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Resumen de Diagnóstico de Niños - Kutrumba Final

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Universidad del Salvador
Facultad de Psicología y Psicopedagogía
DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO DE NIÑOS Y
ADOLESCENTES
CATEDRA: KUTRUMBA
ALUMNO: ALDERETE ALEXIS
AÑO: 4º
Alderete Alexis
INDICE
El Psicólogo en el hospital pediátrico 2
El juego y sus acentos: el ritmo del juego y sus resonancias 5
Juego, fantasía: del más allá al espacio transicional 7
Fobias en la infancia 11
La Primera Entrevista con el Psicoanalista 13
La entrevista inicial con los padres 19
Teoría y técnica del psicoanálisis de niños 23
Los signos del juego: La puesta en acto de la lengua como discurso en la 
infancia 29
Los maestros 31
Versiones actuales del sufrimiento infantil 35
En busca del niño en la estructura 42
Fundamentos psicológicos del análisis del niño 44
¿Qué es el autismo? Infancia y Psicoanálisis 48
El psicoanálisis en la clínica de bebés y niños pequeños 52
La psicosis y los niños55
El creador literario y el fantaseo 59
Los niños de Melanie Klein 61
No todo es efecto del diagnóstico 72
Padres e hijos. En tiempos de la retirada de las oposiciones 75
Adolescencia: Una encrucijada 78
Práctica del psicoanálisis en las instituciones hospitalarias 81
La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo 85
La imagen inconsciente del cuerpo 90
La locura adolescente 119
Realidad y Juego 130
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Alderete Alexis
El Psicólogo en el hospital pediátrico 
Autor: Débora Farberman
Los profesionales de la salud mental tenemos que disminuir el estado de ansiedad asociado a las 
exigencias de un tratamiento médico, propiciar la elaboración de sentimientos derivados de la enfermedad 
son objetivos claros, pero ¿cómo conducir al paciente hacia la consecución de esos objetivos? Transmitir 
el “cómo” además de “qué” hacer.
Al pequeño que se negaba a tomar la medicación, se le enseño la habilidad específica. La práctica y la 
repetición le permitieron ganar confianza y seguridad, lo que posibilitó su colaboración posterior. Aquí la 
intervención surgió por considerar, desde un marco de psicología evolutiva, que a los tres años de edad la 
habilidad para ingerir elementos que no son alimento ni fuente de gratificación directa no constituye una 
capacidad natural, y por tanto era preciso aprenderla para poder llevarla a cabo.
 Psicología y psiquiatría de enlace denota siempre un trabajo en equipo : Incluye al paciente, al 
psicólogo o psiquiatra y al conjunto de médicos, enfermeros y asistentes sociales. Consultar con la 
mayor cantidad posible de profesionales que mantienen relación con el niño o que participan de 
situaciones en que presenta síntomas, aumenta radicalmente la eficacia de la intervención.
 El “paciente” de salud mental, incluye tanto al niño como a sus padres : En la mayoría de los 
casos, no busca el alivio a trastornos psicopatológicos previos. Ser acompañado en el proceso de la
adherencia, el afrontamiento, o las reacciones emocionales a la enfermedad, suelen ser los desafíos
prevalentes.
 A menudo, los objetivos de nuestra intervención son claros y precisos : Ayudar a pacientes y 
familiares a efectuar los tratamientos médicos, convivir con la enfermedad, y hacerlo con el menor 
costo psíquico posible. En la mayoría de los casos se trata de personas psicológicamente sanas, 
atravesando una circunstancia disruptiva y difícil.
 Intervenciones sencillas, en un lapso corto, pueden tener una gran eficacia : Muchas veces una,
dos o tres entrevistas u horas de juego semidirigidas son suficientes para desarmar estados de terror
en los chicos, o de desasosiego en los más grandes.
 Aunque la frecuencia de encuentros no sigue necesariamente un orden sistemático, la 
relación de confianza establecida con los pacientes no se ve menoscabada: En contraste con la 
distancia interpersonal, la abstinencia y la recomendación de pautar horarios fijos de sesión, la 
familiaridad del vínculo y la adaptación del terapeuta a las circunstancias siempre cambiantes de 
los pacientes son necesidades básicas para la realización de este trabajo. La continuidad del 
vínculo puede reforzarse aún más en la informalidad de los encuentros en los pasillos.
 Las observaciones de los pediatras y especialistas, conocedores y observadores cotidianos del 
comportamiento de los pacientes, brindan valiosa información sobre la personalidad y la historia 
familiar, por lo que el diálogo permanente con ellos resulta imprescindible.
 Los recursos que los mismos padres y chicos implementan espontáneamente deben ser 
siempre considerados: Muchas de nuestras intervenciones se dirigen más a avalar y reforzar 
gestiones naturales de los padres y de los chicos, que a brindar procedimientos o ideas 
especialmente novedosos.
 La condición de enfermedad y los tratamientos pueden desencadenar en la población pediátrica 
diversos trastornos psicopatológicos que requieren atención específica.
 El psicólogo debe ser flexible y creativo : La tarea exige plasticidad para conducir entrevistas 
junto a una cama, de pie en los pasillos, o delante de otros pacientes alojados en la habitación. El 
psicoterapeuta deberá generar situaciones de juego con niños que apenas pueden movilizarse, o 
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Alderete Alexis
con las capacidades sensoriales reducidas: decidir quién es el interlocutor principal de la 
interconsulta.
Capítulo 1
Psicología y psiquiatría de enlace en el hospital pediátrico
Introducción
La concepción de salud y enfermedad ha incorporado progresivamente a la dimensión biológica, 
tradicional de la medicina, la psicológica y la social. Quedó plasmado en la definición de salud enunciada 
por la OMS en 1948: “Salud es el estado completo de bienestar físico, mental y social y no solamente 
la ausencia de enfermedad o incapacidad”.
En el ámbito de la pediatría, la influencia del medio familiar y los vínculos primarios sobre el devenir
de la salud del niño es insoslayable.
Interconsulta: Labor que el profesional psi encara en la asistencia con el paciente y su familia en 
torno a problemáticas detectadas en el ámbito de la clínica médica por el pediatra.
Psiquiatría o Psicología de Enlace : Labor que el profesional psi encara dentro de una institución 
pediátrica para tratar temas vinculados a la salud mental con foco en el equipo médico, sean estas de
transmisión docente, o destinadas a proteger la salud mental de los profesionales que trabajan en ella.
Una característica de los programas de enlace es que en ellos se da un contacto continuado entre
profesionales con el objetivo de mejorar la atención que reciben los pacientes o grupos de pacientes
considerados por diversos motivos de riesgo o por padecer trastornos emocionales. La fórmula del enlace
se caracteriza por su Adaptabilidad.
El “Buen paciente” y el “paciente problemático”
Buen Paciente: Aquel que cumple obedientemente las órdenes del personal, que comprende y se 
adapta con rapidez a las rutinas hospitalarias, que se queja poco, que muestra confianza y gratitud, 
y que no causa problemas. 
Paciente Problemático: Se muestra irritable u hostil, que pide demasiado o se muestra exigente. 
No todo “buen paciente” refleja una adaptación psíquica saludable. Muchas conductas disruptivas de los 
“pacientes problemáticos” pueden resultar socialmente inadecuadas pero psicológicamente necesarias. 
El psicólogo aborda al paciente desprovisto de un modelo de “lo que debería ser”. Debe trabajar junto a él 
para que puedan atenderse sus necesidades particulares en forma conjunta con el cuidado de su salud.
El psicólogo ayudará al paciente a adecuarse a las imposiciones imprescindibles, pero también a hacer 
respetar sus necesidades particulares, sugiriendo para ello, si es necesario, modificaciones en la 
organización hospitalaria.
Intervenciones en interconsulta y psicología de enlace
Asistencia clínica del paciente y su familia
Involucra tareas de diagnóstico diferencial en enfermedades psicosomáticas, apoyo y/o tratamiento 
psicoterapéutico de trastornos psicopatológicos y sostén emocional del paciente, sus padres y hermanos.
Implementación de programasinterdisciplinarios de atención
Planes de intervención estructurados para ayudar en problemáticas con poblaciones específicas de 
pacientes. Generalmente se confeccionan en forma conjunta entre profesionales de la salud mental y 
pediatras. Surgen de la detección de las necesidades y obstáculos más frecuentes en poblaciones clínicas 
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determinadas. Están destinadas a propiciar un mejor afrontamiento de la enfermedad y exigencias de 
los tratamientos, o a reducir la incidencia de daño.
Intervenciones orientadas al equipo de salud
Son actividades propiamente de enlace, en las que se promueve una mayor integración de la dimensión 
psicológica y emocional en las prácticas de la medicina. A través de encuentros pautados, médicos y 
psicólogos o psiquiatras intercambian opiniones sobre temas de la asistencia clínica.
La interconsulta e interdisciplina
La psicología de enlace enfatiza, el carácter de Cooperación y Coherencia entre los distintos 
especialistas que se ocupan de una misma persona. Requiere siempre interdisciplina.
Características del trabajo en la interconsulta:
 El psicólogo realiza la evaluación y tratamiento con los objetivos y herramientas propias de 
su especialidad, pero debe poder transmitir con precisión y lenguaje claro, sin utilizar la jerga 
específica de la disciplina, sus hallazgos y conclusiones a los otros profesionales.
 Es necesario que el psicólogo conozca características de la patología orgánica padecida por 
los pacientes que atiende: la evolución esperable, las complicaciones que pueden aparecer.
 No debe actuar en forma aislada, al modo de un especialista que se ocupa de una parte del 
paciente. Cuando la relación de confianza y conocimiento mutuo con el equipo de médicos 
tratantes es sólida, las intervenciones dirigidas a resolver una situación clínica tienden a ser más 
realistas y son aceptadas por el equipo con mayor facilidad.
