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Capítulo 9 – Lettieri – Burgueses, aristócratas y radicales Las ideas burguesas de la revolución francesa se expandieron y se instalaron gracias a Napoleón. Pero la derrota de Waterloo había demostrado que todavía había cierta fuerza aristocrática. Ante el dilema de cómo encarar el futuro europeo, se generó una síntesis entre progresismo económico y conservadurismo político. El congreso de Viena 1814, potencias europeas – Rusia, Prusia, Inglaterra, Austria y Francia – se reúnen tras la primer caída de Napoleón. - En Francia, considerado víctima de la ambición de Napoleón, se restaura la monarquía y se reinstala en el trono a los Borbones derrocados por la revolución medida ejemplificadora para diluir intentos revolucionarios. - Resolver cuestión geopolítica se vuelve a las fronteras establecidas antes de 1789. - Para evitar conflictos europeos se crea la pentarquía (gobierno de 5 miembros), que sentaba las bases de una coexistencia pacífica en Europa con pretensiones de administrar el resto del mundo. En caso de conflicto, se buscarían rápidas soluciones pacificas, en caso de enfrentamientos armados, deberían realizarse fuera de Europa, se trasladarían los conflictos a las colonias para evitar la destrucción europea (cuando el acuerdo salió de circulación estalló la primer guerra mundial). El tratado también fundamentaba el derecho de las potencias a construir un poder colonial y el derecho a intervenir a lo largo del planeta. - Problemas de autoridad política en Europa central: estos territorios reconocían como autoridad a Austria y Prusia. Para evitar que estos territorios se unificaran en una gran unidad política y cultural (Gran Alemania) e impusieron su hegemonía, sancionaron un estatuto que creaba una Confederación Alemana que reconocía la autonomía, soberanía e igualdad de derechos de los estados miembros, que conservaban sus instituciones políticas propias. Se crea una asamblea plenaria (en donde cada estado tenía igual derecho a veto), un consejo de ministros plenipotenciarios (con voto calificado según la jerarquía acordada a cada una de las unidades políticas que representaban). Algunas de esas entidades políticas estaban gobernadas por autoridades inglesas, holandesas y danesas. La revolución francesa encontró su límite en las pretensiones burguesas de convertirse en una nueva aristocracia y la ambición de Napoleón de construir una empresa imperial. Igual la burguesía se fortaleció y ya no podría ser ignorada, no solo se confirmaron derechos burgueses sino que obtuvieron derechos políticos restringidos con el voto censatario. En el caso inglés, los burgueses ya habían sellado una alianza con la nobleza y el poder monárquico. Por el propio proceso de expansión económica se necesitaban los derechos burgueses y la libre circulación de bienes y personas. El monarca francés necesitaba ser respaldado por la burguesía, Luis XVIII sanciono la carta constitucional, donde el rey convocaba a la burguesía a colaborar con su gestión: aprobarían el presupuesto los nuevos impuestos. Se confirmaron la propiedad privada, la libre circulación de bienes y personas y el fin de la imposición de servicios personales a plebeyos. Se creó el Consejo de administración (para los principales contribuyentes), elegido por voto censatario, los burgueses controlaban la bolsa de Estado francés. Quienes pagaran impuestos aumentarían y se irían extendiendo los derechos políticos a más personas. Las revoluciones europeas de 1820, 1830 y 1840 La revolución de 1820: las decisiones del Congreso de Viena no hicieron nada por los problemas sociales y la estabilidad política interna. La consolidación de la autoridad monárquica estuvo acompañada de censura y represión en Alemania, Francia e Inglaterra, por lo que el espíritu revolucionario se traslado al sur: España, Portugal, Sicilia, el Piamonte y Grecia, que contaban con economías débiles, de producción agrícola y comercio. Estas fueron impulsadas por débiles burgueses comerciales, funcionarios y jóvenes oficiales. Generaron un fuerte sentimiento nacionalista que llevo a los progresistas a nuclearse