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8 . CANARIAS MÉDICA Y QUIRÚRGICA�Enero – Abril 2007
Biomecánica del hombro y 
sus lesiones
estructuras blandas que permiten
su mayor estabilización. Posee una
gran y laxa cápsula y está revestida
de una sinovial, en la que se unen
los sistemas músculos-tendinosos.
El labrun es un anillo fibrocartila-
ginoso que rodea la periferia de la
cavidad glenoidea aumentando su
profundidad y mejorando de esta
manera la contención de la cabeza
del húmero. En él se insertan los li-
gamentos glenohumerales supe-
rior, medio e inferior y el tendón
de la cabeza larga del bíceps. Los li-
gamentos glenohumerales forman
una sábana de tejido fibroso que
rodea la cabeza humeral y la cavi-
dad glenoidea. Este complejo liga-
mentoso formado por los ligamen-
tos glenohumerales y el labrum
son los llamados estabilizadores es-
táticos.
La articulación acromioclavicu-
lar es una juntura artrodial que en-
vuelve la margen medial del acro-
mio y la extremidad acromial de la
clavícula. Estas funciones son reali-
zadas por dos fuertes estructuras li-
gamentares: los ligamentos anterior
y posterior de la articulación y los
ligamentos coracoclaviculares, que
limitan la separación de la clavícu-
la y de la escápula. Los ligamentos
conoides y trapezoides evitan el
desplazamiento clavicular en el
plano supero-inferior. Esta articu-
lación presenta pocos grados de
movimiento, pero que son esencia-
les para las funciones normales del
hombro. Los movimientos que re-
aliza son de abducción, aducción,
retroversión y anteversión.
La articulación esternoclavicular
es una juntura en silla y biaxial. Es
la única articulación que conecta la
extremidad superior al esqueleto
Introducción 
La articulación del hombro es
una de las articulaciones más com-
plejas del cuerpo humano debido a
la movilidad que posee, debiendo
lograr, en el conjunto de sus es-
tructuras, el equilibrio entre su
amplitud articular y la estabilidad.
Los diversos mecanismos estabili-
zadores estáticos y dinámicos que
la constituyen hacen cumplir este
objetivo.
La plena capacidad funcional
del hombro es el resultado de la ac-
ción conjunta de estos estabiliza-
dores sobre las articulaciones gle-
nohumeral, acromioclavicular y es-
ternoclavicular. Debido a su alto
grado de movilidad y su particular
situación anatómica, el hombro
presenta comúnmente afecciones
degenerativas e inflamatorias a las
cuales se denomina genericamente
Hombro Doloroso. La causa más
frecuente de estas lesiones es la in-
flamación músculo-tendinosa alre-
dedor de la articulación glenohu-
meral.
Estas alteraciones limitan el
movimiento y producen dolor,
que pueden irradiarse por los der-
matomas correspondientes y lle-
garen a ser percibidos a cierta dis-
tancia del mismo, pudiendo indu-
cir al error diagnóstico. En otras
ocasiones, se pude observar que el
dolor en el hombro irradia desde
otras zonas del cuerpo, como la
columna cervical, el corazón o las
vísceras abdominales. En estos ca-
sos, la movilidad articular es nor-
mal.
En esta ocasión abordaremos el
hombro doloroso y algunas lesio-
nes periarticulares.
Anatomía y Biomecánica del
Hombro
El esqueleto del complejo arti-
cular del hombro esta constituido
por tres huesos principales: la claví-
cula, la escápula y el húmero. La
clavícula y la escápula forman la
cintura escapular, donde se articula
el húmero formando la articula-
ción glenohumeral, principal arti-
culación de la cintura escapular. El
húmero es el brazo de palanca pro-
ximal del miembro superior.
Los huesos de la región del
hombro están mantenidos a través
del complejo articular del hombro,
formado por tres articulaciones: la
glenohumeral, la acromioclavicular
y la esternoclavicular. Además de
estas articulaciones consideradas
verdaderas, hay otras dos pseudoar-
ticulaciones, que son articulaciones
funcionales: la escapulotoracica y la
suprahumeral o subacromial.
El movimiento de las pseudoarti-
culaciones no ocurre entre superfi-
cies óseas y sí entre planos muscu-
lares.
La articulación glenohumeral es
una juntura enartrosis poliaxial y
que posee tres grados de libertad
de movimiento. Es la articulación
que presenta mayor movilidad y
depende de la estabilidad proximal
del húmero y de la escápula. El for-
mato hemisférico de la cabeza del
húmero articulase con el plano in-
clinado de la rasa cavidad glenoi-
dea, que está direcionada hacia
arriba, bien como anterior y late-
ralmente. Apenas un tercio de la
cabeza humeral toma contacto con
la cavidad glenoidea. La cabeza del
húmero es más grande que dicha
cavidad, por eso la glena presenta
Dr. Oliveira, C.;* Dr. Navarro García, R.; Dr. Navarro Navarro, R.; Dr. Ruiz Caballero, J. A.; Jiménez Díaz, J.T.; Dra. Brito Ojeda, E.
*Director Coordinador; Doctorado: Avances en Traumatología, Medicina del Deporte y Cuidado de Heridas
Dr. Oliveira, C.;* Dr. Navarro García, R.; Dr. Navarro Navarro, R.; Dr. Ruiz Caballero, J. A.; Jiménez Díaz, J.T.; Dra. Brito Ojeda, E.
CANARIAS MÉDICA Y QUIRÚRGICA�Enero – Abril 2007 . 9
axial. Posee una cápsula articular
que a modo de manguito se inserta
en los límites de las superficies arti-
culares. La estabilidad esta dada por
los ligamentos esternoclaviculares
anterior y posterior. Sus fuertes fi-
jaciones ligamentarias impiden que
la articulación se desplace.Una par-
te importante de los movimientos
de flexión y abducción de hombro
ocurren en esta articulación.