 Debe seguir la evolución del caso y realizar devoluciones periódicas tanto al paciente como a 
los médicos que solicitaron su intervención. La ausencia de este ida y vuelta en la información es
responsable en gran medida de las quejas que emiten los médicos hospitalarios.
Colaboración para el establecimiento de una adecuada relación médico / paciente
El profesional de salud mental deberá considerar especialmente la calidad de la relación médico / paciente,
detectando las interferencias en la comunicación cuando las hubiere e implementando estrategias para su 
resolución.
Intervenciones con foco en el equipo médico
 Formación sobre el desarrollo emocional en la infancia y la adolescencia que facilite la 
comprensión de reacciones mostradas por los pacientes frente a la enfermedad.
 Trabajar junto al equipo médico para la comprensión de las reacciones y conductas de los niños y 
adolescentes físicamente enfermos y sus familias.
 Asesoramiento sobre modalidades de información adecuadas, en las distintas etapas evolutivas, al 
paciente y a la familia.
 Compartir la carga emocional generada por atención en áreas especialmente movilizantes: 
enfermedad terminal, unidades de cuidados intensivos, etc.
Capítulo 6: Trastornos Psicológicos y psiquiátricos en la internación pediátrica.
Generalidades
Entre la infancia y la adolescencia la estructuración del psiquismo no se ha consolidado en forma 
definitiva, la vulnerabilidad de estos pacientes a experimentar trastornos psicopatológicos es mayor que la 
del adulto.
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Alderete Alexis
Gran parte de los trastornos psicopatológicos que se presentan en la infancia y la adolescencia son estados
transitorios más que cuadros definitivos, especialmente cuando constituyen reacciones a hechos de gran 
impacto emocional.
Por su dependencia emocional respecto a los adultos que lo cuidan, la capacidad de afrontamiento de los 
niños está estrechamente vinculada a los recursos de los padres para manejar la situación. Si los padres, 
por ejemplo, responden a la enfermedad magnificando riesgos o asumiendo una actitud hostil frente al 
personal hospitalario, es muy probable que la percepción del niño sobre su situación adquiera 
connotaciones de ansiedad o de desconfianza.
Trastornos reactivos a la situación de enfermedad e internación
El paciente internado experimenta una variedad de emociones y de sentimientos displacenteros.
El sentimiento de tristeza que acompaña a la pérdida o el deterioro de una función a partir de una 
enfermedad orgánica forma parte indispensable del proceso de duelo normal para una adecuada 
adaptación a la nueva condición.
Todas estas reacciones, no son patológicas en sí mismas. Se vuelven patológicas cuando sobrepasan un 
nivel de intensidad, cuando su expresión conlleva consecuencias negativas para la consecución del 
tratamiento médico o cuando se prolongan en el tiempo sin modificación.
El juego y sus acentos: el ritmo del juego y sus resonancias
El Juego es la Puesta en Acto de la Lengua como Discurso en la Infancia.
El ritmo del juego en la experiencia analítica con niños
El Ritmo del Juego sería la organización particular que en el juego hace que la lengua se ponga en 
movimiento como discurso en la infancia.
¿Qué dice el juego?
El juego dice nada del deseo inconsciente que lo anima y su misterioso significado reprimido.
La operatoria del juego hace que “algo del significante resuene” y “con suene como eco” en un cuerpo 
que deviene sensible por el hecho de que hay un decir.
¿Qué es resonar?
Proveniente de la teoría de la física, para hacer con él “sonar otra cosa”.
Cuando dos o más cuerpos pasan a oscilar o a vibrar a la vez bajo la acción de fuerzas exteriores, terceras 
y ajenas a ellos que actúan de manera periódica, bajo un período de oscilación que coincide a su vez con la
de ellos.
En estado de resonancia los cuerpos acumulan energía y en determinadas condiciones puede tener 
consecuencias destructivas para ellos.
El ejemplo más comúnmente citado de resonancia es “el juego”.
Lacan trabaja la resonancia como eco de la palabra, como la propiedad de la palabra que consiste en hacer 
escuchar lo que no se dice, no dice y hace escuchar.
¿Cuáles son las resonancias del juego como hecho de lenguaje? ¿Cómo considerar la resonancia y 
consonancia, el eco de la palabra en el cuerpo del juego en transferencia?
El lenguaje se “incorpora” y toma forma de juego en la infancia.
El cuerpo del juego, da “sensiblemente” testimonio de las huellas y marcas del paso del sujeto.
De manera que el discurso del juego es un discurso “de juguete”.
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El discurso del juego como el del poema es “un despropósito sin propósito”. Se organiza con elementos 
insignificantes y sin embargo, crea con ellos un nuevo orden de discurso de inquietante poder.
“Todo lo que le sucede al sujeto le sucede a su lenguaje, eso que le ocurre a nuestro lenguaje nos ocurre a 
nosotros y la escucha de esos acontecimientos impugna al signo con todo el encadenamiento de sus 
paradigmas”.
Podríamos decir que los elementos insignificantes con los cuales el niño crea y construye su juego y 
juguetes, son investidos y “vestidos” con “valor de juego”.
Es el valor de juego lo que le otorga al discurso del juego función de innovación poética, radicalmente 
rebelde al discurso dominante (amo), al mismo tiempo que carece de autoridad, el discurso del juego 
rescata la subjetividad y la emotividad.
¿De qué orden u órdenes son las resonancias del juego como hecho de lenguaje?
Si el ritmo, tono y voz del juego “tocan” al cuerpo (el del niño, juguete y/o analista) el juego asume valor 
poético en el lenguaje.
El analista trabaja en el juego, para que el niño construya su ritmo, su organización, y pueda 
soportar algún día y portar sus voces como propias. En el juego en transferencia, el analista trabaja 
para que el niño con los elementos insignificantes a su disposición, construya un movimiento de la palabra
en el lenguaje con “valor de juego” para el Otro.
Freud, en su estudio sobre el chiste y su historia evolutiva dice que el juego es su estadioprevio y primero.
El chiste es “un juego desarrollado”.
El juego de la búsqueda del ritmo perdido y/o del placer del disparate
Freud dice: 
“En la época en que el niño aprende a manejar el léxico de su lengua materna le depara un manifiesto
contento, experimenta jugando, con ese material y entramar las palabras sin atenerse a las condiciones de
sentido a fin de alcanzar con ellas el efecto placentero del ritmo o rima.
Planteamos que, un juego con palabras y pensamientos motivado por ciertos efectos de ahorro y 
gasto psíquico, sería entonces, el primero de los estadios previos al chiste. El fortalecimiento de un 
factor que merece ser designado como crítica o racionalidad, pone término a ese juego.
El juego es la búsqueda del ritmo perdido o juego del placer del disparate sería un juego constitutivo 
y constituyente de lo inconsciente, del pensamiento inconsciente y de lo infantil, lógica y 
cronológicamente necesario en el curso del desarrollo y de las formaciones psíquicas del inconsciente.
Las resonancias del juego y sus acentos en la clínica con niños
Son niveles que se entrecruzan, son criterios de lectura posible del efecto de resonancia en el juego 
en transferencia:
1) Simbólica o Semántica : El juego tiene la propiedad de comunicar indirectamente “evocando”
un sujeto para transformarlo. Es el eco de la palabra (escrita o hablada) que desde el interior del 
juego y en la boca y voz de los juguetes hace escuchar lo que no dice. No dice y hace escuchar lo 
que no dice.
2) Metonímica : El juego tiene de lenguaje y de sus leyes, las del inconsciente, capacidad de 
“alusión”. Los juegos y sus voces en el análisis muestran, indican y son índices “de algo” que no 
nombra. El juego puede mostrar y hacer escuchar “algo”, un “eso”, sin hacerlo pasar por lo dicho. 
La resonancia metonímica del juego es índice, indica y alude a “lo indecible”, el significado 
inconsciente del deseo del juego y a la vez muestra y hace escuchar “su voz”. La voz del juego que
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Alderete Alexis
dice nada de lo indecible, es tono, ritmo, melodía, timbre, acordes y acentos, prosodia, intensidad, 
que hace cosquillas al ser jugada, llama a seguir el juego y deviene al cuerpo “eco sensible”.
3) Resonancia Libidinal del Juego : Si las leyes del lenguaje “se incorporan”, se hacen cuerpo y 
toman forma de juego al ser jugadas por un niño la resonancia libidinal del juego “toca” lo real 
del juego en sus bordes de anudamiento de la pulsión y el cuerpo. Se trataría aquí de la 
propiedad económica de la resonancia, nosotros tomamos “el primer estadio del chiste: el 
juego”, Lacan nos envía al chiste y escritura poética china.
Cuando sea grande, sostener su decir “con gusto”. Se tratará de la relación del sujeto con la organización 
rítmica del discurso (discurso de juguete en la infancia).
El Ritmo del Juego, sus acentos y su voz, ponen en acto y actualizan la función poética del lenguaje,
tocan el cuerpo y le dan Valor de Acto al juego.
Es la creación misma de ese vacío de lo inaprensible de lo simbólico lo que le da, nada más ni nada menos
que tener a Eso que un niño canturrea con los elementos insignificantes a disposición “valor de juego” 
para otro.
Juego, fantasía: del más allá al espacio transicional
Autor: Marta Lewin
Enfoque psicoanalítico sobre el juego
Freud: “No es raro que estos juegos de movimiento, en sí inocentes, despierten sensaciones 
sexuales”.
Esta Primera Referencia al juego en la obra de Freud, describe juegos de movimiento que enlaza a 
Sensaciones Placenteras de Carácter Sexual. El juego está relacionado al placer; se Juega por 
Placer.
Juego, pensamiento y lenguaje se homologan. Referencia a efectos placenteros de la repetición en el 
jugar que conducen a cierto ahorro de gasto psíquico. El juego está asociado a placer, y jugar da lugar 
a mayores niveles de estructuración psíquica.
