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ECUADOR

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ECUADOR (REPÚBLICA)
HISTORIA
En Ecuador se han descubierto restos arqueológicos de antiguas culturas de hace miles de años, relacionadas probablemente con la civilización maya de América Central. La civilización inca tuvo su centro en el Cuzco (hoy territorio peruano) y Quito, reino que los incas comenzaron a invadir durante la segunda mitad del siglo XV (véase Reino de Quito). Huayna Cápac dio por terminada la conquista del reino en 1488. Los incas incorporaron a su Imperio las poblaciones indígenas del Ecuador y opusieron dura resistencia a los primeros conquistadores españoles.
LA DOMINACIÓN ESPAÑOLA
El primer desembarco de los españoles en las costas del actual Ecuador se produjo en 1526, al mando de Bartolomé Ruiz. En 1533, los conquistadores españoles, dirigidos por Sebastián de Belalcázar y Francisco Pizarro, dieron muerte al jefe inca Atahualpa y a su lugarteniente Rumiñahui con el fin de controlar todo el territorio que había constituido este vasto Imperio. En nombre de la Corona española, el 1 de diciembre de 1540 Francisco Pizarro nombró gobernador de Quito a su hermano Gonzalo Pizarro. Poco tiempo después, Francisco era asesinado y Gonzalo encabezaba la rebelión de los encomenderos, descontentos por la promulgación de las Leyes Nuevas que restringían sus privilegios. Su gobierno rebelde duró hasta 1548, año en que fue vencido por las tropas españolas en la batalla de Xaquixahuana, llanura en el sur de la sierra peruana, tras la cual fue decapitado.
Después de la conquista, el territorio que hoy ocupa Ecuador pasó a formar parte del virreinato del Perú. En 1563, por cédula real, se creó la Real Audiencia de Quito, que disfrutó de bastante autonomía. De 1717 a 1723, y a partir 1740, la Real Audiencia dependió del virreinato de Nueva Granada, con sede en Santafé de Bogotá.
La primera sublevación independentista contra España tuvo lugar en 1809 con la constitución en Quito de la primera junta de gobierno que sustituyó al presidente de la Audiencia: la Junta Suprema, presidida por Juan Pío de Montúfar. Sin embargo, este primer movimiento emancipador fue reprimido por las tropas realistas de Toribio Montes. La victoria final no llegaría sino hasta 1820 con la derrota de los españoles en Guayaquil y la posterior batalla de Pichincha (1822), durante las cuales el ejército dirigido por el general Antonio José de Sucre, lugarteniente de Simón Bolívar, completó la independencia. En 1822, Bolívar y José de San Martín acordaron en Guayaquil la integración del Ecuador en la República de la Gran Colombia, república creada por Bolívar en 1819 que comprendía los territorios de Venezuela y Nueva Granada.
INDEPENDENCIA Y CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO
En 1830, tras la separación de Venezuela de la Gran Colombia, se acuerda la constitución del Ecuador como república independiente. El primer presidente de la nueva república fue el general Juan José Flores, héroe de las guerras de independencia y representante de la clase conservadora y aristocrática de Quito. En 1833 estalló una guerra civil entre los conservadores de Quito y los liberales de Guayaquil, el primero de una larga serie de enfrentamientos entre las dos facciones que tuvieron como consecuencia la toma del poder por tres destacados dictadores de la historia ecuatoriana: Juan José Flores, Gabriel García Moreno —dirigente del Partido Conservador— y Eloy Alfaro, del Partido Liberal Radical.
En medio de la lucha que sostuvieron los tres por el poder, se sitúa el periodo de presidencia del general José María Urbina, quien abolió la esclavitud en 1853. El presidente Alfaro, durante su segundo periodo de gobierno (1906-1911), introdujo una nueva Constitución de carácter liberal, dio un impulso muy importante a la construcción y desarrollo del ferrocarril, y estableció la enseñanza laica y gratuita. Alfaro fue depuesto y asesinado en 1912, y Leónidas Plaza accedió a un segundo mandato presidencial consolidando la hegemonía de la llamada “plutocracia liberal”. La economía de exportación se expandió y concluyó la construcción del ferrocarril Guayaquil-Quito.
