni esperan ninguna acción de otra persona. Pero al momento de 
tomar un colectivo o un taxi para dirigirnos a un lugar específico, 
empezamos a combinar conductas independientes con recíprocas, por caso, 
cuando le indicamos al chofer del taxi el lugar al que nos dirigimos, y éste 
nos responde consultándonos por cuál calle preferimos ir. Luego, si se 
entabla una conversación acerca del clima y le solicita que por favor, baje 
un poco la calefacción, y el chofer responderá a ese pedido que la misma 
está trabada, etc. Todas estas conductas son recíprocas, y generan 
interacción entre partes, es decir, generan relación social. 
 
Y esa relación social es posible de ser clasificada de muy diversas maneras, 
según en qué punto de la misma se haga hincapié. Si se concentra en los 
objetivos que las partes persiguen con esas conductas recíprocas habrá dos 
posibilidades, que los objetivos sean compatibles o incompatibles; en el 
primer caso se habla de “conductas cooperativas o coincidentes”, 
mientras que en el segundo supuestos serán “conductas conflictivas”. 
 
Teniendo en cuenta lo relatado hasta aquí, se podría tener una 
aproximación a una definición general de conflicto, entendiendo que es 
 
 
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“una especie de relación social en que hay objetivos de distintos 
miembros de la relación que son incompatibles entre sí.”(1) 
 
Como se puede apreciar, esta primera definición cumple el objetivo trazado, 
es decir que pueda ser aplicable a cualquier tipo de conflicto, ya sea 
internacional, entre amigos, o aquel que tiene una solución jurídica. 
 
De igual modo, aunque se ha hablado de conductas independientes o 
recíprocas, cooperativas o conflictivas, existen otras clasificaciones; entre 
ellas se encuentran las conductas permitidas y las conductas prohibidas. En 
este tipo de conductas juega un rol clave el sistema jurídico, entendiendo a 
éste como una técnica de motivación social, que retiene y administra 
centralizadamente el monopolio de la fuerza en la sociedad estatal, 
excluyendo a sus miembros del uso privado de la fuerza. 
 
En este sistema actúa el Derecho, esto es, un sistema de normas que cumple 
una doble función: por un lado, pretende disuadir conductas que son 
declaradas prohibidas, y por otro lado brinda apoyo a las partes para 
resolver conflictos. Ante una situación conflictiva, nos presentamos ante un 
juez, que dentro del sistema es el encargado de administrar justicia, y éste 
valorara las prueba presentadas por cada una de las partes intervinientes y 
en virtud de lo que se encuentre previsto en el marco normativo, decidirá 
quién tiene razón y cómo se resuelve el conflicto. Esto se denomina “que 
adjudica el derecho”. 
 
Ahora bien, esta forma de resolver los conflictos no se encuentra disponible 
para todas las situacionesposibles, ya que el Derecho y el sistema jurídico 
entran en acción solamente, y excluyentemente, en aquellas situaciones que 
el sistema tiene previsto en sus normas. Es decir, que el sistema ha 
inventariado una serie de conductas, a las que ha establecido como 
prohibidas, ilícitas, o antijurídicas, y amenaza a todo aquel que las cometa 
con una sanción que será aplicada por un tercero imparcial y creado a ese 
efecto, recurriendo si es necesario a uso de la fuerza; este tercero no es otro 
sino el Juez. Es entonces, a partir de la existencia de todo este sistema, que 
las conductas pueden ser clasificadas en prohibidas o permitidas. 
 
Ante estas situaciones se genera una lógica de razonamiento, que se aplica 
permanentemente, ya que ante una situación conflictiva entre dos o más 
partes se pregunta: “quién tiene razón” o “quién tiene el derecho” y 
consecuentemente “quién está obligado”. En casos donde la conducta 
cometida entra en ese inventario normativo, no hay inconvenientes, ya que 
si la misma está prevista, alguien tiene un derecho y otro está obligado, y el 
sistema pone a disposición de la parte con derecho los mecanismos para 
obligar a la otra a cumplir. Si una parte es titular de una deuda, está 
obligado a pagar, y consecuentemente, otra parte tiene el derecho de 
cobrar; esa situación la prevé el sistema, y este último puede recurrir al 
poder judicial y solicitarle a un juez que, usando la fuerza si es necesario, 
obligue al otro a cumplir. 
 
 
 
 
 
 
 
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1
 Entelman Remo; “Teoría de conflictos”; Editorial Gedisa, Barcelona (año 2005). 
 
 
 
 
 
 
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Pero, al decir de Entelman, tanto los estudiosos del Derecho (los juristas) 
como los que lo practican (los abogados), se han desentendido de la 
problemática del conflicto en términos generales. A partir de aceptar el 
Principio o Norma de Clausura, por el cual todo lo que no está 
prohibido por las normas del sistema, se encuentra 
jurídicamente permitido, la principal consecuencia de este principio es 
que se reconoce al sistema jurídico como un sistema de normas cerrado, 
que pretende resolver todos los enfrentamientos posibles. 
 
Este sistema, prevé las conductas prohibidas, y como se dijo anteriormente, 
establece una sanción para quienes las cometan. Ahora bien, todas aquellas 
conductas que no están contempladas como prohibidas son, por la tanto 
permitidas. Y dentro del universo de las conductas que no se encuentran 
expresamente prohibidas, por lo tanto son jurídicamente permitas, se 
encuentran aquellas conductas obligatorias, definidas como el opuesto a 
prohibidas, y las conductas no obligatorias. 
 
Si se piensa en el campo de todo lo permitido, se ve que éste es mucho más 
amplio que el área de lo prohibido, y a este punto quería llegar, ya que 
dentro del área de lo permitido se encuentra un número infinito de 
conflictos que el Derecho desdeña porque se dan entre pretensiones 
incompatibles entre sí, pero son igualmente permitidas o no sancionadas, y 
todas éstas no tienen una respuesta para su resolución en el sistema 
jurídico. 
 
Por todo lo dicho, se entiende que los abogados y funcionarios judiciales 
solamente se ocupan de aquellas situaciones conflictivas previstas por el 
sistema, pero quedan excluidas todas aquellas situaciones que producen 
conflictos entre pretensiones incompatibles, pero igualmente permitidas, 
porque el sistema no las ha prohibido. 
 
Toda relación social (recordar que se define al conflicto como una “especie 
de relación social”) está llena de enfrentamientos producidos por la 
incompatibilidad de pretensiones que el sistema jurídico ha dejado en 
libertad de confrontación. Estos conflictos son aquellos que a los 
ciudadanos les ocurren a diario, en cada momento, y en cada relación social 
que entabla, ya sea con sus socios, con sus amigos, con su esposa o esposo, 
con sus hijos, etc. Los ejemplos que se podrían mencionar son infinitos, 
pero se mencionan algunos para dimensionar estas situaciones: los socios 
de una empresa que pretenden efectuar inversiones en distinto rubros; el 
esposo que se encuentra en conflicto con su mujer porque él pretende ir a la 
cancha a ver fútbol y desea que ella lo acompañe, a lo cual no está obligada 
por ninguna norma. Los estudiantes reclaman a las autoridades de la 
universidad determinados horarios de clases, y los profesores no están 
obligados por ninguna norma a aceptarlos, y entran en conflicto. Un 
conflicto entre vecinos porque la mascota de uno de ellos ladra durante toda 
la noche, y no permite descansar a otros. Los inconvenientes que generan la 
convivencia en edificios de propiedad horizontal. Y de esta manera se 
podrían llenar miles de páginas con ejemplos, donde existe un conflicto en 
una relación social producto de una incompatibilidad de pretensiones, pero 
ocasionado por conductas igualmente permitidas por el sistema; y si 
algunas de las partes de los conflictos mencionados recurriera al 
asesoramiento de un abogado, éste le diría que no está obligado a aceptar o 
a ceder en la pretensión del otro, y que lo que está haciendo está 
perfectamente permitido, por lo cual, para el sistema jurídico no hay 
conflicto, aunque éste efectivamente exista. Y son estas situaciones las que, 
 
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al no resolverse, van incrementando la conflictividad y producen algo que 
desarrollaremos más adelante y que se conoce como “escalada del conflicto” 
que en muchas ocasiones termina con situaciones violentas, que podrían 
hacerse evitado. 
 
Estas situaciones no resueltas por el Derecho, que entran dentro del campo 
de lo “permitido vs. permitido”, y que efectivamente son consideradas 
“conflictos”, deben obtener una respuesta para su resolución, y es en este 
campo donde tienen un protagonismo fundamental los medios o 
herramientas de Resolución Alternativas de Conflictos. Pero debe 
destacarse que estos mecanismos también nos permiten resolver conflictos 
que se plantean entre conductas prohibidas, en la medida que las mismas 
no afecten el orden público; esto será expuesto con más amplitud en las 
unidades siguientes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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1.3 Comportamientos frente al conflicto 
Factores desencadenantes del conflicto 
Un elemento fundamental al momento de analizar un conflicto a los fines 
de avanzar en su posible resolución, tiene que ver con las actitudes y 
comportamiento de las personas frente al mismo. 
 
