CÁNTICO

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CÁNTICO
Un cántico es una composición poética que forma parte de los libros litúrgicos y sagrados. A través de los cánticos se alaba a Dios y se le agradece.
Suele decirse que los cánticos son himnos bíblicos, aunque también hay cánticos que no integran la Biblia. Puede tratarse de una parte de un poema o de una canción.
Un cántico también puede ser un poema profano (es decir, secular). En el lenguaje coloquial, por último, se suele mencionar como cántico a una canción improvisada o coreada por una multitud.
Cántico de Zacarías
El Cántico de Zacarías fue recitado por Zacarías cuando pudo volver a hablar después del nacimiento de su hijo (San Juan Bautista). También conocido como Benedictus, este cántico está en el Evangelio de San Lucas.
Es una alabanza y profecía que expresa la alegría y la gratitud de Zacarías por el cumplimiento de las promesas de Dios. Nótese que Zacarías había quedado mudo debido a su incredulidad al recibir el anuncio del ángel Gabriel sobre el nacimiento de Juan. A lo largo del cántico, Zacarías alaba a Dios por su obra de salvación, habla de la venida del Mesías y profetiza sobre el ministerio de Juan el Bautista, quien prepararía el camino para el Señor. 
Cántico de Simeón
El Cántico de Simeón o Nunc dimittis está incluido en el Evangelio de San Lucas y fue recitado por Simeón al conocer a Jesús: la tradición indica que, a este hombre, el Espíritu Santo le había prometido que vería al Salvador antes de morir. Simeón finalmente pudo tomar a Jesús en brazos cuando San José y la Virgen María lo llevaron al Templo de Jerusalén.
El Cántico de Simeón es una expresión de alabanza y gratitud a Dios por permitirle ver la salvación prometida. Simeón reconoce que su vida está completa y que puede partir en paz porque ha visto la luz para revelar a las naciones y la gloria de Israel. Simeón reconoce en Jesús la redención y la salvación que Dios ha enviado al mundo.
Cántico de los Tres Jóvenes
El Cántico de los Tres Jóvenes se encuentra en el Libro de Daniel y se canta en la Liturgia de las Horas de la Iglesia católica.
Este cántico es entonado por los tres jóvenes: Sadrac, Mesac y Abednego, quienes fueron lanzados al horno de fuego por negarse a adorar la estatua del rey Nabucodonosor. Se trata de un canto de alabanza y adoración a Dios por su protección milagrosa, que exalta su poder y su grandeza.
Magníficat
Otro cántico de la Biblia es el Magníficat, que toma las palabras que María le dedica a Dios cuando visita a su prima Isabel, quien llevaba en su vientre a San Juan Bautista (el mencionado hijo de Zacarías, su esposo).
El Magníficat recibe su nombre del término latino «Magnificat anima mea Dominum», que significa «Engrandece mi alma al Señor». Es una expresión de alabanza y gratitud de María hacia Dios, en la que ella magnifica y exalta la grandeza y la bondad del Señor. La Virgen reconoce humildemente su papel en el plan de Dios y alaba la gracia y la misericordia que ha recibido al ser elegida como la madre del Mesías.
Etimología
El sustantivo cántico proviene del latín cantĭcum, que a su vez deriva del verbo cantāre, que significa «cantar». En latín, cantĭcum se utilizaba para referirse a una composición poética o lírica destinada a ser cantada.
El término cantāre tiene raíces más antiguas en el idioma indoeuropeo. Se cree que se deriva de la raíz indoeuropea *kan-, que significa «cantar» o «entonar». Esta raíz también ha dado lugar a palabras relacionadas en otros idiomas, como el inglés chant (canto) y el francés chanter (cantar).