“La ocupación preferida y más intensa del niño es el juego. Acaso tendríamos derecho a decir: todo niño 
que juega se comporta como un poeta, pues se crea un mundo propio…”
“El adulto deja, de jugar; aparentemente renuncia a la ganancia de placer que extraía del juego. Pero quien
conozca la vida anímica del hombre sabe que no hay cosa más difícil para él que la renuncia a un
placer que conoció. En verdad no podemos renunciar a nada; sólo permutamos una cosa por otra; lo que
parece ser una renuncia es en realidad una formación de sustituto o un subrogado”.
El adulto, cuando cesa de jugar, sólo resigna el apuntalamiento en objetos reales; en vez de jugar, 
ahora Fantasea. Construye castillos en el aire, crea lo que se llama sueños diurnos…”. “Esta diversa 
conducta del que juega y el que fantasea halla su buen fundamento en los motivos de esas dos actividades,
una de las cuales es empero continuación de la otra”.
[…] “No olviden ustedes que la insistencia, acaso sorprendente, sobre el recuerdo infantil en la vida del 
poeta deriva en última instancia de la premisa según la cual la creación poética, como el sueño diurno, es 
continuación y sustituto de los antiguos juegos del niño”.
Freud ubica al juego infantil como actividad preponderante de la infancia, lo equipara a la creación 
literaria, al ensueño diurno y al humor. Ubica la fantasía como heredera del juego. 
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Alderete Alexis
Freud sostiene y desarrolla la hipótesis del juego por placer. Se juega por placer, placer del pensamiento, 
de la palabra, de la sexualidad, de la creación. […] “He aprovechado una oportunidad que se me brindó 
para esclarecer el primer juego, autocreado, de un varoncito de un año y medio”.
“No molestaba a sus padres durante la noche, obedecía escrupulosamente las prohibiciones de tocar 
determinados objetos y de ir a ciertos lugares, y sobre todo, no lloraba cuando su madre lo abandonaba
durante horas…”. “Ahora bien, este buen niño exhibía el hábito, de arrojar lejos de sí, a un rincón o 
debajo de la cama, etc… todos los pequeños objetos que hallaba a su alcance, de modo que no solía 
ser tarea fácil juntar sus juguetes. Y al hacerlo profería, con expresión de interés y satisfacción, un 
fuerte prolongado “o-o-o”, que según el juicio coincidente de la madre y de este observador, no era 
una interjección, sino que significaba “fort” [se fue]. Al fin caí en la cuenta de que se trataba de un 
juego y que el niño no hacia otro uso de sus juguetes que el de jugar “a que se iban”. Un día hice la 
observación que corroboró mi punto de vista. El niño tenía un carretel de madera atado con un piolín. No 
se le ocurrió por ejemplo, arrastrarlo tras sí por el piso para jugar al carrito, sino que con gran destreza 
arrojaba el carretel, al que sostenía por el piolín, tras la baranda de su cunita con mosquitero; el carretel 
desaparecía ahí dentro, el niño pronunciaba su significativo “o-o-o”, y después, tirando del piolín, 
volvía a sacar el carretel de la cuna, saludando ahora su aparición con un amistoso “da”, acá está. 
Ese era, el juego completo, el de Desaparecer y Volver. La más de las veces sólo se había podido ver el 
primer acto, repetido por sí solo incansablemente en calidad de juego, aunque el mayor placer, 
correspondía al segundo.
[…] Se advierte que los niños repiten en el juego todo cuanto les ha hecho gran impresión en la vida;
de ese modo abreaccionan la intensidad de la impresión y se adueñan, de la situación […] También se
observa que el carácter displacentero de la vivencia no siempre la vuelve inutilizable para el juego”.
“Fort-da”, descripción de un juego infantil, marca un giro en la concepción freudiana sobre el juego. 
En primer lugar, la repetición del juego del arrojar, es explicada parcialmente como un deseo de 
dominar la indeseable partida de la madre, pasivamente sufrida por el niño. 
Otorga un primer significado al juego del arrojar como aquel en que el niño sin riesgo alguno puede 
descargar fantasías agresivas y de amor frente a su madre. 
Se plantea tres hipótesis:
1) Todo Juego tiene un Significado Inconsciente. 
2) La Repetición de la Vivencia Displacentera permite cierto Dominiode la Situación, Se Repite
Activamente Lo Que Se Sufrió Pasivamente. 
3) Freud plantea la problemática de la Repetición.
Freud explica en Pulsiones y destinos de pulsión que toda pulsión tiene su fuente en una excitación 
corporal; su fin es suprimir el estado de tensión; su objeto es contingente y su meta es la satisfacción.
“Lo ominoso” (1919), se presenta como el artículo que pone en crisis el modelo anterior. Lo siniestro 
quiebra la línea divisoria, crea un fenómeno de borde. Lo extraño reaparece clínicamente en un nuevo 
fenómeno: La Repetición, el permanente retorno de lo igual. La repetición, se agrega así como otra 
característica de la pulsión. 
La Repetición de lo Idéntico es lo que alerta a Freud y lo induce a cambiar su primer modelo de 
aparato psíquico. Insistir con el mismo suceso traumático, repetir el trayecto primero del juego “fort”,
es un sinsentido desde el punto de vista de la economía psíquica regida por el principio del placer. La 
teoría, de la mano del juego, hace lugar entonces, a la compulsión a la repetición.
Freud opera con el “fort-da” como modo de Cuestionar el Principio de Placer. Lacan para 
ejemplificar la Desaparición del Sujeto. “Fort-da” implica así la pérdida del Otro primordial, la 
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madre, que surge entonces en su dimensión e inscripción simbólica. […] “Fort-da”, no sigue las leyes 
de la vida, más fort que da”, dice Lacan en el Seminario XL. 
“Fort-da”, supone la Simbolización de la Ausencia, remite al primer juego con el significante.
Es un arrojar un carretel y es reencontrarlo, es constituir y fundar un espacio, y es un logro cultural que 
supone tolerar la espera, renunciar a la satisfacción pulsional inmediata, soportar la ausencia, 
simbolizar, hacer pasivo lo activo en el jugar.
Melanie Klein
Hace su aporte al análisis de niños centrado en la Técnica del Juego. Se ubica en el juego que se 
desarrolla dentro del Setting Analítico. Ella toma el juego como una herramienta de trabajo en un 
contexto particular, que es el de validar una práctica clínica. Se trata de pensar que el juego puede ser 
interpretado, que sus contenidos son manifestaciones del inconsciente, y que el juego es un canal de 
representación indirecta de deseos, fantasías, experiencias.
Jerarquiza el Juego del Niño, al darle el mismo estatuto que la Asociación Libre verbal del Adulto. 
Este procedimiento autoriza el trabajo psicoanalítico con niños.
A partir del análisis de Rita, Klein hace del juego su técnica específica, dice: “El análisis del juego, no 
menos que el análisis del adulto, al tratar sistemáticamente la situación presente como una situación de 
transferencia y al establecer sus conexiones con la situación originariamente experimentada o fantaseada, 
les da la posibilidad de liberar y elaborar la situación originaria en la fantasía. Al proceder así y al 
poner en descubierto sus experiencias infantiles y las causas originarias de su desarrollo sexual, resuelve 
fijaciones y corrige errores de desarrollo que habían alterado toda su línea evolutiva”. 
Y agrega: […] “Porque el juego es el mejor medio de expresión del niño”. […] “El análisis del juego 
permite el análisis de la situación de transferencia y de resistencia, la supresión de la amnesia infantil 
y de los efectos de la represión así como el descubrimiento de la escena primaria”.
El Juego permite la Descarga de Fantasías Masturbatorias. La autora piensa que reduciendo el gasto 
energético de la represión, se produce una importante liberación de la fantasía retenida.
Para Klein, el Motor del Juego es la Pulsión de Muerte. Sólo en el espacio de la ausencia, en la 
posición depresiva, se da la condición de juego acompañada de la posibilidad de simbolizar. 
La Función Estructurante del juego está relacionada con los Objetos que se le ofrecen al niño, juguetes,
el analista en la transferencia. El juego es a su vez sublimación. La Sublimación Primaria, el placer del
movimiento y la palabra, serían transformaciones de la pulsión sexual ligadas a la escena primaria 
recreando fantasías sádicas de peleas o unión.
Melanie Klein diferencia juego neurótico y normal y el juego del psicótico: 
 Juego Neurótico : Presenta como rasgo destacado la Inhibición; el juego normal simbólico, 
permite modular la ansiedad con ganancia de placer y despliegue de fantasías. 
 Juego Psicótico : Alejado de la realidad, no entra para ella en la categoría de juego. 
Homologa Juego y Asociación libre. El juego otorga material de interpretación al analista a través de
fantasías masturbatorias, fantasías relacionadas con la escena primaria, analogías con el sueño.
El Juego Despliega Deseos, Ideas Latentes, Pensamientos y Espacios, trabajados a través del proceso 
primario de Condensación y Desplazamiento.
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El Niño Juega para Repetir, Elaborar, Simbolizar y Desplazar
Experiencias a través de Externalizaciones y Personificaciones de Imagos.
Alderete Alexis
Anna Freud
“Es de esperarse que debido a su inmadurez, los niños no posean muchas de las cualidades y 
actitudes que en los adultos se consideran indispensables para emplear el tratamiento psicoanalítico:
que carezcan de insight con respecto a sus anormalidades; que por consiguiente no experimenten el 
mismo deseo de curarse ni idéntico tipo de alianza terapéutica; que habitualmente su yo esté del lado 
de sus resistencias; que no decidan por sí mismos para iniciar, continuar o completar el tratamiento; que
su relación con el analista no sea exclusiva, sino que incluya a los padres, quienes deben sustituir o 
complementar el yo y superyó del niño en varios aspectos”.
Anna Freud piensa que durante la infancia la asociación libre no tiene posibilidades de 
desarrollarse, por lo tanto, supone imposible a través del método psicoanalítico acceder a material 
inconsciente en este período de la vida; juego y asociación libre no son homologables.