Es importante detenerse en este aspecto que es central en este proceso, que 
tiene que ver con las actitudes de las personas al momento de resolver un 
conflicto. Algunos autores, como Blake y Mouton (1985) sobre la base de lo 
planteado por Walton y Mc Kersie (1965), han desarrollado el siguiente 
cuadro donde se plasman estas conductas: 
 
 
Como se puede observar, las actitudes y comportamiento frente al conflicto 
son muy variadas, y la importancia de identificar a cada una de ellas en 
cada parte del problema es un paso esencial para la resolución del mismos, 
ya que en virtud de éstas se optará por un mecanismo de resolución o por 
otro, y además una vez seleccionado éste, también va a influir la actitud en 
la estrategia que se lleve a cabo, por lo cual es importante poder determinar 
y visualizar la actitud de las personas frente al conflicto. 
 
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1.4 Fases de un conflicto 
Cómo enfrentar un conflicto 
Al momento de hablar de fases de un conflicto, los autores varían según el 
enfoque que se utiliza, o mejordicho, según el criterio que se utilice para 
realizar el análisis. 
 
Una clasificación del conflicto en fases muy común, y aceptada 
mayoritariamente por la doctrina es la siguiente: 
 
A) Fase Temprana 
B) Fase de Escalada 
C) Fase de Crisis 
D) Fase de Desescalada 
E) Fase de Diálogo 
 
Esta clasificación de fases, surge originalmente del análisis de los conflictos 
sociales, esto es, una especie en particular dentro del ámbito más amplio 
que es el conflicto. 
 
Pero más allá de su origen me parece interesante analizarla, ya que es 
perfectamente aplicable a todo tipo de conflicto. 
 
Previo a analizar cada paso, una aclaración indispensable: Esas fases aquí 
mencionadas resultan de una clasificación en un modelo idealizado, es decir 
que el desarrollo del conflicto no es lineal, ya que el mismo, según las 
acciones de las partes, tendrá avances y retrocesos, incluso puede no llegar 
a cumplir con todas las etapas o fases mencionadas. 
 
A) Fase Temprana: es el momento ideal para pensar en la 
resolución del conflicto ya que todavía no ha estallado. Si bien se ha 
manifestado la incompatibilidad de objetivo (que es característica 
del conflicto, como vimos en la conceptualización) todavía estamos 
en un momento de muy poco enfrentamiento, casi nulo, ya que en 
esta fase cada parte está planteando su posición. Si en esta 
instancia se pudiera canalizar por algún mecanismo de resolución 
de conflicto, generando el diálogo respetuoso, la escucha activa, y 
evitar que se profundice el desgaste de la relación social, 
seguramente las posibilidades de éxito en la resolución positiva del 
mismo sea muy altas. 
 
B) La Escalada: Esta nueva fase, se manifiesta cuando el conflicto se 
empezó a vislumbrar y no pudo se encauzado correctamente para 
su resolución por el motivo que fuere, lo que ha llevado a que cada 
parte comience a ejecutar acciones que van a ser caracterizadas 
según su grado de intensidad, (aspecto sobre el cual nos 
explayaremos más adelante), y que a mayor grado de intensidad, 
más fuerte será la escalada del conflicto. Se caracteriza 
fundamentalmente, porque la relación entre partes se va 
desgastando, y cada una va tomando una decisión y actuando como 
consecuencia de una acción de la otra, como réplica al actuar de la 
 
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otra parte. Si bien es un momento más crítico que el anterior, aún 
las posibilidades de encaminar el problema a una resolución 
pacífica es importante. 
 
C) La Crisis: Si se avanza en la escalada sin resolución del conflicto, 
llegaremos a la etapa o fase más compleja y dura, ya que la crisis se 
caracteriza y diferencia de las demás por ser la fase de mayor 
violencia en el conflicto. Aquí el diálogo está absolutamente 
cortado, y los actos o conductas de las partes, pretenden plantear el 
conflicto en términos de poder. La línea divisoria entre la fase de 
escalada o escalonamiento y ésta es muy delgada, sólo el grado de 
violencia en las acciones marca la diferencia, ya que en la fase 
anterior predomina la amenaza de violencia y en ésta se concreta. 
 
D) La Desescalada o desescalamiento: Generalmente, aunque 
no necesariamente indispensable, luego de la etapa de crisis viene 
un desescalamiento. Es esta oportunidad cesa la violencia. Aquí 
pueden ocurrir dos cuestiones: una, que las partes cesen en las 
actitudes violentas, y el conflicto entre en una etapa de 
estancamiento, o bien que las partes realicen acciones concretas de 
menor grado de intensidad que produzca la desescalada del 
conflicto. Lo que sí resulta claro es que es imposible sostener la 
violencia en forma permanente en un conflicto, con lo que el 
estancamiento o desescalada se producen inevitablemente, aunque 
ésta tampoco es permanente, es decir o pasamos a una fase de 
diálogo y de resolución de conflicto o el mismo vuelve a resurgir y 
es probable que se vuelva a llegar a la fase de crisis. 
 
E) Fase de Diálogo: en el momento en que las partes entren en un 
proceso de negociación, en forma asistida por un tercero o no, es el 
momento de diálogo; es el momento de encauzar el conflicto para 
su resolución. Sería prudente que en la mayoría de los conflictos, 
esta fase se produjera en la fase temprana para evitar las 
confrontaciones violentas, y de esa manera, lograr lo que se conoce 
como prevención de conflictos, aunque no es lo más común. 
 
Fase Dinámica y Fase Estática del Conflicto. 
 
Tomando otra vez al Profesor Entelman (2005) como punto de referencia, 
se pueden analizar los conflictos desde dos perspectivas muy interesantes, a 
saber: 
 
a- Fase Estática. Se caracteriza por ser el análisis del conflicto en un 
momento determinado, a partir de una foto del mismo, ya que de lo 
contrario, sería contradictorio hablar de estática en el conflicto, que 
es un fenómeno que se caracteriza por ser esencialmente dinámico. 
En esa fase se analizan los siguientes elementos: 
 
1) Los Actores. 
1.1) La conciencia del conflicto por sus actores. 
1.2) Los objetivos de los actores. 
1.3) El poder de los actores. 
 
2) Los Terceros. 
 
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b- Fase Dinámica. Es el análisis, ya no de elementos fijos, sino del 
dinamismo de todo conflicto, las acciones dentro del conflicto. 
 
1) Intensidad del Conflicto. 
 
2) Dinámica de interacción conflictual. 
 
Fase Dinámica. Los Actores. 
La primera observación que se debe efectuar aquí y de la cual algo se ha 
mencionado en los primeros puntos de la unidad, está vinculada a que 
siempre, el actor de un conflicto, es el ser humano, la persona, aun cuando 
el involucrado en el mismo sea un Estado, o una empresa. Esto es así 
porque el conflicto como “relación social” y teniendo en cuenta que el 
mismo se caracteriza por acciones de las partes, sí o sí requiere de personas 
que las lleven adelante, por lo que como primera definición, siempre el 
actor de un conflicto es una persona, y para poder trabajar ese conflicto y 
encauzar para resolverlo, es esencial identificarlo correctamente. 
Y surge así una primera clasificación de actores individuales y actores 
colectivos. Cuando el actor es individual, no se presentan mayores 
complicaciones para su individualización y análisis de comportamiento. 
Los problemas surgen cuando el actor es colectivo o plural. Entelman 
expone que “…el mejor conocimiento del proceso de toma de 
decisiones de cada uno de ellos, la mejor percepción y 
comprensión de sus conductas e intenciones y la mejor 
construcción de los escenarios de futuro posibles” (2005:78) es el 
objeto principal que se debe tener en cuenta al momento de analizar las 
características de estos actores. 
 
Dentro del análisis el distinguido profesor, desarrolló dos aspectos que 
considera importantes en estos actores: la identidad y la fragmentación. 
Cuando los actores o al menos uno de ellos es colectivo, dentro del mismo 
actor existen relaciones sociales variadas, y allí se encuentran objetivos 
incompatibles y, relaciones caracterizas por una mayor o menor intensidad, 
lo que de alguna manera afecta al actor colectivo en cuestión, ya que esos 
componentes tratan en mayor o menor medida de influenciar en la decisión 
que se tome en las relaciones sociales con otros actores. Pero además, toda 
esta situación torna compleja la identificación correcta por parte del 
adversario. 
 
