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Caso Pigle Final

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Alderete Alexis
Psicoanálisis de una niña pequeña (The Piggle) 
Prefacio
Desde el punto de vista de Winnicott, “no es posible para un niño de esta edad desentrañar el significado de 
un juego, a menos que lo juegue y disfrute”. La ansiedad se domina y pasa a formar parte del conjunto de la 
experiencia por medio del placer.
La dramatización de su mundo interior permite a la niña experimentar y jugar con las fantasías que más la 
molestan. La posibilidad se le proporciona en pequeñas dosis, y en un marco que ha devenido lo bastante 
seguro merced a la habilidad del terapeuta. La tensión creativa en la transferencia se mantiene, y el nivel de 
ansiedad e incertidumbre es conservado en los límites de la capacidad de la pequeña, de modo que el juego 
puede continuar.
En el caso que nos ocupa, se empleó el sistema de entrevista “a pedido”.
Se sugiere que tanto la participación de los padres como lo espaciado de las entrevistas, tuvieron como 
efecto el diluir la posesividad, dejando libre el camino para que la relación de la paciente con sus 
progenitores se desarrollara como parte del proceso terapéutico en total.
La terapia duró dos años y medio, con encuentros poco frecuentes. En los intervalos, la paciente solía enviar 
mensajes y dibujos, adjuntos a las cartas que despachaban sus padres, para decir al Dr. Winnicott cómo se 
sentía.
Introducción
Este libro, está escrito en parte por los padres de la niña apodada “The Piggle”1. Está compuesto por 
resúmenes de cartas referidas a Gabrielle, redactadas conjuntamente por ambos, y por mis notas clínicas, en 
un intento de brindar una descripción detallada de las entrevistas psicoanalíticas.
La paciente tuviese dos años y cuatro meses de edad al comenzar el tratamiento hace más fácil la decisión. 
Sus padres han considerado que el tomar conocimiento de la publicación de esta descripción no dañará a 
Gabrielle cuando sea mayor.
Con el tiempo, sin embargo, la niña comienza a liberarse de las pautas de la rígida organización defensiva 
que constituye la enfermedad, y entonces se hace muy difícil distinguir entre mejoría clínica y desarrollo 
emocional, entre el trabajo realizado en tratamiento y el proceso de maduración que entonces encuentra 
trabas.
Los padres entraron en contacto conmigo en enero de 1964, cuando Gabrielle tenía dos años y cuatro meses. 
Vi a Gabrielle catorce veces, “a pedido”, comenzando a sus dos años y cinco meses. Tenía cinco años en 
ocasión de la decimocuarta sesión.
Debido al hecho de que la niña vivía a considerable distancia de Londres, el tratamiento fue hecho “a 
pedido”, y ello afectó a la finalización del mismo.
La paciente
Extracto de la primera carta de los padres, escrita por la madre.
¿Dispone usted de tiempo para ver a nuestra hija Gabrielle, que tiene dos años y cuatro meses? Tiene 
problemas, que la mantienen despierta por las noches, y a veces parecen afectar el conjunto de su vida y su 
relación con nosotros, aunque no siempre.
“Es difícil describirla como un bebé; parece en muchos aspectos una persona adulta, y da la impresión de 
poseer grandes recursos interiores. La alimentación, aparentemente, se realiza sin dificultades y con 
naturalidad; así fue el destete. Fue amamantada hasta los nueve meses. Tenía un gran sentido del equilibrio: 
1 En Inglaterra, el apodo “Piggle” es un término cariñoso empleado frecuentemente en el trato con niños pequeños.
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Alderete Alexis
rara vez se cayó, al prender a caminar, y rara vez lloró al caerse. Desde los primeros tiempos, evidenció 
sentimientos muy apasionados hacia su padre, y fue en cierto sentido despótica con su madre.
“Tuvo una hermanita (actualmente de siete meses) a los veintiún meses; ya consideraba que era demasiado 
pronto. Y tanto esto como (se me ocurre que también) nuestra ansiedad al respecto parece haber dado lugar a
un gran cambio en ella.
Se aburre y se deprime con facilidad, cosa que antes no sucedía ostensiblemente, y ha cobrado de pronto 
gran conciencia de sus relaciones y especialmente de su identidad. La fuerte angustia y los abiertos celos de 
su hermana no duraron mucho. Hacia su madre, cuya existencia había dado la impresión de ignorar, 
Gabrielle muestra una mucho mayor calidez, aunque a veces, también, manifieste más resentimiento. 
Adquirió muy evidentes reservas respecto de su padre.
Referirle fantasías que la llevan a llamarnos a gritos hasta bien entrada la noche.
Tiene una mamá y un papá negros. La mamá negra se le presenta por la noche y dice: “¿Dónde están mis 
yams?” (Yam:comida. Se señala las tetillas, las llama “yams” y las estira, buscando agrandarlas.) A veces la 
mamá negra la pone en el váter. La mamá negra, que vive en su vientre, y con la cual se puee hablar por 
teléfono, se enferma con frecuencia, y es difícil que mejore.
“El segundo producto dela fantasía, de aparición posterior, es el “babacar”. Cada noche grita: “Habladme del
babacar, decidme todo acerca del babacar”. La mamá y el papá negros suelen estar juntos en el babacar. La 
mamá y el papá negros suelen estar juntos en el babacar; o algún hombre solo. Muy de tanto en tanto se 
manifiesta una “Piggle” negra (llamamos “Piggle” a Gabrielle).
Hubo una época, ya pasada, en que se arañaba el rostro gravemente todas las noches.
Extracto de carta de la madre
“Las cosas no han mejorado en ningún sentido desde que le escribí. Ahora es rara la vez en que Piggle se 
concentra en el juego; es difícil inclusive que acepte ser ella misma: es el “baba” o, más frecuentemente, la 
mamá. “La Piggah se fue, fue al babacar. La Piggah es negra. Las dos Piggahs se encuentran mal. ¡Mamá, 
quéjate del babacar!”
“Le dije que había escrito al Dr. Winnicott que entiende de babacares y mamás negras”; desde entonces ha 
cesado su ruego nocturno: “Habladme del babacar”.
Primera Consulta
(Febrero, 3, 1964)
Gabrielle se veía preocupada, y me parecía evidente que había venido dispuesta a ponerse a trabajar tan 
pronto como traspusiera la puerta.
Llevé a los tres a la sala de espera y luego intenté hacer regresar a Piggle a mi despacho. No estaba 
completamente decidida a recorrer ese trayecto, y al atravesar el corredor dijo a su madre: “Soy demasiado 
tímida”.
Por esta razón, hice pasar a la madre con ella, con recomendación de que no tratase de ayudar en absoluto; 
volvió a sentarse en el diván con la niña a su lado. Yo ya había hecho amistad con el osito de felpa que 
estaba sentado en el suele junto el escritorio. Dije a Piggle: “Trae el osito aquí, quiero mostrarle los 
juguetes”. Trajo el oso de inmediato y me ayudó a mostrarle los juguetes. Comenzó algo que fue dicho una y
otra vez: “Aquí hay otro uno…y aquí hay otro uno”. La frase aludía las más veces a camiones y 
locomotoras, pero no parecía muy preocupada por el objeto a que se refiriera. Por consiguiente lo tomé como
mensaje y dije: “Otro bebé. El bebé Sush”2. Fue ostensible que había sido la observación correcta, puesto 
que en ese momento empezó a hablarme de la época en que había llegado el Bebé Sush, tal como ella la 
recordaba. Dijo lo siguiente: “Yo era un bebé. Estaba en una cuna. Estaba dormida. Sólo tenía el biberón”. 
2 Así es como Gabrielle llama a su hermanita Susan, de ocho meses.
2
Alderete Alexis
En ese instante hubo algo acerca del lamer, como esperaba, y pregunté: “¿Dijiste que estabas lamiendo?”. 
Insistí: “Y entonces hubo otro bebé”, instándola a proseguir con la historia del nacimiento.
“¿De dónde viene esto?” contesté en referencia a la realidad: “¿Y de dónde vino el bebé?” Replicó: “La 
cuna”.
Cogió a continuación un palillo, lo introdujo en la ventana y comentó: “El palillo entra”. Dije algo acerca del
hombre poniendo algo dentro de la mujer para hacer un bebé. Me hizo saber: “Tengo un gato. La próxima 
vez traeré el gatito, otro día”.
“Estas asustada; ¿Tienes sueños que te asusten?” Respondió: “Sueño con el babacar” Esa era la palabra que 
ya su madre me había hecho saber, relacionada con el bebé, el Bebé Sush.
Cuando hubo puesto todo a un lado, dijo: “Me gustaría ir a buscara papá y mamá”. Al dirigirse a la sala de 
espera, agregó: “He puesto orden”.
Entrevista con la madre
La madre aseveró que la salud de la niña se había resentido en los últimos tiempos. No era traviesa y se 
potaba amablemente con el bebé. Pero no era ella misma. En realidad, se negaba a ser ella misma, y decía: 
“Soy la mamá. Soy el bebé”. No quería que se dirigiesen a ella como tal. De bebé, Piggle era 
extraordinariamente independiente y segura de su influencia. Al nacer Susan, la madre tomó conciencia de 
inmediato de que Piggle necesitaba mucha más atención.
Volviendo sobre la mamá negra y el babacar, hay detalles que no comprendí con claridad. Las pesadillas de 
la niña podían referirse a un babacar, y también a un tren.
Esta niña no había sido preparada para controlar los esfínteres, pero al llegar el nuevo bebé aprendió sola en 
una semana. Solía jugar todo el tiempo, pero desde el cambio comenzó a echarse en su cuna y succionarse el
pulgar sin jugar. Su equilibrio había sido siempre excelente, pero desde el cambio había empezado a caerse y
llorar y hacerse daño. Era despótica. Su madre no era sino alguien que estaba allí para cumplir sus órdenes. 
Desde los seis meses adoró al padre; a esa edad dijo: “Papá”. Pero pronto olvidó la palabra, o perdió la 
capacidad de usarla. Desde el cambio, dio la impresión de ver a su madre como una persona distinta y le 
tomó afecto, a la vez que se hacía más reservada respecto de su padre.