Durante los movimientos de la
extremidad superior, la escápula
también desliza libremente sobre el
tórax, mediante la articulación es-
capulotorácica. En los movimien-
tos de flexión y abduccion, la cabe-
za del húmero desliza sobre el
acromio (articulación suprahume-
ral) y el tendón de la cabeza larga
del bíceps braquial desliza en el
surco bicipital. El dolor o limita-
ción del movimiento en cualquier
una de estas articulaciones verda-
deras o funcionales levará a una
disfunción del hombro.
Las articulaciones del hombro
favorecen una extensa movilidad
que permite una gran amplitud
para la colocación y estabilización
de la mano, levantamiento y trac-
ción de objetos, elevación del cuer-
po, inspiración y espiración forza-
das e incluso la sustentación del
peso, como en la marcha con mu-
letas y en el apoyo sobre las manos.
Los rangos de movimiento del
hombro son flexión de 180º, ex-
tensión de 45º, abducción de 180º,
aducción de 30º, abducción hori-
zontal de 45º, rotación externa de
60º y rotación interna de 60º.
Esta movilidad, entretanto, es ob-
tenida por medio de la estabilidad
estructural. La única fijación de la
extremidad superior al tronco está
en la articulación esternoclavicular,
una vez que la cabeza del húmero
pende suelta desde la fosa glenoidea.
Así, el suporte y estabilización del
hombro dependen primariamente
de los músculos y ligamentos.
Los músculos que participan de
la región del hombro dan fijación y
producen los movimientos de la
cintura escapular, además de con-
trolar las relaciones escapulohume-
rales. Todas las articulaciones antes
nombradas, en extensiones varia-
bles, participan de estos movimien-
tos. Los músculos de la cintura es-
capular también participan signifi-
cativamente en los movimientos
especializados de la extremidad su-
perior, tal como escribir, y son
esenciales para las actividades que
exigen tracción, empujo o lanza-
miento, entre otras.
Podemos dividir los músculos
que participan de la biomecánica del
hombro en tres grupos: músculos
que ligan la cintura escapular con el
tronco, el cuello y el cráneo, múscu-
los que ligan la escápula al húmero y
músculos que ligan el tronco al hú-
mero, teniendo pequeña o ninguna
fijación sobre la escápula.
La cintura escapular se une al
tronco, cuello y cráneo a través del
serrato anterior, del trapecio, del
romboides mayor y romboides
menor, del pectoral meno y del
elevador de la escápula. El serrato
anterior es uno de los músculos
más importantes de la cintura esca-
pular. Sin él, el brazo no puede ser
elevado sobre la cabeza, pues el tra-
pecio no consigue producir rota-
ción superior suficiente para la ab-
ducción completa. Si el trapecioy
el serrato anterior están paraliza-
dos, la escápula pierde sus más im-
portantes estabilizadores y su posi-
ción será determinada principal-
mente por el peso del brazo ac-
tuando en la punta del hombro.
Los músculos que ligan la escá-
pula al húmero están relacionados
con los movimientos de la articula-
ción glenohumeral y pueden ser
denominados como motores pri-
marios del húmero en relación a la
escápula, pudiendo ocurrir el re-
vés. Este grupo los forman los
músculos deltoides (porción ante-
rior, lateral y posterior) y el su-
praespinoso, que están organizados
para movimiento de gran ampli-
tud, el coracobraquial, el redondo
mayor, el infraespinoso, el subesca-
pular y el redondo menor.
El grupo de músculos que une
el tronco al húmero actúan princi-
palmente sobre el húmero, tenien-
do fijación firme sobre el tronco.
Este grupo está formado por los
músculos dorsal ancho y pectoral
mayor. Ellos son particularmente
importantes en la aducción y ex-
tensión resistidas del hombro.
Cuando la mano y el húmero están
así fijados, estos músculos mueven
el tronco en dirección del húmero,
como ocurre en la escalada depor-
tiva.Además de eso, el dorsal ancho
está activo en la expiración forzada
y el la tos, cuando el húmero está
estabilizado.
Los músculos deltoides anterior
y coracobraquial realizan una fle-
xión a 90º en el hombro. La exten-
sión de hombro es ejecutada por los
músculos dorsal ancho y redondo
mayor. La abducción a 90º es reali-
zada por el músculo deltoides late-
ral y el supraespinoso, mientras que
la abducción horizontal está a cargo
del deltoides posterior. La aducción
horizontal es realizada por el mús-
culo pectoral mayor. Los movi-
mientos de rotación son ejecutados
por los músculos infraespinoso y re-
dondo menor, cuando la rotación es
externa, y por el subescapular, cuan-
do la rotación es interna.
Los músculos bíceps y tríceps
no pertenecen al grupo escapulo-
humeral, pues no tienen inserción
en el húmero. Entretanto, actúan
sobre ella, una vez que cruzan la ar-
ticulación del hombro y se insertan
en el tubérculos supraglenoideo
(cabeza larga del bíceps), el la apó-
fisis coracoides (cabeza corta del bí-
ceps) y tubérculo infraglenoideo
(cabeza larga del tríceps). El tendón
de la porción larga del bíceps es in-
traarticular, pero extrasinovial. La
contracción de este músculo hace
que se aplique la cabeza humeral
sobre la glena, sobretodo en la ab-
ducción del hombro, impidiendo la
luxación de la cabeza humeral. En
posición neutra, con el brazo colga-
do, la contracción del bíceps estabi-
liza la cabeza humeral en todas las
direcciones y principalmente en
sentido anteroposterior.