Incluso cuando esas diferencias o incompatibilidades son mayores, no sólo 
dificultan la identificación del actor, sino que además puede acarrear una 
fragmentación del actor, debilitándolo en el momento de intentar resolver 
el conflicto. Es más, si el adversario tiene la posibilidad de advertir estas 
situaciones, generalmente, va a profundizar esas diferencias para dividir al 
actor y sacar ventajas de ello. Imagínese en los conflictos ente Estados, o 
entre un Estado y un gremio determinado, si de repente los actores 
representantes del Estado advierten odetectan situaciones de 
 
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fragmentación o confrontación interna en el gremio, ese aspecto será 
central para la resolución del conflicto, ya que sobre ese punto se trabajará 
o se pensarán las propuestas que el Estado le ofrezca al gremio. Y si éstas 
fueran buenas para algunos, aunque no lo sean para todos, profundizará 
una división dentro del ese actor colectivo, al momento de tener que tomar 
la decisión de aceptar o no la misma, que puede llevar a una fragmentación, 
lo que permitirá a la contraparte sacar una importante ventaja en la 
resolución de dicho conflicto. 
 
A su vez, dentro de los actores colectivos se encuentra otra clasificación, que 
debe ser tenida en cuenta al momento de analizar las partes de un conflicto 
para pensar en su resolución, a saber: Actores Colectivos Organizados y 
Actores Colectivos Desorganizados. Cuando al adversario se lo puede ubicar 
dentro de la primera categoría, no resulta tan compleja su identificación y 
su tratamiento, ya que generalmente tiene establecidos mecanismos de 
toma de decisiones, y cada una de las partes dentro de ese actor cumple un 
rol en dicho proceso y sus representantes son los responsables de ejecutar 
las decisiones que se adoptaron. 
 
Pero cuando ese actor colectivo es producto de una casualidad o de una 
circunstancia determinada que lleva a que diferentes individuos coincidan 
como parte de un conflicto mayor, y no cuenten con una organización para 
ello, resultará muy difícil su tratamiento como actor del conflicto. Y allí 
juega un rol muy importante el rol del liderazgo y la necesidad de saber 
identificar a quien tiene o representa ese liderazgo dentro del grupo, que me 
permita tomarlo como un interlocutor válido para llevar adelante un 
proceso de resolución de dicho conflicto. Es muy importante tener en 
cuenta estos factores, ya que en muchos casos los intentos de resolución 
fracasan porque no realizar una correcta identificación de los actores, lleva 
a tomar decisiones o desarrollar estrategias y tácticas equivocadas, y 
consecuentemente fracasar en la resolución de dicho conflicto, lo que 
conlleva, a su vez, a la profundización del mismo. 
 
Una discusión entre los distintos autores que han trabajado acerca del 
conflicto y sus actores tiene que ver con la existencia de conflictos bipolares 
o con multiplicidad de actores. En este sentido existen opiniones divididas 
al respecto, ya que por un lado se encuentran aquellos que defienden la 
postura de que los conflictos son siempre bipolares, es decir, de dos actores 
por bando (dentro de esta postura podríamos enrolar al Profesor Entelman) 
y por otro lado, nos encontramos con aquellos autores que sostienen que los 
conflictos pueden ser tanto bipolares, como con una multiplicidad de 
actores integrantes del mismo. 
 
Aquellos que sostienen la primera postura, manifiestan que cuando un 
conflicto tiene múltiples actores con objetivos incompatibles, se perfilan 
inicial o progresivamente en dos bandos dentro de los cuales se agrupan 
todos los miembros de la relación. Aun cuando entre los integrantes de uno 
de los bandos tengan diferencias u objetivos incompatibles en otros 
 
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aspectos de la relación, muy probablemente éstos queden a un lado hasta 
tanto se resuelva este punto que en definitiva los encuentra unidos frente a 
un adversario. Esta situación es muy común de encontrar en los conflictos 
internacionales, y si se pusiera a pensar en el caso de la Segunda Guerra 
Mundial esto se nota claramente, al visualizar cómo los numerosos actores 
que intervinieron fueron nucleándose dentro de una de las posturas 
centrales, constituyendo dos bandos, aun cuando entre los integrantes de 
cada uno de los bandos existían importantes diferencias. 
 
La Conciencia del Conflicto por parte de sus 
actores. 
 
En este aspecto se pretende analizar e identificar, siempre con la finalidad 
de adoptar una decisión y encontrar estrategias para poder intentar resolver 
el conflicto, si los actores tienen conciencia de que son parte de un conflicto 
determinado, y cuáles son sus percepciones del mismo. 
 
Conciencia, debe ser entendido a decir de R. Entelman, como “…el 
producto de un acto intelectual en el que un actor admite 
encontrarse con respecto a otro actor en una relación en que 
ambos tienen, o creen tener, objetivos incompatibles.” (2005:89) 
Y es importante distinguirla de lo que se denomina Percepción, ya que ésta 
es el contenido con que acceden a nuestro intelecto los datos externos de la 
realidad, relativos a fenómenos como conductas, actitudes, pretensiones, 
intensiones, etc., pero no son producto de un acto intelectual o racional. 
 
Muchos de los autores que tratan este tema se han preguntado si es 
necesario que para que el conflicto exista, las partes deben tener conciencia 
del mismo, o, por el contrario, si el conflicto existe independientemente de 
lo que las partes crean. 
 
Algunos consideran que la conciencia que las partes tengan del conflicto es 
un elemento esencial del mismo, y en consecuencia, el conflicto no existe 
sin la conciencia de las partes. Dentro de esta postura se ubican pensadores 
con Max Weber. Por otro lado, autores como Marx, ven el conflicto como un 
fenómeno objetivo que existe aunque las partes no tengan conciencia del 
mismo. 
 
Desde un punto vista más práctico, autores como Louis Kriesberg (1975:16) 
(2) han presentado el tema de una manera más sencilla y útil para el punto 
que nos interesa en este análisis y que tiene que ver con la identificación del 
problema para su resolución. Ese autor ha tomado dos grande grupos de 
situaciones: Conflictivas y No Conflictivas. Y por otro lado, la creencia que 
los actores puedan tener del conflicto, destacando que sólo existen dos 
posibilidades: 
 
 
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 Ambos creen que una relación no es conflictiva. 
 Uno de ellos cree que la relación es conflictiva y el otro que no. 
 
A partir de estas concepciones, Kriesberg desarrolló el siguiente cuadro: 
 
 
 
Desde un aspecto práctico, este cuadro de situaciones es muy útil para 
definir la estrategia que se deberá llevar adelante para tratar el conflicto y 
buscar su resolución, sin tener la dificultad de caer en la discusión acerca de 
su existencia o no a partir de la conciencia que las partes tengan del mismo. 
 
De este modo, en la situación 1, donde ambas partes tienen objetivos 
incompatibles y son conscientes de esto, no será necesario desarrollar 
trabajos de concientización sobre ninguno, y se podrá avanzar en identificar 
el problema y seleccionar el método más apropiado para su tratamiento y 
resolución. 
 
En la situación 2 y 3, donde existiendo un situación conflictiva, y una parte 
o ambas no tengan conciencia de esta situación, el operador deberá en 
primer lugar trabajar fuertemente en la concientización de aquel o aquellos 
actores que no crean la incompatibilidad de objetivos en la relación, para 
que luego de esto, se pueda entrar a trabajar y resolver el conflicto en 
cuestión. La primera regla fundamental para resolver un conflicto es asumir 
que se tiene un conflicto, caso contrario es imposible abordarlo, por ello, en 
situaciones como las descriptas en este párrafo es esencial trabajar en la 
concientización de las partes. 
 
Cuando ambas partes crean tener una relación conflictiva, y desde la 
realidad no se vea el conflicto (tal es el caso de la situación 4) el operador 
tendrá que trabajar sobre los actores, a fin de que ellos se convenzan de que 
los objetivos en la relación no con incompatibles y que existe una 
percepción equivocada de los hechos que los lleva a pensar y creer en dicha 
incompatibilidad. No es una situación sencilla, porque deberá existir un 
cambiode percepción por parte de los actores, y aquí el rol que cumplan los 
terceros es fundamental. 
 
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2
 Kriesberg, Louis; “Sociología de los Conflictos Sociales”; Editorial Trillas, Madrid (año 1975). 
 
 
 
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La situación 5 es similar a la descripta en el 2 y 3, pero se deberá trabajar en 
los términos trazados en el punto anterior, ya que habrá que colaborar con 
la parte que percibe una incompatibilidad cuando en realidad no existe, por 
lo que es necesario que asuma el error de percepción de los hechos que lo 
llevan a percibir un conflicto que no existe. 
 
Y por último la 6, que es la situación más sencilla, ya que no genera ningún 
inconveniente, debido a que no existe una relación conflictiva y tampoco se 
percibe por los actores ninguna incompatibilidad de objetivos en la 
relación. 
 
En definitiva, este análisis producido por el Prof. Kriesberg, nos permite 
analizar la conciencia de los actores, tengan una situación conflictiva o no, y 
con ello, determinar cuál es la estrategia que se debe seguir para poder 
encauzar el conflicto hacia su correcto tratamiento y posible resolución. 
 
