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Sociedad, Institución y Subjetividad. Profesora Ana M. Correa et.al. Cátedra de Psicología Social. Facultad de Psicología.UNC. Año 2015. SOCIEDAD, INSTITUCIONES Y SUBJETIVIDAD “El infierno de los vivos no es algo que será. Hay uno y es el que ya está aquí. Es el que vivimos todos los días, el que hacemos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo: una consiste en acostumbrarse a él, no verlo más hasta formar parte de él. La otra es peligrosa y requiere atención y aprendizajes continuos: Buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, hacerlo durar y darle espacio.” Italo Calvino. Los conceptos que se desarrollan en el módulo Sociedad, Institución y Subjetividad aportan a la construcción del objeto de estudio de la Psicología Social como campo de problemáticas. Se pretende una aproximación a la lectura de la dimensión institucional en la trama de relaciones psicosociales donde se construye la realidad y se producen subjetividades. El supuesto de conocimiento que nos orienta es la posibilidad de pensar la dimensión institucional en una trama de relaciones psicosociales imbricadas en relaciones de poder, es decir, una trama compleja de relaciones en interacción e intercambio con tensiones, conflictos y luchas que generan condiciones históricas materiales, simbólicas e imaginarias y configuran un cierto modelo de orden social y sociedad con sus formas de organización, regulación y resistencias en un momento histórico-social dado, por ejemplo la sociedad medieval, la modernidad, la posmodernidad. Sin duda, el intentar tratar de pensar la dimensión institucional es una tarea difícil, en tanto la misma es constitutiva de nuestro pensamiento cotidiano. Ellas nos preexisten y en ellas aprendemos a conocer el mundo pues nos transmiten lo que es bueno y lo que no, lo que está permitido y lo que está prohibido, lo que hace que sea legal por el derecho y legitimado por las costumbres. En este sentido, decimos también, que la dimensión institucional produce subjetividad/es pues, las instituciones disponen discursos, practicas, acciones, emociones para que constituyamos parte de su modo de organización. Subjetividad/es como una cierta manera de estar en la sociedad. Hablamos de producción de subjetividad como articulación social e histórica en procesos de identificación y resistencia en el transcurrir por instituciones reconociendo lo que viene dado pero también lo que se inventa y/o se transforma “una dimensión subjetiva – en el atravesamiento de la historia y el deseo- que se produce en acto y que construye potencias en su propio accionar” (Fernández, A. 1993) En efecto, nos proponemos en este texto, hacer hincapié en algunas nociones y conceptos que en ciencias sociales se ha vertido acerca de la Institución para preguntarnos: ¿Cómo se constituyen las Sociedades y De qué manera participan las instituciones? Y pensar ¿Cómo inciden las instituciones en la existencia cotidiana de sujetos? ¿A qué refiere que las instituciones producen subjetividad? 1 Sociedad, Institución y Subjetividad. Profesora Ana M. Correa et.al. Cátedra de Psicología Social. Facultad de Psicología.UNC. Año 2015. LA SOCIEDAD Y LAS INSTITUCIONES. Las Sociedades constituyen, en la tradición de la Sociología, el núcleo central de su problemática. Por ello el pensador clásico del positivismo, Emile Durkheim (1858- 1917)1, no vacila en definir a la sociología como una ciencia de las instituciones: estudiando sus orígenes y su funcionamiento. Define a “la sociología como el estudio de las relaciones de los individuos con las instituciones -en términos de costumbres, representaciones colectivas, normas y leyes- analizando los límites del comportamiento posible y cómo es posible convivir” y, en este sentido, considera clave la función del Derecho para ejercer el control social. Por su parte Karl Marx (1818-1883) 2 desde una premisa materialista y crítica de la historia, define la sociedad por el modo de producción: sus formas y relaciones de producción y reproducción social que hace la Historia. Son las relaciones económicas (eco/ sentido y nomos/norma) producidas en las acciones del hombre en su lucha por apropiarse de la naturaleza y satisfacer necesidades lo que para el autor es una Sociedad. Es decir que la sociedad es producto de la acción recíproca de los hombres cualquiera sea su forma, según el modo concreto de producción. Max Weber (1864-1920)3 analiza la relación social y sus ajustes a normas obligatorias y valores que operan como modelos de comportamiento. Elabora teoría acerca de la racionalidad que orienta las relaciones sociales y establece categorías de fin y medios llegando para establecer la distinción entre Comunidad (lo comunitario) y Sociedad (lo asociativo). Desde estos pensadores clásicos de inicios de la modernidad, el conocimiento es una producción donde subyacen reflexiones y aprioris filosóficos, jurídicos, antropológicos, políticos y existenciales acerca de las formas del vivir y del morir, el bienestar, la libertad y la justicia que, van configurando lo social que produce un lenguaje para designar, nombrar, comunicar en función de los contextos y necesidades de las distintas épocas. En este sentido desde la Psicología social Tomas Ibáñez Gracia (1990) en Aproximaciones a la Psicología Social precisa dos rasgos relevantes de lo social, el carácter simbólico y cultural por una parte y el carácter psicosocial. En cuanto al primero acentúa el papel del lenguaje siendo el carácter psicosocial de lo social lo 1 Emile Durkheim. Un clásico del pensamiento positivista de la sociedad capitalista consta de las siguientes Obras: “Las reglas del método sociológico”; “Las formas elementales de la vida religiosa”; “De la división social del Trabajo”; “El suicidio”; entre las más relevantes. 