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el señor sale a nuestro encuentro 3

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l Señor sale
a nuestro encuentro
libro d l cat quista 
d niños
 rquidiócesis de ahía lanca
 
 ítulo de la obra: El Señor sale a nuestro encuentro • Guía del catequista de niños • 1
ISBN 978-987-1931-22-4
SEGUNDA REIMPRESIÓN
© 2012, INPAS
© 2012, PPC Argentina S.A.
Puede imprimirse
Monseñor Guillermo José Garlatti
Arzobispo de la Arquidiócesis de Bahía Blanca
11 de Marzo de 2013
 C Cono Sur
Av. Callao 410 piso 2
C1022AAR | Ciudad Autónoma de Buenos Aires • República Argentina
t: +54 11 4000.0400 / f: +54 11 4000.0429
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Impreso en Imprenta Nexo, abaré 2744, 
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
Libro de edición argentina - ade in Argentina
Impreso en Argentina / Printed in Argentina
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o por cualquier otro medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, 
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titulares del copyright.
Empresa asociada a la Cámara Argentina del Libro
 
 resentación
 on gran satisfacción y fuerte esperanza presento a 
nuestra Arquidiócesis de Bahía Blanca la implementa-
ción del programa catequístico l Señor sale a nuestro 
encuentro. Se trata de un proyecto de catequesis fami-
liar de iniciación a la vida eucarística, propuesta en dos 
etapas, constituida por ocho libros en total (libro de los 
niños, libro del catequista de niños; libro de los padres y 
libro del catequista de los padres, para cada etapa) y en-
riquecida por una gran cantidad de recursos y contactos 
a través de internet e instancias formativas permanentes 
de distinto tipo.
 on ello estaremos dando un paso importante en el 
camino trazado por los pastores reunidos en la Vª on-
ferencia General del Episcopado Latinoamericano y del 
 aribe en Aparecida. Allí se señala que Se impone la 
tarea irrenunciable de ofrecer una modalidad operativa de 
iniciación cristiana que, además de marcar el qué, dé tam-
bién elementos para el quién, el cómo y el dónde se realiza. 
Así, asumiremos el desafío de una nueva evangelización, a 
la que hemos sido reiteradamente convocados» (287).
 atequesis y nueva evangelización: éstos son los 
ejes y desafíos. Tenemos entre manos una posibilidad 
de evangelizar que, como respuesta a los nuevos tiem-
pos y en sintonía con la enseñanza de los Pastores, se 
propone como objetivo general “desarrollar una Ca-
tequesis de Iniciación a la Vida Eucarística en la que la 
familia viva un proceso de encuentro y de amistad 
con Jesucristo, en el que reconozca la invitación que Él 
nos hace a la conversión y a vivir en la Iglesia el discipu-
lado y la misión” (ibd).
Al respecto la Exhortación Apostólica Verbum do-
mini señala que “un momento importante de la anima-
ción pastoral de la Iglesia en el que se puede redescubrir 
adecuadamente el puesto central de la Palabra de Dios es 
la catequesis, que, en sus diversas formas y fases, ha de 
acompañar siempre al Pueblo de Dios” (74).
En línea con lo propuesto en la Catechesi tradendae, 
“la acción catequética de la familia tiene un carácter pe-
culiar y —en cierto sentido— insustituible”, algo que 
ha sido subrayado con razón por la Iglesia, especial-
mente por el oncilio Vaticano II. “Esta educación en la 
fe, impartida por los padres —que debe comenzar desde 
la más tierna edad de los niños— se realiza ya cuando 
los miembros de la familia se ayudan unos a otros a crecer 
en la fe por medio de su testimonio de vida cristiana, a 
menudo silencioso, mas perseverante a lo largo de una 
existencia cotidiana vivida según el Evangelio” (68). 
La catequesis familiar, en efecto, precede, acompaña 
y enriquece toda otra forma de catequesis. Y no pocas ve-
ces la “iglesia doméstica” es el único ámbito en donde los 
niños pueden recibir una auténtica catequesis. 
A propósito de la importancia de la “calidad” de la 
catequesis para la nueva evangelización y el desarrollo 
armónico de la vida de la fe, la Exhortación Apostólica 
Evangelii Nuntiandi pone de manifi esto que “el esfuer-
zo de evangelización será grandemente provechoso … 
si los catequistas disponen de textos apropiados, 
puestos al día sabia y competentemente, bajo la 
autoridad de los obispos. Los métodos deberán ser 
adaptados a la edad, a la cultura, a la capacidad de las 
personas, tratando de fi jar siempre en la memoria, la in-
teligencia y el corazón las verdades esenciales que debe-
rán impregnar la vida entera” (44). 
4
Afortunadamente, l Señor sale a nuestro en-
cuentro constituye un proyecto catequístico muy rico 
y probado, vivo, potente, fundado en la experiencia de 
comunidades en permanente actitud crítica y renovación 
metodológica, sensible a los cambios socioculturales, y 
atenta a los signos de los tiempos. Un proyecto que cuen-
ta ya con cincuenta años de historia. 
“Ante todo, es menester preparar buenos catequistas”, 
afi rma la Evangelii Nuntiandi; catequistas parroquiales, 
instructores y padres, deseosos de perfeccionarse en 
este “arte superior, indispensable y exigente que es la en-
señanza religiosa” (ibd). 
 on enorme alegría pongo en manos de los cate-
quistas, padres de familia y agentes de pastoral este 
 atecismo, dirigido principalmente a la Arquidiócesis 
de Bahía Blanca, pero ofrecido también como un servi-
cio a quienes estén dispuestos a asumir el compromiso 
de hacer realidad el mandato Jesús: “Vayan por todo el 
mundo, anuncien la Buena Noticia” (Mc. 16,15).
+ Monseñor Guillermo José Garlatti
Arzobispo de Bahía Blanca
5
INTRODUCCIÓN 
A LA CATEQUESIS FAMILIAR DE INICIACIÓN A LA VIDA EUCARÍSTICA
«EL SEÑOR SALE A NUESTRO ENCUENTRO»
 La elaboración de este nuevo texto re-
presenta un paso importante en el caminar de la 
Catequesis. Hay en él una nueva propuesta de con-
tenidos y metodología, y signifi ca además una reno-
vación del proceso formativo de los catequistas. En 
su confección hemos tenido presente los logros que 
a lo largo de más de cuarenta años nos ha brindado 
la Catequesis Familiar y, al mismo tiempo, hemos in-
corporado los aportes que la ciencia catequética, la 
refl exión pastoral y los propios catequistas nos han 
hecho últimamente. Ha sido un camino recorrido 
con el impulso del Espíritu Santo y el trabajo abne-
gado y silencioso de sacerdotes, religiosas y laicos. 
 Por eso, la presentación del texto del Pri-
mer Año se abre con una breve reseña escrita desde 
la gratitud de lo que ha sido este proceso renovador.
I. La Renovación de la Catequesis Familiar de 
Iniciación a la Vida Eucarística
 Desde sus inicios, hacia el año 1968, la Ca-
tequesis Familiar ha sido un verdadero regalo del Es-
píritu para nuestra Iglesia, que ha ido construyendo 
un camino cuya principal riqueza ha sido llevar el 
Evangelio al corazón de las familias, involucrándolas 
como agentes de evangelización. Este trabajo surgió 
en respuesta a la invitación que hiciera el Concilio Va-
ticano II de reconocer la misión de los padres como 
los primeros educadores de la fe de sus hijos. Con el 
paso de los años, la Catequesis se fue transformando 
en un efi caz instrumento de evangelización de los 
adultos, ayudando incluso a que muchos de ellos 
regularizaran su situación sacramental dentro de la 
comunidad eclesial. Al mismo tiempo, comenzó a es-
timular la Creación o el fortalecimiento de las comu-
nidades parroquiales y educativas en cada diócesis. 
 De esta manera, la naciente Catequesis Fa-
miliar se fue fortaleciendo y transformando en uno 
de los espacios donde los laicos, poco a poco, fue-
ron aprendiendo a reconocer su identidad cristiana, 
su responsabilidad eclesial y su misión en la socie-
dad. Muchos de ellos escucharon en este espacio 
la voz del Señor para servir de un modo particular 
en la vida de la Iglesia como Agentes Pastorales y, 
en numerosos casos, como Diáconos permanentes. 
La experiencia evangelizadorade la Catequesis ha 
estimulado también el surgimiento de las pequeñas 
comunidades cristianas de base (CCB), como lugar 
donde laicos y consagrados comparten la vida a la 
luz de la Palabra de Dios, y ha ayudado a una signi-
fi cativa iniciación en la vida litúrgica y sacramental 
de la Iglesia, particularmente del sacramento de la 
Eucaristía y de la Reconciliación. 
 Después de cuatro décadas, los textos 
usados, su metodología y los procesos formativos 
diseñados para los catequistas, necesitaban adap-
tarse a los nuevos cambios culturales y religiosos. 
El cambio de época que estamos viviendo exigía 
una puesta al día de este proceso evangelizador. 
En particular, se percibían diferencias entre la teoría 
catequética (el ideal planteado por los textos) y la 
práctica catequística (la realidad) que era necesario 
corregir. Por ejemplo, era común ver que numerosas 
familias pasaban por la Catequesis Familiar pero no 
permanecían vinculadas a la vida de la Iglesia en sus 
expresiones más fundamentales como la participa-
ción en la Eucaristía dominical y la vida comunitaria. 
 Por otro lado, era necesario incluir los nue-
vos aportes que emanaban de la ciencia catequética 
y el desarrollo de la vida pastoral de la Iglesia. Efec-
tivamente, en los últimos años, el Magisterio de la 
Iglesia ha ido puntualizando y desarrollando el ser 
y quehacer de la Catequesis en ricos y variados do-
cumentos. Era necesario entonces integrar estas 
enseñanzas en los instrumentos catequísticos con-
cretos, como se ha hecho efectivamente en los nue-
vos textos. Otro desarrollo importante lo han tenido 
las corrientes pedagógicas. La Catequesis no podía 
desconocer estos avances sin quedar al margen de 
toda esta riqueza educativa. 
 El éxito de esta tarea evangelizadora nos 
sitúa frente a la dimensión misteriosa de la acción 
de Jesucristo en el corazón de cada padre, madre, 
niño. Sólo Él puede salir al encuentro de las per-
sonas, iluminarlas con su Palabra y hacer arder sus 
corazones. Sin embargo, ha sido el propio Jesús 
6
quien nos ha llamado a servirlo en la Cateque-
sis. Por ello, implementar este proceso renovado 
necesitará del trabajo comprometido de todos y 
cada uno, poniendo al servicio nuestros dones 
y animándonos a realizar itinerarios formativos 
que nos entreguen los elementos necesarios 
de desarrollo humano, teológico, pedagógico y 
catequético, para realizar con efi cacia esta tarea. 
No obstante, todo esto puede ser un esfuerzo 
inútil si no va acompañado del testimonio per-
sonal como discípulos misioneros del Señor. Hoy 
más que nunca se hace necesario este testimo-
nio cristiano, capaz de dar fe de que Cristo está 
vivo y puede dar vida plena a todo aquel que se 
encuentre con Él y se anime a seguirlo.