No toleraba que nadie la llamase “Piggle”. Era el bebé o la madre. Las “Piggles” eran malas y negras. “Soy 
el bebé”. La madre creía percibir que Gabrielle no estaba demasiado angustiada.
Piggle se echaba en la cama y lloraba sin saber por qué. Cuando se iban, dijo: “El babacar”, como si hubiese 
olvidado algo. Luego agregó: “El Dr. Winnicott no sabe de babacares… del babacar”. La madre no conocía 
el origen exacto del babacar, pero estaba ligado al negro, mamá negra, yo negro, gente negra. Esto es 
coherente con la idea de que, aquí, el negro significa que ha entrado el odio (o la desilusión).
Hay otro detalle, el de que a veces la madre debe caer y hacerse daño, para que entonces Piggle la alivie. 
Ello muestra aún más a las claras, si fuese necesario, que el dio y el amor a la madre aparecen 
simultáneamente, y que Piggle es capaz de valerse de su madre agresivamente. También ha de ser capaz de 
concluir que caer es quedar embarazada. Así, se incluye la agresión del padre.
Comentarios
La paciente estaba en el proceso de elaboración de una nueva relación con la madre, en la cual cupiese el 
odio debido a su amor al padre. Su amor al padre, de seis meses, no fue asimilado en el conjunto de su 
personalidad y yace a un lado de la relación con la madre, quien, por esa época, aún era un objeto subjetivo.
El cambio vinculado con el nacimiento de la nueva niña trajo consigo ansiedad y una falta de libertad en el 
juego, así como también pesadillas. Es de presumir que la “mamá negra” sea un vestigio de su posición 
subjetiva preconcebida de la madre.
Los que siguen son algunos de los puntos importantes, a destacar, de esta consulta:
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Alderete Alexis
1) “Soy tímida” es la prueba de un ego fuerte y organizado, y de la institución del analista como 
“persona papá”.
2) Las dificultades comenzaron con la llegada de un nuevo bebé, lo cual forzó un desarrollo prematuro 
del ego de la Piggle.
No estaba preparada para la simple ambivalencia.
3) Indicación de elementos de locura: babacar, sistema re negro, etc., pesadillas.
4) Facilidad de comunicación.
5) Solución temporaria por regresión al bebé en la cuna.
Carta de los padres, escrita por el padre
“La Piggah” (dice) ´s´ha ido. Es negra. Las dos Piggahs son negras.”
“La hora de acostarse sigue siendo muy difícil; suele despertar a las nueve o diez, por el babacar. Durante el 
día, en dos ocasiones, tras haber pasado un rato agradable, ha dicho: “Llora Mamá”, “¿Por qué?”, “Por el 
babacar”. Los babacares aparecen por lo general vinculados con la mamá negra; pero en los últimos días, por
vez primera, una mamá buena entró en escena. Con Susan, su hermana (“el baba Sush”) tiene una buena 
relación: da la impresión de ser auténticamente compasiva con ella, a pesar de ocasionales maltratos, y hacen
ruidos desagradables en compañía, para gran regocijo de ambas. Luego se entretuvo en reunir carretadas de 
juguetes para traer a Londres, para jugar y conversar. En los últimos días tuve que ser la Piggah, y ella la 
Mamá: “Te llevaré al Dr. W. Di que no” “¿Por qué?”, porque necesito que digas que no.
Tras una pesadilla, anoche (referida al babacar, la mamá negra que quería sus yams y ponía a Piggle negra y 
con el cuello rígido) dijo: “El babacar está ite”. Inquirí qué significaba “ite” y me respondió que se lo 
explicaría al Dr. W. Hay una nueva fantasía que ella repite con muchas variantes, acerca de que todo el 
mundo va a chapotear, chapotear en el barro, o en “brrroooo”.
Parece ser que solo puede manifestar ternura cuando es un bebé. Cada vez que le sucede algo inquietante, o 
nuevo, o hace algún descubrimiento, afirma que eso le ha ocurrido antes, “cuando era un bebito en mi cuna”.
Cuando nació Susan, Gabrielle se vio de algún modo arrojada fuera de su molde y separada de sus fuentes de
nutrición. Nos resultó muy doloroso verla tan disminuida y reducida, y ella ha de haberlo percibido. Hubo 
también un período de tensión entre nosotros dos [los padres].
Carta de la madre
Consume bastante tiempo en poner cómodo a su baba (una muñeca, una figura altamente idealizada).
“Hace “travesuras” con mucha más frecuencia; por ejemplo, da puntapiés y chillidos al ir a la cama, etc. 
Cuando se enfada, es habitual que ceda al fantasma y se apresure a decir: “Soy un bebé, soy un bebé”, tiene 
grandes dificultades para irse a dormir por la noche, asegura, “debido al babacar”.
“El babacar lleva negrura desde mí hasta ti, y entonces me asusto de ti”. Estoy asustada de la Piggah negra” 
y “Soy mala” han surgido muy a menudo en los últimos tiempos. Tiene miedo de la mamá negra y de la 
Piggah negra; afirma: “Porque me ponen negra”
“Ayer me dijo que la mamá negra me había arañado el rostro, me había arrancado los yams, ensuciado y 
asesinado con “brrrr”. Comenté que debía de estar suspirando por tener nuevamente una madre muy limpia. 
Me aseguró que tenía una cuando era un bebito.
“Constituye un gran alivio para nosotros el que usted la vea. Creo que el saber que usted se ocupa del 
problema ha tenido por efecto el que nuestra conducta se hiciese, por así decirlo, más natural, menos 
forzadamente tolerante con ella, lo cual parece haber sido bueno.
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Alderete Alexis
Extracto de carta del padre
“Un religioso amigo mío, muy paternal, vino a tomar el ´te hace unas semanas y Piggle se mostró muy 
tímida. Ayer, hablando de él, dijo: “Fui muy tímida”; y agregó que él era “un hombre muy papá” (las 
palabras que había usado para describirle previamente), y eso podía hacer que la gente se sintiera tímida. Se 
quedó callada y al cabo de un largo rato dijo: “Dr. Winnicott”, para volver a sumirse en el silencio. Eso fue 
todo”.
Segunda Consulta
(Marzo 11, 1964)
Piggle (dos años, cinco meses) llegó a la puerta con su padre (madre en casa con Susan) y tomó posesión de 
inmediato. Quería pasar al consultorio, pero eso hubo de ser pospuesto, de modo que entró con su padre a la 
sala de espera.
“Vine en tren. ¿Qué es esto?” volvió a decir: “vine en tren”. En realidad, su modo de hablar resultaba claro 
para sus padres, que entendían su lenguaje, pero a mí me sonaba un tanto extraño. Pidió: “Haz que esté 
mareado”, y tuve que agregar una boca.
¿Sabes algo sobre el babacar?” Le pedí dos veces que me dijese qué era, pero fue incapaz de responder. 
“¿Fue el cochecito de la Piggle? ¿Es el cochecito del bebé?” Entonces interpreté. Asumí el riesgo. “Es el 
interior de la madre, de donde salió el bebé”. Se mostró aliviada y dijo: “Sí, el interior negro”.
Como si se debiera a lo que acababa de afirmar, cogió el cubo y lo llenó hasta lostopes de juguetes. Traté de
averiguar qué buscaba manifestar interpretando el hecho de diversas maneras. La interpretación que pareció 
surtir mayor efecto fue aquella según la cual se trataba de un estómago de Winnicott, no de un interior negro.
Mencioné algo relativo a ser capaz de ver qué entró y recordé que en la sesión anterior yo había hablado en 
términos de hacer un bebé mediante el trámite de llenar el cubo, más allá de toda codicia.
Yo: Winnicott es el bebé de Piggle; es muy goloso porque quiere a Piggle, su madre, mucho, y ha comido 
tanto que está mareado.
Piggle: El bebé de la Piggle ha comido demasiado. (Entonces dijo algo acerca de venir en el nuevo tren a 
Londres)
Yo: La cosa nueva qe quieres tiene que ver con el bebé Winnicott y la mamá Piggle, con el amor de 
Winnicott por Piggle (Madre), el comerse a Piggle y el estar mareado.
Piggle: Sí, así es.
Se pasó la lengua por los labios: la imité, de modo de comunicarnos respecto del hambre y el gusto y los 
ruidos hechos con la boca, respecto de la sensualidad oral en general. Fue satisfactorio.
Yo: ¿Da miedo lo oscuro?
Piggle: Sí.
Yo: ¿Sueñas con ser negra por dentro?
Piggle: Piggle asustada.
“Te gusta ver a Winnicott”. “Sí”, respondió.
Pasamos un largo rato mirándonos. Luego volvió a poner más juguetes en el cubo, así que el mareo fue 
actuado nuevamente. Me dio la bombilla eléctrica.
Entonces tuvo lugar una suerte de fenómeno transicional, en el cual, entre ella y yo, estaban los grandes 
animales de lana comiendo, comiendo una comida compuesta en su mayor parte por animales. Interpreté, 
por consiguiente, como si estuviese ante su relato de un sueño: “Aquí estoy yo, el bebé Winnicott, saliendo 
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del interior de Piggle, naciendo de Piggle, muy goloso, muy hambriento, muy encariñado con Piggle, 
comiéndome los pies y las manos de Piggle”.
“Volví a hablarle de Winnicott como bebé de Piggle”.
 Yo: ¿Eres la mamá o el papá?
Piggle: Soy el papá y la mamá también.
Miramos comer a los animales y después se puso a jugar con la puerta. Trató de cerrarla, pero no era fácil 
(en ese tiempo, el pestillo necesitaba compostura). Entonces fue hacia su padre, en la sala de espera. Creo 
haberle oído decir: “Soy la mamá”. Tuvo lugar una larga conversación entre ella y su padre, y esperé un 
buen rato sin hacer nada. Llegado cierto punto, entró con el padre, llevando cierto punto, entró con el padre, 
llevando puesto su sombrerito tejido; hizo algo que indicase que consideraba que ya era hora de irse. Luego 
regresó con su padre a la sala de espera. Entró con su abrigo y dijo: “Vamos a irnos pronto”.
Tuve la seguridad de saber dónde me encontraba con la suficiente claridad para asumir un riesgo.
