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1 NOTAS de Internos Medicina Interna INFECCIOSO 1 Dra. Ana María Suárez Conejero 2019 2 ÍNDICE Fiebre………………………………………………………………………………………………………………………………..3 Enfoque del síndrome febril agudo en el paciente adulto………………………………………………….9 Meningitis………………………………………………………………………………………………………………………..16 Encefalitis………………………………………………………………………………………………………………………..,24 Leptospirosis…………………………………………………………………………………………………………………….28 Enfermedad meningocócica……………………………………………………………………………………………..37 Tuberculosis………………………………………………………………………………………………………………………42 Fiebre tifoidea…………………………………………………………………………………………………………………..60 Paludismo (Malaria)………………………………………………………………………………………………………….66 Cólera.………………………………………………………………………………………………………………………………76 Brucelosis………………………………………………………………………………………………………………………….82 3 FIEBRE Se considera fiebre una temperatura corporal de 37.8 °C o mayor, en cualquier horario, durante el día. La fiebre es una respuesta fisiológica regulada en la cual la elevación temperatura se mantiene dentro de un rango específico (suele ser de 1 a 4 °C) con un límite superior que casi nunca supera los 41 °C en las personas adultas, independientemente de la causa de la fiebre o del sitio donde se mida la temperatura. Patogenia y mecanismos fisiopatológicos: La temperatura corporal promedio es de 36.8°C y a lo largo de las 24 horas del día la temperatura cambia de niveles más bajos en la mañana hasta un máximo al final de la tarde (±0,6°C). En un individuo sano el hipotálamo mantiene la temperatura alrededor de 37°C y existe un equilibrio entre la producción de calor (músculo e hígado) y la pérdida de calor en las zonas periféricas del cuerpo. Cuando el organismo se pone en contacto, por ejemplo, con pirógenos exógenos como microorganismos o endotoxinas microbianas, estos inducen la liberación de pirógenos endógenos, también llamados citocinas pirogénicas, sustancias que son sintetizadas por las células del huésped. Aunque las infecciones pueden activar la producción de citocinas, las citocinas pirogénicas pueden producirse también en respuesta a estados no infecciosos, como la gota o la muerte celular. Las citocinas pirogénicas más importantes son la interleucina-1, el factor de necrosis tumoral α (FNT) y el interferón γ (IFN). Todas las anteriores son moléculas que causan fiebre. Las citocinas actúan en el sistema nervioso central (SNC) sobre diferentes tipos celulares como neuronas, astrocitos, células de la microglia y probablemente células perivasculares para inducir la producción de prostaglandinas (prostaglandina E2 fundamentalmente) que se difunden a través de la barrera glial para entrar en el SNC y producir fiebre. La prostaglandina E2 aumenta el punto de regulación del hipotálamo (hasta 40°C) y se desencadena vasoconstricción cutánea dirigida por el centro vasomotor. De esta forma la sangre se aleja de los tejidos periféricos con el fin de reducir la pérdida de calor y se induce también la aparición de escalofríos (contracciones 4 musculares) para incrementar la producción de calor hasta que la temperatura de la sangre que baña al hipotálamo recupera el nuevo punto de regulación. Es frecuente encontrar frialdad distal (manos y pies fríos) durante esta fase inicial de la fiebre. La reprogramación del hipotálamo a un punto menor inducido por antipiréticos (por ejemplo anti-inflamatorios no esteroideos (AINES) que disminuyen los niveles de prostaglandina E2), hace que se produzca sudoración, vasodilatación, con lo que aumenta la pérdida de calor y por tanto disminuye el punto de termorregulación a 36,8 °C - 37°C. La polipnea (aumento de la frecuencia respiratoria) es otro mecanismo regulador que permite la pérdida de calor durante la fiebre. (Tomado del libro de Cecil) Es importante señalar que la capacidad de generar fiebre puede estar disminuida en las edades extremas de la vida como ancianos y recién nacidos así como en pacientes inmunodeprimidos. Las mujeres tienen la temperatura normal ligeramente más alta que los varones y suelen mostrar cambios de temperatura más amplios. 5 Todavía no se han aclarado del todo los mecanismos que regulan el límite superior de la fiebre. Se ha propuesto que la liberación de ciertas sustancias endógenas pudiera influir sobre las neuronas termosensibles al actuar como antipiréticos endógenos. Una de estas sustancias es la arginina-vasopresina. La hormona estimulante de melanocitos α (α-MSH) es otro neuropéptido con actividad antipirética endógena. Los glucocorticoides y sus inductores (como la hormona liberadora de corticotropina y la corticotropina) inhiben la síntesis de citocinas pirogénicas como IL-6 y FNT- α. Diagnóstico positivo: La fiebre tiene 3 fases: -Fase inicial (escalofríos) -Fase de estado (fiebre; temperatura > 37.8 °C) -Fase de defervescencia (sudoración) Los síntomas en pacientes con fiebre pueden ser debidos a la enfermedad de base o a la propia fiebre. El malestar es la regla y muchos pacientes se quejan de dolores musculares (mialgias) secundarias a las contracciones musculares producidos por los escalofríos que generan el aumento de la temperatura. Durante la fiebre los pacientes pueden presentar cefalea, taquicardia, hipotensión 6 y polipnea, astenia, anorexia, lengua saburral, sed, insomnio o sueño intranquilo, convulsiones y delirio. En los ancianos, la presencia de fiebre suele empeorar el estado mental sobre todo si tienen deterioro mental previo, y puede aparecer confusión mental por lo que ante todo paciente con síndrome confuso-delirante se impone comprobar si la temperatura corporal es normal. Si bien con gran frecuencia durante la fiebre los pacientes presentan taquicardia, en algunas enfermedades infecciosas se ha descrito disociación entre el pulso y la temperatura (bradicardia relativa) teniendo en cuenta el aumento que habitualmente se experimenta de aproximadamente 10-15 latidos/minuto ante un incremento de 1°C de la temperatura corporal. Entre estas infecciones se cita a la fiebre tifoidea, leptospirosis, rickettsiosis, legionelosis, dengue, infección por micoplasma, entre otras. Diagnóstico diferencial: • Hipertermia: Es la elevación de la temperatura corporal no causada por elevación del punto de termorregulación hipotalámica. Se presenta en determinados estados como golpe de calor, ejercicio, hipertiroidismo o fármacos. Diagnóstico semiográfico: Se debe clasificar el tipo de fiebre teniendo en cuenta sus características semiográficas que son las siguientes: • Mensuración Ligera (menor de 38 °C) Moderada (38 a 39 °C) Intensa (mayor de 39°C) • Tiempo de evolución Aguda (menor de 10 días) Prolongada (más de 10 días) Crónica (más de 30 días) • Ritmo Continua (no varía más de 1°C; fiebre en meseta) Remitente (varía más de 1°C pero no normaliza) 7 Intermitente (normaliza; fiebre en agujas o héctica) • Horario Matinal (invertida) Vespertina • Periodicidad No recurrentes Recurrente (terciana ó cuartana (Paludismo), ondulante (Brucelosis), fiebre periódica de Pel-Ebstein. Síntomas asociados Patrones de Fiebre (ej.: Paludismo) (Tomado del libro de Llanio) La fiebre continua se caracteriza por oscilaciones diarias menores de 1°C sin alcanzar la temperatura normal y se asocia a infecciones virales y bacterianas. La fiebre remitente es aquella en que la temperatura baja 1°C o más durante el día sin llegar a normalizarse y se observa en las septicemias. 8 La fiebre intermitente: la fiebre desciende hasta la normalidad y puede sufrir variaciones en días (cotidiana, terciana, cuartana o irregular). Cuando la elevación es muy exagerada, generalmente muy elevada de tarde y normal o casi normal de mañana se le llama fiebre héctica o en agujas. Se acompaña de sudoración nocturna y malestado general. La fiebre héctica en agujas acompaña a las septicemias graves por infecciones piógenas, abscesos, tuberculosis o linfomas. La fiebre cotidiana es la que aparece todos los días. La fiebre recurrente es más un ciclo febril, puesto que depende más de las variaciones de la temperatura en días sucesivos que en las 24 h del día. La fiebre de tipo ondulante, en la que la temperatura sube y baja periódicamente haciendo ondulaciones se observa en la brucelosis, endocarditis bacteriana y en el linfoma de Hodgkin. La fiebre recurrente de tipo ondulante observada en el linfoma de Hodgkin es también llamada fiebre de Pel-Ebstein y se caracteriza por períodos febriles de 3-10 días, seguidos de períodos afebriles de 3-10 días. La fiebre recurrente también se observa en el paludismo (terciana, cuartana). En resumen, la fiebre puede ser de tipo continua, remitente o intermitente, de acuerdo con el comportamiento de la misma durante el día, y a la vez ser una fiebre recurrente (si evoluciona con ciclos de días febriles y ciclos afebriles). Diagnóstico etiológico de la fiebre: Infecciosa: • Virus • Bacterias • Hongos No infecciosa: • Neoplasias (hematológicas o no hematológicas) • Enfermedades autoinmunes (por ejemplo; lupus eritematoso, artritis reumatoidea) • Estados inflamatorios (por ejemplo; enfermedad inflamatoria intestinal) • Medicamentos 9 Enfoque del síndrome febril agudo en el paciente adulto La fiebre aguda es motivo frecuente de consulta en los servicios de urgencia y en la gran mayoría de los casos obedece a causas infecciosas. Ante un paciente con fiebre se impone realizar un interrogatorio para precisar las características de la fiebre, el contexto epidemiológico en que aparece la misma y conjuntamente con el examen físico exhaustivo determinar, en primer lugar, si se trata de una fiebre