Anna Freud Rechaza la Técnica de Juego.
Los niños no pueden hacer transferencia con la figura del analista porque sus padres, objetos de
amor original, se encuentran presentes como objetos de la realidad.
La única manera posible de garantizar la entrada de un niño en análisis es a través de un Período 
Educativo de Preparación llamado “Fase Introductoria”, siempre en transferencia positiva.
Donald Winnicott
Diferencia el jugar libre espontáneo, “Play”, del juego reglado, “Game”. Su estudio se centra en el 
primero: “play” más exactamente en la Actividad del Juego: “Playing” da cuenta de Movimiento, de 
Proceso, en oposición a un producto terminado o clausurado.
Juego:
“Experiencia Siempre Creadora” una forma básica de vida. 
Dice: “El juego es en esencia satisfactorio”.
El juego está relacionado con una necesidad vital del ser humano, satisfactoria por sí misma, la necesidad 
de simbolizar.
La Posibilidad de Jugar es vista por Winnicott como un Logro en el Desarrollo Emocional. El inicio 
del juego es símbolo de la confianza del niño en el ambiente, el niño que juega hace suya una parte de la 
realidad exterior. A partir de la presentación que hace la madre de objetos que la sustituyan, se va a 
generar un Espacio Lúdico o Espacio Transicional. El Origen del Juego está relacionado con este 
espacio no integrado, informe, libre de exigencia, denominado “Área de Descanso”, alejado de 
connotaciones patológicas, conectado con los aspectos más creativos de la persona. El área de juego 
tiene dominio propio, dominio del área de la ilusión y la creación humana, pertenece al área 
potencial que se da entre el bebé y la figura materna. Dentro de la zona de ilusión tiene lugar la 
Primera Posesión No-Yo, llamada Objeto Transicional, descripta como ubicada: “afuera, adentro, en 
el límite”.
En el Espacio Transicional, se Desarrolla el Juego. Espacio que se genera a partir del uso del objeto 
transicional, pues Winnicott explica que es el objeto el elemento que abre espacios. El jugar crea 
espacio: espacio transicional que persistirá a lo largo de toda la vida ocupado por actividades lúdicas y que
dará lugara la actividad cultural: […] “La experiencia cultural comienza con el vivir creador, cuya 
primera manifestación es el juego”.
Capacidad de Juego: Implica una vivencia de cuidados y confianza en el ambiente. Requiere de la 
función materna.
El juego tiene un ciclo:
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Alderete Alexis
 Comienzo. 
 Desarrollo.
 Fin. 
Tiene un lugar y un tiempo. Finaliza cuando la experiencia se agota, o cuando resulta amenazado por 
circunstancias perturbadoras internas o externas. Es Opuesto a la Masturbación. En este sentido se 
diferencia de Melanie Klein. “Jugar es Hacer”, dice Winnicott, del hacer en un sentido subjetivo.
Lo Primario es el Juego como Desarrollo de la Subjetividad. Para que haya juego no tiene que haber
un componente excesivo de angustia. Una de las funciones principales del juego es poner límite a esa
entrada.
Tratándose de jugar…
En 1920 la atención de Freud se dirige al problema de la repetición; el juego es repetición. El autor 
introduce esta problemática en el juego: “fort”, planteado como Repetición de Situaciones Penosas.
Freud, con la Segunda Tópica presenta al juego como repetición, ligado a pulsión de muerte.
Winnicott es un autor que valoriza el juego por sí mismo como acto más que como expresión, como 
experiencia o como proceso más que por su resultado.
El juego está siempre muy ligado, a los aspectos más creativos de la subjetividad humana que incluyen 
entre otros, un estado mental de ilusión. La función del juego será la de aliviar al sujeto de la constante
tensión que se produce por la puesta en relación de la realidad del adentro y la realidad del afuera, aquella 
que permite tomar contacto con el sentido personal de cada sujeto y con el mundo que lo rodea.
Fobias en la infancia
Autor: Ariel Pernicone
La estructura de la fobia
La Fobia, es Inherente a la Constitución Subjetiva, es un pasaje ineludible para que advenga lo que 
Freud ha nombrado como neurosis infantil. La fobia irrumpe, pone en juego para el “parlétre”, un 
“momento crítico”, una encrucijada en la estructuración de su subjetividad.
El caso publicado por S. Freud en 1909, “Análisis de la fobia de un niño de cinco años: el pequeño 
Hans”. “el caso Juanito”.
Es en sí mismo, una referencia para la práctica del psicoanálisis ya que nos hace recorrer los vericuetos de 
la constitución subjetiva, los tiempos lógicos de esos momentos instituyentes en que el complejo de 
castración hace su aparición. Pone en trabajo las consecuencias subjetivas de la entrada de la 
castración como complejo nodular de las neurosis.
La fobia como estructurante de la neurosis, en tanto reveladora del “drama de la relación del deseo 
del sujeto con el deseo del Otro”, la función de la angustia en la estructura y el recorrido que, es 
inevitable para este niño (Hans para Freud), y para otros niños, que puede desembocar en la constitución
del síntoma fóbico.
La fobia como encrucijada
En el Seminario 16 “De otro al otro”. “No debe verse la fobia en absoluto como entidad clínica, sino 
como una Placa Giratoria…Ella vira muy frecuentemente hacia las dos órdenes de neurosis, histeria
y neurosis obsesiva, también realiza la unión con la estructura de la perversión, nos ilustra en suma 
sobre todo tipo de consecuencias que tiene, y que no necesitan en absoluto limitarse a un tema particular 
para ser perfectamente perceptibles. 
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Alderete Alexis
Veremos como en la estructuración subjetiva es ineludible el pasaje por un momento fóbico que se plantea
para el sujeto en cuestión como una encrucijada, como cruce de una serie de variables que producen la 
tensión que es estructural en la subjetividad de los seres hablantes.
Lacan nos habla de la Placa Giratoria, puede girar hacia las “dos grandes órdenes de neurosis”: 
Histeria y Neurosis Obsesiva. La fobia puede ser aislada en “contextos diversos”, acompañando distintas
situaciones subjetivas, pero nunca en el sentido de pensarla como entidad clínica.
Cuando hablamos de la fobia en la estructura estamos haciendo alusión no a una entidad clínica sino, a un 
Momento Lógico de la Estructuración Subjetiva, a ese tiempo en que La Fobia es Estructurante de la
Neurosis. El encuentro con la castración materna, que desata lo que Freud denomina la castración como 
complejo, se hace presente en la subjetividad y produce efectos en ese momento lógico en que la 
estructura del lenguaje sella su contundente marca sobre el ser hablante.
Cabe aclarar que esta encrucijada que es la fobia, por supuesto excede la infancia, es de la estructura del 
sujeto, del ser hablante, aunque en este caso me detenga particularmente, en esos tiempos que elijo llamar,
“Tiempos Instituyentes”.
Juanito, se va encontrando con la castración poco a poco, pequeñas dosis en principio, inadvertidas 
para él que irán dibujando lo que se constituirá en una amenaza para este niño y para todos los niños 
que vayan en camino hacia la neurosis.
Esa entrada de la castración como amenaza subjetiva cobrará su peso a partir de lo que va 
construyendo su realidad psíquica y lo que escucha en los dichos de sus padres, con la ambigüedad que 
ello conlleva. Restos de lo visto y lo oído tejen sus fantasías.
Juanito pregunta sobre los genitales, observa los genitales de los animales, de los caballos, de las niñas, 
se interesa por el falo, lo universaliza para todos los seres vivos como todo ser hablante y por ende, 
rehúsa creer que a la madre le falta un falo. Estará sumamente atento y recién resignificará la 
castración como amenaza, cuando luego de nacer su hermanita, vivencie su pene como real y 
extraiga de la masturbación una satisfacción. Principalmente, habrá algo más allá del cuerpo de la 
madre con lo que él comenzará a gozar, que es la irrupción ineludible de la vivencia de su pene como 
un real de su sexo. Es allí que Juanito contará con dos posibilidades:
 Ofrecerse como el Falo de su Madre para que a ella no le falte.
 Lo llevará a Preservar su Satisfacción Peneana que lo separa del campo materno. 
La angustia hace su aparición en esta situación subjetiva. Pesa para todo ser hablante, se precipita en 
una encrucijada y podrá responder a la angustia, con los recursos simbólicos con los que cuente: 
pesadillas, sueños, síntomas.
Hechos del lenguaje en los que el sujeto del inconsciente se va asomando en los modos de decir del niño, 
se asoman en ese camino en que la represión secundaria se va instalando. Responden con sus síntomas, y
llegan las llamadas por Freud Neurosis de Infancia.
Acerca de “la neurosis infantil”
La neurosis será desde el principio, para Freud, un texto, un jeroglífico a descifrar en los dichos de 
sus pacientes.
Entonces, antes de que Freud se interesara en Juanito, pasaron muchos neuróticos llamados “adultos” que 
le relataron su vida y muy particularmente acerca de su infancia y en estas infancias contadas por los 
adultos si pasaban cosas, siempre había en esas infancias, algún adulto que ejercía seducción sobre el niño,
tocándolo, pegándole. Luego de un recorrido sitúa esas fantasías en lo que llamó “Realidad Psíquica”.
“Moisés y la religión monoteísta”: Un trauma de la infancia puede ser seguido inmediatamente por un 
brote neurótico, por una neurosis infantil, colmada de esfuerzos defensivos expresados en la formación de 
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Alderete Alexis
síntomas. Esta neurosis puede perdurar cierto tiempo y provocar trastornos notables, pero también puede 
transcurrir en forma latente, pasando inadvertida…”Sigue Freud: “Solo raramente la neurosis infantil se 
continúa sin intervalo con la neurosis del período fisiológico de latencia. Sólo posteriormente sobreviene 
el cambio que da lugar a la manifestación de la neurosis definitiva, como efecto tardío del trauma: sucede 
esto, bien con la irrupción de la pubertad, bien algún tiempo después…”
De la lectura que hace el niño del discurso de “esos adultos” que están a su cuidado y de la apropiación del
lenguaje que él mismo ejercita gustosamente cuando las cosas van bien; deviene una redimensión de lo 
pulsional, irrumpe lo pulsionalen el cuerpo del niño novedosamente en tanto éste se anoticia de “otra 
satisfacción”. Satisfacción que lo separa del “otro materno”.