Yo: Winnicott es un bebé muy goloso; quiere todos los juguetes.
Siguió pidiendo sólo un juguete, pero repetí lo que era regla del juego decir. Finalmente llevó un juguete a su
padre a la sala de espera. Me pareció oírle decir: “El bebé quiere todos los jueguetes”. Pasado un rato 
devolvió el juguete y se mostró muy satisfecha de que yo fuese goloso.
Piggle: Ahora el bebé Winnicott tiene todos los juguetes. Iré donde Papá.
Yo temes al goloso bebé Winnicott, el bebé que nació de Piggle y que ama a Piggle y que quiere comérsela. 
Piggle en el rol de la madre.
Yo: Quiero ser el único bebé. Quiero todos los juguetes.
Piggle: Tienes todos los juguetes.
Yo: Sí, pero quiero ser el único bebé; no quiero que haya ningún bebé más (volvió a treparse a las piernas de
su padre y volvió a nacer).
Piggle: Yo también soy el bebé.
Yo: Yo quiero ser el único bebé (y, en un tono de voz diferente), ¿Tendré que enfadarme?
Piggle: Sí.
Luego siguió con el juego: “Yo también quiero ser el bebé”.
Todo ese rato lo pasó succionándose el pulgar. Cada vez que era el bebé, nacía por entre las piernas de su 
padre hacia el suelo. Llamaba a su acto “nacer”. Finalmente, dijo: “Pon el bebé en el cubo de la basura”.
Aparentemente, el león era un retorno de mi gula de bebé Winnicott que lo quería todo y quería ser el único 
bebé.
Gabrielle respondía positiva o negativamente, según yo diese en el clavo o no, diciendo, por ejemplo: “Sí, 
eso”. Entonces hubo un león bebé.
Piggle: Sí, eso (fuertes ruidos de león).
“Acabo de nacer. Y no estaba negro adentro”. En ese punto, sentí que había sido recompensado por la 
interpretación hecha en la sesión anterior en el sentido de que l interior negro tenía que ver con el odio al 
nuevo bebé que estaba en el interior del vientre de la madre. Ella había desarrollado una técnia para ser el 
bebé y, a la vez, permitirme representar su propio papel.
Primer alivio de la fobia al negro.
Hubo un nuevo avance. Estaba naciendo de un modo diferente, desde la parte superior de la cabeza de su 
padre.
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Alderete Alexis
Comentarios
1) El tener bebés en términos de sentirse mareada.
2) El embarazo como resultado de la avidez oral, el comer compulsivo (función de separación).
3) Interior negro, odio al interior y su contenido.
4) Resolución en la transferencia al convertirse Winnicott en la Gabrielle perdida, para que ella pudiese 
ser el nuevo bebé, reduplicado.
Identificación transitoria con ambos padres.
5) Via Winnicott = Gabrielle = Avidez = bebé tiene sus propios derechos.
6) El interior se hace no negro.
7) Ser concebido, por ejemplo, como en la mente. La mente localizada en la cabeza como si se tratase 
del cerebro.
Carta de la madre
“Cuando Piggle regresó de Londres, no mencionó su visita, pero jugó con mucho entusiasmo el resto del día.
Nosotros percibimos que se había sentido mucho más libre desde la última visita que le hizo a usted; en 
ocasiones, vuelve a jugar sola y habla en la que parece su propia voz.
En medio de la noche gritó: su “pequeñito” se había lastimado, dijo; tenía que ir al doctor. Dije que se veía 
un poco rojo, por el pañal o porque lo había frotado. Respondió que lo había frotado, que iba d d d como un 
tren, eso era lo que la asustaba por la noche. Estoy enfadada con mi papá. ¿Por qué? Porque le quiero 
demasiado”.
La mamá negra es muy importante para el Dr. Winnicott. Entonces introdujo un imperdible en el grifo. Lo 
reparo con un alfiler. Algo acerca del agua en condiciones de volver a correr. A mí: “¿Entraste y dijiste que 
no estaba bien?” Sí, entraste y dijiste que no estaba bien, que había suciedad dentro. Luego algo sobre la 
mamá negra que no logré oír bien.
“Últimamente se me ha dicho con frecuencia que la mamá negra viene y me (a la madre) ennegrece. A la 
hora de acostarse tengo que “telefonear” a la mamá negra y al Bebé Sush negro. La conversación se limita al
“Aló”
“Esto me recuerda: uno o dos días antes de que ella fuese a verle, le pregunté: “¿Dormiste bien? ¿Vino la 
mamá negra? “La mamá negra no viene, la mamá negra está dentro mío”.
Otra carta de la madre
Su principal queja respecto de la mamá negra es que ennegrece a Piggle, y entonces Piggle ennegrece a todo 
el mundo, incluido el papá.
“Anoche despertó asustada de la mamá negra y pidió a su padre “dar a la mamá negra uvas pasas” ( a Piggle 
le gustan especialmente las uvas pasas).
También despertó asustada del bebé Sush negro, que la ennegrece. (El día anterior había revolcado a Susan, 
ganando en consecuencia cierta antipatía generalizada) El sush baba negro viene con bastante frecuencia y 
hay que telefonearle antes de que ella se vaya a dormir. (El Baba Sush es una referencia a Susan).
“Bebé bablan”, aparece en todas las cartas que escribe y dibujos que hace; debe ser puesto en los sobres. No 
tengo idea de lo que significa. Creo haberle dicho que el bebé de Piggle se llama “Gaby-Gaby”, que me 
parece que es “Gabrielle”, nombre que no puede pronunciar. (Bebé Gobla “no hablan”).
Nueva carta de la madre
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Alderete Alexis
Se metió dentro de mi bata (que llevaba puesta) y me dijo algo acerca de un sueño en que la mamá negra se 
la había comido. Salió y me hizo preguntas sobre el nacer. Le conté, como solía hacerlo antes, cómo salió, 
fue envuelta en un paño y entregada a mí. “Y túme dejaste caer”. No, Sí. El paño se había ensuciado.
Carta del padre
“La mamá negra pregunta dónde están sus yams; y una mañana, después de esto, pidió beber de los pechos 
de su madre.
“Casi todas las mañanas quiere meterse dentro de la bata de su madre, o ser envuelta en forma de “arrollado”
en una alfombra. Parece estar sufriendo enormemente por lo que una vez llamó “sensación de pecado”. Se 
inquieta muchísimo cuando rompe o ensucia algo; a veces se pone a dar vueltas, murmurando para sus 
adentros: “No importa, no importa”, con una vocecita suave, artificial… también, cuando golpea a Susan, a 
quien es marcadamente sensible, a pesar de ocasionales deslices.
Tengo el trasero inflamado, ¿Puedo ponerme un poco de crema blanca? Un ruego, un nuevo prólogo y un 
pedido de protección, ha de ser repetido una y otra vez. 
Tercera consulta
(Marzo 10, 1964)
Piggle (dos años y seis meses) parecía menos tensa que antes, y ese estado se mantuvo constante. Daba la 
impresión de estar un escalón por encima de las inquietudes reales de las cuales hablaba. En verdad, yo 
recién comprendía hasta qué punto había estado hasta entonces en ellas, como un niño psicótico. Fui a la sala
de espera y la encontré con su “bebé”, una muñequita con pañal y un imperdible. Le daba vergüenza entrar 
conmigo al consultorio, de modo que lo hice solo. [Símbolo de desesperación por quedar embarazada como 
una mujer adulta].
Encontró un hombrecito y su esposa.
Piggle: Me gusta éste (el niño).
Tuve que ayudarla a sentarlo. Luego otra locomotora.
Piggle: Vine en un tren a Londres a ver a Winnicott. Quiero saber por qué la mamá negra y el babacar.
Yo: Trataremos de averiguarlo.
Lo dejé así. Siguió escogiendo juguetes; el Indio Rojo (que es de plástico azul).
Yo: No son como Piggle y el bebé, porque Piggle es más grande que el bebé.
Puso varios juguetes uno junto a otro, prosiguiendo:
Piggle: ¿Qué es esto? Una locomotora. Vine en taxi. ¿Fuiste en taxi? Dos taxis. A ver a Winnicott. A trabajar
con Winnicott. [Afirmación de que trabajamos. El juego es, en esta etapa, comunicación no placer].
Piggle: Un perro estaba enfadado.
Ambos perros fueron al encuentro del tren, y ella los aplastó despiadadamente contra el piso.
Piggle: ¿Tienes otro perro?
Yo: No.
Piggle: Demasiado grande para entrar. Un día debo hallar un hombre pequeño.
Yo: ¿Un bebé varón en vez de un papá?
Se aproximó al papá y comenzó a utilizarlo, y yo corrí la cortina que lo escondía para que tomara parte en la 
situación de juego.
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De algún modo se las ingeniaba para mantener un control de la situación que le permitiera jugar en ella más
que estar en ella. La vez anterior estaba en ella. Por último, dije: ¿Seré una Piggle enfadada? “Enfádate 
ahora”, replicó. Así lo hice, y desordené os juguetes. Ella se acercó y los recogió todos. [Del proceso 
primario al secundario].
Piggle: En la cama por la noche me asusté mucho.
Yo: ¿Un sueño?
Piggle: Sí, un sueño; una mamá negra y un babacar detrás de mío. 
Llegados a este punto cogió una rueda con un eje puntiagudo, procedía de uno de los trenes, y se introdujo el
eje en la boca.
Piggle: ¿Qué esto? (Podía decirse que estaba escogiendo la única cosa peligrosa de entre los juguetes y 
relacionándola con su boca)
Yo: ¿Si la mamá negra y el babacar te atrapasen te comerían?
No dejaba de poner orden, y estaba ansiosa porque no lograba colocar la tapa de una de las cajas. Estaba 
demasiado llena.
Yo: Cuando tuviste el sueño, ¿qué estaban haciendo mamá y papá?
Piggle: Estaban abajo con Renata, comiendo brócolis (Renata era la nueva muchacha au pair) a Renata le 
gustan los brócolis y cenar.
Piggle continuaba apartándola todo ordenadamente.
Yo: ¿Descubrimos algo sobre la mamá negra y el babacar?