Ecuador apoyó a Estados Unidos en la II Guerra Mundial contra las potencias del Eje. En el desarrollo político interno, el final de la guerra coincidió con el declive de la influencia liberal. En 1944, el presidente liberal Carlos Alberto Arroyo del Río, antiguo presidente del Congreso Nacional, renunció al cargo como consecuencia de un movimiento revolucionario encabezado por el ex-presidente José María Velasco Ibarra, que había gobernado el país entre 1934 y 1935, y que en esta ocasión recibió el apoyo de la facción conservadora. El 31 de diciembre de 1945 se promulgó una nueva Constitución que se mantuvo en vigor hasta 1967.
En 1947 Velasco Ibarra fue depuesto de su segundo mandato por un grupo militar que fue apartado del poder por el movimiento revolucionario que instaló a Carlos Julio Arosemena Tola como presidente provisional. En 1948, Galo Plaza Lasso, antiguo embajador en Estados Unidos, fue elegido presidente. A principios de aquel año, Ecuador había acudido a la IX Conferencia Interamericana celebrada en la ciudad colombiana de Bogotá para firmar la carta de la Organización de Estados Americanos (OEA).
En 1941, y ante lo que las autoridades peruanas consideraron como constantes agresiones por parte de Ecuador a lo largo del año anterior, tropas peruanas ocuparon la provincia limítrofe de El Oro. Con el objeto de poner fin a esta situación, en 1942 se procedió a la firma del Protocolo de Paz, Amistad y Límites entre el Perú y Ecuador, celebrado en Río de Janeiro y garantizado por Brasil, Chile, Estados Unidos de América y Argentina. Pese a la firma del acuerdo, las sucesivas autoridades ecuatorianas sostuvieron que en 1942 su país se había visto obligado a adjudicar al Perú más territorio que la zona en disputa, motivo por el cual en 1960, Ecuador desconoció en forma unilateral el Tratado de 1942.
INESTABILIDAD POLÍTICA
Velasco Ibarra fue elegido presidente por tercera vez en 1952 y permaneció en el poder hasta 1956. En las elecciones presidenciales de aquel año, el candidato conservador Camilo Ponce Enríquez obtuvo la victoria por estrecho margen sobre el candidato liberal. Velasco Ibarra volvió a presentarse como candidato independiente en las elecciones de 1960; severamente crítico con la política económica conservadora del gobierno de Ponce, prometió grandes reformas y en junio fue elegido presidente por amplio margen. Sin embargo, al carecer de un programa definido, no permanecería mucho tiempo en el gobierno, ya que fue obligado a renunciar en noviembre de 1961. Muy poco antes había firmado el acuerdo de la Alianza para el Progreso, por el que se garantizaba la ayuda estadounidense a los firmantes del documento por un periodo de 10 años.
El sucesor de Velasco Ibarra, el vicepresidente Carlos Julio Arosemena Monroy, también detentaría durante muy poco tiempo la jefatura de gobierno, pues fue derrocado en julio de 1963 por una Junta militar que llevó a cabo una serie de reformas económicas y sociales por decreto, entre las que se encontraba la reforma agraria. En 1964, la Junta esbozó también un plan nacional de desarrollo que abarcaría un decenio y que fue presentado a la comisión de la Alianza para el Progreso para poder recibir préstamos y financiación para los proyectos de desarrollo planificados. Muy pronto, sin embargo, se enfrentó a las progresivas exigencias de retorno a la legalidad constitucional y, tras dos semanas de disturbios callejeros, en julio de 1965 se acordó nombrar un gabinete más aceptable para la oposición. Pero el malestar político continuó: en marzo de 1966, una violenta manifestación antigubernamental, que provocó una dura represalia, desencadenó la agitación política en todo el país y la Junta fue derrocada.
Fue nombrado un gobierno provisional hasta noviembre de 1966, fecha en la que una nueva Asamblea Constituyente nombró presidente interino a Otto Arosemena. Su gobierno sobrevivió a una generalizada oposición inicial y en mayo de 1967 se promulgó una nueva Constitución.En junio de 1968, Velasco Ibarra fue una vez más el ganador en las primeras elecciones bajo la nueva Carta Magna, pero su quinto mandato no fue más afortunado que los anteriores. Asumió poderes dictatoriales en 1970 con el fin de contrarrestar el menguante apoyo a su gobierno; en febrero de 1972 fue derrocado una vez más por un golpe militar, cuyo principal dirigente, el general Guillermo Rodríguez Lara, comandante en jefe del Ejército, asumió el poder como presidente.
