Logo Studenta

3- Garnham doc

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

NICOLÁS GRANHAM
La economía política de la comunicación: El caso de la televisión (1991-2)
El modelo clásico de televisión como instrumento de producción y consumo masivos, se baso durante treinta años en el
equilibrio entre Estado, usuarios, anunciantes y emisoras. Está siendo reemplazado por un sistema fragmentado en el que el
servicio público, si sobrevive, será marginal.
El periodo clásico de la televisión coincide con el prolongado boom fordista. INTERPRETENLO COMO FORDISTA) que termino
con las dos grandes crisis del petróleo de los años 70. Puesto que el sistema de la televisión creado después de 1945 no era
tan solo un modelo clásico fordista, sino también el lugar clave tanto de la acumulación como de la regulación fordista.
Creaba el mercado para los equipos receptores de la televisión, que fue uno de los principales motores de crecimiento
fordista y porque proporcionaba la herramienta clave del marketing para los bienes de consumo de masas, sobre los que se
basaba en buena medida el fordismo. También representaba un punto clave para la regulación ya que solucionaba una de
las potenciales contradicciones del fordismo. Se potenció con el fordismo la privatización móvil (Raymond Williams)
(crecimiento de coches, consumo domestico en oposición al consumo publico, que tendieron a minar las formas
tradicionales de la organización y movilización social y política). El acceso directo al entorno domestico por la vía de la
televisión, poderosa herramienta para la formación de la opinión publica ayudo a solucionar este problema y a mantener un
consenso político y social.
La economía política de este sistema de televisión descansaba sobre un equilibrio construido entre tres procesos. En
primer lugar el desarrollo de las infraestructuras de la radiodifusión y la recepción, que suponían una alianza entre el Estado
y el Consumidor. En segundo lugar la movilización de las fuentes de financiación de programas que suponían una alianza
entre el Estado y el sector de los anunciantes. En tercer lugar, como requería un acceso al reducido espectro que el Estado
controlaba, la industria de la tv tuvo que movilizar y mantener su legitimidad política.
Las razones de un sistema de equilibrios
La distinción crucial se dio entre los EEUU, que eligieron regular un sistema donde la financiación provenía en su casi
totalidad de la publicidad y donde la propiedad se hizo privada y la Europa Occidental que eligió un sistema de monopolios
públicos financiados por un canon. El reino Unido introdujo a principios de los 50 un sistema comercial privado competitivo,
pero altamente regulado.
Japón creó un conjunto de emisoras privadas comerciales muy competitivas al estilo estadounidense, junto con una
importante corporación de servicio publico en la línea europea.
La naturaleza del equilibrio de este sistema era fácil de determinar. En primer lugar el Estado garantizaba la existencia de
una infraestructura a través de la planificación de un desarrollo tecnológico paulatino y a largo plazo, aseguraba un mercado
estable y en desarrollo para su industria de electrónica de consumo.
En segundo lugar, el estado garantizaba una financiación segura a largo plazo para la producción de programas. En tercer
lugar, proporcionaba un medio para la movilización política de masas y para la formación de la opinión publica de la que
dependían los políticos del fordismo. En este sistema los radiodifusores poseían un empleo asegurado, relativa libertad en
las tareas de dirección y en general protección contra la competitividad nacional y extranjera, a cambio de proporcionar
acceso a sus audiencias a la clase política dominante y en los casos de algunas naciones a la propaganda del Estado. (Acá se
ve el equilibrio).
En el tercer mundo la televisión se encontraba poco desarrollada por la ausencia de fondos de inversión por el escaso
atractivo de este mercado para el sector publicitario.
Un periodo de transición y reestructuración
El sistema de televisión fordista ha entrado en nuestros días en un periodo de reestructuración –un proceso a veces
calificado como desregulación. Aunque la rapidez de esta transición puede ser exagerada.
¿Qué fue lo que condujo a la quiebra del sistema fordista? Las primeras fisuras del sistema surgieron en las estructuras de