en sociedades secretas, como la Joven Italia y la Joven Grecia. Apoyaban la lucha armada revolucionaria para conseguir independencia. Pero no recibieron apoyo y la pentarquía aplico el derecho a intervención y reprimieron los focos revolucionarios mediterráneos. En Grecia, Inglaterra antepuso la paz con el Imperio Turco y las posibilidades económicas que esta le prometía. Pensaban que conseguirían el apoyo de Francia, pero esta ni se inmutó. Correlativamente, en naciones más avanzadas, en grupos de obreros e intelectuales comenzaron a instalarse ideas socialistas y anarquistas. Con la expansión económica y el crecimiento industrial, el clima social era propicio; cuestionaban el derecho del rey a gobernar y de la pretensión burguesa de monopolizar la propiedad y los medios de cambio. En las fábricas se generaban nuevos vínculos sociales, difusión de nuevas ideas y valores, y la incorporación de conductas que demostraban la superioridad de las acciones grupales. En Francia comenzó a divulgarse la idea política de que la burguesía y la aristocracia se habían unido para explotar al pueblo en su beneficio. Revolución de 1830: Esas ideas socialistas y radicales se tradujeron en protestas políticas durante los enfrentamientos callejeros en Paris como respuesta a la represión monárquica y a las graves condiciones económicas impuestas por los burgueses. En un primer momento se mando a reprimir, pero la Guardia Nacional, luego, se negó. La burguesía se unió a los descontentos para imponer sus demandas, en las que incluían el derrocamiento del monarca Borbón. Carlos X debió renunciar. La burguesía sabia que sola no podía imponer un régimen, por lo que se unió nuevamente a la aristocracia para evitar que el radicalismo avance. Se designó a Luis Felipe de Orleans, que era de origen noble, pero uno de los mayores inversionistas franceses por lo que compartía sus intereses. La burguesía se consolido: se firmo una nueva constitución que los beneficiaba y se extendió el sufragio censatario a los pequeños burgueses. Los trabajadores franceses fueron explotados e impulsados a condiciones de vida infrahumanas. Los sucesos franceses demostraban que tras la firme apariencia de la monarquía restaurada, subsistían las tensione sociales. La restauración chocaba con los ideales de emancipación social y progreso que rondaban por Europa. La revolución del 30 fue de alcance continental, permitió nuclear los reclamos de los distintos grupos sociales que reclamaban la disolución de la autoridad monárquica y un mayor protagonismo para la sociedad civil. El problema fue que los reclamos eran tan opuestos (étnicos y religiosos, de participación institucional, distribución de la riqueza) que los grupos rebeldes se fragmentaron. En el caso de Inglaterra, en 1832 se sancionó una reforma política que permitió ampliar el derecho de sufragar de las clases medias de manera pacífica, pero los reclamos populares fueron anulados. Los orígenes de la unificación alemana A pesar de que en el Congreso de Viena el objetivo era impedir que los estados se unan en una “Gran Alemania”, el objetivo de los prusianos era otro. Estos impulsaron el proyecto de la Zollverein (Unión Aduanera), con esto Prusia buscaba liderar el proceso de unificación alemana bajo una matriz ya no política sino económica (sabía que si intentaba subordinar a los otros estados, estos se le iban a poner en contra y las potencias iban a poder intervenir). Con esto, solo pagarían impuestos los productos que entraban al territorio alemán, pero dentro de este, entre los estados, no se pagarían impuestos: se eliminaban las barreras aduaneras interiores al tiempo que se eliminaban los impuestos internos. Con esto abarataban los precios finales y sentaban la base de una comunidad económica que venía a sumarse a la hermandad cultural preexistente. Aunque con esto Prusia resignaba un 25% de ingresos, abría el camino para ser reconocida líder de la naciónalemana. Fue un trabajo de hormiga tendiente a alcanzar la hegemonía sobre la pequeña Alemania, dejando a Austria de lado. El 48: En la primera mitad del siglo XIX hubo una gran expansión económica y un crecimiento