ETAPA DE PROSPERIDAD
Entre las primeras actuaciones del nuevo gobierno estaba el anuncio de un plan económico quinquenal, que debía aplicarse en la agricultura, la vivienda y la industria. En agosto de 1972 se efectuaron las primeras exportaciones petrolíferas de los nuevos yacimientos que estaban siendo explotados por empresas estadounidenses. Ecuador pronto se convirtió en el segundo país exportador de petróleo de América Latina, después de Venezuela. El petróleo proporcionó ingresos de divisas y fondos para la inversión, muy necesarios para el país, pero también disparó la inflación y ensanchó la brecha entre los ricos y los pobres.
El general Rodríguez Lara fue sustituido en 1976 por el almirante Alfredo Poveda Burbano, que asumió el gobierno como presidente de una Junta militar compuesta por los jefes de las tres Fuerzas Armadas. En los años siguientes descendió ligeramente la presión inflacionista. En 1978 se celebró un referéndum para aprobar una nueva Constitución que iría acompañada de una posterior convocatoria de elecciones presidenciales, las cuales se celebraron en abril de 1979; a finales de año Jaime Roldós Aguilera asumió la presidencia, entrando en vigor la nueva Constitución. Un nuevo conflicto limítrofe surgió en la frontera con el Perú, pero se cerró en 1981 después del arbitraje internacional. Poco tiempo después, Roldós moría en un accidente de aviación y el vicepresidente Osvaldo Hurtado Larrea se hizo cargo del ejecutivo. En mayo de 1984, el hombre de negocios y candidato conservador León Febres Cordero le sucedió; su gobierno sofocó varios intentos de rebelión militar, el más importante de los cuales se produjo en enero de 1987, cuando fue secuestrado durante unas horas por un grupo de militares. Rodrigo Borja, del partido Izquierda Democrática, ocupó la presidencia en un momento de grave crisis económica. En 1992 le sucedió Sixto Durán Ballén, nacido y educado en Estados Unidos. Su mandato estuvo dominado por la contestación a la política económica de su gobierno, que provocó una huelga general en junio de 1994, y por el conflicto fronterizo con el Perú.
CONFLICTO FRONTERIZO
El litigio fronterizo con el Perú se intensificó en enero de 1995. Ecuador había enviado sus tropas a la región limítrofe y no tardo en producirse un violento choque entre los ejércitos de ambos países. El territorio en litigio, que abarcaba una extensión de unos 340 km2, se localiza en la cordillera del Cóndor, región montañosa e inexplorada pero, al parecer, con ricos yacimientos de oro, petróleo y uranio. Las escaramuzas se intensificaron durante el mes de enero de 1995 y en febrero la aviación peruana respondió a los ataques aéreos por parte del Ecuador. A mediados de febrero, se firmó la Declaración de Paz de Itamaraty acordando el cese del fuego e iniciándose las negociaciones de paz. Al terminar el conflicto, la Asociación Americana de Derechos Humanos emitió la cifra de al menos 200 muertos y heridos por ambos lados, unas 5.000 personas desplazadas de sus comunidades en el norte del Perú y cerca de 15.000 en el sur de Ecuador. Estas negociaciones tuvieron su primer resultado exitoso en 1995, año en que se firmó en Brasilia la Declaración de Paz de Itamaraty, mediante la que las partes en conflicto se comprometían a resolver el problema de forma pacífica. Las negociaciones fueron fundamentalmente de carácter militar, pues estuvieron relacionadas con el alto el fuego y la creación de medidas de confianza entre ambos ejércitos. En 1996, año en que se signó el Acuerdo de Santiago, se llevó a cabo el establecimiento de los procedimientos para concluir las negociaciones globales y definitivas. Y en octubre de 1998, Alberto Fujimori, presidente del Perú, y Jamil Mahuad, presidente de Ecuador, firmaron el Acta Presidencial de Brasilia, acuerdo definitivo que fijaba el límite fronterizo. El acuerdo tuvo su epílogo en mayo de 1999, cuando los presidentes de ambos países sudamericanos terminaron de fijar las lindes fronterizas definitivas sobre el terreno, en el paraje conocido como Cahuide, con lo que se cerraban décadas de conflictos diplomáticos y militares, y se abría una nueva etapa de cooperación y desarrollo regional. Pese al optimismo manifestado por las autoridades de las dos naciones, en ambos países surgieron detractores del contenido de los acuerdos de paz. En Ecuador algunos sectores consideraron que se cedía soberanía de un territorio muy extenso, mientras que en el Perú algunos rechazaron la entrega a Quito del minúsculo territorio conocido como sector de Tiwinza.

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