Vista previa del material en texto
Módulo 1: Genealogía y reconstrucción critica del campo de la Psicología Social Unidad 1- La Psicología Social: orígenes históricos, hegemonías y rupturas. Primeras definiciones de objeto y orientaciones teóricas tradicionales en Psicología Social. Sociogestaltismo e Interaccionismo Simbólico. Tendencias “psicológicas” y “sociológicas” en Psicología Social. Crisis y rupturas en el contexto socio-político mundial y regional de los años 70 del siglo XX. Reduccionismos y “encargos” a la Psicología social. Debates individuo y sociedad, neutralidad e implicación ético-política en la producción del conocimiento, psicología hegemónica y pluralismos teóricos-metodológicos. IBAÑEZ GRACIA, T. (1990). Capítulos: La inexcusable exigencia genealógica; Las grandes orientaciones teóricas tradicionales; Epílogo. En Aproximaciones a la Psicología Social. El propósito que guía esta obra es el de ayudar a hacer comprender cuál es la naturaleza del enfoque psicosocial, cuáles son sus características y sus límites. Para conseguir este objetivo es preciso investigar el proceso histórico a través del cual se fueron delineando los conceptos, las orientaciones y los contenidos. Al rastrear con sentido crítico a la memoria histórica de la psicología social, aparece como una disciplina problemática, estructurada por múltiples líneas de tensión que la obligan a proceder a un constante examen crítico de sus propias fundamentaciones. Dar cuenta de la psicología social es dar cuenta de una materia problemática que debe acrecentar las inquietudes y el deseo de saber de quienes se acercan a ella, en lugar de apaciguarlos y calmarlos. PARTE I: LA CONSTITUCION Y EL DESARROLLO DE LA PSICOLOGIA SOCIAL 1. La inexcusable exigencia genealógica La afirmación de que la psicología social tiene varios pasados abre un debate en cuanto a la naturaleza del discurso histórico y en cuanto a la naturaleza de la causalidad social. Existen varias formas de escribir la historia de una realidad actual, la forma en que se escribe una historia puede afectar, con mayor o menor fuerza, la configuración misma del presente. La forma de relatar el pasado influye necesariamente sobre el futuro, puesto que afecta el presente. En este sentido, ninguna historiografía es “inocente”. Por ejemplo, la historia de la psicología social publicada por Gordon Williard Allport en 1954 convertida en la historiografía estándar de la disciplina, contribuyó probablemente a fortalecer la orientación positivista, individualista y experimentalista de la psicología social. Los tópicos historiográficos establecidos por G.W. Allport se daban por supuestos en casi todas las presentaciones históricas de la psicología social: la investigación científica en la disciplina se inauguraba en 1897 con N. Triplett. La aparición académica de la psicología social acontecía en 1908 con sus dos primeros manuales. La psicología social tenía una rica ascendencia europea, pero en suelo americano había conseguido germinar, florecer y dar sus frutos más científicos. La psicología social, además, había sido “descubierta” por Auguste Comte. Tuvieron que transcurrir muchos años antes de que se empezara a cuestionar cada uno de estos tópicos. Si bien era cierto que la psicología social había conocido su más intenso desarrollo en suelo americano, esto no podía interpretarse más que como el resultado lógico de un proceso mucho más general de americanización del conjunto de las ciencias sociales. Además, era muy aventurado situar en Auguste Comte el descubrimiento de la psicología social. La presentación que hacía Allport de la postura de Comte adolecía de múltiples sesgos y considerables errores fácticos. Quedó al descubierto la función ideológica desempeñada por los principales puntos de referencia históricos elegidos por la persona a quien se encargó presentar la historiografía oficial de la disciplina. El relato de Allport se quedaba en una ejemplificación típica de la llamada historia “whiggish”, es decir, de una historia escrita por los vencedores y orientada a “producir una historia que no es sino la ratificación e incluso la glorificación del presente”. La historiografía whiggish trata de legitimar el presente buscando en el pasado la confirmación de las creencias y de los valores actuales. Así por ejemplo, en vez de conceder un relieve particular al año 1908, Allport hubiera podido elegir muchas otras fechas para ilustrar la aparición de los primeros tratados de la psicología social. En lugar de fomentar la impresión de una nítida y brusca irrupción de la psicología social en el mundo académico, emergiendo desde la psicología y desde la sociología, lo que hubiera enfatizado con la elección de fechas más remotas, es la confusa, lenta y multifacética emergencia de la disciplina. Pero es evidente que de esta forma no se hubiera podido dotar a la disciplina de una legitimación positivista. Las elecciones históricas de Allport fueron las que fueron y la autoconsciencia histórica de los psicólogos sociales resultó de esas elecciones. El experimentalismo de Triplett y el positivismo de Comte constituían puntos de referencia perfectamente adecuados para caracterizar esa psicología social estadounidense. El problema es que la versión historiográfica de Allport engendraba efectos prescriptivos, legitimando históricamente una determinada concepción de la psicología social. Estos efectos fueron tanto más potentes cuanto que la aceptación acrítica de la historia elaborada por Allport se vio fuertemente favorecida por dos factores nada desdeñables: el desinterés mayoritario de los psicólogos sociales por la historia en general, y por la historia de su propia disciplina en particular, y la constante reedición del texto de Allport a lo largo de las sucesivas nuevas ediciones. Una ciencia sin memoria está a la merced de las fuerzas del día. La historia de la psicología social, concebida como un análisis crítico del pasado para alcanzar una mejor comprensión del presente, aún queda por escribir. Quizás el rechazo del “mito de origen” construido por Allport constituya un primer paso en esa dirección. En cuanto se resquebraja la fe positivista, se impone con claridad, la idea de que las disciplinas científicas, lejos de constituir productos naturales, son el resultado de un conjunto de prácticas sociales, históricamente situadas y propias de una sociedad determinada. Se torna imprescindible calibrar con la máxima atención la naturaleza de las determinaciones sociales que incide sobre ellas y que conforman sus características. Las formas de conocimiento que caracterizan hoy por hoy la psicología social no pueden ser entendidas adecuadamente mientras sus orígenes sociales permanezcan ocultos. Entiendo que una de las huellas dejadas por la crisis que se manifestó en el seno de la disciplina durante los años setenta es precisamente la emergencia del interés por la historia de la psicología social. La reflexión crítica sobre las características dominantes de la psicología social, así como el malestar expresado en relación al estado actual de la disciplina, condujeran lógicamente hacia una preocupación por estudiar la trayectoria que había conducido a la psicología social hasta ese supuesto impás teórico y metodológico, tomando consciencia de que “las formas presentes tienen su particular naturaleza en virtud de su pasado, con lo cual la comprensión del presente exige la comprensión de su génesis. Se suele decir que el interés prestado a la propia historia constituye un indicador fiable del grado de madurez alcanzado por una disciplina. La psicología social empieza a evidenciar, desde hace algunos años, que está alcanzando una fase de madurez. Desde los principios de los años setenta, se acumulan indicios de un creciente interés por la historia de la disciplina. Entiendo que la preocupación por la historia sólo se torna realmentefructífera cuando deja de ceñirse a una preocupación meramente historiográfica. Lejos de encerrar la historia en un museo, se trata de utilizarla como un instrumento para forjar el futuro de la psicología social esclareciendo su presente. De lo que se trata es de realizar un análisis historiográfico que constituya a la vez un análisis contextualista y un análisis crítico. Contextualista porque no se puede entender adecuadamente la psicología social si no se la sitúa en el amplio movimiento de ideas que tardó varios siglos en fragmentarse para dar paso a las diversas disciplinas que constituyen las actuales ciencias sociales humanas. Cada una de estas disciplinas sigue guardando las huellas de un pasado indiferenciado. Es precisamente en el lento proceso de diferenciación disciplinar donde residen algunos de los factores explicativos actuales de las características de esas disciplinas. Las posibilidades de acceder a la inteligencia de la psicología social quedarían sin dudas mermadas por el hecho de desarrollar una historia separada para esta disciplina, perdiendo de vista el fondo común que la vincula con las restantes disciplinas que forman parte de su contexto de conocimiento. El presente es el fruto del pasado y se puede afirmar incluso que el pasado, transformado y sedimentado, late en el presente y que sigue teniendo en este sentido, una plena actualidad. El presente emerge del pasado pero no está preinscrito en él. La genealogía consiste en indagar el pasado desde el punto de vista del presente con el propósito de hacer que el presente sea inteligible. La historiografía debe ser contextualista en el sentido de que debe abarcar el tronco común de la reflexión sobre lo social, pero el contextualismo sería muy insuficiente si se redujese a una historia de las ideas. Es preciso atender a las condiciones sociales que incidieron en la conformación última de la psicología social. No se pueden negar acontecimientos como la Revolución francesa, ni procesos sociales como la industrialización de las sociedades europeas, ni tampoco coyunturas históricas tales como el auge del período militar industrial de Estados Unidos. Además de ser contextualista, pretende ser una historiografía crítica. En primer lugar, porque una de las principales funciones que asigno a la investigación histórica consiste en poner al descubierto los supuestos implícitos y las tomas de partido enmascaradas que subyacen en muchas delas formulaciones que se dan por sentadas en una disciplina. En segundo lugar, pretendo indicar simplemente cierta distanciación con las formas académicamente dominantes de la psicología social (la psicología social mainstream), o por lo menos mostrar idéntica receptividad hacia las posturas alternativas. 