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el señor sale a nuestro encuentro 2

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l Señor sale
a nuestro encuentro
 ibro de catequista 
de niños
 rquidiócesis de ahía lanca
 
 ítulo de la obra: El Señor sale a nuestro encuentro • Guía del catequista de niños • 2
ISBN 978-987-1931-23-1
SEGUNDA REIMPRESIÓN
© 2012, INPAS
© 2012, PPC Argentina S.A.
Puede imprimirse
 onseñor Guillermo José Garlatti
Arzobispo de la Arquidiócesis de Bahía Blanca
11 de Marzo de 2013
 C Cono Sur
Av. Callao 410 piso 2
C1022AAR | Ciudad Autónoma de Buenos Aires • República Argentina
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Libro de edición argentina - ade in Argentina
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o por cualquier otro medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, 
por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los 
titulares del copyright.
Empresa asociada a la Cámara Argentina del Libro
 
 resentación
 on gran satisfacción y fuerte esperanza presento a 
nuestra Arquidiócesis de Bahía Blanca la implementa-
ción del programa catequístico l Señor sale a nuestro 
encuentro. Se trata de un proyecto de catequesis fami-
liar de iniciación a la vida eucarística, propuesta en dos 
etapas, constituida por ocho libros en total (libro de los 
niños, libro del catequista de niños; libro de los padres y 
libro del catequista de los padres, para cada etapa) y en-
riquecida por una gran cantidad de recursos y contactos 
a través de internet e instancias formativas permanentes 
de distinto tipo.
 on ello estaremos dando un paso importante en el 
camino trazado por los pastores reunidos en la Vª on-
ferencia General del Episcopado Latinoamericano y del 
 aribe en Aparecida. Allí se señala que Se impone la 
tarea irrenunciable de ofrecer una modalidad operativa de 
iniciación cristiana que, además de marcar el qué, dé tam-
bién elementos para el quién, el cómo y el dónde se realiza. 
Así, asumiremos el desafío de una nueva evangelización, a 
la que hemos sido reiteradamente convocados» (287).
 atequesis y nueva evangelización: éstos son los 
ejes y desafíos. Tenemos entre manos una posibilidad 
de evangelizar que, como respuesta a los nuevos tiem-
pos y en sintonía con la enseñanza de los Pastores, se 
propone como objetivo general “desarrollar una Ca-
tequesis de Iniciación a la Vida Eucarística en la que la 
familia viva un proceso de encuentro y de amistad 
con Jesucristo, en el que reconozca la invitación que Él 
nos hace a la conversión y a vivir en la Iglesia el discipu-
lado y la misión” (ibd).
Al respecto la Exhortación Apostólica Verbum do-
mini señala que “un momento importante de la anima-
ción pastoral de la Iglesia en el que se puede redescubrir 
adecuadamente el puesto central de la Palabra de Dios es 
la catequesis, que, en sus diversas formas y fases, ha de 
acompañar siempre al Pueblo de Dios” (74).
En línea con lo propuesto en la Catechesi tradendae, 
“la acción catequética de la familia tiene un carácter pe-
culiar y —en cierto sentido— insustituible”, algo que 
ha sido subrayado con razón por la Iglesia, especial-
mente por el oncilio Vaticano II. “Esta educación en la 
fe, impartida por los padres —que debe comenzar desde 
la más tierna edad de los niños— se realiza ya cuando 
los miembros de la familia se ayudan unos a otros a crecer 
en la fe por medio de su testimonio de vida cristiana, a 
menudo silencioso, mas perseverante a lo largo de una 
existencia cotidiana vivida según el Evangelio” (68). 
La catequesis familiar, en efecto, precede, acompaña 
y enriquece toda otra forma de catequesis. Y no pocas ve-
ces la “iglesia doméstica” es el único ámbito en donde los 
niños pueden recibir una auténtica catequesis. 
A propósito de la importancia de la “calidad” de la 
catequesis para la nueva evangelización y el desarrollo 
armónico de la vida de la fe, la Exhortación Apostólica 
Evangelii Nuntiandi pone de manifi esto que “el esfuer-
zo de evangelización será grandemente provechoso … 
si los catequistas disponen de textos apropiados, 
puestos al día sabia y competentemente, bajo la 
autoridad de los obispos. Los métodos deberán ser 
adaptados a la edad, a la cultura, a la capacidad de las 
personas, tratando de fi jar siempre en la memoria, la in-
teligencia y el corazón las verdades esenciales que debe-
rán impregnar la vida entera” (44). 
4
Afortunadamente, l Señor sale a nuestro en-
cuentro constituye un proyecto catequístico muy rico 
y probado, vivo, potente, fundado en la experiencia de 
comunidades en permanente actitud crítica y renovación 
metodológica, sensible a los cambios socioculturales, y 
atenta a los signos de los tiempos. Un proyecto que cuen-
ta ya con cincuenta años de historia. 
“Ante todo, es menester preparar buenos catequistas”, 
afi rma la Evangelii Nuntiandi; catequistas parroquiales, 
instructores y padres, deseosos de perfeccionarse en 
este “arte superior, indispensable y exigente que es la en-
señanza religiosa” (ibd). 
 on enorme alegría pongo en manos de los cate-
quistas, padres de familia y agentes de pastoral este 
 atecismo, dirigido principalmente a la Arquidiócesis 
de Bahía Blanca, pero ofrecido también como un servi-
cio a quienes estén dispuestos a asumir el compromiso 
de hacer realidad el mandato Jesús: “Vayan por todo el 
mundo, anuncien la Buena Noticia” (Mc. 16,15).
+ Monseñor Guillermo José Garlatti
Arzobispo de Bahía Blanca
Afortunadamente, l Señor sale a nuestro en-
cuentro constituye un proyecto catequístico muy rico 
y probado, vivo, potente, fundado en la experiencia de 
comunidades en permanente actitud crítica y renovación 
metodológica, sensible a los cambios socioculturales, y 
atenta a los signos de los tiempos. Un proyecto que cuen-
ta ya con cincuenta años de historia. 
“Ante todo, es menester preparar buenos catequistas”, 
afi rma la Evangelii Nuntiandi; catequistas parroquiales, 
instructores y padres, deseosos de perfeccionarse en 
este “arte superior, indispensable y exigente que es la en-
señanza religiosa” (ibd). 
 on enorme alegría pongo en manos de los cate-
quistas, padres de familia y agentes de pastoral este 
 atecismo, dirigido principalmente a la Arquidiócesis 
de Bahía Blanca, pero ofrecido también como un servi-
cio a quienes estén dispuestos a asumir el compromiso 
de hacer realidad el mandato Jesús: “Vayan por todo el 
mundo, anuncien la Buena Noticia” (Mc. 16,15).
+ Monseñor Guillermo José Garlatti
Arzobispo de Bahía Blanca
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 Nuestras primeras palabras al presentar el 
Segundo Año de Catequesis Familiar son de profun-
da gratitud al Señor Jesucristo quien, con la fuerza 
del Espíritu, ha inspirado este trabajo y nos ha ben-
decido en cada una de sus etapas de desarrollo.
 En segundo lugar queremos expresar, 
con el mismo afecto, nuestra gratitud a tantos cate-
quistas que recibieron con cariño, responsabilidad 
y alegría este nuevo proyecto. Queridos amigos y 
amigas, el esfuerzo que dedicaron a conocer e im-
plementar esta nueva propuesta catequística fue 
para las comunidades y para nosotros un verdadero 
regalo. 
 Con la presentación del texto de segundo 
año, queremos dar un paso más en este camino de 
renovación de la Catequesis Familiar de Iniciación a 
la Vida Eucarística.
 En la presente introducción asumimos los 
fundamentos de la Catequesis Familiar ya expuestos 
en la Introducción al Libro de Primer Año. Queremos 
ahora señalar los aportes específi cos del Segundo 
Año, teniendo así una visión completa del proceso 
catequístico que estamos desarrollando.
 Vivir la celebración de la Eucaristía como 
experiencia de comunión con Jesucristo, 
quien, por el don de su Espíritu Santo, nos 
hace miembros de la Iglesia y partícipes 
de su vida y misión en el mundo.” 
 Durante el segundo añoqueremos que 
las familias puedan conocer y valorar el sacramento 
de la Eucaristía como uno de los lugares privilegia-
dos de encuentro con Cristo, de modo que, a partir 
del encuentro con Jesús, la vida personal, familiar, 
eclesial, social se vea impregnada de los valores del 
Evangelio. En el fondo, queremos que los miembros 
de las familias que participen en este proceso cate-
quístico se constituyan en “cristianos eucarísticos” 
que celebran lo que viven y viven lo que celebran.
• Desarrollo
 al como ocurre durante el primer año, las 
etapas del Catecumenado constituyen el telón de 
fondo del desarrollo de los objetivos y contenidos 
catequísticos del segundo año. Para lograr estos 
objetivos se han desarrollado las dos últimas etapas 
del Catecumenado.
 La tercera etapa se llama “Jesús nos invita 
a ser uno con Él. El isterio pascual en nuestra vida: 
Familias enviadas por Cristo”. La catequesis se centra 
aquí en el anuncio de Jesucristo que nos llama a ser 
uno con Él, invitándonos a compartir su vida y su 
misión. De este modo las familias irán preparando el 
camino para que Jesús entre sacramentalmente en 
sus vidas a través de la comunión eucarística. Irán 
también asumiendo paulatinamente toda la riqueza 
del discipulado que se proyecta necesariamente en 
la dimensión misionera que Cristo entregó a todo 
bautizado.
 Esta etapa comprende nueve encuentros 
estructurados sobre tres grandes unidades: “Jesús 
nos amó hasta el extremo”, “Jesús nos invita a partici-
par de su vida”, “La Iglesia vive de la Eucaristía”. Inclu-
ye además tres celebraciones. La primera inaugura 
el segundo año. La segunda nos invita a renovar el 
Bautismo, recibir el Credo y ofrece, además, la posi-
bilidad de bautizar a los niños que, por diferentes 
razones, no han recibido este sacramento. 
 La etapa concluye con la cuarta celebración 
centrada en la fi gura de la Virgen María, primera tes-
tigo y colaboradora de la obra de Dios. Esta celebra-
ción es una incorporación original de este proceso 
catequístico. No está presente en el catecumenado 
INTRODUCCIÓN AL SEGUNDO AÑO DE LA
CATEQUESIS FAMILIAR DE INICIACIÓN A LA VIDA EUCARÍSTICA
“EL SEÑOR SALE A NUESTRO ENCUENTRO”
6
primitivo ni tampoco en procesos catequísticos an-
teriores. Busca realizar una conclusión mariana al 
tema de la novena unidad: “La Iglesia vive de la Eu-
caristía” y de las unidades que conforman la sección. 
Jesús nos invita a ser uno con Él siguiendo el ejem-
plo de María de Nazaret. Ella es la “mujer eucarísti-
ca” por excelencia. La que mejor vive la relación de 
comunión con su Hijo y quien mejor puede ayudar 
a las familias a llevar una vida en comunión con Él. 