Manguito Rotador 
Es el complejo muscular for-
mado por los tendones de cuatro
músculos originados todos de la
escápula, y que rodean la articula-
ción glenohumeral sirviendo de
estabilizador dinámico de ésta. Los
músculos que forman el manguito
rotador son el subescapular, el su-
praespinoso, el infraespinoso y el
redondo menor. Las inserciones del
supraespinoso, infraespinoso y re-
dondo menor se insertan en el tro-
quiter y refuerzan la cápsula arti-
cular glenohumeral en su porción
superior y posterior respectiva-
mente, mientras el tendón del su-
bescapular protege la articulación
anteriormente, aunque esté separa-
do de la cápsula.
Estos músculos desempeñan di-
ferentes funciones en los movi-
mientos del hombro. El supraespi-
noso es esencial para la abducción
normal del hombro. El redondo
menor, el infraespinoso y el subes-
capular comprimen la cabeza del
húmero en la cavidad glenoidea,
generando un importante meca-
nismo de estabilización para el
hombro. El redondo menor y el
infraespinoso rotan externamente
la articulación glenohumeral en la
flexión y abducción de hombro.
Este conjunto de músculos pro-
porciona el equilibrio muscular del
hombro, una función bastante
compleja, una vez que el hombro
no posee un eje de movimiento
fijo. En una posición específica, la
activación de un músculo genera
un conjunto particular de movi-
mientos rotacionales. El momento
y la magnitud de estos efectos de
equilibrio muscular deben estar
coordinados finamente, para que se
realice el movimiento humeral de-
seado.
Otra función importante de los
músculos de manguito rotador es
la prevención de la subluxación de
la articulación glenohumeral en la
posición erecta.
Cuando los músculos del man-
guito rotador no pueden realizar
sus funciones precisas debido a la
fadiga o a la debilidad, ocurren
choques repetitivos de los tejidos
de la articulación suprahumeral,
conforme la cabeza del húmero
comprime el acromio y el liga-
mento coracoacromial, generando
una lesión aguda, normalmente
denominada hombro doloroso.
Hombro Doloroso
El hombro doloroso se caracte-
riza por la presencia del dolor y li-
mitación de la movilidad. El eleva-
do número de incidencias y su
marcada disminución de la capaci-
dad funcional del miembro supe-
rior, hacen del hombro doloroso
uno de los motivos más frecuentes
de consulta en rehabilitación. Las
molestias iniciales pueden ser tan
leves que no se le concede mayor
importancia, y su evolución au-
menta progresivamente el restrin-
gimiento de la movilidad. Las cau-
sas del hombro doloroso pueden
ser muy diversas, pero las más co-
rrientes son las afectaciones de par-
tes blandas tales como los tendo-
nes que forman el manguito rota-
dor y la porción larga del bíceps, la
cápsula articular y las bolsas sino-
Canarias Médica y Quirúrgica | Vol. 4 - Nº 12 - 2007
10 . CANARIAS MÉDICA Y QUIRÚRGICA�Enero – Abril 2007
viales. De los músculos del man-
guito rotador, el supreespinoso es
lo más frecuentemente afectado.
Los numerosos cuadros doloro-
sos del hombro pueden tener ori-
gen en estructuras propias del
hombro o alejadas de él.En gene-
ral, cuando el origen no está en el
hombro, no se produce pérdida de
movilidad y tampoco se produce el
dolor al realizar un movimiento.
Entre las causas más frecuentes de
este proceso se encuentran los pro-
blemas cervicales, que pueden pro-
vocar un dolor hacia el hombro,
enfermedades neurológicas de dis-
tinto origen y en ocasiones puede
aparecer el dolor de lesiones visce-
rales cercanas a través de la irradia-
ción nerviosa, acompañándose en
estos casos de otros síntomas pro-
pios de la afección. Un ejemplo de
eso es el dolor referido al hombro
desde el área cervical, como el do-
lor radicular C5 por atrapamiento
de la raíz. En este caso, la movili-
dad del hombro y del arco es com-
pleta, sin puntos de dolor a la pal-
pación en el hombro. Puede haber
espasmo muscular. La rotación del
cuello o la compresión cervical
provocan un dolor radicular distal
en el dermatoma C5.
Los procesos que afectan propia-
mente el hombro son muy numero-
sos y provocan cuadros dolorosos lla-
mados genéricamente de “hombro
doloroso” o “periartritis escápulo-
humeral”, una vez que son músculos
extraarticulares. Estas afecciones son
manifestaciones de una lesión pri-
maria que es la ruptura de fibras del
Figura 1 Figura 2. Músculos del manguito rotador
Músculo supraespinosoEstabilizador dinámico
(manguito de rotadores)
Húmero
Cabeza del
húmero
Cavidad 
glenoidea
Estabilizador estático
(cápsula) HOMBRO ANTERIOR HOMBRO POSTERIOR
Músculo 
subescapular
Músculo 
redondo menor
Músculo 
infraespinoso
miento de los cuales el paciente no
es conciente en fases iniciales.
Generalmente, este dolor interfiere
en el descanso nocturno, una vez
que aumenta por la noche, estimu-
lado por el calor de la cama y el
apoyo. Junto a la disminución de la
movilidad aparece una pérdida de
fuerza muscular. Si se prolonga
mucho tiempo puede aparecer lo
que se llama “hombro congelado”
o capsulitis adhesiva, ocasión en
que al dolor se añade una disminu-
ción global y significativa de la
movilidad del hombro.
La evolución de la lesión con-
lleva a la adaptación de los movi-
mientos de la vida diaria de mane-
ra inconsciente por parte del pa-
ciente, lo que limita aún más la
movilidad de la articulación. Con
la finalidad de suplir la falta de mo-
vimiento en el hombro, aparecencompensaciones en otras partes del
cuerpo, como la espalda, codo,
cuello, lo que frecuentemente aca-
rrean dolores asociados como dor-
salgias y cervicalgias.