2 Karl Marx. Pensador que revoluciona la Economía, la Política y la Sociología al proponer metodológicamente “develar teóricamente” los determinantes reales de la “actividad social” desde una perspectiva histórica y política. La producción de su obra ha sido clasificada por el carácter de juventud; mencionando entre otros, “Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (borrador) GRUNDISSE”; “La miseria de filosofía”, “La ideología alemana” conjuntamente con Engels, “El Capital”, entre los más destacados. 3 Max Weber. Un crítico del capitalismo que representa para la sociología y la ciencia política contemporánea un análisis comprensivo de las relaciones entre lo fáctico, los valores. Entre su producción relevante señalamos “Economía y Sociedad” “El capitalismo”. 2 Sociedad, Institución y Subjetividad. Profesora Ana M. Correa et.al. Cátedra de Psicología Social. Facultad de Psicología.UNC. Año 2015. relacional resultante de la internalización de la experiencia en la interacción humana en las prácticas concretas e históricas. “lo social no aparece hasta el momento en que se constituye un mundo de significados compartidos entre varias personas (…) Son construidas conjuntamente a través de la comunicación y por lo tanto se sitúan en la esfera de los signos” (op.cit.278) Serge Moscovici (1925 - 2014) en la Introducción de “Psicología social. Influencia y cambio de actitudes.” Define “lo social” como fenómeno de la ideología y la comunicación que producen procesos psicosociales de influencia y facilitación social en una cultura dada. De esta manera va a tratar de analizar el conflicto entre el individuo y la sociedad indagando las representaciones sociales en grupos y minorías activas es decir según la distribución de poder. Enrique Pichón Rivière (1917-1977) aporta y profundiza desde el psicoanálisis la articulación resultante, entre estructura social y fantasía inconsciente del sujeto (mundo externo y mundo interno) y define,la interacción como proceso intersubjetivo y motivado por las necesidades haciendo de la interacción social un proceso eficaz, en tanto transforma y es transformado. Habla entonces de lo social como proceso inter e intra subjetivo en condiciones concretas en la cual se produce una modificación mutua hombre – naturaleza dando forma dialéctica, de lo social, en tanto praxis humana. Cornelius Castoriadis (1925-1999) pondrá el acento en la potencia creadora y transformadora del sentido que los sujetos asignan a lo social al enfatizar la relativa indeterminación de lo social. Da visibilidad al carácter dinámico que se da por la dialéctica entre la dimensión del sentido instituida, establecida por acuerdos, consensos, pactos y contratos y la dimensión del sentido instituyente que transforma y “convierte en momentáneo cualquier orden y cualquier institución” (Cristiano, 2014). Estas referencias de las teorías psicosociales nos permite afirmar que lo social es un producto producido y productor de la acción humana y constituye al sujeto en agente social. En este sentido Ibáñez Gracia (1990), enfatiza la importancia de la participación en lo social al decir que “las estructuras sociales existen a través de la continua producción por parte de los individuos a través de las practicas que desarrollan y los significados que construyen pero también es obvio que los individuos sólo existen a través de su participación en unas estructuras sociales”(op.cit.28). Este componente de los social es ontológico y puntualiza el carácter político de la acción, un hacer y hacer ser con otros, en situaciones concretas donde habitan los individuos en su vida cotidiana incidiendo en el curso de la realidad económica, ambiental, social, cultural. Nociones y conceptos de Institución El diccionario de Ciencias Sociales dice la Institución es “aquello que da comienzo, lo que establece, lo que forma” expresando la función de una institución en la sociedad de conservación, mantenimiento y formación de una Sociedad. Aparecen así las Instituciones (religión, educación, trabajo, etc.) como duraderas casi inamovibles y como instrumentos de transmisión. Sin embargo, ellas se transforman y transforman sus exigencias, mandatos, permisiones y prohibiciones según los momentos históricos de la sociedad. Es decir, que la noción institución designa al mismo tiempo aquello que está establecido, que mantiene y reproduce – lo instituido- y, al mismo tiempo, 3 Sociedad, Institución y Subjetividad. Profesora Ana M. Correa et.al. Cátedra de Psicología Social. Facultad de Psicología.UNC. Año 2015. aquello en movimiento incesante en el curso de los procesos de transformación psicosocial o procesos intersubjetivos donde los sujetos cuestionan, resisten, interrogan y luchan – lo instituyente-. Ambas nociones en tensión, instituido-instituyente, constituyen la Institución que se presenta como una unidad y propone un ideal de “orden” como un todo coherente y unificado que legitima su existencia a través de leyes escritas, de normas y reglas que estructura maneras estables y duraderas de las relaciones sociales y enmascarar las violencias. Este discurso del orden o topos de legitimación induce a los sujetos a ser parte de ellas mediante los dispositivos y prácticas de socialización que hacen ser. Exhortan a la identificación, subliman las pulsiones agresivas