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~ Véase TARGETEDTHERAPY (TRATAMIENTO DIRIGIDO), disponible en www.studentconsult.com Páncreas ÍNDICE DEL CAPÍTULO Pancreatitis 680 Anomallas congénitas 680 Agenesia 680 Póncreas dividido 680 Póncreas anular 680 Póncreas ectópico 680 Quistes congénitos 680 Pancreatitis aguda 680 Pancreatitis crónica 683 Neoplasias pancreáticas 685 Neoplasias quísticas 685 Carcinoma pancreótico 686 El páncreas es un órgano retroperitoneal orientado de forma transversal que se extiende desde el «asa en C» del d uodeno hasta el hilio del bazo. Aunque el páncreas no posee unas subdivisiones anatómicas bien definidas, los vasos adyacentes y los ligamentos pueden delinear el órgano en la cabeza, el cuerpo y la cola. El páncreas se corresponde en realidad a dos órganos fusionados en uno. Los islotes de Langerhans dispersos por el páncreas realizan funciones endocrinas fundamentales y la porción exocrina, que representa la mayor parte del volumen de este órgano, es una fuente principal de enzimas clave para la digestión. Las enfermedades que afectan al pán- creas p ueden ser origen de una notable morbimortalidad. Por desgracia, la localización retroperitoneal del páncreas y la vaguedad habitual de los síntomas y signos asociados a su lesión o a la disfunción de la porción exocrina causan que muchas enfermedades pancreáticas puedan evolucionar sin diagnóstico durante períodos prolongados de tiempo; por eso, para reconocer los trastornos pancreáticos es preciso un alto grado de sospecha. El páncreas recibe su nombre del término griego pankreas, que significa «carnoso». Sin embargo, es un órgano lobulado complejo. La porción endocrina constituye solo el 1-2% del páncreas y está compuesta por aproximadamente un millón de grupos celulares, los islotes de Langerhans; estas células secretan insulina, glucagón y somatostatina. Los trastornos más significativos del páncreas endocrino son la diabetes melli- tus y las neoplasias, que se describen detalladamente en el capítulo 20, por lo que no se abordarán aquí. El páncreas exocrino está constituido por las células nci- nares y los conductillos y conductos que transportan sus secreciones hacia el duodeno. Las células acinares son res- ponsables de la síntesis de enzimas digestivas, que, en su mayor parte, son sintetizadas como proenzimas inactivas, que se a lmacenan dentro de gránulos de cimógeno. Cuando Deseamos agradecer de forma especial las aportaciones de los autores que participaron en este capítulo en las ediciones p revias de esta obra. © 2018. Elsevier Espaila, S.L.U. Reservados todos los derechos se estimula la secreción de las células acinares, los gránulos se fusionan con la membrana p lasmática apical y liberan su contenido hacia la luz acinar central. Estas secreciones son transportadas hacia el duodeno mediante una serie de conductos anastomosados. Las células epiteliales que revisten los conductos también participan activamente en la secreción pancreática: las célu- las cúbicas que revisten los conductillos de menor tamaño secretan un líquido rico en bicarbonato, mientras que las células cilíndricas que revisten los conductos de mayor tama- ño producen mucina. Las células epiteliales de los conductos expresan el regulador de conductnncin transmembrana de In fibrosis quística (CFTR); la expresión aberrante de esta proteína de membrana afecta al contenido bioquímico y la viscosidad de las secreciones pancreáticas. El CFTR desempeña una función fundamental en la fisiopatología de la enfermedad pancreática en personas con fibrosis quística (v. capítulo 7). Como veremos más adelan te, la autodigestión del pán- creas (p. ej., en la pancreatitis) puede ser un acontecimiento extremadamente grave. Por tanto, una serie de mecanismos de «salvaguarda» han evolucionado para minimizar el riesgo de que esto ocurra: • La mayoría de las enzimas pancreáticas son sintetizadas como proenzimas inactivas y están secuestradas en grá- nulos cimógenos unidos a membrana, como se indicó anteriormente. • La activación de las proenzimas requiere la conversión del h·ipsinógeno en tripsina por la enteropeptidasa duodenal (también denominada