La pregunta que desatará la angustia del lado del niño y que puede llevarlo a períodos de neurosis 
en la infancia, podría formularse: ¿Qué desea mi madre? Pregunta que se resignificará en la 
pubertad, en que se reordena una nueva economía de goce, ya que el sujeto dispondrá de la posibilidad 
del acto sexual y ello cambia el escenario de la pregunta y los actores en cuestión. Se perfilará la 
pregunta, resignificación puberal mediante: ¿Qué quiere una mujer?
La función de la fobia: lo que la fobia estructura
“La Fobia Introduce en el mundo del niño una Estructura, sitúa precisamente en primer plano la
Función de un Interior y un Exterior”
¿Qué es la fobia?
Delimita un Espacio, un Interior y un Exterior, un interior del Campo Materno. Funda el campo del
gran Otro como lugar.
Sumerge al niño, en un momento crítico, atravesado por la angustia. Para todo sujeto es la entrada a la 
neurosis, implica el encuentro con el complejo de castración presentificado en la castración materna.
El significante de la fobia va a devenir el significante del gran Otro. Se convierte en un “drama” que 
Juanito no puede resolver de otra manera que haciendo surgir ese “significante llave”: Caballo. Resuelve
en el síntoma fóbico-miedo al caballo, este drama estructural, el de todo ser hablante.
Se le hace necesaria la constitución del síntoma fóbico como a tantos niños por los que nos consultan. 
La fobia y la angustia
La línea divisoria entre la angustia y la fobia es muy sensible, el objeto fobígeno, representado en el 
significante caballo, pone a Juanito en relación a la angustia. El caballo va al lugar del objeto de la 
angustia. La angustia sigue presente, bajo ciertas condiciones. La ganancia subjetiva en este caso para el 
niño es que la angustia quedará enmarcada en relación al significante fijado por la fobia. “Lacan ubica allí 
frente a la angustia, el recurso de fomentarse el miedo a un tigre de papel”.
Resuelve la certeza angustiante que le genera quedar encerrado en las demandas de su madre es 
decir, responder a sus demandas, las de su madre, de falo. Con la Fobia se Previene del Deseo.
La Primera Entrevista con el Psicoanalista
Autor: Maud Mannoni
Especificidad del psicoanálisis
Debemos inquietarnos, ante la existencia de tantas consultas “psi…” y de consejeros para padres en 
dificultades, que se convencen con excesiva facilidad de su incompetencia educativa, y están listos a dejar 
sus responsabilidades paternas, en manos técnicas, de la misma forma en que ponen sus autos en manos de
los mecánicos. Creen aún que el psicoanalista va a hacer esto o aquello, va a influir, moralizar en suma, va
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Alderete Alexis
a actuar con sus palabras como con un remedio; mediante una especie de sugestión, para llevar al sujeto a 
que se comporte “bien”.
El psicoanalista no agrega algo nuevo. Permite Encontrar una Salida a las Fuerzas Emocionales
Veladas que Están en Conflicto, pero el que las debe dirigir es el paciente mismo…
El psicoanálisis terapéutico es un método de búsqueda de verdad individual más allá de los 
acontecimientos.
Lo que busca el psicoanálisis terapéutico no es nada más que la restauración de su persona original, 
liberada de su espera ilusoria o de estos efectos-shocks y contra-shocks frente al otro, y en algunos casos 
la logra.
Especificidad del psicoanalista
Comprenderá el sentido que tiene decir, cuando se habla del psicoanalista: 
Lo que Constituye su Especificidad es su Receptividad, su “Escucha”.
En presencia de un psicoanalista, estas personas hablarán, en un principio, de la misma forma en que le 
hablarían a cualquiera. Sin embargo, la forma de escuchar de aquel, una “escucha” en el sentido pleno 
del término, logra por sí sola que su discurso se modifique y asuma un nuevo sentido a sus propios 
oídos. El psicoanalista no da la razón ni la niega; sin juzgar, escucha. La manera de escuchar encierra 
un llamado a la verdad que los compele a profundizar su propia actitud fundamental frente al paso que 
están dando y que muestra ser completamente diferente a todo otro contacto con psicólogos, educadores o 
médicos.
Hasta el primer encuentro con el psicoanalista, el problema, es abordado solo a nivel del objetivo de la 
consulta, y esta se plantea siempre en relación con fines de carácter negativo para el medio. Si el sujeto es 
efectivamente creativo y no está sólo sometido a las exigencias de los adultos. Si está protegido contra 
tensiones internas, liberado, al menos en sus pensamientos y juicios, de la dependencia frente al deseo del 
otro, si se siente cómodo en el trato con compañeros de ambos sexos de su generación. Si muestra la 
elasticidad caracterológica y mímica que caracteriza a la salud mental. Para el psicoanalista, importa lo 
que el síntoma significa para el que, con tal o cual conducta, actualiza el sentido fundamental de su 
dinámica, y las posibilidades de futuro que, para este sujeto, el presente prepara, preserva o 
compromete.
El psicoanalista intenta oír, detrás del sujeto que habla, a aquel que está presente en un Deseo que la
angustia autentifica y oculta a la vez, amurallado en ese cuerpo y esa inteligencia más o menos 
desarrollada, y que intenta la comunicación con otro sujeto. 
El psicoanalista permite que las angustias y los pedidos de ayuda de los padres o de los jóvenes sean
reemplazados por el problema personal y específico del Deseo Más Profundo del Sujeto que Habla.
Este efecto de revelador él lo logra gracias a su “escucha” atenta y a su no respuesta directa al 
pedido que se le hace de actuar para lograr la desaparición del síntoma y calmar la angustia. Al 
suscitar la verdad del sujeto, el psicoanalista suscita al mismo tiempo al sujeto y a su verdad. En un 
segundo momento, el momento de la cura psicoanalítica, el Sujeto Descubrirá por Sí Mismo su 
verdad y la libertad relativa de su posición libidinal en relación con su medio; el lugar de la 
revelación de este segundo momento es la Transferencia. El lector aprehenderá sin dificultad cómo ser 
un ser humano, desde su vida prenatal, está ya marcado por la forma en que se lo espera, por lo que luego 
representa su existencia real para las proyecciones inconscientes de sus padres; estos, al actuar como 
interlocutores y modelos naturales, alteran con demasiada frecuencia, en el niño, el sentido preciso de las 
vivencias suscitadas por determinadas palabras, y ello desde su nacimiento en algunos casos. 
¿Cuál es entonces, el rol del psicoanalista? Consiste en una Presencia Humana que Escucha. Esta 
formación le ha permitido llegar a una cierta autenticidad de su ser, el que está detrás del robot que en 
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Alderete Alexis
cierto grado somos todos debido a la educación. A través de lo que se le dice, su sensibilidad receptora le 
permite oír los varios niveles del sentido subyacente emocional, que hay en el paciente.
Las relaciones dinámicas inconscientes padres-hijos, su valor estructurante sano o patógeno
Donde el lenguaje se detiene lo que sigue hablando es la conducta; cuando se trata de niños 
perturbados, es el niño quien, mediante sus síntomas, encarna y hace presentes las consecuencias de 
un conflicto viviente, familiar conyugal, camuflado y aceptado por sus padres.
El niño es quien soporta inconscientemente el peso de las tensiones e interferencias de la dinámica 
emocional sexual inconsciente de sus padres, cuyo efecto de contaminación mórbida es tanto más 
intenso cuanto mayor es el silencio y el secreto que se guardan sobre ellas. La elocuencia muda de un 
trastorno de reacción en los niños hace presentes al mismo tiempo su sentido y sus consecuencias 
dinámicas inconscientes. En resumen, el niño o el adolescente se convierten en portavoces de sus 
padres. De este modo, los síntomas de impotencia que el niño manifiesta constituyen un reflejo de 
sus propias angustias y Procesos de Reacción frente a la angustia de sus padres.En la primera infancia, casi siempre los trastornos son de reacción frente a dificultades de los 
padres, y también ante trastornos de los hermanos o del clima interrelacional ambiente. El niño o el 
joven, que ya por sí mismo debe enfrentar duras pruebas, no encuentra más seguridad en su medio social y
tampoco en sus padres, tal como sucedía en las lejanas épocas en que el recurrir a ellos en las situaciones 
de peligro constituía la suprema fuente de protección.
Casos clínicos que ilustran todos los grados de perturbación; estos se originan, en forma notoria, en la falta
de una presencia sensata a una edad temprana, en la ausencia de una situación triangular socialmente sana 
o en la falta de aclaraciones verbales a preguntas explícitas o implícitas del niño; este encuentro 
tardíamente la respuesta en un acontecimiento traumático, que no comprende, y que lo trastorna completa 
o parcialmente, porque, al no habérselo explicado a tiempo, se siente abrumado por él. Esta experiencia 
emocional confusa, enquistada en mayor o menor grado, lo ha hecho frágil a toda puesta a prueba de su 
narcisismo y, semejante a un sonámbulo que se despierta y que se asusta ante la realidad, cada 
acontecimiento ulterior que lo pone a prueba lo hace caer un poco más en la confusión y la 
irresponsabilidad creciente.
¿Cuáles son entonces las condiciones necesarias y suficientes que deben estar presente en el medio de un 
niño para que los conflictos inherentes al desarrollo de todo ser humano puedan resolverse en forma sana, 
es decir creadora, para que surja una persona activa y responsable en el momento decisivo del Edipo y de 
su resolución en la reestructuración de los afectos, de las identificaciones y de los deseos incestuosos, para
que la angustia de castración ligada al complejo de Edipo conduzca al abandono de las fantasías arcaicas o
perversas intrafamiliares y permita que el sujeto se expresa en la vida social mixta y la vida cultural 
simbólica, aceptando sus leyes.