Piggle: No. Quiero volver a mi bebé (muñeca); ¿esperará un momento?
Jugaba con la puerta.
Piggle: Sé un Winnicott. Papá cuidará de ti. ¿Sí, papá? Si cierro la puerta, Winnicott tendrá miedo.
Yo: Tendré miedo de la mamá negra y del babacar.
Miró todos los juguetes cuidadosamente dispuesto y dijo: “El babacar está en orden” y tuve la impresión de 
qu estaba diciendo que el babacar tenía que ver con el bryyyyyh y el pequeño-pequeño perteneciente a la 
mamá negra que es negra porque ha sido odiada desde que papé le dio un bebé.
Comentarios
1) Recuperación del juego de la vez anterior, pero demora asociada con ansiedad.
2) Nueva capacidad para jugar a (arreglándoselas así), más que estar en la fantasía temible – (a) alivio 
y alcance más amplio, (b) pérdida de experiencia directa.
3) El salir al encuentro de la ansiedad por edio del peligroso eje aguzado, en su boca, sugería una 
fantasía de la experiencia de la avidez oral de la madre por el pene del padre.
4) Ahora su bebé (la muñeca) le daba cierto lugar como niña con identificación materna: self.
5) Resolución parcial sobre la base de la vinculación del negro con el odio relacionado con el tema de 
papá dando un bebé a mamá, pero un tanto intelectualizada.
6) Lo oscuro fue apartado, p.ej., olvidado.
7) Importancia de mí no comprensión de aquello cuyas claves aún no había sido capaz de 
proporcionarme. Sólo ella conocía las respuestas, y cuando pudo alcanzar el significado de los 
temores, también me permitió entender.
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Carta de la madre
“Se quejó porque tenía el pequeño” irritado. “¿Te frotaste o fue el pañal?” Froté. Es negro. Dame crema 
blanca para que mejore. Entonces podré volver a frotarlo”.
“Observaba cómo la oscuridad ocultaba las montañas. Cuando está oscuro, tendré miedo. El Dr. W. no sabe 
que tengo miedo e la oscuridad” ¿Por qué? ¿No le has hablado de eso?, “Aparte todo lo oscuro”.
Carta de la madre, escrita durante las vacaciones en el extranjero
Parece estar completamente atrapada en su propio mundo, como inaccesible a la experiencia exterior. Los 
únicos pensamientos que la ocupan, aparte su constante deseo de cosas y su aspecto personal, son sus 
recuerdos (por lo general rumores, historias de familia) de cuando era bebé y no podía hablar.
“Su discurso se desarrolla con cada vez mayor constancia en una vocecita falsa, y cada vez se comporta de 
modo más afectado e inauténtico. Se aleja a grandes distancias para llamar la atención sobre sí, creando a 
menudo escenas dramáticas. [Enfermedad ahora organizada. Yo auténtico escondido]. 
“Otra vez, por la noche, dijo: “¿Recuerdas cuando el doctor me pinchó?” (Inyección). “Debo ir al doctor, 
estoy enferma. Aquí…” señalando su pequeñito” [Fantasías masturbatorias].
Carta de la madre, tras el regreso al hogar
“De algún modo que no logro definir, siento que está mejor; ha pasado por un período de aburrimiento, 
apatía y descontento y a veces resultó gratuitamente destructiva, rompiendo cosas, o quebrándolas, o 
ensuciándolas. Ahora da la impresión de estar viviendo su vida, y es menos amanerada y afectada. [La 
instalación de la familia ha proporcionado el hospital mental en el cual ella puede llegar a su enfermedad].
Carta de la madre
“Desde hace dos días me pide succionar mis yams (pechos) cuando se hubo ido a la cama, por la noche. Lo 
pidió con tanta insistencia que se lo permití. Yo: “¿Por qué?” Quiero chuparlos como un pirulí” Más tarde 
me pidió algo que pudiese chupar y masticar y luego dejar caer en su vientre.
Cuarta consulta
(Mayo 26, 1964)
Como supe más tarde, por teléfono, Gabrielle (ahora de dos años y ocho meses) hizo el viaje en tren hecha 
un ovillo sobre las rodillas de su padre, succionándole el pulgar.
Se dirigió rectamente al revoltijo e juguetes, a la vez que decía: “Hace calor aquí. Vinimos en tren. ¿Ha 
visto…”
Cogió los barquitos y los puso sobre la alfombra. Fue a buscar uno de los grandes perros suaves. “vine por lo
del babacar”. [Necesidad consciente de ayuda; problema específico].
Piggle: Estoy creciendo dentro de una muchacha grande [y prosiguió:] pi pi pi [etc., hablando para sí 
misma]. Hay una hermosa dama esperando por el coche, una bonita dama para venir por los niños. La mamá 
negra es traviesa. [Manifestaciónde ansiedad probablemente debida a temores edípicos].
Y así. Yo estaba tomando nota del considerable desarrollo de una personalidad coherente en evidencia y de, 
por primera vez, algo que podía llamarse equilibrio. Diría que era feliz. Entró para despedirse. El papá 
trataba de persuadirla para que se quedase: “No, aún no puedes irte”, decía. [Equilibrio notable para su 
edad].
Piggle: Quiero irme.
Piggle tenía una actitud muy decidida hacia su padre, arrodillándose y succionándole el pulgar (yo no sabía 
entonces que había estado succionándole el pulgar durante el viaje, acurrucada sobre sus rodillas en el tren). 
10
Alderete Alexis
Dije que estaba asustada a causa del juego en el cual yo me había convertido en la Piggle enfadada. Pero esta
vez, el padre se había quitado el abrigo y estaba tratando de arreglárselas en mangas de camisa. [Padre 
utilizado como madre en la transferencia, dejándome en libertad para otras funciones].
Yo: Winnicott es Piggle enfadada y Piggle era el bebé que nacía usando a papá en lugar de mamá. Ella me 
temía porque sabía cuán enfadada debía estar, y el nevo bebé chupaba el pulgar de papá (el pecho de mamá).
Me miró de un modo singular y yo pregunté: “¿Me he puesto negra?” Lo pensó un largo rato y respondió: 
“No”, y negó con la cabeza.
Yo: Soy la mamá negra.
Piggle: No (jugando con la corbata de su papá) [Se tranquiliza al recordarse que su madre era en realidad un 
hombre].
Hubo muchos saltos y succiones del pulgar del padre, y yo hice una interpretación casi definitiva que tenía 
que ver con el querer a papá todo para ella sola, así mamá se volvía negra, lo cual revelaba ira. Parece ser 
que dije: “Ella quiere echar a Gabrielle al cubo de la basura”.
Piggle: ¿Puedo volver a ponerme encima tuyo?
Seguía diciendo: “Haciendo que mamá se ponga negra”. Entonces Gabrielle dijo con bastante claridad: 
“Mama quiere ser la niñita de papá”.
Tenía muchísimas energías, y hubiese proseguido con el juego, pero papá ya tenía suficiente, y comenzó a 
negarse. Hacía mucho calor. También quedaba poco tiempo. La había parcelado.
Yo: La mamá negra es ahora Winnicott, y va a despedir a Piggle. Va a echar a Piggle a la papelera, como el 
nenúfar.
“Madre quiere ser la niñita de papá”. Y ésa pasó a ser la principal interpretación de la sesión. 
Tras la sesión se convirtió en una niña más adulta. Estuvo de buen talante y muy feliz. Por otra parte, fue 
observando todo en el camino a casa, viendo gatos y otros animales, comiendo su comida y sin crear 
problemas. Esa noche jugó constructivamente, de un modo en que no lo hacía desde tiempo atrás. “No sé 
quien es el tío Tom y quién es papá”.
Pensé que era posible ver en ello su creciente capacidad para aceptar la adhesión de la gente a las figuras 
básicas padre-madre, y que la observación hacía referencia al modo en que se valía de mí y de su padre, 
según su deseo, cambiando nuestros roles de acuerdo con los requisitos del juego.
En la actuación compulsiva, había habido una serie de acciones de conversión en madre, padre, bebé, etc., 
así que el juego por placer estaba fuera de la cuestión. Ahora había llegado al placer en el juego. Tal 
liberación e fantasía llevaba a una mayor libertad en la comunicación y en la exploración de lo malo, lo 
negro, lo destructivo, y otras ideas.
Comentarios
1) En el viaje en tren, acurrucada sobre las rodillas de su padre, succionándole el pulgar (yo no lo 
sabía).
2) Dramatización del acto sexual masculino sádico.
3) Idea de crecimiento natural, maduración.
4) Sentido de la distancia entre nosotros en los intervalos entre sesiones (fin de la negación).
5) Idea en evolución de mamá enfadada con Gabrielle por ser la niñita de papá…superpuesta a la idea 
de la cólera de Gabrielle ante los nuevos bebés nacidos de papá.
6) Erotismo uretral, excitación clitórica y masturbación evidente como bases funcionales de algunas de 
las formaciones fantásticas, y como parte de la búsqueda de información.
11
Alderete Alexis
Carta de la madre
“Cada noche hay la misma ceremonia: “Te hablaré del babacar… La mamá negra dice: “¿Dónde están mis 
yams?” (Pechos). Una vez pregunté con impaciencia “Bueno, ¿dónde están?” “En el servicio, con agujeros”.
Está muy preocupada por los yams. En una ocasión le comenté: “Pronto tus yams crecerán” Ella: “Y los 
tuyos morirán”.
“Últimamente ha fantaseado, lo repitió dos noches, que si el papá está en la cocina, las botellas están rotas, la
botella del Jarabe rose Hip y el biberón de Sush Baba, debe de haber cristales por todas partes y Piggle andar
por encima. [Depresión como evidencia de unidad del yo hacia el reconocimiento del propio impulso 
agresivo].
“En general, por lo que a su talante respecta, ha estado muy deprimida en ocasiones, y también 
desenfrenadamente destructiva y sucia. Ello se alterna con períodos razonablemente buenos, por encima de 
su edad y situación, y dosis considerables de limpieza y orden, lo cual llama la atención en nuestra muy 
descuidada familia”. [Dentro de la depresión, la fantasía es caos oculto, que se convierte en pulcritud en 
fases de conducta].
