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institucional de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FaHCE) de la
Universidad Nacional de La Plata. Gestionado por Bibhuma, biblioteca de la FaHCE.
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Cordero, Lautaro
Crisis y futuro. La apicultura en
el proceso de tecnificación del
agro: Una actividad que se
complejiza
Tesis presentada para la obtención del grado de
Licenciado en Sociología
Director: Adriani, Héctor Luis
CITA SUGERIDA:
Cordero, L. (2013). Crisis y futuro. La apicultura en el proceso de tecnificación del agro:
Una actividad que se complejiza [en línea]. Trabajo final de grado. Universidad Nacional
de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. En Memoria
Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.847/te.847.pdf
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/
http://www.bibhuma.fahce.unlp.edu.ar/
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/
 
UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA
LICENCIATURA EN SOCIOLOGÍA
TRABAJO FINAL
Crisis y futuro: La apicultura en el
proceso de tecnificación del agro. Una
actividad que se complejiza.
 Alumno: Cordero, Lautaro
 Legajo: 70064/8
 Correo electrónico:lautarocordero@hotmail.com
 Director: Adriani, Héctor Luis
 Fecha: 17/06/2013
1
RESUMEN DEL TRABAJO.
El presente trabajo se propone conocer las características y dimensiones de la problemática
que atraviesa la actividad apícola en el distrito de Guaminí, en la Región Sudoeste de la
provincia de Buenos Aires, en el marco de una transformación del modo de producción en
el agro conocido como proceso de “tecnificación del agro”. La hipótesis general que guía el
estudio establece que, el nuevo modo de producción del agro, que implica el uso extensivo
del suelo, un mayor uso de herbicidas, pesticidas, fertilizantes, inoculantes y semillas
transgénicas (paquete tecnológico), mayor extensión dedicada a la agricultura en
detrimento de la ganadería, pérdida de floración, disminución de la pradera natural y el
avance de la soja transgénica en una variante de semilla que no provee de alimento a la
abeja, entre otros, impactan de manera negativa sobre la actividad apícola atentando contra
la sustentabilidad de la misma entendida como actividad económica pero también como
actividad de vida. La constatación de que, en la subregión del distrito en que el alcance de
la tecnificación del agro fue menor la apicultura no ha sufrido un impacto tan grande en sus
rendimientos de miel, así como tampoco ha sufrido tantas mortandades como en la
subregión con mayor avance de la tecnificación, nos permite corroborar la hipótesis
planteada.
2
TÉRMINOS CLAVES
- Tecnificación del agro
- Pluriactividad
- Cadena de valor
- Crisis apícola
- Diferencias geográficas y climáticas
3
ÍNDICE.
INTRODUCCIÓN
1- CAPÍTULO 1 “El agro en la región pampeana y su tecnificación”
1.1- Introducción
1.2- Los primeros cambios en dirección a la tecnificación en los 70´s y 80´s.
1.3- El cambio tecnológico.
1.4- Devaluación y un nuevo modelo
2- CAPÍTULO 2 “La apicultura, una actividad que se complejiza”
2.1- Introducción.
2.2- ¿Qué es la apicultura?
2.3- Cadena de valor en la apicultura de Guaminí.
2.4- Cambios en el agro argentino y en la apicultura.
2.5- Diferencias geográficas y climáticas al interior del distrito de Guaminí.
2.6- Pluriactividad en la apicultura. ¿Un nuevo fenómeno o alternativa frente a la crisis? 
2.7- ¿Se puede hablar de crisis en la apicultura? ¿La crisis en la zona norte es equivalente a
la de la zona sur?
3- CONCLUSIONES FINALES
4
4- BIBLIOGRAFÍA
5
Introducción . 
El presente trabajo tiene como objetivo analizar los cambios ocurridos en la actividad
apícola en el distrito de Guaminí que forma parte de la Región Sudoeste de la provincia de
Bs. As., teniendo en cuenta la influencia del proceso de transformación del agro acaecido
en el país en las últimas cuatro décadas, dentro del cual la apicultura se desarrolla. El
presente estudio parte de la hipótesis que establece que la apicultura está determinada
directamente por el modo de producción del agro dada la dependencia directa que tiene
respecto del mismo. En tal sentido, será fundamental el análisis comparativo entre dos
regiones del distrito en las que la tecnificación del agro se ha dado de manera desigual para
establecer si este desarrollo desigual del agro impactó en la apicultura de cada región de
manera diferente.
En una primera instancia, analizaremos el proceso de tecnificación de las principales
actividades del agro en Argentina en las últimas cuatro décadas. Este recorrido
bibliográfico se hará a partir de una serie de trabajos que analizan el proceso desde
diferentes perspectivas, teniendo en cuenta sus características, alcances y consecuencias de
tipo económico, social y ambiental. En segundo lugar, intentaremos analizar cómo, en el
marco del proceso de tecnificación del agro, la apicultura se complejizó como actividad,
tanto por circunstancias impuestas por el mismo marco estructural del agro como también
por factores inherentes a la propia actividad, prestando especial interés a la cadena de valor
que atraviesa a la actividad, y a las diferencias hacia el interior del distrito entre regiones
con fuertes variaciones de suelo y clima, con la finalidad de determinar si existen
diferencias entre las zonas en que el suelo es más fértil y apto para la agricultura moderna y
las zonas de menor fertilidad y con menor alcance de la tecnificación. Finalmente,
6
analizaremos la realidad que afrontan los apicultores locales, es decir, quienes practican
esta actividad en el Distrito de Guaminí, en la Región Sudoeste de la provincia de Bs. As.,
los cambios que han experimentado en los últimos veinte años, la existencia o no de
diferencias al interior del distrito (dado que está compuesto por cinco localidades con sus
particularidades), y las perspectivas a futuro de una economía regional que no puede dejar
de estar inserta en el marco del proceso general de tecnificación del agro, sus
características y consecuencias. Este último capítulo será un abordaje desde una
metodología cualitativa que permita comprender la problemática desde la perspectiva del
propio apicultor, con sus representaciones y perspectivas a futuro.1
El presente trabajo, claro está, intenta ser un modo de aproximación a una temática que,
consideramos, ha sido poco explorada, de modo tal que se plantea como una introducción a
la realidad de la apicultura como economía regional, sin pretender que su análisis sea
exaustivo ni definitivo sobre el tema.
1 Por “representaciones” entiendo la visión que los apicultores tienen de su actividad entendida en dos
aspectos: por un lado, como toda actividad, sabemos que se la lleva adelante con una finalidad de lucro y
rentabilidad, por otra parte, la apicultura tiene las características de ser una actividad apasionante que conjuga
la extracción de subproductos con un manejo y cuidado extremo de las abejas. Esto último explica el común
denominador de todos los apicultores, quienes sienten una verdadera vocación por su oficio, haciendo
necesario entender su actividad, no sólo por la rentabilidad que les puede generar, sino también por la
satisfacción y dedicación hacia la misma.
7
1- CAPÍTULO 1: “El agro en la región pampeana y su tecnificación”
1.1- Introducción.Antes de sumergirnos en el análisis de la actividad apícola en el distrito de Guaminí, es
necesario comprender el marco en el que esta actividad se lleva a cabo, es decir, el campo y
su estructura productiva. Es así que en el presente capítulo, debemos analizar las
características del proceso de producción agropecuario de la región, pero también del país,
ya que es de fundamental importancia para una actividad que se desarrolla
permanentemente en el agro. Así también analizaremos la política económica durante el
período, a los fines de explicar sus influencias sobre el agro argentino. Por lo tanto, nos
proponemos analizar las características de este proceso, y sus consecuencias sobre un sector
que comprende lo que se conoce como una economía regional, la apicultura.
1.2- Los primeros cambios en dirección a la tecnificación en los 70´s y 80´s.
En las últimas décadas el modo de producción del agro argentino ha sufrido una
transformación estructural inédita por sus dimensiones, pero también por el modo y la
forma en que se dio. Estos cambios han obedecido a un proceso que globalmente podemos
denominar “Tecnificación del Agro”.
Durante los años 70´s, y debido a un proceso de creciente innovación tecnológica, la región
pampeana comenzó a mostrar un crecimiento sostenido en términos de rendimiento. Se
8
recuperaron los niveles de producción más altos de la historia (de la década del ´30) al
entrar en una fase de crecimiento y plena expansión de la producción. Sin embargo, la
política del régimen militar instaurado en 1976 alteró el funcionamiento de la economía
argentina: se liberalizaron los mercados, y se permitió una apertura al exterior de manera
muy abrupta en el marco de un proceso de valorización financiera y extranjerización de la
economía que se iba a extender (aunque no de manera absolutamente lineal) hasta
principios de la década del 2000. Pero volviendo a mediados de los años 70´s, en su
carácter de exportador de materias primas, el sector agropecuario pareció ser uno de los
pocos beneficiados con la apertura económica al poder insertarse en el mercado
intenacional con altos precios en sus productos. Sin embargo, a fines de 1978 el gobierno
fijó el tipo de cambio provocando un creciente atraso cambiario y redujo aranceles a la
importación que, sumado al aumento sin precedentes de la deuda externa, provocaron una
crisis de balanza de pagos que repercutiría en toda la economía, incluso en los productores
agropecuarios. Al iniciarse la década del ´80 la evolución no fue lineal, sino que entramos
en una fase de aumentos y descensos de la producción debido -sobre todo- a las políticas
macroeconómicas. 
