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l Señor sale a nuestro encuentro libro d l cat quista d niños rquidiócesis de ahía lanca ítulo de la obra: El Señor sale a nuestro encuentro • Guía del catequista de niños • 1 ISBN 978-987-1931-22-4 SEGUNDA REIMPRESIÓN © 2012, INPAS © 2012, PPC Argentina S.A. Puede imprimirse Monseñor Guillermo José Garlatti Arzobispo de la Arquidiócesis de Bahía Blanca 11 de Marzo de 2013 C Cono Sur Av. Callao 410 piso 2 C1022AAR | Ciudad Autónoma de Buenos Aires • República Argentina t: +54 11 4000.0400 / f: +54 11 4000.0429 www.ppc-editorial.com.ar e-mail de contacto: ventas@ppc-editorial.com.ar Queda hecho el depósito que marca la Ley 11723. Impreso en Imprenta Nexo, abaré 2744, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina Libro de edición argentina - ade in Argentina Impreso en Argentina / Printed in Argentina No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier otro medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright. Empresa asociada a la Cámara Argentina del Libro resentación on gran satisfacción y fuerte esperanza presento a nuestra Arquidiócesis de Bahía Blanca la implementa- ción del programa catequístico l Señor sale a nuestro encuentro. Se trata de un proyecto de catequesis fami- liar de iniciación a la vida eucarística, propuesta en dos etapas, constituida por ocho libros en total (libro de los niños, libro del catequista de niños; libro de los padres y libro del catequista de los padres, para cada etapa) y en- riquecida por una gran cantidad de recursos y contactos a través de internet e instancias formativas permanentes de distinto tipo. on ello estaremos dando un paso importante en el camino trazado por los pastores reunidos en la Vª on- ferencia General del Episcopado Latinoamericano y del aribe en Aparecida. Allí se señala que Se impone la tarea irrenunciable de ofrecer una modalidad operativa de iniciación cristiana que, además de marcar el qué, dé tam- bién elementos para el quién, el cómo y el dónde se realiza. Así, asumiremos el desafío de una nueva evangelización, a la que hemos sido reiteradamente convocados» (287). atequesis y nueva evangelización: éstos son los ejes y desafíos. Tenemos entre manos una posibilidad de evangelizar que, como respuesta a los nuevos tiem- pos y en sintonía con la enseñanza de los Pastores, se propone como objetivo general “desarrollar una Ca- tequesis de Iniciación a la Vida Eucarística en la que la familia viva un proceso de encuentro y de amistad con Jesucristo, en el que reconozca la invitación que Él nos hace a la conversión y a vivir en la Iglesia el discipu- lado y la misión” (ibd). Al respecto la Exhortación Apostólica Verbum do- mini señala que “un momento importante de la anima- ción pastoral de la Iglesia en el que se puede redescubrir adecuadamente el puesto central de la Palabra de Dios es la catequesis, que, en sus diversas formas y fases, ha de acompañar siempre al Pueblo de Dios” (74). En línea con lo propuesto en la Catechesi tradendae, “la acción catequética de la familia tiene un carácter pe- culiar y —en cierto sentido— insustituible”, algo que ha sido subrayado con razón por la Iglesia, especial- mente por el oncilio Vaticano II. “Esta educación en la fe, impartida por los padres —que debe comenzar desde la más tierna edad de los niños— se realiza ya cuando los miembros de la familia se ayudan unos a otros a crecer en la fe por medio de su testimonio de vida cristiana, a menudo silencioso, mas perseverante a lo largo de una existencia cotidiana vivida según el Evangelio” (68). La catequesis familiar, en efecto, precede, acompaña y enriquece toda otra forma de catequesis. Y no pocas ve- ces la “iglesia doméstica” es el único ámbito en donde los niños pueden recibir una auténtica catequesis. A propósito de la importancia de la “calidad” de la catequesis para la nueva evangelización y el desarrollo armónico de la vida de la fe, la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi pone de manifi esto que “el esfuer- zo de evangelización será grandemente provechoso … si los catequistas disponen de textos apropiados, puestos al día sabia y competentemente, bajo la autoridad de los obispos. Los métodos deberán ser adaptados a la edad, a la cultura, a la capacidad de las personas, tratando de fi jar siempre en la memoria, la in- teligencia y el corazón las verdades esenciales que debe- rán impregnar la vida entera” (44). 4 Afortunadamente, l Señor sale a nuestro en- cuentro constituye un proyecto catequístico muy rico y probado, vivo, potente, fundado en la experiencia de comunidades en permanente actitud crítica y renovación metodológica, sensible a los cambios socioculturales, y atenta a los signos de los tiempos. Un proyecto que cuen- ta ya con cincuenta años de historia. “Ante todo, es menester preparar buenos catequistas”, afi rma la Evangelii Nuntiandi; catequistas parroquiales, instructores y padres, deseosos de perfeccionarse en este “arte superior, indispensable y exigente que es la en- señanza religiosa” (ibd). on enorme alegría pongo en manos de los cate- quistas, padres de familia y agentes de pastoral este atecismo, dirigido principalmente a la Arquidiócesis de Bahía Blanca, pero ofrecido también como un servi- cio a quienes estén dispuestos a asumir el compromiso de hacer realidad el mandato Jesús: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia” (Mc. 16,15). + Monseñor Guillermo José Garlatti Arzobispo de Bahía Blanca 5 INTRODUCCIÓN A LA CATEQUESIS FAMILIAR DE INICIACIÓN A LA VIDA EUCARÍSTICA «EL SEÑOR SALE A NUESTRO ENCUENTRO» La elaboración de este nuevo texto re- presenta un paso importante en el caminar de la Catequesis. Hay en él una nueva propuesta de con- tenidos y metodología, y signifi ca además una reno- vación del proceso formativo de los catequistas. En su confección hemos tenido presente los logros que a lo largo de más de cuarenta años nos ha brindado la Catequesis Familiar y, al mismo tiempo, hemos in- corporado los aportes que la ciencia catequética, la refl exión pastoral y los propios catequistas nos han hecho últimamente. Ha sido un camino recorrido con el impulso del Espíritu Santo y el trabajo abne- gado y silencioso de sacerdotes, religiosas y laicos. Por eso, la presentación del texto del Pri- mer Año se abre con una breve reseña escrita desde la gratitud de lo que ha sido este proceso renovador. I. La Renovación de la Catequesis Familiar de Iniciación a la Vida Eucarística Desde sus inicios, hacia el año 1968, la Ca- tequesis Familiar ha sido un verdadero regalo del Es- píritu para nuestra Iglesia, que ha ido construyendo un camino cuya principal riqueza ha sido llevar el Evangelio al corazón de las familias, involucrándolas como agentes de evangelización. Este trabajo surgió en respuesta a la invitación que hiciera el Concilio Va- ticano II de reconocer la misión de los padres como los primeros educadores de la fe de sus hijos. Con el paso de los años, la Catequesis se fue transformando en un efi caz instrumento de evangelización de los adultos, ayudando incluso a que muchos de ellos regularizaran su situación sacramental dentro de la comunidad eclesial. Al mismo tiempo, comenzó a es- timular la Creación o el fortalecimiento de las comu- nidades parroquiales y educativas en cada diócesis. De esta manera, la naciente Catequesis Fa- miliar se fue fortaleciendo y transformando en uno de los espacios donde los laicos, poco a poco, fue- ron aprendiendo a reconocer su identidad cristiana, su responsabilidad eclesial y su misión en la socie- dad. Muchos de ellos escucharon en este espacio la voz del Señor para servir de un modo particular en la vida de la Iglesia como Agentes Pastorales y, en numerosos casos, como Diáconos permanentes. La experiencia evangelizadorade la Catequesis ha estimulado también el surgimiento de las pequeñas comunidades cristianas de base (CCB), como lugar donde laicos y consagrados comparten la vida a la luz de la Palabra de Dios, y ha ayudado a una signi- fi cativa iniciación en la vida litúrgica y sacramental de la Iglesia, particularmente del sacramento de la Eucaristía y de la Reconciliación. Después de cuatro décadas, los textos usados, su metodología y los procesos formativos diseñados para los catequistas, necesitaban adap- tarse a los nuevos cambios culturales y religiosos. El cambio de época que estamos viviendo exigía una puesta al día de este proceso evangelizador. En particular, se percibían diferencias entre la teoría catequética (el ideal planteado por los textos) y la práctica catequística (la realidad) que era necesario corregir. Por ejemplo, era común ver que numerosas familias pasaban por la Catequesis Familiar pero no permanecían vinculadas a la vida de la Iglesia en sus expresiones más fundamentales como la participa- ción en la Eucaristía dominical y la vida comunitaria. Por otro lado, era necesario incluir los nue- vos aportes que emanaban de la ciencia catequética y el desarrollo de la vida pastoral de la Iglesia. Efec- tivamente, en los últimos años, el Magisterio de la Iglesia ha ido puntualizando y desarrollando el ser y quehacer de la Catequesis en ricos y variados do- cumentos. Era necesario entonces integrar estas enseñanzas en los instrumentos catequísticos con- cretos, como se ha hecho efectivamente en los nue- vos textos. Otro desarrollo importante lo han tenido las corrientes pedagógicas. La Catequesis no podía desconocer estos avances sin quedar al margen de toda esta riqueza educativa. El éxito de esta tarea evangelizadora nos sitúa frente a la dimensión misteriosa de la acción de Jesucristo en el corazón de cada