Quinta consulta
(Junio 9, 1964)
Gabrielle tenía entonces dos años y nueve meses, y Susan un año.
Era un día caluroso y habíamos abierto la ventana. Mis notas son relativamente oscuras debido al calor y a 
mi somnolencia.
Ella estaba ocupada en juguetes, el padre estaba en la sala de espera.
Piggle: Todo se cae. Tuve una así. Tenía un montón de lindos juguetes (mostrando una barrera). No hiciste 
vacaciones. 
Yo: Sí, las hice.
Piggle: Tengo una linda hermanita. Sale en su cesta para dormir. Tantos trenes. ¿Por qué? (Estaba armando 
un tren y necesitaba ayuda) Soy cada vez más, más grande. Voy a cumplir tres años. ¿Cuántos tienes tú?
Yo: Tengo sesenta y ocho.
Iba haciendo diversas tentativas de poner orden en los juguetes (interrumpiéndose para atender el paso de un 
carro con su caballo por el camino). Puso las iglesias en fila. [Inconvenientes debido a la ventana abierta. 
Fallo del sostén del ego].
Comentarios
1) La observación sobre el rizo y mi interpretación. Parecía ser el punto clave de la sesión. Su propio 
embarazo en fantasía pregenital.
2) Hacer niños con comida… ansiedades asociadas con ello.
3) Progreso (en cuanto a la maduración) desde los pechos de mamá al pene de papá.
4) Sra. Winnicott en el esquema de las cosas.
Carta de la madre
“Por dos veces pidió con mucha insistencia succionar mis pechos, y dio la impresión de disfrutar muy 
especialmente de la oportunidad. Siempre mezcla los posesivos “mí” y “tú” cuando habla de ellos.
“Tras una discusión acerca de sus malos tratos a su hermanita, besó a su padre y hermana, y dijo al padre: 
“No me beses, me pones negra. ¿Qué es negro?
12
Alderete Alexis
De una llamada telefónica de la madre
Tuvo un sueño: “Ninguna semilla crece, o sólo un poco, por las cosas malas que llevan dentro” (Ansiedades 
depresivas).
Sexta Consulta
(Julio 7, 1964)
La paciente tenía entonces dos años y diez meses. La saludé cuando llegó al umbral, diciéndole “Hola, 
Gabrielle”. Esa vez supe que debía llamarla Gabrielle, no Piggle.
Yo: Gabrielle ha vuelto a verme.
Gabrielle: Sí.
“Están juntos y se quieren” También reunió dos vagones de un tren.
Yo: Y están haciendo bebés.
Gabrielle: No, están haciendo amigos. [Concepto de afinidad de ego].
“Tengo un pequeño estanque para chapotear afuera (referencia al jardín) y dos invernaderos. Hay nuestra 
gran casa, y luego mi casa pequeña”.
Yo: La pequeña es tu propia persona.
Gabrielle: La tuya. (Lo dijo tres veces, y luego) Gabrielle. Winnicott.
Unió dos vagones.
Yo: Gabrielle y Winnicott son amigos, pero Gabrielle sigue siendo Gabrielle y Winnicott sigue siendo 
Winnicott.
Gabrielle: No hables así (Pero hablemos de papá). El bebé Sush es demasiado pequeño para hablar. ¿Qué es 
esta cosa rara?
Me mostró una palanca atada con una cuerda. Quería que la pusiera a la lcomotora para poder arrastrarla por 
toda la habitación. “Es una niña mayor que yo. Mayor que yo como yo soymayor que el Bebé Sush. Ella 
(Susan) ya anda sin cogerse a nada”.
Gabrielle: Pronto se pondrá más grande y andará sin papá ni mamá, y Gabrielle podrá andar sin Winnicott o 
sin nadie. Alguien dirá: “¿Qué haces?” Este es mi lugar. Quiero ir a tu lugar. Sal del paso. [Apoyo 
consiciente en la administración del proceso de maduración]
Cogió dos vagones y los frotó rueda contra rueda.
Yo: ¿Están haciendo bebés?
Gabrielle: Sí. A veces me tiendo de espaldas con las piernas levantadas cuando hay sol. No haciendo bebés. 
Tengo un vestido para el sl y bragas blancas.
Hizo una demostración tendiéndose en el piso con las piernas lazadas buscando el sol. [Masturbación con la 
fantasía de una forma de intercambio entre personas].
Gabrielle: Tengo zapatos nuevos. (No los que llevaba puesto).
Estaba desatando uno de los zapatos y quitándose los calcetines. Era una actividad del tipo “dentro-fuera2, 
dentro-fuera” quería que yo mirara su calcetín, en el momento de pasar su grande y grueso talón por el 
agujero.
Yo: Me estás mostrando grandes pechos. 
Gabrielle: Como pies.
13
Alderete Alexis
Gabrielle: Oigo un gran golpe (real).
Yo: ¿Hay alguien enfadado?
Gabrielle: No. El bebé Sush golpea. [Las identidades se clarifican].
Comentarios
1) Mi conciencia de que debía dirigirme a ella llamándola Gabrielle.
2) Desarrollo gradual del tema de la identidad.
3) Una versión de la declaración de Rey del Castillo.
4) Juego con partes de objetos que prefieren la idea de pechos (juegos “dentro fuera).
5) Avidez que se convierte en apetito.
Carta de la madre
“Quería decirle al Dr. Winnicott que mi nombre era Gabrielle, pero él ya lo sabía”. Lo dijo con satisfacción”.
Carta de los padres
“Ahora tiene una “Linda mamá negra”, que le corta las uñas (quizás usted recuerde de que solía arañarse la 
cara durante la noche cuando estaba angustiada, y lo ha hecho recientemente). La mamá negra, no obstante, 
vino a cortarle el pulgar con un trinchante. Pero dijo que le contaría al Dr. Winnicott que la mamá negra se 
había ido.
Séptima Consulta
(Octubre 10, 1964)
Gabrielle (que tiene ahora tres años y un mes) vino con su padre y se dirigió sin vacilar a los juguetes, 
rozándome al pasar el codo con su cabeza, por cuanto yo me encontraba sentado en el sueño. Cogió un 
juguete suave y grande.
Gabrielle: Sr. Winnicott, ¿qué es esto?
Yo: Es un camión.
Gabrielle: Ah (y comenzó a combinarlo con algo). Todos los problemas se han ido, así que no me queda 
nada que decirle.
Yo: Estoy viendo a Gabrielle sin problemas; sólo Gabrielle.
Gabrielle: Tenía una mamá negra que me traía problemas, pero ahora se ha ido. No me gustaba la mamá y 
yo no le gustaba a ella. Me decía tonterías.
Gabrielle: Ahora haremos un ferrocarril.
Cogió dos piedras que había traído en una ocasión anterior en una bolsa de papel, y había una aún mayor en 
el saco. Esto tenía relación con la mamá negra. Entonces vinculó la piedra grande con las dos más pequeñas.
Gabrielle: Sr. Winnicott, ¿por qué no tienes más trenes?
Gabrielle: ¿Te gustan mis juguetes? Son como los juguetes franceses, ¿no? Hemos estado en Francia. Yo no 
quería que nadie estuviese en Francia conmigo. [Resistencia a la introversión].
Gabrielle: Así que no puedo ir más aunque quiera. No los puedo ver y ellos no me pueden venir a ver. No sé 
qué hacer. Así que fui a la escuela a jugar. Me gustó. Todo anduvo mal por allí por las paperas.
Yo: No entiendo [había interpretado en términos de establecimiento de identidades].
14
Alderete Alexis
Gabrielle: ¿Dónde está ese lindo bote? ¿Dónde puse los botes? (Buscamos, pero no pudimos encontrarlos) 
¿Estarán en el cubo?
Aquí hubo algo referido a un pavo real.
Gabrielle: Pero ellos no entienden. Es baa. Los pavos reales sacuden la cabeza como diciendo que no. Nunca
dicen “oh, cariño” [Pavo real: D. W.W.]
Comentarios
1) Ella misma por sí misma, no a causa de las dificultades.
2) Clara declaración sobre el yo y el no yo.
3) Experiencia de intercomunicación.
4) Cuarentena. Muro defensivo entre yo y no-yo.
5) Control de los objetos externos en la limpieza.
6) Objetividad de los objetos reexternos.
La transferencia positiva se realizaba en parte en relación con un Sr. Winnicott real (es decir, no terapéutico)
y su habitación (esposa).
Es dable esperar que el fenómeno del negro también afecte aspectos de objetos del mundo real exterior a 
ella, y separado de ella.
Carta de los padres
El pagar a la mamá negra ha sido mencionado repetidamente.
“Hace bastante poco ha comenzado a tener nuevamente dificultades para ir a dormir. Necesita tener todas 
sus muñecas ositos y libros, sobre la cama, hasta el punto de que queda poco espacio para ella.
Octava Consulta
(Diciembre 1, 1964)
Gabrielle (ahora, de tres años y tres meses) entró y dijo: Primero jugaré con estos juguetes, después con este 
lindo juguetito”. Había traído un enorme soldado de plástico… “Lindo. Hagámoslos entrar a todos en el 
lindo pueblo”. [Tema de la negación de la suciedad].
Hice mención de la existencia de cierta suciedad. Cogió el tractor y dijo: “Es lindo. Susan también tiene un 
perro”.
Yo: ¿Dónde vive el tren de Winnicott? ¿Aquí o dentro de Gabrielle?
Gabrielle: Allí dentro (señaló un punto). ¿Qué va en este tren? ¿Y en éste? (Encontró un gancho 
perteneciente a un vagón) cuando pongo un tren… ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Casi aprieto al soldado y le hago llorar. 
Viene de mi casa. Me ayudó el Sr. Winnicott. ¿Qué es esto?
Yo: Para el equipaje y otras cosas?
Gabrielle: Aquí hay otro viejo tren con una gran locomotora.
Hice un comentario referente a su ponerse negra.
Gabrielle: No, la hace llorar. Entonces grito muy fuerte, me enfado mucho y grito más fuerte, y ella vuelve a 
llorar, y luego mamá y papá están enfadados. Ella es como Kiko, que es un oso salvaje en Francia.
Se sentó sobre el cordero. Seguía mirando al soldado, que estaba junto al tren.