2. Las grandes orientaciones teóricas tradicionales y sus correspondientes teorías de medio alcance 1. Las orientaciones socio-conductistas El conductismo metodológico de Watson influenció en la psicología social representada por Allport consiguiendo prevalencia en el interés por la conducta observable y la operacionalización de los conceptos. Esto dejó paso a las versiones menos radicalmente positivistas del conductismo. En este sentido, Berkowitz y Bandura investigaron sobre el fenómeno de la agresión. Estas investigaciones recalcan la importancia de los factores situacionales y las cuestiones o indicaciones simbólicas que se hallan en una situación para desencadenar o facilitar la manifestación de conductas agresivas. Bandura, desarrollaría una influyente teoría del aprendizaje social. Otros aportes fueron: facilitación social (Zahonc), atracción interpersonal (A.Lott y B. Lott), conductismo radical (Skinner), la teoría de la evolución (Darwin) entre otras. Por encima de sus diferencias y controversias internas, las distintas orientaciones conductistas comparten una misma convicción de que la conducta social se adquiere a través del proceso de condicionamiento, instrumental o clásico. Su propósito es explicar las conductas sociales en términos de los principios generales del aprendizaje para dar cuenta del conjunto de la conducta humana. Es decir, predecir la conducta social a partir del conocimiento de eventos situacionales y de la experiencia previa que haya tenido la persona con esos eventos. 2. Las orientaciones socio-gestálticas La llegada masiva a EE.UU, durante los años 30, de psicólogos alemanes formados en la tradición de la Gestalt, permitió que se estableciera un foco de influencia alternativo al que representaba el conductismo. En efecto, su concepción molar de los procesos psicológicos, frente al elementarismo del enfoque conductista, y su énfasis sobre la actividad constructiva del ser humano, frente al determinismo ambientalista de los conductistas, hacían de la psicología un instrumento más adecuado para elaborar los fenómenos psicosociales. Otros tres factores contribuyeron a la extensión e influencia del gestaltismo: Adscripción de la Gestalt a la tradición experimentalista, la preservo de críticas positivistas. Énfasis sobre el carácter activo del ser humano, lo que estaba en consonancia con el pensamiento de los EE.UU. Resonancias fenomenológicas redundaban en la debilitación de los determinismos socioestructurales. En efecto, se acentuó el aspecto fenomenológico, el interés por los aspectos cognitivos internos, el reduccionismo psicologista e individualista, experimentalismo, el anti- historicismo y el acercamiento con el interaccionismo simbólico. La teoría del campo (Lewin) parece reconocer el carácter determinante del entorno, ya que presenta al individuo como un ser inmerso en un campo de fuerzas, cuya composición ultima decide la manera en que actúa la persona. Lo que realmente importa para predecir la conducta no es tanto la forma en que una persona ha llegado a una determinada situación, sino la propia situación tal y como esa persona la vive en el momento presente. Esta teoría se apoya en el concepto de sistema pero adoptando una perspectiva dinámica que considera los sistemas en un estado de permanente tensión. Estos mismos conceptos constituyen elementos nucleares de la otra gran fuente de inspiración de las teorías de la herencia cognitiva, es decir, de la teoría del equilibrio estructural (Heider). Ambos autores consideran que para poder explicar la conducta no es suficiente con tomar en cuenta las características de la situación, sino que también es necesario conocer la forma en que la persona constituye psicológicamente esa situación. Otro autor importante es Asch, que contribuye con sus estudios a la formación de las impresiones, según la cual la percepción presenta propiedades estructurantes de la representación de la realidad y esta modulada por factores subjetivos. Años después, estudio el fenómeno del conformismo social, que marco una generación de investigaciones de la presión social del grupo y sobre los procesos de influencia desembocando en otros trabajos. 3. Las orientaciones psicoanalíticas El propio fundador de la escuela psicoanalítica desarrollo su peculiar análisis de algunos fenómenos psicosociales, publicando textos sobre la génesis del hecho social, las características de la cultura y la psicología de las masas. La influencia del psicoanálisis se dejó sentir esencialmente a través de tres corrientes: Los neo-freudianos se inspiraron básicamente en la crítica que Adler dirigió al biologismo de Freud y a su excesiva centración sobre la libido. Autores como Kardiner, Fromm, Horney, Sullivan, Erikson, analizaron la relación entre persona y sociedad, otorgando mayor importancia a los factores culturales de la sociedad. A través de Kardiner, los neo- freudianos, incidieron en el desarrollo de la antropología cultural. Los freudo-marxistas provinieron de la escuela de Frankfurt, como es el caso de Marcuse y Adorno, y a través del trabajo realizado por esteúltimo sobre la persona autoritaria se ejerció la influencia más visible de esta corriente en la psicología social. Los post-freudianos recalcaron la relativa autonomía del yo respecto de las otras instancias de la personalidad, desembocando en el Ego Psychology que no tendría mayor influencia en la psicología social. La orientación psicoanalítica nunca ejerció una influencia preponderante en la psicología social. 4. La orientación de la teoría del rol El concepto de rol social es esencial dentro de la psicología social. Es un buen candidato para proporcionar un punto de articulación teórica entre sociología y la psicología social. Mead utilizó la noción de rol para dar cuenta de la socio génesis de las personas. En efecto, la capacidad de adoptar la posición del otro y de articular hacia sí mismo desde esa posición, es decir, en definitiva el proceso de toma de rol, constituye según este autor uno de los mecanismos básicos de la socialización y de la interiorización de las normas sociales, a la vez que proporcionan un instrumento para construir su propia identidad. Linton contribuyó a desarrollar la teoría del rol mostrando la importancia que revisten los roles así como los diversos estatus, asignados o adquiridos, que ocupa el individuo en el seno de una sociedad para configurar las bases culturales de la personalidad. Hubo diversas investigaciones sobre roles sociales, como por ejemplo: naturaleza de roles sexuales, juego de rol, conflicto de rol, entre otros. En una obra de Goffman, se encuentran los planteamientos que formulan las consecuencias de la metáfora dramatúrgica implícita en el proceso de concepto de rol. 5. Las orientaciones del interaccionismo simbólico Esta corriente constituye una rica corriente psicosociológica que se contrapone a la psicología social individualista, nutriéndose de: Mead, James, Dewey, entre otros. Blumer, en 1937, bautizó a esta corriente con el nombre que lleva, quien se convirtió en su portavoz más visible y la define en base a tres premisas: a. El reconocimiento de que lo propio de los seres humanos radica en actuar en relación con los objetos a partir del significado que éstos representan para ellos. Es importante entender cuál es la definición subjetiva que da a la situación el propio individuo. Es decir, que la génesis de los significados se ubica en la propia interacción. b. El significado de los objetos emerge a partir de las interacciones que el individuo teje con sus semejantes. No se trata de que los demás nos enseñen cuál es el significado, ni que los demás nos transmitan, sino que son las propias personas quienes lo construyen o reconstruyen, a través de sus interacciones sociales. Este punto de vista, guarda una evidente relación la tesis de Vigotsky acerca de la anterioridad de lo interpsicológico sobre lo intrapsicológico, apunta dos supuestos básicos: Reflexividad: Propiedad esencial del ser humano. Para que la interacción social pueda desarrollarse, es necesario que el individuo tenga la capacidad de situarse en la posición de los demás y de contemplarse a sí mismo como objeto para los demás. Nociones capitales: significados compartidos, de intersubjetividad y de propositividad de la conducta. Actividad de la construcción de conocimiento: Se construye a través de la intervención concreta de las cosas. Ésta proporciona un feed- back o una información en retorno. El conocimiento de lo social se adquiere, a través de la propia actividad desplegada por el sujeto en el transcurso de las interacciones sociales. Esta idea apunta al ser humano como un agente activo y también marca la diferencia entre el interaccionismo simbólico y las orientaciones cognitivas. c. El carácter activo del agente humano. Orientación Orientación Principales autores