padre, madre, niño. Sólo Él puede salir al encuentro de las per- sonas, iluminarlas con su Palabra y hacer arder sus corazones. Sin embargo, ha sido el propio Jesús 6 quien nos ha llamado a servirlo en la Cateque- sis. Por ello, implementar este proceso renovado necesitará del trabajo comprometido de todos y cada uno, poniendo al servicio nuestros dones y animándonos a realizar itinerarios formativos que nos entreguen los elementos necesarios de desarrollo humano, teológico, pedagógico y catequético, para realizar con efi cacia esta tarea. No obstante, todo esto puede ser un esfuerzo inútil si no va acompañado del testimonio per- sonal como discípulos misioneros del Señor. Hoy más que nunca se hace necesario este testimo- nio cristiano, capaz de dar fe de que Cristo está vivo y puede dar vida plena a todo aquel que se encuentre con Él y se anime a seguirlo. II. Los principales aportes de la Catequesis Familiar de Iniciación a la Vida Eucarística “El Señor sale a nuestro encuentro” En la V Conferencia General del Episco- pado Latinoamericano y del Caribe, los pastores hicieron importantes aportes al desarrollo de la Catequesis. Algunas de sus inspiraciones están en la base de la presente renovación: «Se impone la tarea irrenunciable de ofre- cer una modalidad operativa de iniciación cristiana que, además de marcar el qué, dé también elementos para el quién, el cómo y el dónde se realiza. Así, asu- miremos el desafío de una nueva evangelización, a la que hemos sido reiteradamente convocados» (Docu- mento de Aparecida, 287). Como respuesta a los nuevos tiempos y en sintonía con la enseñanza de los Pastores, la Catequesis Familiar de Iniciación a la Vida Eucarís- tica se propone como objetivo general: «Desarrollar una Catequesis de Iniciación a la Vida Eucarística en el que la familia viva un proceso de encuentro y de amistad con Jesucristo, en el que re- conozca la invitación que Él nos hace a la conversión y a vivir en la Iglesia el discipulado y la misión». Diversos son los factores que contribu- yen a lograr este gran objetivo. A continuación destacamos aquellos que son centrales en este proceso de renovación. 1. Los nuevos textos se fundamentan en una catequesis al servicio de la “iniciación” a la vida cristiana. Es decir centrada en: El anuncio de las verdades esenciales de la fe. Su relación con los Sacramentos del Bautismo y de la onfi r- mación. El aprendizaje gradual en el conocimiento y seguimiento de Jesucristo. 2. Este camino de iniciación a la vida eucarística tiene pre- sente las tareas fundamentales de la catequesis: conocer, celebrar, vivir y contemplar el misterio de risto para la familia. 3. El proceso incorpora los elementos pedagógicos funda- mentales de la catequesis de la infancia: onformación de la identidad cristiana. Valoración de la experiencia de la infancia. Utilización de una metodología inductiva y experiencial. onsideración de una guía psicopedagógica religiosa. 4. Incorpora criterios y contenidos teológico-pastorales que son fundamentales. El Kerygma: El texto de la atequesis Familiar incorpora la dimensión Kerygmática, o del primer anuncio, como un contenido presente en la primera etapa del proceso llamada: “Jesús sale a nuestro encuentro”. Cristológico: La persona de Jesucristo, el encuentro con Él y su llamado a vivir en su seguimiento, están presentes en todo el camino de la atequesis Familiar de Iniciación a la Vida Eucarística. Bíblico: Precisamente porque es una catequesis ristológica, el texto bíblico es central e inspirador de la refl exión catequísti- ca. Está presente en todos los encuentros y es acogido en cada uno de ellos siguiendo los pasos de la Lectio Divina. Testimonial: Los nuevos Libros catequísticos incorporan textos de la vida de los Padres de la Iglesia, santos y maestros de la vida cristiana, que ayudan a que los contenidos de la fe sean confi rmados por la experiencia de la misma vida de la Iglesia a lo largo de los siglos. Comunitario: El proceso está intencionado para que la fa- milia se incorpore y participe en la vida de la Iglesia. Para lograr este propósito le pide un encuentro catequístico sema- nal, la estimula para constituirse como comunidad de vida cristiana, pero sobre todo, la mueve a participar del mayor y más importante encuentro semanal en la vida de una familia cristiana, la celebración de la Eucaristía dominical. Misionero: Durante la catequesis los padres recibirán los medios concretos para evangelizar a sus hijos. Por eso cada 7 encuentro propicia momentos apostólicos explícitos para que la familia, que viva este proceso catequístico, descubra que la fe se fortalece dándola. Litúrgico: El acompañamiento celebrativo está presentado a través de las unidades: “ elebrando la vida” y la celebración del año litúrgico. En ellas las familias no sólo realizarán una oración, sino que se les enseñará a orar. Queremos que este momento se convierta en una auténtica escuela de oración. Por otra parte, no queremos que la vivencia del año litúrgico corra paralela al desarrollo de los encuentros catequísticos, sino que se encuentre plenamente integrada. Para lograr esto, se ofrecen materiales de apoyo que permitan preparar adecua- damente las celebraciones de la vida litúrgica de la Iglesia, en sintonía con el camino que van recorriendo padres e hijos(as). Eucarístico: Todos los encuentros hacen relación explicita al Sacramento de la Eucaristía y a la vida sacramental de la Iglesia. La presente catequesis tiene especial interés tanto en los contenidos como en la metodología, en conducir a las familias a una participación cada vez más consciente, activa y fructuosa del Sacramento de la Eucaristía. Por otra parte, esta misma catequesis procurará asumir, acompañar y orientar la situación de personas que no han recibido los sacramentos de la iniciación y tampoco el Sacramento del Matrimonio. De esta manera, actuará como una auténtica atequesis para adultos, la que deberá ser complementada con catequesis específi cas y el seguimiento de los pastores.Mariano: El presente programa catequístico asume la acti- tud de la Virgen María de ser auténtica memoria de la Iglesia. Ella ha sido la primera en enseñarnos a guardar y a meditar la obra de su Hijo en el corazón. Por eso en cada encuentro habrá un momento donde ella nos enseñará a guardar en la mente y en el corazón la enseñanza que brota del encuentro con Jesús y que la Iglesia confi rma. Solidario: El texto catequístico procura acoger a familias en situa- ción de necesidad material y espiritual. Tanto en su lenguaje, hechos de vida, textos escogidos, proceso pedagógico, quiere ser un medio al alcance de todas las familias católicas, especialmente las más ne- cesitadas. Junto a lo anterior, las dimensiones de la caridad y de la solidaridad están presentes en el desarrollo temático y en las dife- rentes propuestas de servicio a los más necesitados de la sociedad. Piedad Popular: El texto y el proceso formativo buscan dar a conocer, valorar, asumir y purifi car la religiosidad Popular como una de las mayores riquezas del pueblo cristiano. Esto lo hará a través de los subsidios litúrgicos que ofrecerá el proyecto. Incorporación de las Nuevas Tecnologías: Este proceso de renovación no estaría completo si no se pusiera al día aco- giendo los aportes de las Nuevas Tecnologías de la Información y las omunicaciones. Estas herramientas son hoy un apoyo para Padres, Niños y atequistas, tanto a nivel de contenidos, como de recursos metodológicos. 5. Involucra a los padres de familia como protagonistas en la trasmisión de la fe a sus hijos. Los textos catequísticos “Al encuentro del Dios vivo” dieron un gran paso al incorporar a la familia dentro de su opción evangelizadora. En efecto, la novedad aportada consistía en proponer la trasmisión de la fe en familia a través de alguna actividad o diálogo entre padres e hijos. En la nueva propues- ta, “El Señor sale a nuestro encuentro”, queremos fortalecer al máximo este momento de la trasmisión de la fe de padres a hijos y también de los hijos hacia sus padres. Para lograr este objetivo, el momento de la “ atequesis Fami- liar” se encuentra sugerido expresamente en el texto de los catequistas de padres y de niños, en sintonía con los objetivos de los encuentros de niños, de modo que entregue, tanto a los padres como a los niños, las herramientas que permitan la trasmisión efectiva de la fe de acuerdo al desarrollo de cada encuentro. 6. El presente texto catequístico cuenta con una metodolo- gía que se fundamenta en una visión de la pastoral mira- da desde cuatro puntos de vista. Ésta se desprende de la misión de Jesús el Buen Pastor y del testimonio de la primera comuni- dad cristiana. De esta manera cada encuentro presenta la aplicación de un modelo catequético que trasmi- te la fe desde cuatro aspectos que se complemen- tan y refuerzan entre sí: el anuncio de la fe, la vi- vencia litúrgica, el servicio a la comunidad y la vivencia del amor fraterno. Ejerce un Sacerdocio Santo Sirve a la comunidad Anuncia la Fe Vive el amor fraterno Sirve a la cción Pastoral de la I gles ia Estas cuatro dimensiones se expresan en el texto catequístico como: ANUN IAR, OMPARTIR, SERVIR Y ELEBRAR. 