Con la llegada del gobierno constitucional en 1983, el contexto económico para el agro era
esperanzador, los precios internacionales se mantenían altos, la cosecha de 1984/85 fue
record en rendimiento gracias a las condiciones climáticas favorables. Pero poco después se
desplomaron los precios internacionales, las retenciones no se redujeron para crear un
efecto compensatorio, y se acentuó la inflación, de modo tal que a fines de los ´80 cayó
nuevamente la producción agrícola pampeana.2
2 Para el desarrollo de este análisis fue consultada la siguiente bibliografía:
-García, Ariel y Rofman, Alejandro, “Agrobusiness y Fragmentación en el agro argentino: Desde la
marginación hacia una propuesta alternativa”. En: Mundo Agrario. Revista de estudios rurales. Centro de
9
De manera que, los años que van desde mediados de la década del 70´s hasta mediados de
la siguiente década, constituyen un período en que, en materia de política económica tuvo
muchos contrasentidos que afectaron el libre desarrollo del agro pampeano. Sin embargo,
como lo señalan Osvaldo Barsky y Jorge Gelman, “el período mencionado muestra una
tendencia promedio de ascenso del volumen de producción. Esto se debió principalmente a
los cambios tecnológicos introducidos en la región pampeana, pero también a un
crecimiento del área utilizada para la agricultura en desmedro de la ganadería de uso
extensivo”3. Durante el período 1972-3 al 1984-5, el PBI agropecuario creció a una tasa
anual promedio de 2.8% impulsado principalmente por la agricultura (4,4%), y dentro de
este ámbito se destacó la soja con un crecimiento del 12,5% anual. Hay en este período un
marcado descenso de la ganadería en detrimento de la agricultura. Prueba de ello es que, en
1972 el PBI del sector agrícola era del 49,8% y el ganadero del 45,4%; para el año 1988, la
relación era de 62,1% y 35,1% respectivamente4.
La zona sudoeste de la provincia de Bs As, de gran relevancia en producción ganadera,
sufrió el impacto del crecimiento agrícola y vivió un proceso de cambio muy fuerte en sus
características generales. Como la agricultura era más rentable que la ganadería (los precios
de la carne descendieron de manera casi continuada desde 1974) y, dentro de la agricultura,
Estudios Histórico Rurales de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad
Nacional de La Plata. Nº 18, 2009.
-Barsky, Osvaldo y Gelman, Jorge, Historia Del Agro Argentino, Bs. As., Editorial Sudamericana S.A., (3°
edición), 2009, Pág. 443.
-Dominguez Néstor; Orsini, Germán y Beltrán, Ana Laura, Artículo, “La influencia del cambio tecnológico
en la región central argentina”, Universidad Nacional del Litoral, 2009.
-Mussari, Silvia Mabel, Revista Theomai (edición electrónica) N° 5, “Reflexiones sobre los cambios en la
agricultura en la Región Pampeana” Universidad Nacional de Quilmes, 2002.
-Reboratti, Carlos, artículo “Un mar de soja, la nueva agricultura en la Argentina y sus consecuencias”,
Revista de geografía Norte Grande, N° 45, págs. 63-76, 2010.
-Teubal, Miguel; “Promesas y peligros de la liberalización del comercio agrícola”, capt. 3; “expansión de la
soja transgénica en la Argentina”, pág. 73; AIPE; La Paz, Bolivia; 2009. 
3 Barsky, Osvaldo y Gelman, Jorge, op. cit. Pág. 431.
4 Barsky, Osvaldo y Gelman, Jorge, op. cit. Pág. 431.
10
las oleaginosas más rentables que los cereales, la soja aumentó su participación en el total
de producción agrícola a partir de la década del ´70. Hasta ese momento, el lino y el girasol
eran las dos oleaginosas más comunes en territorio pampeano, mientras que la soja era casi
desconocida por los productores.
Durante la segunda mitad de los 80´s, la tendencia al aumento de la agricultura en términos
de superficie y producción, en detrimento de la ganadería, toma la dirección contraria
debido al Plan Austral -plan de ajuste y estabilización inflacionaria llevado a cabo por el
gobierno de Alfonsín- y también debido al plan elaborado desde el propio gobierno para
planificar la política agrícola-ganadera llamado PRONAGRO.
El Plan Austral tenía como finalidad imponer un freno súbito a la inflación imperante. Para
esto se puso en marcha con un paquete de medidas de control fiscal y de congelamiento de
los precios industriales, tarifas de servicios públicos, salarios, tipo de cambio, entre otras
variables económicas. Para su éxito, requería del ingreso de divisas del sector externo,
generadas, en gran medida, por las exportaciones del agro. Pero cosechas no tan buenas en
el país, sumadas a la caida de los precios internacionales de los bienes agropecuarios,
atentaron contra los objetivos del plan. La reducción de las retenciones para compensar la
pérdida de rentabilidad del sector, fue muy inferior a lo que el sector necesitaba, de modo
que éste se vio afectado por las políticas macroeconómicas del momento, además de
factores específicos que afectaron su desenvolvimiento y la escasez de créditos para el agro
durante el período.
Finalmente a partir de 1989, con el cambio de Gobierno y la asunción de Carlos Menem, se
sanciona la Ley de emergencia económica, se termina de imponeruna política guiada por la
11
lógica neoliberal de ajuste fiscal y control del gasto público, junto con la reforma del
Estado, concretamente su achicamiento debido a la privatización de empresas y organismos
públicos. La recesión económica desencadenada por tamaño ajuste, provocó una caida en
las importaciones industriales, haciendo que haya sobreoferta de moneda extranjera y que,
por consiguiente, la moneda local se aprecie respecto de las monedas extranjeras y que se
genere como consecuencia una pérdida de rentabilidad relativa para el sector
agroexportador que coloca sus bienes en el exterior obteniendo dólares a cambio. 
Barsky y Gelman concluyen en el análisis de este período de apertura económica que, “la
ausencia de un instrumento de políticas que atenuara los efectos internos de los ciclos de
los precios internacionales de los cereales y oleaginosas quedaba plenamente en evidencia”5
haciendo clara alusión a la falta de una política global para el sector agropecuario
argentino.
A partir de 1991, la Argentina comienza a transitar un período con una situación muy
particular: la ley de Convertibilidad sancionada por el gobierno de Carlos Menem. Dicha
ley es parte de un plan económico que, entre otras cosas, fijó la paridad cambiaria del peso
argentino (que ahora reemplazaría al austral hasta ese entonces imperante) al dólar, en una
equivalencia de 1 a 1. El plan de convertibilidad fue acompañado por la desregulación
general de mercados de productos, de comercios y de capitales, así como también de tarifas
y comercio exterior. También el Estado dejó de poseer toda posibilidad de intervención en
la economía. Es decir que, el plan de convertibilidad buscó, como medida inmediata
combatir la inflación, al tiempo que, en el mediano plazo implicó una batería de medidas de
corte neoliberal como son la apertura y desregulación comercial y financiera. 
5 Barsky, Osvaldo y Gelman, Jorge, op. cit. Pág. 443.
12
En lo que respecta al sector agropecuario, la liberalización y rebaja de impuestos y
aranceles a la exportación y a la importación golpearon al sector. Además, se disolvieron la
Junta Nacional de Granos, la Junta Nacional de Carnes, el mercado nacional de hacienda de
Liniers, la Dirección Nacional del Azúcar, entre otros. Se vendieron los bienes de dichos
organismos. Sólo logró mantenerse en pie el INTA, aunque con menores recursos.
Fue muy importante el rol cumplido por La Junta Nacional de Granos, hasta 1991, año en
que se disolvió. Sellaba acuerdos con países que centralizaban su comercio exterior en
organismos estatales, logrando la posibilidad de comercializar con ellos. Gran parte de lo
exportado por nuestro país, era comercializado por la Junta Nacional de Granos. Debido a
su gran capacidad de negociación, conseguía acuerdos favorables al tiempo que elevaba los
precios del cereal para los exportadores particulares y para los mismos productores. El
organismo servía para garantizar el abastecimiento interno y cumplir con los compromisos
acordados con el exterior. En el caso del trigo, por ejemplo, un cereal de consumo diario en
todo el país, la junta llegó a comprar el 40% de lo cosechado para garantizar el
abastecimiento del mercado interno.
En el plano económico, los años del modelo de convertibilidad significaron -además de una
aplicación drástica de políticas neoliberales- una ineficiente gestión de los activos públicos
con el consiguiente achicamiento del Estado a su máxima expresión. En el plano social, las
empresas estatales que pasaron en su mayoría a manos privadas, los servicios del Estado
que se redujeron al mínimo, y el creciente sistema privado, se guiaron por la persecución de
beneficios económicos, y no por una lógica de atención universal de las necesidades de la
población. La infraestructura de redes y servicios se deterioró a niveles inéditos en estos
13
años (un caso paradigmático es el desmantelamiento del 80% de la red ferroviaria
nacional)6 lo mismo que la prestación de servicios como la salud y la educación pública.