referentes Principales aportes Metodológicos Principales aportes teóricos Socio - conductistas Floyd Allport Hull Spence Explicar las conductas sociales en términos de aprendizajes, válidos según los conductistas para dar cuenta del conjunto de la conducta humana. La conducta social se adquiere fundamentalmente a través de un proceso de condicionamiento Socio – gestaltistas Kurt Lewin Fritz Heider Solomon Asch Adscripción a una tradición experimentalista que la preservó de muchas críticas positivistas Aspecto fenomenológico: Acercamiento con el interaccionismo simbólico. Interés procesos cognitivos internos: El individuo interpreta/construy e la realidad. Reduccionismo psicologisista e Individualista. Ahistoricismo: Centración sobre el aquí y ahora. Teoría de campo (Lewin) Teoría del equilibrio estructural (Heider) Estudios sobre la formación de las impresiones y conformismo social (Asch) Psicoanalíticas Sigmund Freud Neofreudianos: Abraham Kardiner, Erik Erikson Freudomarxistas: Theodor Adorno Postfreudianos Relación persona sociedad otorgando mayor importancia a los factores culturales de la personalidad (Neofreudianos) Escuela de Frankfurt: Adorno trabajó sobre la personalidad autoritaria (Freudomarxistas) Relativa autonomía del yo respecto a otras instancias de la personalidad (Postfreudianos) Teoría del rol George Herbert Mead Ralph Linton Erving Goffman Noción de rol para dar cuenta de la sociogénesis de las personas. La capacidad de adoptar la posición del otro y de actuar hacia sí mismo desde esa posición: proceso de toma de rol, que constituye uno de los mecanismos básicos de la socialización y de la interiorización de las normas sociales, y proporciona un instrumento para construir la propia identidad. Abordaje de temas como: Naturaleza de los roles sexuales, diferencia “toma de rol” y “juego de rol”, y conflicto de roles. Interaccionismo Simbólico El IS se nutre de: George H. Mead William James John Dewey Escuela de Chicago Herbert Blumer, la define en base a tres premisas. Afinidades con la etnometodología y la etnografía a. Reconocimiento de que lo propio de los seres humanos consiste en actuar en relación con los propios objetos a partir del significado que éstos representan para ellos. Para explicar la conducta humana es menester entender cuál es la definición subjetiva que da a la situación el propio individuo (énfasis sobre la dimensión fenomenológica de la realidad). El significado de los hechos emerge a partir de las interacciones sociales que el individuo teje con sus semejantes. Son las propias personas quienes construyen o reconstruyen el significado de las cosas a través de sus interacciones sociales. Este punto de vista apunta a dos supuestos básicos: Reflexividad: Los actores sociales no son radicalmente ajenos a los otros, sus actuaciones respectivas se articulan entre sí. Es necesario que el individuo pueda contemplarse como objeto para los demás. Actividad en la construcción del conocimiento: El conocimiento se construye a través de la intervención concreta con las cosas. Esta intervención proporciona un feedback, o una información en retorno. El conocimiento social no se adquiere si no es a través de la propia actividad desplegada por el sujeto en el transcurso de las interacciones sociales. Idea que apunta a una concepción del ser humana en términos de agente activo. b. Estructuración activa de la realidad: el actor selecciona, comprueba, suspende, reagrupa y transforma los significados a la luz de la situación en la que se halla y en función de la orientación de su acción. La construcción de significado resulta de un proceso de negociación interpersonal a través del cual se vaperfilando el significado compartido de la situación. El significado no está en las cosas, sino que se construye en la interacción a través de una negociación activa. La construcción del significado de una situación no transcurre exclusivamente en la cabeza del individuo, sino que resulta de un proceso de negociación personal a través del cual se va perfilando el significado compartido de la situación. Entonces, el significado no está exclusivamente en las cosas, tampoco constituye una aportación ya hecha proporcionada por los demás o por el propio individuo, sino que se construye en la interacción a través de la negociación activa. El interaccionismo centró sus temas de investigación en torno a la constitución de la identidad social, la temática de roles, el lenguaje y la comunicación. Las investigaciones de Goffman no pueden presentarse como una pura expresión de este enfoque. Sin embargo, sus estudios naturalistas, acerca de la manera en que las personas desempeñan sus papeles y utilizan sus recursos simbólicos durante las interacciones cotidianas, han contribuido a la problemática. EPÍLOGO El autor ha intentado aportar elementos para ayudar a la comprensión de lo que significa la psicología social en tanto que institución social comprometida con la producción, organización y sistematización del conocimiento en un campo delimitado de la realidad social. Es necesario sortear los escollos de la historia whiggish y emprender una genealogía critica que permita entender el presente en termino de sus condiciones de constitución histórica sin privilegiar aquellas orientaciones que, se han convertido en las orientaciones vertebradoras de la configuración actual de la disciplina. La americanización de la psicología social ha tenido un impacto esencialmente reduccionista sobre la disciplina afectando simultáneamente: Al campo sustantivos de los fenómenos abarcados por la psicología social. A la fundamentación epistemológica de la disciplina. A su apertura interdisciplinar. A las raíces históricas y a la pluralidad cultural de la psicología social. Al propio concepto de lo “social”. Al ámbito de las metodologías disponibles. a. Reducción del campo sustantivo de la psicología social Aunque la psicología social naciera como disciplina intersticial entre la psicología y la sociología, esto no implicaba en absoluto que sus unidades de análisis tuvieran que ser de un tamaño intermedio entre las unidades de la psicología y las de la sociología. Por ejemplo: El estudio de las motivaciones pertenece tanto al campo de la psicología como al de la psicología social. Tampoco significaba que los fenómenos por tal disciplina estudiados tuvieran que ser fenómenos residuales en el sentido de no pertenecer ni al campo de la psicología ni al de la sociología. Sin embargo, la tónica dominante en psicología social consistió en ceñir el alcance de la disciplina a los estrictos límites marcados por una situación de la disciplina intersticial. La psicología social redujo paulatinamente su ángulo de miras hasta hacerlo coincidir prácticamente con el impacto de los factores sociales sobre el individuo. Se individualizó lo social y se desocializó lo individual legitimando una insostenible dicotomía entre individuo y sociedad. b. Reducción de la fundamentación epistemológica La psicología social se constituyó en un contexto de tensiones epistemologicas, donde las perspectivas positivistas coexistían con las tendencias historicistas, realistas, entre otras. El horizonte epistemológico se fue restringiendo hasta dejar predominante a la racionalidad analítica del empiricismo positivista. Entonces, el interés recayó en el control y la predicción. c. Reducción de la apertura interdisciplinar El dialogo inicial que la psicología social tenía con otras disciplinas se fue convirtiendo en un diálogo casi exclusivo con la Psicología en general, lo que implicó la perdida de la posibilidad de enriquecerse con perspectivas diversificadas y amplias, y también poder incidir con los conocimientos producidos desde otras disciplinas. d. Reducción del trasfondo histórico y del pluralismo cultural de la psicología social Durante varias décadas la psicología social sólo existió en suelo norteamericano. Esto trajo como consecuencia: Limitar el caudal de formulaciones teóricas que alimentó la emergencia y la constitución de la psicología social como disciplina específica, reduciéndose a simples aportaciones. Sensibilidad de la psicología social ante circunstancias ideológicas y problemáticas culturales de su medio ambiente, entonces, se convirtió en una disciplina hecha a la medida de los problemas y características de la sociedad norteamericana, perdiendo oportunidades de diversificar sus producciones. e. Reducción del propio concepto de lo social La amplia y diversificada, pero difícilmente operacionable, dimensión social de los fenómenos humanos tendió a equipararse con objetos concretos cuyas características pudieran ser manipuladas con el rigor de una ciencia basada en el control y la predicción. Lo social, entonces, se limitó a designar simplemente a los demás. f. Reducción metodológica La reducción epistemológica trajo como consecuencia el hecho de que casi todos los sistemas de incentivación articulados por la disciplina para “recompensar” a sus miembros, descansaran sobre la realización de investigaciones experimentales. Promociones académicas, recursos para la investigación, reconocimientos institucionales; eran función esencialmente de las investigaciones publicadas y las revistas sólo aceptaban textos con resultados estadísticamente significativos. De esta forma, el método experimental tendió a constituirse como el método de validación cuasiexclusivo de los conocimientos psicosociales. En definitiva, la configuración contemporánea de la psicología social se realizó a través de una serie de reducciones que dejaban al margen de la disciplina muchas otras opciones teóricas y procedimientos prácticos. Se ha manifestado una clara tendencia a superar esos reduccionismos y a abrir la psicología social a horizontes