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Funciones del lenguaje

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Funciones del lenguaje	
Se entiende por las funciones del lenguaje a los distintos cometidos con que el ser humano emplea el lenguaje, es decir, los propósitos comunicativos con los que utiliza esa herramienta cognitiva y abstracta.
Estas funciones fueron denominadas como referencial, emotiva, apelativa, fática, metalingüística y poética, que complementaron las que ya habían sido propuestas por el lingüista alemán Karl Bühler, clasificadas como función simbólica o representativa, función sintomática o expresiva y función señalativa o apelativa.
Con función lingüística se entiende la relación que se establece, por una parte, entre el destinado y el mensaje y que es originada por la intención del emisor al construir un enunciado orientándolo hacia cualquiera de los elementos del proceso u objetivos posibles.
Las funciones del lenguaje son los objetivos con que se utiliza el lenguaje hablado o escrito.
Las disciplinas que estudian las funciones del lenguaje son la lingüística y la comunicación. Esto se debe a que para comprender sus funciones debe entenderse el lenguaje como una acto comunicativo en el que intervienen diferentes elementos:
· Emisor. Es la persona o grupo de personas que hablan o escriben. Es decir, quien inicia la comunicación.
· Receptor. Es quien recibe el mensaje, es decir, a quien está dirigida la comunicación.
· Canal. Es el medio por el que se transmite el mensaje. Puede ser el sonido, el teléfono, la escritura, etc.
· Código. En el caso del lenguaje, es el idioma mismo.
· Mensaje. Es el contenido de lo que se transmite (la información).
· Referente. Es aquello de lo que habla el mensaje. Por ejemplo, si Juan le dice a Pablo que la calle principal se ha inundado, el referente son la calle y la inundación.
· Contexto de enunciación. Son las circunstancias en que se emite el mensaje, que pueden modificarlo. Por ejemplo, si una persona dice “Frente a esta inmensa multitud” al hablar efectivamente ante una multitud, el mensaje es tomado en serio. En cambio, si dice la misma frase frente a dos personas, el mensaje es tomado como una broma o ironía.
Cada una de las funciones del lenguaje hace hincapié sobre un elemento diferente de la comunicación.
Función referencial o informativa
El lenguaje en esta función se utiliza para dar información sobre el referente. Las oraciones más frecuentes son enunciativas o declarativas.
Es importante señalar que la función referencial puede ser utilizada en textos que hacen referencia a la realidad, por ejemplo los textos periodísticos y también en textos que hacen referencia a la ficción, como los cuentos y las novelas.
Esta función también se utiliza en forma pura (es decir, no combinada con otras funciones del lenguaje) principalmente en textos científicos.
Función emotiva o expresiva
El lenguaje cumple la función de transmitir el estado anímico o los pensamientos del emisor. Se utilizan oraciones exclamativas e interjecciones más que en otras funciones del lenguaje, por ejemplo “¡ay!” o “¡Qué hermoso!”
Sin embargo, también pueden utilizarse oraciones enunciativas que describan sentimientos o cualidades valorativas de los objetos, por ejemplo “Me llenó de alegría ver los pequeños pies de mi querida hija dar sus primeros pasos.”
Función conativa o apelativa
Esta función apunta a promover en el receptor del mensaje alguna actitud o acción. La función conativa se encuentra en todas las preguntas ya que piden una respuesta por parte del receptor, por ejemplo: “¿Cómo te llamas?”
También se encuentra en las oraciones imperativas, por ejemplo “Cierre la ventana, por favor.”
Función fática o relacional
El lenguaje en esta función se utiliza para iniciar, interrumpir, continuar o finalizar el acto comunicativo. Esta función se utiliza para comprobar o realizar modificaciones en el canal de comunicación.
Por ejemplo, al atender el teléfono se utiliza la función fática al decir “¿Hola?”, y esta fórmula de saludo indica que el canal de comunicación ha sido abierto.