La única condición, es que el niño no ha sido tomado por uno de sus padres como sustituto de una 
significación aberrante, incompatible con la dignidad humana o con su origen genético.
Para que esta condición interrelacional del niño sea posible, estos adultos deben haber asumido su 
opción sexual genital en el sentido amplio del término, emocional, afectivo y cultural, 
independientemente del destino de este niño. Ello quiere decir que el sentido de su vida está en su 
cónyuge, en los adultos de su misma edad, en su trabajo, y no en el hijo o en los hijos; quiere decir 
que el pensamiento o la preocupación por este niño, el trabajo hecho para él, el amor hacia él, no dominan 
nunca su vida emocional, en lo que se refiere a emociones tanto de orden positivo como negativo. 
El medio parental sano de un niño se basa en que Nunca Haya una Dependencia Preponderante del
Adulto Respecto del Niño y que dicha dependencia no tenga una mayor importancia emocional que la
que este adulto otorga a la afectividad y a la presencia complementaria de otro adulto.
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Alderete Alexis
La profilaxis mental de las relaciones familiares patógenas
Lo que tiene importancia, es el Conjunto de las Percepciones del Niño y el Valor Simbólico 
Originado en el sentido que asumen estas percepciones para el narcisismo del sujeto. La imposición 
del silencio ante las preguntas y las palabras del niño o la falta de diálogo respecto de estas percepciones, 
no integran, en realidad, esta percepción real del niño al mundo humano, y las relegan, a ellas y a quien las
ha vivido con pena o con placer, el mundo de la mentira.
Toda vez que antes de la edad de la resolución edípica (6-7 años como mínimo) uno de los elementos 
estructurantes de las premisas de la persona es alterado en su dinámica psicosocial (presencia o ausencia 
de uno de los padres en un momento necesario, crisis depresiva de uno de ellos, muerte que se esconde), la
experiencia psicoanalítica nos muestra que el niño está informado de ello en forma total e inconsciente y 
que se ve inducido a asumir el rol dinámico complementario regulador como en una especie de 
homeostasis de la dinámica triangular padre-madre-niño. Esto es lo patógeno para él. Se le oculta la 
realidad, que él de todas formas padece.
Sustitución de los roles en la situación triangular padre-madre-hijo
Toda asimilación de la madre al rol del padre es patógena, tanto cuando la madre decreta que el 
padre es incapaz y se coloca en su lugar, como cuando él está ausente o ella no toma en cuenta sus 
deseos. En efecto, cabe preguntarse en relación con qué o con quién, la madre lo juzga insuficiente y 
lo sustituye. Al actuar de este modo, la madre se refiere obligatoriamente a su propio padre, o si no a 
un hermano, o a su propia homosexualidad latente o a otros hombres de más valor que el padre del 
niño, hombres idealizados por ella, quien se siente impotente por no haberlos escogido como 
compañeros. Toda vez que los progenitores son impotentes para satisfacer el rol del que son responsables 
y son reemplazados por alguna otra persona entre sus hermanos o a sus ascendientes, se produce también 
una distorsión; en dicho caso la situación triangular existe, pero la persona que sirve de apoyo a la 
imagen paterna o materna no está marcada con una rivalidad sexual, por el rol real de cónyuge 
genital en relación con la madre o con el padre del sujeto, es decir no es el rival que, a través de la 
angustia de castración, regula sus aspiraciones incestuosas.
La situación particular de cada ser humano en su relación triangular real y particular, por dolorosa
que sea o haya sido, conforme o no a una norma social, y, si no se la camufla o falsifica en las
palabras, es la única que puede formar a una persona sana en su realidad psíquica, dinámica,
orientada hacia un futuro abierto.
Cualquiera sea el sujeto, esta situación triangular se construye a partir de su existencia inicial en el 
momento en que él la concibe, y luego, en su inexistencia o en su existencia hechas presentes, en su 
primera y segunda infancia, por sus verdaderos progenitores.
El complejo de Edipo y su resolución. Patogenia o profilaxis mental de sus trastornos.
El complejo de Edipo, cuya organización se instaura desde los Tres Años con la certidumbre de su 
sexo, y se resuelve (nunca antes de los seis años) con la Resolución y el Desprendimiento del Placer 
Incestuoso, es la encrucijada de las energías de la infancia a partir de la cual se organizan las avenidas de 
la comunicación creadora y de su fecundidad asumible en la sociedad.
Esta dinámica profunda de los instintos de los niños, que los lleva a rivalizar con el padre del mismo sexo 
y a obtener los favores del otro, choca, en los casos de salud afectiva de los padres, con un muro, un 
escollo: la inalterabilidad del sentimiento y del deseo sexual de cada adulto hacia el otro. Ello se debe a 
que la ley del incesto no solo es una ley escrita, sino también una ley interna, propia de cada ser 
humano, y que al no ser respetada mutila profundamente al sujeto en sus fuerzas vivas, somáticas o 
culturales. 
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Alderete Alexis
El niño crece con la esperanza de lograr que algún día se realice su deseo de amor, la esperanza
arraigada de poseer un día al padre del sexo opuesto, de ser el único elegido por él.
Esta esperanza determina que el niño otorgue valor a su pequeño mundo familiar. Llegado a los 7 años de 
edad, debe renunciar a todo lo que lo hizo crecer, a todo lo que le otorgaba un valor a sus experiencias, 
sacrificar o al menos olvidar el placer dado a su amado. Si no renuncia a ello, se produce una conmoción 
considerable o si no un bloqueo masivo en la evolución del niño, trastorno irremediable sin un 
psicoanálisis. Y de acuerdo a su edad, es un impotente sexual. Su imaginación, ligada a ese amor 
incestuoso inconsciente, sigue siendo la de un niño, es decir que, si desea ignorar tanto su deseo en sí 
como el objeto de su deseo o la ley que le prohíbe para siempre el realizarlo, el resto de la adaptaciónque 
pueda estar logrando en apariencia es solo una frágil fachada. Es un impotente sexual, es decir, impotente 
como creador, y la primera dificultad con que lo enfrente la realidad determina su derrumbe.
Si no adquiere el dominio consciente de la ley que rige la paternidad y las relaciones familiares, cuya 
ausencia se manifiesta en la carencia de ideas claras acerca de los términos que las expresan, las 
emociones y los actos de este sujeto están condenados a la confusión y su persona al desorden y al fracaso.
Su moral sigue refiriéndose a la época pregenital infantil, en la que el bien y el mal dependían de lo que 
podía ser o no dicho a mamá o a papá, del “solo sé lo que se me ha enseñado”; el “aparentar” para 
“agradar” o “no desagradar” constituye el único criterio de su moral. Cuando no se han resuelto a los 7 
años, los conflictos edípicos se reactivan con el desarrollo fisiológico de la pubertad, y dan lugar a la 
culpabilidad y la vergüenza frente a la aparición de los caracteres secundarios visibles.
¿Qué quiere decir Resolución Edípica, la que se presenta como la clave del éxito o, por el contrario, de 
una cierta morbidez psicológica en los seres humanos? Se trata de una Aceptación de la Ley de 
Prohibición del Incesto, de una renuncia, incluso a nivel imaginario, al deseo de contacto corporal 
genital con el progenitor del sexo complementario y a la rivalidad sexual con el del mismo sexo. Esta 
aceptación, que coincide por otra parte con la época de la caída de los dientes, es también, una aceptación 
del duelo de la vida imaginaria infantil protegida, ignorante, llamada inocente; se trata también de una 
eventual aceptación de la muerte posible de los padres. Las pesadillas o las escenas de oposición de 
caracteres o de celos de amor que traducen el período crítico de los 7 años cesan, ya no aparecen más los 
pequeños síntomas que caracterizan la vida de todos los niños en esa época. El niño, en circunstancias 
favorables, comienza a desinteresarse en forma cortés, de la impresión que causa a su padre o a su madre, 
a despreocuparse por su vida íntima que, hasta el momento en que conoció su sentido.
El hecho de que el complejo de Edipo ha sido resuelto se manifiesta en forma indirecta cuando el niño que
se desenvuelve bien en el hogar puede desplazar la situación emocional triangular primitiva y situarla en el
medio ambiente, en la escuela y en las actividades lúdicas. El niño que no ha resuelto su Edipo sigue 
estando muy dominado por el ambiente emocional de su relación con el padre o con la madre. Con 
sus escasos compañeros el niño repite situaciones de pareja o entra en conflicto en situaciones en las que 
participan muchas personas por crisis de celos de tipo homosexual.
Un psicoanálisis permite que el sujeto, por fin, explicite y resuelva su Edipo. 
Un niño puede ser esperado como aquel que debe colmar los sentimientos de inferioridad de su padre, que 
nunca dejó de ser un niño desconsolado por no haber nacido niña, capaz de gestar un ser viviente de la 
misma forma en que lo había hecho su madre. Ese niño necesario para su padre o para su madre, está ya, 
herido desde un punto de vista simbólico en su potencia de desarrollo. En resumen, todo niño está 
marcado por esta situación real. El rol desestructurante o inhibitorio del desarrollo no depende de la 
ausencia de los padres (esta ausencia siempre es dolorosa, pero la presencia de ellos también puede serlo;
en todo caso, todo dolor puede ser sano, cuando el niño, habiéndolo reconocido como tal, puede 
estructurar sus defensas compensadoras). Todas las palabras neurotizantes se originan en las mentiras 
que impiden que los hechos reales hagan surgir los frutos de la aceptación, a partir de la situación 
real.