enterocinnsa). • Los inhibidores de la tripsina (p. ej., SPINKl , también conocido como inhibidor de In tripsina secretora pancreática) también son secretados por las células ductales y acinares. • La tripsina se degrada e inactiva a sf misma en un mecanis- mo de retroalimentación negativo que, en condiciones normales, limita las concentraciones locales de tripsina activada. • Las células acina.res son notablemente resistentes a la acción de las enzimas activadas como la tripsina, la quimotripsina y la fosfolipasa Az. 679 C A P Í T U L O 17 Páncreas Entre las enfermedades del páncreas exocrino se encuentran la fibrosis quística, las anomalías congénitas, la pancreatitis aguda y crónica, y las neoplasias. La fibrosis quística se des- cribe detalladamente en el capítulo 7; los otros procesos pato- lógicos se abordan en este capítulo. ANOMALÍAS CONGÉNITAS El desarrollo pancreático es un proceso complejo que implica la fusión de los primordios dorsal y ventra l; en este proceso, desviaciones sutiles a menudo dan lugar a variaciones congénitas de la anatomía pancreática. Mientras que la mayoría de ellas no producen enfermedad clínica, las variantes (especialmente en la anatomía ductal) pueden representar auténticos retos para el endoscopista y el ciruja- no. Por ejemplo, el fallo del reconocimiento de la anatomía idiosincrática podría provocar la escisión inadvertida de un conducto pancreático durante la cirugía y, por tanto, producir una pancreatitis. Agenesia En muy pocas ocasiones, el páncreas puede faltar por comple- to, un cuadro que se asocia, en general (aunque no siempre), a otras malformaciones graves incompatibles con la vida. La homeocaja duodenal y pancreática 1 (PDXI) es un factor de transcripción del homeodominio clave para el desarrollo pancreático normal, y las mutaciones en la línea germinal de este gen se han asociado a una agenesia pancreática. Páncreas dividido El páncreas dividido es la malformación congénita más frecuente del páncreas, con una incidencia del 3-10%. En la mayor parte de los individuos, el conducto pancreático principal (conducto de Wirsung) se une al conducto colédo- co proximal a la papila de Vater, mientras que el conducto pancreático accesorio (conducto de Santorini) drena en el duodeno a través de una papila menor distinta. El páncreas dividido es consecuencia de una falta de fusión de los sis- temas de conductos fetales de los primordios pancreáticos ventral y dorsal. En consecuencia, el volumen principal del páncreas (que se corresponde con el primordio pancreático dorsal) drena en el duodeno a través de la papila menor de pequeño calibre. El conducto de Wirsung en los pacientes con páncreas divid ido drena solo una pequeña parte de la cabeza del páncreas a través de la papila de Vater. Más del 95% de los individuos son asintomáticos. El otro 5% sufren una pancreatitis aguda o crónica, posiblemente por el drenaje inadecuado de las secreciones pancreáticas a través de la papila menor. Páncreas anular El páncreas anular es una variante relativamente itúrecuente de la fusión pancreática; el resultado es un anillo de tejido pancreático que rodea completamente el duodeno. Puede presentarse con signos y síntomas de obstrucción duodenal, como distensión gástrica y vómitos. Páncreas ectópico El tejido pancreático situado de forma aberrante o ectópico ocurre en cerca del 2% de la población; las localizaciones de preferencia son el estómago y el duodeno, seguidos del yeyuno, del divertículo de Meckel y del íleon. Típicamente, estos restos embriológicos son pequeños (de milímetros a centímetros de diámetro) y se encuentran en la submucosa; están constituidos por ácinos pancreáticos normales con islo- tes ocasionales. Aunque habitualmente es incidental y asin- tomático,el páncreas ectópico puede inflamarse y producir dolor o -rara vez- sangrado mucoso. Aproximadamente el 2% de los tumores neuroendocrinos pancreáticos (v. capítulo 20) surgen de tejido pancreático ectópico. Quistes congénitos Los quistes congénitos posiblemente se deban a alteraciones en el desarrollo de los conductos pancreáticos. En la enfermedad poliquística pueden aparecer quistes en los riñones, en el pán- creas