y producen juegos de resistencia, de trasgresión hacia nuevas formas y actores sociales. Orígenes de las instituciones modernas. Las Instituciones nos preexisten. Ponen límites para regular conflictos en lo social. Establecen la Ley que pone un límite a las pulsiones humanas constituyentes del sujeto. La institución, como señala Freud (1921), implica aceptar la violencia de la ley material y simbólica que hará cesar la lucha de todos contra todos, pues instaura la norma que acepta ser parte de ese acuerdo de seguridad renunciando a un poco de felicidad; por lo cual la Institución siempre marca un límite que genera malestar y sufrimiento institucional. Esta necesidad de conjurar la violencia de la lucha de todos contra todos – es decir crear una regulación- lo hará mediante la Ley que es instalación de un acto (irreversible) que va a producir un cierto tipo de ordenamiento en las relaciones. “hace falta que haya un acto que produzca una situación irreversible (…) este acto es tan violento – evoca el crimen de Tótem y Tabú de Freud (y otros mitos griegos)- que produce en quienes lo llevan a cabo ambivalencia” (…) (Enriquez.2002, p.42) Desde el momento en que se instala la Ley o un mandato social derivado de la costumbre o la tradición, se elaboran y establecen reglas, normas, pautas morales que van a tratar de impedir que se produzca el CONFLICTO4. Pero fundamentalmente, para que esta regulación se pueda llevar a cabo en la práctica concreta, las mismas tendrán que lograr la adhesión de los sujetos, para lo cual esta regulación deberá contar con un programa o marco institucional que promueva y prometa un Proyecto. Así por ejemplo un proyecto institucional es dado por la construcción de la democracia que mediante promesas, y acciones crea ciertas condiciones materiales y simbólicas en sus normas, leyes y formas de regulación como asimismo un imaginario que protege, cuida y trata de asegurarnos. Nacemos en las instituciones y ellas nos hablan antes de nacer legándonos una herencia del lenguaje, de valores, pautas, clasificaciones que nos ordenan – en un proyecto “lógico” de racionalidad- en la construcción del mundo. Crean sentimientos de pertenencia y fidelidad, sin que medie una clara y explícita decisión de parte los individuos. La Institución reproduce lo establecido por la cultura, lo actualiza, mantiene y/o transforma. Por ello es difícil pensar la Institución, señala René Kaes 4 Aquí la noción de conflicto remite a la ruptura de un orden a partir de la colisión de intereses humanos. 4 Sociedad, Institución y Subjetividad. Profesora Ana M. Correa et.al. Cátedra de Psicología Social. Facultad de Psicología.UNC. Año 2015. (1979) pues nos formamos, nos constituimos nos hacen ser y producen subjetividad. Subjetividad en tanto manera de habitar lo social (Bozzolo, 2008). En consecuencia, señala Enriquez (1992; 2004) Castoriadis (1975) Lourau (1975; 2001), las instituciones fabrican sujetos aptos para la vida en sociedad, construyen la certeza de que se hace lo que se tiene que hacer; sabiendo además que allí anida la resistencia, pues es posible hacerse de otra manera. Las instituciones son por ello paradojales pues plantean en el seno mismo de lo establecido – determinado- la indeterminación, es decir, aquello que no deja de agotar la posibilidad de nuevos sentidos. Conceptos de Institución para un análisis. René Lourau (1975) en “Análisis Institucional” propone un cuerpo teórico interdisciplinar desde una concepción dialéctica de la Institución y, señala que el concepto de institución está en crisis pues oculta su contingencia. Pues la Institución no es unívoca sino que se presenta al mismo tiempo en su carácter universal es decir que la Institución se define por el valor de la norma considerada como universal; por su carácter práctico encarnado en las prácticas en la vida cotidiana y, su carácter simbólico por las maneras en que los sujetos se representan la Institución. De esta manera Lourau (1975), señala que el concepto de INSTITUCIÓN da cuenta de un movimiento dialéctico entre: A) El carácter universal / o momento de la universalidad, es el de la unidad positiva y racional del concepto, siendo su contenido los valores, normas y sistemas culturales ya existentes. Si se analiza aisladamente, este momento significa asumir una postura positiva de la Institución: lo ideológico– lo político. Por ejemplo cuando se toman proclamas y/o enunciados convocantes y exhortativos como por ejemplo: “todos los hombres son iguales ante la ley” “La primera libertad es la libertad de emprender, es decir, la primera libertad es de ser un emprendedor, de crear algo y esta libertad le permite a la gente convertirse en un propietario y cuando uno es propietario de los bienes puede ser propietario de sí mismo” (Locke. Siglo XVII) Dicho de otra manera, agrega Enriquez (1992) las Instituciones se forman sobre un saber un sistema de valores que tiende fuerza de Ley y que, por lo menos en un primer momento se presentan como verdaderas, universales. B) El carácter práctico / o momento de la particularidad, que expresa la negación del momento precedente. La norma encarna la realidad y el individuo es exhortado a interiorizarlas y puede resistirse. Ya no es exactamente aquello escrito por la Ley sino que en la particularidad la ley y las normas son interpretadas y actuadas según las condiciones materiales y simbólicas de la vida cotidiana. Es decir que este carácter práctico inscribe a la institución en un carácter de función y genera disputas de sentido y significados. 