A su vez, al igual que en el apartado anterior, si el enfoque que se haga 
sobre la conciencia que los actores tienen del conflicto no es correcto, el 
fracaso en el intento de resolución está asegurado, y la profundización del 
conflicto será la consecuencia directa de ese error. 
 
 
1.5 Motivos del Conflicto 
Todos los conflictos tienen determinadas causas que le dan origen, y éstas 
se encuentran relacionadas con lo que las partes pretenden obtener, o las 
cuestiones que están en juego en ese determinado conflicto. 
Existen muy variados análisis y clasificaciones en la doctrina acerca de estos 
motivos o causas, y a continuación se desarrollan algunos de ellos. 
 
La Sociedad de Altos Estudios Jurídicos Empresariales Euroamericanos 
(SAEJEE Business School) considera que los motivos de los conflictos se 
pueden clasificar de la siguiente forma: 
 
1) Los bienes en juego. 
2) Los principios en juego. 
3) El territorio en juego. 
 
Los bienes en juego: es probablemente el elemento de disputa en un 
conflicto de más fácil individualización, ya que tiene que ver con un 
elemento material, y la posesión de ese bien significa para las partes una 
ganancia material, y de allí su disputa. 
Cuando lo que se encuentra en juego son bienes, son conflictos cuya 
resolución; en principio, es más sencilla o posible, porque éste puede ser 
traducido a un valor económico, y además es susceptible de ser dividido. 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 15 
 
Los principios en juego: a diferencia de los bienes, los principios son 
elementos no materiales, por lo tanto no tangibles y no divisibles, como por 
ejemplo: la religión, las convicciones, los valores morales, categoría social, 
etc. 
Se sostiene a menudo, que los principios son innegociables, aunque es 
cierto también que cuando el costo de sostenerlos es muy elevado, suelen 
ser modificados, pero va a depender siempre de aspectos subjetivos de las 
partes. 
El territorio en juego: esta expresión se refiere en el sentido literal 
como en el psicológico del concepto. Es un elemento que generalmente no 
se encuentra del todo visible en las disputas, y muchas veces hasta se lo 
defiende en forma inconsciente. Por caso, cuando en una oficina de trabajo, 
una persona quiere desarrollar una tarea que en verdad le corresponde a 
otro, este último puede que haga una defensa muy férrea de sus 
responsabilidades, porque lo que está defendiendo es su “territorio”; o 
cuando alguien ataque los modos en que se lleva a cabo una profesión, 
seguramente los profesionales afectados le respondan en forma 
contundente, ya que ellos efectúan una defensa de su territorio. 
 
Los Objetivos de los Actores. 
 
Continuando con el análisis de lo que se ha denominado como la faz 
dinámica del conflicto, y especialmente el estudio de los actores y los 
distintos aspectos de éstos que se deben tener en cuenta, nos encontramos 
con un punto central también, esto es, los objetivos que persiguen los 
actores, y que cuya incompatibilidad es la que nos determina la existencia 
de un conflicto, de allí su gran importancia. 
 
Los objetivos son objetos, materiales o espirituales, a lo que cada 
actor les agrega un valor, y según ese valor se los clasifica en: 
 
 Objetivos Concretos. 
 Objetivos Simbólicos. 
 Objetivos Trascendentes. 
 
Objetivos Concretos: “…aquellos objetivos más o menos 
tangibles que además de una u otra manera son susceptibles de 
ser pensados como divisibles” (Entelman. 2005:101). Cuando los 
objetivos de un conflicto son de estas características, la posibilidad de 
resolución es mayor, ya que logrando el objetivo se satisfacen las 
pretensiones. 
 
 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 16 
 
Objetivos Simbólicos: “…son aquellos en los que en realidad el 
objetivo exhibido como tal no es la última meta deseada por el 
actor en conflicto, sino más bien un representante de otra (…) El 
objetivo simbólico escondido detrás de uno concreto, tiene el 
mismo sustrato pero oculta el valor cuya satisfacción busca el 
actor” (Entelman. 2005:101). 
Este tipo de objetivos plantea una dificultad importante para la resolución 
de los conflictos, ya que no permite la posibilidad de buscar una alternativa 
ganar-ganar, sino que es muy probable que para poder satisfacer su 
pretensión la parte requiera de la total ganancia dentro de ese conflicto. 
Objetivos Trascendentales: “…aquel en el que en realidad puede 
decirse que el valor mismo está puesto como objetivo porque no 
se divisa que esté anexo a un objeto tangible ni divisible”. 
(Entelman. 2005:103). 
Los conflictos con estos objetivos, son casi de imposible solución por medio 
de mecanismos de conciliación de intereses, ya que no se puede negociar o 
ceder una parte de algo que es fundamental para el actor. 
Como se puede observar, tener la posibilidad de interpretar el tipo de 
objetivos que se encuentran en la relación social, nos va a inducir a que se 
adopte un procedimiento u otro para intentar resolverlo, y además, permite 
tener más elementos para elegir la estrategia más adecuada. 
Continuando con los objetivos de los actores en los conflictos, se ha 
elaborado una clasificación muy interesante, en la que toma en cuenta, no 
el tipo de objetivo como vimos anteriormente, sino la cantidad de objetivos 
incompatibles que las partes tiene en una relación social, y en torno de los 
cuales se genera el conflicto. 
 
De esa manera, se distingue entre los conflictos de objetivo único y los 
conflictos de objetivos múltiples. Previamente se los denominó como 
conflictos puros o impuros, y justamente la diferencia radica en los 
resultados que se pueden obtener al momento de resolverlos. De esta 
manera, los conflictos puros al momento de su resolución arrojan como 
único resultado posible un ganador y un perdedor. Si un actor logra su 
objetivo, el otro necesariamente lo pierde. En los conflictos impuros, por el 
contrario, podía darse la situación de distribución de ganancia entre los 
actores, y por la tanto, la posibilidad de lograr una solución ganar-ganar, es 
decir, que ambas partes logren satisfacer sus intereses. 
 
A medida que se avanzaba en los estudios en relación al conflicto se empezó 
a desechar esa clasificación de puros o impuros, ya que no revestía una gran 
utilidad práctica, y por ello se trabaja sobre la idea de conflictos de objetivo 
único (y que puede ser perfectamente asociada a laidea de conflicto puro, 
ya que el hecho de tener un solo objetivo único, genera que lo que uno gane 
el otro necesariamente lo pierda) y objetivos múltiples (similares a los a los 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 17 
 
impuros, donde el hecho de existir varios objetivos, éstos puedan 
distribuirse entre los actores y que ambos puedan satisfacer sus intereses). 
 
Otra línea de autores, utilizó la clasificación prevista en la Teoría de los 
Juegos a los fines de poder clasificar los objetivos, y los distribuyó en 
Conflicto de Suma Cero y Conflictos de Suma Variable, pero demostró 
grandes falencias prácticas esta clasificación, falencias propias de tomar 
conceptos y lenguajes de otras disciplinas. 
 
En relación a los conflictos de objetivo único, algunos autores sostienen que 
en la realidad es muy difícil que se dé una situación de esas características. 
Partiendo de la definición de conflicto que se ha desarrollado al principio, y 
entendiendo a éste como una relación social, es imposible pensar que exista 
solo un objetivo de toda la relación que es incompatible, además se deben 
tener en cuenta todos los otros intereses en común, que pueden contribuir a 
que la partes tomen actitudes positivas al momento de resolver esas 
situaciones. 
 
Incluso, autores como Entelman, plantean que ante la posibilidad de existir 
un conflicto de objetivo único (debe destacarse que se encuentra dentro de 
los autores que consideran que es una abstracción que eso ocurra) sugieren 
tratarlo como conflictos de objetivos múltiples, y para ello sugiere dos 
herramientas fáciles y sencillas. Una, extender el conflicto, proponiéndose 
con el mismo adversario, otras metas distintas. Y el otro método sugerido es 
el de dividir el objetivo, cuando ello sea posible, por lo que lo que era un 
conflicto de objetivo único se transforma en múltiple. 
 
Los Terceros en el Conflicto 
De igual manera que analizamos a los actores del conflicto, es importante 
detectar y analizar a los terceros en el conflicto, ya que muchas veces son 
ellos los que incitan a la partes al choque de intereses, como así también, en 
otras situaciones, son los que ayudan y aportan para poder resolverlos. 
Como en casi todos los aspectos de esta disciplina, también en relación a los 
terceros existen algunos debates entre los autores que al día de hoy no han 
sido superados. Tal es el caso de la respuesta a la pregunta ¿existen terceros 
en los conflictos?, ¿cómo es que siendo el conflicto, puedan existir terceros? 
Bien, a partir de las respuestas a estas preguntas se han generado amplios y 
ricos debates. 
Autores como Julien Freund (3), han planteado que el conflicto es una 
relación signada por el principio de tercero excluido, y habla de una 
“implosión” del conflicto, para referirse a un tercero que se aproxima tanto 
a una de las partes o campos del conflicto, que termina por caer dentro de 
él. Y por otros lados están los terceros que no tienen nada que ver con el 
conflicto, por ello estudiosos del tema hablan de la inexistencia de terceros 
en los mismos. 
 
