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RESUMEN TEMA 11

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HISTORIA DEL MUNDO
CONTEMPORÁNEO
TEMA 11
LA REVOLUCIÓN RUSA.
LA DICTADURA DE STALIN
Rusia a principios del siglo XX
Desde finales del siglo XIX en el régimen zarista se debatía entre el arcaísmo y la modernidad. La
modernización originó que muchos obreros adoptasen el marxismo y otras ideologías
revolucionarias. Pero todos estos cambios sociales y económicos no significaron un cambio de la
política inmovilista del zar Nicolás II.
En el ámbito político aparecieron una serie de partidos clandestinos. Los Kadetes, (Partido
demócrata constitucional), estaba compuesto por liberales. Los socialistas populares agrupaban a
intelectuales y campesinos acomodados de carácter nacionalista. El Partido Socialdemócrata ruso,
que preconizaba la toma del poder por los trabajadores, y vivió en 1903 en dos fracciones: la
mayoría (bolshinstvo) y la minoría (menshinsvo), de dónde vienen los nombres de Bolcheviques y
Mencheviques.
Los Bolcheviques constituyeron el Partido Comunista para subrayar su ruptura con los socialistas
moderados y se declararon partidarios de la insurrección popular y de la constitución de la
“Dictadura del proletariado”.
La revolución burguesa de 1905
Los factores que motivaron la revolución de 1905 fueron muy diversos. Sin embargo, no puede
hablarse propiamente de una revolución, sino de un conjunto de manifestaciones que desembocaron
en enero de 1905 en el domingo sangriento, cuando los obreros fueron reprimidos violentamente
en San Petersburgo.
El zar Nicolás II se vio obligado a realizar algunas concesiones: libertad de expresión, de asociación
y derecho de voto a todos los ciudadanos, y sobre todo la creación de una Duma (parlamento), con
poderes para aprobar las leyes.
Paralelamente se alcanzó un acuerdo con Japón para poner fin a la guerra. El soviet de Petersburgo
(soviet significa al Consejo y a las asambleas elegidas por las organizaciones de obreros,
campesinos y soldados) surgidos durante los acontecimientos de 1905, fue desmantelado en el mes
de diciembre y sus líderes tuvieron que huir o fueron encarcelados.
Rusia y la Primera Guerra Mundial
La primera Guerra Mundial puso de manifiesto las grandes debilidades del régimen zarista. En
agosto de 1914 Rusia entraba junto a los aliados en el conflicto europeo. Sin embargo las derrotas
militares entre 1916 y 1917, los muertos y heridos en combates, las dificultades económicas,
declararon las condiciones de vida del proletariado y de las clases medias.
El zar Nicolás II no hizo caso de las advertencias de los miembros liberales y progresistas de la
Duma para que fuese instaurado un poder constitucional, y hacia finales de 1916 la situación se
tornó insoportable. Los sectores moderados, que fueron contrarios a la revolución de 1905, se
unieron a los obreros en febrero de 1917.
Revolución socialista de febrero 1917
Las revueltas del mes de febrero en Petrogrado sorprendieron a un régimen desacreditado y pronto
se convirtieron en una revolución. En el transcurso de una semana el gobierno zarista se derrumbó y
las tropas enviadas para reprimir a los obreros se unieron a los manifestantes. El zar se vio obligado
a disolver la Duma y a abdicar, en el mes de marzo, en favor de su hermano Miguel, quien el día
siguiente renunció al trono.
El poder político quedó en manos de dos nuevas instituciones. Por un lado, el soviet de los obreros
y soldados de Petrogrado, y por otro, un gobierno provisional dirigido por el príncipe Lvov, con
diputados de la Duma y un representante del soviet, el dirigente socialista Kerenski.
Inicialmente el gobierno provisional gozó de una gran popularidad. Disolvió la policía zarista y
restauró la libertad de opinión, de asociación y de prensa. Pero la mayoría de la sociedad deseaba
otra cosa: los campesinos el reparto de las tierras; los soldados la paz y los obreros el control de las
empresas y su nacionalización. Tras ellos apelaron a una forma de democracia directa y
establecieron miles de soviets y de comités, dirigidos por mencheviques y socialistas
revolucionarios, convencidos de que sólo ellos eran capaces de resolver los problemas de Rusia.
Mientras que las tensiones sociales iban en aumento, los bolcheviques aceptaron el papel dirigente
de la burguesía, hallándose comillas para poner fin a la guerra. Estaban divididos en dos tendencias:
los visitantes dirigidos por Lenin que se encontraban en el extranjero cuando empezó la revolución,
y los que habían permanecido en el país.
Los bolcheviques fueron los únicos que radicalizar la actitud cada vez más violentas de las masas y
el pedir todo el poder para los soviets y la paz sin adicciones.
