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Tema XXII: Lesiones focales hepáticas 1. LESIONES QUÍSTICAS HEPÁTICAS Una forma de clasificar las lesiones quísticas hepáticas es como infecciosas/parasitarias o no parasitarias. Dentro del primer grupo se caracterizan los abscesos hepáticos y los quistes hidatídicos. Dentro del segundo grupo reconocemos los quistes simples, los neoplásicos, la enfermedad hepática poliquistica del adulto, los traumáticos, pseudoquistes periféricos y otras neoplasias. A. Quistes simples i. Generalidades: Son las lesiones quísticas más frecuentes del hígado. Corresponden a una monocapa de epitelio cuboideo o columnar. No se malignizan. ii. Epidemiología: Tiene una prevalencia de 3-5%. Son más frecuentes en mujeres 1,5:1 y son raros en menores de 40 años. iii. Clínica: Sobre el 90% de los casos son asintomáticos, aunque pueden dar síntomas por compresión, o complicación (hemorragia intraquística). Página � 120 IV. LESIONES FOCALES HEPÁTICAS A. Tumores hepáticos benignos iv. Imágenes: Para el diagnóstico por lo general basta una ecografía de abdomen (lesión unilocular, sin pared ni nódulos ni tabiques, anecoicas, con refuerzo posterior). v. Tratamiento: Solo se tratan en caso de síntomas, complicación o duda diagnóstica. El tratamiento ideal es el detechamiento del quiste por video laparoscopia. (otros: punción y aspiración). B. Cistoadenoma hepático i. Generalidades: lesión quística de baja incidencia. Se presentan más frecuentemente en mujeres sobre los 40 años y por lo general son únicos. Tienen riesgo de malignización. ii. Clínica: Su sintomatología es inespecífica (dolor, meteorismo, vómitos). iii. Imágenes: Se estudian con ecografía, TC y RNM (hallazgos: lesión quística con paredes gruesas y septos). Si se puncionan se aspira liquido oscuro, sanguinolento, espeso o mucinoso. iv. Tratamiento: enucleación más borde hepático que lo rodea. C. Absceso hepático i. Generalidades: Son de tres tipos: piógenos, amebianos (Entamoeba histolytica) y fúngicos (Candida albicans, Aspergillus, Criptococcus) . ii. Epidemiología: El absceso piógeno, es el más frecuente, con una incidencia de 10 a 15 x 1 0 0 . 0 0 0 h a b i t a n t e s . S e p r o d u c e principalmente en pacientes entre 50 a 60 años y de origen biliar. iii. Factores de riesgo: edad avanzada, inmunocompromiso y neoplasias. iv. Etiopatogenia: Existen distintas rutas de diseminación del absceso piógeno como la biliar, vena porta, arteria hepática, extensión directa, trauma y criptogénico. La causa más frecuente se debe a colangitis ascendente. En su mayoría son polimicrobianos. Las bacterias más frecuentes son enterobacterias, bacteroides, Staphyloccocus aureus (en los monomocrobianos) y Enterococcus. v. Clínica: Se presenta con fiebre, dolor abdominal e ictericia. Además leucocitosis, anemia y alteración del perfil hepático. vi. Imágenes: El estudio se realiza con ecografía (lesión hiperecoica y de bordes definidos), TC (lesiones hipodensas con refuerzo periférico Página � 121 en su pared) o RNM. vii. Tratamiento: antibióticos de amplio espectro por 1 mes, drenaje por punción, percutáneo o quirúrgico. El drenaje quirúrgico está indicado en abscesos múltiples, loculados, de contenido viscoso que obstruye el catéter percutáneo, inadecuada respuesta a drenaje percutáneo luego de 7 días. D. Enfermedad hepática poli quística del adulto y enfermedad renal poliquística Página � 122 E. Quiste hidatídico i. Generalidades: Se produce por un parásito zoonótico, el Echinococcus granulosus, en cuyo ciclo el hombre es un huésped intermediario como la oveja, siendo el perro el huésped definitivo. Sigue el ciclo, ano-mano-boca. Epidemiología: La enfermedad es endémica en países como Turquía y Chile, especialmente en el sur del país. ii. Etiopatogenia: El parásito llega a través de la circulación portal al hígado, donde sobrevive desarrollando un quiste (endoquiste) que comprime el parénquima hepático en torno de él, desarrollando una reacción fibrótica conocida como ectoquiste o periquística. Así, el quiste tiene 3 capas, la germinal, la laminada y la ectoquistica. El liquido dentro del quiste contiene vesículas hijas, arena hidatídica y protoescólices. iii. Clínica: La clínica puede ser asintomática, pero también puede presentarse, náuseas, vómitos, ictericia, dolor abdominal vago, masa palpable, colangitis, hipertensión portal, compresión vena cava y hasta shock anafiláctico. iv. Estudio: Diagnóstico por ELISA e imágenes (Ecografía, TC y RM). En la ecografía, se observará una imagen anecoica, redonda, difícil de diferenciar por quiste benigno. En presencia de membranas, ecos internos pede ser confundido con absceso o neoplasia. En presencia de quistes hijas puede tener septos. v. Complicaciones: compresión, infección (la más frecuente, 30%), ruptura a vía biliar (25%), ruptura a bronquio, a peritoneo u otros órganos. vi. Tratamiento: (1) observación y albendazol en asintomáticos de menos de 5 cm, (2) Tratamiento percutáneo, o (3) cirugía cistoperiquistectomía total o parcial y hepatectomía (atrofia, estenosis biliar o gran comunicación biliar). 2 . LESIONES SÓLIDAS HEPÁTICAS BENIGNAS A. Hemangiomas i. Generalidades y epidemiología: Son las lesiones sólidas benignas más frecuentes del hígado, su incidencia estimada es de 3%. Se originan del endotelio de los vasos sanguíneos como ectasias vasculares. La relación Página � 123 Tema XXII: Lesiones focales hepáticas
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