 
------------ --------- -------- --------- -------- --------- --------- -------- --------- -------- --------- -------- --------- -------- --------- -------- --------- -------- --------- --------- -------- --------- -------- --------- -------- --------- -------- --- 
3
 Freund, Julien; “Sociología del Conflicto”. Presses Universitaires de France; Paris (año 1983). 
 
 
 
 
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Otros, como es el caso del Prof. Entelman, desarrollan la idea de un campo 
magnético en torno del conflicto, y a partir de la teoría de Freund, surge su 
idea de hablar de “Magnetismo Conflictual”. Esto funciona como una fuerza 
de atracción que es ejercida desde el centro de cada una de las partes o 
campos, y que actúa en una zona que abarca desde el núcleo mismo del 
actor involucrado hasta los límites del sistema social del conflicto. Y este 
magnetismo conflictual el que produce esa atracción, que termina 
provocando que el tercero caiga dentro de uno de los campos enfrentado en 
el conflicto. El resto, aquellos que estén fuera de ese campo de atracción 
conflictual, son ajenos al conflicto. 
George Simmel (1950:148-149) desarrolló una clasificación de 
tres clases de terceros: 
 
Por su parte, Freund (1983), que es crítico de esta clasificación, expone que 
el tercero que juega el rol de dividir para gobernar interviene directamente 
en el conflicto, pasa a ser parte del mismo, y en consecuencia, refuerza su 
tesis de que no se puede hablar de terceros y que el conflicto vuelve a la 
bipolaridad. 
 
Si tomáramos un ejemplo real, como puede ser el conflicto que se conoció 
como “el conflicto entre el campo y el gobierno”, y sin pretender defender ni 
atacar a ninguna de las partes, ya que cada uno ha formado su opinión al 
respecto, creo que es muy oportuno para ejemplificar esta situación de los 
terceros. Obsérvese cómo en un conflicto que era bien sectorizado, y con 
dos actores muy marcados los productores agropecuarios (representado por 
la Mesa de Enlace) y el Gobierno Nacional (representado por la Presidenta y 
los Ministros que intervinieron en el mismo), y donde el resto o gran parte 
de la sociedad era un tercer excluido del mismo; pero a medida que el 
conflicto se fue prolongado, con acciones desarrolladas por cada parte que 
fueron produciendo una fuerte escalada del mismo, llegando a un punto de 
crisis tal que, todos o la gran mayoría de los que éramos originariamente 
terceros, y a partir de encontrarnos perjudicados o beneficiados por lo que 
ocurría, concluimos tomando parte por algunos de los dos campos en 
conflicto. Fuimos, al decir de Entelman, atraídos con ese campo magnético, 
y dejamos de ser terceros para ser parte, a partir de machas de apoyos al 
campo o, por otro lado, movilizaciones masivas de apoyo al Gobierno, y así 
podríamos enumerar cientos de acciones que llevaron a que la sociedad que 
era un tercero, terminara involucrada directamente en el conflicto. Y de 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 19 
 
igual modo, el Congreso de la Nación (sin entrar a analizar si correspondía 
o no que interviniera o si el tema en discusión era de su competencia o no) 
comenzó como un tercero, y terminó teniendo la decisión final en un 
conflicto que abarcó a todo el país. 
 
Fase Dinámica del Conflicto 
Al hablar de lo que se denomina la fase dinámica del conflicto, el eje central 
de la misma es la intensidad del conflicto, entendiendo a ésta en relación 
a las conductas conflictivas, es decir, la mayor o menor intensidad de los 
medios, recursos o acciones de poder que utilizan las partes en busca de sus 
objetivos, en forma concreta o potencial como puede ser la amenaza. Y la 
decisión de utilizar un recurso determinado u otro en un conflicto, es una 
decisión racional del sector intelectual de la conciencia. 
 
Siempre, la intensidad de un conflicto se mide a partir de los actos que 
desarrolla cada parte dentro de él, por caso, no tiene el mismo grado de 
intensidad en el reclamo de una deuda, una llamada telefónica reclamando 
el pago de lo adeudado, que una carta documento o una demanda judicial. 
En este ejemplo observamos tres medios distintos que utiliza una parte, y 
cuya intensidad no es de igual tenor. 
 
Sugiero remitirse a la bibliografía citada en el programa, a los fines de 
profundizar las formas y los mecanismos para mediar la intensidad de las 
acciones en un conflicto. 
 
Dinámica de la interacción conflictual 
Habiendo descripto muy sintéticamente qué se entiende por intensidad en 
los conflictos, y partiendo de que todo conflicto es un proceso dinámico de 
interacción entre dos partes, es que se analizará ahora cómo se produce esa 
interacción conflictual. 
 
Hasta aquí se ha visto que el conflictoes una especie de relación social 
donde existe incompatibilidad de objetivos entre al menos dos de sus 
miembros. Por otro lado, también se analizó que siempre los actores de los 
mismos son personas, aunque los actores sean colectivos. Y la dinámica de 
la interacción conflictual se define por las acciones o recursos que los 
actores llevan a cabo para lograr satisfacer sus intereses, que éstas pueden 
ser de mayor o menor intensidad. 
 
 
 
 
Una definición de interacción es la de J. David Singer (Rosenau. 1969-37), 
quien expuso que existe interacción cuando: “…dos o más entidades 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 20 
 
realizan conductas recíprocas y puede detectarse una secuencia 
de por lo menos dos actos discernibles tales que el primer pueda 
razonablemente ser interpretado como parcialmente 
responsable del segundo.” 
Es decir que la interacción se produce a partir de conductas recíprocas, 
donde siempre la acción de una parte es producto y reacción de la conducta 
de otra, y así sucesivamente. 
 
Cuando la intensidad de las acciones va creciendo, desde la de menor a la 
de mayor intensidad, se percibe una escalada del conflicto. Por el 
contrario, si las acciones van de mayor a menor intensidad, se produce una 
desescalada del conflicto. Es decir que la escalada o desescalada del 
conflicto se determina por los cambios en los niveles de intensidad en la 
interacción entre los actores del conflicto, y ésta se caracteriza por las 
acciones de las partes. 
 
Está demostrado que los conflictos nunca tienen una intensidad estable 
durante todo su desarrollo, ésta es variable y aumentan o disminuyen 
permanentemente. 
 
Estas variaciones pueden ser en forma abrupta o en forma suave, ya sea que 
a un acto de una baja intensidad le prosiga otro de intensidad similar o 
levemente más fuerte por lo que la escalada será suave; y en cambio, 
estamos frente a una escalada abrupta cuando la diferencia de intensidad 
entre una acción y otra es muy grande. 
 
De igual modo ocurre con la desescalada del conflicto, ya que si ésta es 
gradual la diferencia de intensidad es leve; por el contrario si la diferencia 
es muy alta, entonces estamos frente a una desescalada abrupta. Por 
ejemplo, si en un conflicto gremial, el sindicato decide un paro 
indeterminado, y detiene totalmente la producción de una industria, y luego 
de esa acción, la patronal eleva una propuesta que es acepta por el sindicato 
y con eso se resuelve el conflicto, estamos ante una desescalada abrupta, ya 
que pasamos de una acción de alta intensidad (el paro) a una solución del 
problema y la desaparición del conflicto. 
 
Puede ocurrir también que en un momento determinado se produzca un 
estancamiento del conflicto, esta situación se presenta cuando el aumento o 
descenso del nivel de intensidad se detiene. Pero es importante aclarar que 
siempre el estancamiento será transitorio, no hay un estancamiento 
permanente, y la salida del mismo puede producir una nueva escalada o 
una desescalada de intensidad del conflicto. 
 
El estancamiento se produce, generalmente, cuando en un momento 
determinado del proceso del conflicto, en el cual se han venido produciendo 
acciones y reacciones por parte de los actores, se abre una instancia de 
diálogo o de negociación, asistida o no. Esto produce una parálisis de las 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 21 
 
acciones y se traduce en un estancamiento del conflicto y que según el 
resultado de esa instancia, seguirá con una escalada o desescalada. 
 
Un ejemplo de estos procesos de estancamiento se produce cuando en 
conflicto bélico se lleva a cabo lo que se conoce como un “alto al fuego”, y 
permite la apertura de acciones diplomáticas para resolver el conflicto, que 
si son positivas, se traducen en la finalización del enfrentamiento. 
 
También la práctica ha demostrado que siempre en un conflicto donde se 
produce una escalada, a partir de acciones de niveles de alta intensidad por 
una parte, incluso llegando a situaciones de violencia, la otra parte, se ve 
obligada a responder con una conducta de igual o mayor intensidad, ya que 
si esto no ocurre, puede ser tomado como una muestra de debilidad en esa 
confrontación. 
 