más plurales en todos los aspectos mencionados. La diversidad de perspectivas y planteamientos solo puede contribuir a enriquecer nuestro conocimiento social. Dentro de un marco plural cada investigador puede desarrollar sus propias opciones y situarse en la orientación precisa que le parezca más convincente. Las vías más provechosas para la disciplina pasan por tres cuestiones esenciales: La reformulación de lo social La dimensión social no puede definirse en términos de una tipología de objetos. No es la naturaleza del objeto sino el tipo de relación en que está prendido quien le confiere su dimensión social. Lo “social” posee una consustancialidad con lo simbólico. No aparece hasta el momento en que se constituye un mundo de significados compartidos entre varias personas. Es este fondo común de significaciones el que permite investir a los objetos con una serie de propiedades que no poseen de por sí, sino que son construidas conjuntamente a través de la comunicación y que se sitúan por lo tanto en la esfera de los signos. Lo “social” es distinto de lo colectivo e incluso de las relaciones interindividuales y de las actuaciones conjuntas. Por su vinculación con la dimensión simbólica y con la construcción y circulación de significados, cualquier cosa que denominemos “social” está íntima y necesariamente relacionado con el lenguaje y con la cultura. Lo “social” sólo existe en el marco y por medio de la intersubjetividad. Nada es social si no es instituido como tal en el mundo de significados comunes propio de la colectividad de seres humanos. Lo “social” no radica en las personas, ni tampoco fuera de ellas, sino que se ubica precisamente entre las personas, en el espacio designificados del que participan o que construyen conjuntamente. Lo “social” se construye efectivamente en la interacción entre las personas. La interacción de lo que surge lo social se articula en torno a una serie de prácticas muy concretas, entre las cuales figura la comunicación en un lugar privilegiado. El propio lenguaje conlleva una serie de preinterpretaciones constitutivas. Los significados elaborados en el espacio intersubjetivo no son ni mucho menos independientes del bagaje acumulado a través de la historia de la colectividad a la que pertenecen las personas. El ser humano se construye como agente social. Las personas son seres sociales independientemente de la forma en la que se las trate. El ser biológico empieza a constituirse como ser social en el preciso momento en que viene al mundo, y esta construcción se prosigue precisamente a través de la comunicación que establece con los demás y a través de su participación en el espacio de la intersubjetividad. Lo social no es algo que “incide sobre” la persona o que la “condicione” de alguna forma, sino que es la sustancia misma con la que esa persona está constituida como tal persona. El individuo, cuando lo reconocemos como persona es, esencialmente, una entidad socialmente construida. El individuo se construye como realidad social gracias a la reflexividad y mediante su participación en la construcción de la intersubjetividad. El individuo es intrínsecamente un objeto social, y sería absurdo separar individuo y sociedad como si se trataran de objetos distintos. Desde esta concepción de lo social, las estructuras sociales tan sólo existen a través de su continua producción por parte de los individuos a través de las prácticas que desarrollan y de los significados que construyen, y los individuos sólo existen a través de su participación en las estructuras sociales. Son muchas las implicaciones que esta ampliación tiene para la psicología social. El lenguaje, la comunicación y las actividades simbólicas adquieren un estatus particular en las prioridades de investigación. El interés por el lenguaje implica así también conceder una importancia particular al enfoque histórico de la cultura de los pueblos, e implica, a nivel metodológico prestar especial atención a los aportes de la hermenéutica. El campo de la psicología social se extiende mucho más allá de lo individual, para abarcar las prácticas sociales, la intersubjetividad, la construcción de los significados sociales y la continua reproducción y transformación de las estructuras sociales a través de las prácticas sociales individuales y colectivas. La difuminación de la dicotomía individuo/sociedad obliga a la consideración simultánea de varios niveles de realidad. El hecho de que lo social sea obra de los seres humanos y resulte de sus propias actividades de construcción le otorga un estatus particular en cuanto a objeto de conocimiento. La redefinición de los supuestos epistemológicos Además de considerar que el interés por el control y la predicción no debería primar sobre otros intereses, como por ejemplo el de la comprensión, entiendo que la concepción verificacionista del conocimiento y la teoría de la verdad como correspondencia con la realidad han dejado de constituir un punto de referencia legítimo para la investigación científica. Frente a la epistemología neopositivista es preciso recoger las aportaciones de la nueva filosofía de la ciencia y los aspectos más interesantes de esas dos epistemologías contrapuestas, que son el realismo y el neopragmatismo. Realismo: resulta provechoso conservar la idea de que los fenómenos que observamos obedecen a causas que radican en las estructuras de la realidad, y están conectadas con sus efectos mediante relaciones necesarias. La realidad que describimos existe con independencia de nuestras descripciones, aunque sólo pueda ser conocida bajo descripciones particulares. El realismo es compatible además con la idea de que las causas pueden no producir necesariamente sus efectos porque, por ejemplo, se ven neutralizadas con otras causas que actúan en la estructura de la realidad. El realismo permite rehabilitar de esta forma el concepto de causas sociales e impide que se disuelva la realidad de las estructuras sociales en el nivel fenomenológico de su percepción. Neopragmatismo: Resulta provechoso retener su anticartesianismo y la negación de la dicotomía entre espacio mental “interior” y realidad “exterior”, así como su antiesencialismo. Es preciso retener también su rechazo a todo fundamentalismo epistemológico. Es preciso aceptar su crítica del conocimiento como espejo de la realidad y su concepción construccionista del conocimiento científico. Se pueden considerar válidas también tanto su crítica de la epistemología, y la correspondiente sugerencia de sustituirla por una sociología de la ciencia, así como su consideración del diálogo racional. La reconceptualización de la ciencia como producto y práctica social orienta la atención hacia los ineludibles efectos sociales que el diálogo científico ejerce sobre la conformación misma de la sociedad. Los conceptos y el lenguaje científico, sobre todo los que se elaboran en las ciencias sociales, infiltran el lenguaje del sentido común engendrando nuevas formas de concebir el mundo social y el propio ser social. Esto plantea la necesidad de considerar la psicología social no sólo en términos de su “objeto”, sino también de sus “objetivos”: asumir el objetivo de la psicología social, reconocer el sujeto, tiene sendas implicaciones prácticas y teóricas que van desde el moverse en la cotidianeidad, hasta aceptar las escalas de valores como ingredientes contextuales de toda situación. La psicología social es científica si enfatizamos el aspecto de conocimiento organizado con la función de producir interpretaciones sistematizadas de su campo de estudio. Como conocimiento fundamentado socialmente, produce interpretaciones que alteran necesariamente, y en mayor o menor grado, la propia organización social. Como psicólogos sociales somos personas que se proponen de modo riguroso hacer transparentes ciertos procesos del vivir cotidiano que no aparecen con claridad a primera vista. La reinserción teórico-práctica del conocimiento científico en el seno de la sociedad reinserta también ese tipo de conocimiento en el contexto más amplio del conocimiento humano, difuminando de esta forma la tajante ruptura epistemológica introducida por el neopositivismo. El conocimiento científico vuelve a compartir muchas de sus características con el conocimiento elaborado por las propias personas en el transcurso de sus prácticas cotidianas Desarrollos en América Latina: Psicología social comunitaria y la Investigación Acción Participativa. Psicología Social en Argentina desde Pichón Riviere. Rupturas con el modelo psiquiátrico en pos de una psicología social operativa orientada a la salud mental y la crítica a la vida cotidiana. MONTERO M. (Comp) (1994) Un Paradigma para la Psicología Social. Reflexiones desde el quehacer en América Latina. En Construcción y Crítica de la Psicología Social. La noción de paradigma Definir que es un paradigma no ha sido tarea sencilla debido a su pluralidad de significados. Kuhn es responsable de introducir al menos tres tipos de significados para la noción de paradigma: El paradigma como una unidad metafísico filosófica. El paradigma como una entidad de tipo sociológico. El paradigma como artefacto o construcción de carácter más bien concreto. Para este autor un paradigma es “una o más realizaciones científicas… que una comunidad científica particular reconoce durante cierto tiempo como fundamento para su práctica posterior…”. Además, un paradigma establece los criterios para la elaboración de las herramientas apropiadas para resolver rompecabezas disciplinarios. Es una realizacióncientífica concreta que como foco de entrega profesional es anterior a los diversos conceptos, leyes, teorías y puntos de vista que pueden abstraerse de ella. Por otra parte, para Mumné los paradigmas en psicología social específicamente derivan de modelos del hombre, lo cuales se ubican a su vez en las concepciones de la ciencia o metaparadigmas, cuyo referente último es el ámbito disciplinario entendido como un marco epistemológico sustantivo. Para Mumné, un paradigma es un conjunto coherente y relativamente autónomo de premisas referentes a un determinado modelo del hombre, que proporciona un fundamento a diferentes teorías de alcance medio, y eventualmente a varios marcos simplemente teóricos. Estas teorías o marcos, obtienen su pleno sentido al tomar explícita o implícitamente dicho modelo como fuente última de significado. Lo propio del paradigma será su carácter fundamentante, su condición de modelo organizador y suministrador de una orientación epistemológica, un producto histórico en cuanto es acumulativo. La posición de Mumné nos parece más clara de la de Kuhn, que no deja de representar un punto de vista, que al partir de modelos de las ciencias naturales, continúa sesgando la perspectiva de las ciencias humanas y sociales. Entenderemos entonces como paradigma un modelo constituido por un conjunto sistemático de ideas que presenta relaciones e interpretaciones acerca de la actividad humana, de sus productores, de su génesis, de sus efectos sobre los seres humanos y sobre la sociedad, señalando modos preferentes de hacer para conocerlos. 