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“Serenidad: Martin Heidegger” Titular: Otero, Susana Materia: “Deontología” Integrantes: Fernández, Mariana Murúa, M. Belén Pandolfo, Gabriela Riera, Ariel Comisión: EN Fecha de entrega: 28 de abril del 2011 USAL UNIVERSIDAD DEL SALVADOR Serenidad en Heidegger: El hombre en el fondo de su esencia, posee la capacidad de pensar, está destinado y determinado a pensar. Solamente aquello que poseemos con conocimiento o sin él podemos también perderlo, o desembarazarnos de ello. La creciente falta de pensamiento reside en su huida ante el pensar. El hombre de hoy negará incluso esta huida ante el pensar, afirmará lo contrario. Un pensar de este tipo es imprescindible. El arraigo del hombre de hoy está amenazado en su ser mas intimo. Aun más, la pérdida de arraigo no viene simplemente causada por las circunstancias externas y el destino, ni tampoco reside solo en la negligencia y la superficialidad del modo de vida de los hombres. La pérdida de arraigo procede del espíritu de la época en la que a todos nos ha tocado nacer. El autor describe dos tipos de pensar (ambos, a su manera, son justificados y necesarios): el pensar calculador y la reflexión meditativa. En el pensar calculador contamos de antemano con determinados resultados. Este cálculo caracteriza a todo pensar planificador e investigador. El pensamiento que cuenta, calcula; calcula posibilidades continuamente nuevas. La reflexión meditativa es cuando nos referimos a que el hombre de hoy huye ante el pensar. El pensar meditativo, a diferencia del calculador, no se da tan espontáneamente. El pensar meditativo exige a veces un esfuerzo superior. Exige un largo entrenamiento. Requiere cuidados aún más delicados que cualquier otro oficio autentico. El autor menciona al poeta Peter Hebel, el cual reflexiona que para que florezca verdaderamente alegre y saludable la obra humana, el hombre debe poderse elevar desde la profundidad de la tierra natal al éter. Éter significa aquí: el aire libre del cielo alto, la abierta región del espíritu. Esta reflexión el autor la relaciona con el fenómeno actual de los modernos instrumentos técnicos de información que estimulan, asalta y agitan al hombre y de este modo, nos dan cuenta de una pérdida de arraigo que procede del espíritu de la época presente. Así, Heidegger caracteriza al espíritu de la época actual y explica que la época que ahora comienza se denomina la era atómica. Su característica más llamativa es la bomba atómica. Pero este signo es bien superficial, se ha caído en la cuenta de que la energía atómica podía ser también provechosa para fines pacíficos. Por eso, hoy la física atómica y sus técnicos están en todas partes haciendo efectivo el aprovechamiento pacifico de la energía atómica mediante planificaciones de amplio alcance. Se mira al negocio atómico como la nueva felicidad. 1 Desde hace algunos siglos, tiene lugar una revolución en todas las representaciones cardinales. Al hombre se le traslada así a otra realidad. Esta revolución radical de nuestro modo de ver el mundo se lleva a cabo en la filosofía moderna. De ahí nace una posición totalmente nueva del hombre en el mundo y respecto al mundo. Ahora el mundo aparece como un objeto al que el pensamiento calculador dirige sus ataques y a los que ya nada debe poder resistir. La naturaleza se convierte en energía para la técnica y la industria modernas. El poder oculto en la técnica moderna determina la relación del hombre con lo que es. Este poder domina la Tierra entera. El hombre comienza ya a alejarse de ella para penetrar en el espacio cósmico. El suministro inmediato de las nuevas energías ya no dependerá de determinados países o continentes, como es el caso del carbón. En un tiempo previsible se podrán construir centrales nucleares en cada lugar de la tierra. Lugo, el autor propone una actitud para afrontar esta situación: Para todos nosotros, las instalaciones, aparatos y maquinas del mundo técnico son hoy indispensables, para unos en mayor y para otros en menor medida. Sería necio arremeter ciegamente contra el mundo técnico. Dependemos de los objetos técnicos, nos desafían incluso a su constante perfeccionamiento. Sin darnos cuenta, nos encontramos tan atados a los objetos técnicos, que caemos en relación de servidumbre con ellos. Pero también podemos hacer otra cosa. Podemos usar a los objetos técnicos, servirnos de ellos de forma apropiada, pero