8 7. La atequesis Familiar de Iniciación a la Vida Eucarística está construida sobre un proceso atecumenal. El presente camino catequístico ha toma- do al catecumenado como opción formativa para la familia, de este modo quiere ayudarla a ir desde los estados iniciales del encuentro con Cristo hasta una mayor participación y compromiso con el Se- ñor y la vida de la Iglesia. oda catequesis de iniciación, como es el caso de “El Señor sale a nuestro encuentro”, re- quiere ir dando pasos y cumpliendo etapas. Nadie logra todo de un momento para otro. Nuestra vida es un proceso donde vamos creciendo y maduran- do paso a paso. La Iglesia, a partir del siglo II, usó el catecumenado como un camino pedagógico para iniciar en la fe a los adultos que deseaban conver- tirse al cristianismo. El presente camino ha tomado algunos de esos elementos adaptándolos a la fami- lia que desea catequizar a sus hijos hoy día. Es muy importante el sentido que tiene plantear la Catequesis Familiar en clave catecumenal. El catecumenado ante todo representa el rescate de valores educativos fundamentales para cualquier iti- nerario cristiano como son: la seriedad de la opción cristiana elegida, que se hace con la responsabili- dad y el compromiso pedidos por la Iglesia. De ahí el sentido de las celebraciones y las entregas que se realizarán en el proceso del camino catequético que van cerrando y abriendo pasos, de manera que las familias vayan creciendo en su adhesión a Cristo y a la vida de la Iglesia. El hecho de que el presente programa sea catecumenal, explica la duración del camino de inte- riorización en la fe programado para dos años, lo que permite que las familias comprendan que los cristia- nos se construyen en un compromiso progresivo que requiere tiempo para la maduración de la fe. El siguiente esquema, resume las etapas del primer catecumenado adaptadas a la Catequesis. Plantear la Catequesis Familiar de Inicia- ción a la Vida Eucarística en clave catecumenal sig- nifi ca rescatar valores educativos fundamentales en cualquier itinerario cristiano como son: El valor de la seriedad de la opción cristiana, que se hace con responsabilidad y compromiso comprobados por la Iglesia en forma rigurosa . El valor de la duración del camino de interiorización de la fe, que permite comprender que los cristianos se construyen en un compromiso progresivo que requiere tiempo. El valor de las actitudes y comportamientos en el proceso del crecimiento, donde las celebraciones sacramentales son fuente y estímulo de las mismas. El convencimiento vital de la persona catequizada implica el seguimiento irrestricto a Jesús. 9 El valor de la globalidad en la propuesta educativa, que in- tegra el conocimiento del misterio de risto, la celebración de la fe, la experiencia comunitaria y el ejercicio del compromiso cristiano en el mundo. Primera celebración: Bienvenida y Acogida Primera unidad: «Dios sale a nuestro encuentro en su Hijo Jesucristo». Jesús resucitado sale a nuestro encuentro Jesús comparte nuestras alegrías y tristezas Jesús nos conoce y está con nosotros Segunda unidad: Jesucristo comparte nuestro camino Tercera unidad: Jesucristo da cumplimiento a la obra salvadora de Dios Segunda celebración: Entrega de la Palabra de Dios Cuarta unidad: l Padre envía a su hijo Tercera celebración: Entrega del Padre nuestro Quinta unidad: Jesús proclama el Reino de Dios Cuarta celebración: Elección y llamado Sexta unidad: Jesús nos llama a la conversión Retiro Quinta celebración: Liturgia penitencial Jesús nos invita a caminar con Él Dios nos creó para la comunión La Palabra se hizo carne en María de Nazaret Jesús nos enseña palabras de vida La pérdida de la amistad con Dios Jesús nos invita a reconocerlo en la vida de nuestra familia Jesús nos invita a compartir la fe con nuestros hijos Dios nos libera de toda esclavitud Dios nos invita a una alianza de amor El nacimiento de Jesús Jesús, enviado del Padre, vive en el Espíritu Los signos de la vida nueva Jesús nos llama amigos Jesús acoge a los pecadores Jesús nos invita a recibir el perdón Primer año: «Dios sale a nuestro encuentro en su Hijo Jesucristo.» II ETAPA Jesús nos invita a vivir en su amistad.» atecumenado: Familias en amino Primera unidad: «Dios sale a nuestro encuentro en su Hijo Jesucristo». Jesús resucitado sale a nuestro encuentro Jesús comparte nuestras alegrías y tristezas Jesús nos conoce y está con nosotros Segunda unidad: Jesucristo comparte nuestro camino Tercera unidad: Jesucristo da cumplimiento a la obra salvadora de Dios Cuarta unidad: l Padre envía a su hijo Quinta unidad: Jesús proclama el Reino de Dios Sexta unidad: Jesús nos llama a la conversión Jesús nosinvita a caminar con Él Dios nos creó para la comunión La Palabra se hizo carne en María de Nazaret Jesús nos enseña palabras de vida La pérdida de la amistad con Dios Jesús nos invita a reconocerlo en la vida de nuestra familia Jesús nos invita a compartir la fe con nuestros hijos Dios nos libera de toda esclavitud Dios nos invita a una alianza de amor El nacimiento de Jesús Jesús, enviado del Padre, vive en el Espíritu Los signos de la vida nueva Jesús nos llama amigos Jesús acoge a los pecadores Jesús nos invita a recibir el perdón Primera celebración: Bienvenida y Acogida Segunda celebración: Entrega de la Palabra de Dios Tercera celebración: Entrega del Padre nuestro Cuarta celebración: Elección y llamado Retiro Jesús, enviado del Padre, vive en el Espíritu Jesús nos enseña palabras de vida Los signos de la vida nueva Jesús nos llama amigos La pérdida de la amistad con Dios Jesús acoge a los pecadores Jesús nos invita a recibir el perdón Quinta celebración: Liturgia penitencial Primera celebración: Bienvenida y Acogida Primera unidad: «Dios sale a nuestro encuentro en su Hijo Jesucristo». Jesús resucitado sale a nuestro encuentro Jesús comparte nuestras alegrías y tristezas Jesús nos conoce y está con nosotros Segunda unidad: Jesucristo comparte nuestro camino Tercera unidad: Jesucristo da cumplimiento a la obra salvadora de Dios Segunda celebración: Entrega de la Palabra de Dios Cuarta unidad: l Padre envía a su hijo Tercera celebración: Entrega del Padre nuestro Quinta unidad: Jesús proclama el Reino de Dios Cuarta celebración: Elección y llamado Sexta unidad: Jesús nos llama a la conversión Retiro Quinta celebración: Liturgia penitencial Jesús nos invita a caminar con Él Dios nos creó para la comunión La Palabra se hizo carne en María de Nazaret Jesús nos enseña palabras de vida La pérdida de la amistad con Dios Jesús nos invita a reconocerlo en la vida de nuestra familia Jesús nos invita a compartir la fe con nuestros hijos Dios nos libera de toda esclavitud Dios nos invita a una alianza de amor El nacimiento de Jesús Jesús, enviado del Padre, vive en el Espíritu Los signos de la vida nueva Jesús nos llama amigos Jesús acoge a los pecadores Jesús nos invita a recibir el perdón Primer año: «Dios sale a nuestro encuentro en su Hijo Jesucristo.» Primer año: «Dios sale a nuestro encuentro en su Hijo Jesucristo.» Primer año: «Dios sale a nuestro encuentro en su Hijo Jesucristo.» I ETAPA Jesús sale a nuestro encuentro.» Precatecumenado: Familias en Búsqueda II ETAPA Jesús nos invita a vivir Jesús nos invita a vivir en su amistad.» atecumenado: Familias en aminoFamilias en amino II ETAPA Jesús nos invita a vivir en su amistad.» atecumenado: Familias en amino IV. El Retiro del Primer Año En este proceso de Catequesis Familiar queremos que Padres e hijos vayan experimentan- do el amor de Dios y que puedan entonces mirar sus vidas con confi anza para descubrir en ella tanto lo que nos acerca a Dios y a los demás, como aquello que nos separa de Él y de nuestros hermanos. Por eso, este proceso catequístico los invita a retirarse de las ocupaciones cotidianas, para ponerse en la presencia del Señor, mirar sus vidas con verdad y disponerse a recibir el perdón de Dios que nos hace verdaderamente libres. El Retiro está programado para realizarse al terminar la Sexta Unidad, «Jesús nos llama a la conversión», y antes de la Quinta Celebración. En él queremos que «Padres e hijos experimenten el amor y la misericordia de Dios, que sale a nuestro encuentro, nos perdona y renueva su amistad con nosotros». En este ambiente de retiro y oración, pa- dres e hijos profundizan el tema que se ha ido re- fl exionando durante la Sexta Unidad; por ello suge- rimos utilizar los textos bíblicos de esos encuentros: • Lc 15,11-24: Parábola de los dos hermanos y el Padre misericordioso. • Lc 19,1-11: Zaqueo. • Lc 16,16-31: Parábola del rico y el pobre Lázaro. El valor de la comunidad, en cuanto es toda la comunidad eclesial la que educa en el cumplimiento de su misión pasto- ral, y en cuanto es el catecumenado quien procura integrar al cristiano a la comunidad eclesial. Sólo en una perspectiva catecumenal la catequesis es una iniciación a la vida cristiana total y por lo mismo, a la vida de la Iglesia. III. El Itinerario del Primer Año de la Catequesis Familiar de Iniciación a la Vida Eucarística 10 V. La Metodología del Encuentro La estructura que presentan los encuen- tros en el texto es la resultante de una opción ca- tequética y pedagógica que se expresa en cuatro momentos: Acogida, Nuestro camino, Aprendiendo a vivir en la fe y Celebrando nuestro encuentro con Jesús. Con la Acogida se quiere favorecer un am- biente fraterno y de conocimiento mutuo. En los primeros encuentros se presentan incluso algunas dinámicas de conocimiento y de recreación para ir generando los primeros rasgos de una comunidad fraterna. Con Nuestro camino se quiere compartir la experiencia que se va viviendo en el camino de ini- ciación cristiana y, de modo especial, compartir el encuentro de Catequesis que los padres han vivido en sus hogares. En este momento, además, y como un paso más en el proceso, el catequista presentará el objetivo de cada encuentro. El momento Aprendiendo a vivir en la fe constituye el corazón del encuentro. Es el momento para compartir la vida de los niños e iluminarla con la Palabra de Dios. Siguiendo los pasos de la Lectura Orante de la Palabra (Lectio Divina), este momento nos ofrece el texto bíblico apoyado por las imágenes de historietas y de algunas preguntas para comprender el texto. Luego nos propone actividades para aplicar a nuestra vida de hoy la Palabra de Dios. Con esto se realizan los dos primeros pasos de la Lectio. Habiéndonos encontrado con Jesús, entramos al cuarto momento: Celebramos nuestro encuentro con Jesús. En un clima orante y contemplativo (tercer y cuarto pasos de la Lectio), compartimos aquello que nos ha quedado resonando en el corazón y nos animamos a realizar algunas actividades durante la semana para caminar con Jesús. erminamos el encuentro con una oración de acción de gracias a Jesús, invitándonos a vivir lo que hemos descubierto (Actuar). 