1. El paradigma dominante en la psicología La psicología encuentra un panorama paradigmático en el cual las ciencias naturales en virtud de un método (hipotético deductivo) ya sistematizado habían establecido modelos de interpretación y conocimiento de la naturaleza. La posición intermedia de la psicología la llevaban a adoptar por un parte, el modelo o paradigma metodológico de las ciencias naturales, y por otra, a adoptar simultáneamente modelos o paradigmas de explicación de la actividad humana provenientes del campo de la filosofía, ligadas sin embargo a corrientes filosóficas y sociológicas. Para lograr la aplicación práctica de las segundas, su traducción en adquisición de conocimientos, faltaba crear los modelos procedimentales, los artefactos, las construcciones metodológicas adecuadas a ellos. Lo cual contrastaba con la productividad y eficiencia del modelo hipotético deductivo y con la noción o paradigma de ciencia ligada a él. Ese modelo será definitivamente adoptado por la psicología como paradigma de ciencia y campeará en la disciplina haciendo sentir de manera dominante su influencia, hasta principios de la década de los ’70 - ’80, cuando se comienzan a sentir los atisbos de malestar e inconformidad, ya que la visión del ser humano y las vías para estudiarlo son insuficientes. Un ejemplo fue el artículo publicado por Gergen sobre la psicología social como historia (1973). El paradigma que dominado en la psicología se caracteriza de la siguiente manera: a. Predominio del método hipotético deductivo (científico por excelencia), con la tendencia a descalificar como ilegítimas a otras vías metodológicas. b. Atemporalidad, predominio de estudios sincrónicos. Carácter histórico de hechos y fenómenos como no científico. c. Modelo metodológico experimentalista predominante. Las reglas relativas al control de variables (que expresan dominio del investigador sobre la situación experimental) son vistas como condiciones ideales y la vía más adecuada, segura, objetiva, válida, confiable para producir conocimiento. d. Clara separación entre el investigador y el sujeto de conocimiento. Investigador: activo, controla, dirige, conoce los objetos y fines, inicia y finaliza la acción investigativa, que previamente ha seleccionado o diseñado, sabe es un experto, busca el conocimiento. Sobre el objeto de investigación: Se ejercen influencias, es sometido a la acción de determinadas variables, de él se extraen u obtienen respuestas, acciones, reacciones; es pasivo y manipulable. e. Los fenómenos psicosociales se rigen por procesos causales que actúan seleccionando pautas de comportamiento de acuerdo con sus consecuencias. f. Se reconoce la existencia de fuerzas sociales antagónicas, pero se supone una tendencia teleológica: la necesidad de mantener un estado, de alcanzar un fin. Un postulado de este modelo puede expresarse diciendo que conocido un fenómeno de él pueden deducirse sus causas. No hay necesidad de introducir la dimensión histórica. La inconformidad con este paradigma se venía haciendo sentir desde la década del ‘70. Aludimos a las voces críticas dirigidas contra los postulados mismos del paradigma, contra una forma de ver la ciencia, de hacer ciencia y de interpretar a los seres humanos en relación con su ambiente. El surgimiento de la psicología comunitaria latinoamericana es un buen ejemplo. Esta rama de la psicología se inicia en los ’70 en varios países latinoamericanos. Otro tanto va a suceder con la psicología política, en la cual se da una evolución del paradigma dominante a un paradigma coincidente con el que venía desarrollando la psicología comunitaria. La crisis de la psicología social pro fin da frutos en el sentido de estructurar un nuevo paradigma. 2. El paradigma emergente El paradigma que se ha venido construyendo durante las últimas décadas está constituido por los siguientes postulados: a. Carácter histórico de la psicología. Su objeto de estudio debe ser ubicado en el devenir, y está constituido por hechos cultural y espacialmente anclados. Los fenómenos psicosociales se dan en realidades específicas, teoría y método deben relacionarse con los cambios socioculturales. Lo que supone: La impredictibilidad de la conducta humana. Ya el hecho ocurrió y mientras se lo estudia, otras cosas están ocurriendo, la situación se está transformando, es otra. No se puede hablar de verdad. La psicología busca el conocimiento y este es histórico y transitorio. b. La realidad social como orientadora fundamental de los estudios psicológicos, lo que indica que: La realidad es una construcción cotidiana. La realidad social debe ser entendida desde una perspectiva dialéctica. Persona y sociedad se construyen mutuamente. La naturaleza de la realidad social supone un carácter simbólico. Se construye subjetivamente, se comunica y por ende el producto es una realidad construida intersubjetivamente. La psicología debe tomar en cuenta la realidad en la que se hace; tomar en cuenta la estructura económica y social y sus efectos en la formación del ser social; ubicar la conducta en su contexto social. c. La psicología no es una ciencia objetiva a la manera de las ciencias naturales ya que su objeto es diferente sus paradigmas provienen de modelos del hombre y no de modelos del mundo: El método de la psicología debe apartarse de los cánones dictados para las ciencias naturales en la medida en que estos pasan a constituirse en estructuras limitantes, y no asumir como modelo fundamental el experimento. El método sigue el objeto y no viceversa, por lo cual debe ser generado en función de la realidad estudiada. No existe neutralidad ni en el modo de producción de conocimiento ni en los resultados que produce. Se abre la posibilidad y se reconoce la necesidad de producir métodos alternativos (investigación, acción participativa, técnicas cualitativas, análisis de discurso…) Se reconoce un nuevo rol para el psicólogo: El de agente y facilitador del cambio social, lo cual supone una toma de consciencia de su inserción social y de los intereses históricos a los que sirve. d. Los seres humanos poseen un carácter activo: son actores y constructores de su realidad. Por lo tanto: Quienes van a ser estudiados deben participar en la formulaciónde los objetivos de la investigación, así como poder hacerlo en otras fases de la investigación. Los sujetos de la investigación tienen derecho a conocer los resultados en tanto que coproductores del conocimiento. Se debe incluir la autogestión y participación en los modelos metodológicos. La investigación psicosocial tiene dos sujetos: Uno investigador externo y otro investigador investigado, interno, proveniente de la situación investigada. Debe darse una relación horizontal, ambos poseen conocimientos que deben ser objetos de intercambio. e. Incluir en el estudio psicológico el punto de vista de los oprimidos, no hacer psicología únicamente de la perspectiva del hombre promedio: Los resultados de la investigación deben ser evaluados en función de sus efectos sobre la realidad y no en función de lo que manifiestan sus realizadores. La investigación está mediada por significados compartidos socialmente y construidos culturalmente. El estudio de las formas de consciencia y saber popular es parte del objeto de la psicología social. La psicología puede y debe incluir en su objeto formas de intervención psicosocial que tiendan a fortalecer, rescatar y potenciar las virtudes y potencialidades de los desfavorecidos. f. El conflicto es parte de la acción humana, su estudio debe estar incluido en el objeto de la psicología: Inclusión del estudio de la rebeldía y desviación. No privilegiar la normalidad. Reconocer e incluir en las teorías el interés político y la resistencia que se dan fuera de la psicología. g. Importancia del estudio psicológico de la ideología como fenómeno humano y producto psicosocial, en el cual el individuo es sujeto tanto activo cuanto pasivo. h. Necesidad de estudiar el cambio social en tanto producto de grupos y comunidades. i. La psicología debe trabajar porque sus objetos de estudio, seres humanos, adquieran consciencia y control sobre sus vidas y circunstancias vitales. Estudiar los procesos mediante los cuales las victimas pueden devenir dueños de su destino. j. Inclusión de los estudios sobre individuos y vida cotidiana: Se reconoce el carácter generador de conocimiento del sentido común. Los hallazgos y teorías de la psicología contienen, al igual que el sentido común, datos contradictorios y conflictivos. k. Carácter engañoso de la percepción, la cual se organiza dentro de interpretaciones mediadas y mantenidas por el lenguaje. l. Rechazo a la noción de progreso como elemento básico del paradigma de la psicología. 