Desde otra perspectiva, el análisis de Ariel García y Alejandro Rofman analiza el desarrollo
del modelo de agrobusiness, basado en un intensivo uso de capital tecnológico aplicado
-principalmente- al cultivo de soja, que implicó un determinado modo de inserción de la
Argentina en el sistema agroindustrial de la época con el uso de tecnología genética
aportada por unas pocas empresas transnacionales con una extensa y desarrollada red de
comercialización. Es decir que, para los autores, comienza un período de mayor
interdependencia del mundo agrario hacia el capital internacional representado
principalmente por las empresas de granos e insumos, al mismo tiempo que por los nuevos
mercados consumidores de oleaginosas. Claro está que esta interdependencia es desde un
rol subordinado en el sistema capitalista mundial y que, además, al interior de nuestro país
generó una profundización de la brecha entre quienes pudieron agregar capital a su
producción y se modernizaron, y quienes no tenían la capacidad financiera de hacerlo, y
quedaron afuera –o bien desearon quedar afuera- del proceso transformador conformando
un modelo opuesto al del agrobusiness, denominado de agricultura familiar. En otros casos,
tuvieron que arrendar sus tierras a capitalistas de mayor envergadura pasando estas tierras a
formar parte del extenso modelo de agrobusiness pero administrados por otro actor social.
Según estos autores, el modelo de agrobusiness, se consolidó en la década del ´90 -aunque
ya se había iniciado en los años anteriores- gracias a la apertura económica y la
desregulación estatal del gobierno de turno. Sumado esto a la política económica de paridad
cambiaria entre el peso y el dólar que impuso estrategias de aceleración del proceso de
6 FUENTE: Fernando “Pino” Solanas, “La Próxima Estación”, documental, 2008.
14
modernización productiva. En los últimos años del S. XX, “Argentina pasó de ser el
afamado granero cerealero al granero oleaginoso del mundo."7
A pesar de las concecuencias negativas que pueden encontrarse en el modelo de los ´90, los
autores Barsky y Gelman, concluyen que, para el sector agrícola y (en menor medida para
el ganadero), fue un período que impactó positivamente en su rentabilidad. En primer lugar,
porque se intensificó la inversión de capital y sobrevinieron cambios tecnológicos. Entre
los años 1994 y 1997, los precios internacionales fueron relativamente altos y los costos de
producción y gestión bajos debido a las medidas económicas (desregulación de los puertos,
caída de las tasas de interes, desregulación del transporte por tierra, eliminación de las
retenciones, entre otros). En la primera mitad de la década de los ´90, bajó el costo de los
fertilizantes, del gasoil, de la maquinaria y de los implementos agrícolas. La agricultura
resultó más favorecida que la ganadería, y la soja fue el cultivo que ganó más rentabilidad
en términos de su relación insumo/producto, seguido de lejos por el girasol y luego el maíz.
Ahora bien, aclaran ambos autores que otros aspectos de las políticas macroeconómicas
empeoraron la situación del productor agropecuario, como son: el aumento de los peajes de
las rutas recientemente concesionadas en el marco de desaparición de los trenes de carga, el
aumento de la presión tributaria por parte de los gobiernos provinciales y municipales y el
aumento del salario rural en dólares debido a la paridad cambiaria.
Fue fundamental que los precios de las exportaciones agropecuarias -a partir de 1996-
subieran considerablemente (14% más en este año que el promedio de los 5 años anteriores)
para permitir la expansión productiva del campo.
7 García, Ariel y Rofman, Alejandro, op. cit. Capt. II.
15
Así, en los ´90 la Argentina pasó a producir masivamente soja,impulsado por la demanda
creciente desde el exterior de una oleaginosa que es utilizada principalmente para alimentos
balanceados a base de su harina con destino a animales de consumo humano. La demanda
de soja fue creciendo desde los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, aunque
Argentina recién en el año 1997 llegó a ocupar el 2° lugar como exportador de soja con más
de 9 millones de toneladas de harina de soja, despues de Brasil, y el 1° lugar en exportación
de aceite de soja con 2 millones de toneladas anuales, seguido esta vez por el propio Brasil.
Argentina también ascendió al 1° lugar como exportador de aceite y pellets de girasol.
Entre 1980 y el año 2000, la industria del aceite fue la que más creció entre todas las
industrias manufactureras del país.8 La expansión de la soja, claro está, avanzó desde los
sectores más fértiles y con clima templado expandiendo gradualmente sus fronteras hacía
zonas donde el cultivo de oleaginosas hubiera sido inimaginable unos años antes. La
provincia de Buenos Aires (como lo ilustran los mapas comparativos de la siguiente
página9) es un fiel ejemplo de este avance gradual de la soja.
8 Teubal, Miguel. Op cit.
9 FUENTE: Mapas ilustrativos del avance de la soja en la prov. de Bs. As. discriminado por distritos,
modificados a partir del mapa original publicado en el sitio web del Ministerio de Infraestructura, Vivienda y
Servicios Públicos de la Prov. de Bs. As. (www.mosp.gba.gov.ar). Los mismos permiten ver cómo el cultivo
de soja en Guaminí, casi inexistente para el año 2000, se generaliza sólo cinco años más tarde.
16
-Evolución del cultivo de soja en la provincia de Buenos Aires discriminada por distritos para las campañas 1999 – 2000 y
2004 – 2005.
Ya en 1986 la exportación de manufacturas de origen agropecuario pasa a ser mayor que la
exportación de productos primarios, factor que se acentúa durante los años ´90, con la
consolidación de las exportaciones de aceites y residuos vegetales para el engorde animal.
El complejo aceitero nacional y las crecientes exportaciones industriales fue el factor
principal en explicar cómo en 1996 la totalidad de las exportaciones argentinas fue de
23.811 millones de dólares, cuando cinco años antes sólo alcanzaban 11.978 millones de
dólares.10
La expansión de la soja en Argentina se dio en un marco global en que todos los países
latinoamericanos se integraron a los mercados agroalimentarios internacionales (Chile y
Brasil con frutas, Centroamérica con carnes, Ecuador con camarones y Argentina con soja,
aunque aquí debemos agregar a Paraguay también). En Argentina, este complejo sistema
agroindustrial incluía a productores, comercializadores de insumos, empresarios del
complejo aceitero, exportadores y al Estado nacional por su condición de regulador de la
10 Barsky, Osvaldo y Gelman, Jorge, op. cit. Pág. 489.
17
actividad a través de leyes o disposiciones impositivas como son las retenciones a las
exportaciones.11
El análisis de Reboratti sobre la expansión de la soja se centra –como veremos-
principalmente sobre las consecuencias económicas, políticas, ambientales y sociales de
dicha expansión y las discusiones generadas en torno a ellas.
Lamentablemente, el final de la década del ´90 fue acompañada por una fuerte caída de los
precios internacionales de los granos, hecho que provocó el deterioro de la ya vapuleada
economía agropecuaria. Un dato no menor fue el agravamiento de la situación financiera de
los productores que habían pedido créditos para la producción, mayoritariamente en el
Banco Nación, que frente a esta situación de caída abrupta de la rentabilidad no pudieron
hacerle frente a sus obligaciones con el banco, quedando en quiebra y con sus campos en
situación de ser rematados (aunque el Banco Nación reprogramó gran parte de esas deudas
posteriormente para evitar las ejecuciones judiciales). Sin embargo, gran cantidad de
unidades productivas se disolvieron en esos años y fueron absorbidas por capitales más
grandes.
Las medidas del gobierno de De La Rúa acentuaron las dificultades del sector agropecuario.
Los organismos oficiales del sector (SENASA, INTA, etc), así como los programas de
incentivo, capacitación o políticas públicas de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y
Pesca (para ese entonces no tenía rango de ministerio, sino que dependía del Ministerio de
Economía), sufrieron un ajuste sin precedentes, que desprotegió aún más a un sector ya de
por sí vulnerable ante los vaivenes de los precios internacionales, así como también de las
políticas agropecuarias de los países competidores de la Argentina. En el caso del Instituto
11 FUENTE: Reboratti, Carlos, op. cit.
18
Nacional de Semillas (INASE), el organismo fue cerrado en el año 2000 por decisión del
ejecutivo. 
Hacia fines de la década del ´80, el 71% de la tierra producida era trabajada por sus
propietarios, mientras que el 30% restante era trabajada bajo otra modalidad: o bien se
alquilaba, o bien se planteaba otra forma de acceso (producción a porcentaje, contrato
accidental, aparcería, etc)12. Para la región pampeana, y respecto de la modalidad de
tenencia en función del tamaño de la propiedad, hasta ese entonces (1988), el 90% de las
propiedades menores a 500 hectáreas eran trabajadas por los propietarios, pero en las
propiedades de más de 10.000 Has., menos del 40% era trabajado por el propietario de la
tierra. De manera que se puede concluir que, cuanto mayor es el tamaño de la propiedad,
mayor es también la participación del capital de tipo dinámico, es decir, que no se convierte
en propietario de la tierra sino que accede a la misma por medio de contratos de alquiler o
de otro tipo, pero manteniendo la capacidad de desinvertir de manera abrupta si las
condiciones de rentabilidad no le son favorables. Este grupo de empresas administradoras
es aún minoritario para ese entonces (aunque los incipientes pooles de siembra están
incluidos en este grupo). También es importante destacar que, para 1988, en la provincia de
Bs. As., sólo el 20% de las unidades sobrepasan las 1.000 Ha., es decir que, el 80% de las
unidades se reparte entre medianas y pequeñas, que son las que, como dijimos, suelen ser
explotadas por sus propietarios.
