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P E D I Á T R I C A 
Acta Pediatr Esp. 2010; 68(8): 409-410
DERMATOLOGÍA PEDIÁTRICA
409
Caso clínico
Niño de 13 años de edad, sin antecedentes personales ni fami-
liares de interés, que acude a la consulta de dermatología por 
un cuadro de 2 meses de evolución de dolor en la cara lateral 
de la primera uña del pie derecho, con formación de lesión de 
características inflamatorias en esa localización. El paciente ya 
había realizado un tratamiento antibiótico tópico con ácido fu-
sídico, sin experimentar mejoría.
En la exploración física se observa en la zona periungueal, 
en la cara lateral de la primera uña del pie derecho, un tejido 
inflamatorio con eritema, edema, calor local y dolor a la palpa-
ción. No presenta fiebre ni escalofríos (figura 1).
Dadas las características clínicas de la lesión, y con el diagnós-
tico de uña encarnada, se decide realizar tratamiento quirúrgico, 
mediante la extracción de la cara lateral de la tabla ungueal del 
primer dedo del pie derecho y la electrocoagulación de la matriz. 
Discusión
La aparición de una uña encarnada está determinada por un 
crecimiento anómalo de la uña, que crece de manera inapro-
piada hacia la piel periungueal, actuando como un cuerpo ex-
traño y causando una respuesta inflamatoria en esa localiza-
ción. Dividimos la patología de la uña encarnada en tres 
grandes grupos: a) un primer estadio, en el que se produce 
eritema, edema e hipersensibilidad focal; b) un segundo grupo 
con costras y material exudativo a la presión, y c) un tercer 
estadio, el más grave, con signos de inflamación crónica y for-
Resumen
La uña encarnada constituye una de las patologías más fre-
cuentes de las uñas de los pies. Se han descrito diferentes 
agentes causales asociados, entre los que se incluyen un cal-
zado inadecuado, un mal corte de la uña, las infecciones bac-
terianas o fúngicas subyacentes, los traumatismos o un carác-
ter hereditario. El pico máximo de incidencia aparece durante 
la adolescencia y, aunque se trata de una patología benigna 
cuya principal sintomatología es el dolor, debe controlarse de 
manera estricta en pacientes de alto riesgo, como los diabéti-
cos, y ante insuficiencia arterial, por el riesgo de complicacio-
nes. En casos incipientes se puede intentar, como primera op-
ción terapéutica, establecer medidas conservadoras en forma 
de baños con sal y colocando torundas de algodón entre la su-
perficie cutánea y la uña afectada, pero en estadios más avan-
zados es de elección la cirugía. 
Palabras clave
Uña encarnada, incarnata, uña
Abstract
Title: Ingrown toenail
An ingrown toenail is one of the most frequent pathologies 
in the toenails. Various causes are included, such as poorly fit 
footwear, infection, improperly trimmed toenails, bacterial in-
fections or fungal underlying, trauma and heredity nature. The 
highest peak usually occurs in teenagers and although it is con-
sidered a benign pathology, which main symptomatology is 
pain. It should be controlled in a very strict manner in high-risk 
patients, especially those with diabetes or arterial insufficien-
cy, due to complication risks. In early cases one can try, con-
servative measures such as soaking the foot in warm water 
with salt and putting cotton swabs between the cutaneous 
surface and the affected nail, but in more advanced stages, the 
choice is surgery. 
Keywords
Ingrow toenail, incarnata, nail
Uña encarnada
D. Velázquez Tarjuelo, P. de la Cueva Dobao, C. Silvente San Nicasio, J.M. Hernanz Hermosa
Servicio de Dermatología. Hospital «Infanta Leonor». Madrid
Correspondencia: J.M. Hernanz Hermosa. Servicio de Dermatología. Hospital «Infanta Leonor». Gran Vía del Este, 80. 28031 Madrid. 
Correo electrónico: jmhernanzh@salud.madrid.org
Figura 1. Presencia de inflamación periungueal con crecimiento 
de tejido de granulación
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mación de tejido de granulación en la región periungueal afec-
tada. Según el estadio de la afección, se elegirá un tratamien-
to más conservador o más agresivo.