5 Sociedad, Institución y Subjetividad. Profesora Ana M. Correa et.al. Cátedra de Psicología Social. Facultad de Psicología.UNC. Año 2015. Como la cita indica para que el saber5 adquiera fuerza de ley, tiene que ser internalizado y puesto en comportamientos concretos, es decir, la obediencia no debe provenir de una exigencia de una presión externa sino de la interiorización de un ideal, señala Enriquez. Pero además siempre existen diferencias en la asimilación del sentido que se manifiesta en las prácticas. C) El carácter simbólico /o momento de la singularidad expresa que sus contenidos y las formas organizacionales jurídicas para el logro de objetivos es una manera histórica de cómo se presentan y representan las instituciones para los sujetos, en la sociedad que habita. En las prácticas se abordan inquietudes de los internos – acordes a los DDHH- pero muchas veces ellas son ajenas a la institución y se relacionan mas a criterios asumidos por los referentes judiciales –egresos anticipados negados ya sea en función de su delito, de la conducta, etc.- estableciendo obligatoriedad por oficio judicial de tratamiento psicológico y ahora también social” (op.cit.p.135) En este ejemplo se observa que el carácter simbólico se instituye en tensión entre la cárcel y sectores hegemónicos de la justicia que pone en cuestión el valor de los Derechos Humanos. En consecuencia, el concepto Institución resulta: polisémico, equívoco y problemático, según Lourau (1975 – 2001) El concepto es polisémico, acentúa el momento de la universalidad. El Derecho reafirma, las normas universales y las formas de regulación establecidas, en los códigos o en las costumbres no escritas. Consiste en volver evidente, intocable y sagrado lo que no es sino contingencia política. Sin embargo, este tratamiento es fecundo para el uso funcionalista pues enmascara la demanda política bajo la ideológica. Asimismo, señala que la polisemia del concepto tiende a mostrar no solo la eficacia simbólica de lo jurídico sino que expresa que la contingencia de lo normativo, nos muestra que las relaciones en la institución son relaciones de poder: de clase y de producción. El concepto es equívoco pues designa alternativa y simultáneamente lo instituido y lo instituyente. La Psicología social se ocupa de la tensión entre lo instituido como la cosa establecida y lo instituyente que propone su transformación en las maneras particulares de interpretar lo instituido. Se presenta la institución como permisiva, contenedora, sostenedora y al mismo tiempo, como represiva y expulsora y forma parte del control social. El concepto es problemático pues la institución no se presenta de manera inmediata a la observación y al análisis. La institución emite mensajes falsos de sus proclamas, discursos, exhortaciones y también emite mensaje efectivos mediante sus códigos y su organización. “Ud. es asalariado; tiene una familia. Régimen del salario, matrimonio; he ahí dos normas universales propias de nuestra sociedad. Con ellas se asocia un cortejo de normas modelos y valores de comportamiento”. 5 El saber que se pone en juego en la cita mencionada es “quién era y qué hizo Hernán Cortez” si un usurpador o un libertador. 6 Sociedad, Institución y Subjetividad. Profesora Ana M. Correa et.al. Cátedra de Psicología Social. Facultad de Psicología.UNC. Año 2015. (…) Una norma universal o considerada como tal, ya se trate del matrimonio, la educación, de la medicina, del régimen del salario, de la ganancia o del crédito, es designada institución”. (Lourau.1975, p.9) En síntesis la INSTITUCIÓN designa al mismo tiempo, la norma universal, (momento positivo) abstracto, ideal (efectivo) que apela a lo sagrado, al mito fundador, a la leyenda para que sostenga cierta idea o ideal, como por ejemplo: la libertad, la democracia, la ciudadanía, otros. Sin embrago la norma universal, en el momento en que se encarna en una época determinada en la vida cotidiana, encuentra su negatividad mostrando la distancia entre lo normado y lo legitimo; o señalando brechas entre la norma y las prácticas sociales. En término de la dialéctica este segundo momento es la negatividad del momento positivo de la norma y se materializa por las acciones de los individuos. Este momento es siempre instituyente, creativo y tiende pues produce modificaciones sobre la formulación de la norma o los modelos o concepciones de concebir el mundo. Es decir, el concepto institución, interpreta una lógica de movimiento incesante entre lo instituido – instituyente en búsqueda de resolver la tensión anterior, institucionalizándose. LA EXISTENCIA DE LOS SUJETOS EN LAS INSTITUCIONES. Enriquez (1989) en “El trabajo de la muerte en las instituciones” pone de relieve el carácter paradójico de las instituciones. Son lugares pacificados donde reina cierto consenso en sus relaciones para vivir, amar, trabajar crear el mundo. Son instituciones que posibilitan la alteridad esto es “aceptación del otro en tanto sujeto pensante y autónomo”(op.cit.248). Sin instituciones el mundo sería relación de fuerzas y funcionan para enmascarar la violencia fundadora instaurando una violencia legal. En este sentido, este autor analiza las instituciones considerándolas como un sistema que es posible leer en distintos planos: el cultural, el simbólico y el imaginario. Un entrecruzamiento vivo y en transformación constante de fantasmas deseos individuales y colectivos, proyectos conscientes en donde el autor, en su texto “L’Organisation en Analyse” (1992) profundiza esta potencia puesta en la intervención psicosociológica en los distintos planos de