Ciencia ficción y distopías (1)

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CIENCIA FICCIÓN
Hacia una definición.
No es fácil definir la ciencia ficción, por eso existen diferentes conceptos elaborados por otros tantos críticos.
Álvaro Miranda, en su libro Poética del espacio, ubica a la ciencia ficción como una rama de la literatura fantástica y agrega que su rasgo distintivo es el protagonismo de los adelantos tecnológicos. Considera que existen otras posibles nomenclaturas para este subgénero ( ficción científica o ficción de anticipación) pero son menos usadas aunque no menos acertadas.
El nombre ciencia ficción es una expresión casi oximorónica, porque “ciencia” define a un conocimiento racional, verificable, sistemático y exacto y en cambio, el vocablo “ficción” se asigna a lo que escapa a lo racional, lo que proviene de la imaginación y por lo tanto, no tiene reglas ni es constatable. Esta extraña combinación se refiere, evidentemente, a que en este subgénero, el escritor aplica su capacidad creadora, imaginativa o de invención al campo temático de la ciencia.
 Kingsley Amis sostiene que es “aquella forma de narración que versa sobre situaciones que no podrían darse en el mundo que conocemos, pero cuya existencia se funda en cualquier innovación de origen humano o extraterrestre, planteada en el terreno de la ciencia o de la técnica”.
Por su parte, Michel Butor observa que la ciencia ficción “explora el campo de lo posible, tal como la ciencia permite vislumbrarlo.”
Mientras que Reginald Brethor opina que las obras pertenecientes a este subgénero nos “enfrentan a cómo el mundo promete o amenaza ser mañana, o el año siguiente o en lo que puede convertirse si súbitamente algunos hombres, usando el método científico y la tecnología, abren puertas nuevas o imprevistas hacia el conocimiento u otros mundos.”
Finalmente, hay críticos que entienden que la ciencia ficción es la mitología de la sociedad industrial y que oficia como un puente entre la cultura humanística y la científica, puesto que muchos autores de esta clase de obras son físicos, químicos o ingenieros.
Origen del nombre
La designación “ciencia ficción” fue acuñada y difundida por Hugo Gernsback, director de la célebre revista “Amazing Stories”, en 1926. Antes que él, Julio Verne, considerado por algunos el padre de este subgénero, en el siglo XIX, había denominado a sus novelas “roman scientifique”. 
Finalidad de la ciencia ficción.
Muchas veces se plantea una interrogante acerca de la finalidad de la ciencia ficción. ¿Es una literatura didáctica? ¿Es puramente un entretenimiento? La respuesta es rotunda: ambas cosas. En algunas obras, la ciencia y la tecnología son el sostén de sociedades distópicas y, en esos casos, sin duda, existe la intención de advertir a los lectores, de hacerlos reflexionar. Otros autores, en cambio, imaginan sociedades tecnológica y científicamente muy avanzadas como entretenimiento, es el caso de Verne o Wells.
En algunos casos, las obras de ciencia ficción operan como literatura ideológica y procuran transmitir una interpretación filosófica del mundo. En otros casos, se transforman en parábolas de nuestra realidad, como ocurre en Fahrenheit 451.
La ficción científica suele presentar la vida presente y el futuro que aguarda al mundo si la ciencia o la tecnología mantienen sus derroteros actuales. Como sostiene Ben Bova, hay varios futuros posibles; una de las funciones de la ciencia ficción es mostrar cuál nos deparan nuestras actitudes actuales.
Historia y evolución de la ciencia ficción
Desde los albores de la escritura, la literatura fantástica estuvo presente en la vida humana. “A partir del mundo grecolatino – dice Amis- la creación de utopías y de sociedades futuras comienza a tener relaciones con el caudal de conocimientos reales de la época.”
Sin embargo, en el siglo XIX , “con el ascenso de la sociedad industrial y sus paralelos avances científicos se da un impulso grande a las letras fantásticas y las liga a éstos”.
El siglo XX representa el período de consolidación de la ciencia ficción como rama dentro de la literatura fantástica. Su crecimiento se dio, al comienzo, en los Estados Unidos y en revistas (“pulps”) como Amazing Stories y Astounding Science Fiction. 
Hacia 1946, deja de considerarse una literatura marginal y escapista y surgen autores de primera línea: Arthur C. Clarke, Asimov, Paul Anderson. 
Durante los años 50, en el contexto de la guerra fría y la carrera espacial, alcanza un desarrollo notorio.
Bibliografía
Amis, Kingsley – El universo de la ciencia ficción. Ed. Ciencia nueva. Madrid.1966
Arregui, Vanina – En torno a Crónicas marcianas. Ed de la Banda Oriental. Montevideo. 1992.
Maruda, Lauro - Un conejo en una galera espacial : Ed. Técnica. Montevideo.2001
Miranda, Álvaro – La poética del espacio.