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La nicotina

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La nicotina es una sustancia alcaloide con prioridades estimulantes con la que se pueden obtener efectos placenteros. La nicotina está presente en la planta del tabaco, aunque se puede encontrar también en algunos vegetales como el tomate, la berenjena, el pimiento y la patata, aunque en cantidades insignificantes
Un cigarrillo cuánta nicotina tiene:
La cantidad de nicotina por cigarro varía en función del fabricante y del tipo de tabaco, aunque de media un fumador ingiere entre 1 y 2 mg de nicotina por cigarrillo, ¡además de todos los demás componentes perjudiciales del cigarro!
Efectos de la nicotina
La nicotina es una sustancia natural y existen diferentes formas de incorporarla en nuestro organismo para obtener sus efectos: cigarrillos, masticando la hoja de tabaco, pipa de agua o cigarrillos electrónicos.
Cuando se inhala el humo del tabaco, la nicotina, al ser una sustancia liposoluble, se absorbe rápidamente y ya no hay vuelta atrás.
La nicotina inhalada se distribuye por el cuerpo en menos de 20 segundos. Además, cuando la nicotina llega al cerebro se une a unos receptores específicos y se genera una sensación de placer para el fumador.
Entre los efectos que tiene fumar cigarrillos de nicotina en el organismo podemos destacar:
Aumento de la tensión arterial.
Aumento de las pulsaciones por minuto (frecuencia cardiaca).
Subida del azúcar en sangre (hiperglucemia).
Incremento del movimiento intestinal.
Úlceras en el estómago.
El sistema inmune se debilita.
Debemos aclarar que, aunque muchas personas crean que la nicotina es la única responsable de provocar distintas enfermedades asociadas al tabaco, como cáncer o enfermedades respiratorias, se ha comprobado que no es verdad, y que están principalmente provocadas por los otros componentes del humo del tabaco.
¿Cómo actúa la nicotina en el cuerpo?
La nicotina es conocida por generar adicción. Esta sustancia estimula la producción de dopamina a nivel cerebral, la cual no solo provoca una sensación de bienestar, sino que genera la necesidad de seguir consumiendo. Sin embargo, es probable que no sepas que la nicotina también afecta funciones cognitivas como la memoria, la atención y el pensamiento ya que reduce el grosor de la corteza cerebral.
También ejerce una acción estimulante. La nicotina estimula las glándulas suprarrenales que, a su vez, generan adrenalina, una hormona que en altas concentraciones aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el ritmo respiratorio. Asimismo, altera la función del páncreas y hace que produzca menos insulina.
De hecho, otro de los efectos de la nicotina en el cuerpo es el aumento del nivel de glucosa o azúcar en sangre, de manera que los fumadores tienen un riesgo mayor de desarrollar diabetes.
Otro de los efectos de la nicotina es que aumenta la ansiedad Investigadores del King's College de Londres sugieren que la nicotina en realidad no reduce el estrés ni las tensiones, como creen muchos fumadores, sino que puede incrementar ligeramente la ansiedad a largo plazo.
De hecho, entre un cigarrillo y otro la mayoría de los fumadores experimenta síntomas de ansiedad debido a la adicción de nicotina. Es un estado de tensión, inquietud y agitación acompañado de un aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial. El fumador se distrae con facilidad y tiene dificultades para resolver problemas o tomar decisiones porque experimenta una especie de niebla mental que le impide pensar con claridad. 
Esa ansiedad se debe al deseo de fumar y es muy similar a la que se presenta en otras adicciones. Cuando consumes nicotina, tu cerebro libera sustancias llamadas neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina que generan sensaciones placenteras y un estado de alerta. Cuando dejas de fumar, los niveles de esos neurotransmisores caen en picado, lo cual se relaciona con situaciones de estrés, dificultad de concentración y respuesta emocional.
El cerebro, que ha perdido la capacidad para producir de manera natural la cantidad suficiente de dopamina, envía una señal de alarma para que consumas más nicotina y recuperes sus niveles habituales. Es un círculo vicioso en el que, cuanta más nicotina consumas, mayor será tu dependencia y la ansiedad que experimentes cuando no fumes. La buena noticia es que cuando dejas de fumar y superas el periodo de síndrome de abstinencia, la ansiedad comienza a disminuir porque tu cerebro recupera su equilibrio natural.

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