Sin que haya habido un aumento significativo en términos de propiedad de la tierra, se
produce en el campo argentino, y sobretodo en la región pampeana, un proceso de
concentración de capital, a partir de la consolidación de sociedades, grupos, o bien personas
12 Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), Censo Nacional Agropecuario, 1988.
19
físicas que, sin la necesidad de adquirir más tierra por vía de la compra, sí aumentaron la
cantidad de tierra producida y, por sobre todas las cosas, explotan esa tierra con una mayor
concentración e inversión de capital (ya sea en utilización de maquinaria, fertilización,
fumigación, alimentación, tecnificación en general, etc.). Claro que esta necesidad de
aumentar la inversión de capital ante una situación cada vez más compleja del campo con
sus competidores mundiales provocó progresivamente una alteración en la estructura
agraria argentina. Aquellos que no pudieron realizar una inversión de capital, en muchos
casos desaparecieron como unidades productivas, aunque esto no signifique que hayan
dejado de ser propietarios, simplemente que el laboreo de sus tierras fue traspasado (vía
alquiler, por ejemplo) a unidades con mayor capacidad financiera.
1.3- El Cambio Tecnológico.
El cambio tecnológico es el proceso de incorporación de nuevas tecnologías a la actividad
productiva del sector agropecuario. El mismo se fue dando desde la década del ´50, con el
proceso conocido como “tractorización” del campo, y la difusión masivade maquinarias
agrícolas en el sector. Estos cambios generan una alteración en los tiempos de producción,
niveles de producción y niveles de ocupación de mano de obra, entre otras variables, con
consecuencias positivas y negativas desde muchos aspectos. Durante las décadas del ´50 y
del ´60, el cambio tecnológico es de tipo mecánico. Ahora bien, a partir de la década del
´70, el cambio tecnológico estará guiado principalmente por la introducción de semillas
mejoradas genéticamente (híbridas) -y en especial de la soja- que comienza a utilizarse con
una batería de medidas y productos para su adecuado cultivo. Sólo en el maíz, se estima
20
que ésta innovación genética explica el 80% del aumento en su rendimiento. La soja -una
semilla del grupo de las oleaginosas- que no tenía gran participación en la historia del
campo argentino, también aparece en su variante genéticamente modificada (La soja RR).
Por su modificación genética, la planta de soja cobra una condición de autogamia, es decir
que, se reproduce por autofertilización sin la necesidad de cruzarse con otros ejemplares de
su especie13. Para la década del ´80, se cultivaron 2 millones de hectáreas de soja. Eso sí,
como mencioné anteriormente, para este cultivo es necesario un conjunto de medidas
extraordinarias como son los agroquímicos (fertilizantes y herbicidas) con un manejo
adecuado, inoculantes con los cuales se humedece la semilla para que, una vez en
crecimiento, la planta fije el nitrógeno necesario y también, la adaptación genética de la
semilla para hacerla resistente a heladas y sequías (de acuerdo a la región en que se vaya a
sembrar). 
La amplia difusión de la soja es explicada por los autores Barsky y Gelman por su
utilización para la producción de aceite, pero hay otros motivos que explican este
fenómeno: El aprovechamiento de los tres residuos o subproductos más comunes del
procesamiento de la soja para extraer aceite, llamados “expeller”, harina de soja y “pellet”,
que se destinan a la producción (o utilización de manera directa en el caso del expeller) de
alimento para animales bovinos, ovinos y porcinos, principalmente. El expeller de soja se
obtiene luego del proceso de extrusado y prensado. “Es un concentrado con un importante
contenido proteico, por lo general entre 40 y 47% sobre sustancia seca. En el proceso de
extrusión, al elevarse la temperatura, se produce la modificación de la estructura de la
proteína –gelatinización– lo que favorece su digestibilidad”14. La harina de soja, a
13 Condición que hace prescindible la función de polinización que hasta ese momento cumplía la abeja.
14 FUENTE: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
21
diferencia del expeller, requiere de solventes para su extracción, mientras que, el pellet es
un comprimido de forma cilíndrica que se elabora a partir de uno de los dos subproductos
anteriores. Un factor adicional que explica el avance de la soja es que, dadas las
características de la soja transgénica desarrollada –de ciclo más corto que la utilizada hasta
ese entonces- es posible combinar su cultivo, que va desde el mes de Octubre a Mayo
aproximadamente, con el cultivo de trigo en la otra estación del año, logrando así un doble
aprovechamiento de la tierra. Sin embrago, este doble aprovechamiento, en lugar de un
intercambio entre cultivo y pastoreo de animales el resto del año -como se hacía
tradicionalmente- crea la necesidad de utilizar fertilizantes químicos para lograr que la
tierra llegue a recuperar los niveles de fósforo y nitrógeno que anteriormente recuperaba de
manera natural. Tan es así que, para 1985, casi 2 millones de Has. son fertilizadas
químicamente (casi exactamente la misma cantidad que las has. de soja cultivadas).
La soja, debido a su paquete tecnológico, acercó los agricultores a los científicos
(ingenieros agrónomos en su mayoría) haciendo que muchos aspectos de la producción
agrícola se optimizaran en términos de rendimiento, aprovechamiento de recursos y
modificación de prácticas culturales inadecuadas. El uso de plaguicidas, en tanto, se
cuadruplicó entre 1970 y 1985. 
En cuanto a la mecanización del agro, si bien dicho proceso se venía produciendo desde
mediados de siglo, para el año 1985 el parque de tractores, cosechadoras y maquinarias en
general gozaba de un altísimo nivel tecnológico, mejorando sustancialmente la producción
agrícola en términos de tiempo y productividad. Paralelamente a la modernización, se
produce una homogeneización de la tecnología agropecuaria, y se consolida la existencia de
un actor social de mucha relevancia para el agro argentino: Los contratistas, propietarios de
22
maquinarias agrícolas que son contratados para las tareas de siembra y cosecha, entre otras
actividades, por los propietarios de la tierra, o bien por quienes estén a cargo de las mismas.
Dado que se dedican de manera exclusiva al labrado de la tierra y que, por otra parte, deben
tratar de labrar en plazos de tiempo relativamente cortos la mayor cantidad de hectáreas, los
contratistas cuentan con maquinarias de gran porte y de máxima tecnología a los fines de
lograr un rendimiento mayor de su trabajo y permitiendo que se reduzcan los costos totales
de laboreo de la tierra. Ya en el año 1988, según consta en el Censo Agropecuario, “en las
provincias de Córdoba y Buenos Aires, un 49,2% de las unidades agropecuarias utilizó los
servicios de contratistas de maquinaria para su campo”15. 
La liberalización de los mercados durante los ´90 abarató la adquisición de bienes
tecnológicos para el agro, a la vez que obligó a las industrias agrícolas locales a invertir en
tecnología para poder competir con sus pares del extranjero. 
También colaboró la alta oferta de créditos destinados a los productores agropecuarios
provenientes –en su mayoría- del Banco Nación. 
Otro factor que contribuyó al cambio tecnológico fue el proceso creciente de concentración
productiva y de surgimiento de los Pools de siembra. Al tener mayor capacidad económica,
estos grupos, surgidos a principios de los ´90, fueron capaces de introducir tecnologías
avanzadas para optimizar la producción, controlar el proceso por profesionales y utilizar
más insumos que el productor medio. Concretamente, el cambio productivo en estos años
(que no fue cualitativo, sino más bien cuantitativo) implicó un aumento de las dimensiones
de las maquinarias, y la utilización de implementos más precisos como los geo
posicionadores satelitales (GPS´s). 
15 FUENTE: Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), Censo Nacional Agropecuario, 1988.
23
Entre 1990 y 1996 se triplica el uso de herbicidas, insecticidas y funguicidas. Lo mismo
con los fertilizantes que, de utilizarse 325.600 toneladas en 1991, pasan a utilizarse
2.052.000 toneladas en 1996. 
Por supuesto que el surgimiento de semillas transgénicas de soja y de maíz también forma
parte del cambio tecnológico. El hecho que sean transgénicas implica que sean semillas
adaptadas para las carácterísticas del suelo y el clima en que van a ser sembradas, así como
también la posibilidad de modificar la semilla genéticamente para lograr que sea inmune
frente a los herbicidas con los que se fumigarán las malezas. Este último factor permitió la
implementación de uno de los mecanismos de siembra más revolucionarios de los últimos
tiempos: la siembra directa: mediante este sistema, la siembra se realiza sobre el suelo sin
haber removido previamente la capa vegetal. Las ventajas de esta modalidad es que la
remoción de pastizales o rastrojos previos es innecesaria (basta con fumigarlos durante el
período entre que se siembre y se cosecha la soja), con lo cual se ahorra tiempo y dinero de
laboreo, pero además que, al mantener lacapa vegetal se conservan los niveles de humedad
y temperatura adecuados del suelo. La siembra directa se expandió a una velocidad
extraordinaria en el campo argentino, y representa un aporte fundamental para explicar el
cambio tecnológico y las mejoras en la producción agrícola.
