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Tema 11

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Literatura (Curso de Acceso) 1 
Tercera parte: España en democracia (desde 1975) 
TEMA 11 
 
POSMODERNIDAD, CULTURA DE MASAS Y 
EL BOOM DE LA NOVELA EN LITERATURA 
 
La posmodernidad surge en España, tras la muerte de Franco, en la sociedad, la cultura y 
las artes. Se venía fraguando desde los años 60 en Occidente, pero la dictadura retrasó su 
llegada hasta los años 80. 
 
1. LA POSMODERNIDAD Y LA SOCIEDAD DE MASAS 
A partir de los años 60, con el desarrollo tecnológico telemático y/o digital, la radio, el 
teléfono, la televisión, los ordenadores, Internet y las redes sociales han prosperado las 
economías de bienes inmateriales (la sociedad del conocimiento), la economía especula-
tiva, el big data y una sociedad basada en el consumismo. 
Lipovertsky (La era del vacío, 1989) resume la situación actual por el abandono de la eco-
nomía industrial, el desarrollo de los mercados financieros, el aumento de la calidad de 
vida y el consumismo que nos han llevado a una sociedad narcisista de gente preocupada 
por sí misma y su placer, sin importar la búsqueda del Progreso, la Revolución, la Demo-
cracia o el Arte. Tampoco importa la Verdad y triunfa el relativismo absoluto para no hablar 
de mentira sino de posverdad y de narcisismo (selfi, like, emoji). 
La posmodernidad* tiene como hito la caída del muro de Berlín en 1989 y con él la derrota 
del comunismo en Occidente, dejando al capitalismo como la única opción posible de vida 
y estacando la libertad individual. 
El pensamiento, la cultura, las artes y la literatura avanzan en paralelo a los avances socia-
les. Se recupera la autonomía del arte individual sin movimientos artísticos o literarios de-
finidos y sin etiquetas de grupo para poder crear con independencia. Aparece el pastiche 
(mezcla de diferentes estéticas o movimientos) y sigue habiendo realismo y compromiso 
político. Se simplifica la aportación de las vanguardias y se fomenta el arte para las masas. 
 
2. EL BOOM DE LA NOVELA EN EL MARCO DE LA CULTURA DE MASAS 
En el siglo XIX, la novela fue el centro de la cultura, ya que se podía hacer impresiones 
masivas, baratas y con público lector cada vez mayor y con más capacidad de compra 
(burguesía). Además, el periodismo contribuyó a la difusión de la novela en fascículos (fo-
lletines) y al conocimiento de autores como Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán. 
 