 La cuarta etapa, “El Señor nos regala su 
Espíritu y nos envía. La vivencia de la fe en la isión: 
Familias servidoras del Reino”, corresponde a la di-
mensión mistagógica, es decir, busca profundizar 
la experiencia que se vive con la recepción de los 
sacramentos. Constituye al mismo tiempo una in-
troducción a la vida comunitaria de la Iglesia. El foco 
catequístico quiere mostrar cómo Jesucristo nos re-
gala su Espíritu, para responder a nuestra vocación 
común a la santidad y nos envía a la misión. La etapa 
procura desarrollar los contenidos de la fe en forma 
vital impregnándolos de la vocación misionera pro-
pia de la vida cristiana madura. El centro catequísti-
co de esta etapa busca que las familias se vuelvan 
servidoras del Evangelio por la acción del Espíritu 
Santo, que las envía a dar testimonio de la fe en la 
Iglesia y en medio del mundo.
 Esta etapa incluye nueve encuentros, 
agrupados en las unidades: “El Espíritu Santo san-
tifi ca a la Iglesia”, “El Espíritu Santo anima la misión 
de la Iglesia” y “Una Iglesia que peregrina en la espe-
ranza”. Comprende, además, un Retiro de Agradeci-
miento y llamado y la última celebración “Discípulos 
misioneros”, para expresar nuestra acción de gracias 
por el camino recorrido y nuestro compromiso de 
incorporación plena a la vida y misión de la Iglesia. 
Acercándose el término de la Catequesis Familiar, 
queremos bendecir al Padre por todos los dones y 
benefi cios recibidos en este proceso de iniciación a 
la Vida Eucarística y discernir el llamado particular 
que Jesús hace a cada uno de los miembros de la 
familia, ya como discípulos misioneros.
 El itinerario completo del Segundo Año que-
da como se ve en el cuadro de la página siguiente.
• etodología
 Hemos mantenido la misma estructura 
del desarrollo de los Encuentros que propusimos 
para el Primer Año: I. Acogida; II. Nuestro camino; 
III. Aprendiendo a vivir en la fe; IV. reparando la 
Catequesis Familiar (Padres) – Celebremos nues-
tro encuentro con Jesús (Niños).
 Con todo, nos ha parecido oportuno intro-
ducir algunas mejoras con el fi n de facilitar el logro 
de los objetivos de cada encuentro.
 En el Libro de Padres hemos cambiado la ubicación de 
las preguntas para aplicar el texto bíblico a la vida (mo-
mento de la Meditación en la Lectio Divina). En el Libro 
del primer año se encontraban inmediatamente des-
pués de las preguntas de comprensión del texto bíblico 
(“Para refl exionar y compartir”). En el presente texto se 
encuentran después del “Para profundizar”. reemos 
que los padres pueden lograr una mejor refl exión de su 
vida a la luz de la Palabra enriquecidos, no sólo por las 
preguntas al texto, sino también por las ideas que él 
mismo nos invita a profundizar.
 Tanto en el Libro de atequista de Padres como de Ni-
ños, hemos dado un desarrollo más claro al apartado 
“ on la Virgen María, guardemos en el corazón”, distin-
guiendo los momentos que incluye, tal como se indica 
a continuación:
Libro del Catequista de Padres
- ada uno piensa en aquello que descubrió como lo más im-
portante de este encuentro. Se ayuda a los padres a refl exio-
nar acerca de las situaciones personales o familiares en que 
necesitan amarse con especial dedicación. Invita, a quien lo 
desee, a compartirlo con los demás.
- Se pide que anoten en su libro lo que descubrieron.
- En un clima de recogimiento, presentan a María el fruto de 
este encuentro para que ella los ayude a guardarlo en el co-
razón.
7
Segundo Año:
Jesús nos invita a 
celebrar y vivir la 
Eucaristía
Segundo Año:
III ETAPA
 Jesús nos invita 
a ser uno con Él»
(El Misterio Pascual en nues-
tra vida: Familias enviadas 
por risto)
IV ETAPA
 El Señor nos regala su 
Espíritu y nos envía»
(La vivencia de la fe en la 
misión: Familias servidoras 
del Reino)
La Pasión y Muerte de Jesús La Resurrección de JesúsLa Última ena: elebración de la Nueva Alianza
Séptima celebración: Bautismo de niños y entrega del credo
Sexta celebración: Seguimos caminando con Jesús
Octava celebración: María, la primera testigo y colaboradora en la obra de Dios
Retiro: Agradecimiento y llamado
Novena celebración: Discípulos misioneros
Octava unidad: «Jesús nos invita a participar de su vida»
Séptima Unidad: «Jesús nos amó hasta el extremo»
Hagan esto en memoria mía
Jesús es Pan de Vida
Jesús nos regala su Espíritu
 omunidad que da testimonio 
de la fe recibida
Ven, Señor Jesús
Iglesia que vive de la Eucaristía
 Un solo cuerpo y muchos carismas
 omunidad que celebra la fe
María nos precede y acompaña
Miren cómo se aman: la fraternidad
El Espíritu Santo nos santifi ca
 omunidad que está al servicio 
de los demás
 Lo reconocemos al partir el pan
El Espíritu Santo hace presente la salvación Nos hacemos uno con risto y su misión
Novena Unidad: «La Iglesia vive de la ucaristía»
Décima unidad: « l spíritu Santo santifi ca a la Iglesia»
Undécima Unidad: « l spíritu Santo anima la misión de la Iglesia»
Duodécima Unidad: «Una Iglesia que peregrina en la esperanza»
Libro del Catequista de Niños
- Se pregunta a los niños qué aprendieron hoy y se pide que lo 
compartan con los demás.
- El catequista los invita a anotar en su libro lo que aprendie-
ron. Si les cuesta resumirlo, ayudarlos con la siguiente idea: 
“Quiero poner al servicio de la comunidad losdones que el 
Espíritu Santo me regala”.
- Los niños piden a la Virgen María, en actitud orante, que los 
ayude a guardar en el corazón lo que aprendieron.
 
 Nótese además, que hemos puesto un recurso para que 
el catequista, si es necesario, ayude a los padres o ni-
ños al momento de compartir lo que descubrieron en 
el encuentro. Por último, destacamos el clima orante y 
contemplativo en el que se realiza este momento, que 
corresponde precisamente a esos pasos de la Lectio Di-
vina.
Agradecimiento y llamado
 l Retiro:
 Cercanos al fi nal del proceso de la Cate-
quesis queremos que las familias puedan retirarse 
para mirar en el Señor el camino recorrido. Fue un 
camino en el que se encontraron con Jesús y lo fue-
ron conociendo cada día más. Ahora saben que Él 
los invita a vivir en amistad, que siempre les ofrece 
su misericordia y perdón, que los invita a formar par-
te de su comunidad de discípulos y discípulas y les 
regala su Espíritu para ser testigos de su Evangelio 
y continuadores de su misión. Fueron descubriendo 
que la fe se celebra con otros por medio de la liturgia 
y de los sacramentos y se animaron a vivir aquello 
que celebran, especialmente a través del amor y la 
solidaridad hacia los más pobres y hacia todos cuan-
tos sufren. Durante este camino, ciertamente, hay 
otros muchos dones y gracias recibidas. Este retiro 
quiere ser un momento especial para reconocer y 
agradecer lo que Dios ha ido haciendo en cada uno 
de nosotros, en nuestras familias y comunidades.
 El texto bíblico que ilumina este Retiro es 
Mateo 11,25-27: Alabanza por la revelación hecha a 
los sencillos. En el “Portal de Recursos para la Cate-
quesis” (www.catequesis-ppc.com.ar) encontrarán 
una propuesta completa para realizar este Retiro.
 Finalmente, creemos que el gran desafío 
que enfrenta el segundo año de Catequesis Fami-
liar está marcado por una doble dimensión. Por una 
parte, la incorporación activa de la familia en la vida 
de la Iglesia, particularmente en la celebración de 
la Eucaristía dominical, fuente y cumbre de toda la 
8
vida del discípulo misionero de Jesucristo, y conti-
nuar viviendo en su seguimiento en una pequeña 
comunidad cristiana. 
 Por otra parte, surge la necesidad de seguir 
acompañando a los niños en su vida de fe. Por esta ra-
zón invitamos a las comunidades a discernir la mejor 
forma de asumir esta tarea, de manera que la misma 
comunidad que los ayudó a participar del sacramento 
de la Eucaristía les ofrezca una continuidad catequís-
tica que los apoye y estimule en el desarrollo de la 
vida cristiana durante los próximos años de su vida. 
 Ponemos este libro de segundo año en las 
manos de la Virgen María, Madre de Dios y Madre 
nuestra, y le pedimos con humildad y cariño que Ella, 
que ha sido la primera y mejor catequista, inspire y 
acompañe el servicio generoso de muchos de sus hi-
jos, para que muchas familias, a través de este medio, 
puedan encontrase con su Hijo Jesús, acojan la Bue-
na Noticia del Amor del Padre y se dejen animar por 
su Espíritu para construir un mundo más feliz para 
todos, un mundo donde todos seamos la Familia de 
Dios.
9
CELEBRACIÓN:
“SEGUIMOS 
CAMINANDO CON 
JESÚS”
I. RE ARANDO LA 
CELEBRACIÓN
 BJETIV :
Encontrarse en el Señor para iniciar el segundo año 
del proceso de Catequesis Familiar de Iniciación a la 
Vida Eucarística.
 ATERIALES:
 Cirio o vela grande
 Biblia para altar
 Mesa para altar
 Mantel
 Flores o planta
 Libros de Segundo Año para cada familia
 Dibujo de sandalias para cada familia
 Hoja con preguntas para cada persona
 Hoja de canto para cada persona
 Biblia o exto bíblico escrito para cada 
persona
AMBIENTACIÓN:
Conviene hacer esta celebración en el emplo, o en 
lugar amplio. El lugar se ambienta de la siguiente 
manera:
 Colocar la mesa como altar en el centro de 
la comunidad de la catequesis, junto a la 
Biblia y fl ores o planta.
 Si es posible, disponer las sillas en un 
semicírculo. 
 El cirio o vela grande al lado del altar o 
sobre el altar.
SUGERENCIAS MET D LÓGICAS:
 Se sugiere que cada persona tenga el 
texto bíblico con las preguntas. Como 
cada familia tiene una sola Biblia, es 
recomendable sacar copias en un papel 
adecuado del exto y así también motivar a 
las personas a que subrayen o marquen las 
ideas que sean importantes.
 La celebración es presidida por el párroco, 
y guiada por uno(a) de los(as) catequistas. 
Si no puede estar el párroco, la preside 
un diácono permanente, un religioso o 
religiosa, el coordinador de la comunidad o 
un catequista.
II. DESARROLLO DE LA 
CELEBRACIÓN
INICIO DE LA CELEBRACIÓN
 ) MOTIV CIÓN INICI L: 
Guía:
Les damos una afectuosa bienvenida a cada uno 
de ustedes. Nos re-encontramos nuevamente 
para continuar el proceso de iniciación a la vida 
eucarística. Hemos vivido momentos importantes 
para la vida de fe, para la experiencia de ser 
discípulos misioneros, para encontrarnos vitalmente 
con Jesucristo, el Señor de la Vida. Con estos 
sentimientos iniciemos este encuentro cantando.
10
B) S LUDO:
El que preside:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu San-
to.
Todos: Amén..