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Alderete Alexis
Si no media un psicoanálisis, esta situación lo llevará a buscar, en la pubertad, la fijación a una opción de 
complemento ulterior extrafamiliar, de tipo invertido o indeciso, a buscar personas que no serán en 
absoluto complementarias de su verdadera naturaleza genital, que se mantuvo confusa. El niño necesita la
solidez de la pareja paterna para que sus fantasías de triunfo edípico fracasen ante la realidad.
Cada caso patológico es la mímica de un discurso no verbalizado, que significa la afirmación o la 
anulación de la dinámica del sujeto por quien se consulta. Se trata de una inmadurez de la libido, de 
represiones o perversiones sexuales, fruto de una carencia sucesiva de resoluciones edípicas.
¿En qué consiste entonces la entrevista con el psicoanalista?
Lacan puso el acento en mayor grado en el Discurso del Sujeto, debido a que el sujeto integra su 
propia historia a su discurso en una forma determinada y a que constituye su pensamiento en una 
dialéctica mediante su palabra. Nos dice Lacan, Freud descubrió el idioma primitivo de los símbolos,
vivo aún en el sufrimiento del hombre de la civilización.
La Primera Entrevista, tanto con el niño como con los padres, Muestra la Especificidad de mi
Escucha Psicoanalítica.
En función de ella, por ejemplo, porque se tiene “miedo a la transferencia”. Me suele formular en algunos 
casos, al final, estas palabras clave: “Este niño me cansa, no puedo aguantarlo, no puedo soportar más ser 
madre en el hogar, quisiera trabajar”. 
Lo que es peligroso para el niño es la mentira de la madre a sí misma. “Yo sabía que este hijo no era 
de mi marido, pero no quería saberlo.” Ser consciente de ello, supone también asumirlo plenamente en 
su destino de madre y esposa; el problema, le es propio, y es perjudicial que finja que no le atañe. El niño 
siempre es sensible a este tipo de mentira. Por otra parte es sensible a todo lo que no se dice.
Por lo general cada miembro de la familia suele vivir una situación familiar de acuerdo con una 
forma que le es propia. Viven uno junto a otro, y, en realidad, ignoran todo lo referente al otro. El hecho 
de compartir el cubierto, un techo, placeres, un lecho, parecería bastar, ya que son pocos los que intentan 
saber quién es aquel con el que dicen “vivir”. Es posible que la verdadera forma de pudor resida en ello: es
difícil compartir la intimidad, y quizás, y en primer lugar, especialmente difícil hacerlo consigo mismo. 
La primera entrevista con el psicoanalista es más reveladora en lo que se refiere a las Distorsiones 
del Discurso que a su contenido mismo.
Si algo se pierde en la confrontación con el analista, es una cierta mentira; a través de este abandono, 
el sujeto recibe en cambio y como verdadero don, el acceso a su verdad.
Cuando los padres consultan por su hijo, más allá de este objeto que le traen, el analista debe esclarecer 
el sentido de su sufrimiento o de su trastorno en la historia misma de los dos padres. Emprender un 
psicoanálisis del niño no obliga a los padres a cuestionar su propia vida. Al comienzo, antes de la 
entrada del niño en su propio análisis, conviene reflexionar sobre el lugar que ocupa en la fantasía 
parental. 
El niño neurótico, por su parte, paga este deseo de evolución personal incluso hasta con un daño 
orgánico muy serio. Algunas afecciones (epilepsia) son agravadas de este modo por la ansiedad del 
medio; que compromete el éxito de un tratamiento médico. Madre e hijo deben ser considerados entonces 
en el plano psicoanalítico: la evolución de uno es posible solo si el otro la puede aceptar.
A través del Otro, la entrevista con el psicoanalista es un encuentro con su propia mentira. El niño 
presenta esta mentira en su síntoma. Lo que daña al niño no es tanto la situación real como todo lo que 
no es dicho. 
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La entrevista inicial con los padres
Autor: Aberastury
Cuando los padres deciden consultarnos sobre el problema o enfermedad de un hijo les pido una 
entrevista.
Aunque sugerimos la conveniencia de verlos a ambos, lo frecuente es que acuda la madre, 
excepcionalmente el padre y muy pocas veces los dos. Cualquiera de estas posibles situaciones es, en sí 
misma, reveladora del funcionamiento del grupo familiar en la relación conel hijo.
Cuando la entrevista es con ambos padres, cuidaremos de no mostrar preferencias, aunque inevitablemente
se producirá un mayor entendimiento con uno de ellos. 
Hay que tender a aliviarles la angustia y la culpa que la enfermedad o conflicto de un hijo despiertan y 
para eso debemos asumir desde el primer momento el papel de Terapeutas del Hijo y hacernos cargo 
del problema o del síntoma.
Los datos que nos dan los padres suelen ser inexactos, deformados o muy superficiales.
No consideramos conveniente finalizar la entrevista sin haber logrado los siguientes datos básicos que 
necesitamos conocer antes de ver al niño:
1) Motivo de la consulta.
2) Historia del niño.
3) Cómo se desarrolla un día de su vida diaria, un domingo o feriado y el día de su cumpleaños.
4) Cómo es la relación de los padres entre ellos, con sus hijos y con el medio familiar inmediato.
Es necesario que esta entrevista sea dirigida y limitada de acuerdo con un plan previo, porque de no ser así
los padres, aunque conscientemente vienen a hablar del hijo, tienen la tendencia a escapar del tema 
mediante confidencias sobre ellos mismos. La entrevista que hemos acordado es para que nos hablen del 
hijo y de su relación con él y no debemos abandonar este criterio durante todo el curso del tratamiento.
Motivo de la consulta
El escollo más difícil para los padres es hablar de lo que no anda bien en y con el hijo. La resistencia 
a hacerlo no es consciente; ésta ya la han vencido cuando decidieron consultarnos.
Registraremos minuciosamente las fechas de iniciación, desarrollo, agravación o mejoría del 
síntoma para luego confrontarlas con las que consignemos en el transcurso de la entrevista.
Al sentirse aliviados recuerdan más correctamente los acontecimientos sobre los cuales los interrogaremos
en la segunda parte. Sin embargo con frecuencia ocurren olvidos totales o parciales de hecho importantes, 
que meses después nos comunica el niño estando en tratamiento. También los padres, siempre que por la 
mejoría del hijo haya disminuido suficientemente la angustia que motivó el olvido, podrán recordar las 
circunstancias desencadenantes reprimidas en la entrevista inicial.
La comparación de los datos obtenidos durante el análisis del niño con los suministrados por los
padres en la entrevista inicial es de importancia para valorar en profundidad las relaciones con el
hijo.
Historia del niño
Saber la respuesta emocional, en especial de la madre, ante el anuncio del embarazo, si fue deseado o 
accidental, si hubo rechazo abierto con deseo de abortar e intentos realizados, o si lo aceptaron con alegría.
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Les pregunto luego evolucionaron sus sentimientos. Es un hecho comprobado que el rechazo emocional 
de la madre, sea al sexo de su hijo como a la idea de tenerlo deja huellas profundas en el psiquismo de 
éste.
La respuesta que brinda la madre a cómo sobrellevó su embarazo nos indica cuál fue la iniciación de 
la vida del hijo. No espero que la respuesta sea un fiel reflejo de la verdad, pero, en cambio, lo que los 
padres nos dicen confrontado con el material ofrecido por el niño, será de gran utilidad en la investigación.
En algunos casos hubo al principio una ocultación consciente de hechos importantes; sin embargo, la 
mayoría de las veces se trata de olvidos, omisiones o deformaciones de recuerdos por conflictos 
inconscientes.
Aunque en realidad muchos niños no son deseados por sus padres, la respuesta que obtenemos en la 
mayoría de los casos es que fueron deseados, y si aceptan el rechazo lo atribuyen al otro cónyuge.
Difícilmente las madres recuerdan y valoran conscientemente la importancia de los hechos relacionados 
con el embarazo y parto, pero en su inconsciente todo está grabado. No debemos, pues desconcertarnos si 
al interrogatorio sobre el parto suelen respondernos solamente si fue largo o corto. Conviene preguntar si 
fue a término, inducido, si se dio anestesia, qué relación tenía la madre con la partera o partero.
Cuando obtuvimos suficiente información sobre el parto preguntamos si la lactancia fue materna.
La forma en que se establece la relación con el hijo nos proporciona un dato importante no sólo de 
la historia del paciente sino de la madre y de su concepto de la maternidad. Es de suma importancia 
en el desarrollo posterior del niño la forma en que se establece la primera relación postnatal. Conocemos 
bastante la trascendencia del trauma del nacimiento durante toda la vida del sujeto: la observación de 
lactantes y el análisis de niños pequeños nos han enseñado mucho sobre la forma de ayudarles a elaborar 
ese trauma. Uno de los elementos primordiales con tal fin es facilitarle al bebe un suficiente contacto 
físico con su madre luego de nacer.
Dar es para ella una renovación constante de lo que ella misma recibió cuando hija; por esto cuanto 
más da y en mejores condiciones, más se enriquece su vínculo con la madre interna. La indicación tan 
frecuente de llevar al bebe lejos de la madre para que ésta descanse es totalmente errónea porque ni uno ni 
otro descansan bien al estar frustrados en esa necesidad tan intensa. Otra finalidad de establecer una 
lactancia a ritmo regular y no librada a la necesidad expresada por el niño es la ayuda que le ofrecemos así
al bebe para dominar la ansiedad, una de las más arduas tareas a las que está sometido el yo después de 
nacimiento. Cuando una madre nos refiere las características de la lactancia debemos insistir en saber lo 
más posible sobre cómo se han cumplido estas exigencias básicas para ambos. Una madre sana no necesita
consejos para criar a su hijo y la comprensión de sus necesidades la lleva instintivamente a darle contacto, 
cariño y alimento. Sólo por inhibiciones o deformaciones del ser humano estos hechos básicos deben ser 
enseñados, o más bien diría, reenseñados. Nada de lo que acontece en el bebe, hambre, frío, sed, necesidad
de contacto, escapa a la comprensión de una madre que siente que está ligada a su hijo por algo tan sutil y 
firme como lo fue el cordón umbilical en la vida intrauterina.