Dentro del ámbito de la ganadería, la tendencia a la baja en cantidad de cabezas de ganado
vacuno continuó vigente durante los años 90´s. De acuerdo a los datos aportados por
Barsky y Gelman, en 1990 había en el país 52.8 millones de cabezas, mientra que para
1998, había 48.1 millones. Hacia el año 2000, solo unos años después de la caída de
exportaciones de carne vacuna por el temor que inspiró el fenomeno de la vaca loca
(enfermedad producida en el ganado europeo por la alimentación del ganado con alimentos
24
que contenían carne animal), se sumó la aparición de casos de aftosa en el norte de nuestro
país que, automáticamente, excluyeron al país de varios mercados importadores, a la vez
que obligaron al productor ganadero a realizar vacunación. Sí surgieron, aunque no de
manera rápida, los feed lots, sistema de engorde a corral con alimentación de pasto, cereal o
alimentos balanceados que acelera mucho los tiempos de engorde. Relacionado a esto se
popularizó el almacenaje de pasto y/o semillas en silobolsas, es decir, alimento para los
animales que se almacena en una gran bolsa de forma tubular, que se cierra sin dejar aire en
su interiór para que el alimento se conserve y no entre en descomposición. Los feed lots
implicaron un aumento en el empleo de capital debido a su carácter de explotación
intensiva con alimentación alternativa (o complementaria) al pastoreo natural, lo que hace
necesarios sistemas de almacenaje y transporte del mismo. El feed Lot, elevó, sin
embargo, el costo del ternero debido al aumento de cabezas por unidad productiva. Pese a
los beneficios aparentes, el feed lot, debido al empleo de alimento balanceado o de semillas,
está sujeto al costo del cereal, de manera tal que, un aumento en el costo del cereal (por
ejemplo, del maíz) repercute en la estructura de costos haciendo que esta modalidad sea
muy vulnerable a los vaivenes de los precios internacionales del cereal. De todas formas, la
cantidad de feed lots es cada vez mayor en el país y en el mundo.
El tipo de alimentación descrito para los feed lots, también se implementó en el sector
lechero, como complemento del pastoreo. Este factor provocó un cambio cuantitativa y
cualitativamente revolucionario en la producción lechera, y sin precedentes hasta el
momento. Con sólo decir que la producción lechera “pasó de 6.307.000 litros en 1989/90 a
10.312.000 en 1999, a una tasa del 5% anual acumulativo”16. El nuevo tipo de alimentación,
16 Barsky, Osvaldo y Gelman, Jorge, op. cit. Pág. 456.
25
necesitó de almacenaje en silos de grano o en silobolsas (principalmente maíz, pero
también alimento balanceado), así como también la utilización de rollos de pastura. Con
respecto al tratamiento de la leche, en estos años se extiende el mejoramiento de los
tambos, por disposiciones de SENASA, aunque también por exigencias de las empresas del
rubro lechero que exigen ciertos standares de calidad, higiene y seguridad, para los cuales
brindaron asesoramiento a los productores. Se hizo común el uso de modernos sistemas de
enfriado, así como también sistemas de extracción mecánica de la leche, y ya no el método
de ordeñe manual tradicional. La contracara de este proceso modernizador fue la
desaparición de algunos tambos tradicionales que no pudieron afrontar las exigencias de un
mercado con un rápido incremento de capital productivo. ”Desde el año 1990 hasta fines
del 2011, la producción lechera nacional creció un 95%, llegando al record histórico de
producción de 11.600.000 litros de leche, de los cuales 8.800.000 litros se destinaron al
creciente mercado interno”17, de acuerdo a los datos del Ministerio de Agricultura,
Ganadería y Pesca de la Nación.
Con respecto a la producción avícola, ampliamente dominada por los pollos, tuvo durante
los años 90´s un crecimiento aproximado de su producción del 200%. Esto, al igual que en
el caso de la leche, pudo darse gracias al aumento constante del mercado interno.
Como resultado de las políticas del modelo de convertibilidad, a fines de los ´90, la
agricultura pampeana estaba sumida en una profunda crisis. Suba de precios internos,
aumento de las tasas de interés a quienes habían tomado prestamos para financiar la
producción, caída de los precios internacionales de las materias primas que la economía
agraria produce y recorte presupuestario en los organismos públicos del ámbito
17 Sebastián Prémici, Artículo “Leche Caliente”, Pagina12.com.ar. 8 de Agosto de 2012.
26
agropecuario, eran algunos de los factores que explicaban dicha crisis. El aumento del costo
de una familia que vivía del campo fue muy abrupto. Tal como lo demuestran Barsky y
Gelman “… mientras en el año 1996 una unidad económica requería de 150 Has. en
producción en la región pampeana, en 1999 hacían falta 400.”18 De manera que, esta
lastimosa situación, profundizó aún más el proceso de concentración productiva que se
venía dando desde las últimas décadas. 
Con la llegada al poder en 1999 de Fernando De La Rua, no hubieron demasiados cambios.
El gobierno intentó apelar al financiamiento externo y al recorte del gasto público para
lograr reducir el déficit fiscal creciente, de manera que continuó con una política económica
ortodoxa, que solo sirvió para profundizar la recesión y la crisis social y política del
momento. Las reservas del Banco Central, así como los depósitos bancarios disminuyeron
hasta niveles inéditos, al punto que la propia sensación de vulnerabilidad despertó en la
ciudadanía una desconfianza en la seguridad de sus depósitos bancarios, y comenzaron a
retirarlos. Como consecuancia de esto, el ejecutivo limitó la extracción de los depósitos,
medidas que se conocen como el “corralito”. La crisis política y social se agravó. El
gobierno quedó en una situación crítica por la crisis interna, pero también por la pérdida de
apoyo desde los organismos internacionales de crédito que, sin aceptar que habían
fomentado las medidas ortodoxas de nuestro país, ya no estaban dispuestos a sostener su
apoyo a un estado cuya crisis se acentuaba cada vez más. De manera que la Argentina entró
en cesación de pago frente a todos sus acreedores, y el gobierno, luego de días agitados de
revueltas sociales y con muy escasa legitimidad, se vió forzado a entregar el poder.
18 Barsky, Osvaldo y Gelman, Jorge, op. cit., pág 482.
27
Después de una serie de presidentes que asumieron por estar en la línea de mando en una
situación de acefalía, y de la presidencia de Adolfo Rodriguez Saá, que pronto renunció por
no contar con el apoyo del arco político, incluso de su propio partido, asumió la
presidencia, en los últimos días del año 2001, Eduardo Duhalde.
1.4- “Devaluación y un nuevo modelo”.
Debido al agotamiento, recesión de la economía y crisis de desempleo que había sufrido la
economía con la Ley de Convertibilidad, el nuevo gobierno –a cargo de Eduardo Duhalde-
anunció el fin de esta última, dando lugar a una devaluación del peso frente a las monedas
extranjeras a los fines de dar competitividad a la economía nacional. La fuerte devaluación
el peso que, frente al dólar se depreció en pocos días casi un 300%, alteró las “reglas del
juego” de la economía, sobre todo en lo que se refiere al intercambio comercial con el
exterior, es decir, la nueva situación hacía muy ventajosas las exportaciones que se
cobraran en dólares y -a su vez- encarecía sustancialmente las importaciones. Se abre así unperíodo que continúa hasta la actualidad basado la competitividad relativa de la moneda
nacional frente a las monedas del exterior. Esta situación ha sido acompañada por un
cambio de paradigma en materia de política económica, dejando atrás la ortodoxia para
transitar el camino de la heterodoxia económica, con un Estado que ocupa un fuerte rol
interventor en la economía y que promueve el gasto público para incentivar el consumo y la
inversión. Este modelo –aunque con matices- es simultaneo al que se observa en los países
de la región (Brasil, Uruguay, Bolivia, Venezuela) de manera que se da en un marco
regional que contrasta con los paradigmas de ortodoxia económica vigentes en Europa,
28
donde las situaciones de recesión se intentan combatir con recortes del gasto público y
reducción de salarios, políticas que terminan profundizando la situación recesiva. 
Volviendo al caso argentino, ante el nuevo panorama de la devaluación, cada sector de la
economía se encontró de manera diferente: Para el caso de los productores agropecuarios,
en gran medida, exportadores de materias primas al exterior, la nueva situación se presentó
como ventajosa junto a otros sectores de la economía y, sobretodo, respecto del período de
convertibilidad que antecedía. El Estado no tardó en advertir que las ventajas del sector
agroexportador eran grandes, es así que para el año 2002, el gobierno estableció retenciones
a las exportaciones de soja, girasol, carnes y productos lácteos. Estos niveles -cabe aclarar-
no hacían desaparecer las ventajas mencionadas. Muy por el contrario, el sector siguió
creciendo y desarrollándose, e incluso aquellos productores que arrastraban deudas con el
sector bancario, pudieron afrontar el pago de las mismas por haber sido pesificadas en una
relación de 1 a 1 con el dólar, mientras que sus ventas al exterior reportaban un ingreso de 1
dólar que, equivalía a 3,5 pesos a mediados de 2002. 