11 CELEBRACIÓN DE BIENVENIDA Y ACOGIDA I. PREPARANDO LA CELEBRACIÓN BJETIV «Acoger en el Señor a todos quienes iniciaremos este proceso de Catequesis Familiar de Iniciación a la Vida Eucarística». MATERIALES Una manta o poncho o un mantel de color vivo. Un cartel grande (pueden ser dos o cuatro pliegos pegados, según el tamaño del pliego), que diga en letras grandes y de colores: «BIENVENIDOS AL AMINO DE ATEQUESIS FAMILIAR». Un vela grande (puede ser el cirio pascual). Una vela para cada familia. Fósforos. Los Libros para las familias. Una HOJA de la celebración con los siguientes conteni- dos: anto 1: JUNTOS OMO HERMANOS. anto 2: ESTA ES LA LUZ DE RISTO. ompromiso: - Párroco: Papás y Mamás, ¿quieren comprometerse hoy a educar a sus hijos según la ley de risto y de la Iglesia? - Papás y Mamás: Sí, queremos. - Párroco: ¿Quieren esforzarse en hacer crecer su propia formación cristiana, con disponibilidad y responsabili- dad, durante este camino catequístico? - Papás y Mamás: Sí, queremos. - Párroco: ¿Quieren acompañar con paciencia y cariño a sus hijos e hijas en su camino de preparación a la vida eucarística? - Papás y Mamás: Sí, queremos. anto 3: SANTA MARÍA DEL AMINO. AMBIENTACIÓN Conviene hacer esta primera celebración en la ca- pilla o iglesia, no en un salón. El lugar se ambienta de la siguiente manera: Si es posible, disponer las bancas de forma comunitaria, en un semicírculo. Adelante, en el suelo, la manta o poncho o un mantel de color vivo y sobre él una vela grande de color (o el cirio pascual de la comunidad), o vela para cada familia (todos apagados). olgado en un lugar bien visible,el cartel de bienvenida. En otro lugar o mesa cercana, tener preparados los Libros de la catequesis familiar que serán entregados a cada familia. En el interior del Libro de los padres está, plegado, el altar familiar. La celebración es presidida, idealmente, por el párroco, y guiada por un catequista. Si no puede estar el párroco, la preside un diácono permanente o un catequista. II. DESARROLLO DE LA CELEBRACIÓN SALUDO Guía: Buenas tardes (o Buenos días/ noches, según la hora), hermanos y hermanas. Bienvenidos al primer encuentro de catequesis, que hacemos en este lugar de oración y de celebración de la fe. Por favor, tomen su hoja y cantemos para comenzar el canto «Juntos como hermanos». Se canta el canto de la Hoja. El guía está atento para motivar a cantar con más fuerza si las voces fuesen muy débiles. Sacerdote: En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. R: Amén 12 Gracias, papás y mamás, por haber aceptado la invi- tación a realizar junto con sus hijos e hijas este camino de catequesis. ¡Bienvenidos a esta comunidad que los acoge con afecto! Hoy es un día como tantos, pero lo que estamos inician- do puede ser también el comienzo de una nueva etapa en la fe de ustedes como familias. Ustedes, papás y mamás, se comprometieron, hace años, cuando bautizaron a sus hijos, a educarlos en la fe. Hoy inician un proceso decisivo para cumplir ese compromiso. Nuestro Dios, que es bueno y misericordioso, nos está siempre invitando a reconocerlo como Señor de nues- tra vida, y a trabajar por ese mundo bueno que hay en su corazón. Y su Espíritu Santo nos acompaña cada día de nuestra vida y nos regala fuerza y alegría. Por eso co- menzamos este camino con una celebración. Si vamos a caminar juntos, tenemos que conocernos. Por eso ahora nos vamos a presentar. Yo soy el Padre N. (se presenta). Que cada familia presente a su hijo o hija, diciendo primero el nombre del papá y la mamá, y luego el del niño o niña. Luego lo harán los catequistas. ada papá y mamá dice su nombre (el guía está atento a pedirles que hablen de modo que todos escuchen bien los nombres), y presentan a su hijo o hija. Luego lo hacen los/as catequistas. Guía: El cirio que hay en esta mesa es un símbolo de Je- sucristo. Él es la luz del mundo y de todos los seres humanos. Mientras encendemos el cirio cantemos y acompañemos el canto con nuestras palmas. Un papá o una mamá enciende el cirio grande mientras se canta «Esta es la luz de risto, yo la haré brillar» (u otro canto adecuado al signo de la luz). ALABRA DE DIOS Guía: La Palabra de Dios nos va a acompañar durante todo el camino de la Catequesis Familiar. Desde hoy que- remos escucharla siempre con atención. Dios se di- rige a cada uno de nosotros, como personas y como familias, para iluminar nuestra vida con su Palabra. Lector/a: Del Evangelio de san Mateo (Mt 18, 19-20): «Dijo Jesús a sus discípulos: Si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir cualquier cosa, mi Padre del cielo se la concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, yo estoy allí, en medio de ellos». Esta es la Palabra del Señor. Todos: Gloria a ti, Señor Jesús. Luego, el párroco o quien preside la celebración puede hacer un muy breve comentario del texto. Puede explicar que «dos o tres» no hay que entenderlo estrictamente, sino que signifi ca: donde hay un grupo, aunque sea pequeño, reunido en el nombre de Jesucristo, allí está Él, presente en medio de ellos. Al terminar dice: Sacerdote: Vamos a agradecer a Jesús porque Él está aquí, en medio de nosotros, y quiere acompañarnos a lo largo del camino de la catequesis familiar. Digamos juntos: «Gracias, Señor Jesús, porque estás aquí y quieres quedarte con nosotros». Todos: Gracias, Señor Jesús, porque estás aquí y quieres quedarte con nosotros. SIGNO DE LOS LIBROS Guía: En la mesa está el cirio y los Libros que vamos a usar. Así como el cirio, que simboliza a Cristo, ilumina y alegra nuestra vida, así también estos Libros, que ahora van a recibir cada familia, serán como una luz que guía el proceso para llegar bien a la meta. Den- tro del Libro de los padres hay algo muy importan- te. Estará colocado en todas las casas de ustedes en un lugar visible. Es un Altar Familiar con la imagen de María, José y el Niño Jesús. Es la Sagrada Familia, que nos acompañará con su presencia y su ejemplo en nuestro camino de catequesis. Ahora cada familia recibirá un cirio pequeño (una vela), que encenderá en el cirio grande, y los Libros para el camino de catequesis con su altar familiar, que los papás y mamás van a abrir cuando vuelvan a sus asientos. El párroco o quien preside llama a las familias una a una; se acercan papá, mamá e hijo/a, y un catequista les entrega los Libros a los padres y el cirio pequeño al niño o niña, quien lo enciende en el cirio grande. Luego se van a su lugar y se sientan sin apagar el cirio. Los papás y mamás sacan el altar familiar del Libro, lo abren y lo mantienen abierto sobre sus rodillas. uando pasa la última familia se canta una vez más «Esta es la luz de risto» u otro canto adecuado. 1 Sacerdote: Invito ahora a los papás y mamás a renovar su com- promiso de crecer en su fe y de formar a sus hijos en ella. Por favor, pónganse de pie, tomen de la mano a sus hijos y respondan con voz clara a las preguntas que voy a hacer. Las tienen en su hoja. Espera a que todos tengan la Hoja en la mano y pregunta: Papás y mamás, ¿quieren comprometerse hoy a educar a sus hijos según la ley de risto y de la Iglesia? Papás y Mamás: Sí, queremos. Sacerdote: ¿Quieren esforzarse en hacer crecer su propia formación cristia- na, con disponibilidad y responsabilidad, durante este camino catequístico? Papás y Mamás: Sí, queremos. Sacerdote: ¿Quieren acompañar con paciencia y cariño a sus hijos e hijas en su camino de preparación a la vida eucarística? Papás y Mamás: Sí, queremos. Guía: Ahora que tenemos en nuestras manos los Libros que nos van a acompañar en el camino de la cate- quesis familiar, la Sagrada Familia y los cirios (velas) que iluminarán este camino, le decimos al Padre Dios con un corazón agradecido: Todos: Padre nuestro, que estás en el cielo, santifi cado sea tu Nombre. Venga a nosotros tu Reino. Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. ENVÍO DE LOS CATEQUISTAS Guía: Chicos y papás, por favor, guarden sus altares fami- liares y apaguen las velas. Los catequistas van a acompañar durante todo este tiempo a las familias aquí reunidas. Por eso, le vamos a pedir al pastor de nuestra comunidad, el Padre N., que los envíe en su misión e invoque la bendición del Señor sobre ellos/as. Pongámonos de pie. El párroco va llamando a los catequistas, uno a uno, por su nombre. Ellos se sitúan en un semicírculo frente a la mesa del cirio. Sacerdote: Queridos y queridas catequistas: ambién ustedes tienen una hermosa e importante tarea en este ca- mino que hoy iniciamos, la de acompañar a estas familias para que la catequesis dé en ellas mucho fruto. Por eso les pregunto: ¿Están dispuestos a poner todo su conocimiento y entusiasmo en este servicio que la Iglesia les confía, apoyando a los papás, ma- más, niños y niñas en su camino de vida eucarística? Catequistas: Sí, estamos dispuestos. Sacerdote: (extendiendo sus manos sobre ellos) Padre de bondad, ú que enviaste a tu Hijo Jesús para realizar tu misión en el mundo, bendice a los hermanos y hermanas catequistas que hoy comienzan la misión de acompañar a estas familias en su camino de catequesis familiar. Que sean pacientes y generosos, alegres y responsables, y den buen testimonio de su condición de cristianos. e lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo, que jun- to al EspírituSanto vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Todos: Amén BENDICIÓN (ORACIÓN) FINAL Sacerdote: Al terminar este primer encuentro nos encomendamos a María, nuestra Madre, que supo educar a Jesús para que fuera fi el a la misión que Dios tenía para Él. Que también todos nosotros seamos fi eles a lo que hoy iniciamos. El Señor esté con ustedes. Todos: Y con tu espíritu. Sacerdote: A todos ustedes, catequistas, papás, mamás, parientes y niños, los ben- diga Dios todopoderoso, Él que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Todos: Amén 14 Sacerdote: María, Madre de las familias. Todos: Ruega por nosotros. Si el párroco no ha podido estar, se sustituye esta última bendición por una oración fi nal del diácono permanente o del catequista que preside. Diácono o catequista: Al terminar nuestro primer encuentro, estimados hermanos y hermanas, invoquemos a Dios para que nos bendiga y acompa- ñe con la luz de su Hijo Jesucristo y la fuerza del Espíritu Santo. Pidamos también a María, nuestra Madre, para que ella nos en- señe a seguir a Jesús con un corazón alegre y fi el. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. María, Madre de las familias. Todos: Ruega por nosotros. Guía: Para terminar cantemos a nuestra Madre, la Virgen. Se canta para fi nalizar, «Santa María del camino». (Hoja). Guía: Ahora invitamos a los papás y mamás a pasar con el párroco a la sala… (indica el lugar donde se reunirán) y los chicos y chicas con los catequistas a la sala… (indica el lugar donde se reunirán). III. ANEXO PRIMERA CELEBRACIÓN «ENCUENTRO INICIAL CON PADRES Y NIÑOS(AS)» PREPARACIÓN Objetivo: «Tener un primer contacto con Padres y niños para conocerse, presentar el camino que se hará y poner en manos del Señor este tiempo de encuentro y evangelización». Materiales: Vela, solapines y alfi leres, Libro de los padres o niños, según cor- responda, velitas para cada uno. Los catequistas se reúnen inmediatamente después de la cel- ebración. ada uno con sus respectivos grupos, es decir, niños y padres por separado. En lo posible deja la sala preparada con antelación. DESARROLLO DEL ENCUENTRO I.- Acogida y presentación (10 minutos aproximada- mente) Se acoge con cariño a cada uno de los padres y de los hijos. Se entrega a cada uno un solapín o tarjeta donde anotan su nombre y lo ponen visiblemente. Se da la bienvenida al camino que hoy comienzan. Se les pide que se presenten brevemente, indicando su nombre y por qué han querido iniciar este camino. Se recibe con atención cada uno de sus comentarios. En el caso de los chicos puede rea- lizarse alguna dinámica de conocimiento de los nombres. II. Presentación breve del camino de la Catequesis Fa- miliar de Iniciación a la Vida Eucarística (15 minutos aproximadamente) Se presenta el itinerario de la atequesis Familiar indicando que es un proceso que dura dos años en el cual irán compartiendo la vida y la Palabra del Señor y que juntos irán conformando un grupo o comunidad en donde se viva la fraternidad y el cariño. Se lee el objetivo del Primer Año. Se presenta el Libro con el que irán trabajando encuentro a en- cuentro. Recordarles el día, lugar y hora de cada Encuentro. Preguntar si tienen alguna duda, interrogante o comentario. III.- Oración de envío (5 minutos aproximadamente) Se los invita a ponerse en las manos del Señor al iniciar este camino: El/La catequista enciende la Vela y luego inicia la oración en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Reparte las velitas y luego pide a los padres que en actitud de oración pronuncien el nombre de su hijo(a) que inicia este cami- no y enciendan su velita en el cirio. Los hijos dan gracias a Dios por sus padres, que los han llevado a la atequesis Familiar. También dicen sus nombres y encienden su velita. Oran juntos el Padre nuestro y se despiden con un abrazo. nidad 1 Dios sale a nuestro encuentro en su Hijo Jesucristo 16 MATERIALES: • Etiqueta o círculo con el nombre. Biblia. Mesa, mantel y vela. Fósfo- ros. Una imagen de Jesús. Madeja de lana. Lápices de colores. • Para profundizar, leer este tema en: – Catecismo de la Iglesia Católica: Evangelio: Lucas 24, 13-35, nú- mero 601. Eucaristía: números 1328, 1329, 1330, 1331, 1332. – Quédate con nosotros, Señor. Carta Apostólica para el Año de la Eucaristía del Papa Juan Pablo II. – Música: Quédate con nosotros, Señor. – ¡Quédate con nosotros, Señor resucitado! Mensaje de Pascua de Resurrección 2005 del Cardenal Arzobispo de Santiago, Monseñor Francisco Javier Errázuriz. • odos estos materiales escritos y audiovisuales están disponibles en www.catequesis–ppc.com.ar. ENCUENTRO «JESÚS RESUCITADO SALE A NUESTRO ENCUENTRO» «Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos… Tomó el an, lo bendijo, lo partió y lo dio a ellos. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron.» Lc 24,15.30) Notas catequísticas Guiar a los niños para que, en la CFIVE, reconozcan que Jesús Resucitado camina con ellos y les invita a reconocerlo en la Eucaristía. OBJETIVO DEL EN UENTRO: 17 Saludo • El catequista saluda a cada niño con cariño. Usa el círculo o etiqueta para que cada uno anote su nombre. • Por ser la primera vez les explica que la catequesis la llamaremos Encuentro y que se divide en cuatro momentos, que detalla brevemente. ¡Te invitamos a rezar! • Al encender la vela, el catequista explica que es signo de la presencia de Jesús Resu- citado. Luego, en clima de silencio y reco- gimiento, rezan con la oración que aparece en la página 7 del Libro del Niño. I. Acogida II. Nuestro camino Querido Jesús, hoy nos reunimos por segunda vez, con nuestro grupo de catequesis, para conocerte mejor. Quiero conocer a mis nuevos amigos. Que nuestra familia, nuestro catequista y este grupo que hoy formamos reciban tu bendición. Quedate con nosotros, Señor. Amén. Encuentro anterior • El catequista pregunta a los chicos si asis- tieron a la Primera Celebración de Acogida y qué fue lo que más les gustó. • Luego, los ayuda a recordar alguna frase de Jesús que hayan escuchado en la Ce- lebración. Si no la recuerdan, los invita a repitir «…donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, yo estoy allí, en medio de ellos» (Mateo 18, 20), y comenta breve- mente lo que signifi ca. Encuentro familiar A partir del próximo encuentro los chicos ha- rán partícipes a sus padres, abuelos y/o adul- tos de la familia. ¡Conozcamonos! «La tela de araña» • En círculo, cada niño recibe la madeja de lana y dice su nombre, qué le gusta y por qué está aquí. Al terminar toma en sus manos la hebra de lana y lanza la madeja 18 a otro niño. El catequista lanza primero y cuando recibe de vuelta, al fi nal, respon- de las mismas preguntas, aclarando que está aquí para guiarlos a conocer y amar más a Jesús, para que formen un grupo de catequesis unido y se integren con sus familias a la comunidad parroquial, a tra- vés de la CF. • Los niños levantan el trozo de lana y el ca- tequista pregunta qué se formó. Luego co- menta que es como una tela de araña que representa a un grupo de catequesis unido. III. Aprendiendo a vivir en la fe ¡Vamos a encontrarnos con Jesús! «Imaginándonos a Jesús.» • El catequista pide a cada niño que cierre los ojos e imagine un paisaje maravilloso. Puedes usar frases como: «Es verano, estás en un hermoso lugar, brilla el sol, se lle- nan de color las fl ores, vuelan las maripo- sas, cantan los pájaros, sentís el agua que corre. De pronto ves a un hombre que se acerca. ¿Quién será? Mirás sus ojos bon- dadosos, sus manos y sus pies heridos… poco a poco descubrís que es Jesús. Él te da la oportunidad de preguntarle algo: ¿qué le dirías? Da un tiempo y pide que abran sus ojos. • Después, les pregunta cómo se imagina- ron a Jesús y luego pide que abran su Li- bro en la página 8 y anoten enel recuadro la pregunta que hicieron a Jesús. Al termi- nar, dos o tres chicos pueden leerla y los que quieran pueden decir cómo piensan que hubiera respondido Jesús a esas pre- guntas. • Por último el catequista invita a comentar lo que más les gustó de la actividad. • Luego pide a cuatro niños ubicados en los extremos, que suelten el trozo de lana y pregunta: ¿Qué le pasó a nuestra supuesta tela de araña? La tela de araña se ve mal te- jida y suelta y representa desunión, falta de comunicación, desgano, etc. • Para terminar, miran el dibujo de la iz- quierda en la página 7 y gritan juntos. ¡«Unidos somos fuertes»! El catequista invita a quien quiera a pintar la frase: «Hoy estamos aquí para conocer y amar a Jesús». 19 ¡Jesús sale a nuestro encuentro por su alabra! La gente que rodeaba a Jesús también le preguntó muchas cosas y la respuesta de Jesús muchas veces transformó sus vidas. El relato de los discípulos de Emaús nos presenta a dos amigos de Jesús muy tristes porque creían que estaba muerto y, des- pués de crucifi cado, ya no lo verían. Con esta tristeza y duda en el corazón, camina- ban desde Jerusalén hacia un pueblo llama- do Emaús. • Sentados en semicírculo frente al altar, el catequista pide que se fi jen especial- mente en los sentimientos de los discí- pulos, en los sentimientos de Jesús y en lo que dice Jesús cuando habla del Pan. • Pide a los niños que abran la página 8 de su Libro y sigan con atención y en silencio la lectura. † Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas 24,13-35: «El primer día de la semana1, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús. En el ca- mino hablaban sobre lo que había ocurrido. ien- tras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo im- pedía que sus ojos lo reconocieran. Él les dijo: "¿Qué comentaban por el camino?" Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!" "¿Qué cosa?" , les preguntó. Ellos respondieron: "Lo referente a Jesús, el Naza- reno2, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucifi caron. Nosotros esperábamos que fuera Él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas". Jesús les dijo: "¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el esías sopor- tara esos sufrimientos para entrar en su gloria?" Y comenzando por oisés y continuando con todos los profetas3, les interpretó en todas las Escrituras4 lo que se refería a Él. Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron: "Quédate con nosotros, porque ya es tar- de y el día se acaba". Él entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la ben- dición; luego lo partió y se los dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero Él había desaparecido de su vista. Y se decían: "¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?".» 1 Se refi ere al día domingo. 2 Habitante del pueblo de Nazaret. 3 Hombres elegidos por Dios para guiar al pueblo en el camino de la Alianza. 4 Se refi ere a los Libros de la Biblia. Los que nosotros llamamos Antiguo Testamento o escritos anteriores al nacimiento de Jesús. 20 PREGUNTAS PARA OMPARTIR: • El catequista invita a los chicos a conversar. 1) ¿Qué sentían los discípulos antes del encuentro con Jesús? 2) ¿Qué sentían cuando caminaban con Jesús y escuchaban las explicaciones a sus dudas? 3) ¿Cuáles eran los sentimientos de Je- sús cuando acompañaba a Cleofás y su amigo? 4) ¿Qué hizo Jesús con el Pan? ¿Vieron este signo alguna vez? 5) ¿Qué sentían los dos discípulos des- pués de haber compartido el Pan? RESPUESTAS: 1) Inquietud y tristeza. 2) Ardían sus corazones. 3) Acogida, interés por ellos, verdad frente a sus dudas. 4) omó el Pan, lo bendijo, lo partió y se los dio. Este signo se repite en cada Eucaristía. 5) La seguridad y alegría de que Jesús ¡estaba vivo! • Al comenzar el relato te diste cuenta de lo triste que iban los discípulos hacia Emaús: ellos eran sus seguidores, espe- raban de Jesús que fuera un rey famo- so, más poderoso que los romanos que habían invadido su tierra. Sin embargo las cosas no sucedieron como ellos es- peraban. Jesús fue crucifi cado y muerto. oda su ilusión se terminó. • Pero mientas caminaban, Jesús Resuci- tado salió a su encuentro, les preguntó por qué iban tristes y, usando las Escri- turas, les explicó de nuevo lo que había pasado, los acompañó, compartió y partió para ellos el pan. En estos gestos, ellos fueron capaces de reconocerlo y de llenarse nuevamente de esperanza. Volvieron a Jerusalén para compartir la «Buena Noticia» con otros: ¡Jesús estaba vivo! • Hoy nosotros(as) los catequistas somos como los discípulos de Emaús: quere- mos compartir la «Buena Noticia» con ustedes, en este camino que iniciamos de la Catequesis Familiar. Este camino nos va a ayudar a ir descubriendo la presencia de Jesús Resucitado, cómo sale a nuestro encuentro en los aconte- cimientos y en las personas. Él recorre el mismo camino de nuestra vida. Nunca nos abandona, aunque nosotros, como los discípulos, no nos demos cuenta de su presencia. ¡Respondamos a Jesús! • En círculo, los niños abren la página 10 de su Libro y observan los dos corazones que están dibujados, uno junto al otro. El de la izquierda representa el Corazón de Jesús y el segundo el corazón de cada uno de ellos. 21 • En el interior del Corazón de Jesús, escri- ben los sentimientos que de Él descubrie- ron en el relato de Emaús, luego los leen en voz alta y el catequista los ayuda a valo- rarlos como regalo hacia ellos. ¡En la Eucaristía está Jesús! Al igual que los discípulos de Emaús, tenemos que aprender a reconocer a Jesús en la Eucaris- tía: los niños y niñas de la CF vamos a la Euca- ristía para celebrar que: ¡Jesús está vivo! • En la página 11 del Libro aparece dibujado un camino que representa al que ellos hoy comienzan para iniciar su vida eucarística. Hay también unas huellas en las cuales es- criben los nombres de sus compañeros de grupo y de otras personas que quieren que los acompañen en este camino CF (padres, catequista, miembros de la familia, etc.). • El catequista explica que a Jesús lo ire- mos reconociendo especialmente en la celebración de la Eucaristía. En ella se nos hace cercano, nos acompaña, nos vuelve a explicar las Escrituras y repite constante- mente el gesto de amistad, de partir el pan para nosotros. Resucitado, vive siempre con nosotros. • Al terminar leen y comentan lo que está escrito en su Libro. ¡Cada domingo celebramos que Jesús nos salvó, que por amor nos dio su vida y resucitó! ¡Los niños y niñas de la Catequesis Familiar vamos a la Eucaristía para celebrar que Je- sús está vivo! • Luego, en el corazón personal, anotan en el borde «Mi corazón ofrece a Jesús» y en el interior tres sentimientos de su corazón para regalar a Jesús al comenzar este año la Catequesis Familiar. • Presentan juntos el trabajo realizado. 22 En cada encuentro queremos mirar a la Virgen María y aprender de ella a ser ver- daderos discípulos y discípulas. A ella le pedimos que nos ayude a vivir y guardar en el corazón la Buena Noticia. • En círculo alrededor del altar, miran- do la imagen de Jesús, los niños di- cen espontáneamente lo que más les gustó del encuentro. • El catequista pregunta: «De lo apren- dido sobre Jesús ¿qué te gustaría re- cordar siempre, guardándolo en el corazón?» • Luego leen la página 11 de su Libro y comparan las refl exiones del grupo con lo que allídice. El catequista com- plementa lo que pudo faltar. • Jesús camina con nosotros, nos escucha y nos acoge. IV. Celebremos nuestro encuentro con Jesús • Mirando la imagen de Jesús en silencio, se comprometen a hacerle un regalo: «Cada mañana al despertar oren a Jesús dicien- do: ¡Quédate con nosotros, Señor!» Ojalá memoricen esta frase. • Oran juntos. El catequista dice una frase y los niños repiten. Jesús, te damos gracias por este día ¡que saliste a nuestro encuentro! ¡Quedate con nosotros, Señor! Que aría, tu adre, nos enseñe a amar y acoger a nuestra comunidad con los mismos sentimientos de tu corazón. Señor, que nuestro corazón se parezca al tuyo! Amén. co n Je sú s Ca minemosCa minemo ccoo n úúss cc úss Ca m mos Guardem os en el c or az ón ! ¡C on la Virgen M aría «Todos los que comen de este único pan, partido, que es Cristo, entran en comunión con él y forman un solo cuerpo en él.» (Catecismo de la Iglesia Católica, n° 1329) JESÚS GR ACIAS 2 Notas catequísticas «JESÚS COM ARTE NUESTRAS ALEGRÍAS Y TRISTEZAS» «"La paz esté con ustedes... ¿De qué se asustan? ¿ or qué surgen dudas en su interior?" Entonces les abrió la inteligencia para que comprendieran las Escrituras.» Lc 24, 36.38 y 45) MATERIALES: • Etiqueta o círculo con el nombre. Biblia. Mesa, mantel y vela. Fósfo- ros. Una imagen de Jesús. Letra y melodía de la canción: Dios está aquí. Hojas para cada niño. Lápices de colores. Alfi leres de gancho u otro. arjetas con sus nombres. Un «Dado», que lleva escrito en cada una de sus caras: LEGRÍ , PEN , MIEDO, VERGÜENZ , RIS , ESPER NZ . Un celular, un paquete, un sobre de carta y un dibujo de la hostia y el cáliz. • Canto: Dios está aquí. • Para profundizar este tema puedes leer: – Catecismo de la Iglesia Católica. Al tercer día resucitó de entre... Nº 645. Jesús resucitado establece con sus discípulos relaciones directas mediante el tacto (cf. Lc 24, 39; Jn 20, 27) y el compartir la comida (cf. Lc 24, 30...). – «Apariciones de Jesús Resucitado», Papa Juan Pablo II. – «Lc 24,35-48: Aparición de Jesús a los discípulos». – «Claves para vivir el evangelio de Lucas.» • odos estos materiales escritos y audiovisuales están disponibles en www.catequesis–ppc.com.ar. ENCUENTRO 2 Guiar a los niños para que, en la Catequesis Familiar, reconoz- can cuáles son sus inquietudes y experimenten que Jesús, al igual como hizo con sus discípulos, los invita a compartir todo con Él y les regala su paz. Jesús es nuestra esperanza, ¡venció la muerte! OBJETIVO DEL EN UENTRO: 24 Saludo • El catequista acoge a cada uno de los chi- cos con cariño y los llama por su nombre para que se sientan identifi cados personal- mente. I. Acogida ¡Te invitamos a rezar! • Al encender la vela, vuelve a recordar que es signo de la presencia de Jesús Resucitado. • Luego abren su Libro de cate- quesis en la página 12, y can- tan: Dios está aquí… Encuentro anterior • El catequista pregunta cómo les fue con el regalo para Jesús, si se acordaron de rezar por la mañana y de ofrecerle a Je- sús el día que comenzaba con la frase que habían aprendido: ¡Quédate con nosotros, Señor! (Para que todos participen, sugeri- mos hacer tarjetas con sus nombres e ir sacándolas de una canasta por turnos.) Es importante que anime a los que no lo hi- cieron. • A los que se les olvidó rezar en la mañana es bueno darles consejos sencillos y prác- ticos como el siguiente: «para que no te olvides de rezar por la mañana, meté algo incómodo en el zapato que vas a usar al día siguiente. Si te acordaste de rezar lo sacás, si no lo hacés… al meter el pie en el zapato ¡te vas a acordar!» Los chicos son muy creativos; se les puede pedir a ellos soluciones. Encuentro familiar • ¿Qué actividad realizaron en la catequesis con sus