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Anbal Quijano resumen doc

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Aldana Dalloro, Agostina Marinaro, Danira Amay Daniel
Aníbal Quijano “Colonialidad del poder, globalización y democracia
Con el creciente proceso de globalización, propuesto por Anínal Quinajo, que se caracteriza por: 1)
la colonialidad del poder que utiliza la raza como fundamento del patrón universal de clasificación y
dominación social; 2) el capitalismo como patrón universal de explotación social; 3) el Estado como
forma central universal de control de la autoridad colectiva y el moderno Estado-Nación como una
variante hegemónica; 4) el Eurocentrismo como forma de control hegemónica de la
subjetividad/intersubjetividad como el único modo posible de producir conocimiento.
Con estas nociones podemos decir, en términos de lo que propone Antonio Gramsci, que la
globalización ha impuesto un modelo hegemónico de dominación liderado por un grupo de países
centrales (el G7), países con el modelo del moderno Estado-Nación, que conforma una estructura de
autoridad y una forma consensuada de dominación colectiva. Estos Estados-Nación poseen una serie
de características específicas: son, supuestamente, democráticos, lo que quiere decir que fueron
elegidos mediante el “voto”, que les da una condición de legitimidad proporcionada por un consenso
que se crea por el liderazgo político que cohesiona esta concepción “democrática” como la única
posible, como el mejor modelo. Además, este conjunto de países impone su voluntad sobre una serie
de Estados que finalmente dejan de tener autonomía, estos son, según Quijano, los países que aún no
culminaron el proceso de formación del moderno Estado-nación, con gobiernos “de excepción” o
“pre-capitalistas” y se convierten en estructuras institucionales de administración local de los
intereses mundiales.
Además, este grupo está conformado por entidades intergubernamentales de control y ejercicio de
violencia (como la OTAN), entidades intergubernamentales y privadas de control del flujo mundial
del capital, especialmente el financiero (como el FMI, el Banco Mundia, el Club de París, etc.). Esta
trama institucional constituida por las entidades y Estados-nación, que se nombraron arriba, forman
un gobierno mundial invisible, al que el autor llama BLOQUE MUNDIAL IMPERIAL. Se observa
que hay una re-concentración mundial del control de la autoridad política. En la sociedad civil se
generaron discursos que validan estas formas de dominación, que promueven la explotación de las
personas en el trabajo, por ejemplo, y producen la colonialización en donde el Bloque Mundial
Imperial impone su voluntad sobre el resto del mundo.
En este contexto la globalización es un momento del proceso de desarrollo histórico del patrón de
poder. La globalización ha ampliado la dominación consensuada de las clases dominantes del
mundo. Ya no se limita al ejercicio de imponer su modelo hegemónico sobre una sociedad o cultura,
esta forma se ha expandido a nivel mundial, creando una única y legítima racionalidad
(eurocentrista).
La globalización es concebida como una maquinaria impersonal que existe y se desarrolla
independientemente de las decisiones humanas, de un modo natural e inevitable que abarca todas las
acciones humanas hoy.
Para ilustrar este concepto tomaré como ejemplo la industria de la moda e indumentaria. Con la
industrialización creciente y voraz de este tipo de industria, en donde la producción en masa es de
suma importancia, se ve la necesidad de abaratar costos. Por lo cual diferentes empresas, como por
ejemplo Levi's o Nike producen sus materiales y manufacturan en distintos puntos del mundo,
borrando el proceso de producción y la explotación que se esconde detrás de la prenda. La
distribución de la producción y los bienes y productos se hará en relación a los cambios que surjan
en las relaciones entre las diversas formas de acumulación capitalista a favor de la hegemonía de la
acumulación financiera.
Se concreta una RE-CONCENTRACIÓN del control de los recursos, bienes e ingresos en manos de
una minoría. Crece el proceso de polarización social entre una minoría rica (cada vez más
decreciente pero más rica) y la mayoría (más creciente, más pobre)
A esto se le agrega un incremento de la sobre-explotación del trabajador alrededor del mundo.
La consecuencia visible es la aparición de una estructura explotadora del trabajo y la re-aparición de
formas no salariales, como la esclavitud y la servidumbre personal.
Para Aníbal Quijano fuerza y violencia son requisitos de la dominación, pero en la sociedad moderna
no son ejercidos de manera explícita y directa, se encuentran encubiertas por estructuras
institucionalizadas de autoridad colectiva o pública y “legitimadas” por ideologías constitutivas de
las relaciones intersubjetivas entre los varios sectores de interés y estructuras: ESTADO. Esto se
adapta al concepto de hegemonía que plantea el autor italiano, ya que la hegemonía es la forma de
dominación de la clase dominante (en este caso el Bloque Imperial Mundial) que se ejerce mediante
la suma de coerción e ideología, que siempre irán de la mano. Los trabajadores explotados acuden a
la fábrica voluntariamente, como explica Gramsci. Esta forma de explotación laboral está
naturalizada en la sociedad hoy en día. Trabajar constituye para ellos un privilegio y la forma
desigual de la concentración del capital en el mundo actual, donde la distancia entre ricos y pobres
crece cada día más genera produce una desigualdad que se ve como natural. Las estadísticas
muestran que un 20 % de la población mundial concentra el 80 % de la riqueza del mundo, mientras
que el restante 80 % concentra sólo el 20 % de la riqueza.
Quijano explica que la explotación y la dominación no son una consecuencia directa de la
integración mundial en el intercambio de bienes, servicios e información ni con el achicamiento del
mundo. La cuestión se debe analizar desde el carácter capitalista, contrarrevolucionario y predador
del poder mundial que implica la globalización. No se trata de detener el desarrollo de esta
integración, sino de liberarla de la violencia que genera y que las relaciones sociales entre las
poblaciones sean socialmente iguales y libres. Se debe cambiar la distribución mundial del poder de
forma radical.
Se darán entonces, lentamente, luchas de resistencia para reconquistar antiguos logros, como la
participación democrática y que cese la explotación violenta de los trabajadores a nivel mundial.
Siguiendo el ejemplo propuesto anteriormente de la industria de la indumentaria, han surgido en
estos años movimientos que se oponen a la explotación del trabajador, por ejemplo el IOU project, I
OWE YOU, que trata de cuestionar supuestos subyacentes de la industria de la moda y proponer una
forma de trabajo alternativa. La empresa, en su página web tiene una historia detallada, con fotos y
textos, sobre los integrantes y personas que trabajan en el proceso de la manufacturación de las
prendas. Esta organización apela al ser humano como individuo, mostrando las historias de
tejedores, diseñadores, artesanos y hasta consumidores, no como mito del hombre aislado y
contrapuesto a lo social sino, como plantea Quijano, con reciprocidad como forma de organización
del trabajo y de distribución más democrática, lo que proporcionará un nuevo horizonte para las
luchas mundiales.

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