Gabrielle: Este es un perro tonto (el cordero). ¿Quién le ató una cinta en el cuello? Es bonita. Yo también 
puedo atarla, pero el bebé no. Susan no puede.
15
Alderete Alexis
Gabrielle salió con su padre, dejándome con la suciedad y el desorden. Compárese esta actitud con el orden 
escrupuloso y la negación de la confusión anteriores. Gabrielle mostraba una cada vez mayor confianza en 
mi capacidad para tolerar el desorden, la suciedad, las cosas interiores, incontinencia y locura.
Comentarios 
1) La palabra clave era “lindo”, presagio de suciedad. Suciedad: fusión de expulsión agresiva con 
dación de amor: dependencia de cómo éste es recibido.
2) Comienzo de un enfrentarse con la pérdida por incorporación y su consecuencia: ansiedad y apoyo en
relación a los objetos interiores. Defensa: decoración del exterior de la persona (cinta en el cuello).
3) Suelta de algunos objetos interiores por disparidad (defensa…véanse sesiones anteriores).
4) Ambivalencia y lodo.
5) Primera vez que me deja el desorden.
Carta de los padres
“En realidad Susan es muy tierna con Gabrielle, pero muy enérgica cuando quiere algo. Es capaz de ser 
cruel”.
Carta de los padres
“Cada vez se resiste más a ir a dormir. Una de las razones que dio para ello fue la de que no quería crecer, 
así como tampoco ser adulto y tener bebés (se trata de un cambio de actitud…antes solía desear bebés). Sin 
embargo, desde hace un tiempo, no quiere dormir porque “quiero sentirme viva”.
“Se succiona el pulgar constantemente, y por lo general se la ve triste y tensa. Se despierta muy temprano 
por la mañana, y también por la noche, inquieta por la mamá negra”.
Carta de los padres
Las cosas parecieron cambiar muchísimo para ella cuando le dijimos que iría a verle. 2Entonces puedo sacar 
todas mis preocupaciones…, pero no alcanzará el tiempo”. No se succionó el pulgar en toda la mañana.
Parece tener dificultades con su identidad. Se desconoce, negando llanamente haber mordido a Sudan en el 
culo; o es Susan, negándose a ser llamada por su propio nombre, haciendo charcos en el suelo y gimoteando.
“También hay una parte de su persona de aparienciatan asombrosamente madura que resulta posible que sea
nuestra respuesta lo que le hace más difícil reunir los diferentes aspectos.
Novena consulta
(Enero 29, 1965)
Gabrielle (ahora de tres años y cuatro meses) entró sin vacilar a la habitación y se dirigió a los juguetes, 
dejando ir a su padre a la sala de espera.
Gabrielle: Le he visto varias veces antes (mientras coge uno de los animales suaves del revoltijo general de 
pequeños juguetes. Haciéndose con unos trenes). Esto es algo que encaja en el furgón; a veces Susan se irrita
por las mañanas. Llamé a los adultos: “Susan está irritada”. Ella dice: “Mi hermana mayor está levantada”.
Todo este tiempo jugó con los juguetes. “este no tiene nada que encaje” (mostrándome un furgón sin 
gancho). “Este es lindo…” Coge algo de entre la confusión reinante.
Le señale que estaba tratando de entender algo en base a un montón de partes, y ello significaba entender 
algo de Susan, Winnicott, mamá, y papá. Había cosas separadas dentro de ella, pero no era capaz de 
reunirlas en una sola.
16
Alderete Alexis
Gabrielle: Hemos decidido que Susan es realmente un pequeño monstruo. La llamamos Sra. Hickabout. 
Simón y el Rey Kickabout alrededor y Alrededor del Carbón. Papá va a decir que soy vile.
Yo: ¿Qué significa vile?
Gabrielle: La gente traviesa. Yo soy traviesa a veces. (Aquí algo sobre viajar en tren al venir a Londres) Nos 
metimos bajo tierra. ¡Mira!
Gabrielle: No sabe mamá. Es la mamá con una cara negra muy horrible. [Separación de la madre buena de la
madre mala].
Yo: ¿La odias?
Gabrielle: No sé qué me sucede. Lo mejor siendo obligada a salir de la cama por la mamá negra y tengo una 
cama tan linda. “No, Piggle, no tienes una linda cama” (Aquí estaba “en” una experiencia). No, Piggle no 
tienes una linda cama”.
Yo y Susan. Tendremos que encontrar un hombre papá para casarnos. Aquí hay unas botas. ¿Oíste lo que 
dije, Dr. Winnicott? Conseguí unos preciosos furgones para equipaje.
Ciertamente, la ansiedad tenía que ver con el sueño de la mamá negra. Pregunté entonces por los sueños y 
me respondió: Soñé que ella estaba muerta. No estaba allí”. En ese punto hizo algo de lo que estoy 
convencido que tenía gran significado, fuese lo que fuese aquello que simbolizaba.
Gabrielle: La quería mucho. Baah. Esto es lindo. ¿Quién mató a mamá? Teddy tenía un arma y está rota. La 
mamá negra es mi mamá mala. Me gustaba la mamá negra (aquí un sueño comunicado en forma de juego. 
Siguió hablando acerca del precioso furgón) sigamos jugando. [Ahora lo negro pasa a ser la negación de la 
madre luminosa o blanca o idealizada de la etapa preambivalente la de la madre como objeto subjetivo.
Nota
Los padres llamaron para informar de un cambio muy grande en la niña. Se había convertido en “una 
persona más rica y una pequeña llena de entusiasmo” ahora jugaba con su hermanita y se sentía menos 
perseguida. Ello daba por resultado que la hermana menor la agrediese menos. Se había vuelto más 
afectuosa con su madre y estaba en mejor disposición de jugar con ella. Dijo espontáneamente: “Dejé mis 
preocupaciones en cada del Dr. Winnicott y cogí buenas” (sacando partido de la nueva separación de 
identidades).
En una ocasión dijo a su madre: “Te conviertes en una mamá negra cuando te enfadas” en el estrato más 
profundo sin embargo, la mamá negra es la madre original buena o mamá subjetiva.
Comentarios 
1) Dificultad con los objetos internos u objetos de su experiencia diaria en términos de realidad psíquica
interior.
2) Mamá negra: rival en las camas, idea de ser “malvada”.
3) Mamá negra como versión dividida de madre; una que no comprende a los bebés, o una que los 
comprende tan bien que su ausencia o su pérdida lo pone todo negro.
4) Elemento positivo en la mamá negra. Tristeza en “mamá, mamá, mamá”.
5) Zonas de calma en la entrevista: mutua.
6) Mamá negra, ahora en términos de sueño: ensueño.
7) Memoria volcada a la experiencia oral erótica con cualidad orgásmica.
8) Muerte de la amada mamá negra (muerte violenta). Hay cólera contra la mamá perdida: con 
incorporación colérica alternativa.
9) El regalo para el Dr. Winnicott, sin envolver, significa abierto, claro, evidente (bebé).
17
Alderete Alexis
Carta de los padres, escrita por la madre
“La única cosa negativa que creo poder informar es su succión del pulgar, y la forma en que llama la 
atención sobre sí misma en compañía de adultos gritando galimatías y mostrándose en general excitada; con 
otros niños es tímida. (La succión del pulgar se vincula con la experiencia orgásmica con el objeto).
“Con su hermanita es paciente y comprensiva en una medida que a veces me hace avergonzar.
Carta de la madre
A diferencia de su hermana, nunca se muestra destructiva de modo fortuito; es cuidadosa hasta lo meticuloso
con sus cosas, arreglándolas y limpiándolas con frecuencia. La destructividad parece dominarla de 
improviso, cuando quiere derribar y rasgar objetos, en lo ostensible con bastante falta de pasión, seriamente 
decidida. [Poseída por la agresión dividida, no integrada].
Pero ahora también juega creativamente mucho más a menudo de lo que solía.
Decima Consulta
(Marzo 23, 1965)
Gabrielle (ahora de tres años y seis meses) llegó acompañada por su padre, y la hice esperar un poco. “El 
libro de Susan en el tren. Mi libro favorito. Natalie Susan, un bonito nombre. Es italiano. Yo soy Deborah 
Gabrielle”.
Le divertía articular esos nombres. (La actividad oral orgástica en torno del objeto en la sesión anterior).
Gabrielle: ¿Cuándo será tu cumpleaños? Quiero hacerte algunos regalos.
Yo: ¿Y el día de mi muerte?
Gabrielle: Veremos qué podemos hacer por ti. Mamá escribió una carta a Francia; lleva tres horas, casi un 
día, llegar allí.
Yo: Quieres decir que había otras cosas en el zoo, como serpientes.
Gabrielle: Dije a mi papá: “¿Son venenosas?” Estaba a punto de poner la mano, pero papá me apartó de un 
empujón (Aquí, algo sobre una niñita). Se podía decir que era feliz por su rostro.
Yo: ¿Eres una niñita feliz?
Gabrielle dijo algo referido a Susan.
Pasaba la mano por debajo de las ruedas del tren de un modo en que se tenía impresión de que estaba 
haciendo la demostración de algo que se hacía a sí misma. Dijo: “Duele mucho. ¿Tienes perro?”. [Hacia la 
masturbación].
“A veces se me permite detenerme para cenar”, brindándome así un marco de realidad para el sueño en el 
cual evitaba el comercio sexual; también un marco del cual Susan estaba excluida, Susan como 
complicación que no podía autorizar por entero.
Comentarios
1) Fácil restablecimiento de la relación expresamente comunicado en el juego.
2) Mi cumpleaños. Interpretación: día de la muerte.
3) Separatidad (juguetes dispares), y choques y golpes en el contacto.
4) Culpa por los impulsos destructivos hacia el objeto bueno.
5) Lo mismo en términos de hombre y mujer en la experiencia sexual.
6) Identificación con el hombre, sadismo hacia el vientre y los pechos (continente).
18
Alderete Alexis
7) Olores y confusión secretos; oro y belleza.
8) Materias interiores liberadas de las dobles obligaciones; es decir, de representar (engañosamente) su 
realidad psíquica interior, ahora comunicable en forma de sueño.