análisis. Sistema o Plano de análisis Cultural: Ofrecen una estructura de valores y de normas, una manera de pensar, un modo de aprehensión del mundo que orienta la conducta de sus diversos actores. Establecen una cierta cultura para facilitar la construcción de una obra colectiva. Desarrolla un proceso de formación y socialización de los diferentes actores. Es así que la cárcel como institución implica otros pliegues analíticos más allá del mero encierro por transgredir la ley. Acin & Correa sostienen que, La cárcel como parte del sistema de Justicia Penal implica una conjunción de discursos, arquitecturas, reglamentos coercitivos y proposiciones científicas (…) efectos sociales reales y utopías, programas para corregir a los delincuentes y mecanismos que solidifican la delincuencia. (2011. p.22-25) 7 Sociedad, Institución y Subjetividad. ProfesoraAna M. Correa et.al. Cátedra de Psicología Social. Facultad de Psicología.UNC. Año 2015. En efecto, el Plano de análisis Cultural posibilita una lectura de cómo cada institución al formar parte de una Sociedad busca integrar en función de ciertos valores, creencias, patrones que posibiliten la “obra colectiva”; esta integración se realiza mediante procesos y mecanismos socializadores que procuran evitar o enmascarar la violencia y ejercen influencia para la cohesión social. Este plano resalta la tensión irreductible siempre presente en la institución entre sujeto-institución. Sistema o Plano de análisis simbólico: Una institución no puede vivir sin producir un conjunto de mitos unificadores, sin instituir ritos de iniciación de pasaje y de realización; sin darse héroes tutores (tomados generalmente de entre los fundadores reales o imaginarios de la organización), sin relatar o inventar una saga que ocupará un lugar en la memoria colectiva. Las cárceles surgen en la sociedad con el desarrollo de las grandes ciudades donde la misión del Estado aparece como un aparato organizador de las “ciudades” ordenadas y limpias, generando elementos o tecnologías prescriptivos para clasificar y delimitar “territorios” con la mayor claridad y, con estos criterios, surgen con nitidez las funciones de policiamiento como parte del “arte de gobernar” de “una racionalidad gubernamental” (Garland, 2009) El rito institucional establece una diferencia entre quienes tienen las características para ser dignos del ritual, y aquellos que jamás recibirán la legitimación del rito de institución. Muchos y distintos son los “premios y castigos” que toda institución muestra en sus rituales principales y deja de manera explícita y evidente aquello que la institución valora. Por ejemplo en las escuelas en los “actos escolares” se premia en primer lugar “el abanderado” la obtención del las mejores calificaciones llevaran la bandera. Podrá también premiar al de mejor asistencia y/o mejor compañero; poniendo de relieve las prioridades meritocráticas de la escuela. En tanto, en las Instituciones Penitenciarias el “servicio” la experticia que destacan es principalmente identitaria construida por la “obediencia a la jerarquía” seguidamente por los premios al “arrojo” “coraje”. Esta línea define su rol, y marca por ende, los comportamientos que tienen permitidos y los que no (sobre todo, a los que les concierne el rito) Sistema o Plano de análisis imaginario Toda institución va a producir sobre todo, un sistema imaginario sin el cual los sistemas simbólico y cultural tendrían dificultades de establecerse para sostener deseos de afirmación ante la fragmentación social. Las cárceles son, esos lugares “oscuros y tenebrosos”, más allá de las formas que la institución adopte en la sociedad, pues la función social es encerrar y castigar con la finalidad efectiva o utópica de “readaptar”, “corregir” “resocializar”, “reinsertar” los sujetos en conflicto con Ley en la sociedad, cambiándolos- para insertar- sobre fundamentos racionales y morales de castigo (Correa.2011, Informe Secyt) Es necesario entender estos tres sistemas como piezas de una misma imagen que para Enriquez (1989) constituyen o hacen a la institución. Cada sistema no constituye una mirada sino se tiene en cuenta el diálogo que entre los tres existente. 8 Sociedad, Institución y Subjetividad. Profesora Ana M. Correa et.al. Cátedra de Psicología Social. Facultad de Psicología.UNC. Año 2015. Los sentidos como dimensión colectiva. Cornelius Castoriadis analiza la dimensión colectiva en la producción de sentido que da entidad a las instituciones en una sociedad, son las significaciones imaginarias sociales socialmente sancionadas. Lo histórico social es la unión y la tensión de la sociedad instituyente y la sociedad instituida, la historia hecha y la historia que se hace (La institución imaginaria de la sociedad, 1974. p.185) Para Castoriadis toda actividad humana es con anterioridad a su función productiva una acción humana cuyo núcleo no es el fin (racionalidad) sino el sentido. La dimensión de la acción da sentido -el hacer propiamente dicho, la actividad humana- y, tiene una doble manifestación, del hacer productivo y de la producción simbólica. Por ello, de ninguna forma es posible hablar de ser humano extra social o asocial ya que, sólo es posible pensar y hablar del hombre, como ser social. El ser social del hombre, es su humanidad, está presente con anterioridad a la posibilidad de concebir al individuo y se da en el lenguaje y las instituciones. “Todo lo que se nos presenta, en el mundo social histórico, pasa indefectiblemente por la urdimbre de lo simbólico. No es que se agote en ellos. Los actos reales, individuales