El que preside:
Queremos seguir caminando con Jesús, deseamos 
profundizar en el seguimiento del Señor. A la 
luz de este encuentro quisiera preguntarles: 
¿qué acontecimientos vivieron en este último 
tiempo?, ¿cómo estuvieron las vacaciones?, los 
niños ¿crecieron en estatura?, ¿durante el verano 
experimentaron la presencia de Jesús en sus vidas?, 
¿extrañaron algo de la catequesis?, ¿participaron de 
la Eucaristía, de la vida de oración?
(Se pueden agregar otras preguntas o privilegiar 
sólo una de ellas. Se deja el espacio sufi ciente para 
que las personas que lo deseen compartan sus 
ideas).
C) OR CIÓN:
El que preside: (Acogiendo sus intervenciones) 
Oremos: 
Señor, 
caminamos por la vida 
como los discípulos de Emaús:
queremos reconocerte al partir el pan,
concédenos amar y conocer tu Palabra,
para hacer de nuestras vidas 
una ofrenda agradable a i
y puesta al servicio de nuestros hermanos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén..
LITURGIA DE LA PALABRA
Guía:
Permanecemos de pie y nos disponemos a escuchar 
la Palabra de Dios, que nos vivifi ca y nos anima a 
mirar nuestra vida a la luz del Señor. Lo hacemos 
con un corazón atento, y dispuesto. Acogemos esta 
Palabra cantando.
El que preside:
Les anuncio el Evangelio de nuestro Señor Jesu-
cristo según San Lucas (24,13-35: Los discípulos de 
Emaús).
Todos: Gloria a Vos, Señor.
Guía:
 omen asiento. Dejemos unos minutos de silencio 
para que la Palabra de Dios penetre en nuestro ser. 
 e invitamos a leer el texto una vez más, en forma 
personal y pausada. Marcá las frases que te llaman 
la atención, encerrá en un círculo los personajes y en 
un rectángulo los verbos.
COMPARTIR EN FAMILIA
Guía:
Los invitamos a encontrarse de a dos familias, para 
compartir lo que la Palabra suscitó en cada uno. 
Les proponemos las siguientes preguntas para pro-
fundizar, en especial les pedimos tener presentes las 
preguntas 2 y 3:
1.- ¿Qué frases me llamaron más la atención?
2.- ¿Qué hizo el Señor en mi vida durante el primer 
año de la Catequesis?
3.- ¿Por qué le doy gracias al Señor?
Como fruto del diálogo, se elaboran oraciones 
de acción de gracias que serán compartidas en el 
momento siguiente de la celebración.
 anto: “PEREGRINOS DE EMAÚS” (estribillo).
FRUTOS DE LA CELEBRACIÓN
Guía:
Luego de este compartir, los invitamos a recoger los 
frutos de la celebración.
El que preside: 
a) Somos asamblea, comunidad reunida hoy para 
continuar el camino a la vida eucarística; por eso, en 
forma espontánea y libre, los invito a que podamos 
decir en voz alta: ¿Qué hizo el Señor en mi vida du-
rante el primer año de la Catequesis?
11
Se escuchan las respuestas de los asistentes a la cele-
bración.
b) Y ¿por qué queremos dar gracias?
Se escuchan los ecos de los asistentes a la celebración.
c) Queremos presentarle al Señor nuestras oracio-
nes:Se leen las oraciones elaboradas por las familias.
SIGNO: 
Entrega de los libros de Catequesis de Segundo año 
y un par de sandalias.
Guía: 
Para sellar este momento, invitamos a los Catequistas 
a traer los libros de Catequesis de Segundo año “El 
Señor sale a nuestro encuentro” y la bandeja con 
sandalias.
Les pedimos ahora que se acerquen los padres 
junto a sus hijos para recibirlos. Se acompaña este 
momento con las siguientes palabras u otras que se 
elijan:
 Les entregamos estas sandalias para hacer presente que es JE-
SU RISTO, el Señor de la Vida, el Señor que se ofrece en la Euca-
ristía, el que camina junto a ustedes.
 Para hacer presente, también, que son sus FAMILIAS, núcleo de 
encuentro, de diálogo, de amor, de esperanza, parte importante 
en este peregrinar.
 Para hacer presente que la OMUNIDAD acompaña sus pasos en 
la formación a la iniciación de la vida eucarística.
(Mientas se entregan los textos y las sandalias, se 
cantan algunos estribillos de canciones).
El que preside: 
Con los libros y las sandalias en sus manos, los invi-
tamos a hacer juntos la siguiente oración.
Quédate con nosotros, Señor…. para que no se apa-
gue nuestra fe, ni se oculte tu rostro.
Quédate con nosotros, Señor… en los momentos de 
difi cultad, para que no nos falte ilusión, fortaleza en el 
dolor y luz en los momentos de confusión.
Quédate con nosotros, Señor… para que nuestro cora-
zón arda al calor del tuyo.
Quédate con nosotros, Señor… para que nuestro amor 
se manifi este, nuestra entrega se afi ance y podamos 
acogerte en cada hermano.
Quédate con nosotros, Señor… para que vivamos con 
esperanza.
Quédate con nosotros, Señor… en Tu palabra y en 
estos libros de catequesis, para que sigamos profundi-
zando en la fe.
 anto: “ALABARÉ, ALABARÉ…”.
El que preside: 
Somos hijos de un mismo Padre; por eso decimos 
juntos: Padre nuestro…
BENDICIÓN FINAL
El que preside: 
Felices de re-encontrarnos, de haber vivido esta 
celebración como miembros de un solo cuerpo y de 
la alegría de tener junto a nosotros a Jesucristo, los 
invito a dar testimonio de lo que hemos celebrado, 
a participar con entusiasmo en los próximos 
encuentros y a dejar que el Señor transforme 
nuestras vidas en su amor.
El Señor esté con ustedes.
Todos: Y con tu espíritu.
El que preside: 
El Padre que es bueno y misericordioso, nos acom-
pañe como familia en este encuentro con el Señor 
de la Vida en este segundo año de catequesis y que 
Él nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del 
Espíritu Santo.
Todos: Amén..
Guía: 
Finalizamos nuestra celebración cantando a nuestra 
madre:
 anto: “SANTA MARÍA DEL AMINO”.
1 
 nidad 7
 esús nos 
amó hasta el 
extremo
14
enc entro
 9
«LA ÚLTIMA CENA: CELEBRACIÓN 
DE LA NUEVA ALIANZA»
«He deseado ardientemente comer esta 
 ascua con ustedes antes de mi asión.»
(Lc 22,15)
 otas catequísticas
OBJETIVO DEL EN UENTRO: 
Descubrir en la Última Cena el signo que anticipa, prepara y da 
sentido al acontecimiento de la muerte y Resurrección de Jesús.
MATERIALES:
• Biblia, cirio e imagen de Jesús ubicadas en el centro.
• Cintas o tiras de diferentes colores. Una por cada miembro del 
grupo.
• Lápices, goma de pegar.
• Para profundizar, puedes leer este tema en:
- Catecismo de la Iglesia Católica: números 422; 426-429;
606-612.
- extos bíblicos complementarios: Lc 1,68; 12,50; 22,15-20;
Mt 16,21-23; 1 Cor 11,25.
• odos estos materiales escritos se pueden encontrar en
www.catequesis-ppc.com.ar
15
I. Acogida
Saludo
• El/la catequista saluda a los chicos por su 
nombre y le dice a cada uno lo feliz que se 
siente de verlos nuevamente. Comenta lo 
grande que están, lo bien que les hizo este 
tiempo de vacaciones. Pregunta cómo lo 
pasaron durante el verano.
• Luego comenta que hoy retomamos el ca-
mino de encuentro con Jesús; lo seguire-
mos descubriendo en torno a la fi esta de 
la Eucaristía a la que estamos todos invita-
dos.
¡Te invitamos a rezar!
• Se invita a los chicos a orar recordándoles 
que este año recibirán un gran regalo, el 
regalo de acoger a Jesús en la Eucaristía: 
Jesús será el mayor tesoro que recibirán en 
su vida y lo harán dentro del camino a la 
vida Eucarística que comenzaron. Recibir a 
Jesús les dará la fuerza para vivir como Él.
• Se comenta que la palabra Eucaristía sig-
nifi ca “Acción de gracias”: por eso nuestra 
primera oración de este año la haremos 
Dando gracias a Jesús.
• El/la catequista inicia la oración en el nom-
bre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo e 
invita a hacer silencio y a orar.
• Luego reparte una tira de papel a cada uno 
y les pide que escriban, en una o dos pa-
labras, lo que más recuerdan de su amigo 
Jesús según lo que aprendieron en los En-
cuentros del año pasado.
• Da tiempo para que escriban y pide que 
lean en voz alta lo que anotaron y lo pon-
gan en el altar mientras todo el grupo re-
pite: ¡Jesús, que viniste a salvarnos, te ala-
bamos y te damos gracias!”
• Pide a los niños que recojan su papel y 
anoten en el Libro lo que escribieron en él.
• Finaliza rezando la oración del Gloria: Glo-
ria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como 
era en el principio, ahora y siempre y por los 
siglos de los siglos. Amén.
II. Nuestro camino
Encuentro anterior
• Pregunta a los chicos ¿qué les ha quedado 
guardado en el corazón de la celebración 
inicial “Seguimos caminando con Jesús”?
Encuentro con la familia
• Se invita a los niños a responder estas pre-
guntas:
1) ¿Qué hicieron en familia en relación a 
lo que aprendieron de Jesús en la Cate-
quesis Familiar del año pasado?
2) ¿Visitaron a Jesús en la eucaristía domi-
nical durante las vacaciones?
3) ¿Conversaron con Jesús durante el día?
4) ¿Cómo pusieron en práctica lo que 
aprendieron de Jesús en los encuen-
tros del año pasado?
16
III. Aprendiendo a vivir en la fe
“Que nadie llegue a vos sin que, al 
irse, se sienta mejor y más feliz.”
¡Vamos a encontrarnos con Jesús!
El objetivo de este momento es descubrir 
que hacer el bien a otro produce un profundo 
sentimiento de alegría. 
 • Preguntar a los chicos si conocen alguna 
persona de su familia o del barrio que sea 
reconocida por su entrega y solidaridad 
con los demás. Dejar un tiempo para que 
se expresen.
• Invitar a dos o tres chicos a contar ¿qué 
sintieron después de ayudar a otra perso-
na? Y luego: ¿qué sintieron cuando recibie-
ron de otros una ayuda?
• Comentar que las acciones de amor que 
realizamos por las demás personas produ-
cen un gran sentimiento de alegría.
• Comentarles que, en la ciudad de Calcuta, 
India, vivió una mujer de aspecto frágil, 
muy amiga de Jesús, que se llamaba 
 eresa. Ella fue admirada por su sencillez 
y humildad y, especialmente, por su 
entrega a las personas más abandonadas 
y necesitadas de su país. Leer este hecho 
de su vida:
Testimonio de la Madre Teresa de Calcuta
“En cierta ocasión, una persona le dijo a la adre 
Teresa de Calcuta: «El trabajo que usted hace, yo 
no lo haría ni por todo el oro del mundo.» 
A lo que la adre Teresa le respondió: «Yo 
tampoco: soy un lápiz en las manos de Dios. Un 
trozo de lápiz con el cual Él escribe lo que quiere 
y la fuerza la tengo de la adoración a Jesús 
Sacramentado1». 