con focalización o sin focalización. A menudo los pacientes tienen síntomas relevantes asociados a la fiebre que permiten establecer que se trata de una afección focalizada, por ejemplo, si el paciente presenta síntomas respiratorios como tos, expectoración y dolor típico en punta de costado, el sistema respiratorio debe ser el aparato afectado, pero en otras ocasiones no se puede determinar la focalización de la fiebre dado que los síntomas que la acompañan no permiten esclarecer su origen. Sin embargo, es importante saber que con cierta frecuencia existen falsos signos de focalización de la fiebre aguda como lumbalgia, vómitos, diarreas o cefalea que acompañan en muchas ocasiones a la fiebre. La interpretación errónea de esos falsos signos, al otorgarle un valor focalizador de la fiebre, puede conducir a errores diagnósticos. Es importante interrogar siempre la forma en que se instaló el cuadro febril así como conocer el contexto epidemiológico del paciente (a qué se dedica esa persona, viajes recientes, la situación de salud en su comunidad, si existe la posibilidad de contacto con personas enfermas, ocupación, y por supuesto se debe indagar acerca de los antecedentes clínicos del paciente (comorbilidades, estado inmunológico previo, operaciones o instrumentaciones previas a la aparición del cuadro febril, adicciones como ingesta de alcohol, drogas, etc.). En segundo lugar es importante determinar si existe un síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (la presencia de dos o más criterios) acompañando a la fiebre y otros signos de de sepsis como hipotensión arterial, vómitos (en el paciente adulto), alteración del estado mental o de la conciencia, lesiones purpúricas en piel, y/o disfunción de órganos (por ej. oliguria). 10 Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS): • Temperatura > 38,5°C o hipotermia (<35 °C). • FC > 90 latidos por minuto • FR > 20 respiraciones por minuto ó PaCo2 <32 mm Hg ó necesidad de asistencia ventilatoria mecánica. • Leucocitos en sangre >12,000/mm3 ó < de 4000/ mm3 En resumen, ante una fiebre aguda no focalizada, con las siguientes características que se describen a continuación, el médico debe considerar que se trata de una enfermedad infecciosa bacteriana, potencialmente grave (sepsis sospechada) y requiere ingreso. Fiebre alta (39-40°C) no focalizada, de comienzo súbito, con escalofríos y con un cambio brusco del estado de salud al de enfermedad. Toma el estado general (fiebre que produce un efecto deletéreo en el paciente y/o alteraciones del estado mental). Vómitos asociados. (En el adulto, el vómito que acompaña a un estado febril con estas características, constituye un signo de sepsis bacteriana y por tanto de gravedad). Hipotensión arterial, taquicardia y taquipnea. El shock séptico es típicamente un shock caliente (piel caliente). Leucocitosis >12,000/mm3 y otros signos de respuesta inflamatoria sistémica. La presencia de petequias, equimosis en piel o alteración de las pruebas de coagulación. Signos de hipoperfusión o disfunción de órganos como confusión mental, oliguria. 11 A todo paciente que presente fiebre con estas características se le debe hospitalizar y realizar en el cuerpo de guardia lo antes posible: Hemoglobina, leucograma con diferencial y conteo de plaquetas. Radiografía de tórax. Gota gruesa para meningococo y paludismo (si existe epidemiología para este último). US abdominal, para evaluar los riñones, vías urinarias, vías biliares, y descartar abscesos pélvicos tubo-ováricos en mujeres u otros procesos supurativos intraabdominales. Examen de orina (análisis del sedimento urinario). Coagulograma completo. Tomar cultivos de todos los sitios apropiados: de sangre (hemocultivos), de esputo, LCR, heridas, orina. Pruebas de función renal (creatinina) y pruebas de función hepática. Considerar la práctica de una punción lumbar especialmente en pacientes con alteración concomitante de las funciones superiores como confusión mental o alteración del nivel de conciencia por la posibilidad de que el paciente presente una meningitis o encefalitis y de esta forma evitar la omisión de un proceso infeccioso en el SNC. La determinación plasmática de algunos biomarcadores podría estar indicada para diferenciar la fiebre debida a infección bacteriana de la de origen vírico o inflamatorio. La procalcitonina posee un alto valor predictivo negativo para la exclusión de infección bacteriana sistémica y de gravedad. Se ha considerado que las citocinas y endotoxinas liberadas en la infección bacteriana inhiben el paso final de procalcitonina y provocan su elevación. Se eleva en procesos infecciosos de etiología bacteriana, con afección sistémica, pero no en infecciones locales. 12 Etiologías probables: La fiebre aguda no focalizada en el momento del diagnóstico con las características descritas anteriormente se observa con frecuencia en los servicios de urgencia. En nuestro medio teniendo en cuenta la epidemiología se debe considerar como probables diagnósticos la leptospirosis, la neumonía por neumococo (antes de detectarse claramente la focalización respiratoria al examen clínico) y la meningococcemia (hoy en día menos frecuente por la vacunación). Puede resultar difícil diferenciar la leptospirosis del dengue. La fiebre elevada, de comienzo brusco, con escalofríos y sudoración en la defervescencia de la misma (fiebre pseudo-palustre) se observa en las infecciones ductales (conductos) por lo que es típica de infecciones que se originan en las vías genito-urinarias (pielonefritis, abscesos perirrenales ó tubo–ováricos en la mujer), ó en las vías biliares (colangitis). Estos cuadros pueden no estar claramente focalizados en sus inicios y debe pensarse en ellos. Si existe epidemiología considerar el diagnóstico de paludismo por las características de la fiebre. Los ancianoscon frecuencia tienen procesos infecciosos y no hacen fiebre, pero cuando hacen fiebre elevada de 39-40°C con escalofríos, hay que considerar también la posibilidad de linfangitis comenzante o celulitis (procesos localizados pero que en sus inicios pueden pasar inadvertidos). Los catéteres intravenosos producen sepsis endoflebíticas y el antecedente de instrumentaciones previas a la aparición de la fiebre (genitourinarias, digestivas, odontológicas) son causas de fiebre con estas características que deben ser consideradas por la posibilidad de generar bacteriemias, septicemia o shock séptico. Finalmente, es importante señalar que se considera que una sepsis es grave cuando existe disfunción de uno o varios órganos, signos de hipoperfusión o hipotensión arterial en un paciente con historia de fiebre atribuida a una infección 13 probada o sospechada. El ingreso de estos pacientes debe ser en una unidad de cuidados intensivos. Aspectos generales del tratamiento: Los casos con fiebre aguda no focalizada con síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (signos de sepsis) deben ingresar y comenzar tratamiento antibiótico empírico basado en la probable fuente de infección. Es importante tener en cuenta la posible puerta de entrada, el contexto epidemiológico y las condiciones del huésped como comorbilidades asociadas, si existe neutropenia y si es un paciente inmunocompetente o no. La administración de líquidos EV es importante así como la vigilancia estrecha del paciente. El primer objetivo es mantener la presión sanguínea y la perfusión de los órganos. Puede ser necesario el uso de aminas vasopresoras para mantener la presión arterial en caso de evolución al shock séptico. En el caso de que la fiebre esté focalizada y se presente igualmente con un síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (signos de sepsis), la conducta es la misma, el paciente debe siempre ingresar. Los casos con fiebre aguda focalizada o no focalizada sin síndrome de respuesta inflamatoria sistémica, recibirán tratamiento específico con antibióticos cuando se sospeche que la etiología del cuadro clínico es de origen bacteriano y la hospitalización del enfermo se valorara de manera individual, teniendo en cuenta la edad, condiciones sociales, estado general, severidad de la infección, localización de la misma, comorbilidades, riesgo de complicaciones y la necesidad de emplear antibióticos por vía intravenosa así como de hidratación. 