* Movimiento cultural occidental que surgió en la década de 1980 y se caracteriza por la crítica del racio-
nalismo, la atención a lo formal, el eclecticismo y la búsqueda de nuevas formas de expresión, junto con 
una carencia de ideología y compromiso social. 
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Actualmente, la novela ha dejado paso a los medios audiovisuales (radio, cine, televisión, 
videojuegos, Internet, redes sociales) como producto cultural preferente, pero sigue 
siendo consumida como nunca antes gracias a la alfabetización y al bajo coste de los nue-
vos formatos electrónicos. Ello ha contribuido a la merma de la calidad y al mercado del 
best-seller como un producto de diversión. 
2.1. Géneros narrativos de masas: entre el desprestigio y la revalorización 
La posmodernidad consolida la novela de masas en torno a la novela histórica, negra, ro-
mántica o erótica. De raíz galdosiana (Episodios nacionales), la novela histórica convive 
con la novela del Oeste en la posguerra y con la literatura popular. Al mismo tiempo, las 
ventas en masa hacen que la calidad baje y el género se desprestigie, a pesar de que los 
autores de prestigio reivindiquen desde 1975 la calidad literaria de sus obras. 
2.1.1. Novela histórica 
Las bases de la novela histórica se remontan al romanticismo (Los tres mosqueteros de 
Alejandro Dumas) y al realismo (Episodios nacionales de Galdós). En Occidente, el éxito 
de la novela histórica ha seguido el modelo anglosajón de sagas de libros voluminosos 
repetitivos y comerciales (Ken Follet, Los pilares de la tierra, 1989; McCullough, El pájaro 
espino, 1977). A partir de los años 80, en España, la novela histórica está representada por 
José Luis Sampedro (La vieja sirena, 1990) o por Miguel Delibes (El hereje, 1998). Más 
tarde aparece Arturo Pérez Reverte (Capitán Alatriste, 1996-2011) y, recientemente, San-
tiago Posteguillo (Yo, Julia, 2018). Antes aparecieron La catedral del mar (Ildefonso Falco-
nes, 2006) y Dime quién soy (Julia Navarro, 2010). 
2.1.2. Novela de memoria histórica 
Desde mediados de los 90, se viene produciendo una revisión de la historia de la Guerra 
Civil y del franquismo para sacar del olvido al bando republicano. En 2007, se aprobó la 
Ley de Memoria Histórica y aparecieron obras como Los girasoles ciegos (Alberto Méndez, 
2004), La voz dormida (Dulce Chacón, 2002) o en catalán Pá negre (Emili Teixidor, 2003). 
La idea no es ser fiel a la historia, sino rescatar la memoria de los perdedores, de forma 
parecida a lo que se hizo en Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. 
2.1.3. Novela negra, de misterio y de fantasía 
La novela negra es un género popular desde finales del siglo XIX y principios del XX 
(Agatha Christie, Arthur Conan Doyle, Dashiell Hammett y Raymond Chandler). En España, 
la novela negra por antonomasia se debe a Manuel Vázquez Montalbán (Los mares del sur, 
1979; Los pájaros de Bangkok, 1983; El hombre de mi vida, 2000). En el lado femenino y 
feminista encontramos a Alicia Giménez Barlett (Ritos de muerte, 1996; Mi querido asesino 
en serie, 2017). 
El genero policíaco sigue la dinámica de los bestseller con casos como la trilogía Millenium 
(Stieg Larsson, 2005), John Grisham (La firma, 1991; El informe pelícano, 1992; El cliente, 
1993) o John Le Carré (El espía que surgió del frío, 1963; El jardinero fiel, 2001). En España, 
la línea comercial sigue con Lorenzo Silva (El alquimista impaciente, 2000; La marca del 
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meridiano, 2012) o Dolores Redondo (Todo esto te daré, 2016; la trilogía de El Baztán, 
2013-2014). 
En la fantasía, el referente es Tolkien (El señor de los anillos, 1954) y más recientemente 
George R. R. Martin (Juego de tronos, 1996); en el misterio Dan Brown (El código Da Vinci, 
2003), Matilde Asensí (El último catón, 2001) o Ana María Matute (Olvidado rey Gudú, 
1996). La combinación de misterio, fantasía e historia la encontramos en Carlos Ruiz Zafón 
(La sombra del viento, 2001). 
2.1.4. Narrativa en línea y transmedia 
Los nuevos sistemas de comunicación permiten una mayor rapidez para todo, pero para-
dójicamente los libros voluminosos triunfan con sagas largas. No obstante, los nuevos for-
matos digitales permiten el consumo de microrrelatos (ver @microcuentos en Twitter) de 
autores desconocidos, creativos, sin filtro editorial, narcisistas y creadores de lectores. El 
género no es nuevo, ya en las vanguardias de principios del siglo XX existían y especial-
mente en América Latina (Arreola, Lugones, Monterroso, Borges, Cortázar). 
Internet ha traído también las llamadas narrativas transmedia: relatos que avanzan a la vez 
en distintos medios, pero no son adaptaciones ni merchandising, sino ampliaciones de la 
historia original. Por ejemplo: Star Wars se desarrolla originalmente en el cine, pero tam-
bién hay una serie de televisión animada (Star Wars: The Clone Wars, 2008-2014), cómics, 
novelas, videojuegos… Se busca el consumo de productos relacionados y la creación de 
seguidores (fans). En España, un caso claro es El Ministerio del Tiempo (2015-2017), que 
además de los capítulos de televisión se desarrolló en cómic (Tiempo al tiempo, 2017 y Mi 
tiempo se agota, 2018) y en redes sociales, yendo más allá de la serie original en sí. 
2.2. La generación X y el realismo sucio 
La generación X se aplica en sociología a los nacidos en las décadas de los 60 y 70, mien-
tras que realismo sucio se refiere al estilo literario de los autores nacidos en esas décadas, 
especialmente en la juventud, durante los años 90. Se suele considerar que la etiqueta 
generaciónX procede de la novela del mismo nombre de Douglas Coupland (1991). En 
España se hablaba de generación JASP (Jóvenes, Aunque Sobradamente Preparados) y 
generación Barrio Sésamo. En Países Bajos se denomina generación Nada, por la presunta 
falta de valores de aquellos jóvenes). El carácter despectivo de estas denominaciones ha-
cia esta generación es aplicable a la siguiente, los millenials, con ligeras variaciones, pero 
lo que indica el concepto de generación X es la presencia de una sociedad y cultura pos-
modernas. 
El realismo sucio (dirty realism) es la manifestación de este espíritu generacional. La eti-
queta se debe a Bill Buford (Granta Magazine, 1983) y se exportó a España mediante na-
rrativa juvenil urbana sobre temas de drogas, rock y conflictos familiares en lenguaje colo-
quial con un tono poético. Entre los autores destacan, por primera vez, algunas mujeres: 
José Ángel Mañas (Historias del Kronen, 1994), Ray Loriga (Lo peor de todo, 1992), Juan 
Manuel de Prada (Coños, 1994), Benjamín Prado (Raro, 1995), Marta Sanz (El frío, 1995) o 
Lucía Etxebarria (Amor, curiosidad, prozac y dudas, 1997). El referente cultural popular 
asentado en EE.UU., el cine, la música y la televisión (videoclip) fomentó la mitomanía e 
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influyó en la narración hasta el punto de que algunas canciones se convirtieran en argu-
mentos de novelas. 
2.2.1. Lucía Etxebarria (Valencia, 1966) 
Licenciada en Filología Inglesa y en Periodismo, empezó a trabajar en Sony y FNAC, lo 
que marcó su trayectoria posterior. Su primer libro fue un biografía novelada (La historia 
de Courtney y Kurt: aguanta esto, 1996), después alcanzó fama con Amor, curiosidad, pro-
zac y dudas (1997) y ganó el Premio Nadal con Beatriz y los cuerpos celestes (1998). Ya en 
este siglo, ha publicado novelas (De todo lo visible y lo invisible, 2001; Cosmofobia, 2007; 
Por qué el amor nos duele tanto, 2017), poesía (Estación infierno, 2001) y ensayo (Yo no 
sufro por amor, 2005), dedicado este último a desmontar el mito del amor romántico. Su 
obra se centra en la reivindicación social y política contra el capitalismo posmoderno, con 
especial interés por la causa feminista. Además, su obra es bastante autobiográfica. 
 