Y luego agregó: «No dejes que nadie llegue jamás 
a ti sin que al irse se sienta mejor y más feliz. Sé la 
expresión viviente de la bondad de Jesús; bondad 
en tu rostro, bondad en tus ojos, bondad en tu 
sonrisa, bondad en tu cálido saludo, bondad en 
tu servicio.»”
• Preguntar a los chicos ¿qué les llamó la 
atención del relato? ¿De dónde sacaba 
fuerzas la Madre eresa? ¿Cómo quería 
que la gente se sintiera?
• Comentarles lo importante que es hacer el 
bien a los demás. Que nadie pase por su 
lado sin experimentar a través de ellos el 
amor de Dios.
 1. Jesús presente en la Hostia consagrada.
17
 ¡Jesús sale a nuestro encuentro por su alabra!
Jesús se reúne con sus discípulos para celebrar la fi esta judía de la Pascua2. Manda a dos de ellos 
con antelación para quepreparen el lugar y ellos hacen lo que Jesús les pide. Vamos a leer lo que 
sucede:
† Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas 22,7-20:
 2. Fiesta judía que celebra la salida del pueblo de Israel de la esclavitud a la que había sido sometido en Egipto. De este 
modo, el paso por el Mar Rojo representa para ellos el “paso” (Pascua) de la esclavitud a la libertad.
«Llegó el día de los Ácimos, en el que se debía 
inmolar la víctima pascual. Jesús envió a Pedro 
y a Juan, diciéndoles: “Vayan a prepararnos 
lo necesario para la comida pascual.” Ellos le 
preguntaron: “¿Dónde quieres que la prepa-
remos?” Jesús les respondió: “Al entrar en la 
ciudad encontrarán a un hombre que lleva un 
cántaro de agua. Síganlo hasta la casa donde 
entre, y digan a su dueño: El maestro manda 
preguntarte: ¿Dónde está la sala en que podré 
comer la Pascua con mis discípulos? Él les mos-
trará en el piso alto una pieza grande, arregla-
da con almohadones: preparen allí lo necesa-
rio.” Los discípulos partieron, encontraron todo 
como Jesús les había dicho y prepararon la 
Pascua.
Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con 
los Apóstoles y les dijo: “He deseado ardiente-
mente comer esta Pascua con ustedes antes 
de mi Pasión, porque les aseguro que ya no la 
comeré más hasta que llegue a su pleno cum-
plimiento en el reino de Dios.”
Y tomando una copa, dio gracias y dijo: 
“ omen y compártanla entre ustedes. Porque 
les aseguro que desde ahora no beberé más 
del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de 
Dios.”
Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y 
lo dio a sus discípulos, diciendo: “Esto es mi 
Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan 
esto en memoria mía.” Después de la cena hizo 
lo mismo con la copa, diciendo: “Esta copa es 
la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se 
derrama por ustedes”.»
18
 ara profundizar:
 Jesús organiza una cena de despedida con 
sus amigos más cercanos. Está consciente 
de que su muerte está próxima y quiere 
compartir con ellos su confi anza absoluta 
en el amor del Padre, incluso en este difícil 
momento. 
 Entonces pide a los discípulos que vayan 
a preparar la cena. Esta cena se realiza en 
el contexto de la fi esta Judía de la Pascua, 
con la que el Pueblo de Israel celebra el 
paso de la tierra de la esclavitud (Egipto) a 
la tierra de la libertad, una tierra prometida 
por Dios. Dios libera a su pueblo de manos 
de los egipcios llevándolos a una tierra 
donde pueden vivir libremente y hace una 
Alianza de amor con ellos.
 Del mismo modo, Jesús es fi el a la voluntad 
de su Padre y nos invita a una Alianza nue-
va y defi nitiva que sellará con su sangre. Él 
entrega su vida para que tengamos vida 
eterna. Por eso, como señal de este pacto, 
dirá durante la cena: “Este es mi cuerpo 
que se entrega por ustedes” y luego: “Esta 
es mi sangre que se derrama por ustedes.” 
En ese pan y en ese vino, Jesús quiere que 
lo reconozcamos a Él mismo. Quiere que 
en esos dones descubramos su amor lle-
vado hasta el fi nal y que, al compartirlos, 
agradezcamos la presencia del Reino de 
Dios en medio nuestro.
PREGUNTAS PARA OMPARTIR:
1) ¿Qué le pide Jesús a Pedro y a Juan?
2) ¿Qué dijo Jesús a sus discípulos al iniciar la 
cena?
3) ¿Por qué Jesús deseaba ardientemente 
comer esta Pascua con los discípulos antes 
de su Pasión?
4) ¿Por quiénes entrega Jesús su Cuerpo y su 
Sangre?
RESPUESTAS:
1) Les pide que vayan y preparen lo necesario 
para la comida pascual. 2) Jesús les dijo: “He 
deseado ardientemente comer esta Pascua 
con ustedes antes de mi Pasión.” 3) Porque ya 
no la comerá más hasta que llegue a su pleno 
cumplimiento en el reino de Dios. 4) Jesús en-
trega su Cuerpo y su Sangre por nosotros para 
darnos vida.
¡Respondamos a Jesús!
El objetivo de esta actividad es que los chicos 
descubran que el amor de Cristo nos mueve a 
un amor semejante al de Él.
• El/la catequista realiza el siguiente experi-
mento delante de los chicos:
- Se les muestra un vaso grande de vi-
drio transparente con agua y pregun-
ta qué observan.
- Luego se agregan al agua unas gotas 
de jugo o café (previamente disuelto). 
- Se pregunta qué le pasó al agua.
- Luego se explica que bastan unas go-
tas de jugo o café para darle un color 
y un sabor diferente al agua. 
 Lo mismo ocurre cuando alguien hace 
un acto de amor por otra persona. 
Esta acción contagia a otros a imitarla 
y hace que el mundo sea mejor.
19
- Explicar a los chicos que Jesús nos 
dejó un Mandamiento nuevo pidién-
donos que “nos amemos los unos a 
los otros como Él nos amó.” Que ame-
mos al que está a nuestro lado, papás 
y mamás, amigos, vecinos, abuelos, 
tíos, profesores, es decir, todas las per-
sonas.
- Preguntarles qué acción de amor 
pueden hacer en su casa para que 
contagien e irradien ese amor a toda 
su familia. Motiva para que sean ac-
ciones poco frecuentes (por ejemplo: 
escuchar, tener paciencia, obedecer a 
los mayores, etc.) de modo que incor-
poren en su vida diaria otras acciones 
de amor. 
- Pedirles que escriban dentro de las 
gotas de agua lo que piensan hacer. 
- Invitarlos a compartir lo que escribie-
ron.
¡En la Eucaristía, Jesús renueva su 
Alianza dándonos su Cuerpo y su 
Sangre!
El día antes de su muerte, Jesús invitó a sus 
discípulos a cenar. En esta cena, quiso regalar-
les en forma anticipada un signo de la Nueva 
Alianza, que sellaría en los días siguientes con 
su muerte y Resurrección.
¡Vos también estás invitado a renovar esa 
Alianza de Amor con Jesús! Lo hacés al parti-
cipar en cada Eucaristía. En ella Jesús renueva 
su entrega por todos nosotros, nos da su vida 
y nos invita a estar unidos a Él para amar a los 
demás como Él nos amó. ¡Entreguemos amor 
a los otros a través de gestos de cariño, confi a-
dos y generosos, con una actitud humilde!
“La Eucaristía, instituida por Cristo la víspera de 
su pasión durante la Última Cena, es un sacra-
mento de la Nueva Alianza. En ella el Señor se 
hace alimento bajo las especies del pan y del vino. 
Los chicos la reciben solemnemente y se les invita 
a recibirla cuantas más veces mejor para seguir 
en amistad íntima con Jesús”3.
 3. Papa Juan Pablo II. CAR A A LOS NIÑOS. En el año de la Familia, 13 de diciembre de 1994.
20
• Preguntar a los niños qué aprendieron hoy y pedirles que lo com-
partan con los demás. Si les cuesta expresar lo que aprendieron, 
el/la catequista los ayuda con la siguiente idea: Jesús, al compartir 
con sus discípulos el pan y el vino, nos enseña a entregar nuestra vida 
como Él lo hizo. 
• Pedir a los chicos que anoten en su Libro lo que aprendieron. 
• Luego, en un clima de recogimiento, invitarlos a pedirle a la Virgen 
María que los ayude a guardar en el corazón lo que hoy aprendieron. 
IV. Celebremos nuestro encuentro con Jesús
La Virgen María acogió la invitación de Dios para hacer una alianza de 
amor con Él. Por eso aceptó ser la madre de Jesús, entregándose por 
entero a este proyecto de amor. Así, la Virgen María nos anima para que 
también nosotros descubramos el amor de Jesús y nos esforcemos por 
entregarnos a los demás como Él lo hizo. 
Guardem os en el c
or
az
ón
! 
¡C
on
 la
 Virgen M
aría
• Explicar a los chicos que vivimos nuestra alianza con Jesús 
cuando amamos al prójimo como Jesús nos ama. 
• Invitarlos para que, durante la semana, piensen cómo ex-
presar el amor hacia los demás, su familia, amigos y amigas, 
compañeros de colegio, etc. Animarlos a amar como Jesús.
• Proponerles que, al ir a acostarse, recuerden una obra de 
amor hecha durante el día y luego se la ofrezcan a Jesús en 
la oración diciendo: “Jesús, cuando hago el bien a los demás 
renuevo mi amor con Vos.”
• Para terminar el encuentro, motiva a los chicos a 
repetir juntos:
Amar es entregarse, olvidándose de sí,
buscando lo que a otro pueda hacerle feliz.
¡Qué lindo es vivir para amar!
¡Qué grande es tener para dar!
Dar alegría y felicidad,
darse uno mismo, eso es amar.
co n Je sú
s
Ca
minemosCa
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ccoo n úúss
cc
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Ca
m mos
JESÚS
GR
ACIAS
21
Notascatequísticas
OBJETIVO DEL EN UENTRO: Descubrir el amor de Jesús llevado hasta el extremo, en fi delidad a la 
misión recibida del Padre.
MATERIALES: 
• Siluetas de chicos y niñas recortadas en cartulina, una por niño. 
• Un papel para que cada niño confeccione una cruz.
• Un crucifi jo. Vela. Mantel oscuro. Fósforos. 
• arjetas con números del 1 al 12, una con cada número. 
• Cartel con la Oración “Alma de Cristo”, usando los colores que ves en tu Libro.
• Cartel con la Oración Final. 
• arjetas con las siguientes palabras:
(Lista 1) (Lista 2)
¡VEN! ¡VOY!
¡DAME! ¡ OMÁ!
¡QUEDA E CONMIGO! ¡ME QUEDO CON VOS!
¡ESCUCHAME! ¡ E ESCUCHO!
¡ACOMPAÑAME! ¡ E ACOMPAÑO!
¡PERDONAME! ¡ E PERDONO!
¡CONSOLAME! ¡ E CONSUELO!
¡ AYUDAME! ¡ E AYUDO!
• Para profundizar, leer este tema en:
• Catecismo de la Iglesia Católica: números 613; 616; 618.