Cuando en abril de 1917 Lenin regresó al país, no acepto ningún compromiso ni con los socialistas
ni con los mencheviques. Fue en ese momento cuando Lenin se puso a la cabeza de la revolución y
consiguió en pocas semanas imponer sus tesis entre las diferentes ideologías del partido: poner fin a
la guerra, confiscar y repartir las tierras y crear una república de soviets.
El primer congreso de los soviets reunidos el día 3 junio en Petrogrado, estuvo dominado por los
Mencheviques y los socialistas revolucionarios. El gobierno de coalición dirigido por Kerenski se
encontraba en plena crisis económica, pero los bolcheviques, que todavía eran minoritarios, no
lograron impedir el Congreso aprobase la gestión del gobierno.
La revolución soviética de octubre y el triunfo de los bolcheviques
Durante los meses siguientes, el gobierno de Kerenski dio prioridad a continuar la guerra, y lanzó
una vasta ofensiva que terminó en un aplastante derrota y la desarticulación total del ejército. Las
manifestaciones de los obreros y sus dardos contra el gobierno fueron brutalmente reprimidas.
Trotski fue detenido, y Lenin, acusado de alta traición, tuvo que huir a Finlandia.
Ante la pérdida progresiva de poder del gobierno provisional, Lenin volvió a Rusia para acelerar el
proceso revolucionario. La insurrección organizada por el Comité revolucionario de Petrogrado,
bajo la dirección de Trotski, estalló en la noche del 24 al 25 octubre. Destacamentos bolcheviques
se apoderaron de los puntos estratégicos de Petrogrado. El gobierno provisional no opuso
resistencia y el primer ministro Kerenski huyó al extranjero. El segundo Congreso de los soviets, en
el que los bolcheviques ya eran mayoría, aprobó la insurrección y decidió asumir el poder.
Los bolcheviques no tenían un programa definido ni tampoco una base social adecuada para poner
en práctica los postulados teóricos marxistas.
El tratado de Brest-Litovsk
Una vez resuelto el tema del control de la situación interna, el gran problema para los bolcheviques
era el de la guerra. Las conversaciones de paz se iniciaron en el mes de febrero de 1918. Las
negociaciones con los imperios centrales dirigidas por Trotski, comisario de Relaciones Exteriores,
concluyeron el 3 marzo con la firma del tratado de paz de Brest-Litovsk. Rusia renunció a la mayor
parte de sus territorios en Europa.
La guerra civil
Los sectores civiles y militares fieles al zarismo se alzaron contra el nuevo poder establecido. La
guerra civil iba enfrentar a los Rojos de los Blancos. Los primeros disponían de una gran ventaja al
tener controlado el centro del país, con una amplia red ferroviaria que les permitía entrar porque de
las tropas del Ejército Rojo creado por Trotski. Los Blancos sólo contaban con el apoyo de los
Aliados.
Sin embargo, el colapso de Alemania y la firma del armisticio del 11 noviembre 1918 dieron un
nuevo giro a la situación. Los gobiernos occidentales, ante el peligro del régimen revolucionario,
aumentaron su ayuda a los Blancos. Pero éstos no fueron capaces de coordinar sus esfuerzos y
tampoco supieron ganarse a la población de los territorios que ocupaban.
Las últimas tropas Blancas fueron derrotadas y abandonaron el territorio, junto con las francesas y
británicas, hacia finales del año1920, y la Guerra civil a cabo en 1921.
La guerra civil tuvo graves consecuencias para la economía y para la población.
Ante esta situación, el gobierno tomó medidas drásticas en el verano de 1918 que serían conocidas
como comunismo de guerra.
El garaje de la guerra civil fue un verdadero seísmo demográfico para Rusia. Entre 1918 y 1922
hubo más de 10 millones de muertos, de los cuales la mayoría fueron civiles o víctimas de las
represalias realizadas por los Rojos y los Blancos.
Las grandes propiedades e incluso las pequeñas explotaciones campesinas desaparecieron, los
sectores industriales más desarrollados fueron aniquilados y que los 3 millones de obreros que había
en 1917 sólo quedaba 1 millón.
Ante la gravedad de la situación los bolcheviques decidieron abandonar el comunismo de guerra
en favor de la NEP.
La nueva política económica
La nueva política económica fue instaurada en marzo de 1921. La NEP fue una vuelta progresiva y
limitada a la economía de mercado: Los campesinos pudieron vender libremente sus productos
después de pagar un impuesto en especies, se restableció el comercio privado y las empresas que
empleaba a más de 10 asalariados fueron nacionalizadas. Pero el estado mantuvo el control de la
industria pesada, de los bancos y de Comercio Exterior. Durante los años de permanencia de la NEP
coexistieron dos sociedades, dos culturas políticas: la de los bolcheviques dominante y urbana y la
de los campesinos tradicional y virtualmente fuera del sistema.
La NEP fue una respuesta al régimen, que se había transformado en un poder autoritario y había
perdido una línea de lógica coherente. La NEP significó un periodo de paz social. La mayoría de los
campesinos hizo realidad la utopía: la tierra para el que la trabaja; los obreros disfrutaron de
protección social, y los sindicatos desempeñaron un papel en la defensa de los intereses del
proletariado.