II. Los principales aportes de la Catequesis Familiar 
de Iniciación a la Vida Eucarística “El Señor sale a 
nuestro encuentro”
 En la V Conferencia General del Episco-
pado Latinoamericano y del Caribe, los pastores 
hicieron importantes aportes al desarrollo de la 
Catequesis. Algunas de sus inspiraciones están en 
la base de la presente renovación:
 «Se impone la tarea irrenunciable de ofre-
cer una modalidad operativa de iniciación cristiana 
que, además de marcar el qué, dé también elementos 
para el quién, el cómo y el dónde se realiza. Así, asu-
miremos el desafío de una nueva evangelización, a la 
que hemos sido reiteradamente convocados» (Docu-
mento de Aparecida, 287).
 Como respuesta a los nuevos tiempos 
y en sintonía con la enseñanza de los Pastores, la 
Catequesis Familiar de Iniciación a la Vida Eucarís-
tica se propone como objetivo general:
 «Desarrollar una Catequesis de Iniciación a 
la Vida Eucarística en el que la familia viva un proceso 
de encuentro y de amistad con Jesucristo, en el que re-
conozca la invitación que Él nos hace a la conversión 
y a vivir en la Iglesia el discipulado y la misión».
 Diversos son los factores que contribu-
yen a lograr este gran objetivo. A continuación 
destacamos aquellos que son centrales en este 
proceso de renovación.
1. Los nuevos textos se fundamentan en una catequesis 
al servicio de la “iniciación” a la vida cristiana. Es decir 
centrada en:
 El anuncio de las verdades esenciales de la fe. 
 Su relación con los Sacramentos del Bautismo y de la onfi r-
mación.
 El aprendizaje gradual en el conocimiento y seguimiento de 
Jesucristo. 
2. Este camino de iniciación a la vida eucarística tiene pre-
sente las tareas fundamentales de la catequesis: conocer, 
celebrar, vivir y contemplar el misterio de risto para la 
familia.
3. El proceso incorpora los elementos pedagógicos funda-
mentales de la catequesis de la infancia:
 onformación de la identidad cristiana.
 Valoración de la experiencia de la infancia.
 Utilización de una metodología inductiva y experiencial.
 onsideración de una guía psicopedagógica religiosa.
 4. Incorpora criterios y contenidos teológico-pastorales que 
son fundamentales.
 El Kerygma: El texto de la atequesis Familiar incorpora 
la dimensión Kerygmática, o del primer anuncio, como un 
contenido presente en la primera etapa del proceso llamada: 
“Jesús sale a nuestro encuentro”.
 Cristológico: La persona de Jesucristo, el encuentro con Él 
y su llamado a vivir en su seguimiento, están presentes en 
todo el camino de la atequesis Familiar de Iniciación a la 
Vida Eucarística.
 Bíblico: Precisamente porque es una catequesis ristológica, 
el texto bíblico es central e inspirador de la refl exión catequísti-
ca. Está presente en todos los encuentros y es acogido en cada 
uno de ellos siguiendo los pasos de la Lectio Divina.
 Testimonial: Los nuevos Libros catequísticos incorporan 
textos de la vida de los Padres de la Iglesia, santos y maestros 
de la vida cristiana, que ayudan a que los contenidos de la fe 
sean confi rmados por la experiencia de la misma vida de la 
Iglesia a lo largo de los siglos.
 Comunitario: El proceso está intencionado para que la fa-
milia se incorpore y participe en la vida de la Iglesia. Para 
lograr este propósito le pide un encuentro catequístico sema-
nal, la estimula para constituirse como comunidad de vida 
cristiana, pero sobre todo, la mueve a participar del mayor y 
más importante encuentro semanal en la vida de una familia 
cristiana, la celebración de la Eucaristía dominical.
 Misionero: Durante la catequesis los padres recibirán los 
medios concretos para evangelizar a sus hijos. Por eso cada 
7
encuentro propicia momentos apostólicos explícitos para que 
la familia, que viva este proceso catequístico, descubra que la 
fe se fortalece dándola.
 Litúrgico: El acompañamiento celebrativo está presentado a 
través de las unidades: “ elebrando la vida” y la celebración 
del año litúrgico. En ellas las familias no sólo realizarán una 
oración, sino que se les enseñará a orar. Queremos que este 
momento se convierta en una auténtica escuela de oración. 
Por otra parte, no queremos que la vivencia del año litúrgico 
corra paralela al desarrollo de los encuentros catequísticos, 
sino que se encuentre plenamente integrada. Para lograr esto, 
se ofrecen materiales de apoyo que permitan preparar adecua-
damente las celebraciones de la vida litúrgica de la Iglesia, en 
sintonía con el camino que van recorriendo padres e hijos(as).
 Eucarístico: Todos los encuentros hacen relación explicita 
al Sacramento de la Eucaristía y a la vida sacramental de la 
Iglesia. La presente catequesis tiene especial interés tanto 
en los contenidos como en la metodología, en conducir a las 
familias a una participación cada vez más consciente, activa y 
fructuosa del Sacramento de la Eucaristía. Por otra parte, esta 
misma catequesis procurará asumir, acompañar y orientar la 
situación de personas que no han recibido los sacramentos 
de la iniciación y tampoco el Sacramento del Matrimonio. De 
esta manera, actuará como una auténtica atequesis para 
adultos, la que deberá ser complementada con catequesis 
específi cas y el seguimiento de los pastores.Mariano: El presente programa catequístico asume la acti-
tud de la Virgen María de ser auténtica memoria de la Iglesia. 
Ella ha sido la primera en enseñarnos a guardar y a meditar 
la obra de su Hijo en el corazón. Por eso en cada encuentro 
habrá un momento donde ella nos enseñará a guardar en la 
mente y en el corazón la enseñanza que brota del encuentro 
con Jesús y que la Iglesia confi rma. 
 Solidario: El texto catequístico procura acoger a familias en situa-
ción de necesidad material y espiritual. Tanto en su lenguaje, hechos 
de vida, textos escogidos, proceso pedagógico, quiere ser un medio 
al alcance de todas las familias católicas, especialmente las más ne-
cesitadas. Junto a lo anterior, las dimensiones de la caridad y de la 
solidaridad están presentes en el desarrollo temático y en las dife-
rentes propuestas de servicio a los más necesitados de la sociedad.
 Piedad Popular: El texto y el proceso formativo buscan dar a 
conocer, valorar, asumir y purifi car la religiosidad Popular como 
una de las mayores riquezas del pueblo cristiano. Esto lo hará a 
través de los subsidios litúrgicos que ofrecerá el proyecto.
 Incorporación de las Nuevas Tecnologías: Este proceso 
de renovación no estaría completo si no se pusiera al día aco-
giendo los aportes de las Nuevas Tecnologías de la Información 
y las omunicaciones. Estas herramientas son hoy un apoyo 
para Padres, Niños y atequistas, tanto a nivel de contenidos, 
como de recursos metodológicos. 5. Involucra a los 
padres de familia como protagonistas en la trasmisión 
de la fe a sus hijos.
 Los textos catequísticos “Al encuentro del Dios vivo” dieron 
un gran paso al incorporar a la familia dentro de su opción 
evangelizadora. En efecto, la novedad aportada consistía en 
proponer la trasmisión de la fe en familia a través de alguna 
actividad o diálogo entre padres e hijos. En la nueva propues-
ta, “El Señor sale a nuestro encuentro”, queremos fortalecer al 
máximo este momento de la trasmisión de la fe de padres a 
hijos y también de los hijos hacia sus padres. 
 Para lograr este objetivo, el momento de la “ atequesis Fami-
liar” se encuentra sugerido expresamente en el texto de los 
catequistas de padres y de niños, en sintonía con los objetivos 
de los encuentros de niños, de modo que entregue, tanto a 
los padres como a los niños, las herramientas que permitan 
la trasmisión efectiva de la fe de acuerdo al desarrollo de cada 
encuentro.
6. El presente texto catequístico cuenta con una metodolo-
gía que se fundamenta en una visión de la pastoral mira-
da desde cuatro puntos de vista. 
 Ésta se desprende de la misión de Jesús el 
Buen Pastor y del testimonio de la primera comuni-
dad cristiana.
 De esta manera cada encuentro presenta 
la aplicación de un modelo catequético que trasmi-
te la fe desde cuatro aspectos que se complemen-
tan y refuerzan entre sí: el anuncio de la fe, la vi-
vencia litúrgica, el servicio a la comunidad y la 
vivencia del amor fraterno.
Ejerce un
Sacerdocio 
Santo
Sirve a la 
comunidad
Anuncia la Fe
Vive 
el amor 
fraterno
Sirve a la 
 cción Pastoral de la I
gles
ia
Estas cuatro dimensiones se expresan en el texto catequístico como: 
ANUN IAR, OMPARTIR, SERVIR Y ELEBRAR.
8
7. La atequesis Familiar de Iniciación a la Vida Eucarística 
está construida sobre un proceso atecumenal.
 El presente camino catequístico ha toma-
do al catecumenado como opción formativa para 
la familia, de este modo quiere ayudarla a ir desde 
los estados iniciales del encuentro con Cristo hasta 
una mayor participación y compromiso con el Se-
ñor y la vida de la Iglesia.
 oda catequesis de iniciación, como es 
el caso de “El Señor sale a nuestro encuentro”, re-
quiere ir dando pasos y cumpliendo etapas. Nadie 
logra todo de un momento para otro. Nuestra vida 
es un proceso donde vamos creciendo y maduran-
do paso a paso. La Iglesia, a partir del siglo II, usó el 
catecumenado como un camino pedagógico para 
iniciar en la fe a los adultos que deseaban conver-
tirse al cristianismo. El presente camino ha tomado 
algunos de esos elementos adaptándolos a la fami-
lia que desea catequizar a sus hijos hoy día.
 Es muy importante el sentido que tiene 
plantear la Catequesis Familiar en clave catecumenal. 
El catecumenado ante todo representa el rescate de 
valores educativos fundamentales para cualquier iti-
nerario cristiano como son: la seriedad de la opción 
cristiana elegida, que se hace con la responsabili-
dad y el compromiso pedidos por la Iglesia. De ahí 
el sentido de las celebraciones y las entregas que se 
realizarán en el proceso del camino catequético que 
van cerrando y abriendo pasos, de manera que las 
familias vayan creciendo en su adhesión a Cristo y a 
la vida de la Iglesia.
 El hecho de que el presente programa sea 
catecumenal, explica la duración del camino de inte-
riorización en la fe programado para dos años, lo que 
permite que las familias comprendan que los cristia-
nos se construyen en un compromiso progresivo que 
requiere tiempo para la maduración de la fe.
El siguiente esquema, resume las etapas del primer catecumenado adaptadas a la Catequesis. 