3. Evolución, erosión y cambio de paradigmas Cuando Kuhn hablaba de cambio de paradigma lo equiparaba a una conversión, interpretando ese fenómeno de una manera que a nuestro parecer recuerda las “iluminaciones” religiosas. En tal sentido, no habría revolución, ocurriría todo de una sola vez, y el nuevo paradigma emergería también completo, “todo de una vez”. La propia lectura de Kuhn nos lleva a considerar que su tesis no puede explicar el panorama paradigmático de la disciplina que nos concierne. Si analizamos las características del paradigma emergente, podemos observar que algunas de ellas se inician o tienen su fundamento inicial por lo menos treinta o cuarenta años atrás. Surgen ante la dificultad o incapacidad del paradigma dominante para explicar satisfactoriamente ciertos fenómenos bajo estudio, porque los modelos teóricos quedan cortos, porque los modelos metodológicos no permiten asir el fenómeno a investigar, o porque ambos conjuntamente son insuficientes. Un buen ejemplo es el de lo que hoy llamamos Investigación-Acción Participativa o participante o participatoria. La Investigación Acción tiene sus inicios en uno de los últimos trabajos de Kurt Lewin, es el primer planteamiento de un modelo metodológico de acuerdo con el cual su autor quería corregir la separación entre proceso de investigación, resultados e incidencia de éstos sobre el fenómeno o situación estudiada. Entre formulación del problema y aplicación final un buen lapso puede haber transcurrido, y como la sociedad e individuos que la crean son dinámicos, la aplicación se hace en un ambiente, grupo o fenómeno que ya es otro, reduciéndose o desapareciendo la efectividad y aún la utilidad esperada. A Lewin no se le escapó tal brecha entre estudio y acción y propuso hacer investigación acción. Un procedimiento en el cual se fuese interviniendo a medida que se fuese investigando, acortando así la distancia. Durante los años ’60 y ’70 son muchos los trabajos que se realizan con el modelo de investigación acción cada vez más rico y más preciso. Para entonces ya la psicología ha empezado a incorporarlo. Los aires de un nuevo modelo que se había venido gestando en las ciencias afines llegaban en un momento en que la psicología, por lo menos en una de sus ramas, la social, se sentía incómoda, insatisfecha, a disgusto con el paradigma dominante. Pero es sólo en los ’80 cuando el elemento participativo es incorporado. El paradigma metodológico dominante coexiste en perfecta salud con este nuevo, emergente, si bien en pie de guerra. El proceso de evolución de las ciencias heréticas o disidentes o innovadoras; el proceso de lucha entre paradigmas rivales; la existencia de vías paralelas; la propia ignorancia entre los grupos que propician el cambio dentro de la comunidad científica de que se trata de un modelo nuevo; así como sus vacilaciones, su búsqueda por vías falsas y calles ciegas, antes de encontrar el camino que lleva con seguridad a la estructuración de un nuevo paradigma; la aceptación de un nuevo modo de ver las cosas como ciencia legítima; la erosión o desgaste explicativo del paradigma dominante: Llegado a un punto el modelo ya no puede explicar ciertas áreas, acceder a nuevas perspectivas. La psicología social y, en particular, la psicología comunitaria y la psicología política demuestran cómo formas alternativas vienen coexistiendo aún bajo la férula de un paradigma dominante. Hablemos pues de erosión, agotamiento y cambio, no de revolución; pero aceptemos también la crisis, y aún saludemos su existencia y reconocimiento como problema, de la consciencia de ella, de sentirla es que no sólo surgen nuevas ideas, nuevos problemas, sino que los modelos emergentes obtienen reconocimiento. PICHON RIVIERE E. (1985). Aportaciones a la didáctica de la Psicología Social. En El proceso grupal. Del psicoanálisis a la Psicología Social. El encuadre Institucional. Caracterización de la escuela: La escuela de la Psicología Social se define como una institución centrada en el aprendizaje y fundamentada en un esquema conceptual, referencial y operativo, en el campo de la Psicología Social. El esquema conceptual referencial y operativo (ECRO): Conjunto organizado de nociones y conceptos generales teóricos, referidos a un sector de lo real, a un universo del discurso, que permite una aproximación instrumental al objeto particular concreto. Este ECRO y la didáctica que lo vehiculiza están fundados en el método dialéctico. Este, por el que se desarrolla la espiral del conocimiento, implica un tipo de análisis que devela los principios opuestos, las tendencias contradictorias, fuente configuradoras de la dinámica de los procesos. También, permite la producción del conocimiento de las leyes que rigen la naturaleza, la sociedad, el pensamiento, tres aspectos de lo real comprometido con lo que se denomina “hombre en situación” (objeto de conocimiento, en una tarea que reintegre lo fragmentado por un pensamiento disociante que oscurece las relaciones entre sujeto, naturaleza y sociedad. Psicología Social: A la que se apunta se inscribe en una crítica de la vida cotidiana. Las ciencias sociales encuentran su realidad en la profundidad sin misterio de la vida cotidiana. La Psicología Social que se postula tiene como objeto de estudia el desarrollo y transformación de una relacióndialéctica, la que se da entre estructura social y fantasía inconsciente del sujeto. Para el autor, el ser humano, es un ser de necesidades, que sólo se satisfacen socialmente en relaciones que lo determinan. El sujeto es producido en una praxis. Si esa relación es el objeto de la Psicología Social, su campo operacional privilegiado es el grupo, que permite la indagación del interjuego entre lo psicosocial y sociodinámico a través de la observación de las formas de interacción, los mecanismos de adjudicación y asunción de roles. La Psicología Social como disciplina que indaga la interacción en sus dos aspectos, intersubjetivo e intrasubjetivo, es significativa, direccional y operativa. Se orienta a una praxis, su punto de partida, entonces, es la práctica. La experiencia de esa práctica, conceptualizada como una crítica y una autocrítica, realimenta y corrige la teoría mediante mecanismos de rectificación y ratificación, logrando una objetividad creciente. Solo la praxis, introduce inteligibilidad dialéctica en las relaciones sociales y restablece la coincidencia entre representaciones y realidad. El ECRO, es un instrumento interdisciplinario, articula aportes de distintas disciplinas, en la medida en que resulten pertinentes al esclarecimiento del objeto de estudio. La dialéctica emerge del campo mismo de la Psicología Social. Es una estrategia destinada a comunicar conocimientos, y también a desarrollar aptitudes y modificar actitudes. La articulación de lo informativo y formativo se cumple en construcción de un instrumento: ECRO, que ubica al sujeto en el campo, le permita abordarlo a partir de elementos conceptuales, comprenderlo y operar sobre él mediante técnicas adecuados. Nuestra dialéctica puede ser caracterizada como de núcleo básico, interdisciplinario y grupal, instrumental y operacional. Núcleo básico: En el campo de la educación de adultos, la transmisión de conceptos universales, permiten aclarar el proceso de aprendizaje. El núcleo está constituido por estos conceptos universales y el aprendizaje va de lo general a lo particular. Interdisciplinaria y grupal: Lo interdisciplinario está considerado en dos niveles; aportes que distintas disciplinas se integran en el ECRO, en la medida en que resultan pertinentes al esclarecimiento del objeto de estudio, y el otro sentido, es la búsqueda de la mayor heterogeneidad, lo cual, permite que cada miembro del grupo aborde la información recibida en común, aportando un enfoque y un conocimiento vinculados con sus experiencias, estudios y tareas. Esta misma, apunta a la ruptura de los estereotipos en la modalidad de aproximación al objeto, que por carencia de confrontación, suelen potencializarse en los grupos homogéneos. Instrumental y operacional: Como punto de partida, es importante, la ubicación del sujeto, su inserción en un campo especifico (la situación grupal). Esta inserción en el campo grupal y la instrumentación técnica deben ser extendidas a otros campos de la operación de la Psicología Social La noción de aprendizaje: Se caracteriza como la apropiación instrumental de la realidad, para modificarla. Por adaptación activa, se entiende, aprendizaje de lo real, la relación dialéctica mutuamente modificante y enriquecedora entre sujeto y medio. Aprender es realizar una lectura de la realidad, no aceptación acrítica de normas y valores. El enseñar y el aprender constituyen una unidad, que deben darse como proceso unitario. Nuestro instrumento de trabajo: El grupo operativo Supuestos teóricos Como instrumento primordial de trabajo se adopta la técnica operativa del grupo, partiendo de que el grupo es una estructura básica de interacción. Se define al grupo como el conjunto restringido de personas, ligadas entre sí por constantes de tiempo y espacio y articuladas por su mutua representación interna, que se propone en forma explícita o implícita una tarea que constituye una finalidad. La técnica operativa. Está centrada en la tarea, privilegia la marcha hacia el logro de sus objetivos. Toda situación de aprendizaje, genera en los sujetos