Además, esta reacción, genera en quien fue el actor cuya conducta 
originaria desató esta escalada, la necesidad de implementar una acción de 
mayor magnitud que la anterior, generándose así un círculo que lleva al 
conflicto a niveles de intensidad muy alto, generando lo que en nuestra 
primera parte, cuando desarrollamos las fases del conflicto, se denominó 
Fase de Crisis. 
 
Ejemplos que demuestren esto sobran; el Profesor Entelman (2005) 
establece que el conflicto conocido como La Guerra Fría ofreció un 
“dramático” ejemplo de lo que se denomina un juego de escalada, con la 
carrera armamentista, que concluye en el momento en que la entonces 
Unión Soviética entendió que no estaba en condiciones de superar la última 
acción de los Estados Unidos, cuando el entonces Presidente Ronald 
Reagan, anunció el proyecto de defensa antimisiles conocido como “Guerra 
de las Galaxias”. 
 
Pero volviendo a la situación de nuestro país, un ejemplo muy demostrativo 
de este juego de escalada se percibió en el ya mencionado conflicto entre el 
campo y el gobierno nacional: cada una de las partes fue generando 
acciones de mayo nivel de intensidad a las respuestas que recibía de su 
adversario. Y así las posiciones duras de los productores agropecuarios, 
encontraban discursos agresivos por parte de la Presidenta; y ante éstos los 
productores llevaban a cabo medidas cada vez más violentas hasta llegar a 
situaciones como los cortes de las rutas, y las consecuencias que ese 
conflicto presentó a toda la sociedad, hasta que a partir de la intervención 
del Congreso se tomó una decisión, que no resolvió el conflicto propiamente 
dicho, pero generó una clara desescalada en los niveles de intensidad que 
presentaban las partes. 
 
Por último, es importante destacar que en cuando un conflicto ha alcanzado 
determinados niveles de intensidad, mucho más dificultosa va a ser su 
resolución. Si el objetivo que se persigue es tratar de resolver el conflicto, 
cuando más a tiempo se lo puede trabajar mejor será. Si tenemos en cuenta 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 22 
 
las fases mencionados al principio, lo ideal para resolver un conflicto 
reduciendo al máximo sus consecuencias negativas, es tomarlo en la Fase 
Temprana, donde generalmente no se ha producido la escalda o ésta es de 
muy baja intensidad. 
Pero si por el contrario, no se lo pudo trabajar en esa primera fase, y el 
conflicto ha tenido una marcada y acentuada escalada, con niveles altos de 
intensidad, será muy difícil que las partes puedan producir un 
estancamiento o una desescalada del mismo, ya que la acción en ese sentido 
por parte de uno de los actores, como vimos, puede ser tomado como una 
señal de debilidad por el otro, y esto conlleva a una acción muy dura para 
terminar imponiéndose ante su adversario. Además, si se ha llegado a ese 
nivel de enfrentamiento, es muy raro, casi imposible, pensar que entre las 
partes pueda existir un canal de comunicación directo que genere el diálogo 
necesario para llegar a un pacto, acuerdo o compromiso para resolver los 
puntos de conflictos. 
 
Ante esa situación, es indispensable la intervención de terceros, y éstos 
están llamados a cumplir un rol cada vez más importante en el tratamiento 
de los conflictos, sobre todo los de alta intensidad, y a través de ellos 
generar las condiciones para llevar adelante procesos de diálogos y de 
comunicación entre las partes, que permitan generar un estancamiento o 
parálisis en el conflicto, sin que esto sea interpretado por las contrapartes 
como situaciones de debilidad o estado de vulnerabilidad.Y es para ello que se torna indispensable que esos terceros que les 
corresponda o tengan la posibilidad de intervenir estén capacitados y 
formados para interpretar y analizar el conflicto, sus actores, los objetivos, 
los terceros, etc., y poder realizar la correcta y más adecuada 
caracterización para a partir de allí, desarrollar la más eficaz estrategia que 
permita trabajar con los actores en la resolución del conflicto. 
 
En ese sentido, las herramientas de Resolución Alternativas de Conflictos 
están llamadas a cumplir un rol esencial, en la búsqueda de soluciones y 
acuerdos por vías pacíficas y a través del diálogo entre los actores, y con la 
colaboración de terceros, como mediadores o árbitros. 
 
Seguidamente se desarrolla los conceptos general de estos mecanismos, su 
originen, sus ventajas y críticas, como así también los métodos más 
utilizados y conocidos. 
 
 
 
 
 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 23 
 
1.6 La Resolución Alternativa de 
Disputas - R.A.D. - La Cultura del litigio y 
los sistemas alternativos - Ventajas y 
críticas - Gama de opciones de la R.A.D. 
Al hablar de Resolución Alternativas se debe tener en cuenta que en verdad 
la forma de solucionar los problemas de nuestros antepasados y previo a la 
existencia del Estado de Derecho, era a través de estos mecanismos, con 
otras características y otras herramientas, pero mucho después se 
implementó el sistema jurídico como vía para la resolución de conflictos, 
por lo que perfectamente se podría afirmar que el sistema alternativo para 
la resolución de conflicto fue el Derecho y no a la inversa. 
 
Pero ocurre que nuestra cultura y particularmente, nuestra formación como 
abogados nos ha llevado a lo que se conoce como la “cultura del litigio” 
dónde los problemas se resuelven en tribunales por medio de un juicio, o no 
se resuelven. Ya sea porque no son trascendentes para el sistema, aunque 
para las partes afectadas sean muy importantes, o porque no se tiene los 
recursos necesarios para acceder al servicio de justicia, y ésta es una de las 
desigualdades más terrible que existe, porque no poder ejercer un derecho 
por falta de recursos económicos, es una de las más grandes injusticias. 
 
Aun aquellos que pueden acceder al sistema jurídico, se encuentran con que 
el objetivo de este es abstracto, es buscar la verdad, hacer justicia, que no 
necesariamente se traduce en solución del problema. El juez utiliza un 
sistema de adjudicación, de allí que se hable de adjudicar el derecho. Las 
partes presentaran sus pretensiones, acompañaran las pruebas por las que 
considera que le asiste el derecho que reclaman, y será el tercero el que 
decida cómo se resuelve la controversia, pero no según su leal saber y 
entender, sino ajustándose a lo que determina la norma. 
 
También se observa que el sistema judicial se encuentra absolutamente 
desbordado y saturado, por la gran cantidad de causas que se llegan a los 
estrados, donde la estadística demuestra además, que son más las causas 
que entran que las que se resuelven. El tiempo de duración de los procesos 
judiciales lleva a que una causa ordinaria lleve años para su resolución, y 
como se ha dicho siempre “justicia tardía, no es justicia”; toda esta 
situación demuestra que el sistema judicial no es eficaz, pero además de ello 
y más grave aún, es que el sistema no es creíble ni confiable para los 
ciudadanos, para el ciudadano común, y eso afecta mucho más la 
institucionalidad de la justicia. 
 
 
Por ello es indispensable aplicar otros métodos de resolución de conflictos, 
más económicos, eficaces, breves y justos, que procuren efectivamente 
resolver el problema planteado entre las partes, que persigan como objetivo 
central la paz y la disolución del conflicto, para que muchas de las causas 
que hoy terminan en los tribunales puedan ser tramitas por estos medios, 
como así también a todos aquellos ciudadanos que de otra manera no 
tienen acceso a la justicia, y esos pequeños problemas con vecinos, 
familiares, etc., que como se desarrolló en la primera parte de la unidad, no 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 24 
 
presentan conductas prohibidas y en consecuencia no están previstas como 
conflictos en el ordenamiento legal, y por ellos el sistema judicial no le 
brinda respuesta a los involucrados. 
 
Fue a partir de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, y, sobre todo, 
en el contexto internacional, que se empezó a plantear la necesidad de 
pensar en formas alternativas de resolver conflictos. La humanidad no se 
podía permitir que la violencia y la guerra fueran la única forma de 
solucionar sus problemas, y eso significara millones de muertos. Por ello se 
empieza a trabajar en los Métodos de Resolución Alternativas de Conflictos 
o Disputas (RAC o RAD), y entre otros se comienzan a desarrollar la 
Negociación, la Mediación, la Conciliación, el Arbitraje, etc. 
 
Surge de esa manera a nivel mundial un fuerte Movimiento de Resolución 
Alternativa de Conflictos. Así estos métodos se empiezan a aplicar a todo 
nivel, tanto para resolver problemas a nivel internacional, o entre dos 
empresas o dentro un mismo grupo, incluso entre personas individuales, 
que eligen resolver sus conflictos de una forma distinta y pacífica, en lugar 
de recurrir a un tercero, el juez, que dirima quién tiene razón y quién no. 
También, el procedimiento de negociación particularmente, se implementa 
para aquellas ocasiones en las que se debe tomar una decisión, y evitar 
llegar a un conflicto posterior. 
 