• extos Bíblicos complementarios: Jn 10,17-18; Jn 15,13; Jn 13,1. 
 odos estos materiales escritos se pueden encontrar en www.catequesis-ppc.com.ar
«LA ASIÓN Y MUERTE DE JESÚS»
«Dijo Jesús: “Todo se ha cumplido”. E inclinando 
la cabeza, entregó su espíritu.»
(Jn 19,30)
enc entro
20
22
I. Acogida
Saludo
• El/la cartequista saluda a los chicos por 
su nombre y entrega a cada uno la silueta 
que hizo en cartulina. Pide que la guarden 
hasta el fi nal del encuentro. 
¡Te invitamos a rezar!
• Preparar el altar con el mantel, el crucifi jo y 
la vela encendida junto a la cruz. 
• Repartir a los chicos un número según el 
cual luego irán orando el “Alma de Cristo.”
• Invitar a hacer silencio y crear un ambiente 
de recogimiento. 
• Invitar a los chicos a contemplar a Jesús 
Crucifi cado.
• Recordarles que uno de los signos más 
importantes para el cristiano es la Cruz.
• Pedir que hagan una cruz en su frente y 
repitan todos: “Jesús, enseñame a conocerte 
cada día más”. Luego hacen una cruz en 
sus labios y dicen; “Jesús, que de mis labios 
sólo broten palabras de amor”; hacen una 
cruz en su pecho y dicen: “Jesús, ayúdame 
a amarte con todo el corazón”. Finalmente 
dicen: En el nombre del Padre y del Hijo y del 
Espíritu Santo. Amén.
• Pedir ahora que, según el número que 
recibieron, vayan orando el “Alma de 
Cristo.” El niño lee lo que está en rojo y el 
resto repite lo que está en negro. 
• Comienza el/la catequista rezando: 
“Querido Jesús, te entregaste enteramente 
a nosotros, nos diste tu vida para que 
descubramos tu amor llevado hasta el 
extremo y respondamos al amor del Padre 
amándonos los unos a los otros.” Juntos te 
decimos:
 “Alma de Cristo”
1. Alma de Cristo, santifícame.
2. Cuerpo de Cristo, sálvame.
3. Sangre de Cristo, embriágame.
4. Agua del costado de Cristo, lávame.
5. Pasión de Cristo, confórtame.
6. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
7. Dentro de tus llagas, escóndeme.
8. No permitas que me aparte de Ti.
9. Del enemigo malo, defi éndeme.
10. En la hora de mi muerte, 
llámame y mándame ir a Ti,
12. para que con tus santos te alabe 
por los siglos de los siglos. Amén.
2 
III. Aprendiendo a vivir en la fe
¡Vamos a encontrarnos con Jesús!
El objetivo es que los chicos descubran que 
hay personas que se entregan a los demás, 
incluso hasta dar la vida, por amor a Jesús.
• Se invita a los chicos a escuchar la historia 
de San Maximiliano Kolbe, un sacerdote 
polaco que murió el año 1941 y fue decla-
rado Santo por el Papa Juan Pablo II: 
San Maximiliano Kolbe
 “Maximiliano Kolbe nació en un hogar católi-
co. Un día, durante la celebración de la Euca-
ristía, siente que Jesús lo llama a servirlo en la 
comunidad de los franciscanos, donde fue or-
denado Sacerdote.
El año 1941, durante la II Guerra Mundial, el 
Padre Maximiliano fue tomado preso y llevado 
al campo de prisioneros llamado Auschwitz. 
II. Nuestro camino
Encuentro anterior
• Preguntar qué les quedó guardado en el 
corazón del encuentro anterior.
• Invitarlos a compartir las obras de amor 
que hicieron durante la semana y si se 
acordaron de ofrecérselas a Jesús en la 
oración de la noche.
• Felicitar calurosamente a los que cumplie-
ron y animar a los que lo olvidaron.
Encuentro con la familia
• Este momento es muy importante para 
observar si los chicos están siendo 
evangelizados por sus padres en el 
encuentro de Catequesis en la familia. 
 ener presente la actividad para realizar en 
familia que aparece en el Encuentro 19 del 
Libro de Padres. 
• Preguntar a los chicos: 
- ¿Qué actividad realizaron en el hogar 
con sus padres? 
- ¿Qué aprendieron?
Allí las condiciones de vida eran inhumanas. 
Fue obligado a acarrear piedras y arena, pero 
a pesar de ello, siguió siendo generoso y se 
preocupaba por las necesidades de los demás 
prisioneros como un cristiano santo.
 iempo después, un prisionero escapó. odos 
sabían el terrible castigo que les esperaba 
a todos: por cada prisionero fugado, diez 
de sus compañeros, escogidos al azar, eran 
condenados a morir de hambre y de sed. 
Al día siguiente de la fuga, el comandante del 
campo dijo: «El fugitivo no ha aparecido. De 
modo que diez de ustedes serán condenados 
a morir.» Entonces eligió a diez prisioneros. 
Aterrorizados, cada uno de los elegidos fue 
obligado a ponerse aparte. Uno de ellos 
era un sargento polaco llamado Francisco 
quien, al ser elegido, lanzó un grito de dolor 
diciendo: «Dios mío, tengo esposa e hijos. 
¿Quién los va a cuidar?» Las palabras de este 
24
hombre apretaron el corazón de todos los que 
estaban allí. Entonces el Padre Maximiliano 
hizo algo que nadie podía imaginar. Salió de 
su fi la y, quitándose la gorra, se puso delante 
del comandante y pidió morir en lugar de 
este hombre, diciendo: «Soy un sacerdote 
católico polaco. Este hombre tiene esposa e 
hijos. Déjeme ocupar su lugar». El comandante 
quedó asombrado, lo miró con indiferencia y, 
después de un momento de duda, aceptó el 
cambio. 
Los prisioneros fueron llevados al castigo. 
Poco a poco, todos fueron perdiendo la vida. 
Finalmente también el Padre Maximiliano, 
murió el 14 de agosto de 1941.”
• Se comenta el relato con los chicos 
preguntando:
- ¿Por qué creen ustedes que el Padre 
Maximiliano quiso reemplazar al 
hombre que había sido condenado a 
morir? 
- ¿Qué relación hay entre la decisión 
del Padre Maximiliano y el amor que 
le tenía a Jesús? 
• Se concluye con ellos que San Maximiliano 
Kolbe fue fi el al Señor, hizo uso de su liber-
tad y optó por el amor a Dios expresado en 
el amor a sus hermanos. Contemplando el 
amor de Jesús, el Padre Maximiliano amó 
hasta el extremo de dar su vida.
“Por amor a 
Jesús, queremos 
amar a los 
demás.” 
25
¡Jesús sale a nuestro encuentro por su alabra!
Explicar a los chicos lo que sucede con Jesús después de la Última Cena; así podrán entender mejor 
los acontecimientos que se desarrollan luego: Después de la última cena, Jesús fue a rezar al huerto de 
Getsemaní, un lugar que se encontraba fuera de la ciudad. Quería pedirle ayuda a su Padre porque sabía 
que sufriría mucho, pero quería ser fi el a la misión que Él le había encargado: anunciar la buena noticia 
de que Dios nos ama. Cuando estaba rezando, llegaron los soldados tomándolo preso y llevándoselo 
delante de Pilatos para que lo juzgara. Pilatos lo condena y luego… Veamos qué pasó...
† Evangelio de nuestro Señor Jesucristo 
según San Juan 19, 17-30:
«Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la 
ciudad para dirigirse al lugar llamado “Gólgota.” 
Allí lo crucifi caron; y con él a otros dos, uno a 
cada lado y Jesús en el medio. Pilato redactó 
una inscripción que decía: “Jesús el Nazareno, 
rey de los judíos”, y la hizo poner sobre la 
cruz. Muchos judíos leyeron esta inscripción, 
porque el lugar donde Jesús fue crucifi cado 
quedaba cerca de la ciudad y la inscripción 
estaba en hebreo, latín y griego. Los sumos 
sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: “No 
escribas: El rey de los judíos, sino: Éste ha dicho: 
Yo soy el rey de los judíos.” Pilato respondió: “Lo 
escrito, escrito está.”
Después que los soldados crucifi caron a Jesús, 
tomaron sus vestiduras y lasdividieron en 
cuatro partes, una para cada uno. omaron 
también la túnica, y como no tenía costura, 
porque estaba hecha de una sola pieza 
de arriba abajo, se dijeron entre sí: “No la 
rompamos. Vamos a sortearla, para ver a quién 
le toca.” Así se cumplió la escritura que dice: 
“Se repartieron mis vestiduras y sortearon mi 
túnica.” Esto fue lo que hicieron los soldados.
Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la 
hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, 
y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca 
de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le 
dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo.” Luego dijo 
al discípulo: “Aquí tienes a tu madre.” Y desde 
aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
Después, sabiendo que ya todo estaba 
cumplido, y para que la Escritura se cumpliera 
hasta el fi nal, Jesús dijo: Tengo sed. 
Había allí un recipiente lleno de vinagre; 
empaparon en él una esponja, la ataron a una 
rama de hisopo y se la acercaron a la boca. 
Después de beber el vinagre, dijo Jesús: “Todo 
se ha cumplido.” E inclinando la cabeza, entregó 
su espíritu.»
PREGUNTAS PARA OMPARTIR: 
1) ¿Qué cargaba Jesús sobre sus hombros?
2) ¿Quiénes estaban con Él junto a la cruz?
3) ¿Qué dijo Jesús justo antes de morir?
4) ¿Qué hizo Jesús al momento de morir?
RESPUESTAS:
1) La cruz. 2) Su Madre, la hermana de su Ma-
dre, María mujer de Cleofás, María Magdalena 
y el discípulo a quien Jesús amaba. 3) “ odo se 
ha cumplido.” 4)Inclinó la cabeza y entregó su 
Espíritu.
26
 ara profundizar
 Jesús es condenado a morir crucifi cado y 
Él acepta esta condena por amor a todos 
nosotros. Estando en la cruz, la gente se 
burla o se muestra indiferente. Pero, Jesús 
no está solo. Junto a la cruz está su ma-
dre, otras mujeres y el discípulo a quien 
Jesús amaba con especial afecto. Ellos son 
testigos de la entrega total de Jesús. Él da 
la vida por nosotros y ésta es la expresión 
máxima de su amor.
 Jesús se entrega en forma total siendo 
fi el a la voluntad del Padre Dios que le 
encargó la Misión de anunciar la buena 
noticia del amor de Dios para todas las 
personas. 
 Jesús, sabiendo que todo lo que el Padre 
le pidió se ha cumplido, entrega su vida 
y nos regala el don de su Espíritu. Esta es 
la Nueva Alianza de la que habló cuando 
celebró la Última Cena con sus discípulos.
 Nosotros estamos llamados a mirar a Je-
sús y dejarnos mirar por Él. Así podremos 
vivir como Él vivió, amar como Él amó y 
entregarnos como Él lo hizo. En algunos 
casos quizás suframos desprecios, ofen-
sas, burlas, indiferencias, por vivir como 
Jesús. Pero no caminamos solos, con-
tamos con la ayuda de Dios y la Virgen 
María. Ellos nos animan para anunciar la 
alegría de ser hijos y vivir en su amor, en-
tregándonos a los demás.