o colectivos –el trabajo, el consumo, la guerra, el amor, el parto-, los innumerables productos materiales sin los cuales ninguna sociedad podría vivir un instante, no son (no siempre ni directamente) símbolos. Pero unos y otros son imposibles fuera de una red simbólica. En primer lugar encontramos a lo simbólico, claro está, en el lenguaje. Pero lo encontramos igualmente en otro grado y de otra manera, en las instituciones” (Castoriadis,1997, p.220) En este pensamiento elabora la noción de imaginario social o capacidad inmensamente compleja de producción de significaciones y posee una doble dimensión: una que mantiene unida la sociedad y que define como “imaginario efectivo”-lo instituido- que define sus esquemas organizadores de sentido (lo bello - lo prohibido- lo no permitido) y el “imaginario radical”-instituyente- génesis del proceso de construcción sentido de transformación y cambio de esas significaciones. El carácter de imaginario social, conlleva lo instituido y el instituyente, esta dado por la creación, la auto-alteración y sólo existe porque es social. Castoriadis reinterpreta las instituciones efectivas sólo, como momentos, materializaciones, cuya validez de hecho no alcanza para expresar la esencia del movimiento social-histórico. Esta validez de hecho se identifica con su dimensión instrumental que constituye el aspecto funcional de la institución. Del mismo modo que el concepto de “fuerza” no agota la idea de poder y, la idea de “libertad” no es solamente capacidad de movimiento; para Castoriadis la creación es actividad deliberativa, reflexiva de subjetivación del imaginario radical, es decir supone la indeterminación de algo- una nada- a partir de lo cual, aparece una nueva forma. “(...) entonces, contrariamente al viejo tópico, lo que hace del hombre un hombre no es su ser razonable o racional –lo que a todas luces es un disparate. 9 Sociedad, Institución y Subjetividad. Profesora Ana M. Correa et.al. Cátedra de Psicología Social. Facultad de Psicología.UNC. Año 2015. No hay ser más loco que el hombre, se considere lo más profundo de su psiquismo o sus actividades diurnas. Las hormigas o los animales salvajes tienen una “racionalidad” funcional muy superior a la del hombre: no dan un paso en falso ni comen setas venenosas. Los hombres han de aprender qué alimenta y qué no. No es pues, a partir de la racionalidad, de la lógica, las cuales, -en tanto lógica operante, caracterizan en general a todo lo viviente- a partir de lo que podemos definir al hombre. La capacidad de creación nos hace ver precisamente por qué la esencia del hombre no puede ser la lógica, ni la racionalidad.” (op.cit. p.115-116) Castoriadis afirma que el hombre es ser social y por ende ser político, la reflexión y la deliberación, son actividades creativas y productivas que posibilitan la continua renovación de lodado. Es pues, la actividad humana en las instituciones una acción de revisión constante de las prácticas donde se conjuga el “poder”. Poder de la comunicación y de búsqueda de producción de sentido, no sólo en función de los fines, sino que se desplaza desde el nivel superior del orden instituido a los participantes. En esta situación desaparece la polaridad estructurante, de relaciones sociales asimétricas y es posible experimentar el poder no como violencia, coacción y dominio propio de toda actividad técnico-productiva, sino como participación en la creación constante de la validez de derecho de lo instituido. (A. Sanz.2009) Las significaciones imaginarias sociales producen significados y sancionan socialmente unas significaciones y otras no; socializa y opera sobre esas significaciones para que recaiga sobre un campo de conductas y hagan ser, es decir, produzcan subjetividades. Es decir que, cuando se producen significaciones imaginarias con potencia para organizar sentido – es decir instituir- fabrican sus artificios y/o dispositivos para apuntalar la legitimidad de la fuerza de coerción mediante procesos de socialización que induce a generar posiciones de sujeto que interioriza e inviste los sujetos. Por ejemplo el Derecho se constituye sociológicamente como tal, en tanto, puede negar de manera efectiva que la garantía de ser aplicado no constituye violencia, sino justicia. Entonces teóricamente, el acceso a derecho es una actualización de las disposiciones estructurales de la institución y de las posiciones de sujeto que se fijan temporalmente en las prácticas. Dispositivos: discursos y prácticas en relaciones de poder. Michel Foucault (1926-1984) Problematiza el poder para el análisis del sujeto. En la microfísica del poder, analiza técnicas para ver, no el dominio de un grupo sobre otros, o de lucha de clases, sino como una organización circulante parecida a una red, en la medida que opera como sujeción en el nivel de los procesos que marcan nuestros cuerpos, dictan las conductas y nos constituyen como sujetos. En este sentido, se interesa en el análisis del modo en que el poder opera en las prácticas (discursivas y no discursivas) a manera de dispositivos. El dispositivo, dice el autor son un conjunto de elementos teóricos y prácticos, discursivos y no-discursivos que, ubicados estratégicamente en relaciones de poder, disponen posibilidades de hacer o no hacer, de ver y no-ver, mediante operaciones 10 Sociedad, Institución y Subjetividad. Profesora Ana M. Correa et.al. Cátedra de Psicología Social. Facultad de Psicología.UNC. Año 2015. tácticas que estimulan la autonomía o la dependencia y sumisión en las relaciones sociales. El poder se ejerce y mediante