La dictadura de Stalin. Colectivizaciones de terror
A la muerte de Lenin en el año 1924, Stalin mucho más radical, impuso una industrialización
acelerada.
Era necesario construir nuevas máquinas para desarrollar la agricultura, pero faltaba combustible y
personas cualificadas para ponerlas en funcionamiento. Las medidas adoptadas para modernizar el
país originaron el descontento del campesinado. Las cosechas fueron exquisitas con violencia por
las brigadas enviadas por el gobierno. Más de 2 millones de pequeños propietarios, los Kulaks,
fueron deportados a campos de trabajo forzoso (Goulag).
La industrialización tuvo importantes consecuencias económicas en el cambio de la sociedad. En el
año 1928 la clase obrera se estimaba en torno a 11 millones y en 1932 se llegaba a 33 millones. Se
crearon grandes complejos industriales en los que se empleaban como mano de obra a los
campesinos deportados y se construyeron nuevas vías de comunicación. La producción soviética
aumentó un 250% entre 1929 y 1933.
El Comité Central del partido eliminó a todos los elementos contrarios al régimen.
Aproximadamente 10% de los obreros y un 10% de los campesinos miembros del partido fueron
depurados.
A partir del año 1934 se puede apreciar un descenso momentánea de la represión. Las causas hay
que buscarlas en el cambio político propio y la subida y el encanto de punto para Stalin era
necesario reforzar la defensa del país y reconciliarse con sus adversarios.
Pero esa relativa liberalización fue muy breve. A finales de 1934 empezó uno de los períodos más
represivos y dramáticos de la historia soviética, durante el que desaparecía toda la vieja guardia
bolchevique.
El 70% de los miembros del Partido fueron ejecutados y Stalin no dudó en eliminar incluso a sus
más cercanos colaboradores.
Más de 15 millones de ciudadanos fueron enviados al Goulag desperdigado por todo el territorio
soviético. A la muerte de Stalin en 1953, había 8 millones de detenidos en el Goulag.
Entre 1937 y 1938 1 millón de soviéticos fueron fusilados y 2 millones murieron en prisión
La constitución de 1936
Está basada en el reconocimiento de dos principios: el de las nacionalidades en el interior y el del
internacionalismo en el exterior. El primero implica la creación de Estados nacionales teóricamente
soberanos; El segundo justifica la intervención de la política de los Estados a través de los Partidos
comunistas, sujetos a la obediencia de Moscú y a las directrices de la Internacional.
La constitución reconoce las naciones, las nacionalidades y los grupos étnicos. Para que una nación
se convierta en República federada tiene que cumplir una serie de requisitos: tener una frontera
exterior a la Unión Soviética; estar constituida por un grupo nacional mayoritario en su territorio y
contar con una población de más de 1 millón de habitantes.
Las repúblicas autónomas están consideradas como estados administrativos y dependen de una
República federada. Carecen de soberanía, pero los grupos nacionales tienen algunos derechos
culturales. Las Regiones autónomas son simples unidades administrativas nacionales que permite
al grupo étnico o manifestarse a nivel cultural.
Por encima de las instituciones estaba el Partido Comunista, considerado como la vanguardia de
toda la nación y estructurado en forma piramidal. El órgano de dirección es en Secretariado
general, dividido en diferentes áreas: industria, comercio, transportes... el Comité central decidía
los nombramientos del Partido a nivel regional. La oficina de organización regional incluía a
todos los secretarios del Partido. El departamento de seguridad del estado, NKVD, más tarde
KGB, un tipo de policía política encargada del control de los ciudadanos y del propio Partido, era el
órgano superior de control de la administración del Estado.
El primer estalinismo de los años 30 estuvo marcado por los excesos, el desorden y el caos, y
culminó en el Gran Terror de 1934.
La aplastante victoria soviética durante la Segunda Guerra Mundial, a pesar de los más de 26
millones de víctimas, consolidó y legitimó el régimen de Stalin, para quien la victoria justificó los
sacrificios impuestos para industrializar el país y el período de terror. En 1945 la dictadura de Stalin
gozaba de un amplio consenso en la sociedad. Sin embargo, esa relativa liberalización se vio
frenada en 1947 cuando se inició la guerra fría.
Entre 1945 y 1947 la represión interior en Rusia se transformó en una represión legal, mediante la
creación de tribunales ordinarios para juzgar los comportamientos desviacionistas. Durante los
últimos años de la dictadura, en los que Stalin estuvo cada vez más aislado de la realidad, surgieron
las rivalidades entre los dirigentes del Partido.
A su muerte, el 5 marzo 1953, el sistema cambió radicalmente, lo que algunos historiadores han
considerado como el paso de un régimen totalitario al régimen autoritario. Sus sucesores tuvieron
que llenar el vacío político que dejó el hombre que encarnó el poder absoluto y luchar contra las
consecuencias de la personalización del poder.