La mejor forma de combatir el
hombro doloroso es tener buena
movilidad y fuerza muscular ade-
cuadas para ejecutar las actividades
de la vida diaria. Si la lesión ya está
instaurada, se debe combatirla lo
más pronto posible, logrando así la
vestirse. En esta fase, la lesión res-
ponde escasamente a analgésicos y
antiinflamatorios. Durante la explo-
ración se constata abducción activa
limitada, entre 45º y 90º y abduc-
ción pasiva ligeramente mayor, in-
cluyendo gran dificultad para alcan-
zar con la mano la cara o región
dorsal de la espalda.
En la fase crónica presenta la
misma distribución del dolor, aun-
que en menor intensidad. Las pa-
restesias se localizan más frecuente-
mente en las manos. La abducción
activa es de 70º a 110º y la pasiva
puede ser prácticamente completa,
desde que sea realizada lentamente.
Las rotaciones están limitadas, aun-
que son menos dolorosas. Los anal-
gésicos o antiinflamatorios propor-
cionan alivio parcial o completo en
la fase crónica.
Muchas veces, es difícil deter-
minar cual es la causa del proble-
ma, aunque en ocasiones se puede
llegar a un diagnóstico específico.
Se puede producir principalmente
por movimientos repetitivos por
encima de la cabeza, que generan
microtraumatismos al quedar atra-
pado en el túnel osteoligamentoso.
Con el tiempo, si no cesan estas
microagresiones, el hombro co-
mienza a dar síntomas dolorosos y
aparece una limitación de movi-
Dr. Oliveira, C.;* Dr. Navarro García, R.; Dr. Navarro Navarro, R.; Dr. Ruiz Caballero, J. A.; Jiménez Díaz, J.T.; Dra. Brito Ojeda, E.
CANARIAS MÉDICA Y QUIRÚRGICA�Enero – Abril 2007 . 11
tendón del manguito de los rotado-
res, en su inserción, inducido por
traumatismo. Las diferencias son sólo
de intensidad y de nombre.
El hombro doloroso puede ser
resultado de una patología cápsula-
articular o periarticular. En la pato-
logía cápsula-articular hay limita-
ción de movimientos activos y pa-
sivos y nunca son dolorosos los
movimientos resistidos, mientras
que las lesiones periarticulares pre-
sentan dolor en la movilidad activa
y resistida, según el tendón afecto.
La movilidad pasiva en las patolo-
gías periarticulares casi nunca está
limitada.
La cápsula del hombro incluye
los ligamentos que fijan las estruc-
turas óseas entre sí, siendo que la
inflamación de dicha cápsula dis-
minuye la capacidad de movimien-
tos de las estructuras óseas dentro
de la articulación. El cuadro dolo-
roso presenta distintas característi-
cas correspondientes a cada articu-
lación. En la articulación glenohu-
meral ocurre un dolor de hombro
generalizado, con signos de infla-
mación y limitación dolorosa en
todos los planos incluyendo las ro-
taciones internas y externas. En las
articulaciones acromioclavicular y
esternoclavicular, se observa dolor
al final del arco del movimiento en
abduccion.
La diabetes, un trauma o ciru-
gía en el hombro, antecedentes de
cirugía a corazón abierto, hiperti-
roidismo y antecedentes de enfer-
medad discal cervical están asocia-
dos con un aumento en el riesgo
de desarrollar este problema.
Podemos encontrar lesiones
agudas de tipo inflamatorio o lesio-
nes crónicas de tipo degenerativo.
En su fase aguda,el paciente presen-
ta dolor intenso en la cara anterior
y externa del hombro, con menos
frecuencia en la región escapular, se
irradia por el miembro superior
hasta el codo y incluso mano. Se
puede extender a la región pectoral
y asociarse a la sensación de hormi-
gueo. La abducción y rotaciones se
limitan y agudizan el dolor, dificul-
tando o impidiendo realizar por si
mismo acciones como asearse o
Clavícula 
izquierda
Cápsula 
articular 
afectada
Húmero 
izquierdo
Figura 3
se hallan afectados, en función del
tendón que se encuentre más infla-
mado.A medida que evoluciona el
cuadro, la limitación es global, aun-
que la abduccion siempre es la que
más es afecta, especialmente en
forma crónica.
Existen razones anatómicas que
justifican la ubicación de esta lesión.
El tendón del supraespinoso está lo-
calizado en una zona de menor vas-
cularización, muy susceptible de su-
frir isquemia, y que se ubica a 1 cm.
de su inserción en el húmero. Esta
misma zona está expuesta al contac-
to repetido con el acromion y el li-
gamento coracoacromial en los
movimientos diarios más corrien-
tes, de flexión y abducción. Si a esta
circunstancia anatómica se suma el
sobreuso laboral o deportivo, el pro-
ceso de desgaste, a lo que se suma
traumatismos pequeños o grandes,
se acentúa y produce fenómenos
degenerativos en el mismo que
pueden progresar a desgarros e in-
cluso rotura completa por fatiga.
Aproximadamente 30% de las
personas presentan desgarro parcial
de las fibras tendinosas del maguito
rotador. La ausencia de lesiones en
el 70% restante, podría explicarse
por la variación anatómica normal
que tiene la inclinación de la cabe-
za del acromión, de modo que no
presiona anormalmente los tendo-
nes rotadores.
La tendinitis en esta región se
presenta generalmente en personas
mayores de 40 años que hayan
efectuado durante años gestos re-
petidos con el hombro, aunque
también puede ocurrir en jóvenes
tras un esfuerzo excesivo. A veces
existe el antecedente de un trau-
matismo en la articulación, como
por ejemplo una caída o un movi-
miento forzado, brusco. En otras
ocasiones, no hay antecedentes y el
enfermo comienza a presentar do-
lor insidioso, que ubica en el tercio
superior del brazo, a la altura de la
inserción del deltoides.