transmisión y recepción y en la industria del hardware. Los agentes económicos de mayor peso económico o político
penetraron en la economía de la transmisión y en el terreno de la política de la misma. Estos nuevos agentes, formados en
el terreno de la defensa (fabricantes de satélites) y de las telecomunicaciones (fibra óptica, microondas y conexiones de
banda ancha) introdujeron medios para la emisión de programas de televisión en los hogares, que evitaban el sistema de
radiodifusión terrestre establecido y, mientras no abolieran la escasez del espectro, disminuían el poder que el Estado
pudiera tener sobre el mercado de la radiodifusión a través de la gestión de un espectro limitado. Los sistemas de banda
ancha eran capaces de transmitir todos los tipos de servicios de telecomunicación y transmisión a los hogares por un simple
cable. En la practica todo aquel argumento había resultado ser insostenible, pero lo que se buscaba era obtener el apoyo del
Estado en la política de un rápido incremento de los canales de emisión disponibles de televisión y, así, unir la búsqueda de
crecientes financiaciones y de fuentes de programación, justificándolo con la afirmación de que de esta manera el
consumidor tendría mas donde elegir.
El modelo postfordista de acumulación
AL mismo tiempo en los años 80 la industria japonesa de electrónica de consumo estableció rápidamente y con éxito el VCR.
El VCR, aunque inicialmente era un parasito del sistema existente de televisión, por su uso como grabador de programas
emitidos, representaba sin embargo un medio de distribución alternativo que cobraba importancia. Especialmente para las
películas de entretenimiento. Como resultado, el poder negociador de la industria del cine, en general, y de la de
Hollywood, en particular, se fortaleció de forma desmedida en comparación a la televisión. El equilibrio del poder se ha
decantado a favor de la industria del cine, ya que el alquiler de películas de video se ha convertido en la mayor fuente de
ingresos de esta industria.
Al mismo tiempo, el desarrollo de lo que se ha dado en llamar régimen de acumulación postfordista o flexiblemente
especializado en economía, caracterizado por la competencia mundial de los mercados de consumo, cada vez mas saturados
hizo que la función del marketing fuera aun mas importante, produciendo mayores gastos en publicidad. La expansión de la
radiodifusión financiada por la publicidad tanto nacional como transnacional se hizo inevitable.
Otro resultado fue la búsqueda que realizaron los productores de programas de medios para conseguir ingresos directos de
los consumidores a través de formas de suscripción. De aquí partió el desarrollo de la televisión por abono. Estos avances
económicos y tecnológicos llegaron en el momento en que los radiodifusores del servicio público habían perdido su
legitimidad política.
Una nueva intelectualidad, creada por y basada en las industrias culturales y de los medios, exigía expansión y libertad a un
Estado protector que para ellos estaba simbolizado en el servicio de radiodifusión publico. Así estaban dispuestos a ponerse
del lado de políticos neoliberales y de los nuevos empresarios de los medios para exigir la ruptura de los monopolios
verticales del Estado a favor de la producción independiente, del respaldo comercial tanto en cantidad como en formas,
incluyendo los patrocinios, el trueque, la introducción de productos, etc., y un enorme multicanal.
Hacia una nueva economía política de la TV
Los sistemas nacionales de radiodifusión encontraron cada vez más difícil sostener los niveles existentes de producción
nacional y tuvieron que buscar otras fuentes de financiación comercial (que atentaban contra sus fundamentos políticos y
culturales).En el presente y el futuro se ven nuevos y más fuertes vínculos entre la publicidad, la producción de programas y
el marketing. La era fordista de la radiodifusión terminara y será sustituida por un mercado de la cultura y la información
mas sedimentado y globalizado, en el que los limites entre los antes diferentes sectores se harán mas inciertos y donde la
tecnología de las redes de emisión no determinara ya ni la forma del Terminal receptor ni la forma de los contenidos
culturales e informativos. El poder del Estado para regular la televisión irá declinando.

Continuar navegando