Undécima consulta
(Junio 16, 1965)
Gabrielle (ahora de tres años y nueve meses) es traída por su padre. Entra, en un estado que podría 
calificarse de gozo tímido. Inmediatamente fue hacia los juguetes del modo acostumbrado; habló en una voz 
gangosa, comenzando con: “La otra noche desperté y tuve un sueño sobre un tren. [Comparar con timidez 
inicial]. Susan entiende mejor.
Gabrielle: No puede hablar.
Yo: ¿Sería mejor que yo no hablara?
Gabrielle: Si escuchas, será mejor.
Yo: ¿Hablaré o escucharé?
Gabrielle: ¡Escucha! A veces Susan y yo estamos quietas como ratones.
Gabrielle ataca “Sally puso la tetera”, alterando la última línea de la letra con algo alusivo a su situación: 
“Situación la ha quitado”. [He aquí un anuncio de la fellatio y el sadismo oral en forma de proyección].
Gabrielle: Susan no puededecir: “Fuimos”; así que dice: “Pap fuim”. Es idiota.
Yo: Erais dos antes, y ahora sois cuatro.
Gabrielle: No, tres y tres cuartos. Yo soy muy grande. No soy del todo cuatro.
Yo: ¿Quieres ser cuatro?
Gabrielle: Sí. ¡Ahá!
Gabrielle empezó a contar desde uno, olvidando algún número, hasta llegar a “once”. Hubo un clímax en el 
ocho, que tenía que ver con la longitud del tren: “¿Qué será si agrego otro? ¿Nueve? No, será cuatro” 
(parecía una teoría). [Como si llevara la cuenta del número de sesiones habidas].
Gabrielle: Caí al suelo e hice temblar la habitación. Para despertar a los trenes par que volvieran a ponerse 
en marcha. Fuimos en un tren. Londres está tan lejos…
Yo: Lo que me estás diciendo con el tren es que sus trozos componen a Piggle, tres y tres cuartos; y es 
también la larga cosa de papá.
Gabrielle dijo: “Un gran wee; cortado de un tijeretazo; no” (aquí, zona oscura). Esto tenía que ver con un 
sueño de trenes. Le pedí que me dijera más al respecto.
Gabrielle: Arrastrar un gran tren; oh, se suelta, hace la prueba y choca contra algo, oh, cariño. Ahora 
comienza todo otra vez.
Reunió todos los trozos del tren lentamente y, así, lo desordenó de un golpe, apartándolo de su lugar y 
acercándolo a mí. En el sueño todo vuelve a comenzar.
Gabrielle: Las mujeres tienen dos agujeros, uno para wee y el otro para los bebés (puso un tren sobre un 
carro de caballos, como si se burlase). El wee-wee de papá en el agujero de una muchacha; ¡Mira cómo sale!
(refiriéndose a la chimenea del tren).
Entonces Gabrielle me habló de niños que ponían piedras en las vías del ferrocarril. Un hombre se golpeó 
horriblemente. Los niños eran traviesos. Les gustaba hacer eso. ¿Estaban enfadados con el weewee de papá?
Gabrielle: Sí. Fue los hombres que trataban de trabajar en las vías, no el conductor de la máquina.
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Alderete Alexis
Dije que se estaba riendo de mí al considerarme un hombre con wee-wee en lugar de pechos. Volvió la 
figura de hombre y presionó con el dedo el lugar en que debía hallarse el pene, con el hombre 
completamente en su poder, diciendo: “Dibuja sobre la bombilla”. Dijo algo que incluía “un gran wee-wee, 
como un pecho [Control de un hombre; defensa contra la ansiedad re-división sádica de la función sexual 
masculina].
Gabrielle: ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? 
Yo: Estás enfadada con el wee-wee del hombre; no debería tenerlo.
Gabrielle: El hombre es un gran ladrón; es horrible. [Envidia de pene].
Le dije que estaba hablando del hombre que usaba su wee de un modo horrible para hacer bebés (recordando
el vaciado del perrito).
Entonces inició con gran lentitud un nuevo juego, disponiendo una larga hilera de casas y otra en ángulo, de 
modo de formar un patio (era la hora, pero aún no estaba preparada para marcharse).
Yo: ¿Qué es lo que estado escuchando hoy?
Gabrielle: Uno de los vecinos dice: “Dime y te diré” [Buen chiste].
Hice entonces mi interpretación de conjunto, y pareció ser lo que ella esperaba.
Yo: El hombre es un ladrón. Roba los pechos a la madre. Luego usa los pechos robados como una cosa larga
(como el tren), un wee-wee, que pone dentro del agujero para bebés de la muchacha, y siembra allí bebés 
(animales en el juego) No le hace sentir tan mal el haber robado.
Ahora sí estaba dispuesta a marcharse, y fue a buscar a papá.
Gabrielle: Mejor nos vamos, porque nuestro tren debe de estar esperándonos para partir, y es mejor que nos 
demos prisa.
Y no se dejó desanimar cuando su padre intentó explicar que no corría prisa porque de todos modos habrían 
de esperar.
Comentarios
1) D.W. W. escucha. Incluye control de D.W. W.
2) Control de la función sexual masculina diferneciada: temor al pene, que incluye:
3) Envidia de pene francamente expuesta.
4) Interpretación del hombre y su función sexual masculina que incluye la fantasía sexual; es decir, fin 
de la función diferenciada.
5) Inclusión de la reparación del hombre respecto de la culpa por su agresión.
Carta de la madre
Perdimos la llave del cuarto de baño, de modo que cuando su padre se baña, Gabrielle y Susan entran y 
alborotan un poco”.
Carta de la madre
Se ha convertido en una niña muy organizada y controlada, con muchas consideraciones prudentes 
realizadas antes de comprometerse en cualquier curso de acción.
“Le gusta su parvulario, concurre dos horas y media por día, y anhela un amigo, pero encuentra muy difícil 
hacer amigos y por lo general juega sola, si bien creativamente.
“Ha adoptado un enfoque mucho más benevolente respecto de su madre”
20
Alderete Alexis
“Como siempre, me asombra su penetración psicológica de la gente (incluyéndome a mí) y de las 
situaciones, y su capacidad para formular las precisiones del caso.
“Temo no haber sido una niña tan linda como soy ahora. Soy una hermosa niña aseada; limpio las cosas”. 
Había estado poniendo orden en las cosa con gran dedicación. Percibo que estoy en la imagen sólo en el 
nivel más superficial.
Duodécima consulta
(Octubre 8, 1965)
Yo estaba en la puerta cuando el padre y la niña (hora de cuatro años y un mes) llegaron en un taxi. “Hola, 
Gabrielle”. Me clavó los ojos y luego pasó a la habitación en que los juguetes e hallaban amontonados bajo 
el estante, como de costumbre. Se sentó en el suelo y dijo: “Vamos a mirar los juguetes”. Entonces cogió el 
cordero.
Gabrielle: Tenemos uno así en casa. Lamento haber llegado tan tarde, pero el tren se detenía y se detenía y 
se detenía y luego la parte de atrás se incendió, pero afortunadamente nadie se lastimó.
“La capacidad de estar solo en presencia de alguien”, sentada en el suelo, jugando, mascullando, y 
obviamente consciente de mí.
Gabrielle: pone una falda.
Rodeé la bombilla con un trozo de papel, y se convirió en una señora, y ella la colocó en la librería, frente a 
nosotros.
Yo: ¿Es mamá?
Gabrielle: No.
Es característico en esta niña que las palabras “sí” y “no” tengan su significado exacto en las sesiones.
Yo: ¿Es aquello que Gabrielle quiere llegar a ser?
Gabrielle: Sí.
Vi que frotaba un cochecito con el dedo. Comprendí que se refería a la masturbación, y permanecí en 
silencio.
Gabrielle: Este coche es un coche tonto. Va por aquí y por allí cuando no se lo espera.
Y le dio vueltas y vueltas en sus manos. Entonces cogió una pequeña figura que empleó como hembra.
Gabrielle: Esta señora está siempre acostada. Se acuesta una y otra y otra vez.
Yo: ¿Mamá?
Gabrielle: Sí.
Yo: ¿Es negro lo que no ves?
Gabrielle: No puedo verte porque eres negro.
Yo: ¿Quieres decir que cuando no estoy soy negro y no puedes verme? ¿Y entonces pides venir y verme y 
me miras bien y yo soy claro o cualquier otra cosa distinta del negro?
Gabrielle: Cuando me voy y te miro te pones negro, ¿no, Dr. Winnicott?
Yo: Así que pasado un tiempo tienes que verme para ponerme blanco de nuevo.
Pareció ocuparse de la idea y siguió jugando con gran lentitud. Trataba de mantener en pie una pequeña 
figura sobre un furgón, una tarea imposible, y al hacerlo golpeó su cabeza contra mi rodilla.
Yo: Si pasa mucho tiempo, empiezas a preocuparte por esa cosa negra que me pone negro, y no sabes qué es 
la cosa negra.
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Alderete Alexis
Aquí, yo me refería a la mamá negra y a los objetos negros de sus estados ansiosos.
Gabrielle: Sí (en un tono bastante convincente).
Yo: Así cuando vienes me echas una buena mirada y me vuelves a poner blanco.
Gabrielle: Sí.
Empecé a jugar con interpretaciones:
“Es un pecho si soy papá” Dijo con tono definitivo: “No, es una cosa wee-wee (el “no” significaba no un 
pecho).
Yo: Querías sacar un bebé de la confusión.
Gabrielle: Sí.
Yo: Pero no sabes muy bien cómo.
Gabrielle: No.
Yo: Entonces empezó a asustarte un poco la idea de tener a papá todo para ti sola en el tren, especialmente al
pensar en lo que querías hacerle, porque tú quieres hacerle a papá lo mismo que me muestras al quitar el 
relleno al perro.
Dijo a uno de los vagones que manipulaba: “¡No te prendas a mi falda!” Y comenzó a ponerse el cardigan, 
operación que le llevó un tiempo considerable.Yo: Realmente te asustó un poco pensar en comerte el interior del wee-wee.
Gabrielle: Sí. ¡Caray! (con lo cual quería decir: No hace calor, y qué cansada estoy”).