Los síntomas que aparecen son
dolor progresivo en el hombro con
arco de movilidad dolorosa, es decir,
el dolor aparece a la mitad de ca-
mino en la amplitud de movilidad
articular de manera que antes y
después no hay dolor, indicando
que una estructura sensible queda a
presión entre dos superficies óseas,
en este caso, precisamente entre el
tendón se roza con el acromion.
En las etapas iniciales, el dolor
diurno es mínimo. En un plazo de
semanas, la intensidad del dolor
puede ir en aumento y si no se
aplica el tratamiento adecuado,
puede llevar a la Capsulitis adhesi-
va. Muy característicamente, este
dolor suele ser más intenso duran-
te la noche o al amanecer. Hay
movimientos como la rotación in-
terna, externa o la elevación, que
desencadenan más frecuentemente
el dolor.
Al examen físico se puede en-
contrar atrofia de la musculatura
periarticular. Al mover el brazo en
forma activa, se puede observar la
aparición de dolor al abducir la ex-
tremidad en un arco de 70 a 100º,
desapareciendo al aumentar el án-
gulo. Para evitar este dolor el enfer-
mo limita la movilidad de la articu-
lación. El movimiento hacia ade-
lante suele mantener su amplitud.
En otras oportunidades, proba-
blemente por predominar el ede-
ma, se puede encontrar dolor al le-
vantar el brazo de un modo inter-
medio entre abducción y flexión,
que no cede aún al llegar a 180º. La
palpación cuidadosa de la cabeza
humeral, habitualmente, permite
encontrar un punto doloroso cer-
cano a la inserción del manguito
de los rotadores en la tuberosidad
mayor del húmero.
Se estima que la causa del do-
lor, es la compresión del tendón
del supraespinoso entre el acro-
mion y el ligamento coracoacro-
mial y la cabeza humeral. Esta
compresión, determina inflama-
ción y ruptura de fibras tendinosas,
que cura con cicatriz. El tiempo de
evolución se mide en semanas y no
es infrecuente su repetición a lo
largo de la vida. La aplicación de
anestesia local en el supraespinoso,
bajo el acromión, hace desaparecer
totalmente el dolor.
Si la lesión es en el músculo su-
praespinoso o infraespinoso, puede
Canarias Médica y Quirúrgica | Vol. 4 - Nº 12 - 2007
12 . CANARIAS MÉDICA Y QUIRÚRGICA�Enero – Abril 2007
más rápida recuperación funcional
y movilidad del miembro superior.
Se admite como norma general
que el tratamiento ha de iniciarse
precozmente, lo que permitirá una
mejor evolución del paciente.
En el tratamiento general del
hombro dolorosose debe evitar la
aparición de rigideces acortando el
tiempo de estancia en posiciones
como aproximación y rotación in-
terna (antiálgica), siendo la posi-
ción de leve abduccion la más in-
dicada para el reposo.
El reposo está indicado sola-
mente en caso de hombro hiperál-
gico agudo, donde la rehabilitación
está contraindicada a corto plazo. La
afección origina un dolor intenso
que impide cualquier movimiento.
En los primeros días de trata-
miento en la fase aguda, se indica la
crioterapia, que proporciona un
efecto anestésico. En la evolución
crónica del hombro doloroso se in-
dica el calor para tratar la rigidez
articular y lacontractura muscular
dolorosa. El calor debe dirigirse a
estructuras periarticulares y no a la
misma articulación. Se obtienen
mejores resultados comenzando
con el masaje superficial, seguido
del masaje profundo suave con fric-
ciones en los puntos más dolorosos.
La cinesiterapia comprende las
distintas técnicas encaminadas a
mejorar la movilidad articular por
estiramiento capsuloligamentoso y
muscular.
Tendinitis del Manguito de los
Rotadores
Considerando su frecuencia y la
incapacidad que produce, esta es la
lesión tendinosa más importante.
Puede empezar aisladamente el en
tendón del suprarespinoso, una vez
que este tendón es el que más se
roza contra el acromion, y poste-
riormente extenderse a los demás
músculos del manguito rotador,
haciendo que el dolor se generali-
ce a casi todos los movimientos del
hombro.
En los primeros días o semanas,
según sea agudo o crónico, existen
diferencias en los movimientos que
Dr. Oliveira, C.;* Dr. Navarro García, R.; Dr. Navarro Navarro, R.; Dr. Ruiz Caballero, J. A.; Jiménez Díaz, J.T.; Dra. Brito Ojeda, E.
ocurrir dolor de irradiación por
dermatoma C5.
El examen radiológico, general-
mente es normal, aunque a veces se
puede observar algunos cambios
óseos, como pequeñas prominen-
cias en la tuberosidad mayor, o
imágenes quísticas.
A igual que las otras lesiones de
hombro doloroso, os objetivos del
tratamiento son el alivio del dolor
y la recuperación de la movilidad,
previniendo complicaciones como
el hombro congelado o la distrofia
refleja.
Como base del tratamiento está
la rehabilitación precoz, con ejerci-
cios que movilicen progresivamen-
te la articulación, y la aplicación de
calor superficial y profundo para
casos crónicos o de frío local para
casos agudos. Las complicaciones
son bursitis y rotura completa del
manguito rotador.
Tendinitis Bicipital
El tendón de la cabeza larga del
bíceps, emerge de la vaina sinovial
de la articulación glenohumeral
para continuar por la corredera bi-
cipital del húmero, y es en este
punto donde repetidos movimien-
tos generan fricciones que pueden
causar la tendinitis bicipital con
cierta frecuencia.