éste ciertas acciones modifican otras y estructuran su posible campo de acción. La relación adecuada del poder no es la violencia ni el consenso sino el gobierno en el sentido amplio de guiar la posibilidad de dirigir y poner en orden un resultado posible. El poder esta siempre presente en las que se requiere dirigir la conducta de otro y son juegos estratégicos de libertades. El poder no es sustancia es relación en las que algunas personas intentan determinar las conductas de otros y donde hay poder hay RESISTENCIA. El punto importante será saber en que formas, a través de que canales, deslizándose a través que discursos llega el poder hasta la conducta. El poder se ejerce únicamente sobre sujetos libres y solo en la medida en que son libres, enfrentados a un campo de posibilidades donde pueden tener lugar diversas conductas, acciones y diversos comportamientos. La esclavitud no es una relación de poder sino que allí existe, la simple coerción o la pura violencia. En el entrecruzamiento de las problemáticas de la economía, la política y las técnicas de gobierno se constituye, para Foucault, el liberalismo; como un arte de gobernar que asume al mercado como una manera para hacer inteligible la Sociedad. Foucault dice que existen fundamentalmente dos tipos de técnicas de gobierno: las técnicas de soberanía, las disciplinarias y las técnicas de seguridad. Conocemos muy bien las técnicas disciplinarias, pero no así las tecnologías de seguridad; de hecho, la imagen que tenemos del capitalismo es todavía la de un capitalismo disciplinar, mientras que Foucault afirma, que estamos saliendo de las sociedades disciplinarias para entrar en las sociedades de seguridad. La disciplina encierra, fija límites y fronteras, mientras que la seguridad garantiza la circulación. La disciplina impide, la seguridad permite, incita, favorece y solicita. La primera limita la libertad, la segunda –dice Foucault– es productora de márgenes de mayor libertad. La disciplina es centrípeta, concentra y encierra; la seguridad es centrífuga porque lo que hace es ampliarse para integrar incesantemente nuevos elementos en el arte de gobernar. La técnica disciplinar, entonces, lo que hace es confinar o recluir a los enfermos y separarlos de los que no están enfermos que son quienes componen la sociedad; es una técnica de encierro, al igual que la fábrica o la escuela. Las técnicas de seguridad, por el contrario, no funcionan bajo la lógica del encierro sino que, calculando el riesgo (de contagio, para aquel caso, hoy surgen otros problemas como por ejemplo discriminación y riesgos de atentados) que toman en cuenta al conjunto de la población. Éstas son técnicas que funcionan en un espacio abierto, mientras las otras funcionan en el interior de un espacio cerrado que separa, segregando la normalidad de la anormalidad; las técnicas de seguridad calculan el diferencial de normalidad con relación a los niveles de riesgos existentes en la sociedad, de manera que se establece una curva de normalidad con la cual comparar todos los grupos sociales. Se puede ver claramente que en realidad son técnicas completamente diferentes. 11 Sociedad, Institución y Subjetividad. Profesora Ana M. Correa et.al. Cátedra de Psicología Social. Facultad de Psicología.UNC. Año 2015. Con las técnicas de seguridad se tiene la capacidad de analizar todas las diferencias en relación con la norma y se establece así un cuadro que dibuja las diferentes curvas de normalidad mediante la determinación del riesgo. Nos enfrentamos entonces a dos técnicas que producen dos tipos de normalización diferentes. A partir de estas técnicas se ve claramente cómo funciona la sociedad contemporánea. Existen dos procesos de normalización diferentes. La disciplina distribuye los elementos a partir de un código, de un modelo, de una norma que determina lo que está permitido y lo que está prohibido, lo que es normal y lo que es anormal. Por el contrario, la seguridad procede por una gestión diferencial de la normalidad y del riesgo; traza una cartografía de esta distribución de diferencias, y la operación de normalización consiste en poner a jugar los diferenciales de normalidad los unos con relación a los otros. Ambas técnicas coexisten y funcionan actualmente. Una diferencia fundamental entre seguridad y disciplina, es que la seguridad interviene sobre el acontecimiento, es decir, interviene sobre el tiempo, sobre lo que está sucediendo. En el régimen disciplinario, efectivamente, la diferencia es que tenemos un espacio- tiempo. Por ejemplo el espacio-tiempo de la fábrica el control del espacio se da mediante lo que Foucault llama un encuadramiento, y el poder se ejerce sobre el individuo, sobre su cuerpo, se regulan los gestos del individuo de una manera disciplinaria, o sea que se regula el tiempo. Por ejemplo, se trabaja sobre el cuerpo de un obrero cuando se lo articula a una cadena de montaje, se trabaja de este modo sobre los movimientos que ejecuta, y además esos movimientos son cuantificados. Tenemos entonces un espacio-tiempo, peroes un espacio cerrado y se actúa sobre un cuerpo que está en el interior de este espacio. En tanto que las técnicas de seguridad ya no actúa sobre el cuerpo del individuo, sino sobre la acción del individuo, y sin duda esto es muy diferente; porque cuando se trata de la acción, el individuo no es el origen absoluto de la acción; por consiguiente, se interviene sobre toda una serie de elementos que determinan la acción. Aquí el espacio está abierto; tenemos el individuo y un campo de acciones posibles, y se interviene sobre