dos miedos básicos, dos ansiedades: Miedo a la pérdida del equilibrio ya logrado en la situación anterior. Miedo al ataque en la nueva situación en la que el sujeto no se siente adecuadamente instrumentado. Ambos miedos coexisten y cooperan para configurar, cuando su monto aumenta, la ansiedad ante el cambio, generadora de la resistencia al cambio. Esto se expresa en dificultades en la comunicación y el aprendizaje. El esclarecimiento implica el análisis, del aquí y ahora, de la situación grupal, de los fenómenos de interacción, los procesos de adjudicación y asunción de roles, las formas de la comunicación, en relación con las fantasías que generan esas formas de interacción; los vínculos entre los integrantes, los modelos internos que orientan la acción y los objetivos y tarea prescripta del grupo. La técnica operativa apunta a que el grupo constituya un ECRO de carácter dialectico, donde las contradicciones relativas al campo de trabajo deben referirse al campo mismo de la tarea grupal (praxis). Itinerario del grupo y relaciones cotidianas: El grupo operativo es la primera instancia de aporte de lo cotidiano. Tienden a reproducirse relaciones cotidianas. Este técnica facilita, a través de la confrontación de esos modelos internos en una nueva situación de interacción y en el análisis de sus condiciones de producción, la comprensión de las pautas sociales internalizadas que generan y organizan las formas observables de interacción. La técnica operativa de grupo tiene por finalidad que sus integrantes aprendan a pensar en una coparticipación del objeto de conocimiento, entendiendo que pensamiento y conocimiento no son hechos individuales sino producciones sociales. La tarea de coordinador: Su rol específico es de: co-pensor. Su tarea consiste en reflexionar con el grupo sobre la relación que los integrantes estableen entre sí y con la tarea prescripta. Cuenta con dos herramientas: El señalamiento que opera sobre lo explícito. La interpretación, que es una hipótesis del acontecer implícito que tiende a explicitar hechos o procesos grupales que no aparecen como manifiestos a los integrantes del grupo, y que funcionan como obstáculo para el logro del objetivo grupal. Permite la explicitación de lo implícito. El equipo de coordinación (coordinador y observador) destaca las situaciones significativas que desde lo explicito remiten como signo de formas implícitas de interacción. El esquema de evaluación: La constatación sistemática de procesos grupales permitió construir un modela que recoge las distintas formas de interacción grupal. La situación a evaluar es la actitud ante el cambio, que modifica en términos de intercambio o resolución de los miedos básicos, generadores de estereotipos. A quiénes está dirigida la escuela de la Psicología Social: Está abierta a todos aquellos que se interesen en realizar un aprendizaje centrado en la comprensión de los fenómenos de interacción y análisis del proceso social. Campo de acción de la Psicología Social: La Psicología Social como disciplina y herramienta técnica, instrumenta para abordaje, indagación, diagnostico, planificación y operación en los distintos ámbitos en los que se cumplen procesos de interacción. Becerra, G. (2015). Enrique Pichon-Rivière: los orígenes de la psicología social argentina RELMECS, vol. 5, nº 1, Enrique Pichon-Rivière fue, para muchos, el padre de la psicología social en Argentina. Ana Quiroga (2010) menciona 3 etapas del pensamiento de Enrique Pichon-Rivière: Década del 40 hasta mediados de la década del 50: los primeros desarrollos de una hipótesis de la enfermedad única (es decir, un único núcleo de carácter depresivo generador de las patologías mentales) desde una perspectiva psiquiátricapsicoanalítica. Desde mediadosde la década del 50 hasta la década del 60: los primeros desarrollos sobre la noción de vínculo, ya centrándose en la familia como unidad intersubjetiva de análisis para la situación clínica. Década del 60 y década del 70: los desarrollos de la psicología social a nivel grupalcomunitario. Las aperturas que realiza Enrique Pichon-Rivière sobre su campo de estudio original (la enfermedad mental) van constituyendo un programa de estudio de alcance más generalsobre la conducta del individuo en sociedad y sobre los grupos sociales. El hilo conductor de este programa -a decir de Ana Quiroga (2010)- es el proceso de aprendizaje. Como indica Voloschin (entrevista personal, 2 de octubre de 2012), desde su obra podemos abordar el problema de las necesidades, los proyectos y las misiones de las comunidades -y operar en torno a ellas- bajo el prisma del aprendizaje. Se entiende al aprendizaje como una relación instrumental entre el sujeto y la realidad, es decir, un vínculo que se genera por medio de prácticas que no solo forman una imagen “interna” de la realidad (tanto preconceptual como conceptual) sino que además modifican las acciones del sujeto y al mundo. Esta relación instrumental está signada por la necesidad, en torno a la cual el sujeto realiza un recorte significativo del mundo como “objeto de conocimiento” Esta teoría del aprendizaje tiene un basamento claro en la concepción pichoniana del padecimiento mental. A la angustia que el sujeto experimenta por la virtual falta o pérdida del objeto que se torna problemático Pichon-Rivière la asociaba al factor depresivo originario de todas las patologías mentales. La incapacidad del sujeto de afrontar al objeto y de llevar a cabo un aprendizaje reorganizador y superador del enfrentamiento angustiante es un emergente de la relación misma en los términos ya mencionados de factor disposicional y actual. La relación entre teoría-praxis y la epistemología convergente: Este proceso que hemos descrito configura lo que Ana Quiroga llama “matrices de aprendizaje” (2003) en relación a los modelos con los que cada sujeto organiza y significa (es decir, construye) su universo de conocimiento y experiencia. A niveles grupales, esto se manifiesta en lo que Pichon-Rivière definió como “grupos operativos” en los que se da una producción simbólica con vistas al aprendizaje y a la toma de conciencia de los saberes prácticos y preconceptuales que operan en el nivel del imaginario individual y compartido que se desarrolla en el vínculo grupal/familiar, institucional o comunitario. Para Enrique Pichon-Rivière las barreras disciplinares resultaban un gran obstáculo epistemológico y epistemofílico (Zito Lema, 1975) por parte de quienes se resisten al cambio social e ignoran las necesidades reales de los grupos sociales para constituirse ellos mismos “en un grupo necesitado de prestigio, dinero y estatus” Preguntarnos por la actualidad de la obra de Enrique Pichon-Rivière supone un ejercicio de reconstrucción desde nuestro marco conceptual y operativo. ¿Qué nos puede interesar de su obra a los científicos sociales? ¿Qué podemos hacer con ella? Considero que dos aspectos de naturaleza epistemológica merecen ser destacados y que involucran al modo en que Pichon- Rivière entendía a las Ciencias Sociales. En primer lugar, un enfoque claramente anti- reduccionista que se expresaba en una ontología de la complejidad fenomenológica donde se relacionan conceptos y se construyen observables de diferentes niveles y naturaleza. El enfoque que permite este acceso debe ser también complejo y ser capaz de adentrarse en la interdisciplina tanto teórica como metodológica. A la vez este esfuerzo se ve potenciado por su conceptualización del aprendizaje como un fenómeno de múltiples niveles y ámbitos de organización. La epistemología convergente parece un antecedente brillante en este sentido, en la medida en que -al igual que la obra de Jean Piaget o de Edgar Morin-, anticipa 40 años a la irrupción - aún en progreso- de las ciencias de la complejidad en el campo de lo social. En segundo lugar, dicho tratamiento de la complejidad no escapa a los desafíos de la reflexividad ni de la praxis política. Por un lado, la teoría resiste la prueba de aplicación a sí misma sin esconder sus componentes infraestructurales y supraestructurales. Por otro lado, porque Enrique Pichon- Rivière no solo hace de la ciencia un instrumento de cambio social explícito, sino que además denuncia las posiciones políticas implícitas de los enfoques objetivistas. Su articulación con metodologías de investigación-acción supone además un esfuerzo de autocrítica que evita solipsismos ya que propone un criterio epistémico de verdad en relación con la operatividad. Esto se expresa incluso en los liderazgos que son completamente funcionales e instrumentales a la dinámica del grupo operativo, y por ende, situacionales. El fundamento de dicha praxis es valorativo. Pero sin embargo no incurre en centrismos: el valor que se persigue es el bienestar social entendido como un emergente del aprendizaje de grupos sociales en relación a sus necesidades; y a la salud mental y al desarrollo pleno como una situación de llegada desde la tristeza, la angustia y el sufrimiento. Unidad 2 -Una reconstrucción crítica del campo de la Psicología Social -La Psicología Social como campo de problemáticas. Supuestos metateóricos de un enfoque psicosocial: carácter interpretativo de la condición humana, historicidad y reflexividad en el conocimiento psicosocial, construcción social de la realidad, conocimiento situado y performatividad. Aportes del socioconstruccionismo, la psicología social crítica y las epistemologías feministas. CORREA, A. (2013). Hacia la definición del objeto de estudio como campo de problemáticas. En Notas para una Psicología Social como crítica a la vida cotidiana. La postura crítica en situación, nos conduce a la profundidad de la vida cotidiana, “las cosas sociales solo son comprensibles si pueden ser reducidas