y en el hígado (v. capítulo 14). Los quistes congénitos suelen ser uniloculares y, en cuanto a su tamaño, pueden ser desde microscópicos a tener un diámetro de 5 cm. Están reves- tidos por un epitelio cúbico o aplanado uniforme y rodeados por una cápsula fibrosa delgada. Estos quistes benignos con- tienen un líquido seroso claro -que es un punto esencial para distinguirlos de las neoplasias quísticas pancreáticas, que con frecuencia son mucinosas (v. más adelante)-. PANCREATITIS Los h·astornos inflamatorios del páncreas pueden ser agudos o crónicos. En la pancreatitis aguda la función se normaliza si se elimína la causa de inflamación. Por el contrario, la pancreatitis crónica provoca una destrucción irreversible del páncreas exocrino. Pancreatitis aguda La pancreatitis aguda es un grupo de lesiones reversibles caracterizado por inflamación; la gravedad puede variar desde un edema focal y necrosis grasa hasta una necrosis difusa con hemorragia grave. Es un trastorno relativamente frecuente, con una incidencia anual en los países indush'iali- zados de 10 a 20 casos por cada 100.000 habitantes. Etiología La causa más importante de pancreatitis aguda en EE. UU. es la impactación de cálculos en el conducto colédoco, que dificulta el flujo de las enzimas pancreáticas hacia la ampo- lla de Vater («pancreatitis calculosa»); la segunda causa en importancia es el abuso de alcohol. En general, los cálculos y el alcoholismo producen más del 80% de los casos de pancreatitis aguda y el resto se deben a múltiples factores (tabla 17.1). Enh·e ellos destacan: • Obstrucción no asociada a cálculos de los conductos pan- creáticos (p. ej., secundaria a carcinoma pancreático u otras neoplasias periampulares, páncreas dividido, «barro» biliar o parásitos, sobre todo Ascaris lumbricoides y Clonorchis sinensis). • Fármacos, como anticonvulsivantes, quimioterapia onco- lógica, diuréticos de tipo tiacida, estrógenos y más de 85 sustancias de uso en clínica. • Infecciones por el virus de la parotiditis o el virus de Cox- sackie, que pueden infectar de forma directa las células exocrinas pancreáticas. • Trastornos metabólicos, incluidos la hipertrigliceridemia, el hiperparatiroidismo y otros estados de hipercalcemia. Tabla 17. 1 Factores etiológicos de la pancreatitis aguda Metabólicos Alcoholismo* Hiperlipoproteinemia Hipercalcemia Fármacos (p. ej., azatioprina) Genéticos Mutaciones en los genes del tripsinógeno catiónico (PRSS I) y del inhibidor de la tripsina (SPINK I) , Mecánicos Cálculos biliares* Traumatismos Lesión yatrógena Lesión intraoperatoria Procedimientos endoscópicos con inyección de contraste Vasculares Shock Ateroembolia Panarteritis nudosa Infecciosos Parotiditis Vi rus de Coxsackie *Las causas más frecuentes en EE.UU. • Isquemia debida a trombosis vasculai~ embolia, vasculitis o shock. • Traumatismo, ya sea por contusión o yatrógeno, durante la cirugía o la endoscopia. • Mutaciones en la línea germinal en los genes que codifican las enzimas pancreáticas o sus inhibidores. Por ejemplo, la pan- creatitis hereditaria es un trastorno autosómico dominante poco frecuente con una penetrancia del 80% caracterizado por ataques repetidos de pancreatitis grave, que suelen aparecer en la infancia. Se debe a mutaciones del gen PRSS1, que codifica el tripsinógeno, la proenzima de la h·ipsina pancreática. Las mutaciones patógenas alteran el sitio en el cual la tripsina se degrada e inactiva a sí misma, eliminando así un importante mecanismo de retroalimen- tación negativa. Este defecto determina la hiperactivación no solo de la tripsina sino también de otras muchas enzi- mas digestivas que necesitan que aquella se degrade para activarse. Como consecuencia de esta actividad proteasa incontrolada, el páncreas muesh·a tendencia a la autodiges- tión y a la lesión. Las mutaciones con pérdida de función de los genes que codifican los inlúbidores de la proteasa, como SPINK1, se asocian con menos frecuencia a la pancreatitis hereditaria. De forma notable, en el 10-20% de los pacientes con pan- creatitis aguda no se identifica una causa (pancreatitis idiopáti- ca), aunque parece existir una evidencia cada vez mayor que sugiere