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ADAPTABILIDAD

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ADAPTABILIDAD
La adaptabilidad es la condición de aquel o aquello que es adaptable: es decir, que puede adaptarse (ajustarse, amoldarse o acomodarse). Esta cualidad puede ser propiedad de un ser vivo, un procedimiento o un sistema.
Contar con capacidad de adaptación supone una fortaleza. La adaptabilidad, dependiendo del contexto, puede asociarse a la resiliencia, la transformación o incluso la evolución.
Si tienes solo unos segundos, lee estos puntos claves:
La adaptabilidad es la habilidad de un individuo para enfrentarse y desenvolverse de manera exitosa ante diferentes situaciones y cambios, requiere inteligencia emocional y apertura mental.
La adaptabilidad laboral es fundamental en el entorno actual, donde se requiere que los empleados tengan la capacidad de afrontar distintas contingencias y se adapten a condiciones cambiantes.
La adaptabilidad no implica aceptar condiciones inconvenientes o ceder derechos, sino tomar riesgos y estar dispuesto al aprendizaje constante.
Un líder adaptable es esencial para cualquier organización, este debe tener tolerancia al cambio y estrés, visión global, perspectiva a largo plazo, y habilidades interpersonales efectivas.
Además del ámbito laboral, la adaptabilidad es crucial en cualquier cambio de situaciones o ambiente como el mudarse a un nuevo país. No implica renunciar a la autonomía o a los valores personales, sino saber incorporarse en nuevos ambientes y situaciones.
La adaptabilidad del ser humano
La adaptabilidad del ser humano se vincula a su habilidad para desenvolverse con éxito en distintos ámbitos y esferas. Se trata de la flexibilidad evidenciada por el sujeto que resulta capaz de responder bien a las modificaciones y alteraciones.
Suele considerarse que la adaptabilidad depende de los recursos psicológicos del individuo. Solo alguien emocionalmente inteligente y con apertura mental tiene tolerancia al cambio y capacidad para manejar la ambigüedad.
La adaptabilidad de una persona puede apreciarse en su facilidad de aprendizaje y su voluntad de mejora continua. Con creatividad, estos hombres y mujeres concretan la transformación que les exige cada situación y así pueden avanzar con la solución de problemas.
Su importancia en el trabajo
Si bien la adaptabilidad es relevante en todos los ámbitos de la vida, su importancia es aún mayor en el trabajo. En la actualidad, se espera que un empleado o emprendedor esté preparado para afrontar diferentes tipos de contingencias y que pueda adecuarse a condiciones cambiantes.
Se entiende que la adaptabilidad permite a un trabajador responder con eficiencia en distintas posiciones, asumir diversas funciones y reaccionar con rapidez ante las modificaciones del entorno.
La receptividad para asumir nuevos desafíos y aceptar propuestas innovadoras, la motivación para mantener el entusiasmo en ambientes disímiles y la curiosidad por lo nuevo son factores indispensables en la adaptabilidad. No se puede dejar de mencionar que la adaptabilidad, más allá de la estructura psicológica, puede considerarse una actitud: la persona tiene que estar dispuesta a tomar riesgos y al aprendizaje constante.
Hay que aclarar, por otra parte, que la adaptabilidad no implica aceptar condiciones inconvenientes ni ceder derechos. Cuando se habla de flexibilidad laboral, se hace alusión a un modelo de empleo que facilita los despidos y favorece los recortes de salarios. Un empleado no tiene por qué aceptar cobrar menos o renunciar a una eventual indemnización, independientemente de su capacidad de adaptación. Dicho de otro modo: la adaptabilidad no consiste en aceptar injusticias como «mecanismo de supervivencia» en una compañía.
Estructura organizativa
En una realidad cambiante, la adaptabilidad organizacional es indispensable para la subsistencia de una empresa.
La adaptabilidad del líder
La adaptabilidad del líder es clave en cualquier grupo u organización. Para ejercer un liderazgo adaptativo se requiere tolerancia a la incertidumbre, una buena gestión del estrés y agilidad, además de la responsabilidad, el compromiso y los conocimientos técnicos que se le exigen a todo guía.
Este líder debe contar con una visión global y perspectiva a largo plazo. Las variaciones del panorama y las necesidades que mutan a cada instante le exigen, asimismo, el desarrollo del pensamiento lateral para hallar soluciones innovadoras.
La adaptabilidad en un líder se puede advertir en su inteligencia emocional para la gestión del cambio y la toma de riesgos. Estas personas tienen que mostrar una actitud positiva para impulsar las iniciativas y necesitan demostrar su capacidad de respuesta.
Como cualquier referente, el líder adaptativo debe apoyarse en el trabajo en equipo. La empatía para entender lo que necesita el otro es esencial, así como las habilidades interpersonales para establecer una comunicación efectiva y lograr la resolución de conflictos.
La capacidad de escucha, en este marco, tiene que ejercitarse para favorecer la colaboración de los miembros del equipo. Conocer lo que piensan los demás, por supuesto, también es ineludible para favorecer la adaptabilidad de todos los involucrados.
Más allá del trabajo
La adaptabilidad es crucial más allá del trabajo. Cada vez que alguien sale de su zona de confort, debe desempeñarse en un lugar que no conoce o tiene que actuar frente a una situación imprevista, necesita adaptarse.
Supongamos que una familia decide abandonar su país e instalarse en el extranjero en búsqueda de una mejor calidad de vida. Todos los integrantes del clan tendrán que desarrollar su tolerancia al estrés debido a los cambios y mostrar su capacidad de aprendizaje para la adaptabilidad cultural.
Los adultos del grupo familiar, en este marco, deberán mostrar su habilidad para priorizar la toma de decisiones adecuadas en pos del objetivo planteado. La perseverancia y el autocontrol también deben formar parte de los recursos de estas personas para adaptarse al nuevo espacio.
Es interesante indicar que la adaptabilidad no implica una resignación de la autonomía ni olvidarse de los valores personales. Se trata de encajar en otro terreno pero sin convertirse en alguien diferente. Por eso, si retomamos el ejemplo de los emigrados, la solución para adaptarse no es copiar o imitar a los habitantes de la tierra que los recibe, sino tener sensibilidad cultural para comprender otros hábitos y prácticas y sumarse, cuando resulte posible, a los ritos y las actividades que no interfieren con las convicciones de cada uno.

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