Con la devaluación se inició un fenómeno de inflación que aumentó principalmente el costo
de los bienes que eran pasibles de ser exportados (los alimentos, por ejemplo) debido a que
el productor tenía la posibilidad de vender su producto al exterior a un alto precio. Esto
hacía que el costo del producto aumentara en el mercado interno, encareciendo así el costo
de vida. Aun así, la economía se reactivó y el mercado interno comenzó a ser el motor de
esa reactivación productiva a través del consumo, algo que se evidencia aún en la
actualidad. Las retenciones, que fueron y son eje de críticas desde los sectores afectados,
buscaban igualar el beneficio entre vender la producción al mercado interno, o venderla al
exterior pero pagando un porcentaje en concepto de retención a la exportación. A la vez
29
también, el Estado se beneficiaba con la recaudación fiscal de esas retenciones. Las
medidas del Estado nacional en pos de despegar los precios del mercado interno de los de
los mercados internacionales han sido muy variadas. Durante el gobierno de Néstor
Kirchner, que asumió en Mayo de 2003, se comenzó a regular la exportación de alimentos
que se consideraban de consumo básico en el mercado interno a través de la prohibición de
su venta al exterior. Primero fue el trigo y luego la carne bovina, ambos productos de
consumo masivo en nuestro país. Con el gobierno de Cristina Fernández iniciado en 2007,
la batería de medidas ha sido similar: retenciones y prohibición de exportación de
determinados productos.
Si bien la primera década del S. XXI se presenta como un período de políticas constantes,
al menos desde la devaluación, ha habido momentos coyunturales de gran magnitud para el
sector agropecuario. El más destacado ha sido la crisis política desatada a partir del intento
del gobierno de Cristina Fernández de establecer un esquema de retenciones móviles para
la soja y demás granos de exportación conocida como “Resolución 125”: En Marzo de
2008, el Ministerio de Economía de la Nación, dicta una resolución según la cual se
elevaban las retenciones a la soja a un 40%, pero además la resolución estipulaba que, en el
caso de que los precios internacionales variaran, ese porcentaje variaba en consecuencia
con aquella variación. Esta medida, activó la protesta social de los productores
agropecuarios que, aunados en la “mesa de enlace”, formada por las cuatro organizaciones
que reúnen al sector empresario de la producción agropecuaria, desde los grandes
terratenientes hasta los pequeños y medianos productores, comenzaron a presionar al
gobierno para que se retrotraiga de su decisión. Ante las contundentes y masivas
movilizaciones, el ejecutivo se vio obligado a enviar la resolución al parlamento a modo de
30
proyecto de ley, a los fines de lograr legitimar la medida. Finalmente, y luego de un debate
que fue el centro de la escena política durante días, la resolución no fue aprobada, causando
una crisis política en el partido gobernante y, debilitando las bases de sustento del gobierno
nacional. Como consecuencia directa de este acontecimiento, el partido oficialista sufrió un
fuerte revés en las elecciones parlamentarias del año 2009, al perder en la Provincia de Bs.
As., uno de los distritos en los que era considerado fuerte pero que, además, es el de mayor
peso poblacional del país. Sin embargo, sólo dos años después, el partido gobernante
ganaría las elecciones presidenciales en las que, la presidenta fue reelecta por más del 54%
de los votos, demostrando que, los partidos opositores no habían podido capitalizar el
descontento de aquellos días o bien que, estábamos ante un reclamo sectorial insuficiente
para lograr completar los lineamientos de un partido que intenta gobernar una nación.
Con respecto a la frontera agrícola, durante la primera década del S. XXI, siguió
expandiéndose de manera continuada y siguió también aumentando el peso proporcional de
oleaginosas por sobre los cereales debido al aumento de la producción de soja en el Norte y
el Noroeste principalmente, regiones que aún tenían hectáreas “disponibles” para el cultivo
de soja. Se daba además un aumento en los niveles de productividad por hectárea, es decir
que, no solo se producían más hectáreas, sino que además, las hectáreas cultivadas rendían
más. Esto se explica por los aportes del mencionado cambio tecnológico. 
Es así que, con estos cambios de tipo tecnológico, pero también con la ampliación de la
frontera agrícola y, con las características de adaptabilidad de la soja principalmente, la
Argentina pasó de producir 35 millones de toneladas de cereales y oleaginosas anuales de
31
promedio durante la década de los ´80, a un nivel anual de 96 millones de toneladas para la
temporada 2007/8.19
Todas las regiones sufrieron cambios drásticos, en el NOA y el NEA, la soja desplazó a los
cultivos tradicionales como el tabaco y el azúcar en la primera, y el algodón en la última.
En la región pampeana la soja se impuso como primer cultivo rápidamente. Es así que,
desplazó a los otros cereales y oleaginosas, pero también a la ganadería que, como es el
caso de la región Sudoeste de la provincia de Buenos Aires, vio reducida la cantidad de
cabezas de ganado bovino. Además, ya no es común que en esta región se críen terneros
hasta llegar al engorde, sino que, la etapa de cría del ternero se desplazó paulatinamente
hacia el NOA, el NEA y la región cuyana, realizándose sólo el período de engorde en la
región Sudoeste de Bs. As.
19 FUENTE: Barsky y Gelman, Op. Cit. Pág 486.
32
2 - CAPÍTULO 2: La apicultura, una actividad que se complejiza.
2.1- Introducción.
En el presente capítulo explicaremos las características y dimensiones de la apicultura en la
Argentina, en la Región Sudoeste de la provincia de Buenos Aires y, en el distrito de
Guaminí. Asimismo, analizaremos la relaciónque se establece entre los productores
apícolas y los restantes actores sociales que conforman la cadena de valor de la actividad,
para tratar de comprender mejor la forma en que se desarrolla la misma dentro de la
estructura socioeconómica regional. Posteriormente, describiremos los cambios que
experimentó la apicultura y, simultáneamente, los cambios en el proceso de tecnificación
del agro con el objetivo de indagar acerca de la existencia de una relación de determinación
entre estos dos procesos.
Finalmente, y partiendo de la realidad concreta de que la producción de miel ha descendido
en todo el distrito en cuestión, aunque no con la misma profundidad, analizaremos la
posibilidad de una relación de determinación entre una mayor caída de la productividad en
las zonas del distrito en que el proceso de tecnificación del agro fue mayor y, un menor
descenso en aquellas zonas en que los cambios en el modo de producción del agro no
tuvieron tanta profundidad. Para esto último, será necesario describir las diferencias al
interior del distrito entre la región que se expande al noroeste del sistema de las
“Encadenadas del Oeste” (zona norte, para identificarla de aquí en más) y el territorio que
se ubica al sureste (de aquí en más: zona sur) de este accidente geográfico, a cuyos lados
encontramos geografías muy diferentes20. 
20 Fuente: Mapas ilustrativos del distrito de Guaminí con sus dos subregiones , y de la ubicación del mismo
dentro de la provincia de Bs. As., modificados a partir del mapa original publicado en el sitio web del
33
-Región Norte: Suelo arenoso y con mayor régimen de precipitaciones (característico de la Pampa Húmeda).
-Región Sur: Suelo con altos niveles de tosca y arcilla, y menor régimen de precipitaciones (característico de la Región
Árida Pampeana).
La intención del presente capítulo es corroborar la hipótesis de que, el proceso de
tecnificación del agro incide negativamente y de manera directa en la apicultura, dado que
esta actividad es muy dependiente del ámbito en que se desarrolla, quizá más que ningún
otra actividad. Para corroborar la hipótesis planteada, será fundamental contrastar el
desarrollo apícola del sur del distrito, donde el proceso de tecnificación del agro no fue tan
profundo, con la zona norte, donde la tecnificación se desarrolló de manera más profunda.
La técnica de investigación elegida para tal fin son las entrevistas semi-abiertas21. Las
Ministerio de Infraestructura, Vivienda y Servicios Públicos de la Prov. de Bs. As. (www.mosp.gba.gov.ar),
Año 2010.
21 Para relevar información de los apicultores locales se utilizó una metodología de tipo cualitativo. La técnica
utilizada constó de entrevistas de carácter semi-abierto ya que, si bien se indagó a los apicultores por su
situación particular sin tratar de limitar el desarrollo de sus explicaciones, hubo algunos ejes que fueron
abordados por el entrevistador en todos los casos, a los fines de realizar un análisis comparativo, por ejemplo:
El rendimiento por colmena en los últimos quince años, la situación de las enfermedades y mortandades de las
34
http://www.mosp.gba.gov.ar/
mismas fueron realizadas durante los años 2012 y lo que va de 2013 a cinco apicultores
distritales, tres de ellos pertenecientes a la localidad de Casbas, en la zona norte del distrito
de Guaminí y, dos apicultores oriundos de la localidad de Guaminí, zona sur del distrito
homónimo. Los apicultores entrevistados serán denominados de aquí en más como
“apicultor 1” o (A1), “apicultor 2” o (A2) y así sucesivamente, siendo (A1), (A2) y (A3)
apicultores de la zona Norte, y (A4) y (A5) de la zona Sur del distrito. También fue
entrevistada una ingeniera agrónoma, integrante del “Programa Miel” del Ministerio de
Asuntos Agrarios de la provincia. Además, claro está, serán consultadas fuentes
bibliográficas y estudios preexistentes sobre los temas desarrollados en el presente estudio.
2.2- ¿Qué es la apicultura?.