padres? ¿Qué fue lo que más les gustó? II. Nuestro camino ¡Conozcamonos más! • Los chicos escriben su nombre en una hoja, como si fuera un título, y luego cada uno anota cinco respuestas a la pregunta: «¿Cómo soy yo?» Puede ponerse un cartel con palabras como: GENEROSO, LEGRE, JUGUE- TÓN, C RIÑOSO, GR DECIDO, ETC. • Cuando todos terminaron afi rman su hoja en el pecho con un alfi ler y recorren la sala buscando en silencio a tres de sus com- pañeros para leer lo que escribieron. Para cerrar este momento, el catequista puede guiarlos para que descubran que tene- mos rasgos comunes. • Luego, en la página 12 de su Libro com- pletan la frase: «En esta actividad descubrí que…» y fi nalmente comentan en plena- rio «¿qué aprendimos con esta dinámica?» Una vez terminado el juego, se llevan la hoja a su casa. 25 ¡Vamos a encontrarnos con Jesús! En este ejercicio se trata de conocer, a modo general, las experiencias de vida de los chicos en relación a sus alegrías, penas, esperanzas, miedos, risas, vergüenzas. La intención es ayu- darlos a descubrir que, en el camino CF, Jesús nos invita a compartir todo lo que nos sucede. Él siempre tiene una respuesta para nuestras inquietudes. Quiere que tengamos mucha confi anza en Él, para que nuestros corazones se llenen de la paz que Él nos regala. • otivación: «A diario tenemos diferentes experiencias. Unas nos dan alegría, otras nos dan pena, nos asombran o nos hacen experimentar risas o miedos. Hoy vamos a compartir algunos de estos momentos a través de un juego». • Por turnos, lanzan el dado que lleva escri- to en cada una de sus caras: LEGRÍ , PEN , MIEDO, VERGÜENZ , RIS , ESPER NZ . Según lo que salga en la cara del dado, ellos cuen- tan una experiencia que hayan tenido con el sentimiento que les salió. • Para terminar se pregunta: las experien- cias que ustedes contaron, ¿se las conta- ron a Jesús? ¿Le cuentan tus cosas a Jesús en algún momento del día? • Luego abren su Libro en la página 13 para pintar la frase que dice: «Jesús nos invita a compartir con Él todo lo que nos pasa.» III. Aprendiendo a vivir en la fe ¡Jesús sale a nuestro encuentro por su alabra! • En el texto bíblico conoceremos un mo- mento en la vida de Jesús donde sus ami- gos compartieron con Él sus miedos, ale- grías, dudas y esperanzas. • Se pide que, en el texto bíblico, se fi jen, especialmente, en un momento en que los discípulos expresen inquietud, otro en el cual ellos expresen alegría y fi nalmente que se fi jen cuando Jesús habla de las Es- crituras. Pueden seguir la lectura del texto en la página 13 de su Libro. † Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas 24, 35-48: «Los discípulos, que retornaron de Emaús a Jerusalén, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". 26 Atónitos y llenos de temor, creían ver un es- píritu, pero Jesús les preguntó: "¿Por qué es- tán turbados y se les presentan esas dudas? iren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo". Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discí- pulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: "¿Tienen aquí algo para comer?" Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; Él lo tomó y lo comió delante de to- dos. Después les dijo: "Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cum- pla todo lo que está escrito de mí en la Ley de oisés, en los Profetas y en los Salmos". Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: "Así estaba escrito: el esías debía sufrir y re- sucitar de entre los muertos al tercer día, y co- menzando por Jerusalén, en su nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto"». PREGUNTAS PARA OMPARTIR: • En un ambiente de silencio, los chicos leen las preguntas y elijen las que quierancontestar, subrayando en el texto las res- puestas. Luego comparten con el grupo. El catequista completa aquellas respuestas que ellos no hayan podido descubrir por sí mismos. 1) ¿Qué tenía tan inquietos a los discípulos? 2) ¿Cómo saluda Jesús a sus discípulos? 3) ¿Qué pruebas da Jesús a sus discípulos, para tranquilizar a quienes dudan de que Él está vivo? 4) ¿Cuál es la gran noticia que alegra a los dis- cípulos? 5) ¿Qué regalo hace Jesús a sus discípulos para que puedan entender lo que pasó? 6) ¿A quiénes pide Jesús que lleven esta Buena Noticia? RESPUESTAS: 1) Que Jesús estaba muerto y se aparece «alguien» diciendo que es Él. 2) Les dice “la paz esté con ustedes”. 3) Les pide que to- quen y vean sus manos y pies, con las mar- cas de la crucifi xión. Luego come pescado delante de todos. 4) Que Jesús está vivo, ha resucitado. 5) Les abre la inteligencia para que puedan comprender las Escritu- ras. 6) Primero a los habitantes de Jerusa- lén y luego al mundo entero. 27 • e habrás dado cuenta de lo sorpresiva que fue la aparición de Jesús y la asustada reacción de sus discípulos. ¿Quién podía pensar en ese momento que la muerte podía ser derrotada? ¡Pero Jesús es la Vida! ¡Viene a regalarles paz, no inquietud! Quie- re mostrarles que está vivo y saluda anun- ciándoles la paz. Saludo que será siempre el que distinga su llegada, después de su Resurrección. • Poco a poco Jesús se hace más cercano a su realidad. Se pone en medio de ellos, para que lo toquen, reconozcan sus manos y sus pies, traspasados en la cruz. Él es el mismo: crucifi cado y resucitado. Reconocerlo llena a los discípulos de alegría y paz. • Al igual que Jesús, debemos acoger, escu- char, compartir las necesidades y alegrías de los demás. Poco a poco los que te vean reconocerán en nosotros los sentimientos del Corazón de Jesús. ¡Respondamos a Jesús! «Un corazón como el de Jesús» • Los chicos abren su Libro en la página 14, reciben las instrucciones, miran los dibujos y leen el mensaje explicativo que hay al lado de ellos -esta vez el trabajo será grupal-. A TIVIDAD QUE REALIZAN LOS NIÑOS: Marca con una “X” si las siguientes accio- nes realizadas por estos chicos muestran en ellos un corazón semejante al de Jesús. a. Pascual está preocupado e inquieto. Rafael, su hermano, lo nota y en vez de acercarse a él, se va a jugar con sus amigos. b. Sofía es acogedora con las personas que forman su grupo de catequesis, escu- cha a todos y comparte lo que ella siente. Ella piensa que esto hace que todos conoz- can mejor a Jesús. c. Anita y Paula tienen miedo a la os- curidad antes de dormir. En catequesis aprendieron, que, si hablaban de Jesú; Él estaría con ellas; entonces se pusieron a rezar, tuvieron paz y se durmieron. d. Un grupo de amigos se divierte en el recreo. Llega Rafael a participar con ellos, pero uno de ellos se burla de él y no lo acoge. e. En la Eucaristía, Pascual escucha atentamente las lecturas de la Biblia. El sacerdote las explica para que aprenda- mos que Jesús está vivo entre nosotros. RESPUESTAS A VERIFI AR ON LOS GRUPOS: • Las alternativas que deberían llevar una “X” son: b, c y e. 28 Jesús se hace presente con su Palabra en la Bi- blia. Hoy la comunidad cristiana se reúne en la Eucaristía para celebrar a Jesús resucitado. Allí Él escucha nuestras inquietudes y alegrías. En ella nos encontramos con Él en dos momen- tos claves: la Liturgia de la Palabra y la Liturgia de la Eucaristía. • Se pone sobre la mesa: un celular, un pa- quete, una Biblia, un sobre de carta y un dibujo de la hostia y el cáliz y se pregun- ta a los niños ¿con cuál de estos objetos Jesús se hace presente? Los chicos tienen tiempo para elegir los objetos correctos. El catequista muestra una Biblia y pregunta si oyeron textos de ella en la Eucaristía. • Luego abren la página 15 de su Libro y completan los dos dibujos y frases que allí aparecen. A TIVIDAD: Observá estos dos dibujos. Completá en la lí- nea de puntos la palabra que falta y en el círcu- lo o cuadrado el objeto ausente. • El tema se cierra con la siguiente refl exión: «En el texto de la aparición de Jesús a los discípulos, Él nos muestra que quiso dar un paso más de acogida a sus amigos: no sólo conversó con ellos, sino que además se quedó a comer. Este es un gesto de amistad por excelencia. Este mismo regalo es el que nos ofrece cada semana donde, como amigo, nos regala su Palabra y se ofrece como alimento en la celebración de la Eucaristía»: a iturgia de la Palabra y la iturgia de la Eucaristía son los dos momentos principales de la Santa Misa. a iturgia de la Palabra ........................................................................ a iturgia de la Eucaristía ........................................................................ ¡En la Eucaristía, reconocemos a Jesús! 