 Plantear la Catequesis Familiar de Inicia-
ción a la Vida Eucarística en clave catecumenal sig-
nifi ca rescatar valores educativos fundamentales en 
cualquier itinerario cristiano como son: 
 El valor de la seriedad de la opción cristiana, que se hace con 
responsabilidad y compromiso comprobados por la Iglesia en 
forma rigurosa .
 El valor de la duración del camino de interiorización de la fe, 
que permite comprender que los cristianos se construyen 
en un compromiso progresivo que requiere tiempo. 
 El valor de las actitudes y comportamientos en el proceso 
del crecimiento, donde las celebraciones sacramentales son 
fuente y estímulo de las mismas. El convencimiento vital de la 
persona catequizada implica el seguimiento irrestricto a Jesús. 
9
 El valor de la globalidad en la propuesta educativa, que in-
tegra el conocimiento del misterio de risto, la celebración de 
la fe, la experiencia comunitaria y el ejercicio del compromiso 
cristiano en el mundo.
Primera celebración: Bienvenida y Acogida
Primera unidad: «Dios sale a nuestro encuentro en su Hijo Jesucristo».
Jesús resucitado sale a nuestro encuentro Jesús comparte nuestras alegrías y tristezas Jesús nos conoce y está con nosotros
Segunda unidad: Jesucristo comparte nuestro camino
Tercera unidad: Jesucristo da cumplimiento a la obra salvadora de Dios
Segunda celebración: Entrega de la Palabra de Dios
Cuarta unidad: l Padre envía a su hijo
Tercera celebración: Entrega del Padre nuestro
Quinta unidad: Jesús proclama el Reino de Dios
Cuarta celebración: Elección y llamado
Sexta unidad: Jesús nos llama a la conversión
Retiro
Quinta celebración: Liturgia penitencial
Jesús nos invita a caminar con Él 
Dios nos creó para la comunión 
La Palabra se hizo carne en María de Nazaret 
Jesús nos enseña palabras de vida 
La pérdida de la amistad con Dios 
Jesús nos invita a reconocerlo en la vida de nuestra familia Jesús nos invita a compartir la fe con nuestros hijos
Dios nos libera de toda esclavitud Dios nos invita a una alianza de amor
El nacimiento de Jesús Jesús, enviado del Padre, vive en el Espíritu
Los signos de la vida nueva Jesús nos llama amigos
Jesús acoge a los pecadores Jesús nos invita a recibir el perdón
Primer año: 
«Dios sale a nuestro 
encuentro en su 
Hijo Jesucristo.»
II ETAPA
 Jesús nos invita a vivir 
en su amistad.»
 atecumenado:
Familias en amino
Primera unidad: «Dios sale a nuestro encuentro en su Hijo Jesucristo».
Jesús resucitado sale a nuestro encuentro Jesús comparte nuestras alegrías y tristezas Jesús nos conoce y está con nosotros
Segunda unidad: Jesucristo comparte nuestro camino
Tercera unidad: Jesucristo da cumplimiento a la obra salvadora de Dios
Cuarta unidad: l Padre envía a su hijo
Quinta unidad: Jesús proclama el Reino de Dios
Sexta unidad: Jesús nos llama a la conversión
Jesús nosinvita a caminar con Él 
Dios nos creó para la comunión 
La Palabra se hizo carne en María de Nazaret 
Jesús nos enseña palabras de vida 
La pérdida de la amistad con Dios 
Jesús nos invita a reconocerlo en la vida de nuestra familia Jesús nos invita a compartir la fe con nuestros hijos
Dios nos libera de toda esclavitud Dios nos invita a una alianza de amor
El nacimiento de Jesús Jesús, enviado del Padre, vive en el Espíritu
Los signos de la vida nueva Jesús nos llama amigos
Jesús acoge a los pecadores Jesús nos invita a recibir el perdón
Primera celebración: Bienvenida y Acogida
Segunda celebración: Entrega de la Palabra de Dios
Tercera celebración: Entrega del Padre nuestro
Cuarta celebración: Elección y llamado
Retiro
Jesús, enviado del Padre, vive en el Espíritu
Jesús nos enseña palabras de vida Los signos de la vida nueva Jesús nos llama amigos
La pérdida de la amistad con Dios Jesús acoge a los pecadores Jesús nos invita a recibir el perdón
Quinta celebración: Liturgia penitencial
Primera celebración: Bienvenida y Acogida
Primera unidad: «Dios sale a nuestro encuentro en su Hijo Jesucristo».
Jesús resucitado sale a nuestro encuentro Jesús comparte nuestras alegrías y tristezas Jesús nos conoce y está con nosotros
Segunda unidad: Jesucristo comparte nuestro camino
Tercera unidad: Jesucristo da cumplimiento a la obra salvadora de Dios
Segunda celebración: Entrega de la Palabra de Dios
Cuarta unidad: l Padre envía a su hijo
Tercera celebración: Entrega del Padre nuestro
Quinta unidad: Jesús proclama el Reino de Dios
Cuarta celebración: Elección y llamado
Sexta unidad: Jesús nos llama a la conversión
Retiro
Quinta celebración: Liturgia penitencial
Jesús nos invita a caminar con Él 
Dios nos creó para la comunión 
La Palabra se hizo carne en María de Nazaret 
Jesús nos enseña palabras de vida 
La pérdida de la amistad con Dios 
Jesús nos invita a reconocerlo en la vida de nuestra familia Jesús nos invita a compartir la fe con nuestros hijos
Dios nos libera de toda esclavitud Dios nos invita a una alianza de amor
El nacimiento de Jesús Jesús, enviado del Padre, vive en el Espíritu
Los signos de la vida nueva Jesús nos llama amigos
Jesús acoge a los pecadores Jesús nos invita a recibir el perdón
Primer año: 
«Dios sale a nuestro 
encuentro en su 
Hijo Jesucristo.»
Primer año: 
«Dios sale a nuestro 
encuentro en su 
Hijo Jesucristo.»
Primer año: 
«Dios sale a nuestro 
encuentro en su 
Hijo Jesucristo.»
I ETAPA
 Jesús sale a nuestro 
encuentro.»
Precatecumenado:
Familias en Búsqueda
II ETAPA
 Jesús nos invita a vivir Jesús nos invita a vivir 
en su amistad.»
 atecumenado:
Familias en aminoFamilias en amino
II ETAPA
 Jesús nos invita a vivir 
en su amistad.»
 atecumenado:
Familias en amino
IV. El Retiro del Primer Año
 En este proceso de Catequesis Familiar 
queremos que Padres e hijos vayan experimentan-
do el amor de Dios y que puedan entonces mirar sus 
vidas con confi anza para descubrir en ella tanto lo 
que nos acerca a Dios y a los demás, como aquello 
que nos separa de Él y de nuestros hermanos. Por 
eso, este proceso catequístico los invita a retirarse 
de las ocupaciones cotidianas, para ponerse en la 
presencia del Señor, mirar sus vidas con verdad y 
disponerse a recibir el perdón de Dios que nos hace 
verdaderamente libres.
 El Retiro está programado para realizarse 
al terminar la Sexta Unidad, «Jesús nos llama a la 
conversión», y antes de la Quinta Celebración. 
En él queremos que «Padres e hijos experimenten 
el amor y la misericordia de Dios, que sale a nuestro 
encuentro, nos perdona y renueva su amistad con 
nosotros».
 En este ambiente de retiro y oración, pa-
dres e hijos profundizan el tema que se ha ido re-
fl exionando durante la Sexta Unidad; por ello suge-
rimos utilizar los textos bíblicos de esos encuentros: 
• Lc 15,11-24: Parábola de los dos hermanos 
 y el Padre misericordioso.
• Lc 19,1-11: Zaqueo.
• Lc 16,16-31: Parábola del rico y el pobre Lázaro.
 El valor de la comunidad, en cuanto es toda la comunidad 
eclesial la que educa en el cumplimiento de su misión pasto-
ral, y en cuanto es el catecumenado quien procura integrar 
al cristiano a la comunidad eclesial. Sólo en una perspectiva 
catecumenal la catequesis es una iniciación a la vida cristiana 
total y por lo mismo, a la vida de la Iglesia.
III. El Itinerario del Primer Año de la Catequesis Familiar de Iniciación a la Vida Eucarística
10
V. La Metodología del Encuentro
 La estructura que presentan los encuen-
tros en el texto es la resultante de una opción ca-
tequética y pedagógica que se expresa en cuatro 
momentos: Acogida, Nuestro camino, Aprendiendo 
a vivir en la fe y Celebrando nuestro encuentro con 
Jesús. 
 Con la Acogida se quiere favorecer un am-
biente fraterno y de conocimiento mutuo. En los 
primeros encuentros se presentan incluso algunas 
dinámicas de conocimiento y de recreación para ir 
generando los primeros rasgos de una comunidad 
fraterna. Con Nuestro camino se quiere compartir la 
experiencia que se va viviendo en el camino de ini-
ciación cristiana y, de modo especial, compartir el 
encuentro de Catequesis que los padres han vivido 
en sus hogares. En este momento, además, y como 
un paso más en el proceso, el catequista presentará 
el objetivo de cada encuentro.
 El momento Aprendiendo a vivir en la fe 
constituye el corazón del encuentro. Es el momento 
para compartir la vida de los niños e iluminarla 
con la Palabra de Dios. Siguiendo los pasos de la 
Lectura Orante de la Palabra (Lectio Divina), este 
momento nos ofrece el texto bíblico apoyado 
por las imágenes de historietas y de algunas 
preguntas para comprender el texto. Luego nos 
propone actividades para aplicar a nuestra vida 
de hoy la Palabra de Dios. Con esto se realizan los 
dos primeros pasos de la Lectio. Habiéndonos 
encontrado con Jesús, entramos al cuarto momento: 
Celebramos nuestro encuentro con Jesús. En un clima 
orante y contemplativo (tercer y cuarto pasos de la 
Lectio), compartimos aquello que nos ha quedado 
resonando en el corazón y nos animamos a realizar 
algunas actividades durante la semana para caminar 
con Jesús. erminamos el encuentro con una 
oración de acción de gracias a Jesús, invitándonos 
a vivir lo que hemos descubierto (Actuar).
11
CELEBRACIÓN DE
BIENVENIDA Y ACOGIDA
I. PREPARANDO LA CELEBRACIÓN
 BJETIV 
«Acoger en el Señor a todos quienes iniciaremos 
este proceso de Catequesis Familiar de Iniciación a 
la Vida Eucarística».
MATERIALES
 Una manta o poncho o un mantel de color vivo. 
 Un cartel grande (pueden ser dos o cuatro pliegos 
pegados, según el tamaño del pliego), que diga en letras 
grandes y de colores: 
 «BIENVENIDOS AL AMINO DE ATEQUESIS FAMILIAR».
 Un vela grande (puede ser el cirio pascual). 
 Una vela para cada familia. 
 Fósforos. 
 Los Libros para las familias. 
 Una HOJA de la celebración con los siguientes conteni-
dos:
 anto 1: JUNTOS OMO HERMANOS.
 anto 2: ESTA ES LA LUZ DE RISTO.
 ompromiso: 
- Párroco: Papás y Mamás, ¿quieren comprometerse hoy 
a educar a sus hijos según la ley de risto y de la Iglesia? 