La mayoría de las tendinitis bi-
cipitales son provocadas por sobre-
esfuerzos o microtraumatismos re-
petidos del acromion y ligamento
coracoacromial sobre el tendón, si-
nedo que la mayoría de las ruptu-
ras del tendón bicipital se ubican
en la parte superior de la correde-
ra bicipital. Debido a la relación
anatómica directa entre el mangui-
to rotador y el tendón bicipital, la
inflamación habitualmente afecta
ambos tendones. Frecuentemente
se presenta como parte del síndro-
me subacromial provocado por pa-
tología crónica del manguito rota-
dor, siendo raras las formas únicas.
Afecta frecuentemente a deportis-
tas con actividad lanzadora y tras
actividades como pintar.
La tendinitis bicipital se carac-
teriza por dolor en la parte ante-
CANARIAS MÉDICA Y QUIRÚRGICA�Enero – Abril 2007 . 13
rior del hombro sobre la cabeza
larga del tendón del bíceps y que
aumenta con algún movimiento
del brazo pudiendo irradiar hasta el
antebrazo. En casos de larga evolu-
ción puede llegar a producirse la
rotura del mismo, tras un esfuerzo
o de forma espontánea, por desgas-
te, originando dolor intenso y la
aparición de una "bola" cerca del
codo, que corresponde al músculo
descolgado. Al día siguiente suele
aparecerán hematoma en la zona.A
diferencia de otras roturas tendino-
sas no produce gran incapacidad ni
afecta de forma significativa a la
fuerza del bíceps que se mantiene
gracias al otro tendón intacto.
Al examen físico puede haber
limitación a la abducción y a la ro-
tación interna. La presión generada
por la palpación del tendón en la
corredera es dolorosa, estando la
vaina sensible al deslizar el pulgar.
También se puede inducir el dolor
a lo largo del tendón, realizando
una supinación contra resistencia
del antebrazo. El dolor surge al fle-
xionar el codo, coger objetos o su-
pinar antebrazo contra resistencia.
La radiología es normal en esta le-
sión y en una ecografía se puede
vislumbrar, entre otros aspectos, el
engrosamiento del tendón en las
formas agudas y adelgazamiento en
los procesos crónicos.
El tratamiento aplicado es simi-
lar al de la tendinits del manguito
de los rotadores.
Tendinitis Cálcica
La tendinitis calcificada es pro-
ducida por un proceso frecuente
de acumulación de hidroxiapatita
de calcio en el interior de uno o
más tendones del manguito rota-
dor. Posterior a este proceso, ocu-
rre un periodo doloroso de reab-
sorción espontánea. La naturaleza
del mecanismo que lleva a estos
depósitos bien como el modo que
este material desaparece presenta
causas todavía desconocidas.
Como las demás lesiones de
hombro doloroso, pueden produ-
cirse por microtraumatismos de re-
petición. Se presentan de forma in-
sidiosa, con manifestaciones super-
ponibles a una perirartritis escapu-
lohumeral, con dolor a la abduc-
cion entre 70º y 110º, al final de
ambas rotaciones y con el apoyo.
En su forma aguda, el dolor es se-
vero, de instauración en horas o
pocos días, con importantes limita-
ción de la movilidad en sus tres
ejes. La palpación de la cara ante-
rior puede ser dolorosa.
Suele aparecer en personas con
problemas degenerativos tendinosos,
siendo este un factor que favorece la
ruptura de los mismos. La prevalen-
cia de esta enfermedad es alta, sien-
do que la mayor incidencia ocurre a
partir de los 50 años, en ambos sexos
por igual. El tendón más frecuente-
mente afectado en casi la mitad de
los casos el del supraespinoso.
Se puede presentar de manera
asintomática, hallazgo frecuente en
esta lesión, aguda o crónica. En un
exámen radiológico es posible visua-
lizar calcificaciones en pacientes sin
ningún tipo de síntomas y en ocasio-
nes provocan una crisis de tendinitis
aguda con dolor de comienzo brus-
co e intenso, enrojecimiento y calor
en la zona, que se suele irradiar a la
bursa subdeltoidea.En esta situación,
el brazo se sostiene rígidamente al
lado del tronco y el menor movi-
miento despierta gran dolor.
Cuando en cuadro es crónico, pre-
senta una reacción granulomatosa en
el tendón, con inflamación crónica y
células gigantes. Los síntomas son
idénticos de la tendinitis "degenera-
tiva", caracterizándose por exacerba-
ciones y remisiones.
El examen físico es difícil por la
incapacidad para mover la extremi-
dad. La palpación cuidadosa de-
muestra un punto con la mayor
sensibilidad. La región anteroexter-
na del hombro es muy dolorosa
pudiéndose apreciar, a veces, au-
mento de volumen y eritema en
esa zona, simulando ocasionalmen-
te un absceso.
El estudio radiológico anteropos-
terior y lateral es suficiente habitual-
mente para detectar la calcificación
que no se modifica y depósitos que
crecen. Ocasionalmente se requiere
de proyecciones especiales, como
Canarias Médica y Quirúrgica | Vol. 4 - Nº 12 - 2007
por ejemplo para detectar calcifica-
ciones en el subescapular.A través de
este exámen se puede también ob-
servar cambios en la ubicación y des-
aparición espontánea, sin ninguna
inflamación, de los depósitos de cal-
cio. Durante un episodio agudo, las
calcificaciones tienen un contorno
difuminado y pueden migrar a la
bursa subdeltoidea.
Así como las demás tendinites
referidas, en un primer momento,
cuando el cuadro es de dolor agu-
do, el brazo debe quedar inmóvil.
A los pocos días, debe iniciarse la
movilización de la extremidad con
la finalidadde lograr lo más pron-
to posible la recuperación funcio-
nal del miembro superior.