29 IV. Celebremos nuestro encuentro con Jesús • El catequista invita a los niños a decir es- pontáneamente lo que más les gustó del encuentro. • Luego pregunta «¿Qué les gustaría recor- dar siempre de lo aprendido sobre Jesús, guardándolo en el corazón?» • Leen la página16 de su Libro y comparan las refl exiones del grupo con lo que allí dice. El catequista complementa lo que pudo faltar. co n Je sú s Ca minemos cc Ca minemo ccoo n úúss cc s am mos Guardem os en el c or az ón ! ¡C on la Virgen M aría • Jesús nos invita a compartir toda nues- tra vida con Él. • Mirando la imagen de Jesús en silen- cio tratan de descubrir lo que Él les pide a través de este encuentro. • El catequista puede sugerir como respuesta o regalo a Jesús el siguiente: «Que cada noche, antes de acostarse, cuenten a Jesús una alegría y una tristeza sucedida en el colegio, la familia, el mundo, etc.». Al terminar le dirán: ¡Quedate con nosotros, Señor, y danos tu paz! • En círculo alrededor del altar, mirando la imagen de Jesús, oran juntos (el catequista dice una frase y los niños la repiten): ¡Gracias, Jesús, porque puedo encontrarte en tu Palabra! ¡Gracias, Jesús, porque puedo encontrarte en la Eucaristía! ¡Gracias, Jesús, porque puedo encontrarte en mi comunidad! Jesús, en este momento quiero pedirte por alguien que necesita de tu paz y ayuda. (En un momento de silencio cada uno piensa en alguien necesitado.) ¡Viniste a regalarnos la paz! ¡ aría, Reina de la Paz, ruega por nosotros! Amén. Cristo Resucitado se manifi esta a sus discípulos, «a los que habían subido con Él desde Galilea a Jerusalén y que ahora son testigos suyos ante el pueblo.» (Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n° 647) JESÚS GR ACIAS 0 MATERIALES: Para el altar: mesa, mantel, una imagen de Jesús, vela, fósforos. arjetas con nombre para sacar por turnos a niños que quieran participar. Un pa- pelito, doblado en cuatro, para cada participante, uno de ellos lleva escrita una “X”. Un pañuelo, o manta o poncho para vendar los ojos de un chico. Respuestas del cuadro a completar anotadas en distintas hojas (ver cuadro respuestas). • Para profundizar este tema puedes leer en: – Catecismo de la Iglesia Católica: Evangelio Jn 21,4-13: versículo 4 números 645-659; versículo 7 número 448,645; versículo 12 nú- mero 1166. Altar: números 1181ss, 1383, 2570, 2655. Amén: nú- meros 1061ss, 1396, 2856, 2865. – «Catequesis del Papa Benedicto XVI con los niños». – « emas litúrgicos», entre ellos la importancia del Sagrario, Altar y forma de hacer la genufl exión. • odos estos materiales escritos y audiovisuales están disponibles en www.catequesis–ppc.com.ar. ENCUENTRO 3 Notas catequísticas Guiar a los niños para que, en la Catequesis Familiar, agradezcan a Jesús su amor por cada uno de nosotros. OBJETIVO DEL EN UENTRO: «JESÚS NOS CONOCE Y ESTÁ CON NOSOTROS» «Ellos la echaron y la red se llenó de tal cantidad de peces que no podían moverla. Entonces el discípulo a quien Jesús tanto amaba le dijo a edro: "¡Es el Señor"! Jesúsles dijo: "Vengan a comer algo."» Juan 21,6b -7) 1 Saludo ¡Te invitamos a rezar! • Al encender la vela, el catequista pregun- ta qué signifi ca cuando está encendida. Luego, en clima de silencio y recogimien- to, rezan con la oración que aparece en la página 17 del Libro. Jesús, ¡gracias por estar hoy entre nosotros! Por haber escuchado cada noche nuestras alegrías y penas. Cada día, aunque yo no te vea, voy descubriendo cuánto me amas. ¡Quedate con nosotros, Señor, enseñanos a descubrir tu presencia y danos siempre tu paz! Amén. • Pregunta: ¿Por qué después de cada ora- ción decimos la palabra «Amén»? Se ex- plica que la palabra amén signifi ca «así es» y que decirla es un acto de fe, porque creemos que lo dicho por nosotros en la oración es escuchado por Dios. Encuentro anterior • Evaluá el compromiso del encuentro ante- rior: ¿Le contaste a Jesús una alegría y una tris- teza del día, antes de acostarte? ¿ erminaste con la frase «¡Quédate con no- sotros, Señor, y danos tu paz!»? II. Nuestro camino Encuentro familiar • ¿Qué actividad realizaron en la catequesis con sus padres? ¿Qué fue lo que más les gustó? • Si realizaron la actividad sugerida en el Li- bro de Padres: ¿Reconocieron momentos importantes de gozo, esperanza o triste- zas y alegrías, que hayan vivido como fa- milia? ¿Coincidieron en los sueños y espe- ranzas para la familia? ¿Descubrieron algo como familia? I. Acogida 2 ¡Conozcamonos más! «¡Hola! ¿Cómo estás?» • Los niños se toman de las manos, hacen un círculo y reciben un papelito. Uno de estos papeles trae marcada una «X», quien lo tenga pasará al centro del círculo y se le vendarán los ojos. • En ese momento los jugadores del círcu- lo comienzan a girar, despistando al chico vendado. • Cuando el que está en el centro grita «Alto ahí» ¡todos se detienen!, entonces extiende su brazo y toca a un chico, que ¡Vamos a encontrarnos con Jesús! «Mirar a Dios con otros ojos», descubrien- do su presencia en el amor, la generosidad, la alegría,la paz, etc. • La historia que sigue le ocurrió a un niño italiano llamado Andrés, quien en una oca- sión visitó al Papa Benedicto XVI y podía hacerle la pregunta que quisiera. • Los chicos abren su Libro en la página 18 y uno de ellos lee en voz alta la pregunta que Andrés hizo al Papa: « i catequista, al prepararme para el día de mi primera Comunión, me dijo que Jesús está presente en la Eucaristía. Pero ¿cómo? Yo no lo veo». Se pregunta qué habrían respondido ellos a Andrés. Luego leé la respuesta del Papa Benedicto XVI. debe decirle: «¡Hola! ¿Cómo estás?» Por la voz, el chico de los ojos vendados tendrá que adivinar quién habló. Si no adivina, tendrá que tocar a otro hasta que adivine quién es. • Al terminar, el que tenía lo sojos vendados cuenta cómo adivino quién era el que esta- ba al frente. • Cierra la actividad diciendo: «Uno puede reconocer a alguien que no ve por los efectos de su voz, risa, pasos, etc.». III. Aprendiendo a vivir en la fe apa Benedicto XVI: «Sí, no lo vemos, pero hay muchas cosas que no vemos y que exis- ten y son esenciales. Por ejemplo, no vemos nuestra mente y, sin embargo, podemos razonar. No vemos nuestra inteligencia y la tenemos. En una palabra, no vemos nuestra alma y, sin embargo, existe y vemos sus efec- tos, porque podemos hablar, pensar, decidir, etc. Así tampoco vemos, por ejemplo, la co- rriente eléctrica y, sin embargo, sabemos que existe, vemos cómo funciona este micrófono; vemos las luces. En una palabra, precisamente las cosas más profundas, que sostienen realmente la vida y el mundo, no las vemos, pero podemos ver, sentir sus efectos. No vemos la electricidad, la corriente, pero vemos la luz. Y así sucesi- vamente. Del mismo modo, tampoco vemos con nuestros ojos al Señor resucitado, pero vemos que donde está Jesús los hombres cambian, se hacen mejores. Se crea mayor capacidad de paz, de reconciliación.» • Se comenta con los chicos el texto. • Luego se comparte con las siguientes pre- guntas: 1) ¿ odas las cosas que existen se ven con los ojos? ¡Jesús sale a nuestro encuentro por su alabra! 2) Las cosas que no se ven, por ejemplo el aire, ¿cómo lo percibimos? 3) Si a Jesús Resucitado no lo vemos, ¿cómo notamos su presencia? En círculo, los chicos leen el relato que narra cómo los discípulos al comienzo no reconocen a Jesús, pero luego, al ver cómo actúa, tienen la certeza de que es Él. Deben fi jarse , especial- mente, en las necesidades de los discípulos y qué hace Jesús para que lo «reconozcan». Pueden seguir la lectura del texto en la página 19 de su Libro. • Para que los chicos puedan compartir la lectura, se debe sortear los personajes, pero el catequista lee las palabras de Jesús. Narrador 1: Al amanecer, se presentó Jesús en la orilla del lago, pero los dis- cípulos no lo reconocieron. Entonces Él les preguntó: Jesús: uchachos ¿tienen algo para comer? Discípulos: No. Narrador 2: Entonces Jesús les dijo: Jesús: Echen la red al lado derecho de la barca y encontrarán peces. Narrador 3: Ellos la echaron y la red se llenó de tal cantidad de peces que no podían moverla. Entonces el discípulo a quien Jesús tanto amaba le dijo a Pedro: Juan: ¡Es el Señor! Narrador 4: Al oír Simón Pedro que era el Señor, se puso la túnica y se lanzó al agua. Los otros dis- cípulos llegaron a la orilla en la barca, arrastran- do la red llena de peces. Al bajar a tierra, vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. Jesús: Traigan ahora alguno de los peces que acaban de pescar. Narrador 5: Simón Pedro subió a la barca y bajó a tierra la red llena de peces; en total eran 153 peces grandes. Y, a pesar de ser tan- tos, la red no se rompió. Jesús: Vengan a comer. Narrador 6: Ninguno de los discípulos le dijo: «¿Quién eres?» Porque sabían muy bien que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y los peces en sus manos y los repartió. † Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 21,4-13: 4 A TIVIDAD GRUPAL: • La actividad consiste en completar aquellos espacios que están vacíos, relacionados con: - Palabras y acciones de Jesús. - Respuestas de los discípulos. - Efectos de ambos. • El catequista extiende las hojas desorde- nadas sobre una mesa o suelo. Los chicos deben elegir correctamente el lugar donde va cada respuesta. alabras y acciones de Jesús Respuesta de los discípulos Efectos • (No hay.) a) • La red se llenó de peces. • El discípulo que lo amaba lo reconoció. • Pedro oyó que era el Señor y se tiró al agua. c) • La red no se rompió. • Todos los discípulos reconocen a Jesús. f) Se presentó. Preguntó: ¿Tienen algo para comer? Les mandó: Tiren la red a la derecha de la barca. Preparó el fuego, un pez y el pan. Pidió: Traigan ahora alguno de los peces que acaban de pescar. Dijo: Vengan a comer. Se acercó, tomó y repartió el pan y los peces. • No lo reconocieron. • Le respondieron que no. • Ellos la tiraron. b) • Pedro subió a la barca y bajó la red con 153 peces. d) e) 5 RESPUESTAS: a) Jesús planea cómo ayudarlos. b) Por fi n ven alimento cerca. c) Se abre el apetito de los discípulos. d) Los discípulos se sienten acogidos, Jesús conoce sus necesidades y es generoso con ellos. e) Se unen para estar con Jesús. f ) Los discípulos permanecen con Jesús. Finalmente los niños responden oralmen- te las siguientes preguntas, que resumen lo esencial del objetivo: 1. ¿Qué acciones realizó Jesús para demostrar su presencia a los discípulos? 2. ¿Cómo se dieron cuenta los discípulos de que Jesús estaba con ellos? • Jesús Resucitado se hace presente en la vida diaria de sus discípulos. Se dirige a ellos con cariño: los llama «muchachos». Incluso cuando su tra- bajo parece superar sus fuerzas, pla- nea cómo ayudarlos: Él sugiere una idea y los discípulos con confi
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