manteniéndonos a la vez tan libres de ellos que en todo momento podamos desembarazarnos de ellos. Podemos decir “sí” al inevitable uso de los objetos técnicos y podemos a la vez decirles “no” en la medida en que rehusamos que nos requieran de modo tan exclusivo, que dobleguen, confundan y finalmente, devasten nuestra esencia. Así, denomina esta actitud que dice simultáneamente sí y no al mundo técnico como la serenidad para con las cosas. La actitud por la que nos mantenemos abiertos al sentido oculto del mundo técnico se denomino la apertura al misterio. Cuando se despierte en nosotros la serenidad para con las cosas y la apertura al misterio, entonces podremos esperar llegar a un camino que conduzca a un nuevo suelo y fundamento. Articulación con la película “La seguridad de los objetos”: Sinopsis: En una casa modesta de la América suburbana, Paul Gold -Joshua Jackson- yace en coma en su habitación, cuidado por su madre, Esther -Glenn Close-. Esther sumisamente atiende a Paul día y noche, y esto la ha distanciado de su marido Howard -Robert Klein- y su hija adolescente Julie -Jessica Campbell-. 2 A dos pasos de allí, Annette Jennings -Patricia Clarkson- está viviendo un divorcio difícil, intentando por todos los medios que ella y sus dos hijas puedan llevar una vida normal, con un presupuesto que va disminuyendo rápidamente. Mientras tanto, tras años de total dedicación a su trabajo, Jim Train -Dermot Mulroney- empieza a darse cuenta de que su familia, encabezada por su eficiente esposa Susan -Moira Kelly-, funciona perfectamente sin él. Su hijo Jake -Alex House- tiene sus propios problemas, ya que cada vez le resulta más difícil ocultar su romántica y floreciente relación con Tani, la muñeca de plástico de 30 cm. de altura de su hermana pequeña. Helen Christianson Mary Kay Place- está aburrida de su marido y de las banalidades de su vida. Oculta tras una fachada alegre, ella ya ha empezado a buscar secretamente algo o alguien que le devuelva la vida. Además, está Randy -Timothy Olyphant-, que realiza trabajos de jardinero en el barrio, es simpático y extrovertido por fuera, pero guarda unos oscuros secretos que pronto saldrán a la superficie. Viven sus vidas rodeados de posesiones a las que tienen cariño. Pero durante el transcurso de cuatro días, los mundos entrelazados de los Gold, los Trains, los Christianson y los Jenning chocarán con el pasado. Lo más llamativo de la película es la intensa relación que establecen los personajes con los objetos que los rodean y la impresión que nos deja de que han estado dirigiendo sus emociones, sus autoafirmaciones en las cosas equivocadas (para alejarse quizás de aquellas cosas que realmente son causas de sus dolencias). Notamos esta creciente falta de pensamiento de la cual nos habla Heidegger, la cual reside en su huida ante el pensar. Así vemos como, a lo largo del film, los personajes van revelando su intensa relación con diferentes objetos: Jim Train, aferrado tanto tiempo a su trabajo, lo hace ahora al premio del auto que puede llegar a ganarse su vecina Esther, alejándose así de su familia; su hijo, no puede enfrentar lo nuevo de su entrada en la pubertad, aferrándose y estableciendo una relación con una muñeca; Esther se encuentra muy aferrada a su hijo en coma, el cual a esta altura es tratado como objeto también,y se aleja así del duelo y de la aceptación de la pérdida; la hija de Esther se aferra a la guitarra de su hermano, contando los días que lleva en coma, y también al premio del automóvil, poniendo ahí toda la energía que debería colocar en resolver el drama de haber sido, en parte, responsable del accidente; estos son algunos ejemplos. Ya en el desenlace, vemos cómo los personajes comienzan a cambiar su forma de pensar, pasando de lo calculador a lo reflexivo, dándose cuenta de que tienen que 3 volver a redefinirse a sí mismos si quieren continuar viviendo: Reparamos en la escena donde todos regalan, a los nuevos vecinos, aquellos objetos a los que se veían atados: Annette Jennings se deshace de aquel mueble que pertenecía a la familia de su ex-marido, Helen Christianson regala su aparato para hacer ejercicios, Sam su pelota, el hijo de Jim su muñeca, por ejemplo. "La Seguridad de los Objetos" nos muestra al hombre frente a la temporalidad y la forma en que esta influye en el. Personajes como Esther y Randy ven su existencialidad perturbada por el pasado, se encuentran anclados en un presente nimio, con