Bursitis 
Consiste en una inflamación
con producción de líquido sinovial
en la bolsa subacromial que se in-
terpone entre el manguito rotador
y el acromion, pudiendo ocurrir
también en la bolsa sinovial subco-
racoidea y escapulotoracica. Las
bolsas sinoviales desempeñan fun-
ción de evitar el rozamiento de las
estructuras correspondientes, ade-
más mejorar el deslizamiento de
los tendones. Si se inflaman, au-
menta el tamaño y se crea un con-
flicto de espacio entre los tendo-
nes, además de que una bolsa sero-
sa muy inflamada resulta dolorosa.
La causa de la bursitis está en la
irritación mecánica continua con-
tra el acromion en la elevación re-
petida del brazo, a veces tras una
caída. Por la proximidad, puede in-
flamarse el tendón del supraespi-
noso, y por ello la clínica puede
ser superponible a la de la inflama-
ción del manguito rotador.
La bursitis ocurre por instauración
aguda, sin evidencia de antecedente
traumático. Los signos inflamatorios
se aprecian superficialmente, a dife-
rencia de la periartritis escapulohu-
meral.La abducción queda limitada.
El dolor surge al elevar el brazo
en una porción intermedia. En la
exploración se puede apreciar cre-
pitación subacromial cuando se
eleva el hombro. El dolor se locali-
za en la parte más alta del hombro
y se alivia colocando el brazo ado-
sado al cuerpo y sujetándolo con el
otro brazo. Hoy dolor intenso al
palparse el borde acromial.
El proceso patológico que ge-
neralmente afecta a la bursa sub-
acromial, es la tendinitis cálcica. En
ese lugar, pueden producirse calci-
ficaciones secundarias, que van a
determinar inflamación que puede
tener manifestaciones clínicas va-
14 . CANARIAS MÉDICA Y QUIRÚRGICA�Enero – Abril 2007
riables en su intensidad. Muchas
veces, puede semejar una sinovitis
inducida por cristales, que en este
caso no es articular sino bursal.
Otras veces da síntomas más cróni-
cos, semejante a la tendinitis dege-
nerativa.
La bursitis escapulotoracica se
manifiesta por dolor a la presión so-
bre el omoplato y crepitación con su
movilidad. Son de baja incidencia y
producidas habitualmente por oste-
ocondromas o exostosis costales.
Ejercicios de recuperación fun-
cional y rehabilitación previenen el
hombro congelado o la distrofia
refleja.
Rotura del Manguito Rotador
Ocasionalmente, el manguito de
los rotadores se puede seccionar
completamente, lo que sucede a raíz
de traumatismos importantes, o es
secundario a artropatías crónicas
como la artritis reumatoídea.Lo más
frecuente es que sea la consecuencia
del proceso de desgaste crónico del
tendón del manguito, que puede ser
conocido o no, ya que puede ocu-
rrir que el primer síntoma sea la ro-
tura tendinosa. Se puede producir al
levantar un peso o tras una caída, sin
necesidad de que sean muy violen-
tas. En personas jóvenes que no pre-
sentan antecedentes, requiere un es-
fuerzo o traumatismo mucho más
importante.
Como en las tendinitis, puede
afectar solamente al supraespinoso
o a todo el manguito y la rotura
puede ser total o parcial. En estos
casos, hay incapacidad del paciente
para abducir activamente el brazo.
En la abducción pasiva, el hombro
mantiene su movilidad, pero a 90º
en paciente no puede mantenerlo
y el brazo cae.
La consecuencia inmediata en
las roturas completas es la incapaci-
dad absoluta para la elevación del
brazo por el paciente, queda como
paralizado. Se acompaña de dolor
agudo importante inicialmente,
pasando a remitir después en el
curso de unas semanas.
Con el paso del tiempo la capa-
cidad funcional se va recuperandoFigura 4
Acromion
Bolsa hinchada
Tendón inflamado
Dr. Oliveira, C.;* Dr. Navarro García, R.; Dr. Navarro Navarro, R.; Dr. Ruiz Caballero, J. A.; Jiménez Díaz, J.T.; Dra. Brito Ojeda, E.
do un círculo repetitivo que debe
interrumpirse cuanto antes. Lo que
la diferencia de la Capsulitis ante-
riormente citada es que esta no des-
aparece sola, y el tratamiento con
movilización debe comenzar lo más
pronto posible y de forma intensa,
pudiendo dejar como secuelas un
déficit de movilidad.
Presenta comienzo lento de un
dolor difuso en el hombro con
pérdida de la movilidad gradual la
que se encuentra muy resistida en
todos los planos. El dolor es más
agudo en las primeras semanas,
acompañado de contracturas mus-
culares.A medida que transcurre el
tiempo, el dolor va cediendo a fa-
vor de la atrofia muscular que, jun-
to a la inmovilidad, pasan a ser sig-
nos dominantes. En algunos casos
se puede afectar ambos hombros,
simultánea o sucesivamente. El do-
lor puede llegar a dificultar el sue-
ño y causa ansiedad en el enfermo.
Los hallazgos objetivos incluyen
dolor alrededor de la articulación
del hombro y marcada rigidez pa-
siva y activa, con atrofia muscular
de grado variable.El mejor trata-
miento es la prevención. De ahí la
importancia del tratamiento qui-
nésico y fisioterápico, según se
puso énfasis en los síndromes ante-
riores descritos. Esto permitirá el
tratamiento temprano y ayudará a
evitar la rigidez en lo posible. Los
pacientes diabéticos deben mante-
ner un control estricto de los nive-
les de glucosa en la sangre. Sin em-
bargo, aún así ellos pueden des-
arrollar rigidez en el hombro.