Yo: ¿Quieres ayuda?
Gabrielle: No.
Entonces hice varias interpretaciones.
Te asusta pensar, que si me quieres arrancas el relleno de mi wee-wee.
Gabrielle: Sí.
Yo: Si es el pecho de la madre, sacas lo que lleva dentro para engordar y crecer, pero cuando se trata de un 
wee-wee, lo que verdaderamente deseas es tener dentro algo con que hacer bebés.
Gabrielle: ¡Oh, sí!
Yo: La llave en tu bolso es como tener un lugar en que almacenar todo lo que sacas de mí, un wee-wee que 
es tuyo, para guardarlo, algo que podría convertirse en un bebé.
Yo: Te asusta u poco tenerme realmente todo para ti sola. Cuando me tienes a mí o a papá a solas tienes el 
wee-wee entrando y haciendo bebés, y así no tienes que ir hasta él y quitar lo que lleva dentro, así no lo 
sientes tan horrible, pero entonces sientes que Susan se pondrá celosa porque es muy bueno.
Pero incluir a Susan excedía sus posibilidades… un cuarto no cabía. Eso parecía correcto.
Gabrielle: Sr. Winnicott, voy al servicio. Volveré en un minuto.
Entonces cogió la llave y la probó en mi puerta (el pestillo cubre el agujero de la cerradura, y no se puede 
mover a causa de la pintura reseca. Intenté ayudarla, pero fracasé).
Yo: Podrías probar desde el otro lado (afuera).
Gabrielle: Pero me quedaré encerrada afuera (esbozo de broma). Y quería estar dentro. Entonces, cuando 
traté de ir lo abriría desde fuera… (lo cual implica: esta idea no funciona). No sería capaz de entrar para 
permitirme salir.
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Alderete Alexis
Comentarios
Yo en la silla, por primera vez.
1) Ella misma como niña con faldas.
2) Actividad onanística critorial femenina idea de la mujer siempre acostada (preparatoria para el tema 
de la menstruación).
3) El negro como negación de ausencia (mirada como negativa al no ver), cubriendo el recuerdo del 
objeto ausente.
4) El cierre de su bolso. Llave en la puerta. Rojo en las faldas (menstruación). Idea del erotismo genital 
femenino-vulvar, vaginal.
5) Atención re-ataque sádico sobre el vientre del fauno (o perro).
6) Bebés surgidos de los hombres. Inmadurez para ser tolerada.
7) Tema de la cuarta persona; no hay lugar para su hermana (Susan).
Carta de la madre
“Creo que mi esposo le dijo por teléfono que se encontraba mucho más serena desde su última entrevista con
usted: menos succión del pulgar, muy pocos arranques de destructividad y una actitud mucho más tolerante 
para con sus propias manías.
Carta de Gabrielle (dictada)
“Te enviaremos un cuchillo para que cortes tus sueños, y mandaremos nuestros dedos para coger las cosas, y
te enviaremos unas bolas de nieve para arrojar cuando viene la nieve, y te enviaremos unos lápices para que 
dibujes un hombre.
Carta de la madre
Gabrielle ha estado muy triste, echada en el suelo succionándose el pulgar, lloriqueando a la menor 
provocación, e incapaz de dormir por las noches. Ha pedido verle con urgencia. Me ha preguntado varias 
veces por la carta que le escribió, diciendo que ha olvidado lo que ha puesto en ella.
Decimotercera consulta
(Noviembre 23, 1965)
Hubo una entrada muy especial, caracterizada por la timidez; Gabrielle tenía ahora cuatro años y tres meses. 
Cuando penetró en la habitación cerró la puerta y se dirigió sin vacilar hacia los juguetes.
Gabrielle: Papá sabe reparar cosas; somos inteligentes. Mamá no es nada inteligente. En la escuela, yo 
misma hice un tractor, e hice uno para Susan también. Al hacerlo me llené de cola de pegar.
Yo: ¿Te gusta ser reparada o te gusta venir por mero placer?
Gabrielle: Por placer, porque entonces puedo jugar más (lo dijo en un tono categórico). Oigo a alguien que 
silba fuera.
No oí nada y pregunté: ¿O fui yo al escribir?”
Cuida los juguetes. No dejes entrar a papá.
Cerró cuidadosamente la puerta al salir, y estuvo fuera tres minutos.
Gabrielle: Aquí, Dr. Winnicott, voy a quedarme un poco más que de costumbre. Puedo jugar más s tengo 
más tiempo. No necesito precipitarme.
Yo: A veces te asustas de algo, y entonces quieres irte de improviso.
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Alderete Alexis
Gabrielle: Porque se hace tarde. No puedo desabrochar esto (Lo hice por ella). ¿Crees que se podrá poner 
esto allí arriba? (Es decir, sobre el estante con el retrato de la niña de siete años) Esto también podría ir allí. 
No lo bajes, ¿quieres?... déjalo allí.
Yo: Hasta la próxima vez que vengas. Percibes que esto te da cierta esperanza de volver a verme.
Gabrielle: Todo el tiempo.
Para un niño de esa edad es imposible desentrañar el significado de un juego, a menos que lo juegue y 
disfrute. Por principio, el analista siempre permite que se establezca el goce del juego antes de emplear su 
contenido para interpretación. Hubo un período al final en que percibió que se estaba quedando un poco más 
de lo habitual simplemente porque le gustaba estar conmigo cuando no se sentía asustada, y cuando se veía 
capaz de obtener placer y expresar en forma positiva su relación conmigo como persona. “Te dejaré 
acomodar las cosas”. Y así se marchó, poniendo gran cuidado en cerrar completamente la puerta.
Comentarios
1) Asignación de adultos a los niños, reservarme sólo para ella.
2) Desarrollo de la capacidad de ser su propia “reparadora”.
3) El tren (análisis) había marchado con lentitud, pero había cubierto todo el camino a Londres: su 
destino.
4) Tristeza ante la perspectiva de finalizar.
5) Seguridad acerca de su lugar en mi vida.
6) Expresión de haber sido sólidamente unidos; ahora se encuentra satisfecha y creativa.
7) Revista de los diferentes roles de D. W. W. en que se validó de él.
Decimocuarta consulta
(Marzo 22, 1966)
Gabrielle (ahora de cuatro años y seis meses) fue traída por su padre. Era evidente que le complacía 
enormemente encontrarse una vez más ante la puerta de entrada.
Debí repetir una aparición súbita desde debajo de las cortinas que parecía ser una especie de parto. Entonces,
tuve que convertirme en una casa, y ella entró cautelosamente en la casa y se fue haciendo cada vez más 
grande, hasta que la casa ya no pudo contenerla y estalló, expulsándola.
Comentarios
1) En armonía con el superego.
2) Evidencia de capacidad potencial para el goce genital.
3) Exploración de las reacciones ante las separaciones prolongadas y la preparación para terminar.
4) El tema del nacimiento.
Decimoquinta consulta
(Agosto 3, 1966)
Gabrielle (ahora de casi cinco años) llegó con su padre; lucía muy bien y muy madura. Estaba impaciente y 
llena de sentido de la anticipación. 
“De modo que el Winnicott que has inventado era todo tuyo y ahora has terminado con él y ya nadie podrá 
tenerlo”.
Me pedía que gritara más pero arguí que ya no me quedaban gritos.
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Alderete Alexis
Yo: Se ha ido todo.
Gabrielle: Nadie volverá a verte. ¿Eres doctor?
Yo: Sí, soy doctor y puedo ser el doctor de Susan, pero el Winnicott que tú inventaste ha terminado para 
siempre.
Gabrielle: Yo te hice.
Yo: A mí también me gustaría terminar contigo, para poder ser los otros Winnicott y no verme obligado a 
ser este Winnicott especial de tratamiento inventado por ti.
Comentarios
1) Eclosión de la madurez adecuada a la edad.
2) Se enfrenta con la separación y sabe que la reunión es posible.
3) Ejercicio de la seducción femenina.
4) Resumen del análisis, habiendo reorganizado su vida dentro de una transferencia positiva.
5) Así, el odio se puede sentir y ejercer desde que no destruye la buena experiencia interanalítica.
Decimosexta consulta
(Octubre 28, 1966)
Gabrielle tenía ahora cinco años y dos meses. Esta sesión, se asemejó más a la visita de un amigo a otro. 
Tras aguardar con su padre por espacio de cinco minutos, porque habían llegado temprano, el padre pasó a la
sala de espera; pronto advirtió los diversos cambios habidos en la habitación, y comenzó a hacer lo que 
obviamente, deseaba hacer.
La hora que pasamos juntos se dividió en tres partes, siendo la primera la más importante.Preguntó por el 
rodillo. Esto es, la regla cilíndrica.
Siguió hasta estar satisfecha, hasta haber tenido lo suficiente. Y pasamos a la fase dos.
Mientras me sentaba en la pequeña silla para tomar notas, como en los viejos tiempos, se sentó en el suelo 
dándome la espalda…”sola en mi presencia” hablaba a los animales y a los juguetes, y sólo ocasionalmente 
me aclara que esperaba que yo escuchara. No jugaba con el propósito de comunicarse.
Yo: Estás recordando para ti misma lo que los juguetes significaban cuando eras una pequeña Piggle en vez 
e una gran Gabrielle.
Gabrielle: Vamos a volver a jugar.
Fue encontrar un libro de dibujos infantiles. Lo observó atentamente y pareció divertida con ls pequeños 
trozos de historia que yo podía contarle. Entonces miramos otro libro, que tenía numerosas ilustraciones.
Yo: te da vergüenza contarme algunas de las cosas que piensas.
Asintió, pero con poco entusiasmo.
Yo: Yo sé cuándo estas verdaderamente avergonzada, y es cuando quieres decirme que me quieres.
Su gesto de asentimiento fue muy definido.
Ya era hora de marcharse, y estaba bastante dispuesta a ir a buscar a su padre. Era evidente que había 
disfrutado de la visita, no dio muestra alguna de hallarse molesta, como su hubiese intentado algo sin 
lograrlo. Sonó enteramente natural al decir adiós, y dejó la impresión de una niña verdaderamente fresca y 
psiquiátricamente normal, de cinco años.
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Gabriela Ardila