Mirando a Jesús en la cruz, 
quiero amar a todos como 
Él nos amó.
¡Respondamos a Jesús!
• El/la catequista invita a los chicos a 
confeccionar una cruz de papel. Les explica 
que el vertical simboliza el amor a Dios y el 
horizontal el amor a nuestro prójimo.
• Luego los invita a jugar a las parejas. 
• Reparte al azar las 16 tarjetas preparadas 
anteriormente. Explica que el juego con-
siste en encontrar al compañero que tiene 
la tarjeta que hace pareja con la suya. Por 
ejemplo: VENÍ – VOY. 
• Cuando todos ya están con su pareja, ten-
drán que decir, por turnos y en voz alta la 
pareja de palabras. 
• Luego deben dar un ejemplo concreto de 
ellas. Ejemplo: ¡VENÍ! Estoy triste… ¡VOY! 
Porque te quiero consolar… Lo deben ha-
cer todos.
• Se pide que escriban en la cruz aquello 
que más les cuesta hacer y que lo ofrezcan 
a Jesús para ser fi eles al amor de Dios 
amando a los demás y colocándose en el 
lugar del otro. Pueden tomar ideas de las 
palabras escritas en la otra Cruz. Luego 
pueden traspasar lo que escribieron en su 
Cruz a la Cruz en blanco que tienen en sus 
libros.
• Se concluye la actividad diciendo que de-
bemos preocuparnos de amar a Dios con 
todo el corazón, con toda la razón y con to-
das nuestras fuerzas, para poder amar a los 
demás como Jesús lo hizo hasta la entrega 
en la Cruz. Cada vez que nos ponemos en 
el lugar de la otra persona, como lo hizo el 
Padre Maximiliano Kolbe, estamos aman-
do como Jesús.
27
¡En la Eucaristía, Jesús se entrega 
y nos invita a entregarnos a los 
demás!
¿Dónde aprendemos a amar a los demás? En 
cada celebración eucarística, Jesús vuelve a 
entregar su vida renovando la Nueva Alianza 
de amor. Allí aprendemos de Él a amar a los de-
más. No hay amor más grande que dar la vida 
por sus amigos. ¡ÉL NOS LLAMÓ AMIGOS! 
 oda la Eucaristía es un regalo del Señor. Es 
un espacio para que Dios nos ame. Para con-
templar el amor de Jesús y luego amar como 
Él amó.
Así lo realizó San Maximiliano Kolbe. Él fue un 
sacerdote que tenía un amor tan grande a la ce-
lebración de la Eucaristía, que se fue haciendo 
santo hasta el punto de dar la vida por un con-
”Dios continuamente nos sostiene y alimenta. Y 
para no separarse de nosotros en la eternidad, 
nos dio a su Hijo único. Padeció y murió por noso-
tros. ¿Han profundizado alguna vez esta locura 
infi nita de amor?”1
¡VOY!
¡TOMÁ!
¡ME QUEDO 
 ON VOS!
¡TE ES U-
 HO!
¡TE A OM-
PAÑO!
¡TE PERDO-
NO!
¡TE ON-
SUELO!
¡TE AYUDO!
 MOR
“Lo más importante en mi vida es amar a 
Dios y a los demás con alegría, generosidad, 
confi anza, sencillez, fortaleza, fi delidad 
¡y muchas más cualidades!”
1. Santa eresa de Los Andes, Carta 121.1. Santa eresa de Los Andes, Carta 121.
denado a muerte en el campo de concentración 
donde había sido recluido.
Comenta con los chicos qué acción en benefi cio 
por los demás surge de la participación en la 
Eucaristía dominical. Cómo la Eucaristía nos 
enseña a ponernos en el lugar de los demás.
28
La Virgen María acompañó a su Hijo Jesús en el momento de su muerte. 
Ella supo contemplar la entrega del Señor y entregarse ella misma para 
hacer la voluntad de Dios. Del mismo modo, acompañó a los discípulos 
después de la muerte de Jesús. Hoy también nos acompaña y nos invita 
a mirar a Jesús Resucitado y nos anima para que amemos a los demás 
como su Hijo lo hizo.
• El/la catequista pregunta a los chicos qué aprendieron hoy y pide 
que lo compartan con los demás. Si luego les cuesta expresar lo que 
aprendieron, ayudarlos con la siguiente idea: Jesús, en la cruz, me 
demostró su amor. Él fue fi el a la misión que le encargó su Padre: mos-
trarnos su amor.
• Luego pide a los chicos que anoten en su Libro lo que aprendieron. 
• En un ambiente de oración, los chicos piden a la Virgen María que 
los ayude a guardar en el corazón lo que hoy aprendieron. 
• Explicar a los chicos que, para seguir a Jesús viviendo a su estilo, 
necesitamos ser fi eles a la misión que Dios nos ha encargado a cada uno. La 
misión de los chicos es conocer y amar a Jesús. Para hacerlo, necesitamos 
mantenernos unidos a Él, orando y sirviendo a los demás.
• Los chicos anotan, al reverso de la cruz que usaron antes, una acción 
de amor hacia los demás que realizarán durante la semana. La anotan 
también en sus Libros. Se les sugiere alguna actividad solidaria como: 
visitar con alguno de sus compañeros u otra persona a alguien que se 
encuentre enfermo, etc. ambién pensar en qué situaciones pueden 
colocarse en el lugar del otro para ayudarlo, acompañarlo, amarlo.
IV. Celebremos nuestro encuentro con Jesús
Guardem os en el c
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 Virgen M
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“Jesús, que moriste por mí, 
ayudame a amar como Vos.”
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• Explicar a los chicos que, para seguir a Jesús viviendo a su estilo, 
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• Los chicos anotan, al reverso de la cruz que usaron antes, una acción 
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• Los chicos anotan, al reverso de la cruz que usaron antes, una acción 
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29
• Pedir a los chicos que escriban su nombre en la fi gura de cartulina 
que les fue repartida al inicio del encuentro.
• Invitarlos a observar cómo están las fi guras (algunas pueden estar 
arrugadas, dobladas, etc.) y que Jesús nos ama talcomo somos.
• Presentarlas a Jesús en el altar para ofrecernos por completo a Él. Se 
hará por turno, se arrodillan y la dejan, quedando de pie alrededor 
del altar para luego rezar juntos2.
• Hacer silencio y orar diciendo: “Jesús, Vos nos amás, sos bueno. ¡Sos 
nuestro amigo y nos bendecís! ¡Hacés maravillas por nosotros! e pe-
dimos que, en esta nueva Alianza de amor, seamos fi eles a tu ejem-
plo y entrega.”
• Por eso juntos te decimos:
En esta fi gura que me representa:
“Toma, Señor, 
y recibe toda mi libertad, 
mi memoria,
mi entendimiento y toda mi voluntad;
todo lo que tengo y poseo.
Todo es tuyo:
dispón de ello según tu voluntad.
Dame tu Amor y Gracia,
que solo éstas me bastan.” 
Amén.
 2. Adaptación para chicos de la Oración de San Ignacio de Loyola.
JESÚS
GR
ACIAS
 0
Notas catequísticas
OBJETIVO DEL EN UENTRO: 
Comprender que, en Jesús Resucitado, Dios ha vencido toda muerte 
y nos abre a la esperanza de una vida plena.
MATERIALES: 
• Altar preparado con imagen de Jesús Resucitado, signos de vida (fl ores, hue-
vos, agua, etc.), mantel. 
• Biblia. Cirio o vela grande. Libro del Niño.
• Una fl or o un dulce para cada niño. 
• Pañuelos para vendar los ojos de los chicos.
• 20 o más recortes de diarios o revistas que muestren personas alegres o en 
demostraciones de afecto. 
• Plumones. Pegamento. 3 pliegos de cartulina. Cinta adhesiva. 
• Cirio o vela de cartulina de 10x20 cm. aproximadamente. Uno para cada niño.
• Para profundizar, leer este tema en:
• Catecismo de la Iglesia Católica: números 638-642; 644-645; 647-65. 
• Papa Juan Pablo II, Catequesis sobre la Resurrección de Cristo: “La Resurrec-
ción culmen de la Revelación”, 8/3/1989.
 odos estos materiales escritos se pueden encontrar en www.catequesis-ppc.com.ar
«LA RESURRECCIÓN DE JESÚS»
«¿ or qué buscan entre los muertos al que está vivo?»
(Lc 24,5b)
enc entro
2 
 1
I. Acogida
II. Nuestro camino
Saludo
El/la catequista saluda afectuosamente a los 
chicos por su nombre y les entrega uno de los 
signos de vida que trajiste. 
¡Te invitamos a rezar!
• Les cuenta que en esta ocasión la oración 
será espontánea. Explica que esta oración 
brota más libre del corazón, en un diálogo 
íntimo entre nosotros y Dios. Es estar a so-
las con quien sabemos que nos ama y nos 
escucha. 
• Abre la oración en el nombre del Padre y 
del Hijo y del Espíritu Santo. 
• Invita a los chicos a orar al Señor cerrando 
los ojos y conversando en silencio con Je-
sús. Le pueden contar sus necesidades, sus 
alegrías, sus penas, etc. Sugerimos ayudar-
los a hacer esta oración en tono positivo, 
como acción de gracias, diciendo en voz 
baja y en forma pausada: 
Jesús, hoy estoy aquí para contarte 
sobre mis cosas…
Te doy gracias porque estás aquí con nosotros…
Gracias porque podemos conocerte…
Gracias por las personas que me quieren, 
mi familia…
 mis amigos… 
• Cierra la oración en el nombre del Padre y 
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Encuentro anterior 
• El/la catequista pregunta si recuerdan 
aquello que aprendieron en el encuentro 
anterior. Puede mirar con ellos lo que 
anotaron en sus libros.
• Comparten cómo les fue con la acción soli-
daria que escribieron en su cruz y cómo les 
fue poniéndose en el lugar de los demás. 
El/la catequista felicita afectuosamente a 
los que cumplieron y anima a los que se 
olvidaron. 
Encuentro con la familia 
• Este momento es muy importante para 
observar si los chicos están siendo evan-
gelizados por sus padres en el encuentro 
de Catequesis en la familia. Recordá que 
este es el objetivo fundamental de la Cate-
quesis. 
• ené presente que en el Libro de Padres 
se sugiere una actividad para realizar en 
familia. e recomendamos conocer la que 
aparece en el Encuentro 20 para evaluar 
mejor lo que hicieron los chicos. 
• Preguntá a los chicos: 
- ¿Qué actividad realizaron en el hogar con 
sus padres? 
- ¿Qué fue lo que más les gustó? 
- ¿Qué aprendieron? 
 2
III. Aprendiendo a vivir en la fe
¡Vamos a encontrarnos con Jesús! 
En este momento queremos que los chicos 
descubran, a través del signo de la luz, que Je-
sús es fuente de vida y de alegría. 
la presencia de Jesús Resucitado. Para los 
cristianos, Jesús es nuestra luz. 
• Luego, el/la catequista reparte a cada chico 
la vela de cartulina y pide que escriban en 
ella: “JESÚS ES NUES RA LUZ.” 
• Cantar mirando el cirio y levantando y 
moviendo las velas: 
Esta es la luz de Cristo, 
yo la haré brillar, 
brillará, brillará, sin cesar. 