Dentro de la patología ungueal, la uña encarnada constituye 
el problema más habitual. Las uñas de los pies se afectan con 
mayor frecuencia que las de las manos, más concretamente la 
cara lateral de la primera uña del pie. Aparece con mayor fre-
cuencia en hombres que en mujeres, en una proporción de 3:1, 
sobre todo durante la adolescencia (un 73% de los pacientes 
tiene entre 12 y 30 años de edad), en parte favorecido por el 
tipo de calzado y por el exceso de sudoración, aunque se han 
descrito incluso casos congénitos. Existe otro pico de inciden-
cia durante la vejez, asociado al endurecimiento de la tabla 
ungueal y a la dificultad para cortarla.
Destacan como posibles factores implicados en la etiopato-
genia de la uña encarnada los traumatismos, el empleo de un 
calzado inadecuado, un mal corte de la uña (demasiado curvo 
en vez de rectilíneo), la hiperhidrosis, la falta de higiene, los 
factores hereditarios (predisposición genética al crecimiento 
curvilíneo de la uña), la patología ósea subyacente que produce 
un crecimiento anómalo de la uña, la obesidad o la toma de 
ciertos fármacos, como el indinavir, un antirretroviral empleado 
en el tratamiento del virus de la inmunodeficiencia humana 
(tabla 1). El crecimiento anómalo de la uña hacia la piel adya-
cente actúa como un cuerpo extraño, produciendo una respues-
ta inflamatoria con edema, eritema, exudación y formación de 
tejido de granulación. Así, podemos dividir la patología de la 
uña encarnada en tres grandes grupos o fases:
1. Una primera etapa, la más leve, en la que se produce exclu-
sivamente un ligero edema, un eritema y una hipersensibili-
dad focal a la presión.
2. Una segunda etapa, con formación de costras y material 
exudativo, ya intensamente dolorosa.
3. Una tercera etapa, la más severa, con signos de inflamación 
crónica y formación de tejido de granulación.
El tratamiento estará determinado por la gravedad del cuadro. 
En los pacientes con una uña encarnada en estadio 1 se puede 
intentar un tratamiento con medidas conservadoras. Debe re-
comendarse el empleo de un calzado cómodo, ancho o abierto 
por la zona de los dedos (sandalias) y un adecuado corte de la 
uña, recto en vez de curvo a la altura de las caras laterales.
Ante un estadio 2, se aconseja reblandecer la tabla ungueal 
mediante baños de agua tibia e intentar levantar la cara lateral 
afectada de la tabla ungueal, para la colocación de una torunda 
de algodón entre la tabla y el lecho ungueal que evite la incrus-
tación de la uña. Igualmente, se aconseja mantener el pie en 
alto durante el reposo. En general, el estadio 3 requiere trata-
miento quirúrgico, mediante la avulsión de la cara lateral afec-
tada de la tabla ungueal y la realización de una matricectomía, 
ya sea química mediante fenol al 80-88% (más eficaz, aunque 
aumenta el riesgo de sobreinfección secundaria) o hidróxido de 
sodio al 10%, o con bisturí eléctrico, previa anestesia troncular 
con lidocaína del dedo afectado. La tasa de recidiva tras el 
tratamiento en niños ronda el 12-37%.
Las complicaciones de la uña encarnada son escasas, pero 
debemos destacar el riesgo de infección secundaria, ya sea 
en forma de paroniquia (aproximadamente un 8% en niños), 
celulitis, osteomielitis (un 1-2%) o infección sistémica, más 
frecuentes en pacientes con diabetes o isquemia arterial aso-
ciada. Si se sospecha su presencia, debe realizarse una prue-
ba de imagen de la zona (radiografía, ecografía) y administrar 
un antibiótico apropiado, con cobertura frente a Staphylococ-
cus aureus y Pseudomonas. El empleo de antibióticos orales 
profilácticos, previamente o tras el tratamiento quirúrgico, 
no disminuye el riesgo de infección o recidiva y, por tanto, no 
está indicado. 
Bibliografía
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Tolan RW Jr. Ingrown nails. En: Medicina Specialities, Pediatrics: 
General Medicine, Dermatology. Junio de 2010.
Factores implicados en la etiopatogenia de la uña 
encarnada
• Traumatismos
• Empleo de un calzado inadecuado
• Mal corte de la uña, curvo en los extremos en vez de rectilíneo
• Hiperhidrosis
• Falta de higiene
• Hereditario, tendencia genética al crecimiento curvilíneo 
de las caras laterales de la uña
• Patología ósea subyacente
• Obesidad
• Fármacos: indinavir, quimioterápicos
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