- Papás y Mamás: Sí, queremos. 
- Párroco: ¿Quieren esforzarse en hacer crecer su propia 
formación cristiana, con disponibilidad y responsabili-
dad, durante este camino catequístico? 
- Papás y Mamás: Sí, queremos. 
- Párroco: ¿Quieren acompañar con paciencia y cariño a 
sus hijos e hijas en su camino de preparación a la vida 
eucarística? 
- Papás y Mamás: Sí, queremos.
 anto 3: SANTA MARÍA DEL AMINO.
AMBIENTACIÓN
Conviene hacer esta primera celebración en la ca-
pilla o iglesia, no en un salón. El lugar se ambienta 
de la siguiente manera:
 Si es posible, disponer las bancas de forma comunitaria, en un 
semicírculo. 
 Adelante, en el suelo, la manta o poncho o un mantel de color 
vivo y sobre él una vela grande de color (o el cirio pascual de 
la comunidad), o vela para cada familia (todos apagados).
 olgado en un lugar bien visible,el cartel de bienvenida. 
 En otro lugar o mesa cercana, tener preparados los Libros de 
la catequesis familiar que serán entregados a cada familia. 
En el interior del Libro de los padres está, plegado, el altar 
familiar.
La celebración es presidida, idealmente, por el párroco, 
y guiada por un catequista. Si no puede estar el párroco, 
la preside un diácono permanente o un catequista.
II. DESARROLLO DE LA CELEBRACIÓN
SALUDO
Guía:
Buenas tardes (o Buenos días/ noches, según la 
hora), hermanos y hermanas. 
Bienvenidos al primer encuentro de catequesis, que 
hacemos en este lugar de oración y de celebración 
de la fe. Por favor, tomen su hoja y cantemos para 
comenzar el canto «Juntos como hermanos».
Se canta el canto de la Hoja. El guía está atento para motivar a cantar 
con más fuerza si las voces fuesen muy débiles.
Sacerdote:
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. 
R: Amén
12
Gracias, papás y mamás, por haber aceptado la invi-
tación a realizar junto con sus hijos e hijas este camino 
de catequesis. ¡Bienvenidos a esta comunidad que los 
acoge con afecto!
Hoy es un día como tantos, pero lo que estamos inician-
do puede ser también el comienzo de una nueva etapa 
en la fe de ustedes como familias.
Ustedes, papás y mamás, se comprometieron, hace 
años, cuando bautizaron a sus hijos, a educarlos en 
la fe. Hoy inician un proceso decisivo para cumplir ese 
compromiso.
Nuestro Dios, que es bueno y misericordioso, nos está 
siempre invitando a reconocerlo como Señor de nues-
tra vida, y a trabajar por ese mundo bueno que hay en 
su corazón. Y su Espíritu Santo nos acompaña cada día 
de nuestra vida y nos regala fuerza y alegría. Por eso co-
menzamos este camino con una celebración.
Si vamos a caminar juntos, tenemos que conocernos. 
Por eso ahora nos vamos a presentar. Yo soy el Padre N. 
(se presenta).
Que cada familia presente a su hijo o hija, diciendo primero el nombre del 
papá y la mamá, y luego el del niño o niña. Luego lo harán los catequistas.
 ada papá y mamá dice su nombre (el guía está atento a pedirles que 
hablen de modo que todos escuchen bien los nombres), y presentan a 
su hijo o hija. Luego lo hacen los/as catequistas.
Guía: 
El cirio que hay en esta mesa es un símbolo de Je-
sucristo. Él es la luz del mundo y de todos los seres 
humanos. Mientras encendemos el cirio cantemos y 
acompañemos el canto con nuestras palmas.
Un papá o una mamá enciende el cirio grande mientras se canta «Esta 
es la luz de risto, yo la haré brillar» (u otro canto adecuado al signo 
de la luz).
 ALABRA DE DIOS
Guía: 
La Palabra de Dios nos va a acompañar durante todo 
el camino de la Catequesis Familiar. Desde hoy que-
remos escucharla siempre con atención. Dios se di-
rige a cada uno de nosotros, como personas y como 
familias, para iluminar nuestra vida con su Palabra.
Lector/a: Del Evangelio de san Mateo (Mt 18, 19-20): 
«Dijo Jesús a sus discípulos: Si dos de ustedes se ponen 
de acuerdo en la tierra para pedir cualquier cosa, mi 
Padre del cielo se la concederá. Porque donde hay dos 
o tres reunidos en mi nombre, yo estoy allí, en medio 
de ellos».
Esta es la Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
Luego, el párroco o quien preside la celebración puede hacer un muy 
breve comentario del texto. Puede explicar que «dos o tres» no hay 
que entenderlo estrictamente, sino que signifi ca: donde hay un grupo, 
aunque sea pequeño, reunido en el nombre de Jesucristo, allí está Él, 
presente en medio de ellos. Al terminar dice:
Sacerdote: 
Vamos a agradecer a Jesús porque Él está aquí, en 
medio de nosotros, y quiere acompañarnos a lo largo 
del camino de la catequesis familiar. Digamos juntos: 
«Gracias, Señor Jesús, porque estás aquí y quieres 
quedarte con nosotros».
Todos: Gracias, Señor Jesús, porque estás aquí y quieres quedarte con 
 nosotros.
SIGNO DE LOS LIBROS
Guía: 
En la mesa está el cirio y los Libros que vamos a usar. 
Así como el cirio, que simboliza a Cristo, ilumina y 
alegra nuestra vida, así también estos Libros, que 
ahora van a recibir cada familia, serán como una luz 
que guía el proceso para llegar bien a la meta. Den-
tro del Libro de los padres hay algo muy importan-
te. Estará colocado en todas las casas de ustedes en 
un lugar visible. Es un Altar Familiar con la imagen 
de María, José y el Niño Jesús. Es la Sagrada Familia, 
que nos acompañará con su presencia y su ejemplo 
en nuestro camino de catequesis.
Ahora cada familia recibirá un cirio pequeño (una 
vela), que encenderá en el cirio grande, y los Libros 
para el camino de catequesis con su altar familiar, 
que los papás y mamás van a abrir cuando vuelvan 
a sus asientos. 
El párroco o quien preside llama a las familias una a una; se acercan 
papá, mamá e hijo/a, y un catequista les entrega los Libros a los padres 
y el cirio pequeño al niño o niña, quien lo enciende en el cirio grande. 
Luego se van a su lugar y se sientan sin apagar el cirio. Los papás y 
mamás sacan el altar familiar del Libro, lo abren y lo mantienen abierto 
sobre sus rodillas. uando pasa la última familia se canta una vez más 
«Esta es la luz de risto» u otro canto adecuado. 
1 
Sacerdote: 
Invito ahora a los papás y mamás a renovar su com-
promiso de crecer en su fe y de formar a sus hijos en 
ella. Por favor, pónganse de pie, tomen de la mano a 
sus hijos y respondan con voz clara a las preguntas 
que voy a hacer. Las tienen en su hoja.
Espera a que todos tengan la Hoja en la mano y pregunta:
 Papás y mamás, ¿quieren comprometerse hoy a educar a sus 
hijos según la ley de risto y de la Iglesia? 
Papás y Mamás: Sí, queremos.
Sacerdote: 
 ¿Quieren esforzarse en hacer crecer su propia formación cristia-
na, con disponibilidad y responsabilidad, durante este camino 
catequístico?
Papás y Mamás: Sí, queremos.
Sacerdote: 
 ¿Quieren acompañar con paciencia y cariño a sus hijos e hijas en 
su camino de preparación a la vida eucarística?
Papás y Mamás: Sí, queremos.
Guía: 
Ahora que tenemos en nuestras manos los Libros 
que nos van a acompañar en el camino de la cate-
quesis familiar, la Sagrada Familia y los cirios (velas) 
que iluminarán este camino, le decimos al Padre 
Dios con un corazón agradecido:
Todos: 
Padre nuestro, que estás en el cielo, 
santifi cado sea tu Nombre. 
Venga a nosotros tu Reino. 
Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. 
Danos hoy nuestro pan de cada día. 
Perdona nuestras ofensas, 
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. 
No nos dejes caer en la tentación, 
y líbranos del mal. 
Amén.
ENVÍO DE LOS CATEQUISTAS
Guía: 
Chicos y papás, por favor, guarden sus altares fami-
liares y apaguen las velas.
Los catequistas van a acompañar durante todo este 
tiempo a las familias aquí reunidas. Por eso, le vamos 
a pedir al pastor de nuestra comunidad, el Padre N., 
que los envíe en su misión e invoque la bendición 
del Señor sobre ellos/as. Pongámonos de pie.
El párroco va llamando a los catequistas, uno a uno, por su nombre. 
Ellos se sitúan en un semicírculo frente a la mesa del cirio.
Sacerdote: 
Queridos y queridas catequistas: ambién ustedes 
tienen una hermosa e importante tarea en este ca-
mino que hoy iniciamos, la de acompañar a estas 
familias para que la catequesis dé en ellas mucho 
fruto.
Por eso les pregunto: ¿Están dispuestos a poner 
todo su conocimiento y entusiasmo en este servicio 
que la Iglesia les confía, apoyando a los papás, ma-
más, niños y niñas en su camino de vida eucarística?
Catequistas: Sí, estamos dispuestos.
Sacerdote: (extendiendo sus manos sobre ellos)
Padre de bondad, ú que enviaste a tu Hijo Jesús 
para realizar tu misión en el mundo, bendice a 
los hermanos y hermanas catequistas que hoy 
comienzan la misión de acompañar a estas familias 
en su camino de catequesis familiar. Que sean 
pacientes y generosos, alegres y responsables, y den 
buen testimonio de su condición de cristianos. 
 e lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo, que jun-
to al EspírituSanto vive y reina contigo por los siglos 
de los siglos. 
Todos: Amén
BENDICIÓN (ORACIÓN) FINAL
Sacerdote: 
Al terminar este primer encuentro nos encomendamos a María, nuestra 
Madre, que supo educar a Jesús para que fuera fi el a la misión que Dios 
tenía para Él. Que también todos nosotros seamos fi eles a lo que hoy 
iniciamos. El Señor esté con ustedes.
Todos: Y con tu espíritu.
Sacerdote: 
A todos ustedes, catequistas, papás, mamás, parientes y niños, los ben-
diga Dios todopoderoso, Él que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Todos: Amén
14
Sacerdote: María, Madre de las familias.
Todos: Ruega por nosotros.
Si el párroco no ha podido estar, se sustituye esta última bendición por 
una oración fi nal del diácono permanente o del catequista que preside. 
Diácono o catequista: 
 Al terminar nuestro primer encuentro, estimados hermanos y 
hermanas, invoquemos a Dios para que nos bendiga y acompa-
ñe con la luz de su Hijo Jesucristo y la fuerza del Espíritu Santo. 
 Pidamos también a María, nuestra Madre, para que ella nos en-
señe a seguir a Jesús con un corazón alegre y fi el.