Una vez instalado el hombro
congelado, se debe insistir en la re-
habilitación física. La línea princi-
pal de tratamiento incluye la fisio-
terapia.Aunque esta condición casi
siempre mejora con esta interven-
ción, puede tomar de 12 a 18 me-
ses para observarse el mejoramien-
to. La fisioterapia es intensa y es
necesario que el paciente la realice
diariamente en el hogar para que
arroje buenos resultados, aunque
puede quedar una limitación resi-
dual leve. El incumplimiento de la
terapia lleva al fallo del tratamien-
to. La movilización forzada del
CANARIAS MÉDICA Y QUIRÚRGICA�Enero – Abril 2007 . 15
y el hombro llega a adquirir en ge-
neral una movilidad que permite la
realización de muchas tareas con el
brazo, siendo compensados los mo-
vimientos deficitarios con otros
músculos.
En la exploración se constata
debilidad en la abducción activa y
rotación externa, atrofia del su-
praespinoso, crepitación subacro-
mial y signo del hachazo a nivel del
manguito rotador. En la radiografía
puede ser posible encontrar dismi-
nución del espacio acromio hume-
ral. En la ecografía y en la resonan-
cia magnética se evidencias la rotu-
ra y la retracción. La personas que
tienen rotura del manguito rotador
tienden a mejorar con el debido
tratamiento, aunque los resultados
dependen altamente del tamaño y
duración del desgarre, así como de
la edad y del nivel de funciona-
miento previo a la lesión.
El tratamiento que opta por la
infiltración por anestesia logra dis-
minuir el dolor, pero se mantiene
la debilidad de la abducción resisti-
da a 90º o ausencia de abducción
activa.
Capsulitis Adhesiva 
Es una condición inflamatoria
en la cápsula articular exclusiva-
mente del hombro, que provoca
una tendencia a retraerla, restrin-
giendo ampliamente la movilidad
del miembro superior. El dolor y
la rigidez son los dos síntomas
principales de esta enfermedad,
siendo la inmovilidad prolongada
de la articulación un factor impor-
tante para el desarrollo de esta en-
fermedad.
Comúnmente llamada “Hombro
Congelado”, puede tener causas
idiopáticas o conocidas, diferen-
ciándose en su evolución y reso-
lución según el origen. La
Capsulitis Adhesiva idiopática suele
evolucionar y desaparecer espontá-
neamente sin dejar secuelas, pasando
por tres fases: la primera se caracte-
riza por el dolor y rigidez en au-
mento; en la segunda fase, el dolor
disminuye dejando marcada rigidez;
la tercera fase es resolutiva y se ca-
racteriza por la recuperación pro-
gresiva de la movilidad. Posee inci-
dencia más común en mujeres con
edad superior a los 50 años y no se
relaciona con ocupación especial.
La Capsulitis Adhesiva de causa
conocida es bastante más frecuente y
su origen es a causa de tendinitis an-
teriores u otros procesos dolorosos,
como las fracturas.Talescausas pro-
vocan la retracción de la cápsula con
pérdida de la movilidad,una vez que
con el dolor, se tiende a la inmovili-
dad y la falta de movimiento hace
que se formen adherencias que a su
vez dificultan la movilización,crean-
Figura 5
Acromion
Canarias Médica y Quirúrgica | Vol. 4 - Nº 12 - 2007
hombro bajo anestesia es un proce-
dimiento controvertido.
Los rayos X, son rutinarios para
asegurarse de que no exista otro
problema, como la artritis. La reso-
nancia magnética puede indicar in-
flamación difusa, pero no se en-
cuentran hallazgos específicos para
el hombro congelado. La artrografía
muestra en algunos casos, reducción
del volumen de la cavidad articular
El estudio histopatológico
muestra engrosamiento de la cáp-
sula articular, la que se aprecia laxa-
mente adherente a la cabeza hu-
meral.Al examen microscópico, en
forma inconstante se encuentra
leve inflamación crónica con proli-
feración sinovial
Conclusión 
La integridad y la funcionalidad
de los miembros superiores son fun-
damentales para la ejecución de las
actividades de la vida diaria. Las le-
siones del hombro disminuyen con-
siderablemente los movimientos ru-
tinarios del paciente y su capacidad
de realizar,en mayor o menor grado,
los movimientos correspondientes al
complejo articular del hombro, se-
gún la lesión que presente.
Para recuperar la movilidad y
estabilidad articular del hombro, es
necesario lograr la recuperación de
sus estabilizadores. El estabilizador
de primer grado en una articula-
ción son los ligamentos y los esta-
bilizadores de segundo grado son
los músculos. Cuando los músculos
disminuyen su capacidad funcional
de estabilizar la articulación en sus
respectivos ejes y amplitudes nor-
males durante el movimiento, se
produce un desequilibrio entre los
sistemas que componen la articula-
ción y esto conlleva a disminución
del espacio articular o aumento de
los rangos de movimientos sin la
debida protección de los fijadores
musculares, permitiendo con eso
situaciones de estrese a la articula-
ción del hombro, que constante-
mente puesta a prueba por la fuer-
za gravitacional, que produce una
fuerza descompresiva en la articu-
lación, podría desestabilizar sus ejes
de movimientos produciendo si-
tuaciones de riesgo o predisposi-
ción a alguna de las lesiones descri-
tas anteriormente.
El mantenimiento de la capaci-
dad de resistencia, fuerza y elasticidad
de la musculatura,y la flexibilidad ar-
ticular, de cierta forma protege la ar-
ticulación del hombro a través del
mantenimiento de su condición físi-
ca, que le permite la utilización co-
rrecta del miembro superior, sin que
las actividades diarias representen
una sobrecarga para la articulación.
16 . CANARIAS MÉDICA Y QUIRÚRGICA�Enero – Abril 2007
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BIBLIOGRAFÍA

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