14 FIEBRE DE ORIGEN OCULTO Se considera fiebre de origen oculto a: • Temperatura > 38.2 °C • Evolución > 3 semanas • Causa no evidente a pesar de una amplia investigación Causas de fiebre de origen oculto Infecciones generalizadas: Tuberculosis Endocarditis infecciosa Fiebre tifoidea Brucelosis Paludismo Virus de Epstein Barr Citomegalovirus VIH Infecciones localizadas Abscesos intraabdominales y pélvicos ocultos Absceso perirrenal oculto Pielonefritis Colecistitis Osteomielitis Infecciones por catéteres En pacientes con VIH considerar infección por micobacterias (complejo mycobacterium avium), histoplasmosis o infección por citomegalovirus Enfermedades del tejido conectivo Lupus Eritematosos Sistémico (LES) Artritis reumatoidea 15 Enfermedad de Still Crioglobulinemia Poliarteritis nudosa Neoplasias: Enfermedad de Hodgkin Linfomas no Hodgkin Leucemias Histiocitosis maligna Carcinoma renal o hepático Carcinoma de páncreas Carcinoma broncogénico Otras: Hepatitis granulomatosa Enfermedad de Crohn Tromboembolia pulmonar Mixoma auricular Fiebre mediterránea familiar Sarcoidosis Fiebre facticia Fiebre inducida por medicamentos 16 MENINGITIS Es la inflamación de las meninges. Principales etiologías: Bacteriana (adultos) Viral Hongos Otras Neumococo Meningococo y Listeria monocytogenes (en mayores de 50 años y con comorbilidades asociadas) Enterovirus Virus del herpes simple (VHS) 1 y 2 Virus varicela zoster (VVZ) VIH Cryptococcus neoformans Coccidiodes Borrelia burgdorferi (Enfermedad de Lyme) Neurosífilis TB Leptospiras Factores de riesgo: Infección del tracto respiratorio (diseminación hematógena) Focos infecciosos parameníngeos (otitis media, sinusitis, infecciones odontológicas) Trauma craneal penetrante Procederes neuroquirúrgicos previos Defectos anatómicos de las meninges con fuga de LCR Cáncer, alcoholismo y otros estados de inmunodeficiencias (empleo de corticosteroides, VIH, esplenectomizados, hipogammaglobulinemia, deficiencia de complemento) Contacto con personas enfermas Ausencia de vacunación en niños contra H. Influenzae, S. pneumoniae y N. meningitides Cuadro clínico: Comienzo agudo con fiebre, cefalea y vómitos (tríada meníngea). Rigidez de nuca (signos de Kernig y Brudzinski positivos). Fotofobia, náuseas y vómitos, irritabilidad. Confusión mental y diferentes grados de degradación de la conciencia. Convulsiones, signos focales neurológicos (parálisis de nervios craneales). Además de los signos y síntomas neurológicos pueden presentarse signos propios de una sepsis complicada en ocasiones con otros órganos 17 (glándulas suprarrenales, riñones), o signos de una coagulación intravascular diseminada. Pueden aparecer lesiones hemorrágicas en piel (rash petequial sobre todo en el tronco y extremidades inferiores y signos de shock (por ej. en la meningococcemia). Investigaciones: Leucograma con diferencial: leucocitosis con desviación izquierda en las infecciones bacterianas. Estudios radiológicos (para definir el sitio primario de diseminación) ej. Radiografía de tórax, Radiografía de senos perinasales. Punción Lumbar (PL) para realizar: Estudio citoquímico del líquido cefalorraquídeo (LCR). (ver cuadro debajo)* Tinción de Gram del LCR para identificar bacterias (grampositivas y gram negativas). Cultivo del LCR (en medios apropiados para bacterias no TB, TB y hongos). Tinciones específicas en el LCR para hongos (como la tinta china si se sospecha infección por criptococos). Estudios serológicos y/o PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) en LCR para virus y bacterias. Estudios serológicos para sífilis y VIH. Estudios imagenológicos: Tomografía computarizada ó RMI (si hay signos focales neurológicos).** Electrolitos (para descartar síndrome de secreción inadecuada de ADH). Glicemia y otros exámenes básicos de química sanguínea. Coagulograma. Hemocultivos. **En el caso de que existan signos focales neurológicos, evolución subaguda, alteración del nivel de conciencia, papiledema, convulsiones se debe realizar TAC de cráneo urgente de inicio. Si en la TAC se observan abscesos, granulomas, edema grave, sospecha de tromboflebitis o cerebritis, la punción lumbar está contraindicada por el riesgo de herniación cerebral. Es importante tomar muestras de sangre u otras para guiar el tratamiento antibiótico si se sospecha infección de origen bacteriano, el cual se debe empezar antes de remitir al paciente para la realización de la TAC. 18 * Estudio citoquímico del líquido cefalorraquídeo (LCR). Características normales del LCR y según el tipo de infección. LCR Normal Bacteriana Viral TB Aspecto Claro (como agua de roca) Turbio o purulento claro Turbio(como agua de arroz) *Glucosa (mmol/L) 2.8 - 4.2 disminuida normal disminuida Proteínas (g/L) 0.20 - 0.45 Muy aumentadas Normal / ligeramente aumentadas aumentadas Conteo de células blancas/ mm3 < 6 células/mm3 aumentadas >500-10000 (miles) aumentadas 10-500 aumentadas 100-500 Células predominantes linfocitos neutrófilos (PMN) linfocitos linfocitos Presión (mm deH20) 100-180 aumentada (xxx) Normal/ aumentada (x) aumentada (xx) * La cifra de glucosa en el LCR es dependiente de la glicemia (es el 50-60% de la glucosa en sangre). Hay casos con antecedentes de trauma y fractura de cráneo (del hueso etmoidal) que presentan rinorrea de LCR y pueden desarrollar meningitis bacteriana recurrente. La rinorrea (goteo nasal) de LCR puede distinguirse propiamente de las secreciones nasales por la presencia de glucosa en el LCR. Cuando se sospecha una meningitis es fundamental el estudio del LCR. En la meningitis bacteriana el aspecto macroscópico del LCR (turbio o francamente purulento) permite tomar decisiones precoces sobre el tratamiento sin necesidad de esperar por los estudios bacteriológicos; el conteo celular explica el aspecto del líquido con presencia por lo general de abundantes células blancas (pleocitosis), pues se pueden encontrar más de 500 células/mm3 (µL) (hasta 10000) con más de 70 % de neutrófilos (PMN). La glucosa en el LCR está disminuida con frecuencia por debajo 2.2 mmol/L (40 mg/dL). Las proteínas en el LCR se encuentran muy aumentadas > 0.45 g/L (45 mg/dL). La coloración de Gram es útil para orientar sobre el germen (bacteria) causante, el cual resulta positivo en más del 60 % de los casos, pero el verdadero diagnóstico solo puede hacerse con el cultivo (positivo en más del 80 %). La causa más frecuente en general de meningitis bacteriana en el adulto es el neumococo, por delante del meningococo. 19 En las meningitis virales agudas el síndrome clínico es similar al de las meningitis purulentas: fiebre, cefalea, vómitos, somnolencia o irritabilidad y rigidez de nuca, pero es, en general, menos intenso. El LCR es claro a menos que la cantidad de células sea muy elevada (en cuyo caso puede ser algo turbio). El conteo celular está por lo general entre 10– 500 células blancas/mm3 con predominio de linfocitos (pleocitosis linfocítica). Rara vez pueden predominar los PMN en las primeras 48 horas, especialmente en meningitis virales por echovirus 9, algunos arbovirus, y el virus de la parotiditis. La glucosa es típicamente normal en las meningitis víricas, pero puede estar disminuida en 10-30% de casos debidos a parotiditis o virus de la coriomeningitis linfocitaria. Como los cultivos resultan negativos se refieren a esta enfermedad como meningitis aséptica o meningitis linfocítica. En la meningitis tuberculosa el líquido tiene el aspecto clásico de agua de arroz con algunas mallas de fibrina. El conteo celular por término medio es de 50-500 células/mm3, con predominio de linfocitos. La glucosa y los cloruros están bajos, dato que cuando se encuentra tiene valor diagnóstico, pero solo el aislamiento del bacilo de Koch mediante cultivo permite asegurarlo. La baciloscopía en LCR es positiva sólo en el 20%, pero el cultivo es positivo hasta en el 80% de los casos. En la meningitis tuberculosa, el tratamiento adyuvante con glucocorticoides (junto con tratamiento antituberculoso estándar) aumenta la supervivencia y disminuye la frecuencia de secuelas neurológicas. La actividad de la enzima adenosina desaminasa (ADA) está incrementada en el LCR. En un paciente con meningitis linfocitaria, un nivel de ADA por debajo de 4 ayuda a descartar la meningitis tuberculosa; un nivel entre 4 y 8 es inespecífico y por encima de 8 apoya el diagnóstico de meningitis tuberculosa con una sensibilidad próxima al 60% y un especificidad de 96%. 20 Complicaciones de las Meningitis (especialmente de las meningitis bacterianas) Convulsiones Epilepsia residual Ventriculitis Hidrocefalia obstructiva (aracnoiditis fibrosa) Edema cerebral con herniación de las amígdalas cerebelosas o herniación del lóbulo temporal (coma y muerte) Absceso cerebral Empiema subdural Tromboflebitis Arteritis Síndrome de secreción inadecuada de ADH (hiponatremia) Parálisis de pares craneales Sordera Fiebre prolongada Shock (asociado a bacteriemia intensa) Trastornos de la coagulación (asociado a bacteriemia intensa) Disminución de la capacidad intelectual (retraso mental) Diagnóstico diferencial: Hemorragia subaracnoidea: se presenta con un síndrome meníngeo (cefalea, náuseas, vómitos y rigidez de nuca), de comienzo brusco, con historia de un esfuerzo previo o de hipertensión arterial, sin fiebre. Se diagnostica por TAC cráneo (urgencia). El delirio o estado confusional en una persona mayor con fiebre de otro origen obliga a practicar una PL de seguridad en muchos casos. El «meningismo» es un síndrome de cefalea, vómitos y moderada rigidez de nuca que acompaña a infecciones generales (neumonía, fiebre tifoidea, pielonefritis), y en el cual el LCR está a presión elevada pero no contiene células y su 21 cultivo es negativo; se atribuye a edema del espacio meníngeo por secreción inadecuada de ADH. Se debe diferenciar desde el punto etiológico entre las meningitis bacterianas y virales. Las meningoencefalitis víricas pueden, a veces, producir una pleocitosis de predominio polimorfonuclear y una glucosa algo baja; ninguno de ambos parámetros alcanza las cifras de las meningitis purulentas. Hay que considerar también en el diagnóstico diferencial, enfermedades no infecciosas que causan síndrome meníngeo como la carcinomatosis meníngea y las meningitis secundarias a enfermedades inflamatorias no infecciosas (sarcoidosis, enfermedad de Behçet, y los síndromes uveomeningíticos). Tratamiento antibiótico empírico de la meningitis bacteriana aguda piógena La meningitis bacteriana es una verdadera urgencia médica y el tratamiento debe iniciarse lo antes posible, en la primera hora desde la llegada del paciente al hospital, pues la muerte se puede producir en horas. Se inicia antes de conocer los resultados del Gram y cultivo del LCR y está orientado por el origen extrahospitalario o nosocomial de