a actividades humanas; y a éstas se las hace comprensibles solamente mostrando sus motivos”, proponiendo problematizar las demandas sociales en el ámbito de la vida cotidiana donde se despliegan las temas o textos de los sujetos en la realidad. La Psicología Social es una construcción provisoria de conocimiento que estudia (analiza, comprende y aborda) la trama psicosocial (relacional, vincular) en un orden socio-histórico en que se configuran representaciones sociales que enlazan sujetos y realidad, propuesta a superar la lectura dilemática e ingenua de la relación individuo- sociedad, por una construcción en desarrollo y transformación en la realidad de la vida cotidiana. Los recaudos de su estudio son: Para construir es preciso deconstruir, es decir, producir una ruptura de la continuidad producida en la cotidianeidad. Requiere explicitar los esquemas, “aprioris, supuestos, creencias” donde anidan los saberes y las luchas históricas de su legitimación. Interroga las referencias que le han dado origen o fundación y pregunta su finalidad para qué y por qué. Formula hipótesis a cerca del problema y construye problemáticas. Define los componentes centrales de la problemática y construye una grilla o esquema conceptual. Selecciona los métodos que posibiliten generar nuevos dispositivos, analizadores y de transferencia. Componentes centrales e interrogantes claves: Son los diversos elementos y propiedades desde donde es posible prever articulaciones y proponer la “lectura”. 1. El ámbito donde se construye la trama: la vida cotidiana: La vida cotidiana es el ámbito por excelencia de satisfacción de necesidades de los hombres concretos. Todos nacen, crecen y se desarrollan en la vida cotidiana, configuran en ella una imagen del mundo y de sí mismo. Es en ese ámbito, donde, de manera natural se incorpora un modo de percibirlos problemas, como si fueran naturales. Es también donde se establecen contactos fundamentalmente antropocéntrico. La realidad cotidiana es una imagen construida desde experiencias y vivencias en la interrogación con el otro. 2. El ámbito de la vida cotidiana está entramado en un orden social-histórico: El hombre existe en la sociedad y por la sociedad… y la sociedad es siempre histórica. Como tal es una forma que da cuenta de una idea de orden/desorden. Dan o buscan dar sentido y coherencia a una sociedad configurando las instituciones. Institución, significa: norma, valores, lenguaje, tecnología, procedimientos, modos de hacer, de pensar de sentir. Un conjunto de significaciones socialmente sancionadas por un colectivo. En lo cotidiano se manifiesta o se oculta lo instituido y lo instituyente de diversas maneras. La lucha por la asignación de sentido se expresa a modo de demandas sociales. 3. Proceso grupal y de socialización en la trama psicosocial en la vida cotidiana: Nos incorporamos en la trama, a través, de procesos de interacción entre los diferentes “otros” en proceso de regulación y tensión se constituyen las tramas y afectan la vida psíquica, como la vida social. Todo individuo es recibido por un mundo que le preexiste y es incorporado en su lógica. Llega a constituirse en ser social (forma parte de un sistema cultural, simbólico e imaginario) y se comporta de acuerdo a las exigencias sociales. El individuo, configura en contaos cotidianos una identidad (social-individual- colectiva). El nivel grupal de las estrategias socializadoras están estructuradas, y son estructurantes del espacio socio histórico, toman aspectos específicos del sujeto y son potencial instituyente. El trabajo en la trama, en los enlaces y desenlaces grupales. Harán comprensibles y cognoscibles el argumento profundo de la vida cotidiana. 4. Las representaciones sociales condensan significados del mundo donde se vive y de sí: Insistimos sobre el carácter social de las representaciones humanas. Ellas son productos humanos en ámbitos cotidianos. Estos “producidos a modo de obras” son ellas mismas interpretables, solo a través de “textos” -orales y escritos-. Las representaciones están fuertemente determinadas por la organización política, cultural y económica, de las formaciones sociales en las que ellas elaboran sus textos, sus mitos, las ideologías y todos los grandes sistemas de representación. Ellas dependen de sus situaciones concretas en las que, individuos experimentan juicios y apreciaciones de la realidad, sus creencias y saberes. De esta manera, se permite, interpretar, orientar comportamientos como también posibilitan la incorporación de lo nuevo. Las representaciones sociales se adquieren en la interacción, en un orden y una temporalidad que varían según las circunstancias de cada vida individual. Cuestiones metodológicas Enfoque y perspectiva psicosocial: ¿Cómo trabajar en el encuentro/aproximación? Algunas precauciones técnico-metodológico son: Distancia instrumental: Mantener una situación de control de las propias emociones y expectativas. Objetivar el sujeto objetivante: Es hacer, hasta donde sea posible, explicito el punto de vista del observador/investigador. Reflexionar o tomar conciencia de sí, como sujeto emergente (histórico-social- de necesidades) como una práctica que hace a una ética y a una política en la vida cotidiana. Enfoque y perspectiva: El enfoque de la visión analítica psicosocial aborda la “realidad” como problemática abierta, poniendo énfasis en la noción de proceso, abierto e inacabado y construido. El enfoque se sustenta en un modo de “lectura” que implica un modo de pensar-hacer- ser en el juego incesante de la acción. Es en la construcción de esquemas y categorías de análisis donde va decidiéndose en un mismo proceso la elección de la metodología. La metodología y sus métodos son resultantes de opciones y decisiones acerca los diferentes caminos supuestamente más lógicos para leer la realidad desde un enfoque. Según el esquema y su metodología, algunos aspectos de lo real adquieren más visibilidad que otros. Desde este enfoque se opera por interrogación, observación, y la escucha como criterio de coherencia y consistencia. La demanda social, el lugar de inicio de la indagación psico-social: El malestar constituye un primer nivel de registro para acceder a la demanda, entendiendo que es producida por una desproporción de las relaciones sociales que desestabiliza o desestructura poniendo de manifiesto solo el borde de aquello que está en el centro como falta, como necesidad. Cuando se pone de manifiesto la incomodidad es porque lo establecida esta conmovido, tensionado o roto. Analizar la demanda implica una línea metodológica para la reconstrucción del hecho. El trabajo consiste, en deshacer lo hecho, observar, escuchar e interrogar. Así, se restablece la articulación de acontecimientos, vivencias, contextos que expresan una intencionalidad y revelan las condiciones concretas de existencia. Diferentes niveles en la lectura de la demanda: Nivel empírico: La misma se presenta como malestar, queja o urgencia, con escaso nivel de elaboración y trabajo de representación. Expresa obstáculos. Nivel de formulación: Se presenta una mayor “razonabilidad” o cálculo. Plantea una lógica de costo/beneficio y manifiesta un “plan” o visualización más técnica de la “dificultad”. En síntesis, el camino propuesto, es en espiral, hacia adelante, detenerse, reflexionar y nuevamente mirar y refrendar a los costados, atrás, al horizonte. Subrayando lo ya dicho: La realidad se nos muestra y ha de ser construida en objeto de estudio. Esto se plantea como objetivación y logra existencia mediante un discurso. Al leer, analizamos, des-hacemos y accedemos a reconocer o descubrir, componentes, funciones y representaciones. La interpretación implica formular hipótesis. A través del trabajo teórico de establecer relaciones entre teoría-hipótesis- teorías se va reconstruyendo el problema en creciente grados de complejidad. La observación: No la observación como una simple recogida de información, sino como orientada a la elaboración de un marco teórico. Cuando se alcanza el nivel de la formación conceptual, la elaboración desde este punto de partida en la dialéctica entre lo explicito/implícito entre lo subjetivo/objetivo alcanza un nivel de convergencia metodológica. Interesa acercarse a las condiciones que posibilitaron su emergencia, enfocando en el efecto de sentido que ello desencadena promoviendo acciones e interpretaciones. La observación requiere de contraste con las unidades de observación, dado que están en íntima relación con la definición de problema a indagar, y los objetivos que se ha propuesto. Es de remarcable significatividad para el enfoque psicosocial, la capacidad de observación de la situación. Es importante definir criterios que permiten decidir la pertenencia de los fenómenos que se han de tener en cuanto y disponer de categorización con los cuales pueden ser registrados. La utilización de guías de observación sistemática presenta, inconvenientes especialmente el riesgo de dejar escapar fenómenos importantes no previstos. DOMENECH M. e IBAÑEZ T (1998). La Psicología Social como crítica. En los años ‘70 Gergen reclama para la psicología social un nuevo lugar como ciencia histórica, alejándose de las ciencias naturales positivistas, rechazando el método científico y la posibilidad de establecer leyes sobre la conducta social. Apostaba por una compresión de la realidad social en la que los mismos fenómenos estudiados son transformados por el desarrollo socio histórico. No solo consideraba que las teorías psicosociales estaban determinadas y dependían del momento socio histórico, sino que los conocimientos elaborados constituyen un factor de cambio de los fenómenos estudiados. El texto de Gergen aparecía en un momento clave en la formación