Amén. (3 veces) 
¡Jesús sale a nuestro encuentro 
por su alabra! 
• e proponemos dramatizar este relato con 
mímica (Que leas y los chicos hagan los 
gestos corporales.)
• Personajes: res chicas como las mujeres; 
dos chicos como los “hombres con 
vestiduras deslumbrantes”; uno como 
Pedro. El resto del grupo se sienta en 
semicírculo representando a los “Once y a 
los demás.” 
• Se ambienta la sala (sepulcro y lugar para 
los once…) y se usan sillas u otros elemen-
tos sencillos. 
• Se oscurece la sala lo más posible y se 
pide a los chicos que formen en silencio 
un círculo alrededor del cirio o vela (sin 
encender). Si no se puede oscurecer el 
lugar, usar pañuelos para vendar los ojos 
de los chicos.
• Ayudarlos a refl exionar acerca de lo 
que signifi ca estar a oscuras: ¿Cómo se 
sienten en esta sala oscura? ¿Se imaginan 
un mundo oscuro? ¿Qué pasaría con las 
plantas y los animales? ¿Qué pasaría con 
nosotros si viviéramos a oscuras?
• Si se oscureció el lugar, se pide a los chicos 
que cierren los ojos y enciende el cirio. 
Luego, que abran los ojos (o se quiten las 
vendas, si las usaron). 
• Se refl exiona ahora en torno al signifi cado 
de la luz: ¿Qué impresión les produce la 
luz? ¿Les produce alegría? ¿Por qué la luz 
produce alegría?
• Destacar la alegría que produce la luz: Ella 
nos ayuda a orientarnos, nos hace sentirnos 
seguros, protegidos, etc. Es signo de vida y 
alegría y por eso la usamos para simbolizar 
 
• Recordar que, en el encuentro anterior, aprendimos que Jesús muere crucifi cado por amor a 
todos y fue sepultado. odos sus amigos se quedaron muy tristes, porque pensaron que no 
lo volverían a ver. Pero, al tercer día, el día domingo, unas mujeres fueron al sepulcro ¿Qué 
pasó? Leamos… 
† Evangelio de nuestro Señor Jesucristo se-
gún San Lucas 24,1-12: 
«El primer día de la semana, al amanecer, las 
mujeres fueron al sepulcro con los perfumes 
que habían preparado. (Las tres chicas comien-
zan a caminar...). 
Ellas encontraron removida la piedra del se-
pulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo 
del Señor Jesús. 
Mientras estaban desconcertadas a causa de 
esto, se les aparecieron dos hombres con ves-
tiduras deslumbrantes… (Entran los dos chi-
cos...). 
Como las mujeres, llenas de temor, no se atre-
vían a levantar la vista del suelo, ellos les pre-
guntaron: “¿Por qué buscan entre los muertos 
al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. 
Recuerden lo que Él les decía cuando aún esta-
ba en Galilea: Es necesario que el Hijo del hom-
bre sea entregado en manos de los pecadores, 
que sea crucifi cado y que resucite al tercer día.”
Y las mujeres recordaron sus palabras. 
Cuando las mujeres regresaron del sepulcro… 
(Las tres chicas comienzan a caminar hacia el 
resto del grupo...). 
Le dijeron esto a los Once y a todos los demás. 
Eran María Magdalena, Juana y María, la ma-
dre de Santiago, y las demás mujeres que las 
acompañaban. Ellas contaron todo a los Após-
toles, pero a ellos les pareció que deliraban y 
no les creyeron. 
Pedro, sin embargo, se levantó… y corrió hacia 
el sepulcro, (El chico que representa a Pedro 
sale del grupo corriendo...). 
…y al asomarse, no vio más que las sábanas. 
Entonces regresó lleno de admiración por lo 
que había sucedido.» 
 4
PREGUNTAS PARA OMPARTIR:
1) ¿Dónde fueron las mujeres esa mañana? 
2) ¿Cómo encontraron el sepulcro? 
3) ¿Con qué personas se encontraron las mu-
jeres? 
4) ¿Qué les dijeron ellos? 
5) ¿A quiénes les contaron lo que pasó?6) ¿Qué hizo Pedro? 
RESPUESTAS:
1) Al sepulcro. 2) Estaba vacío. 3) Con dos per-
sonas de ropa luminosa. 4) ”¿Por qué buscan 
entre los muertos al que está vivo? No está 
aquí, ¡ha resucitado!” 5) A los Once y a todos 
los demás. 6) Se levantó y corrió al sepulcro y 
vio que no había más que sábanas.
 ara profundizar:
 La mañana del domingo, las mujeres van 
al sepulcro a poner perfumes al cuerpo de 
Jesús, pero al llegar lo encuentran vacío 
y se quedan sorprendidas. Entonces dos 
personas les anuncian que Jesús ”está 
vivo”. Dios Padre lo ha resucitado por haber 
llevado una vida marcada por el amor a los 
demás, es decir, hacer presente el Reino 
de Dios en medio del mundo. Jesús, que 
murió en la cruz, ha sido resucitado al tercer 
día para que nuestra vida tenga sentido y 
podamos llegar finalmente al encuentro 
con Él en el cielo.
 Las mujeres vuelven felices a anunciar al 
resto de los discípulos que Jesús vive. A 
ellos les cuesta comprender aún la noticia. 
Pero Pedro corre al sepulcro y lo encuentra 
tal como lo dijeron las mujeres. Entonces 
se llena de alegría. Jesús, su amigo, el que 
entregó la vida por todos, está vivo. La re-
surrección les quita la pena y la frustración 
a los discípulos. Estaban tristes, desani-
mados, tenían miedo y ahora se sienten 
alegres, reanimados y llenos de una nueva 
esperanza.
 Jesús ha resucitado y hemos pasado de las 
tinieblas a la luz, de la tristeza a la alegría, 
de la muerte a la vida. Jesús está con noso-
tros, vivo y presente para siempre. Él se nos 
ha anticipado a disfrutar de la Vida que nos 
espera también a nosotros, abriéndonos el 
camino para llegar a la vida plena con el 
Padre Dios. Por eso la Resurrección de Je-
sús es el centro de nuestra fe y de nuestra 
esperanza. Jesús Resucitado nos invita a 
amar como Él amó y a entregarnos a los 
demás como Él lo hizo; así mostramos al 
mundo nuestra alegría. Por eso cantamos 
”Aleluya”, que significa alabar al Señor con 
alegría. ¡Cristo resucitó, aleluya, aleluya! 
¡Respondamos a Jesús! 
• Se invita a los chicos a hacer un mural o un 
afiche utilizando el pliego de cartulina y 
los recortes de diarios y revistas. Se escribe 
en este papel la frase: “JESÚS HA RESUCI A-
DO” y se reparte a unos chicos los recortes 
y a otros el pegamento. erminado el tra-
bajo, se cuelga el mural a un costado del 
altar, de modo que sea visto por todos. 
• Se coloca en el suelo otro pliego de cartuli-
na. Esta vez lleva escrito: “GRACIAS JESÚS.” 
Se pide a los chicos que escriban “pala-
bras” que expresen: ¿a qué se sienten in-
vitados con la Resurrección de Jesús? (Por 
ejemplo: a ser buenos, generosos, alegres, 
serviciales, etc.) Se cuelga el cartel al otro 
costado del altar y se pide que anoten en 
sus libros aquello que está en el cartel.
• Observan ambos carteles y comentan lo 
que hicieron. Comparten cuál es la expre-
sión de las personas que ahí se ven (desta-
ca la alegría). 
• Los niños se ponen en círculo rodeando el 
altar y se enciende el cirio. 
• Se explica que el Cirio Pascual representa a 
Jesús Resucitado, luz y esperanza del mun-
do. Si Cristo venció la muerte y está vivo, 
nosotros también queremos que haya 
vida.
 5
“El cirio encendido es signo del Señor Resucitado que está en medio de 
nosotros. Es una señal de vida, de alegría, de luz y de esperanza.” 
 1. La expresión indica que nuestra resurrección implica 
todo lo que somos como personas humanas.
2. Papa Juan Pablo II, Carta Apostólica “El Día del Señor”, 
n° 7.
• Se toman de las manos y el/la catequista 
dice: que la alegría que nos produce la 
Resurrección de Jesús nos mueva a amar 
a nuestro prójimo, siendo testigos de 
esperanza y de vida plena para todas las 
personas. Se dan un abrazo de alegría.
¡En la Eucaristía, celebramos la 
Resurrección de Cristo!
• El domingo es el día del Señor. Al participar 
en la Eucaristía en familia, agradecemos a 
Jesús el don de sí mismo en el Pan y el Vino 
consagrado.
• Lo hacemos en unión con toda la comu-
nidad cristiana para comunicar al mundo 
que creemos en Jesús Resucitado. Lo hace-
mos especialmente cada vez que rezamos 
el Credo y decimos: “Resucitó de entre los 
muertos.” Porque Jesús resucitó, también 
nosotros podemos rezar: “Creo en la resu-
rrección de la carne1 y en la vida eterna.” Es 
decir, estamos llamados a participar de la 
vida eterna donde viviremos plenamente.
• Esta proclamación de nuestra fe la expre-
samos más claramente cada vez que el 
Sacerdote, después de consagrar el pan 
y el vino, pronuncia las siguientes pala-
bras: “Este es el sacramento de nuestra fe” 
y como Asamblea o Pueblo de Dios, res-
pondemos a una sola voz: ”Anunciamos tu 
muerte, proclamamos tu Resurrección….”
“Abramos nuestro tiempo a Cristo para que Él 
lo pueda iluminar y dirigir… El tiempo ofrecido 
a Cristo nunca es un tiempo perdido, sino más 
bien ganado para la humanización profunda de 
nuestras relaciones y de nuestra vida”2.
 6
IV. Celebremos nuestro encuentro con Jesús
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Sin duda la Virgen María era la persona que con más anhelo 
esperaba la resurrección de su Hijo. Ella conocía las promesas del 
Antiguo estamento y sobre todo confi aba en las palabras de Jesús. 
La Virgen María es testigo de la Resurrección y nos invita a celebrar 
que Cristo está vivo y que podemos vivir con la alegría de esta Buena 
Noticia, llevándola a todas las personas.
• El/la catequista pregunta a los chicos qué aprendieron hoy y 
pide que lo compartan con los demás. Si les cuesta expresar lo 
que aprendieron, puede ayudarlos con la siguiente: Jesús Re-
sucitado nos invita a vivir una vida plena, en la esperanza de la 
resurrección.
• Los chicos anotan en su libro lo que aprendieron. 
• Luego, en un ambiente orante, se invita a los chicos a pedir a la 
Virgen María que los ayude a guardar en el corazón lo que hoy 
aprendieron. 
• Durante esta semana los chicos se comprometen a pensar 
cómo pueden expresar la alegría de la Resurrección de Jesús. 
Por ejemplo pueden visitar a una persona de su barrio que esté 
sola o enferma, llevándole la buena noticia de que Cristo ha 
resucitado y que nos ama. Incluso pueden llevarle un regalo, por 
ejemplo una fl or o un dulce junto a una tarjeta que diga ¡Jesús 
resucitó y te ama! 
• Puede invitar a alguna persona de su familia para que lo acom-
pañe. 