la infección y por la edad del paciente. Adultos: Se utiliza la siguiente combinación de antibióticos: Ceftriaxona (Rocephin) (bulbo: 1gramo) 2 gramos EV c/12 horas Vancomicina (bulbo: 500 mg) 1 gramo EV c/12 horas)* Ampicilina (bulbo: 1 gramo) 2 gramos EV c/4 horas (si el paciente es mayor de 50 años por el riesgo de infección por Listeria monocytogenes)** * Vancomicina: Esta es la dosis empleada en adultos con función hepática y renal normal. Se administra en infusión EV, lentamente en al menos 100 minutos (2 horas). Se ajusta la dosis de acuerdo a la edad, peso y a la función hepática y renal. **Listeria monocytogenes: Es un bacilo grampositivo aerobio intracelular facultativo, un germen muy ubicuo en el suelo y agua y portado por un gran número de animales. La vía de contagio puede ser aérea o digestiva. Se ha considerado una enfermedad de los recién nacidos y de los inmunodeprimidos, principalmente por defecto de la inmunidad celular, pero se 22 observa en personas de mediana edad aparentemente sanas. La infección se manifiesta como una sepsis en algo más de la mitad de los pacientes y en casi el 50% como una meningoencefalitis. De estos casos, el cuadro clínico es primariamente una meningitis en el 90% de los pacientes y una encefalitis en los restantes; es especialmente característica la afectación del tronco cerebral (protuberancia). La evolución puede ser subaguda o aguda en sujetos muy inmunodeprimidos. La mortalidad varía en relación con la enfermedad subyacente. El tratamiento es por vía EV. La terapia con antibióticos se ajusta cuando la tinción de Gram y los cultivos estén disponibles y al conocer la sensibilidad del microorganismo a los antimicrobianos. El tratamiento antibiótico de la meningoencefalitis bacteriana en el caso de los gérmenes habituales (meningococo, neumococo, Haemophilus) debe mantenerse hasta 7 días después de que el paciente esté asintomático(afebril) y nunca debe ser menor de 10 días, en general de 10 a 14 días. En otros casos (estafilococos, L. monocytogenes, bacilos gramnegativos) debe ser más prolongado (3-4 semanas). En las meningitis bacterianas es preciso comprobar la evolución favorable del LCR con una punción lumbar antes del alta y descartar una inflamación meníngea crónica. Se recomienda además del tratamiento antibiótico (excepto en pacientes con traumatismos craneales o con derivación ventricular) la dexametasona (bulbo: 4 mg) a razón de 10 mg EV c/6 h (en los adultos) durante 2-4 días y se debe comenzar 15 - 20 min antes de la primera dosis de antimicrobianos o con la primera dosis (beneficio probado en la meningitis por neumococo). No es eficaz si se inicia después de 6 horas tras el comienzo de la antibioterapia. La dexametasona disminuye la penetración de la vancomicina en el LCR, dato a tener en cuenta en el tratamiento de una meningitis neumocócica. Meningitis bacteriana piógena (Tomado del libro de Robbins) 23 Debe utilizarse ceftazidima en vez de cefotaxima o ceftriaxona en pacientes neuroquirúrgicos y en neutropénicos, ya que la ceftazidima es la única cefalosporina con actividad adecuada en una infección del SNC por Pseudomonas aeruginosa. Tratamiento de la meningitis viral aguda: En general, el tratamiento es sintomático. El aciclovir oral o EV puede ser beneficioso en pacientes con meningitis causadas por VHS-1 o VHS-2 y en casos severos por VEB o VVZ (varicela zoster). Los pacientes con meningitis por VIH deben recibir tratamiento antirretroviral. En adultos, sin comorbilidades, el pronóstico de las meningitis víricas es excelente, la norma es la recuperación total. 24 ENCEFALITIS Es la inflamación del parénquima cerebral. La etiología es identificada solamente en el 40-70% de los casos. Los Virus son la causa más común: Virus del herpes simple (VHS), varicela zoster (VVZ), Epstein Barr (VEB), de inmunodeficiencia humana (VIH), citomegalovirus, enterovirus, arbovirus, influenza, rabia, parotiditis, sarampión, polio. Bacterias: L. monocytogenes, Micobacterias, Espiroquetas (Lyme, sífilis), Micoplasma pneumoniae. Parásitos: Protozoos: Toxoplasma Hongos Criptococos Post- infecciosas Encefalomielitis aguda diseminada Encefalitis mediadas por auto-anticuerpos En los adultos la mayoría de las encefalitis mediadas por auto-anticuerpos están asociadas a malignidad Encefalitis virales agudas: Fisiopatología: La enfermedad inflamatoria aguda del cerebro se debe a la invasión directa del sistema nervioso o a una respuesta inmune. Algunos virus pueden alcanzar el SNC por vía de los nervios periféricos como el virus de la rabia o el virus del herpes simple. 25 La encefalitis por el virus del herpes simple es un proceso hemorrágico agudo, asimétrico y necrotizante que se acompaña de una reacción inflamatoria con linfocitos y células plasmáticas. Usualmente involucra a los lóbulos temporales (medial) y frontales (inferior). Habitualmente es causada por el virus del herpes simple (VHS) tipo 1 aunque también puede ser causada por el virus del herpes simple tipo 2. El VHS-1 produce el herpes recurrente labial y el VHS-2 el herpes genital, que causa la encefalitis necrosante del recién nacido por contagio materno durante el parto. A pesar de la alta prevalencia de infección por VHS-1, la encefalitis herpética es rara. La incidencia anual reconocida de encefalitis herpética es de unos 4 casos/1.000.000 de habitantes. La influenza y otros virus respiratorios están asociados a encefalopatía aguda necrotizante. Cuadro clínico de la encefalitis viral aguda: Comienzo agudo con fiebre, cefalea, escalofríos, náuseas y vómitos. Convulsiones, signos focales neurológicos, alteración del estado mental (como confusión mental, desorientación). Trastornos de conciencia (somnolencia, estupor, coma). Si involucra a las meninges: rigidez de nuca. En la encefalitis por el virus del herpes simple se observa además: Comienzo agudo (< 1 semana) de signos focales neurológicos como hemiparesia, afasia, ataxia, convulsiones focales o generalizadas. Trastornos del comportamiento (por la participación del lóbulo temporal). Curso rápidamente progresivo que puede resultar en coma o muerte en pocos días. Secuelas comunes: trastornos de memoria y del comportamiento. 26 Investigaciones: Estudio del LCR (citoquímico y bacteriológico directo y cultivos), PCR en el LCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) para virus. (El PCR en el LCR es una prueba esencial en las infecciones víricas (meningitis, encefalitis) del SNC. Estudios serológicos: puede ayudar en el diagnóstico de ciertas causas de encefalitis como VEB, rabia. Estudios imagenológicos (neuroimagen): Tomografía Computarizada ó RMI y EEG (para definir sitios anatómicos afectados, si se sospecha necrosis del lóbulo temporal por herpes simple). Pruebas invasivas. Biopsia de tejido cerebral para cultivo, o para examen histológico. (Puede ser requerida si no se aclara el diagnóstico por otras medios no invasivos) Tratamiento: Medidas de apoyo vital. Tratamiento del edema cerebral (Manitol al 20% EV). Tratamiento de las convulsiones (Fenitoína EV). Aciclovir en infusión EV (10 mg /kg c/ 8h durante al menos 14 días). Es eficaz en la encefalitis herpética y debe instaurarse empíricamente en todo paciente con sospecha de encefalitis vírica en espera de los estudios virológicos de confirmación (ajustar dosis si disfunción renal). A B A. Encefalitis por herpes simple. Obsérvese la amplia destrucción de los lóbulos temporales y frontales en su parte inferior. B. Encefalitis viral. Obsérvese el infiltrado inflamatorio linfocitico perivascular. (Tomado del libro de Robbins) 27 Encefalitis crónica: En esta categoría se engloban: 1. Leucoencefalopatía multifocal progresiva, causada por el virus JC (Polyomaviridae), que ocurre exclusivamente en pacientes severamente inmunodeprimidos, principalmente con SIDA. 2. Panencefalitis esclerosante subaguda, causada por el virus del sarampión. 3. Panencefalitis progresiva de la rubéola congénita, trastorno extremadamente raro clínicamente indistinguible de la panencefalitis esclerosante subaguda. Recordar: La meningitis y la encefalitis se pueden distinguir en base a las funciones cerebrales. En la meningitis predomina la rigidez de nuca y las funciones cerebrales son relativamente normales. En la encefalitis las funciones cerebrales son anormales, es decir hay trastornos del estado mental, déficit motor o sensitivo, trastornos del comportamiento, del lenguaje, o trastornos del movimiento. Sin embargo, estos dos cuadros pueden estar combinados (meningoencefalitis) cuando a los síntomas de una meningitis aguda se suman los síntomas de la afectación encefálica como disminución del nivel de conciencia, confusión mental, mioclonias, crisis epilépticas y signos focales cerebrales deficitarios. La causa más frecuente de: - meningitis viral aguda: enterovirus - encefalitis viral aguda: VHS-1 28 LEPTOSPIROSIS Es la infección ocasionada por espiroquetas del género Leptospira. La variedad ictérica fue descrita por Weil, en Heidelberg, en el año 1886, y la definió como una enfermedad grave multisistémica que se manifestaba con ictericia profunda y deterioro de la función renal. La leptospirosis es una zoonosis que afecta numerosos animales domésticos y salvajes. Su comportamiento clínico en el hombre transita desde una infección asintomática hasta una enfermedad mortal. Las leptospiras son espiroquetas de 6 -20 µm de largoy 0,1- 0,2 µm de diámetro. Son aerobios obligados. La Leptospira interrogans es la patógena para el hombre e incluye más de 200 variedades agrupadas en más de 20 serogrupos. Dentro de este grupo se encuentra la L pomona, L. canícola, L. grippotyphosa y la L. icterohemorrágica. La Leptospira biflexa no es patógena para el hombre. Epidemiología: La enfermedad es trasmitida por animales. El perro, el cerdo, las ratas, el ganado bovino y otros animales salvajes son fuente de infección. Los animales pueden tener un estado de portador y eliminar leptospiras por la orina pues éstas viven durante meses en el túbulo proximal del riñón en los animales infectados asintomáticos y al ser excretadas por la orina sobreviven en el ambiente 6 meses. En las personas la enfermedad se contrae por contacto directo con orinas infectadas, tejidos infectados o de forma indirecta por contacto con agua y tierra contaminadas ya sea por exposición ocupacional al agua, como en el cultivo de arroz o de la malanga o por la exposición a terrenos húmedos y agua durante actividades de ocio (bañarse en aguas contaminadas como ríos, piscinas y presas). La piel con abrasiones y las mucosas expuestas (conjuntiva nasal y oral) constituyen la vía habitual de entrada en el ser humano. Es también una enfermedad laboral de granjeros, porquerizos, trabajadores de mataderos y trabajadores de almacenes. La enfermedad es más común en hombres y en las zonas rurales. 