Si se le obliga y él no puede defenderse, lo ingiere, reforzando así la imago terrorífica. Por eso es de gran 
utilidad para comprender la relación madre-hijo interrogarla sobre la forma en que solía calmarlo cuando 
lloraba y cómo reaccionaba cuando pretendía alimentarlo y él rechazaba el alimento; esto también puede 
enseñarnos mucho sobre las primeras experiencias del niño.
Cuando preguntamos a las madres cuántas horas después del parto vieron a su hijo y lo pusieron al pecho, 
suelen asombrarse y no recordarlo. Emociones tan intensas por lo general están totalmente reprimidas por 
conflictos. La experiencia muestra que cuanto mejor ha sido esa primera relación más fácil y 
detalladamente la recuerdan.
Si la madre no ha podido alimentar a su hijo o lo ha hecho muy poco tiempo, conviene preguntar en 
detalle la forma en que le dio la mamadera: si lo sostenía en íntimo contacto con su cuerpo o si se la daba 
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acostado en su cuna, si el agujero de la tetina era pequeño o grande y cuánto tardaba el bebe en 
alimentarse. 
Siguiendo con la historia preguntaremos cómo aceptó el bebe el cambio de alimentos del pecho a la 
mamadera, de la leche a otros alimentos, de líquidos a sólidos como papillas o carne, que le exige 
masticación. El pasaje del pecho a otra fuente de gratificación oral exige un trabajo de elaboración 
psicológica, que Melanie Klein descubrió similar al esfuerzo al cual se ve sometido el adulto cuando 
elabora el duelo de un ser amado.
Si nos informa que frente al cambio de alimentos el bebe reaccionó con rechazo, preguntaremos los 
detalles de cómo se hizo, si fue pacientemente o con irritación, pudiendo así ir reconstruyendo el cuadro.
Es importante investigar la fecha del destete y sus condiciones. A veces descubrimos que el chupete o 
la mamadera se han mantenido hasta los 5 o 6 años, aunque hayan dicho al principio que el destete ocurrió
a los 9 meses.
Las relacionesde dependencia e independencia entre madre e hijo se reflejan también en el interjuego que 
se inicia cuando un bebe comienza a sentir necesidad de moverse por sí mismo y la expresa. La madre 
puede ver o no esta necesidad y frustrarla o satisfacerla. Entre el tercer y cuarto mes de vida el niño entra 
en un período en el que su psiquismo es sometido a exigencias nuevas y definitivas, que se concretan en la
segunda mitad del primer año de vida con la iniciación de la marcha y el lenguaje.
Cuando el niño pronuncia la primera palabra tiene la experiencia de que ésta lo conecta con el mundo y es 
un modo de hacerse comprender. La aparición del objeto que nombra, así como la reacción emocional ante
su logro, justifican sus creencias en la capacidad mágica de la palabra. Inicialmente ésta es una relación 
con objetos internos, como antes fue el jaleo y por el aprendizaje gradual las pruebas de realidad. El 
lenguaje se transforma en un sistema de comunicación.
El retraso en el lenguaje o inhibición en su desarrollo son índices de una seria dificultad en la 
adaptación al mundo.
Es frecuente que los padres no recuerden la edad en que el niño pronunció la primera palabra o el 
momento en que se presentaron los trastornos. En este período de la vida la figura del padre cobra una 
gran importancia y su ausencia real o psicológica puede trabar gravemente el desarrollo del niño aunque la
madre lo comprenda bien y lo satisfaga.
Por eso cuando preguntamos a la madre a qué edad caminó su hijo estamos preguntando si cuando él 
quiso caminar ella se lo permitió de buena gana si lo favoreció, lo trabó, lo apuro o se limitó a observarlo 
y responder a lo que él pedía.
Para el niño la marcha tiene el significado, de la separación de la madre, iniciada ya con el 
nacimiento. Por lo tanto, la madre comprensiva deja caminar a su niño sin apurarlo ni trabarlo de modo 
que el desprendimiento sea apacible y gozoso, ofreciéndole así una pauta de conducta que lo guiará en sus 
pasos en el mundo.
En la segunda mitad del primer año se intensifican en el niño tendencias expulsivas que se manifiestan en 
su cuerpo y en su mente. La proyección y la expulsión son la forma de aliviar las tensiones y si estos 
mecanismos se traban, las cargas emocionales se acumulan produciendo síntomas.
Uno de los más frecuentes en ese período de la vida es el insomnio; este y muchos otros se incluyen en los
cuadros patológicos habituales del niño durante el período de la dentición. Nos interesará saber si la 
aparición de las piezas dentarias se acompañó de trastornos o si se produjo normalmente y en el momento 
adecuado. Interrogamos luego sobre el dormir y sus características porque están muy relacionados. 
En caso de haber trastornos de sueño preguntamos cuál es la conducta con el niño y cuáles son los 
sentimientos que despierta en los padres el síntoma. 
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El uso del chupete como hábito destinado a conciliar el sueño es uno de los factores que favorecen el 
insomnio. Los padres suelen decir que el bebe no duerme si se lo quitan.
El destete que habitualmente ocurre al final del primer año de vida significa mucho más que dar al niño un
nuevo alimento. Es la elaboración de una pérdida definitiva y depende de los padres el que se realice con 
menos dolor; pero esto sólo pueden saberlo si ellos mismos lo han elaborado bien.
Cuando sabemos a qué edad y en qué forma se realizó el control de esfínteres, se amplía nuestro 
conocimiento sobre la madre. Hemos encontrado que si el aprendizaje del control de esfínteres es muy 
temprano, muy severo, conduce a grave trastornos, en especial a la enuresis.
Un bebe de pocos meses no tiene un desarrollo motor que le permita permanecer sentado en el original o 
levantarse a voluntad; éste es uno de los motivos por el cual se aconseja iniciar el aprendizaje cuando el 
niño dispone de la marcha. No es conveniente un control prematuro si se considera que la materia fecal y 
orina son sustancias que tienen para el inconsciente el significado de productos que salen del cuerpo y 
cumplen la función de tranquilizarlo de sus angustias de vaciamiento, normales a esa edad.
Si el aprendizaje, además de ser precoz es severo, es vivido como un ataque de la madre a su interior, 
como retaliación a sus fantasías que en ese período están centradas en la pareja parental en coito y traerá 
como consecuencia una inhibición de estas fantasías con trastornos en el desarrollo de las funciones del 
yo.
Las respuestas que la madre nos dé sobre este punto no sólo nos orientarán para evaluar la neurosis del 
niño, sino para comprender el vínculo que tiene con el hijo.
Cuando interrogamos sobre enfermedades, operaciones o traumas consignamos en la historia no sólo la 
gravedad, sino también la reacción emocional de los padres.
Las complicaciones que presentan en las enfermedades comunes de la infancia son de por sí un índice de 
neurosis y es importante registrarlas en la historia.
El anhelo de unión genital del bebe, al satisfacerse sólo en forma precaria a través de la masturbación, es 
el motor que impulso y pone en movimiento la actividad de juego. M. Klein pudo descubrir que detrás de 
toda actividad lúdica hay fantasías de masturbación.
Freud descubrió que el juego es la repetición de situaciones traumáticas con el fin de elaborarlas y que al 
hacer activamente lo que ha sufrido pasivamente el niño consigue adaptarse a la realidad; por eso 
valoramos como índice grave de neurosis la inhibición para jugar. Un niño que no juega no elabora 
situaciones difíciles de la vida diaria y las canaliza patológicamente en síntomas o inhibiciones.
La permanencia en el hogar, la participación en la actividad diaria, el disponer de un espacio adecuado 
para jugar libremente son las condiciones que favorecen el desarrollo del niño hasta los 4 o 5 años. Las 
actividades en las plazas, en su casa, satisfacen suficientemente la necesidad de contacto con otros niños. 
El ingreso en la escuela significa para él no sólo desprenderse de la madre, sino afrontar el aprendizaje que
en sus comienzos le despierta ansiedades similares a las que se observan en adultos con angustia de 
examen.
Durante el análisis de niños se ha comprobado que las inhibiciones de aprendizaje escolar y dificultades 
para ir a la escuela tienen sus raíces en los primeros años y que un niño que no ha jugado bien tampoco 
aprende bien. 
El día de vida
La reconstrucción de un día de vida del niño debe hacerse mediante preguntas concretas que nos orienten 
sobre experiencias básicas de dependencia e independencia, libertad o coacción externas, inestabilidad o 
estabilidad de las normas educativas, del dar y recibir. Sabremos así si las exigencias son adecuadas o no a
la edad, si hay precocidad o retraso en el desarrollo.
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Esto nos permitirá una visión inesperadamente completa de la vida familiar y lo que registremos será una 
valiosa ayuda al ser comparado con la historia del niño.
Cuando interrogamos sobre el día de vida, debemos preguntar quién lo despierta y a qué hora. Tratándose 
de niños mayores de 5 años, es importante saber si se visten solos y desde cuándo; o bien quién los viste y 
por qué. Es útil conocer este primer momento del día para valorar la dependencia o independencia 
adquirida de acuerdo con su edad cronológica, y la actitud de los padres frente a la precocidad o retraso en
su aprendizaje. Todo esto es de un valor innegable porque nos da una visión certera de la vida del niño.
Relaciones familiares
Debemos esforzarnos por conocer el máximo de detalles sobre el síntoma: 
 Iniciación. 
 Desarrollo.
 Mejoría.
 Agravación. 
Teoría y técnica del psicoanálisis de niños
Autor: Arminda Aberastury
Dos corrientes en psicoanálisis de niños
El “Historial de Juanito” fue el punto partida de una nueva rama del psicoanálisis y de una nueva 
psicología del niño.
Fue recién con las obras de Anna Freud y de Melanie Klein que se pudo hablar de una técnica de 
análisis de niños. Se plantearon diferencias

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