ese campo. En cambio, en el régimen disciplinario el campo de acción está completamente estructurado: por ejemplo, en la escuela podemos determinar el espacio y el tiempo, el lugar del estudiante, el lugar del profesor, el tiempo que ritma la vida escolar. De modo que tenemos dos procesos de sometimiento que son diferentes. Actuar sobre acciones posibles quiere decir actuar en un espacio abierto y en una temporalidad que no está determinada como era el caso anterior. Aquí se deja que las cosas vengan, sucedan. La técnica de seguridad es una técnica que se ejerce sobre las cosas que están sucediendo, es decir, deja que las cosas se desarrollen, que se desenvuelvan. Mientras en la sociedad disciplinaria se predetermina el tiempo y el espacio, en la sociedad de control o de seguridad se hace surgir el espacio y el tiempo desde el interior; por consiguiente, los dos conceptos de libertad son muy diferentes. PRODUCCIÓN DE SUBJETIVIDAD La noción de subjetividad busca e intenta construir un campo de reflexión para pensar las formas y las maneras de existencia de los sujetos en lo social, en las instituciones, grupos y comunidades. No es ningún epifenómeno de ningún otro sistema, nos 12 Sociedad, Institución y Subjetividad. Profesora Ana M. Correa et.al. Cátedra de Psicología Social. Facultad de Psicología.UNC. Año 2015. advierte González Rey sino que es producción (simbólico –emocional) de las experiencias vividas y es irreductible a lo individual. (González Rey, 2012) pues la subjetividad se constituye, como tal, en ciertos escenarios y prácticas sociales, en una cultura dada en las practicas – saberes en un momento socio-histórico. El campo de la subjetividad es concebido como complejo (epísteme con que se piense) exige un abordaje transdisciplinario, es decir que se anime a enfrentar los impensables de cada saber disciplinario que pretende jugar en ese campo. (Bozzolo, 2008, p.265) Es histórica no solo en el sentido que surge en un proceso, que es efecto de determinadas variables históricas en el sentido de la historia social, que varía en las diferentes culturas y sufre transformaciones a partir de mutaciones que se dan en sistemas políticos históricos.(Bleichmar, 2007, p.81) El análisis de la dimensión socio-histórica de la subjetividad posibilita desarmar los modos históricos de subjetivación reconociendo los dispositivos de saber-poder que instituyen estrategias biopolíticas de sujetamiento; de prácticas institucionales y prácticas de sí que habilitan la construcción de sus habitantes, en cierto momento histórico. La sociedad moderna (disciplinar) hace efectivo el ejercicio de poder a través del discurso del orden (normas, reglas) y de prácticas discursivas y extra discursivas (soportes mitológicos, emblemas, rituales, etc.) que disciplinan los cuerpos. Ser normal es la prescripción por excelencia y, las características de esa normalidad responden a un modo de darse lo social. En este sentido los dispositivos institucionales disponen y proponen prácticas de subjetivación y/o de desubjetivación para posibilitar o impedir modalidades de pensamiento y acción que ponen en marcha movimientos subjetivos y tensiones ante los sujetamientos originarios y/o impuestos. La noción de sujeto dará cuenta de modos de sujeción como de resistencia. Por ello hablar de producción de subjetividad da cuenta de la compleja manera en que los sujetos habitan lo social, producen otros y nuevos sentidos de las circunstancias en las que se encuentran situados. “Una subjetividad autónoma – como proyecto- señala Castoriadis, reflexiva y deliberante, está abierta a elucidar críticamente su posición ante el conjunto de instituciones que ella misma encarna (…) sólo puede advenir si al mismo tiempo se instituye el colectivo autónomo” (Bozzolo, Bonano, L’Hoste, 2008, p.205-206) Referencias bibliográficas Bleichmar, Silvia. “La subjetividad en riesgo”. TopiA. BA.2007. Bonvillani, A. (2012) “Hacia la construcción de la subjetividad política. Una posible herramienta y algunos lineamientos de significaciones emergentes”. En Subjetividad Política desafíos y debates latinoamericanos. Piedrahita Echandía, Díaz Gómez y Vommaro (comp) CLACSO. Bogotá. 13 Sociedad, Institución y Subjetividad. Profesora Ana M. Correa et.al. Cátedra de Psicología Social. Facultad de Psicología.UNC. Año 2015. Bozzolo, Bonano, L’ Hoste (2008) El oficio de Intervenir. Políticas de subjetivación en grupos e instituciones. Editorial Biblos. Buenos Aires. Argentina Castoriadis Cornelius (1989) La institución imaginaria de la sociedad. Tomo I – II. Tusquets. ----------------------------(1997) El ascenso de la insignificancia. Eudeba. BA Colombo Eduardo (1989) El imaginario social. Ed. Nordan. Montevideo. Donda Cristina.(2003) Lecciones sobre Michel Foucault. Saber, sujeto, Instituciones y Poder político. Universitas. Córdoba. Enriquez E (1989) “La muerte en las Instituciones”. En Kaes (comp) La Institución las instituciones. Paidos. ----------------(2002) La Institución y las Organizaciones en la Educación y la Formación. Formación de Formadores. Serie Los Documentos 12. UBA. Fernández Ana M.(1993) El campo grupal. Ed Nueva Visión. BA. ----------------------(2007) Las lógicas colectivas. Imaginarios cuerpos y multiplicidades. Ed. Biblos. BA Kaes René comp. (1998) Sufrimiento y psicopatología de los vínculos institucionales. Paidos. Argentina. Sanz A. (2009). “El valor del trabajo: la vida y la libertad”. En Correa Ana (comp.)La fase borrosa de la Representación social Editorial Brujas. 14
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