29 Cuadro clínico: El período de incubación está entre 2 y 20 días. En general entre 5 y 14 días. Las formas clínicas anictéricas son las más frecuentes. Formas clínicas evolutivas 1. Forma bifásica o típica 2. Forma monofásica (forma leve y forma grave) Leptospirosis anictérica: El 90 % o más de todos los casos de leptospirosis son anictéricos y la enfermedad suele ser bifásica (típica) o monofásica leve. Fase septicémica. (Leptospirémica) Comienzo brusco con escalofríos y fiebre mayor de 39oC Cefalea intensa Mialgias intensas: el dolor a la palpación, más llamativo en las pantorrillas y en la región lumbar es el hallazgo físico más característico. Inyección conjuntival (a partir del 3er día) Puede aparecer dolor abdominal, diarreas, hepatoesplenomegalia, rash. Esta fase persiste entre 5 y 7 días (la fiebre y los escalofríos recurrentes). Luego viene la defervescencia de la fiebre. En los primeros 10 días de la infección la leptospira se cultiva en sangre y LCR en medios especiales. Fase inmunológica Aparece alrededor del 6to al 12 día. Se relaciona con la aparición de anticuerpos en el suero. Reaparece la fiebre y pueden aparecer manifestaciones de tipo inmunológicas como: Meningitis aséptica: En el LCR hay pleocitosis linfocítica, con recuentos celulares totales en general menores de 500 células /mm3. Las concentraciones de proteínas en el LCR están moderadamente elevadas, y la concentración de glucosa en el LCR es normal. Iridociclitis – Uveítis Neuritis óptica 30 Neuropatía periférica Mielitis Miocarditis La desaparición de las leptospiras de la sangre y el LCR coincide con la aparición de anticuerpos IgM. La fase inmunitaria dura de 4 a 30 días. Las variantes leves no presentan apenas la fase secundaria inmunológica. En los casos leves la mortalidad es muy baja. 31 Leptospirosis ícterohemorrágica: Es una enfermedad muy grave, con alta mortalidad. Después de la fase aguda se caracteriza por deterioro de la función hepática y renal. (Síndrome de Weil). Además de los síntomas iniciales descritos como fiebre elevada continua, cefalea, náuseas, vómitos, mialgias, postración e hiperemia conjuntival, aparece: Íctero (de tinte azafranado) Anemia (secundaria a hemólisis o a pérdida de sangre en hasta el 30% de los pacientes) Uremia (proteinuria, insuficiencia renal aguda) Trastornos de conciencia Manifestaciones hemorrágicas como epístaxis, petequias, púrpuras, equímosis, hematuria, neumonía hemorrágica. Estos fenómenos se presentan debido a vasculitis, trombocitopenia y disfunción hepatocelular. La muerte puede relacionarse con la insuficiencia renal aguda, hemorragias gastrointestinales o pulmonares, miocarditis y distress respiratorio. En esta forma ictérica la mortalidad oscila entre el 5 - 40 % y es más elevada en pacientes mayores de 60 años. La convalecencia puede durar meses. Patogenia: En la leptospirosis ícterohemorrágica se produce una vasculitis infecciosa en la que se dañan las células endoteliales capilares. Las primeras manifestaciones incluyen disfunción renal y hepática, miocarditis y hemorragia pulmonar. Las desviaciones del líquido intra y extravascular secundario al daño endotelial originan hipovolemia lo que empeora la disfunción renal y origina shock. Los enfermos mueren con hemorragias generalizadas de mucosas, piel y 32 serosas. Se produce lesión isquémica renal con daño de células epiteliales, asa de Henle y nefritis intersticial, pero a la vez, hay daño glomerular. Hay lesión hepática con colestasis y miocarditis hemorrágica. En la fase inmunitaria aparecen anticuerpos aglutinantes contra leptospiras. Exámenes diagnósticos: Leucograma: Leucocitosis con neutrofilia, puede aparecer anemia y trombocitopenia. Eritrosedimentación: acelerada. CPK elevada. Pruebas de función hepáticas: TGP, TGO pueden estar elevadas (raras veces son mayores de 200 U/L), y la FA puede encontrarse elevada. Bilirrubina total, a predominio de la directa o conjugada: elevada en caso de íctero. Tiempo de protrombina: puede estar prolongado. Pruebas de función renal: la creatinina y la urea pueden encontrarse elevadas cuando existe afectación renal en las formas graves. Orina: microhematuria y cilindruria. Radiografía de tórax: para descartar alteraciones pulmonares (neumonitis hemorrágica). 33 Estudio del LCR: aumento de leucocitos a predominio linfocitario y aumento de proteínas en el LCR. Test de leptospira en suero para la detección de anticuerpos. El método de análisis estándar de referencia es la prueba de aglutinación microscópica (MAT) o mediante el análisis de inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA)-IgM). Se dispone actualmente de un test de leptospiras rápido. Reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en tiempo real (en suero o en orina). Sensibilidad de 100% para diagnóstico precoz. Aplicable al diagnóstico en humanos y en animales pero no está disponible en la práctica clínica. Hemocultivos para leptospiras (microscopía de campo oscuro). A. Leptospiras vistas al microscopio en campo oscuro. (Tomada del libro de Mandell) B. Cortes de riñón con tinción inmunohistoquímica que muestra la presencia de múltiples leptospiras en los túbulos renales. (Tomada del libro de Mandell) En resumen: Presentación clínica de la Leptospirosis: (Formas sindrómicas) Síndrome febril agudo sistémico (fiebre, mialgias, inyección conjuntival, cefalea, vómitos, diarreas, rash, neutrofilia). Síndrome íctero-hemorrágico (Weil). Se presenta con ictericia colestásica, insuficiencia renal y hemorragias. Síndrome de meningitis aséptica (fiebre, cefalea, vómitos y rigidez de nuca). Síndrome pulmonar hemorrágico severo (hemoptisis e insuficiencia respiratoria aguda). 34 Afectaciones más importantes por órganos: Riñón: nefritis intersticial y necrosis tubular aguda Hígado: colestasis intralobulillar. No hay necrosis hepatocelular Cerebro: meningitis aséptica Pulmón: neumonía hemorrágica Corazón: miocarditis linfocítica intersticial Músculo: mionecrosis Piel: vasculitis cutánea Diagnóstico diferencial: En casos anictéricos la enfermedad puede parecer un cuadro gripal inespecífico. En el curso de la enfermedad puede aparecer miocarditis, hepatitis, insuficiencia renal aguda. Debe insistirse en posibles exposiciones y contacto con animales.La hepatitis viral puede confundirse con una leptospirosis. En la hepatitis cuando aparece el íctero, la fiebre desaparece. En la leptospirosis la enfermedad se manifiesta como una ictericia febril, es decir, la fiebre persiste después de aparecer el íctero. Por tanto, siempre se debe considerar este diagnóstico en nuestro medio ante un paciente con fiebre e íctero. En la leptospirosis las mialgias son más acentuadas y conjuntamente se afecta la función renal (elevación de la creatinina en la forma íctero-hemorrágica). La infección de vías biliares es otro diagnóstico diferencial (colangitis con obstrucción biliar litiásica). El dengue es otro diagnóstico diferencial importante en nuestro medio. En el dengue suele haber leucopenia, la CPK es normal y por lo general, aunque no siempre, la enfermedad tiene un comienzo más gradual. En la leptospirosis, el comienzo de la fiebre suele ser más brusco, suele haber leucocitosis con neutrofilia, la CPK (enzima muscular) está elevada, hay hiperemia conjuntival, y se detectan anticuerpos contra la leptospira. Se debe insistir siempre en la epidemiologia pues puede resultar un diagnóstico diferencial difícil. Otras entidades a diferenciar pueden ser la malaria, la fiebre amarilla y también debe diferenciarse de sepsis bacterianas con disfunción orgánica múltiple así 35 como de casos con insuficiencia renal aguda de otras etiologías. El hallazgo de hipopotasemia de moderada a intensa es de utilidad para distinguir la leptospirosis de otras causas infecciosas de insuficiencia renal aguda. Tratamiento Preventivo: Evitar exposiciones de riesgo. Desratización. Saneamiento canino. Detección de animales enfermos y portadores sanos. Tratamiento o sacrificio de animales portadores y enfermos. La inmunización de seres humanos no se realiza de forma habitual. Es importante: Eliminar reservorio Evitar la contaminación Evitar el contagio Vacunación de los trabajadores agrícolas y de los mataderos Quimioprofilaxis- 200 mg de Doxiciclina semanal, vía oral, a los trabajadores expuestos. Tratamiento curativo: Tratamiento sintomático: Reposo. No es necesario el aislamiento del paciente pero la orina se debe manipular con cuidado. Vigilar signos vitales. Hidratación adecuada. Medidas antitérmicas. Tratamiento curativo específico del caso moderado o grave (adultos): El tratamiento antibiótico se debe iniciar tan pronto como se plantee la sospecha de la enfermedad. 