 En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
 María, Madre de las familias.
Todos: Ruega por nosotros.
Guía: Para terminar cantemos a nuestra Madre, la Virgen.
Se canta para fi nalizar, «Santa María del camino». (Hoja).
Guía: Ahora invitamos a los papás y mamás a pasar con el párroco a 
la sala… (indica el lugar donde se reunirán) y los chicos y chicas 
con los catequistas a la sala… (indica el lugar donde se reunirán).
III. ANEXO PRIMERA CELEBRACIÓN 
 «ENCUENTRO INICIAL CON PADRES 
Y NIÑOS(AS)»
PREPARACIÓN
Objetivo: 
«Tener un primer contacto con Padres y niños para 
conocerse, presentar el camino que se hará y poner 
en manos del Señor este tiempo de encuentro y 
evangelización».
Materiales: 
 Vela, solapines y alfi leres, Libro de los padres o niños, según cor-
responda, velitas para cada uno.
 Los catequistas se reúnen inmediatamente después de la cel-
ebración. ada uno con sus respectivos grupos, es decir, niños 
y padres por separado. En lo posible deja la sala preparada con 
antelación.
DESARROLLO DEL ENCUENTRO
I.- Acogida y presentación (10 minutos aproximada-
mente)
 Se acoge con cariño a cada uno de los padres y de los hijos. 
 Se entrega a cada uno un solapín o tarjeta donde anotan su 
nombre y lo ponen visiblemente. 
 Se da la bienvenida al camino que hoy comienzan.
 Se les pide que se presenten brevemente, indicando su nombre 
y por qué han querido iniciar este camino. Se recibe con atención 
cada uno de sus comentarios. En el caso de los chicos puede rea-
lizarse alguna dinámica de conocimiento de los nombres. 
II. Presentación breve del camino de la Catequesis Fa-
miliar de Iniciación a la Vida Eucarística (15 minutos 
aproximadamente)
 Se presenta el itinerario de la atequesis Familiar indicando que 
es un proceso que dura dos años en el cual irán compartiendo 
la vida y la Palabra del Señor y que juntos irán conformando un 
grupo o comunidad en donde se viva la fraternidad y el cariño.
 Se lee el objetivo del Primer Año.
 Se presenta el Libro con el que irán trabajando encuentro a en-
cuentro.
 Recordarles el día, lugar y hora de cada Encuentro.
 Preguntar si tienen alguna duda, interrogante o comentario. 
III.- Oración de envío (5 minutos aproximadamente)
 Se los invita a ponerse en las manos del Señor al iniciar este 
camino: El/La catequista enciende la Vela y luego inicia la 
oración en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
 Reparte las velitas y luego pide a los padres que en actitud de 
oración pronuncien el nombre de su hijo(a) que inicia este cami-
no y enciendan su velita en el cirio. Los hijos dan gracias a Dios por 
sus padres, que los han llevado a la atequesis Familiar. También 
dicen sus nombres y encienden su velita.
 Oran juntos el Padre nuestro y se despiden con un abrazo.
 
 nidad 1
Dios sale 
a nuestro 
encuentro en su 
Hijo Jesucristo
16
MATERIALES: 
• Etiqueta o círculo con el nombre. Biblia. Mesa, mantel y vela. Fósfo-
ros. Una imagen de Jesús. Madeja de lana. Lápices de colores.
• Para profundizar, leer este tema en:
– Catecismo de la Iglesia Católica: Evangelio: Lucas 24, 13-35, nú-
mero 601. Eucaristía: números 1328, 1329, 1330, 1331, 1332. 
– Quédate con nosotros, Señor. Carta Apostólica para el Año de la 
Eucaristía del Papa Juan Pablo II.
– Música: Quédate con nosotros, Señor.
– ¡Quédate con nosotros, Señor resucitado! Mensaje de Pascua 
de Resurrección 2005 del Cardenal Arzobispo de Santiago, 
Monseñor Francisco Javier Errázuriz.
• odos estos materiales escritos y audiovisuales están disponibles en 
www.catequesis–ppc.com.ar. 
ENCUENTRO
 
«JESÚS RESUCITADO
SALE A NUESTRO ENCUENTRO»
«Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos… 
Tomó el an, lo bendijo, lo partió y lo dio a ellos. 
Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron.»
 Lc 24,15.30)
Notas catequísticas
Guiar a los niños para que, en la CFIVE, reconozcan que Jesús 
Resucitado camina con ellos y les invita a reconocerlo en la 
Eucaristía.
OBJETIVO 
DEL EN UENTRO: 
17
Saludo
• El catequista saluda a cada niño con cariño. 
Usa el círculo o etiqueta para que cada uno 
anote su nombre. 
• Por ser la primera vez les explica que la 
catequesis la llamaremos Encuentro y que 
se divide en cuatro momentos, que detalla 
brevemente. 
¡Te invitamos a rezar!
• Al encender la vela, el catequista explica 
que es signo de la presencia de Jesús Resu-
citado. Luego, en clima de silencio y reco-
gimiento, rezan con la oración que aparece 
en la página 7 del Libro del Niño.
I. Acogida
II. Nuestro camino
Querido Jesús,
 hoy nos reunimos por segunda vez, 
con nuestro grupo de catequesis, 
para conocerte mejor.
Quiero conocer a mis nuevos amigos.
Que nuestra familia, nuestro catequista 
y este grupo que hoy formamos 
reciban tu bendición.
Quedate con nosotros, Señor.
Amén.
Encuentro anterior
• El catequista pregunta a los chicos si asis-
tieron a la Primera Celebración de Acogida 
y qué fue lo que más les gustó. 
• Luego, los ayuda a recordar alguna frase 
de Jesús que hayan escuchado en la Ce-
lebración. Si no la recuerdan, los invita a 
repitir «…donde hay dos o tres reunidos 
en mi nombre, yo estoy allí, en medio de 
ellos» (Mateo 18, 20), y comenta breve-
mente lo que signifi ca.
Encuentro familiar
A partir del próximo encuentro los chicos ha-
rán partícipes a sus padres, abuelos y/o adul-
tos de la familia.
¡Conozcamonos!
«La tela de araña»
• En círculo, cada niño recibe la madeja de 
lana y dice su nombre, qué le gusta y por 
qué está aquí. Al terminar toma en sus 
manos la hebra de lana y lanza la madeja 
18
a otro niño. El catequista lanza primero y 
cuando recibe de vuelta, al fi nal, respon-
de las mismas preguntas, aclarando que 
está aquí para guiarlos a conocer y amar 
más a Jesús, para que formen un grupo 
de catequesis unido y se integren con sus 
familias a la comunidad parroquial, a tra-
vés de la CF.
• Los niños levantan el trozo de lana y el ca-
tequista pregunta qué se formó. Luego co-
menta que es como una tela de araña que 
representa a un grupo de catequesis unido.
III. Aprendiendo a vivir en la fe
¡Vamos a encontrarnos con Jesús!
«Imaginándonos a Jesús.»
• El catequista pide a cada niño que cierre 
los ojos e imagine un paisaje maravilloso. 
Puedes usar frases como: «Es verano, estás 
en un hermoso lugar, brilla el sol, se lle-
nan de color las fl ores, vuelan las maripo-
sas, cantan los pájaros, sentís el agua que 
corre. De pronto ves a un hombre que se 
acerca. ¿Quién será? Mirás sus ojos bon-
dadosos, sus manos y sus pies heridos… 
poco a poco descubrís que es Jesús. Él te 
da la oportunidad de preguntarle algo: 
¿qué le dirías? Da un tiempo y pide que 
abran sus ojos.
• Después, les pregunta cómo se imagina-
ron a Jesús y luego pide que abran su Li-
bro en la página 8 y anoten enel recuadro 
la pregunta que hicieron a Jesús. Al termi-
nar, dos o tres chicos pueden leerla y los 
que quieran pueden decir cómo piensan 
que hubiera respondido Jesús a esas pre-
guntas.
• Por último el catequista invita a comentar 
lo que más les gustó de la actividad.
• Luego pide a cuatro niños ubicados en los 
extremos, que suelten el trozo de lana y 
pregunta: ¿Qué le pasó a nuestra supuesta 
tela de araña? La tela de araña se ve mal te-
jida y suelta y representa desunión, falta de 
comunicación, desgano, etc.
• Para terminar, miran el dibujo de la iz-
quierda en la página 7 y gritan juntos. 
¡«Unidos somos fuertes»! El catequista 
invita a quien quiera a pintar la frase: 
«Hoy estamos aquí para conocer y amar 
a Jesús».
19
¡Jesús sale a nuestro encuentro 
por su alabra!
La gente que rodeaba a Jesús también le 
preguntó muchas cosas y la respuesta de 
Jesús muchas veces transformó sus vidas.
El relato de los discípulos de Emaús nos 
presenta a dos amigos de Jesús muy tristes 
porque creían que estaba muerto y, des-
pués de crucifi cado, ya no lo verían. Con 
esta tristeza y duda en el corazón, camina-
ban desde Jerusalén hacia un pueblo llama-
do Emaús.
• Sentados en semicírculo frente al altar, 
el catequista pide que se fi jen especial-
mente en los sentimientos de los discí-
pulos, en los sentimientos de Jesús y en 
lo que dice Jesús cuando habla del Pan. 
• Pide a los niños que abran la página 8 
de su Libro y sigan con atención y en 
silencio la lectura. 
† Evangelio de nuestro Señor Jesucristo 
 según San Lucas 24,13-35:
«El primer día de la semana1, dos de los discípulos 
iban a un pequeño pueblo llamado Emaús. En el ca-
mino hablaban sobre lo que había ocurrido. ien-
tras conversaban y discutían, el mismo Jesús se 
acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo im-
pedía que sus ojos lo reconocieran. Él les dijo: "¿Qué 
comentaban por el camino?"
Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno 
de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¡Tú eres 
el único forastero en Jerusalén que ignora lo que 
pasó en estos días!" "¿Qué cosa?" , les preguntó. 
Ellos respondieron: "Lo referente a Jesús, el Naza-
reno2, que fue un profeta poderoso en obras y en 
palabras delante de Dios y de todo el pueblo, y 
cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes 
lo entregaron para ser condenado a muerte y lo 
crucifi caron. Nosotros esperábamos que fuera Él 
quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres 
días que sucedieron estas cosas".
Jesús les dijo: "¡Hombres duros de entendimiento, 
cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los 
profetas! ¿No era necesario que el esías sopor-
tara esos sufrimientos para entrar en su gloria?" Y 
comenzando por oisés y continuando con todos 
los profetas3, les interpretó en todas las Escrituras4 
lo que se refería a Él.
Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, 
Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le 
insistieron: "Quédate con nosotros, porque ya es tar-
de y el día se acaba". Él entró y se quedó con ellos. Y 
estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la ben-
dición; luego lo partió y se los dio. Entonces los ojos 
de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero 
Él había desaparecido de su vista. Y se decían: "¿No 
ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba 
en el camino y nos explicaba las Escrituras?".»