proyectos que en realidad únicamente los distraen de su verdadero temor: la muerte y lo que significa aceptar la finitud, tanto de uno mismo como de una etapa (lidiar con el estado comatoso permanente de su hijo para Esther, y la muerte de su hermano menor para Randy), la negación de la temporalidad y el intento de recrear el pasado, no aceptar lo que ya a sido. Jim, ante el fracaso de un proyecto (obtener un ascenso en su trabajo) se embarca en uno nuevo, uno que siente que puede darle un nuevo sentido a su existencia, sin embargo como toda elección, esto tiene sus consecuencias, su elección lo distancia de su esposa e hijos, la posibilidad de elegir en si misma causa angustia y la elección de un camino implica la renuncia a otro ya que el tiempo nos limita, generando culpa por no poder realizar todas las potencialidades. Helen ve al paso del tiempo manifestándose en su propio cuerpo, la vejez es algo que le causa temor y le impide aceptar esta nueva etapa de su vida, no logra establece proyectos que le habrán nuevas posibilidades. También se nos muestra otro aspecto del "Dasein": las relaciones vinculares, el ser en el mundo. Vemos como Jake, ante el advenimiento de la pubertad, sale al mundo a establecer relaciones con sus pares y la angustia que esto le provoca, angustia ante lo desconocido, a la nada. La relacion de Esther con su hija y de Anette con ex-esposo no smuestran la variedad en que estos vinculos pueden manifestarse. Interpretando desde la Serenidad, la pelicula nos muestra personajes que se mueven en el mundo con un pensar calculador, buscando en los objetos respuestas a cuestiones que requieren un pensar meditativo. Los personajes se terminan de definir más por sus interrelaciones que por si mismos y están unidos por sentimientos y búsqueda de reconciliación. El pasado adquiere absoluta injerencia en el presente, y los personajes quedan anclados en sus propios recuerdos, tanto trágicos como felices. Asi vemos como mediante la búsqueda de un auto nuevo, un electrodoméstico, o juguetes se trata de llenar un vacio existencial. Hacia el final de la película vemos como tras adoptar una actitud más meditativa, los personajes hacen las paces con su pasado y logran un ser-en-el-mundo más pleno, mediante la comprensión y el hable, el vinculo con el otro y la reflexión sobre unos mismo. Así abandonan los objetos a los que tanto se habían apegado, logran serenidad ante las cosas, el desapego hacia los objetos que nos permite tenerlos sin ser dependiente de ellos. 4 La película parecería tener la misma línea que la reflexión de Heidegger, invitándonos, a su modo, a lograr aquella serenidad que implica poder decir sí y no al mismo tiempo al mundo de las cosas. Como conclusión para nuestra futura vida profesional, entendemos que nuestro trabajo implicará ayudar a nuestros pacientes a lograr esta serenidad, esta actitud de mantenerse abiertos al sentido oculto del mundo de las cosas, la apertura al misterio (lo inconsciente), y que puedan llegar a encontrar así el verdadero sentido del síntoma que lo conducirá a, en palabras de Heidegger, “un camino que conduzca a un nuevo suelo y fundamento”. Entendemos el alejamiento hacia estos otros objetos como resistencia para no enfrentarse al verdadero sentido del síntoma y que nuestro rol como psicólogo será el de ayudarlo a romper esas resistencias. De este modo creemos que el psicólogo, a través de su experiencia y sus conocimientos, debe fomentar y ayudar al paciente en su autoconocimiento, por medio del pensamiento reflexivo. Si bien en la vida debemos tomar ciertas decisiones que nos puedan llevar al planeamiento, debemos encontrar esa "serenidad" que plantea el autor. Y a esto se arribará, soltando nosotros mismos los objetos a los que estemos apegados, tanto en lo personal, como los posibles conflictos infantiles, como en lo profesional, en el hecho de cerrarse en una sola línea de pensamiento, lo que a su vez llevaría a una ecotomización dfel sujeto y no estaríamos viéndolo por el mismo sino por nuestro propio contexto. Habría que lograr un desapego de prejuicios y pensamientos para ver realmente a quien tenemos en frente per se. Consideramos necesario también plantear en esta instancia la necesidad de que el terapeuta realice su propia terapia, para lograr él primero este cambio de pensamiento y conseguir así un mayor entendimiento de su propia persona y de sus limitaciones como sujeto y como profesional. 5