36 Si bien la Penicilina (si no existe alergia) ha sido la primera opción de tratamiento en las formas moderadas y graves de leptospirosis, actualmente se considera que las Penicilinas, Cefalosporinas y la Doxiciclina parecen ser igual de eficaces. Para formas moderadas y graves de la enfermedad se puede iniciar tratamiento con: Penicilina Cristalina (bulbo: 1 millón U): 1-2 millones U por vía endovenosa (EV) c/ 4-6 horas. Especialmente durante el comienzo del tratamiento antimicrobiano con Penicilina los pacientes pueden experimentar una reacción de Jarisch-Herxheimer que consiste en la lisis masiva y rápida de las bacterias por los antibióticos, lo que puede tener consecuencias paradójicas (shock) al liberarse una gran cantidad de sustancias tóxicas. Por esta razón, se debe evitar la administración de altas dosis de penicilina EV al inicio del tratamiento. La penicilina se ha asociado también con una mayor frecuencia de diálisis en pacientes con afectación renal en las formas graves de la enfermedad. Como alternativa se puede emplear, con igual eficacia en la leptospirosis grave, una cefalosporina de tercera generación y resulta en un tratamiento más seguro para el paciente (menos riesgo de anafilaxia) y más fácil de administrar. Ceftriaxona – (bulbo 1 gramo): 1 gramo por vía endovenosa (EV) c /12 -24 horas. El tratamiento debe mantenerse de 7-10 días. Tratamiento curativo específico del caso leve: puede hacerse el tratamiento por vía oral con una de las siguientes opciones: Tetraciclina (tab. 250 mg) 2 tab c/ 6 horas por 7días ó Doxiciclina (tab. 100 mg) 1 tab c/ 12 horas por 7días ó Ampicilina (cáps. 500 mg) 500 mg c/ 6 h por 7 días ó Amoxicilina (cáps. 500 mg) 500 mg c/ 8 h por 7 días 37 ENFERMEDAD MENINGOCÓCICA Es la infección causada por Neisseria meningitidis (meningococo). El meningococo es un diplococo gramnegativo (0,6 × 0,8 µm) y es miembro de la familia bacteriana Neisseriaceae. La enfermedad meningocócica se describió por primera vez a finales del invierno y principios de la primavera en Ginebra (Suiza) en 1805, como un «brote epidémico de erupción hemorrágica de inicio rápido, acompañada de fiebre y una mortalidad elevada con inflamación importante del sistema nervioso central». La enfermedad se trasmite entre los humanos por un contacto íntimo y por medio de las goticas respiratorias. La colonización de la nasofaringe por la Neisseria meningitidis es el primer paso para la enfermedad meningocócica invasiva o para el estado de portador asintomático. Clasificación -Serogrupo A (epidemias en África subsahariana y otros países en desarrollo). -Serogrupo B (casos esporádicos en países industrializados). -Serogrupo C (brotes epidémicos en países industrializados). -Serogrupos Y, y el W-135 (son los serogrupos que con más frecuencia causan neumonía). (Tomado del libro de Mandell) 38 Síndromes clínicos: Meningitis meningocócica aguda (ver meningitis bacteriana piógena). Es la forma de presentación más común de la enfermedad meningocócica. Se caracteriza por fiebre, erupción cutánea, signos meníngeos y alteración del estado mental y se confirma con el estudio del LCR donde existe pleocitosis a predominio de neutrófilos, por la tinción de Gram del LCR (diplococos gramnegativos), por el cultivo del meningococo en el LCR, en la sangre o en muestras de las lesiones de piel, o por la detección de antígenos o del ADN de la N. meningitidis por PCR del LCR. Meningococcemia aguda: En la actualidad la enfermedad puede presentarse de manera esporádica. El diagnóstico precoz es difícil porque su curso puede ser fulminante (en menos de 24 horas) y en los estadios iniciales puede remedar una gripe u otra enfermedad viral. La septicemia con shock es el cuadro clínico predominante y la presentación es aguda. Puede haber historia previa de faringitis o rinitis y desde el inicio, los síntomas clínicos de sepsis pueden estar presentes como fiebre de comienzo súbito, náuseas, vómitos, mialgias, hipotensión, frialdad distal, deterioro del nivel de conciencia así como erupciones en piel de tipo exantema macular, petequial o purpúrico. La proliferación rápida de los meningococos en la circulación caracteriza a la septicemia meningocócica (incluido el síndrome de Waterhouse-Friderichsen clásico con hemorragia suprarrenal), dando lugar a concentraciones sumamente altas de bacterias y de endotoxina meningocócica. El rápido crecimiento bacteriano en el torrente sanguíneo provoca una respuesta inflamatoria intravascular exagerada y destructiva que condiciona un deterioro circulatorio progresivo y una coagulopatía grave. El shock séptico meningocócico causa la muerte por hipovolemia, fuga capilar, disfunción miocárdica, fallo multiorgánico (insuficiencia suprarrenal, renal, pulmonar) y coagulopatía de consumo. La coagulación intravascular diseminada se manifiesta con lesiones trombóticas y hemorrágicas en la piel de las extremidades, riñones, glándulas suprarrenales, en plexos coroideos y, en ocasiones, en los 39 pulmones. Con frecuencia se producen hemorragias gástricas, gingivales, o sangrados desde los puntos de venopunción o de infusión intravenosa. (Tomado del libro de Mandell) La mortalidad de la meningitis meningocócica depende de la gravedad y las complicacionesde la sepsis inicial con shock, fracaso renal y coagulación intravascular. La mortalidad es mayor en la sepsis aguda sin meningitis, casos en los que no hay signos meníngeos, pues no da tiempo a que se desarrolle la inflamación de las meninges aún cuando el germen se observa y cultiva de un LCR todavía transparente. Otras formas clínicas de infección meningocócica: Infección del tracto respiratorio superior (faringitis, epiglotitis, otitis, sinusitis), artritis séptica, neumonía, pericarditis purulenta, meningococcemia crónica, conjuntivitis, uretritis, proctitis. Relación con deficiencias del sistema del complemento: Las deficiencias de componentes tardíos del complemento (C5 a C9), se asocian a enfermedad meningocócica menos severa, a edades más tardías y con serogrupos infrecuentes que en algunos casos puede ser recurrente. El déficit de un factor de la vía alterna del complemento, la properdina (ligado a X), se asocia a enfermedad meningocócica fulminante. 40 Diagnóstico: Se basa en la demostración (cultivo, detección de antígenos o ADN) de N. meningitidis a partir de LCR, sangre o muestra de las lesiones de piel. Se debe realizar gota gruesa de sangre para meningococo ante la sospecha de enfermedad meningocócica. La tinción de Gram en el LCR es positiva en un 85% de los casos de meningitis meningocócica. La detección de polisacárido capsular por aglutinación de látex es menos sensible. La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) es la técnica con mayor sensibilidad. Tratamiento Preventivo: La prevención por medio de la vacunación es la mejor opción para el control de la enfermedad. En Cuba se produce vacuna antimeningocócica para serogrupos B y C. Existe una vacuna tetravalente (para serogrupos A, C, W-135, Y) y nuevas vacunas conjugadas. Tratamiento curativo para la infección por N.meningitidis: El tratamiento antibiótico debe ser precoz, pues la muerte se puede producir en horas. Meningitis meningocócica: Los pacientes adultos con sospecha de meningitis bacteriana de causa desconocida recibirán tratamiento con Ceftriaxona en combinación con Vancomicina hasta que el agente causal sea identificado. Cuando se identifica la N.meningitidis, se continuará tratamiento con una Cefalosporina de tercera generación o con Penicilina G (cristalina). Clásicamente se recomendaba la penicilina G, pero en la actualidad se ha reportado que han aumentado las cepas parcialmente resistentes a este antibiótico, lo cual limita su uso. Las dosis recomendadas para estos fármacos se exponen a continuación: Ceftriaxona (bbo: 1 gramo) -2 gramos EV cada 12 horas ó Penicilina Cristalina (bbo: 1 millón U) - 4 millones U EV cada 4 horas ó Meropenem (bbo: 1 gramo) -2 gramos EV cada 8 h (6 gr/día) Si el paciente es alérgico a penicilina o cefalosporinas, usar Cloramfenicol, 25 mg/kg EV cada 6 h (hasta 1 gr cada 6 h). El tratamiento antibiótico debe prolongarse una semana desde que el paciente queda afebril y nunca debe ser menor de 10 días, en general de 10 a 14 días. 41 Meningococcemia: Además del tratamiento antibiótico (con una Cefalosporina de tercera generación o con Penicilina G (cristalina) en las dosis recomendadas, el tratamiento de la meningococcemia incluye medidas de apoyo como el control del shock y su tratamiento. El paciente debe estar en una unidad de cuidados intensivos en aislamiento. Se deben aplicar medidas como: Tratamiento de la hipovolemia con soluciones cristaloides como Solución Salina Fisiológica 0,9%. El volumen de líquido requerido en 24 horas se determina por la respuesta al tratamiento y por la función renal (presión arterial, diuresis, perfusión tisular). Algunos casos pueden requerir diálisis o hemofiltración (pacientes con insuficiencia renal). El uso de aminas vasopresoras como dopamina, norepinefrina, o dobutamina es necesario en caso de shock. No se ha demostrado que el tratamiento con anticoagulantes en casos de coagulación intravascular diseminada mejore la evolución clínica de estos pacientes. En el shock séptico de pacientes con función suprarrenal inadecuada se emplean esteroides por vía EV. La duración del tratamiento antibiótico variará en función de la manifestación de la enfermedad y de la respuesta del paciente. Aunque 7 días de tratamiento antibiótico pueden erradicar la N.meningitidis, la evolución clínica del paciente marca la duración del tratamiento. Por lo general, nunca debe ser menor de 10 días. Quimioprofilaxis frente a la enfermedad meningocócica: El objetivo es prevenir la transmisión de la enfermedad. Se recomienda para eliminar el estado de portador y para aquellas personas que hayan estado en íntimo contacto con enfermos. Se recomienda uno de estos fármacos: (dosis en adultos): Rifampicina* 600 mg cada 12 horas por 2 días, vía oral (no recomendada de mujeres embarazadas). ó Azitromicina 500 mg, dosis única, vía oral. ó Ceftriaxona 250 mg, dosis única, por vía intramuscular (IM). ó Ciprofloxacino 500 mg, dosis única, vía oral. (recomendado para adultos mayores de 18 años, no se recomienda en mujeres embarazadas). *La Rifampicina no se puede usar en las mujeres embarazadas, en quienes se recomienda ceftriaxona (250 mg) en una sola inyección intramuscular (i.m). 