1 Se refi ere al día domingo.
2 Habitante del pueblo de Nazaret.
3 Hombres elegidos por Dios para guiar al pueblo en el 
camino de la Alianza.
4 Se refi ere a los Libros de la Biblia. Los que nosotros 
llamamos Antiguo Testamento o escritos anteriores al 
nacimiento de Jesús.
20
PREGUNTAS PARA OMPARTIR:
• El catequista invita a los chicos a conversar.
1) ¿Qué sentían los discípulos antes del 
encuentro con Jesús?
2) ¿Qué sentían cuando caminaban con 
Jesús y escuchaban las explicaciones 
a sus dudas?
3) ¿Cuáles eran los sentimientos de Je-
sús cuando acompañaba a Cleofás y 
su amigo?
4) ¿Qué hizo Jesús con el Pan? ¿Vieron 
este signo alguna vez?
5) ¿Qué sentían los dos discípulos des-
pués de haber compartido el Pan?
RESPUESTAS:
1) Inquietud y tristeza. 
2) Ardían sus corazones. 
3) Acogida, interés por ellos, verdad frente a 
sus dudas. 
4) omó el Pan, lo bendijo, lo partió y se los 
dio. Este signo se repite en cada Eucaristía. 
5) La seguridad y alegría de que Jesús ¡estaba 
vivo!
• Al comenzar el relato te diste cuenta de 
lo triste que iban los discípulos hacia 
Emaús: ellos eran sus seguidores, espe-
raban de Jesús que fuera un rey famo-
so, más poderoso que los romanos que 
habían invadido su tierra. Sin embargo 
las cosas no sucedieron como ellos es-
peraban. Jesús fue crucifi cado y muerto. 
 oda su ilusión se terminó.
• Pero mientas caminaban, Jesús Resuci-
tado salió a su encuentro, les preguntó 
por qué iban tristes y, usando las Escri-
turas, les explicó de nuevo lo que había 
pasado, los acompañó, compartió y 
partió para ellos el pan. En estos gestos, 
ellos fueron capaces de reconocerlo y 
de llenarse nuevamente de esperanza. 
Volvieron a Jerusalén para compartir la 
«Buena Noticia» con otros: ¡Jesús estaba 
vivo!
• Hoy nosotros(as) los catequistas somos 
como los discípulos de Emaús: quere-
mos compartir la «Buena Noticia» con 
ustedes, en este camino que iniciamos 
de la Catequesis Familiar. Este camino 
nos va a ayudar a ir descubriendo la 
presencia de Jesús Resucitado, cómo 
sale a nuestro encuentro en los aconte-
cimientos y en las personas. Él recorre el 
mismo camino de nuestra vida. Nunca 
nos abandona, aunque nosotros, como 
los discípulos, no nos demos cuenta de 
su presencia.
¡Respondamos a Jesús!
• En círculo, los niños abren la página 10 de 
su Libro y observan los dos corazones que 
están dibujados, uno junto al otro. El de la 
izquierda representa el Corazón de Jesús 
y el segundo el corazón de cada uno de 
ellos.
21
• En el interior del Corazón de Jesús, escri-
ben los sentimientos que de Él descubrie-
ron en el relato de Emaús, luego los leen 
en voz alta y el catequista los ayuda a valo-
rarlos como regalo hacia ellos. 
¡En la Eucaristía está Jesús!
Al igual que los discípulos de Emaús, tenemos 
que aprender a reconocer a Jesús en la Eucaris-
tía: los niños y niñas de la CF vamos a la Euca-
ristía para celebrar que: ¡Jesús está vivo!
• En la página 11 del Libro aparece dibujado 
un camino que representa al que ellos hoy 
comienzan para iniciar su vida eucarística. 
Hay también unas huellas en las cuales es-
criben los nombres de sus compañeros de 
grupo y de otras personas que quieren que 
los acompañen en este camino CF (padres, 
catequista, miembros de la familia, etc.).
• El catequista explica que a Jesús lo ire-
mos reconociendo especialmente en la 
celebración de la Eucaristía. En ella se nos 
hace cercano, nos acompaña, nos vuelve a 
explicar las Escrituras y repite constante-
mente el gesto de amistad, de partir el pan 
para nosotros. Resucitado, vive siempre 
con nosotros.
• Al terminar leen y comentan lo que está 
escrito en su Libro.
¡Cada domingo celebramos que Jesús nos 
salvó, que por amor nos dio su vida y resucitó!
¡Los niños y niñas de la Catequesis Familiar 
vamos a la Eucaristía para celebrar que Je-
sús está vivo!
• Luego, en el corazón personal, anotan en 
el borde «Mi corazón ofrece a Jesús» y en 
el interior tres sentimientos de su corazón 
para regalar a Jesús al comenzar este año 
la Catequesis Familiar.
• Presentan juntos el trabajo realizado.
22
En cada encuentro queremos mirar a la 
Virgen María y aprender de ella a ser ver-
daderos discípulos y discípulas. A ella le 
pedimos que nos ayude a vivir y guardar 
en el corazón la Buena Noticia. 
• En círculo alrededor del altar, miran-
do la imagen de Jesús, los niños di-
cen espontáneamente lo que más les 
gustó del encuentro.
• El catequista pregunta: «De lo apren-
dido sobre Jesús ¿qué te gustaría re-
cordar siempre, guardándolo en el 
corazón?»
• Luego leen la página 11 de su Libro 
y comparan las refl exiones del grupo 
con lo que allídice. El catequista com-
plementa lo que pudo faltar.
• Jesús camina con nosotros, nos 
escucha y nos acoge.
IV. Celebremos nuestro encuentro con Jesús
• Mirando la imagen de Jesús en silencio, se 
comprometen a hacerle un regalo: «Cada 
mañana al despertar oren a Jesús dicien-
do: ¡Quédate con nosotros, Señor!» Ojalá 
memoricen esta frase.
• Oran juntos. El catequista dice 
una frase y los niños repiten.
Jesús, te damos gracias 
por este día
¡que saliste a nuestro encuentro!
¡Quedate con nosotros, Señor!
Que aría, tu adre,
nos enseñe a amar y acoger a nuestra comunidad
con los mismos sentimientos de tu corazón.
Señor, que nuestro corazón 
se parezca al tuyo! 
Amén.
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Guardem os en el c
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 Virgen M
aría
«Todos los que comen de este único pan, 
partido, que es Cristo, entran en comunión 
con él y forman un solo cuerpo en él.» 
(Catecismo de la Iglesia Católica, n° 1329)
JESÚS
GR
ACIAS
2 
Notas catequísticas
«JESÚS COM ARTE 
NUESTRAS ALEGRÍAS Y TRISTEZAS»
«"La paz esté con ustedes...
¿De qué se asustan? ¿ or qué surgen dudas en su interior?"
Entonces les abrió la inteligencia 
para que comprendieran las Escrituras.»
 Lc 24, 36.38 y 45)
MATERIALES: 
• Etiqueta o círculo con el nombre. Biblia. Mesa, mantel y vela. Fósfo-
ros. Una imagen de Jesús. Letra y melodía de la canción: Dios está 
aquí. Hojas para cada niño. Lápices de colores. Alfi leres de gancho u 
otro. arjetas con sus nombres. Un «Dado», que lleva escrito en cada 
una de sus caras: LEGRÍ , PEN , MIEDO, VERGÜENZ , RIS , ESPER NZ . Un celular, 
un paquete, un sobre de carta y un dibujo de la hostia y el cáliz.
• Canto: Dios está aquí.
• Para profundizar este tema puedes leer:
– Catecismo de la Iglesia Católica. Al tercer día resucitó de entre... 
Nº 645. Jesús resucitado establece con sus discípulos relaciones 
directas mediante el tacto (cf. Lc 24, 39; Jn 20, 27) y el compartir 
la comida (cf. Lc 24, 30...). 
– «Apariciones de Jesús Resucitado», Papa Juan Pablo II.
– «Lc 24,35-48: Aparición de Jesús a los discípulos».
– «Claves para vivir el evangelio de Lucas.»
• odos estos materiales escritos y audiovisuales están disponibles en 
www.catequesis–ppc.com.ar. 
ENCUENTRO
2
Guiar a los niños para que, en la Catequesis Familiar, reconoz-
can cuáles son sus inquietudes y experimenten que Jesús, al 
igual como hizo con sus discípulos, los invita a compartir todo 
con Él y les regala su paz. Jesús es nuestra esperanza, ¡venció 
la muerte!
OBJETIVO 
DEL EN UENTRO: 
24
Saludo
• El catequista acoge a cada uno de los chi-
cos con cariño y los llama por su nombre 
para que se sientan identifi cados personal-
mente.
I. Acogida
¡Te invitamos a rezar!
• Al encender la vela, vuelve a 
recordar que es signo de la 
presencia de Jesús Resucitado.
• Luego abren su Libro de cate-
quesis en la página 12, y can-
tan: Dios está aquí…
Encuentro anterior
• El catequista pregunta cómo les fue con 
el regalo para Jesús, si se acordaron de 
rezar por la mañana y de ofrecerle a Je-
sús el día que comenzaba con la frase que 
habían aprendido: ¡Quédate con nosotros, 
Señor! (Para que todos participen, sugeri-
mos hacer tarjetas con sus nombres e ir 
sacándolas de una canasta por turnos.) Es 
importante que anime a los que no lo hi-
cieron.
• A los que se les olvidó rezar en la mañana 
es bueno darles consejos sencillos y prác-
ticos como el siguiente: «para que no te 
olvides de rezar por la mañana, meté algo 
incómodo en el zapato que vas a usar al 
día siguiente. Si te acordaste de rezar lo 
sacás, si no lo hacés… al meter el pie en el 
zapato ¡te vas a acordar!» Los chicos son 
muy creativos; se les puede pedir a ellos 
soluciones. 
Encuentro familiar
• ¿Qué actividad realizaron en la catequesis 
con sus padres? ¿Qué fue lo que más les 
gustó? 
II. Nuestro camino
¡Conozcamonos más!
• Los chicos escriben su nombre en una 
hoja, como si fuera un título, y luego cada 
uno anota cinco respuestas a la pregunta: 
«¿Cómo soy yo?» Puede ponerse un cartel 
con palabras como: GENEROSO, LEGRE, JUGUE-
TÓN, C RIÑOSO, GR DECIDO, ETC. 
• Cuando todos terminaron afi rman su hoja 
en el pecho con un alfi ler y recorren la sala 
buscando en silencio a tres de sus com-
pañeros para leer lo que escribieron. Para 
cerrar este momento, el catequista puede 
guiarlos para que descubran que tene-
mos rasgos comunes.
• Luego, en la página 12 de su Libro com-
pletan la frase: «En esta actividad descubrí 
que…» y fi nalmente comentan en plena-
rio «¿qué aprendimos con esta dinámica?» 
Una vez terminado el juego, se llevan la 
hoja a su casa.
25
¡Vamos a encontrarnos con Jesús!