La apicultura es una actividad que comprende la cría y el cuidado de abejas con el fin de
extraer lo producido por estos insectos. Esta actividad se remonta a las denominadas
civilizaciones antiguas, puesto que hay indicios de práctica de la apicultura en Egipto
alrededor del año 2.400 A.C.. De los productos derivados de la apicultura, el principal por
su cantidad y la difusión de su uso es la miel, pero también se encuentran el polen, la jalea
real, el propóleo y la cera, todos pasibles de ser comercializados. El principal uso de los
productos mencionados es el alimenticio, pero en menor medida son utilizados para la
elaboración medicinal y cosmética.
abejas, la existencia o no de apoyo estatal y, finalmente, las perspectivas a futuro de la actividad entendida
como actividad económica. La cantidad de entrevistados de cada localidad se debe a la proporción de
apicultores de cada pueblo. Respecto de las dos localidades del distrito cuyos apicultores no fueron
consultados, cabe aclarar que, la cantidad de apicultores de larga trayectoria (condición indispensable para
analizar el desempeño de la actividad a lo largo de un período extenso de tiempo) en dichos lugares es ínfima
y, por otra parte, los apicultores entrevistados en Casbas y Guaminí tienen apiarios cercanos a las otras
localidades, de manera que también las representan.
35
En Argentina la apicultura es una actividad relativamente pequeña si consideramos sólo su
aporte al PBI y su volumen de exportación con respecto a otros bienes o commodities22 de
origen agropecuario. Ahora bien, si analizamos la producción de miel a nivel mundial, nos
encontramos que el país se ubica entre los mayores productores y exportadores de miel y
demás subproductos. En materia de conocimiento técnico, la actividad también ocupa una
posición de vanguardia, con lo cual, es una actividad muy relevante en términos de
desarrollo científico e industrial. Por otra parte, además de enriquecer la diversidad
faunística, es conocido el aporte que las abejas hacen a la fecundidad de las flores,
demostrando así un aporte indispensable al medioambiente.
En términos económicos, la producción de miel en Argentina solo ha alcanzado un aporte
que ronda el 0,4% del PBI en sus mejores momentos históricos (año 1999). Sin embargo,
como anticipamos, es de mucha importancia en relación a la producción global de miel y
otros subproductos. Argentina produjo durante los años 1982 y 2001 un promedio anual de
57.550 tns (con un pico histórico de 100.000 tns para el año 2000, y 99.000 tns seis años
después). Estos niveles de producción la han llegado a ubicar hasta el día de hoy como el
tercer productor de miel del mundo, después de China y de EEUU (en ese orden). Es una
realidad que, “entre los años 2002 y 2003 se consolidó también como el primer exportador
mundial, desplazando a China”23. El consumo de miel per cápita en nuestro país, sin
embargo, es muy bajo, ya que oscila entre los 200 y 300 grs./hab./año para el año 201024. 
22 Existen profundas discusiones acerca de considerar a la miel como un commodity o no. Sólo en este caso
en particular hablamos de ésta como un commodity, por el hecho de que, el 95% de la producción nacional de
miel se exporta a granel, con lo cual es una materia prima con similares características en todo el mundo sin
valor agregado desde el momento de su extracción.
23 Hervias, Diego y Mogni, Fernando, “El auge de la apicultura en la Argentina: Breve introducción al tema.”
publicación online: Apuntes agroeconómicos, Facultad de agronomía – UBA, Año 2, N° 3, Buenos Aires,
2013
24 FUENTE: Ministerio de Asuntos Agrarios de Nación, Estrategia provincial para el sector agroalimentario,
2010. 36
Cobra más relevancia el hecho de que nuestro país produzca el70% de la miel de
Sudamérica, siendo así el mayor responsable de 10% de la producción mundial que le
corresponde al MERCOSUR.25
En términos sociales, y según la SAGPyA, para el año 2002, la actividad apícola ocupaba
en la Argentina a 25.000 productores con un número estimado de 2.500.000 colmenas (una
media de 100 colmenas por apicultor). Para ese entonces, sólo el 3% de los apicultores
tenía más de 500 colmenas, el 12% de ellos contaba con una cantidad que iba de 350 a 500,
el 75% entre 20 y 350, y el 10% restante eran productores menores de hasta 20 colmenas;
es decir que, el grueso de los apicultores son productores “chicos” que, indispensablemente
cuentan con otra actividad como fuente de ingresos, lo cual no quiere decir que aquellos
que comprenden el 15% con más de 350 colmenas no tengan otra actividad.
Respecto de la Región Sudoeste de la provincia de Bs. As. a la cual pertenece Guaminí
(junto a otros doce distritos), para el año 2009, según el Registro Provincial de Productores
Apícolas del Ministerio de Asuntos Agrarios provincial, había un total de 1989 productores,
con un total de 422.031 colmenas, es decir, un promedio aproximado de 212 colmenas por
productor. Con más del doble que el promedio nacional, es la región con más colmenas (y
con más apicultores también) de toda la provincia de Bs As, que precisamente, es la
provincia con más colmenas en el país.26 Más del 40% de la miel exportada se produce en
territorio bonaerense27. De manera que, nuestro análisis está centrado en la zona “núcleo”
de la apicultura nacional. 
25 Nimo, Mercedes, “Como exportar agroalimentos”. Seminario. SAGPyA. Exposición en Power Point.,
2002. 17 pp.
26 FUENTE: Hervias, Diego y Mogni, Fernando, op. cit.
27 SAGPyA, 2009. 37
La miel extraída en la provincia de Bs. As., por otra parte, es muy deseada por los
mercados de consumo debido a su coloración clara, aunque esto no signifique que sea de
mejor calidad.28
En lo que respecta al distrito de Guaminí, la producción apícola tiene una importante
historia: Sus orígenes están íntimamente relacionados con la actividad agropecuaria, y se
instala en la región a principios de los años 70´s29.
Al auge de la apicultura guaminense podemos ubicarlo entre fines de los 90´s y mediados
de la década de 2000, durante este período, se dio un proceso inédito de crecimiento de la
cantidad de apicultores, de inversión en el sector, y de producción de miel. Este crecimiento
incluía a gran cantidad de jóvenes que, sin provenir de familias de apicultores se volcaron a
la actividad. A partir de mediados de la primera década del siglo, la cantidad de apicultores
ha decrecido paulatinamente hasta estos días. Actualmente el distrito cuenta con una
cantidad que ligeramente excede los 50 apicultores activos, entre los cuales sólo una decena
pueden ser considerados apicultores “grandes” (de más de 500 colmenas). 
Es una realidad que la apicultura en la Región Sudoeste, y también en el distrito de
Guaminí, ha experimentado un descenso en, primero: la cantidad de apicultores activos
(sobre todo de los jóvenes); segundo: la cantidad de colmenas por productor activo y;
tercero: el nivel de producción de miel y demás subproductos de cada colmena. De manera
tal que, intentaremos conocer las características de este fenómeno, e indagar por las
posibles explicaciones para el mismo.
28 FUENTE: Ing. Alicia Zuccerino, Programa Miel del Minist. de Asuntos Agrarios de la prov. de Bs. As.,
Entrevista realizada el 24 de Julio de 2012.
29 Real Ortellado, Marcelo, “La apicultura en La Pampa, una contribución al conocimiento de la actividad
apícola en La Pampa hasta el año 2001”, publicación de divulgación técnica N° 85, Año 2004
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2.3- Cadena de valor en la apicultura de Guaminí.
Por “cadena de valor” entendemos el modo en que se desarrollan las acciones de cada actor
interviniente en una actividad determinada. Mediante este concepto, es posible analizar los
diferentes eslabones que intervienen en la producción apícola, mediante los cuales una
materia prima llega a convertirse en un producto terminado. Cada eslabón agrega valor al
producto, pero también colabora a encarecer el producto final, siendo así de gran
importancia su conocimiento por parte del productor a los fines de optimizar los recursos
implicados en su actividad. 
La cadena de valor de la apicultura en nuestro país se encuentra comprendida casi en su
plena totalidad dentro del sector primario, ya que comprende la obtención de productos
primarios no elaborados y no industrializados. El 95% de la miel nacional se exporta, y el
mismo porcentaje de lo que se exporta, se exporta a granel. Sólo un pequeño porcentaje de
la cadena de valor apícola comprende al sector industrial de elaboración de alimentos
(golosinas, panificadoras, entre otras) y medicinas (medicamentos contra el reuma, la
artrosis y la gripe, entre otros).
Respecto de la cadena de valor de los apicultores guaminenses, sin embargo, encontramos
que hay una estructura estable y perdurable en el tiempo en cuanto a quiénes ocupan cada
eslabón de la cadena. Por un lado, tenemos a los fabricantes de materiales (cuadros, alzas,
techos, pisos, cera estampada, ahumadores, extractores, tambores vacíos para almacenar la
miel, cuchillos desoperculadores, entre otros) que, salvo raras excepciones pertenecen al
mundo de las pymes. Estos fabricantes venden directamente en las localidades grandes o
39
medianas de la región, a través de vendedores regionales (que conforman otro actor social
de la cadena de valor) o bien en stands en exposiciones de apicultura. Por otra parte, están
los vendedores de azúcar; el azúcar es utilizado para alimentar la colmena durante el
invierno y así sustituir la miel que le fue extraída a la colmena. Al momento de la venta de
miel, los apicultores entran en relación con otros actores de la cadena: Los compradores de
miel, entre quienes están, los grandes acopiadores a nivel nacional, empresarios
exportadores que además de miel suelen exportar otros bienes agropecuarios, y los
compradores o acopiadores regionales. Estos últimos hacen de intermediarios entre el
apicultor y el gran acopiador. Por último, tenemos la figura de quien explota el campo, ya
sea el propietario o quien accede al mismo por medio del alquiler.