3. ALMUDENA GRANDES (Madrid, 1960) 
Licenciada en Geografía e Historia, empezó editando textos para enciclopedias y guías de 
viajes, pero con pasión por la literatura. En 1989 ganó el premio de narrativa erótica La 
Sonrisa Vertical (con Las edades de Lulú) y al año siguiente fue llevado al cine por Bigas 
Luna, lo que le permitió dedicarse a escribir hasta recibir el Premio Nacional de Narrativa 
en 2018. Las edades de Lulú forma parte del grupo de novelas centradas en las experien-
cias de su generación durante la Transición y la Movida: Te llamaré viernes (1991), Malena 
es un nombre de tango (1994), Modelos de mujer (relatos, 1996), y Atlas de geografía 
humana (1998). Son novelas de protagonista femenina en primera persona con fuerte com-
ponente sexual que refleja la libertad tras la muerte de Franco. 
En 2002, Los aires difíciles cambian el rumbo de su obra para narrar en tercera persona, 
incluir protagonista masculino, pasar de Madrid a Cádiz e investigar en otros temas y es-
tructuras narrativas. Desde este momento, surgen dos líneas narrativas: el Madrid con-
temporáneo (Castillos de cartón, 2004; El corazón helado, 2007; Estaciones de paso (rela-
tos), 2005 y Los besos en el pan, 2005) y la Guerra Civil (Episodios de una guerra intermi-
nable al estilo de Galdós: Inés y la alegría, 2010; El lector de Julio Verne, 2012; Las tres 
bodas de Manolita, 2014 y Los pacientes del doctor García, 2017).

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