 
Debe tenerse presente que estos métodos no tiene como objetivo el 
reemplazo del sistema judicial. Muy por el contrario, deben 
complementarse con él, logrando constituir un Sistema de Resolución de 
Conflictos eficiente, que se inicie con las instancias a su más bajo nivel, y si 
es posible en forma descentralizada, y luego, a medida que sea necesario, ir 
avanzando a métodos de mayor nivel, reservando como última instancia el 
proceso judicial. Esto se conoce como Principio de Subsidiariedad. 
 
Por otro lado, no debe obviarse que existen gran cantidad de conflictos que 
no pueden ser resueltos por otra vía que no sea la judicial, ya sea porque 
son de orden público o por cuestiones que no son disponibles por los 
particulares, como se verá en las próximas lecturas. Ejemplo de estas 
situaciones tiene que ver con la discusión de un régimen de visita o una 
cuota alimentaria, que las partes en conflictos podrían discutir y acordar en 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 25 
 
una instancia de mediación, con la colaboración de un tercero neutral 
llamado mediador, como ya se desarrollará. Pero esas mismas partes no 
pueden por intermedio de una instancia de mediación declarar un divorcio, 
ya que eso le corresponde a una autoridad en representación del Estado, 
que fue la misma autoridad que en nombre del Estado, declaró y reconoció 
oportunamente ese matrimonio. Lo mismo ocurre con aquellas causas 
penales de orden público, y que no es materia disponible de las partes, 
aunque estas puedan acordar en mediación los respectivos a 
indemnizaciones u otras acciones civiles derivadas de la acción penal. 
 
Ventajas de la Resolución Alternativas de Disputas 
(RAD) 
 
Los métodos RAD presentan determinadas ventajas que hacen aconsejable 
su uso, a saber: 
 
 
 
Rápidas: el problema puede ser resuelto en pocas semanas y no tardar 
años como un litigio judicial. 
 
Confidenciales: todo lo que se habla en una mesa de negociación, 
mediación, etc., que cubierto por la confidencialidad, que es una garantía 
para las partes como para el tercero neutral involucrado, como por caso es 
la mediación. 
 
 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 26 
 
 
Informales: no poseen una estructura rígida como es el proceso judicial. 
 
Flexibles: las partes tienen la libertad de acordar lo que consideran que es 
más convenientepara ambas, sin estar atadas a ningún precepto legal. 
 
Económicas: los costos siempre son inferiores a los que ocasiona el litigio 
en los tribunales. 
 
Justas: como se dijo anteriormente, la solución es lo que las partes 
consideran más conveniente y justo para ellas. 
 
Exitosas: desde las estadísticas está demostrado que los resultados son 
más exitosos que los de los juicios, pero además, el cumplimiento de los 
acuerdos alcanzados es más eficiente, ya que la parte que fue protagonista 
para llegar a ese acuerdo, siente un compromiso más fuerte con el mismo. 
 
 
Críticas a la Resolución Alternativas de Disputas 
(RAD) 
 
Por supuesto que estos métodos no son perfectos ni muchos menos, y 
consecuentemente poseen críticas importantes que es necesario conocer: 
 
 
 
 
El desequilibrio de poder entre las partes: nunca la situación de 
poder entre los actores es igual, ya que tienen posiciones económicas, 
sociales, culturales, etc. Distintas y por ello una parte puede no estará en 
condiciones libres de acordar o no conocerá sus derechos o posibilidades. 
 
Ausencia de representación suficiente para dar consentimiento: 
esta crítica está dirigida a aquellos actores que toman decisiones y celebran 
acuerdo en representación de personas jurídicas, y en los cuales no siempre 
se reconoce el real interés de sus socios o clientes. 
Falta de fundamento para la posterior actuación judicial: la crítica 
se plantea especialmente en aquellos que sostiene que el acuerdo reemplaza 
a la sentencia. Y esto lo considera un error ya que la sentencia puede ser 
modificada por otras instancias posteriores, mientras que una vez 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 27 
 
alcanzado un acuerdo el juez queda decididamente atado a lo que las partes 
dispusieron. 
La justicia debe prevalecer antes que la paz: y por último nos 
encontramos con la diferencia más sustancial entre los métodos 
alternativos y los juicios, que es la búsqueda de la paz o la justicia. 
En definitiva, como se ha dicho anteriormente, más allá de las ventajas y las 
críticas, no debe tomarse estos métodos como una forma de reemplazo o de 
privatización de la justicia, ya que la RAD será eficiente si tiene como 
reaseguro el ciudadano el sistema judicial detrás, ya que no debemos 
olvidar que el poder de recurrir al uso de la fuerza para ejecutar el 
cumplimiento de un acuerdo o de un lado, seguirá estando siempre en 
manos del Estado, y no de los particulares. 
Y además, funcionando en un sistema coordinado y de cooperación, los 
beneficios que estos métodos conjuntamente con la instancia judicial, 
pueden traer a la implementación del servicio de justicia, como así también 
a la búsqueda de paz social es muy importante. 
Gama de Opciones de la R.A.D. 
Existen numerosas opciones de resolución alternativas de disputas que 
pueden poner en práctica a los fines de buscar otra forma de resolver 
conflictos que no sea el sistema judicial. 
Muchas de ellas no son conocidas ni divulgadas, y ese sea probablemente su 
mayor déficit, que hacen que los mismos no sean aplicados, salvo casos 
excepcionales. 
A continuación haremos mención de algunos métodos RAD que se 
encuentran descriptos en el libro “Mediación para Resolver 
Conflictos” de las autoras Elena Highton y Galdys Álvarez (4). En 
primer lugar se describen los cuatro métodos más comunes y usados; para 
luego desarrollar herramientas más desconocidas, pero igual de útiles. 
La negociación es un procedimiento que “…se hace directamente por las 
partes, sin ayuda ni facilitación de terceros. Es un proceso voluntario, 
predominantemente informal, no estructurado, que las partes utilizan 
para llegar a un acuerdo mutuamente aceptable.”(1995:119) 
 
La Conciliación “…consiste en un intento de llegar voluntariamente a un 
acuerdo mutuo, en que puede ayudar un tercero quien interviene entre los 
contendientes en forma oficiosa y desestructurada, para dirigir la 
discusión sin un rol activo.” En América Latina este vocablo se lo utilizar 
para nombrar la facilitación de un acuerdo presidido por un juez. En este 
sentido, en la mayoría de los Código Procesales se regula la conciliación 
para permitir que el juez convoque a las partes en litigio a fin de intentar 
que lleguen a un acuerdo. (1995:120) 
 
 
 
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4
 Highton Elena y Alvarez Gladys; “Mediación para resolver conflictos”; Editorial Ad- Hoc, Buenos Aires (año1995). 
 
 
 
 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 28 
 
La Mediación es un procedimiento informal, no estructurado, no 
adversarial, en el cual un tercero neutral ayuda a las partes a negociar para 
llegar a un resultado mutuamente aceptable. El mediador no actúa como 
juez, pues no puede imponer una decisión, sino que ayuda, colabora, con las 
partes a identificar los puntos en controversia, a explorar las posibles bases 
de un pacto y las vías de solución. (1995) 
 
El arbitraje es un procedimiento por el cual se somete una controversia, 
por acuerdo de las partes o por imperio de la ley, a un árbitro o a un 
tribunal de varios árbitros que dicta una decisión (LAUDO) sobre dicha 
controversia que es obligatoria para las partes. Al escoger el arbitraje, las 
partes optan por un procedimiento privado de solución de controversias en 
lugar de acudir ante los tribunales. 
 
Otros métodos: 
 
Mediación/Arbitraje (med/arb): es un combinación de ambas figuras, 
por la cual las partes se comprometen a intentar resolver su contienda a 
través de un procedimiento escalonada, en virtud del principio de 
subsidiariedad, empezando por un nivel más bajo, esto es la mediación, y 
luego, si no se logra un acuerdo, pasar a un nivel más alto de resolución 
como es el arbitraje. Este procedimiento combinado asegura la resolución 
del conflicto, porque si no hay acuerdo en la mediación, pasará a decisión 
de un tercero neutral en calidad de árbitro, pero el problema al final tendrá 
una resolución. Para su aplicación las características de cada uno de estos 
dos métodos son las comunes a cada uno de ellos. (1995) 
 
Arbitraje/Mediación (arb/med): es la combinación de los dos 
procedimientos anteriores, pero en orden invertidos. Primero se desarrolla 
el juicio arbitral, en el cual el árbitro dicta un laudo (decisión final) pero no 
lo hace público, por el contrario lo reserva en un sobre cerrado, lo pone a 
disposición de las partes y se retira del lugar. Las partes tienen la 
posibilidad de abrir el sobre, conocer la decisión y ha concluido el 
procedimiento, o bien, recuperar el proceso de negociación para ellas, no 
abrir el sobre y buscar una solución acordada por ellas. Si al entrar 
nuevamente el árbitro a la sala, las partes han decidido no abrir el sobre y 
tratar de lograr un acuerdo, pues el tercero neutral se convierte en 
mediador. Si se llega a un acuerdo, el sobre se destruye y nadie sabrá cuál 
era la decisión del tercero, por el contrario si no se logra un acuerdo se abre 
el sobre y se hace público el laudo, que será obligatorio para las partes en 
conflicto. (1995) 
 