Por otro lado, las fórmulas de saludo pueden utilizarse también en persona para iniciar una conversación: “hola”, “disculpe” o “¿cómo estás?” son ejemplos de función fática para iniciar la comunicación.
Para interrumpir temporalmente la comunicación y luego retomarla se utilizan otras fórmulas como “espere un momento”, “como le decía”, “¿qué me estaba diciendo?”
Para finalizar la comunicación se utilizan fórmulas de despedida, como “adiós”, “hasta luego”, o incluso en los discursos o presentaciones ante un público se finaliza con “muchas gracias”.
Función metalingüística
Esta función se utiliza para hablar del idioma mismo, es decir, el código. Por ejemplo: “¿Alguien sabe cómo dividir en sílabas la palabra cooperativa?” y “Sonia es un nombre que proviene del idioma ruso.”
Función poética o estética
Esta función se utiliza cuando el mensaje mismo quiere ser resaltado. Es decir, las palabras y estructuras utilizadas en el acto comunicativo.
La estructura interna del mensaje cobra importancia y en algunos casos el signo utilizado (la palabra) se vuelve más relevante que su referente (aquello de lo que se habla).
Esta función se utiliza siempre que el lenguaje es utilizado como arte, por ejemplo en la poesía, la música con palabras y la narrativa. Por otro lado, también se utiliza en la retórica.
Superposición de las funciones del lenguaje
En el uso habitual del lenguaje sus funciones pueden combinarse en un mismo discurso o incluso aparecer superpuestas. Por ejemplo: “Cientos de hectáreas de bosque son desmontadas por multinacionales dedicadas a la construcción. Firma esta petición para detenerlas.” En el ejemplo, la primera oración es principalmente informativa, sin embargo, es la base para la función apelativa de la segunda oración.
En otros casos dos funciones pueden tener la misma importancia simultánea: “En este tradicional pueblo japonés, todas las casas son construidas en madera y dan la sensación de haberse detenido en el tiempo, con sus campesinos laboriosos en verano y otoño, con sus chimeneas humeantes en invierno y las gruesas capas de nieve que se acumulan en los techos inclinados. En las noches frías, los frentes de las casas se iluminan con faroles dando una amena sensación de calor en medio de la blancura.”
En el ejemplo, el texto cumple la función referencial, ya que aporta información sobre el aspecto del pueblo. Pero por otro lado se ha redactado de forma tal que su lectura resulte agradable, es decir, priorizando también la función poética.
Roman Jackobson
Roman Jackobson (1896 – 1982) fue un lingüista ruso que identificó y clasificó las funciones del lenguaje como las estudiamos actualmente. Estudió en la Universidad de Moscú y posteriormente enseñó en universidades de Copenhague (Dinamarca), Oslo (Noruega) y Upsala (Suecia).
Jackobson tomó un modelo previo de Karl Büler, que distinguía tres funciones (representativa, expresiva y apelativa) y aumentó su complejidad para dar cuenta de todos los factores de la comunicación.
Michael Halliday
Este lingüista inglés cuestionó la clasificación de Jackobson y a fines del siglo XX propuso tres grandes funciones del lenguaje:
· Ideativa. Expresa y establece las relaciones entre el hablante y el mundo circundante.
· Interpersonal. Permite establecer relaciones sociales.
· Textual. Se asocia a una de las anteriores para mantener la cohesión entre las partes del discurso y también entre el discurso y el contexto en que es emitido.
Actos del habla
L. Austin y John Searle propusieron otra forma de pensar el lenguaje en términos de “actos del habla.” Estos autores no buscaban funciones sino actividades del lenguaje:
· Actividad locutiva. Es aquello que se dice.
· Actividad ilocutiva. Hay una intencionalidad por parte del hablante de hacer algo al momento del habla. Por ejemplo, al decir “juro que no lo conozco”, no solo se está hablando, sino que también se está jurando.
· Actividad perlocutiva. Es aquello que es logrado gracias al habla, por ejemplo, un efecto o reacción en el oyente.

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