significativo de la burguesía a costas de la sobreexplotación de la mano de obra. En la medida en que la industria se difundió, las ideas socialistas y anarquistas se divulgaron y adquirieron adeptos: los obreros comenzaron a organizarse. La pésima calidad de condiciones de vida y de trabajo, la baja de salarios, la crisis económica (descenso de producción agrícola suba de precios); la restricción del mercado provoco desempleo industrial que desemboco en epidemias entre los hambrientos crisis generalizada. En Francia, radicales y socialistas se levantaron para repudiar la corrupción del gobierno de Luis Felipe de Orleans y reclamar la extensión de los derechos políticos, rebajas de precios y mejoras en las condiciones de vida y de trabajo. La corona reprimió, pero la burguesía abandono al rey, lo criticaban por adoptar una política de concentración oligárquica del poder. Una vez debilitado el poder político, un mitin de protesta convocado por estudiantes y jefes de logias secretas acabo en una verdadera conmoción popular que no pudo ser contenida por sus organizadores, la guardia nacional se negó a reprimir a los manifestantes, sancionando asi el fin del reinado de Orleans que debió escapar de Paris donde los republicanos establecieron un gobierno provisional. Las revoluciones del 48 estaban embebidas por un pensamiento romántico y anticonformista que privilegiaba los sentimientos nacionalistas y una igualdad social, reafirmando su compromiso con un ideal de progreso. Igual, la conjunción entre crisis económica, pánico financiero y una nueva detención de la actividad industrial acompañado del miedo a una expansión del socialismo, llevaron a las clases propietarias a resolver el conflicto en su beneficio. Entre el poder militar, la aristocracia y la burguesía, lograron derrotar la pretensión de transformación social. La gran vencedora fue la burguesía: sancionaron constituciones liberales que dieron origen a regímenes republicanos y monarquías parlamentarias. Solo Inglaterra y Rusia se mantuvieron al margen de estas revoluciones. Por el ferrocarril, se instalo el germen de la emancipación social y la libertad en regiones marginales, signadas por el atraso y el autoritarismo, el poder absolutista no pudo luchar contra las ideas liberales. Balance sobre las revoluciones del 48: el espíritu romántico, socializante, y nacionalista que había permitido unir a las sociedades civiles europeas para reclamar su emancipación definitiva del poder monárquico, se había topado con los prejuicios y temores la burguesía se dio cuenta que su adversario ya no era la nobleza sino los sectores obreros con sus utopías socialistas. Antepusieron sus intereses a sus principios y se aliaron a la aristocracia y al ejército. Con duras represiones acabaron con las revoluciones. La burguesía obtuvo grandes avances políticos gracias a la sanción de constituciones que preservaban la propiedad y la circulación de capitales y personas, desentendiéndose de los límites impuestos en el pasado por las fronteras nacionales. Los monarcas debieron aceptar la formación de parlamentos y solo podían votar los que pagasen un censo o impuesto por sus propiedades (voto censatario). No se extendía el voto al proletariado, solo en el caso francés donde la incipiente segunda republica reconocía el sufragio universal. - Paso de la sociedad monárquica a la sociedad burguesa: la burguesía intento establecer alianzas para afianzar, primero, sus derechos económicos para luego obtener derechos políticos. En la medida que no tuviera la fuerza para imponer un gobierno propio, se aliaba con quien le convenía. Entraron en juego nuevos actores sociales con los que se difundieron nuevas ideologías que cuestionaban el orden monárquico pero también el orden burgués: socialistas y radicales. Estos se difundían en las fábricas, donde el sector obrero comenzó a articularse en organizaciones políticas y sindicales. En la medida que un campesino o artesano era convertido en obrero, adquiría un marco ideológico que lo hacía cuestionar el sistema de explotación del hombre por el hombre.
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