Llamativamente, los apicultores del distrito guaminense, salvo con raras excepciones,
mantienen lazos comerciales con los mismos proveedores de insumos, proveedores de
abejas reina (indispensable para lograr un aumento del número de colmenas y renovar
genéticamente la colmena), y compradores/acopiadores de miel. Es decir que, a lo largo del
tiempo no hay variaciones sustanciales en su estrategia de compra de insumos y venta de
productos. Sólo uno de los apicultores consultados, ha sido protagonista de intentos
exitosos de compra de materiales de forma grupal, junto a apicultores del distrito y de
distritos aledaños (alzas, cuadros, techos, cera estampada, tambores vacíos, etc) logrando
así mejores precios de compra y de flete. Sin embargo, los intentos de este grupo por
obtener mejores precios de venta de miel han fracasado, debido a la característica
oligopólica de la estructura comercial de miel en la región. Los demás apicultores, compran
insumos en la exposición apícola regional realizada en la localidad de Doblas, La Pampa o
bien le compran a los vendedores regionales. Respecto de la venta de miel, la decisión de a
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quién vender depende del precio del momento, pero reconocen que los precios no tienen
variaciones relevantes entre un comprador y otro, razón por la cual la confianza o el vínculo
con un comprador conocido son priorizados. Las ventas de cada apicultor a lo largo de los
años, tiene la característicade realizarse a no más de tres compradores distintos. Todos
reconocen el hecho de que, el valor ofrecido por la miel es estable y, definido por el
mercado internacional o aún por grandes acopiadores que dominan el mercado de compra
tanto como el de exportación. Es decir que, la tarea de buscar la mejora en los precios de
los materiales a comprar, y de la miel por vender, no es muy alentadora frente a un mercado
cuyos costos son impuestos al apicultor sin demasiada capacidad de influir sobre estos. 
Un caso aparte es el vínculo que los apicultores establecen con los dueños del campo donde
tienen sus colmenas. Es recomendable que cada apiario no pase de 150 colmenas (en un
campo con buenas condiciones) para que las abejas no compitan entre sí por la
alimentación, de manera que, un apicultor grande llega a tener más de 5 apiarios
distribuidos en diferentes lotes, y casi siempre en diferentes campos. La elección del lugar
es primordial, de ello dependerá la alimentación, las posibilidades de fecundación de la
abeja pero también la accesibilidad al apiario por parte del apicultor. No fue hasta hace 10
años aproximadamente que, se fue tornando difícil la tarea de encontrar espacios para
establecer los apiarios. Varias variables juegan en contra del apicultor: El uso más intensivo
del suelo, lo que hace que se busque aprovechar cada metro cuadrado en existencia, con la
creciente alternativa del pago por obtener el espacio (En la actualidad, algunos apicultores
han comenzado a pagar el equivalente a dos kilogramos de miel por cada colmena ubicada
en el apiario)30; los casos crecientes de cuatrerismo, que genera reticencias del productor
30 FUENTE: (Apicultor 5), apicultor de Guaminí, asesor de Cambio Rural. Entrevista realizada el 25 de
marzo de 2013.
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agropecuario a prestar un espacio y darle al apicultor las llaves de acceso al campo; el
mencionado desconocimiento del nuevo productor agropecuario/empresario con el
apicultor, entre otras.
Para comprar azúcar, los apicultores se han organizado más que nunca, aunque el vendedor
sea siempre el ingenio azucarero. Es mucha la diferencia en el precio del azúcar cuando se
la compra directamente en el ingenio, de modo que, para que se aproveche la capacidad de
un camión y se minimicen los costos del flete, es necesario reunir la compra de un grupo de
apicultores.
2.4- Cambios en el agro argentino y en la apicultura.
En los últimos tiempos, en el campo argentino ocurrieron muchos cambios en el modo de
producción. Simultáneamente, es una realidad que, dentro de la actividad apícola, los
rendimientos por colmena han mostrado una tendencia general descendiente, así como
también la cantidad de colmenas de la región. Esto nos hace pensar en la inevitabilidad de
una relación entre los dos procesos, ante la cual postulamos la hipótesis de que, la
explicación del deterioro de las condiciones de producción apícola se debe a los cambios
ocurridos en el campo, dada la relación de contención que la apicultura tiene respecto del
campo.
A continuación detallaremos sintéticamente los cambios ocurridos en el agro y en la
apicultura para luego desarrollar una descripción de cada uno:
- Aumento de la agricultura en detrimento de la ganadería.
- Intensificación de la actividad ganadera (Aumento de la carga animal localizada).
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- Aumento del territorio destinado a la soja (monocultivo) en su variante no mielífera.
- Aumento del uso de herbicidas para el cultivo agrícola.
- Aumento del uso de fertilizantes para el cultivo agrícola.
- Disminución de la pradera natural.
- Pérdida de floración por cortes periódicos a las pasturas con el fin de
almacenamiento de rollos y fardos.
- Disminución gradual del régimen de lluvias y vientos más fuertes.
- Disminución de la diversidad florística.
- Vínculo inexistente con el nuevo productor agrícola, que impide conocer los
momentos en que este último realizará fumigaciones para proteger las colmenas.
- Aumento de la estructura de costos de la actividad en relación al precio de la miel.
- Creciente mortandad de abejas.
- Déficit nutricional de las abejas.
- Imposibilidad de trasladar colmenas a regiones de floración más temprana debido al
aumento de la estructura de costos de la actividad.
- Surgimiento de enfermedades anteriormente poco frecuentes.
- Fluctuación constante en el precio de la miel.
- Colmenas abandonadas como foco infeccioso.
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Como hemos descrito en el capítulo uno del presente trabajo, progresivamente la Pampa
Argentina experimentó un avance de la agricultura en detrimento de la ganadería. Dentro de
la agricultura, a su vez, las oleaginosas en su versión no mielífera (la soja transgénica de
nombre RR, uso más generalizado en Argentina) aumentaron en detrimento de los cereales.
De manera tal que, en un campo donde antes pastaban animales podíamos encontrar una
variedad de floración muy grande, lo que era particularmente beneficioso para la apicultura,
mientras que ahora, ese espacio fue paulatinamente reemplazado por el cultivo de una
planta que no es propicia para la extracción de néctar. Adicionalmente, en este espacio
ahora destinado a la agricultura, las flores naturales que crecían entre la plantación o en los
bordes del lote sembrado, son erradicadas por medio de fumigaciones con herbicidas para
que estas últimas no compitan con el cultivo. A su vez, también la ganadería comenzó a
explorar otros métodos en pos de acelerar el proceso de engorde y hacer más redituable el
negocio, perjudicando así a la apicultura. La modalidad de pastoreo a campo abierto
actualmente es una rareza, la carga animal localizada ha ido en aumento en paralelo con la
tecnificación del agro. En muchos casos el ganado bovino pastorea en espacios reducidos
sobre una pastura sembrada para tal fin solo un período determinado de tiempo, para luego
ser encerrado en un corral con alimentación adicional (rollo, maíz o alimento balanceado).
De manera que, las fuentes de alimentación de la abeja se reducen con el avance de la
agricultura y el consecuente descenso de la ganadería. También sus fuentes de bebida,
debido a que, al haber muchos campos que dejaron de tener hacienda, dejaron de tener agua
en las bebidas y tanques de molino, con lo cual, las abejas pierden esos espacios en los que
sacian su sed.
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La agricultura moderna, ha intensificado el uso de herbicidas, pesticidas, fungicidas y
fertilizantes. La discusión acerca de las consecuencias de estos agroquímicos para el
medioambiente no será tema de análisis de este trabajo, pero sí debemos detenernos en las
consecuencias directas sobre la apicultura. El uso de estos agroquímicos afecta a las abejas
de varias maneras. En primer lugar, al momento de fumigar, aquellas abejas que se
encuentran fuera de la colmena son exterminadas. Simultáneamente, la erradicación de la
floración natural que se logra fumigando reduce la cantidad y la calidad de la fuente de
alimentación de la abeja. Este fenómeno está fuertemente asociado al déficit nutricional de
la colmena31. La aparición de grandes empresas dedicadas a la explotación agrícola en la
región, sean pooles o bien empresarios particulares de gran capacidad financiera, dificulta
el contacto con los apicultores locales para conocer los momentos exactos de la fumigación.
Cuando los campos eran producidos mayoritariamente por sus dueños, era común que estos
anunciaran a los apicultores el momento en que iban a fumigar, permitiendo a estos últimos
cerrar las colmenas durante la noche para que las abejas permanezcan en su interior y a
salvo de intoxicaciones. Ese vínculo se ha roto, hecho que restringe aún más la tarea del
apicultor de encontrar espacios seguros para su colmena.
Respecto de la disminución de la pradera natural, este fenómeno se debe

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