42 TUBERCULOSIS (TB) Etiología, epidemiologia e historia natural: La TB ha resurgido en las últimas décadas. 1/3 de la población mundial está infectada con TB. Es producida por el bacilo Mycobacterium tuberculosis (Bacilo aerobio, no esporulado e inmóvil cuya pared celular tiene un alto contenido de lípidos de peso molecular elevado. Tiene un crecimiento lento y es acidorresistente al alcohol por la barrera lipídica que se encuentra en su pared. Usualmente involucra a los pulmones pero puede afectar cualquier órgano o tejido del cuerpo, donde se producen granulomas con necrosis caseosa. Se adquiere por la inhalación del bacilo por medio de las gotitas respiratorias que la tos, el estornudo o la fonación convierten en un aerosol. El bacilo puede evadir las defensas del huésped, sobrevivir y replicarse en los macrófagos. La inhalación y establecimiento del bacilo en el pulmón puede conducir a las siguientes condiciones: Inmediata eliminación del patógeno. TB latente: infección asintomática contenida por las defensas del huésped. (95% de las personas infectadas). TB primaria: enfermedad activa sintomática (5% de las personas infectadas). TB secundaria: reactivación sintomática en paciente con TB latente. (Representa 5-10% de aquellos pacientes con TB latente, más a menudo dentro de los 2 ó 3 primeros años de la infección inicial, en un sitio pulmonar o extrapulmonar). 43 Factores de riesgo Sociales y ambientales Viajes o nacimientos en áreas con alta prevalencia de TB (Asia, América latina, África Sub-sahariana, Europa del Este). Malas condiciones de vida (hacinamiento en espacios mal ventilados, malnutrición). Contactos ocupacionales. Factores que dependen del huésped: Inmunodepresión (SIDA) o inmunosupresión (incluyendo edades extremas de la vida) Silicosis Insuficiencia renal crónica avanzada o que requiera diálisis Diabetes mellitus Malignidad y quimioterapia Gastrectomía Abuso de sustancias (drogas, alcoholismo, hábito de fumar) Trasplantados Características clínicas Infección primaria es usualmente asintomática, aunque la enfermedad primaria progresiva puede ocurrir, especialmente en niños y en pacientes inmunodeprimidos. Infección secundaria: la reactivación usualmente produce síntomas constitucionales (fatiga, anorexia, sudoración nocturna, pérdida de peso) y síntomas dependientes del sitio de infección. La TB pulmonar es la forma más común. 44 (Tomado del libro de Robbins) Formas clínicas de la TB pulmonar:TB pulmonar primaria: Las infecciones TB predominan en los pulmones y suelen comenzar en este órgano. El foco inicial primario es el Complejo de Ghon que comprende una lesión parenquimatosa subpleural situada muchas veces inmediatamente por encima o por debajo de la cisura interlobar y ganglios linfáticos aumentados de tamaño y caseosos que han servido de drenaje del foco parenquimatoso. Los ganglios afectados y agrandados pueden comprimir los bronquios, obstruyéndolos y produciendo seguidamente un colapso segmentario o lobular. Si la obstrucción es parcial puede aparecer un enfisema obstructivo posiblemente seguido de la formación de bronquiectasias. La evolución de esta primoinfección es variable. En la mayoría de los casos no se presentan síntomas y las lesiones evolucionan a la 45 fibrosis y calcificación. La resistencia del huésped determina si la infección desaparece finalmente en ausencia de tratamiento, se mantiene en estado de latencia o se activa. Los infiltrados en el pulmón medio o inferior deben motivar la sospecha de TB primaria en sujetos generalmente jóvenes cuyos síntomas o antecedentes de exposición apunten a una infección reciente, sobre todo en presencia de un derrame pleural. Los derrames pleurales son a predominio linfocítico, suelen contener un número reducido de microorganismos y desaparecen en el plazo de unas semanas. En algunos casos sobre todo en lactantes y pacientes inmunodeprimidos, la infección puede ir seguida de una diseminación progresiva. A B A. TB pulmonar primaria. Complejo de Ghon en la radiografía de tórax. (Tomado del libro de Cecil) B. Complejo de Ghon: El foco parenquimatoso gris - blanquecino esta debajo de la pleura en la parte inferior del lóbulo superior y a la izquierda se observan ganglios linfáticos hiliares con caseificación (Tomado del libro de Robbins) En algunos casos, la TB extrapulmonar primaria de cualquier localización puede cursar sin indicios de afectación pulmonar. La adenopatía TB constituye la presentación extrapulmonar más frecuente, sin embargo la más temida es la meningitis por su elevada mortalidad. TB pulmonar secundaria (posprimaria): La mayoría de los casos representan la reactivación de una infección antigua y posiblemente subclínica. En la primoinfección los bacilos pueden diseminarse sin producir síntomas e instalarse en lugares que gozan de una tensión de oxígeno elevada como es la zona de los vértices pulmonares. En la TB pulmonar 46 secundaria las lesiones pulmonares son exudativas y pueden cavitarse, en uno o ambos lóbulos superiores, con tendencia a la fibrocalcificación ya sea espontáneamente o por el tratamiento. Histológicamente se observan granulomas confluyentes formados por células epitelioides, rodeadas de fibroblastos y linfocitos y se observan células gigantes de tipo Langhans. En el centro de estos tubérculos se observa cierto grado de caseificación. Los síntomas clínicos suelen ser fiebre en 80% de los casos con frecuencia vespertina, a menudo ligera e intermitente, tos productiva, hemoptisis y síntomas constitucionales como la consunción. Las formas extensas de la enfermedad pueden producir disnea. TB pulmonar secundaria (Tomado del libro de Robbins) En las personas inmunodeprimidas las opacidades pueden localizarse en los campos pulmonares medio e inferior y manifestarse en forma de neumonitis lobular o segmentaria de lenta resolución, atelectasias, nódulos y cavidades. En pacientes con VIH, cuando los CD4 son >200, la TB pulmonar puede ser típica en su manifestación. Con menores recuentos de CD4 son más comunes las anomalías en los campos pulmonares medio e inferior. En la actualidad siempre se debe investigar la posibilidad de infección por VIH en pacientes con TB (coinfección). Es bien conocido que el VIH es un factor de riesgo para el desarrollo o recrudescencia de TB activa pues el VIH suprime la inmunidad celular y a su vez, la TB acelera la replicación y la progresión de la infección por VIH lo cual se asocia con una alta mortalidad. 47 TB pulmonar progresiva: Las lesiones tuberculosas activas evolucionan durante meses o años y dan lugar a nuevas lesiones pulmonares que se pueden presentar como una TB fibrocaseosa cavitaria (apical y avanzada), una bronconeumonía TB o como una TB miliar (por diseminación hematógena) y pueden aparecer lesiones en otros órganos. TB pulmonar muy avanzada (Tomado del libro de Cecil) TB miliar: También conocida como TB hematógena generalizada suele deberse a la diseminación hematógena amplia de la infección especialmente en pulmones, órganos abdominales, médula ósea, sistema nervioso, hígado, bazo y cualquier otro órgano. La infección TB puede propagarse por vía linfática siguiendo los vasos linfáticos principales para entrar en el lado derecho del corazón y desde allí extenderse siguiendo la vía hematógena a la totalidad de los pulmones. La TB pulmonar miliar cursa con fiebre, escalofríos, debilidad, y a menudo disnea progresiva. Puede ser causa de fiebre de origen desconocido por la diseminación intermitente de las micobacterias. La radiografía de tórax muestra múltiples opacidades nodulillares pequeñas de 2-4 mm de diámetro similar a los granos de mijo. 48 Tuberculosis pulmonar miliar. La radiografía de tórax muestra múltiples lesiones pulmonares pequeñas de 2-4 mm de diámetro similar a los granos de mijo. (Tomado del libro de Cecil). (La palabra miliar deriva de la apariencia similar que tienen estos focos con las semillas de mijo). Radiografía de tórax que presenta signos de tuberculosis pulmonar miliar. Observe hacia la base pulmonar la presencia de radiopacidades granulares finas (grano de mijo) característico de esta forma clínico- radiológica de la TB pulmonar. (Tomado del libro de Harrison) Los bacilos pueden también atravesar