• Escriben en el Libro lo que quieren hacer. Si les gustó la idea de 
visitar una persona enferma, pueden anotar el nombre de esa 
persona. 
Anunciaré que Jesús Resucitó a: _______________________(activi-
dad que harán) 
 7
 3. La vela de la cartulina se puede usar como ”señalador”.
JESÚS
GR
ACIAS
“Querido Jesús, queremos 
compartir la alegría de tu 
Resurrección con los demás.”
 
• Los chicos vuelven a tomar el cirio de cartulina y escriban la 
siguiente frase3: 
Alegrémonos todos. Jesús ha 
Resucitado, y ¡vive para siempre!
• Se concluye cantando y rezando juntos y luego se les repar-
te un dulce o una fl or.
Es vida que brota en la vida, 
es fruto que crece en amor, 
es vida que vence la muerte, 
es vida que trae el Señor.
Dejaste el sepulcro vacío, 
la muerte no te derrotó,
la piedra que te retenía 
el día tercero cayó.
 e ofreces una nueva vida, 
renuevo en ti mi amor,
me das una nueva esperanza, 
ya todo lo viejo pasó.
 8
I. PREPARANDO LA CELEBRACIÓN
OBJETIVO:
Renovar el Bautismo, entregar el Credo y of-
recer la posibilidad a los chicos que no hayan 
celebrado el sacramento del Bautismo de que 
puedan recibirlo en el camino a la recepción 
del sacramento de la Eucaristía.
M TERI LES:
• Recuerdos del Bautismo pedidos en el 
encuentro anterior: Fotos, estampitas, 
fecha del sacramento, nombre del 
sacerdote que lo bautizó, nombre de los 
padrinos, etc.
• Cirio Pascual.
CELEBRACIÓN:
“RENOVACIÓN DEL 
BAUTISMO, 
ENTREGA DEL CREDO 
Y BAUTISMO DE 
NIÑOS”
• Fuentes con agua o Pila Bautismal.
• Varias mesas para colocar las fuentes.
• Lacruz.
• El aceite.
• Vestidura o manta blanca.
• Biblia en lugar destacado.
• Oración del Credo para cada familia.
• Hoja de canto.
 MBIENT CIÓN:
Conviene hacer esta celebración en el emplo, 
o en lugar amplio. El lugar se ambienta de la 
siguiente manera:
• Colocar la mesa como altar al centro de 
la comunidad de la Catequesis, junto a la 
Biblia y fl ores o planta.
• Si es posible, disponer las sillas en un 
semicírculo. 
• El Cirio Pascual se coloca en un lugar visible 
al lado del altar.
La celebración que presentamos a continuación 
está pensada para la Renovación del Bautismo y 
la entrega del Credo. Si se va a realizar, además, 
el Bautismo de chicos, se tiene que celebrar 
en una Eucaristía, siguiendo el Ritual para el 
Bautismo de chicos catecúmenos, que contiene 
todas las indicaciones necesarias para celebrar 
este sacramento en el caso de los chicos en 
edad catequística.
 9
II. DESARROLLO DE LA CELEBRACIÓN
INICIO DE LA CELEBRACIÓN
M TIVACIÓN INICIAL: 
Guía: 
Hemos caminado con Jesús en la experiencia 
más radical de su vida, amarnos hasta el 
extremo en fi delidad a la misión recibida del 
Padre. En Jesús Resucitado, Dios ha vencido 
toda muerte y nos abre a la esperanza de una 
vida plena; por eso tenemos en medio de 
esta celebración el cirio Pascual, signo de esta 
presencia de Cristo Resucitado. 
SALUDO Y SEÑAL DE LA CRUZ
El que preside: 
Alegres por esta experiencia compartida, los 
invito a iniciar esta celebración con la Señal 
de la Cruz. Les pedimos a los padres realizar la 
Señal de la Cruz a sus hijos, y éstos a sus padres 
diciendo: En el nombre del Padre y del Hijo y 
del Espíritu Santo.
Guía: 
Acompañamos este signo con un canto.
 anto.
Oración:
Señor,
todo lo hemos recibido de tu amor,
 ú nos entregas el don de la fe
y nos incorporas a tu pueblo.
Gracias por las personas que nos han ayudado
en nuestro caminar de fe,
por los Sacerdotes, Religiosas, Diáconos,
por nuestros Abuelos, Padres, Hermanos, 
Hijos.
Gracias Señor, por que somos tus hijos
por el sacramento del Bautismo,
por que nos invitas a ser hombres nuevos,
que caminan en la esperanza de una vida 
plena.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Todos: Amén.
DESDE LA VIDA
Experiencia del Bautismo
El que preside: 
Los invito a recordar los acontecimientos que 
marcaron el sacramento del Bautismo recibido. 
 rajeron a esta celebración algunos recuerdos 
de éste sacramento. Seguramente tienen junto 
a ustedes fotos, recuerdos, estampas, los invito 
a que los saquen y los vuelvan a mirar.
¿Qué les contaron sus padres sobre su 
bautismo?, ¿dónde fueron bautizados?, ¿qué 
recuerdos tienen de sus padrinos?, ¿aún viven?, 
¿cuáles son sus nombres?, ¿qué sentimientos 
les provoca este recuerdo?
Los invito a compartir en forma espontánea y 
libre lo que estos recuerdos despiertan en su 
corazón.
A partir de estos hermosos testimonios, demos 
gracias al Señor por las maravillas que obra en 
cada uno de nosotros a través del sacramento 
del Bautismo. Cantemos.
 anto.
LITURGIA DE LA ALABRA
Guía: 
 omen asiento. La Palabra de Dios es Palabra 
viva. Siempre actúa si le abrimos el corazón. Es-
cuchemos lo que el Señor quiere decirnos con 
una actitud de acogida a lo que Él quiere hacer 
en nosotros.
Lector: 
Lectura de la carta de san Pablo a los Efesios 4,17-
24.
Guía: 
Disponemos todo nuestro ser, especialmente 
nuestros oídos y nuestro corazón, para acoger 
la Palabra de Dios tomada del Evangelio de 
Mateo. Lo hacemos cantando “Espíritu Santo, 
ven aquí”.
40
El que preside: 
Les anuncio el Evangelio de nuestro Señor Je-
sucristo según san Mateo (Mt 19,13-15: “Dejen 
que los chicos se acerquen a mí”).
Todos: Gloria a i, Señor.
Sugerencias para una breve homilía:
 El texto de los efesios destaca el dinamismo 
de dejar al hombre viejo, que vive en el pe-
cado, por el hombre nuevo, el que bajo la 
acción del Espíritu Santo adopta una nueva 
manera de pensar y de actuar.
 El Evangelio nos muestra las actitudes 
propias de los chicos, quienes aparecen 
necesitados de ayuda, donde no hay méri-
tos de los cuales enorgullecerse; ellos apa-
recen con la transparencia y apertura propia 
de quien vive con un corazón limpio. Por 
eso, el ser como chicos constituye el estado 
ideal de un discípulo, ya que se dispone de 
la máxima apertura para acoger la acción 
novedosa del Reino —que hace desarrollar 
la vida en la dirección del proyecto para la 
que fue creada— de manera total y como un 
don.
 El Bautismo nos hace hijos de Dios, y nos in-
vita a transformar nuestra vida en el proyec-
to que Dios tiene para cada uno.
Guía:
Después de profundizar en la Palabra de Dios, 
cantemos a Dios como un solo Señor, una 
sola fe, un solo Bautismo, para prepararnos al 
siguiente momento.
Canto: 
 anto: “UN SOLO SEÑOR, UNA SOLA FE, UN SOLO BAUTISMO”.
SIGNO DEL AGUA 
Guía: 
Luego de haber re-vivido nuestra experiencia 
del Bautismo, de haber escuchado la Palabra 
de Dios, los invitamos a poner atención a los 
signos propios del bautismo. Están presentes 
en el altar, tenemos:
 La cruz.
 El aceite.
 El agua.
 Vestidura o manta blanca.
 Vela.
 odos estos elementos son los signos que se 
utilizan en el sacramento del Bautismo.
Sugerencia: en los lugares que cuenten con pila 
bautismal, les proponemos que esté cerca del lugar 
de la celebración adornada de manera festiva, al 
igual que un porta cirio.
El que preside:
Fijemos la mirada en el agua. Ella es signo de 
purifi cación, signo que nos invita a dejar el 
hombre viejo para revestirnos del hombre 
nuevo, nos invita a renacer por acción del Es-
píritu Santo. 
Hay dispuestas varias fuentes con agua; los 
invitamos a acercarse por familia hacia alguna 
de las fuentes y les proponemos que cada in-
tegrante sumerja las manos en la fuente y al 
hacer este gesto mencionar: ¿A qué quieres 
morir? y ¿A qué deseas renacer?
Guía: 
Mientras las familias se acercan, invocamos al 
Espíritu de Jesús cantando “Espíritu Santo, ven 
aquí.”
 anto: “ESPÍRITU SANTO, VEN AQUÍ”. 
ENTREGA DEL CREDO
Guía: 
A la luz de este signo con el agua, que nos 
renueva en las implicancias que tiene el bau-
tismo para cada uno, queremos hacer entrega 
del Credo, la oración que contiene las verdades 
de nuestra fe. Los invitamos a pasar por familia 
a recibir el Credo y, al momento de hacerlo, 
encender la vela que han recibido, mientas 
cantamos “Un solo Señor, una sola fe, un solo 
Bautismo.”
41
 anto: “UN SOLO SEÑOR, UNA SOLA FE, UN SOLO BAUTISMO”.
El que preside: 
El bautismo es el sacramento de aquella fe por 
la que los hombres, iluminados por la gracia 
del Espíritu Santo, responden al Evangelio de 
Cristo y que provoca la adhesión al mismo 
Cristo. Por eso hoy, en sintonía con lo que 
hemos celebrado, es que entregaremos el 
Credo, que profesa la fe que nos hace discípulos 
misioneros del Señor.
Los invitamos a rezar juntos el Credo.
El que preside: 
Esta es nuestra fe en Cristo Jesús, el que vive y 
reina por los siglos de los siglos. 
Todos: Amén.
BENDICIÓN FINAL
El que preside: 
Padre de Bondad, que hiciste nacer en estos chi-
cos y en sus padres el deseo de llegar a ser cris-
tianos perfectos, concedeles que, avanzando 
siempre en su camino hacia ti por la fe, experi-
menten que sus deseos y nuestras súplicas han 
sido escuchados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Recemos juntos la oración que nos hace hi-
jos de un mismo Padre y hermanos: Padre 
nuestro…
Guía: 
Finalizamos nuestra celebración cantando a 
nuestra Madre.
 anto.
4 
 nidad 8
 esús nos invita a 
participar de su 
vida
44
Notas catequísticas
OBJETIVO DEL EN UENTRO: Agradecer la invitación de Jesús a vivir la Eucaristía como 
actualización de su entrega en favor de toda la humanidad.
MATERIALES: 
• Mesa. Mantel. Biblia. Imagen de Jesús. Vela.
• Pan. Sillas. Lápices de color.
• MP4 o Radio y Cd con música suave.
• Para profundizar, leer este tema en:
• Catecismo de la Iglesia Católica: números 1074; 1089.
• exto Bíblico complementario: Mt 18,20.

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