En este ejercicio se trata de conocer, a modo 
general, las experiencias de vida de los chicos 
en relación a sus alegrías, penas, esperanzas, 
miedos, risas, vergüenzas. La intención es ayu-
darlos a descubrir que, en el camino CF, Jesús 
nos invita a compartir todo lo que nos sucede. 
Él siempre tiene una respuesta para nuestras 
inquietudes. Quiere que tengamos mucha 
confi anza en Él, para que nuestros corazones 
se llenen de la paz que Él nos regala.
• otivación: «A diario tenemos diferentes 
experiencias. Unas nos dan alegría, otras 
nos dan pena, nos asombran o nos hacen 
experimentar risas o miedos. Hoy vamos a 
compartir algunos de estos momentos a 
través de un juego».
• Por turnos, lanzan el dado que lleva escri-
to en cada una de sus caras: LEGRÍ , PEN , 
MIEDO, VERGÜENZ , RIS , ESPER NZ . Según lo 
que salga en la cara del dado, ellos cuen-
tan una experiencia que hayan tenido 
con el sentimiento que les salió.
• Para terminar se pregunta: las experien-
cias que ustedes contaron, ¿se las conta-
ron a Jesús? ¿Le cuentan tus cosas a Jesús 
en algún momento del día?
• Luego abren su Libro en la página 13 para 
pintar la frase que dice:
 «Jesús nos invita a compartir con Él todo 
lo que nos pasa.»
III. Aprendiendo a vivir en la fe
¡Jesús sale a nuestro encuentro por su alabra!
• En el texto bíblico conoceremos un mo-
mento en la vida de Jesús donde sus ami-
gos compartieron con Él sus miedos, ale-
grías, dudas y esperanzas. 
• Se pide que, en el texto bíblico, se fi jen, 
especialmente, en un momento en que 
los discípulos expresen inquietud, otro en 
el cual ellos expresen alegría y fi nalmente 
que se fi jen cuando Jesús habla de las Es-
crituras. Pueden seguir la lectura del texto 
en la página 13 de su Libro. 
† Evangelio de nuestro Señor Jesucristo 
según San Lucas 24, 35-48:
«Los discípulos, que retornaron de Emaús a 
Jerusalén, contaron lo que les había pasado 
en el camino y cómo habían reconocido a 
Jesús al partir el pan.
Todavía estaban hablando de esto, cuando 
Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: 
"La paz esté con ustedes".
26
Atónitos y llenos de temor, creían ver un es-
píritu, pero Jesús les preguntó: "¿Por qué es-
tán turbados y se les presentan esas dudas? 
 iren mis manos y mis pies, soy yo mismo. 
Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne 
ni huesos, como ven que yo tengo".
Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus 
pies. 
Era tal la alegría y la admiración de los discí-
pulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les 
preguntó: "¿Tienen aquí algo para comer?" 
Ellos le presentaron un trozo de pescado 
asado; Él lo tomó y lo comió delante de to-
dos.
Después les dijo: "Cuando todavía estaba con 
ustedes, yo les decía: Es necesario que se cum-
pla todo lo que está escrito de mí en la Ley de 
 oisés, en los Profetas y en los Salmos".
Entonces les abrió la inteligencia para que 
pudieran comprender las Escrituras, y añadió: 
"Así estaba escrito: el esías debía sufrir y re-
sucitar de entre los muertos al tercer día, y co-
menzando por Jerusalén, en su nombre debía 
predicarse a todas las naciones la conversión 
para el perdón de los pecados. Ustedes son 
testigos de todo esto"». 
PREGUNTAS PARA OMPARTIR:
• En un ambiente de silencio, los chicos 
leen las preguntas y elijen las que quierancontestar, subrayando en el texto las res-
puestas. Luego comparten con el grupo. El 
catequista completa aquellas respuestas 
que ellos no hayan podido descubrir por sí 
mismos.
1) ¿Qué tenía tan inquietos a los discípulos? 
2) ¿Cómo saluda Jesús a sus discípulos?
3) ¿Qué pruebas da Jesús a sus discípulos, 
para tranquilizar a quienes dudan de que 
Él está vivo?
4) ¿Cuál es la gran noticia que alegra a los dis-
cípulos?
5) ¿Qué regalo hace Jesús a sus discípulos 
para que puedan entender lo que pasó?
6) ¿A quiénes pide Jesús que lleven esta 
Buena Noticia?
RESPUESTAS:
 1) Que Jesús estaba muerto y se aparece 
«alguien» diciendo que es Él. 2) Les dice “la 
paz esté con ustedes”. 3) Les pide que to-
quen y vean sus manos y pies, con las mar-
cas de la crucifi xión. Luego come pescado 
delante de todos. 4) Que Jesús está vivo, 
ha resucitado. 5) Les abre la inteligencia 
para que puedan comprender las Escritu-
ras. 6) Primero a los habitantes de Jerusa-
lén y luego al mundo entero.
27
• e habrás dado cuenta de lo sorpresiva 
que fue la aparición de Jesús y la asustada 
reacción de sus discípulos. ¿Quién podía 
pensar en ese momento que la muerte 
podía ser derrotada? ¡Pero Jesús es la Vida! 
¡Viene a regalarles paz, no inquietud! Quie-
re mostrarles que está vivo y saluda anun-
ciándoles la paz. Saludo que será siempre 
el que distinga su llegada, después de su 
Resurrección.
• Poco a poco Jesús se hace más cercano a su 
realidad. Se pone en medio de ellos, para 
que lo toquen, reconozcan sus manos y sus 
pies, traspasados en la cruz. Él es el mismo: 
crucifi cado y resucitado. Reconocerlo llena 
a los discípulos de alegría y paz.
• Al igual que Jesús, debemos acoger, escu-
char, compartir las necesidades y alegrías 
de los demás. Poco a poco los que te vean 
reconocerán en nosotros los sentimientos 
del Corazón de Jesús.
¡Respondamos a Jesús!
 
«Un corazón como el de Jesús»
• Los chicos abren su Libro en la página 14, 
reciben las instrucciones, miran los dibujos 
y leen el mensaje explicativo que hay al lado 
de ellos -esta vez el trabajo será grupal-.
A TIVIDAD QUE REALIZAN LOS NIÑOS: 
 Marca con una “X” si las siguientes accio-
nes realizadas por estos chicos muestran 
en ellos un corazón semejante al de Jesús.
a. Pascual está preocupado e inquieto. 
Rafael, su hermano, lo nota y en vez de 
acercarse a él, se va a jugar con sus amigos.
b. Sofía es acogedora con las personas 
que forman su grupo de catequesis, escu-
cha a todos y comparte lo que ella siente. 
Ella piensa que esto hace que todos conoz-
can mejor a Jesús.
 
c. Anita y Paula tienen miedo a la os-
curidad antes de dormir. En catequesis 
aprendieron, que, si hablaban de Jesú; Él 
estaría con ellas; entonces se pusieron a 
rezar, tuvieron paz y se durmieron. 
d. Un grupo de amigos se divierte en el 
recreo. Llega Rafael a participar con ellos, 
pero uno de ellos se burla de él y no lo 
acoge.
e. En la Eucaristía, Pascual escucha 
atentamente las lecturas de la Biblia. El 
sacerdote las explica para que aprenda-
mos que Jesús está vivo entre nosotros. 
RESPUESTAS A VERIFI AR ON LOS GRUPOS:
• Las alternativas que deberían llevar una 
“X” son: b, c y e.
28
Jesús se hace presente con su Palabra en la Bi-
blia. Hoy la comunidad cristiana se reúne en la 
Eucaristía para celebrar a Jesús resucitado. Allí 
Él escucha nuestras inquietudes y alegrías. En 
ella nos encontramos con Él en dos momen-
tos claves: la Liturgia de la Palabra y la Liturgia 
de la Eucaristía.
• Se pone sobre la mesa: un celular, un pa-
quete, una Biblia, un sobre de carta y un 
dibujo de la hostia y el cáliz y se pregun-
ta a los niños ¿con cuál de estos objetos 
Jesús se hace presente? Los chicos tienen 
tiempo para elegir los objetos correctos. El 
catequista muestra una Biblia y pregunta si 
oyeron textos de ella en la Eucaristía.
• Luego abren la página 15 de su Libro y 
completan los dos dibujos y frases que allí 
aparecen.
 
A TIVIDAD:
Observá estos dos dibujos. Completá en la lí-
nea de puntos la palabra que falta y en el círcu-
lo o cuadrado el objeto ausente.
• El tema se cierra con la siguiente refl exión: 
«En el texto de la aparición de Jesús a los 
discípulos, Él nos muestra que quiso dar 
un paso más de acogida a sus amigos: no 
sólo conversó con ellos, sino que además 
se quedó a comer. Este es un gesto de 
amistad por excelencia. Este mismo regalo 
es el que nos ofrece cada semana donde, 
como amigo, nos regala su Palabra y se 
ofrece como alimento en la celebración de 
la Eucaristía»:
 a iturgia de la Palabra 
y la iturgia de la Eucaristía
son los dos momentos principales 
de la Santa Misa.
 a iturgia de la Palabra 
........................................................................
 a iturgia de la Eucaristía 
 ........................................................................
¡En la Eucaristía, reconocemos a Jesús!
29
IV. Celebremos nuestro encuentro con Jesús
• El catequista invita a los niños a decir es-
pontáneamente lo que más les gustó del 
encuentro.
• Luego pregunta «¿Qué les gustaría recor-
dar siempre de lo aprendido sobre Jesús, 
guardándolo en el corazón?»
• Leen la página16 de su Libro y comparan 
las refl exiones del grupo con lo que allí 
dice. El catequista complementa lo que 
pudo faltar.
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 la
 Virgen M
aría
• Jesús nos invita a compartir toda nues-
tra vida con Él.
• Mirando la imagen de Jesús en silen-
cio tratan de descubrir lo que Él les 
pide a través de este encuentro.
• El catequista puede sugerir como 
respuesta o regalo a Jesús el siguiente: 
«Que cada noche, antes de acostarse, 
cuenten a Jesús una alegría y una 
tristeza sucedida en el colegio, la 
familia, el mundo, etc.». Al terminar le 
dirán: 
¡Quedate con nosotros, Señor, 
y danos tu paz!
• En círculo alrededor del altar, mirando la imagen 
de Jesús, oran juntos (el catequista dice una 
frase y los niños la repiten):
¡Gracias, Jesús, porque puedo 
encontrarte en tu Palabra!
¡Gracias, Jesús, porque puedo 
encontrarte en la Eucaristía!
¡Gracias, Jesús, porque puedo 
encontrarte en mi comunidad!
Jesús, en este momento 
quiero pedirte por alguien 
que necesita de tu paz y ayuda.
 (En un momento de silencio cada uno 
 piensa en alguien necesitado.)
¡Viniste a regalarnos la paz!
¡ aría, Reina de la Paz, 
ruega por nosotros! 
Amén.
Cristo Resucitado se manifi esta a sus 
discípulos, «a los que habían subido con Él 
desde Galilea a Jerusalén y que ahora son 
testigos suyos ante el pueblo.»
(Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n° 647)
JESÚS
GR
ACIAS
 0
MATERIALES: 
Para el altar: mesa, mantel, una imagen de Jesús, vela, fósforos. arjetas 
con nombre para sacar por turnos a niños que quieran participar. Un pa-
pelito, doblado en cuatro, para cada participante, uno de ellos lleva escrita 
una “X”. Un pañuelo, o manta o poncho para vendar los ojos de un chico. 
Respuestas del cuadro a completar anotadas en distintas hojas (ver cuadro 
respuestas).
• Para profundizar este tema puedes leer en:
– Catecismo de la Iglesia Católica: Evangelio Jn 21,4-13: versículo 4 
números 645-659; versículo 7 número 448,645; versículo 12 nú-
mero 1166. Altar: números 1181ss, 1383, 2570, 2655. Amén: nú-
meros 1061ss, 1396, 2856, 2865. 
– «Catequesis del Papa Benedicto XVI con los niños».
– « emas litúrgicos», entre ellos la importancia del Sagrario, Altar y 
forma de hacer la genufl exión.
• odos estos materiales escritos y audiovisuales están disponibles en 
www.catequesis–ppc.com.ar. 
ENCUENTRO
3
Notas catequísticas
Guiar a los niños para que, en la Catequesis Familiar, 
agradezcan a Jesús su amor por cada uno de nosotros.
OBJETIVO 
DEL EN UENTRO: 
«JESÚS NOS CONOCE 
Y ESTÁ CON NOSOTROS»
«Ellos la echaron y la red se llenó de tal cantidad de peces 
que no podían moverla. Entonces el discípulo a quien Jesús 
tanto amaba le dijo a edro: "¡Es el Señor"!
Jesúsles dijo: "Vengan a comer algo."»
 Juan 21,6b -7)
 1
Saludo
¡Te invitamos a rezar!
• Al encender la vela, el catequista pregun-
ta qué signifi ca cuando está encendida. 
Luego, en clima de silencio y recogimien-
to, rezan con la oración que aparece en la 
página 17 del Libro.
Jesús,
¡gracias por estar hoy entre nosotros!
Por haber escuchado cada noche 
nuestras alegrías y penas.
Cada día, aunque yo no te vea,
voy descubriendo cuánto me amas.
¡Quedate con nosotros, Señor,
enseñanos a descubrir tu presencia
y danos siempre tu paz! 
Amén.
• Pregunta: ¿Por qué después de cada ora-
ción decimos la palabra «Amén»? Se ex-
plica que la palabra amén signifi ca «así 
es» y que decirla es un acto de fe, porque 
creemos que lo dicho por nosotros en la 
oración es escuchado por Dios.
Encuentro anterior
• Evaluá el compromiso del encuentro ante-
rior: 
 ¿Le contaste a Jesús una alegría y una tris-
teza del día, antes de acostarte?
 ¿ erminaste con la frase «¡Quédate con no-
sotros, Señor, y danos tu paz!»?
II. Nuestro camino
Encuentro familiar
• ¿Qué actividad realizaron en la catequesis 
con sus padres? ¿Qué fue lo que más les 
gustó? 
• Si realizaron la actividad sugerida en el Li-
bro de Padres: ¿Reconocieron momentos 
importantes de gozo, esperanza o triste-
zas y alegrías, que hayan vivido como fa-
milia? ¿Coincidieron en los sueños y espe-
ranzas para la familia? ¿Descubrieron algo 
como familia?
I. Acogida
 2
¡Conozcamonos más!
«¡Hola! ¿Cómo estás?»
• Los niños se toman de las manos, hacen 
un círculo y reciben un papelito. Uno de 
estos papeles trae marcada una «X», quien 
lo tenga pasará al centro del círculo y se le 
vendarán los ojos.
• En ese momento los jugadores del círcu-
lo comienzan a girar, despistando al chico 
vendado.
• Cuando el que está en el centro grita 
«Alto ahí» ¡todos se detienen!, entonces 
extiende su brazo y toca a un chico, que 
¡Vamos a encontrarnos con Jesús!
«Mirar a Dios con otros ojos», descubrien-
do su presencia en el amor, la generosidad, la 
alegría,la paz, etc. 
• La historia que sigue le ocurrió a un niño 
italiano llamado Andrés, quien en una oca-
sión visitó al Papa Benedicto XVI y podía 
hacerle la pregunta que quisiera.
• Los chicos abren su Libro en la página 18 
y uno de ellos lee en voz alta la pregunta 
que Andrés hizo al Papa:
 « i catequista, al prepararme para el día 
de mi primera Comunión, me dijo que Jesús 
está presente en la Eucaristía. Pero ¿cómo? 
Yo no lo veo». 
Se pregunta qué habrían respondido ellos a 
Andrés. 
Luego leé la respuesta del Papa Benedicto XVI.
debe decirle: «¡Hola! ¿Cómo estás?» Por la 
voz, el chico de los ojos vendados tendrá 
que adivinar quién habló. Si no adivina, 
tendrá que tocar a otro hasta que adivine 
quién es.
• Al terminar, el que tenía lo sojos vendados 
cuenta cómo adivino quién era el que esta-
ba al frente.
• Cierra la actividad diciendo: «Uno puede 
reconocer a alguien que no ve por los 
efectos de su voz, risa, pasos, etc.».
III. Aprendiendo a vivir en la fe
 apa Benedicto XVI: 
 «Sí, no lo vemos, pero 
hay muchas cosas que no vemos y que exis-
ten y son esenciales. Por ejemplo, no vemos 
nuestra mente y, sin embargo, podemos 
razonar. No vemos nuestra inteligencia y la 
tenemos. En una palabra, no vemos nuestra 
alma y, sin embargo, existe y vemos sus efec-
tos, porque podemos hablar, pensar, decidir, 
etc. Así tampoco vemos, por ejemplo, la co-
rriente eléctrica y, sin embargo, sabemos que 
existe, vemos cómo funciona este micrófono; 
vemos las luces.
En una palabra, precisamente las cosas más 
profundas, que sostienen realmente la vida y 
el mundo, no las vemos, pero podemos ver, 
sentir sus efectos. No vemos la electricidad, 
la corriente, pero vemos la luz. Y así sucesi-
vamente. Del mismo modo, tampoco vemos 
con nuestros ojos al Señor resucitado, pero 
vemos que donde está Jesús los hombres 
cambian, se hacen mejores. Se crea mayor 
capacidad de paz, de reconciliación.»
 
• Se comenta con los chicos el texto. 
• Luego se comparte con las siguientes pre-
guntas:
1) ¿ odas las cosas que existen se ven 
con los ojos? 
¡Jesús sale a nuestro encuentro por su alabra!
2) Las cosas que no se ven, por ejemplo 
el aire, ¿cómo lo percibimos? 
3) Si a Jesús Resucitado no lo vemos, 
¿cómo notamos su presencia?
En círculo, los chicos leen el relato que narra 
cómo los discípulos al comienzo no reconocen 
a Jesús, pero luego, al ver cómo actúa, tienen 
la certeza de que es Él. Deben fi jarse , especial-
mente, en las necesidades de los discípulos y qué 
hace Jesús para que lo «reconozcan». Pueden 
seguir la lectura del texto en la página 19 de 
su Libro. 
• Para que los chicos puedan compartir la 
lectura, se debe sortear los personajes, 
pero el catequista lee las palabras de Jesús.
Narrador 1: Al amanecer, se presentó 
Jesús en la orilla del lago, pero los dis-
cípulos no lo reconocieron. Entonces 
Él les preguntó:
Jesús: uchachos ¿tienen algo 
para comer? 
Discípulos: No. 
Narrador 2: Entonces Jesús les dijo:
Jesús: Echen la red al lado derecho de la barca 
y encontrarán peces.
Narrador 3: Ellos la echaron y la red 
se llenó de tal cantidad de peces que no 
podían moverla. Entonces el discípulo a quien 
Jesús tanto amaba le dijo a Pedro:
Juan: ¡Es el Señor!
Narrador 4: Al oír Simón Pedro que era el Señor, 
se puso la túnica y se lanzó al agua. Los otros dis-
cípulos llegaron a la orilla en la barca, arrastran-
do la red llena de peces. Al bajar a tierra, vieron 
que había fuego preparado, un pescado sobre 
las brasas y pan. 
Jesús: Traigan ahora alguno de los peces 
que acaban de pescar. 
Narrador 5: Simón Pedro subió a la barca 
y bajó a tierra la red llena de peces; en total 
eran 153 peces grandes. Y, a pesar de ser tan-
tos, la red no se rompió.
Jesús: Vengan a comer.
Narrador 6: Ninguno de los discípulos le 
dijo: «¿Quién eres?» Porque sabían muy bien 
que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan 
y los peces en sus manos y los repartió.
† Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 21,4-13:
 4
A TIVIDAD GRUPAL: 
• La actividad consiste en completar 
aquellos espacios que están vacíos, 
relacionados con:
- Palabras y acciones de Jesús. 
- Respuestas de los discípulos.
- Efectos de ambos. 
• El catequista extiende las hojas desorde-
nadas sobre una mesa o suelo. Los chicos 
deben elegir correctamente el lugar donde 
va cada respuesta.
 alabras y acciones 
de Jesús
Respuesta 
de los discípulos
Efectos
• (No hay.)
a)
• La red se llenó de peces.
• El discípulo que lo amaba lo 
 reconoció.
• Pedro oyó que era el Señor y se 
 tiró al agua.
c)
• La red no se rompió.
• Todos los discípulos reconocen 
 a Jesús.
f)
Se presentó.
Preguntó: 
¿Tienen algo para comer?
Les mandó: Tiren la red a 
la derecha de la barca.
Preparó el fuego, un pez
y el pan.
Pidió: Traigan ahora alguno de 
los peces que acaban de pescar.
Dijo: Vengan a comer.
Se acercó, tomó y repartió 
el pan y los peces.
• No lo reconocieron.
• Le respondieron que no.
• Ellos la tiraron.
b)
• Pedro subió a la barca y bajó la 
 red con 153 peces.
d)
e)
 5
RESPUESTAS:
a) Jesús planea cómo ayudarlos. 
b) Por fi n ven alimento cerca. 
c) Se abre el apetito de los discípulos. 
d) Los discípulos se sienten acogidos, Jesús 
conoce sus necesidades y es generoso con 
ellos. 
e) Se unen para estar con Jesús. 
f ) Los discípulos permanecen con Jesús.
Finalmente los niños responden oralmen-
te las siguientes preguntas, que resumen lo 
esencial del objetivo: 
1. ¿Qué acciones realizó Jesús para demostrar 
su presencia a los discípulos? 
2. ¿Cómo se dieron cuenta los discípulos de 
que Jesús estaba con ellos?
• Jesús Resucitado se hace presente 
en la vida diaria de sus discípulos. 
Se dirige a ellos con cariño: los llama 
«muchachos». Incluso cuando su tra-
bajo parece superar sus fuerzas, pla-
nea cómo ayudarlos: Él sugiere una 
idea y los discípulos con confi

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