los capilares pulmonares o las anastomosis linfovasculares hasta alcanzar la circulación general y producir siembras en diferentes órganos. En ocasiones se encuentra un solo órgano afectado como los riñones, suprarrenales o testículos. La afectación de la médula ósea puede producir anemia, trombocitopenia e incluso una reacción leucemoide. En 30% de los casos el examen ocular puede descubrir tubérculos en la coroides que son 49 patognomónicos de la tuberculosis miliar. La TB miliar es más frecuente en niños menores de 4 años, pacientes inmunodeprimidos y ancianos. En resumen, la TB pulmonar se presenta: Clínica: Puede cursar de forma subclínica y curar espontáneamente (formas primarias de TB) o presentarse de manera insidiosa (TB posprimaria) con tos productiva crónica, fiebre con frecuencia poco intensa (febrícula), intermitente, que aparece a última hora de la tarde y después desaparece, sudores nocturnos, hemoptisis y síntomas constitucionales. Se puede presentar dolor pleurítico por la extensión de la infección a las superficies pleurales. La enfermedad extensa se acompaña de disnea. Radiografía de tórax: Las manifestaciones radiológicas incluyen áreas de consolidación nodular o infiltrados alveolares, con cavitaciones usualmente apicales (si TB secundaria) o afectación del lóbulo medio o inferior (si TB primaria). Los infiltrados pulmonares pueden comportarse como una neumonía que no resuelve con terapia antimicrobiana estándar. Pueden encontrarse linfadenopatías hiliares / mediastinales, derrame pleural unilateral (exudado) o más raramente empiema tuberculoso. En la TB pulmonar miliar se encuentra un patrón radiológico nodulillar. La radiografía permite estimar también la antigüedad y cronicidad de la infección TB. Se puede observar un tuberculoma que es una lesión redondeada de 0.5 a 4 cm, como una moneda, solitaria, calcificada, a menudoconfundida con cáncer de pulmón y otras evidencias de enfermedad en el pasado como ganglios hiliares o mediastinales calcificados, focos de calcificación pulmonar, engrosamiento pleural con calcificaciones y cicatrices apicales. Diagnóstico de TB pulmonar: El diagnóstico depende de la sospecha clínica y una radiografía de tórax con patrón típico. Cuando hay cavitación, el esputo contiene bacilos tuberculosos. La muestra de esputo positiva para BAAR con tinción de Ziehl -Neelsen casi siempre es concluyente de infección. Habitualmente se indican 3 tomas de esputos. El 50 cultivo del Mycobacterium tuberculosis en medio de Löwenstein – Jensen puede tardar de cuatro a ocho semanas para detectar el crecimiento, por tanto se debe iniciar tratamiento con prontitud ante la sospecha clínica, radiológica y resultados de esputos directos positivos para BAAR. La fibrobroncoscopía con biopsia transbronquial y lavados bronquiales es una forma eficaz de obtener material para el diagnóstico. Es importante aclarar, que el esputo BAAR no es requisito obligado para el diagnóstico de certeza de TB pulmonar. Ello se debe, en lo esencial, a que la baciloscopía del esputo tiene una sensibilidad diagnóstica aproximadamente del 60%, y puede, por ende, ser negativo hasta en un 40 % de pacientes con tuberculosis. Por otra parte la existencia de un solo cultivo positivo permite hacer el diagnóstico de TB dado que esta prueba tiene una especificidad del 98 %. Observe, en el cuadro anterior, como existen dos situaciones donde el diagnóstico de TB se centra en el Rx de tórax. En la actualidad se dispone de un sistema radiométrico para el cultivo de micobacterias que reduce el tiempo de crecimiento a dos semanas con sensibilidad comparable a los métodos tradicionales. Existen además métodos moleculares que utilizan técnicas de amplificación rápida de ácidos nucleicos como la reacción en cadena de la polimerasa. Ha habido un renovado compromiso para elaborar pruebas diagnósticas rápidas para la detección del Mycobacterium tuberculosis que tengan una sensibilidad y 51 especificidad mejor que la de las tinciones y que se aproximen a la del cultivo. Por medio de una reacción de amplificación de ADN in situ, esta prueba rápida en muestra de esputo permite un diagnóstico específico de TB en 90 minutos. Este método es capaz de establecer el diagnóstico de TB en el 97% de los pacientes con TB pulmonar, incluido el 99% de los individuos con baciloscopía de esputo positiva a BAAR y el 90% de los individuos con baciloscopía negativa, compitiendo así con la sensibilidad del cultivo. La prueba cutánea de la tuberculina (Mantoux) es importante para la detección de infección en pacientes de riesgo. La prueba es de utilidad limitada en el diagnóstico de tuberculosis activa por su baja sensibilidad y especificidad y por su incapacidad para diferenciar entre infección activa y latente. Sin embargo, cerca del 90% de las personas que presentan induración de 10 mm como respuesta a la inoculación de 5 unidades de tuberculina intradérmica (0.1 ml), y casi todas las que muestran una induración de 20 mm, están infectadas, es decir, los casos de tuberculosis activa a menudo se acompañan de reacciones cutáneas fuertemente positivas. La prueba se considera positiva si a las 72 horas existe en el sitio de la inyección una induración mayor o igual a 5 mm. Por otra parte, la incidencia de la prueba negativa es elevada en la TB miliar (hasta 50%) y en la TB pleural (hasta 33%). La reacción negativa a la Tuberculina no excluye a la tuberculosis pues son comunes las reacciones negativas falsas en individuos con inmunodepresión y en aquellos con tuberculosis grave. La prueba se realiza según la técnica de Mantoux, la cual consiste en inyectar 0.1 ml de tuberculina por vía intradérmica en el dorso del antebrazo izquierdo, hacia su borde externo en la unión del 1/3 superior con el 1/3 medio. La inyección causará una discreta elevación de la piel con un habón de 6 a 10 mm de 52 diámetro. Se debe instruir al paciente para que no se frote, rasque o coloque tiritas o esparadrapo. La prueba es positiva si a las 72 horas existe en el sitio de la inyección una induración mayor o igual a 5 mm. La prueba es negativa si la induración es entre 0 y 4 mm. Diagnóstico diferencial de la TB pulmonar Infecciones pulmonares crónicas cuyas manifestaciones clínicas, radiológicas y a veces las alteraciones histológicas, pueden ser muy parecidas a las manifestaciones de la enfermedad tuberculosa como: histoplasmosis, nocardiosis, actinomicosis, infección por micobacterias atípicas, hongos y algunas bacterias anaerobias. Neumonía por gérmenes gramnegativos (tiende a localizarse hacia los vértices pulmonares y puede cavitarse). Sarcoidosis. Cáncer de pulmón. El carcinoma epidermoide de pulmón con frecuencia se absceda y cavita, y por otra parte el cáncer de pulmón es más frecuente en pacientes con tuberculosis que en la población general con los mismos hábitos de tabaquismo. A B A Radiografía de tórax con signos de tuberculosis activa localizados principalmente en el lóbulo superior del pulmón derecho. B Radiografía torácica que muestra infiltrado en el lóbulo superior derecho y cavidades con niveles hidroaéreos en un paciente con tuberculosis activa. (Tomado del libro de Harrison). 53 TB extrapulmonar: La forma extrapulmonar de la TB es consecuencia de la diseminación hematógena de la infección, aunque en ocasiones la infección se extiende desde órganos adyacentes. Los síntomas varían dependiendo de la localización. Habitualmente los pacientes tienen síntomas constitucionales en el momento del diagnóstico como fiebre, malestar general y adelgazamiento. Las formas clínicas más frecuentes de la TB extrapulmonar son las siguientes: Ganglionar: Linfadenitis TB que usualmente ocurre en la región cervical (escrófula). Pleural: El derrame pleural se produce como una reacción de hipersensibilidad a los antígenos de la micobacteria en el espacio pleural. Estos antígenos pueden entrar en el espacio pleural por la ruptura de focos TB subpleurales. Los síntomas clínicos consisten en fiebre, punta de costado y tos. La pleuritis TB se presenta como primoinfección en adolescentes y jóvenes en países endémicos y el Mantoux puede ser negativo. El derrame pleural suele ser de localización unilateral y resuelve solo, con o sin tratamiento en la mayoría de los casos. La TB pleural también puede aparecer como una forma de TB de reinfección, es decir, la pleuresía puede aparecer junto a una tuberculosis pulmonar y en este caso puede progresar raramente a empiema. El líquido pleural es un exudado con aumento de proteínas (>50% en relación a las proteínas séricas), glucosa normal o disminuida, pH generalmente <7.2 y leucocitos de 500- 54 2500/µL pudiendo predominar los neutrófilos al principio y posteriormente linfocitos. Es típica la elevación de adenosina desaminasa (ADA). La elevación de los niveles de interferón gamma en líquido pleural es un dato muy específico de derrame pleural tuberculoso. Pericárdica: Pericarditis con derrame y evoluciona a pericarditis constrictiva con calcificaciones. Hepática: La TB es causa de hepatitis granulomatosa. Peritoneal: Peritonitis Meníngea: En la meningitis TB la neuropatía craneal es un hecho frecuente (VI, III, IV y VII pares por orden de frecuencia). La evolución final es hacia el coma, con hidrocefalia e hipertensión intracraneal. En el LCR hay pleocitosis linfocítica, ↑ proteínas, ↓ glucosa, baciloscopía - , y cultivo +. Ósea: TB vertebral (Mal de Pott o Espondilitis TB). Suele iniciarse en la cara anterior de los cuerpos vertebrales y de allí
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