Medaloa: esta herramienta la puede sugerir el mediador cuando ve que el 
proceso llega a su fin y las partes no ha podido lograr un acuerdo. Entonces 
se ofrece actuar como árbitro por el sistema de arbitraje de la última oferta. 
Es decir que optará como árbitro entre las dos últimas ofertas sugeridas en 
la mesa de mediación, pero sin poder partir las diferencia, es decir, será una 
opción o la otra. Al decir de las autoras mencionadas, esto motiva a las 
partes a hacer nuevas concesiones, y si no lo logran reducir el conflicto, se 
aplica el arbitraje mencionado. (1995) 
 
Alto-Bajo (high-low): Las partes van acordar un máximo y un mínimo,que será lo que perciba el acreedor. Pero la calidad de acreedor aún no está 
definida, y eso será sometido a arbitraje. Si el árbitro decide que si es 
acreedor percibirá el máximo, por el contrario si decide que no, percibirá el 
mínimo. El objetivo de este método es incitar a utilizar el arbitraje para 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 29 
 
decidir la calidad de acreedor de una parte cuando esto está discutido. 
Generalmente quién aduce ser acreedor no acepta el arbitraje, pero 
sabiendo que aun no siendo reconocido como acreedor igual gana, es una 
forma de estimularlo a participar. Y por el lado del deudo, tiene la 
posibilidad de acordar un máximo más bajo del que debería afrontar si 
fuera en sede judicial. (1995) 
 
Pericia arbitral: este mecanismo, previsto en el Código de Comercio, 
como expeditivo modo para la solución de diferendos que en la ejecución de 
ciertos contratos se suscitase sobre cuestiones de hecho, y lo decidido por el 
árbitro tiene valor de cosa juzgada con relación a tales hechos. (1995:125) 
 
Experto neutral: cuando los conflictos versan sobre cuestiones técnicas 
para partes pueden contratar a un experto neutral, quién emitirá una 
opinión técnica neutral sobre los hechos o pautas puestas a su 
consideración. Las partes pueden pactar sobre el alcance del dictamen y la 
obligatoriedad o no de éste. (1995:126) 
 
Oyente neutral: las partes recurren a un tercero con destacados 
antecedentes y de confianza de ambas. Ellas le presentarán al oyente, la 
mejor propuesta posible que está en condiciones de efectuar a la contra 
parte. Éste las evalúa, las compara y luego informa si las propuestas se 
acerca lo suficiente como para justificar la celebración de reuniones con el 
fin de pulir y ajustar las diferencias. EL oyente neutral no necesita explicar 
qué criterio uso para analizar las propuestas y debe mantener absoluta y 
estricta reserva de cada propuesta, al menos hasta que las partes lo eximan 
de esa obligación. (1995:128) 
 
Ombudsman: también conocido en los países iberoamericanos como 
Defensor del Pueblo, cumple un rol de mediador entre la administración 
pública y los ciudadanos, y se convierte así en una instancia alternativa de 
resolución de conflictos. 
 
Mini juicio: este procedimiento no es un juicio chiquito, sino una 
presentación oral efectuada por los abogados ante los directivos de las 
empresas que se encuentran en conflicto, quienes luego intentan arribar a 
un acuerdo. La ventaja es que se produce in intercambio de información 
entre partes, ya que los abogados presentan los elementos de mayor 
envergadura y prueba en forma privada a sus representados y a los 
contrincantes. Ello conlleva que ambas partes conozcan la situación del 
otro, y puedan buscar una solución imaginativa y conjunta, sobre todo en 
casos de gran complejidad, y por otro lado permite que aquellos directivos 
que no habían tomado contacto con el caso, se interioricen y participen en 
forma activa para su resolución. (1995) 
 
Alquiler de un juez: las partes recurren a este mecanismo como una 
forma de evitar tribunales y la instancia judicial por su demora. Es un 
procedimiento privado donde las partes contratan a quién deberá actuar en 
la toma de la decisión final, y que generalmente se busca a un juez retirado. 
A diferencia del arbitraje, en este caso el “juez” deberá fallar según el 
derecho positivo y los antecedentes, como lo haría si aún estuviera en 
ejercicio de la magistratura, y las partes aceptan previamente que la 
decisión será obligatoria para ellas. (1995) 
 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 30 
 
1.7 Breve noción de métodos de 
resolución de conflictos: adversariales y 
no adversariales - Rasgos distintivos y 
análisis comparativo 
En primer lugar, los métodos de resolución de conflictos pueden ser 
clasificados en Métodos Adversariales o Métodos no Adversariales, 
a saber: 
 
 
Por otro lado, según quién toma la decisión final para resolver el conflicto 
se los puede clasificar en Métodos de Autocomposición o Métodos de 
Heterocomposición: 
 
 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 31 
 
A partir de estas dos clasificaciones, se puede afirmar que la negociación es 
un proceso de resolución alternativa de conflictos de características no 
Adversarial ya que las partes actúan en forma cooperativa para resolver el 
problema y no como adversarios; y es un Método de Autocomposición, 
porque el resultado final va a surgir de las propias partes y no de un tercero 
ajeno al conflicto. 
 
En el siguiente cuadro se puede visualizar claramente, cuál es el poder que 
poseen las partes o los terceros en diversos métodos de resolución de 
conflictos, observándose que en la negociación el poder es absolutamente 
de las partes, y ésta es una de las características principales de este proceso. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Mediación, Arbitraje y Negociación – Profesor Rodrigo Mauro | 32 
 
1.8 Diferencias entre Negociación, 
Mediación, Arbitraje y Conciliación 
 
En el cuadro siguiente se puede observar claramente las 
diferencias y semejanzas entre estos distintos procesos de 
resolución de conflictos: 
 
 
Conciliación 
 
Negociación 
 
Mediación 
 
Arbitraje 
1 Método No 
Adversarial y 
Autocomposición 
Método No 
Adversarial y 
Autocomposición 
Método No 
Adversarial y 
Autocomposición 
Método Adversarial y 
Heterocompositivo 
2 Informal y No 
estructurado 
Informal y No 
estructurado 
Informal y una 
mínima estructura 
Informal y 
Estructurado 
3 Consensual o 
imposición 
Consensual Consensual o 
imposición. 
Consensual o 
Imposición 
4 Confidencial Confidencial Confidencial Confidencial 
5 Interviene tercero 
neutral en calidad 
pasiva 
No interviene un 
tercero 
Interviene un 
tercero en forma 
activa (el 
mediador) 
Interviene un tercero 
neutral para tomar la 
decisión final 
6 Solución adoptada 
por las partes 
Solución adoptada 
por las partes. 
Solución acordada 
por las partes 
Solución adoptada 
por un tercero 
(árbitro) 
7 Acuerdo 
(Obligatorio para las 
partes) 
Acuerdo 
(Obligatorio para 
las partes) 
Acuerdo 
(Obligatorio para 
las partes, y si es 
homologado es 
ejecutable) 
Laudo 
(Obligatorio para las 
partes y ejecutable) 
 
1) Se hace referencia a los métodos en los que se incluye a cada proceso, y 
que fueron desarrollados anteriormente. 
2) Según las características del procedimiento, debe aclararse que en el caso 
del arbitraje si bien reviste algún grado de formalidad esta es flexible y 
rígida como en el juicio. 
3) Se hace referencia a la instrumentación del procedimiento, ya que el 
mismo puede ser por consenso, o en algunos casos por imposición de la ley 
o forzoso, como lo veremos más adelante. 
4) El secreto o no en las actuaciones y discusiones que se llevaron adelante. 
5) Se precisa si en el proceso tiene intervención algún tercero, y en los caso 
en que efectivamente lo hacen, en que calidad o rol dentro del proceso. 
6) Quién adopta la decisión final. 
 
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7) Instrumento por el cual se formaliza la decisión final y sus efectos para 
las partes. 
Observando este cuadro se percibe que, en principio, no existirían 
diferencias entre la conciliación, la negociación, la mediación. Y en verdad, 
la mediación es un proceso de negociación entre partes, asistidos o 
apoyados por uno o dos mediadores profesionales, neutrales, quienes tiene 
un rol activo en el proceso pero no son los que va a adoptar la resolución 
final, no son jueces, sino que su función es, a través de diversas técnicas y 
herramientas, colaborar y trabajar con las partes, para que ellas puedan 
arribar a un acuerdo satisfactorio para ambas. Mientras que el proceso de 
negociación es directo entre partes, y no existe la colaboración ni la 
participación de ningún tercero en el mismo. Y en la conciliación la gran 
diferencia

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