que muchos tienen una base genética subyacente. Por ejemplo, en un subgrupo de pacientes con la denominada pancreatitis idiopática hay mutaciones en la línea germinal en el gen CFTR cuyos síntomas se limitan principalmente al páncreas (v. capítulo 7). Patogenia La pancreatitis aguda parece causada por la autodigestión del páncreas por una activación inadecuada de las enzimas pancreáticas. Como se ha comentado anteriormente, cuando se activa la tripsina, es capaz de convertir otras formas de zimógeno de las enzimas pancreáticas en sus formas activas. Pancreatitis La activación prematura de la tripsina dentro del parénquima pancreático puede activar estas proenzimas (p. ej., fosfolipasas y elastasa), con la consiguiente lesión e inflamación tisular. La tripsina también convierte la precalicreína en su forma activada, con lo que activa el sistema cinina y, mediante la activación del factor XII (factor de Hageman), también pone en marcha los sistemas de la coagulación y el complemento (v. capítulo 4). Tres posibles vías pueden incitar la activación enzimática inicial que puede conducir a la pancreatitis aguda (fig. 17.1): • Obstrucción del conducto pancreático. El impacto de un cál- culo o barro biliar, o la compresión extrínseca del sistema ductal por una masa bloquea el flujo ductal, aumenta la presión intraductal y permite la acumulación de un líquido intersticial rico en enzimas. Puesto que la lipasa se secreta en su forma activa, esta puede producir una necrosis grasa local. Los tejidos lesionados, los miofibroblastos periaci- nares y los leucocitos liberan, entonces, citocinas proin- flamatorias que favorecen la inflamación local y el edema intersticial mediai1te una extravasación microvascular. El edema comprime aún más el flujo sanguíneo local, con lo que produce insuficiencia vascular y lesión isquémica en las células acinares. • Lesión primaria de la célula acinar. Este mecanismo patóge- no entra en juego en la pancreatitis aguda causada por isquemia, infecciones vírica (p. ej., parotiditis), fármacos y traumatismo directo del páncreas. • Transporte intracelular defectuoso de proenzimas dentro de las células acinares. En las células acinares normales, las enzimas digestivas destinadas a los gránulos cimógenos (y, finalmente, a la liberación extracelular) y las enzimas hidrolíticas destinadas a los lisosomas son transportadas por vías distintas después de su síntesis en el retículo endoplásmico. Sin embargo, al menos en algunos modelos animales de lesión metabólica, las proenzimas pancreáticas y las hidrolasas lisosómicas están juntas. Esto produce una activación proenzimática, la rotura lisosómica (acción de fosfolipasas) y la liberación local de enzimas activadas. No está claro hasta qué punto esto desempeña una función en el mecanismo de la pancreatitis aguda en el ser humano. El consumo de alcohol puede producir pancreatitis por distintos mecanismos. El alcohol incrementa de forma tem- poral la secreción exocrina pancreática y la contracción del esfínter de Oddi (el músculo que regula el flujo de jugo pan- creático a través de la papila de Vater). Asimismo, el alcohol ejerce un efecto tóxico directo sobre las células acinares, inclui- da la inducción del estrés oxidativo en las células acinares, con la consiguientelesión de la membrana (v. más adelante). Por último, la ingesta crónica de alcohol causa la secreción de un líquido pancreático rico en proteínas, lo que induce el depósito de tapones de proteínas densos y la obstrucción de los conductos pancreáticos de pequeño calibre. MORFOLOGiA Las alteraciones básicas en la pancreatitis aguda son: 1) extra- vasación microvascular que produce edema; 2) necrosis grasa por las lipasas; 3) una reacción inflamatoria aguda; 4) destrucción proteolítica del parénquima pancreático, y 5) destrucción de los vasos sanguíneos con hemo- rragia. En las formas leves, se encuentran edema intersticial y áreas focales de necrosis grasa en e l páncreas y la grasa peripancreáti- CA P Í TU LO 17 Páncreas CAUSAS: OBSTRUCCIÓN DE LOS CONDUCTOS LESIÓN DE LA CÉLULA ACINAR TRASTORNO DEL TRANSPORTE INTRACELULAR Colelitiasis Alcohol Fármacos Obstrucción ampollar Alcoholismo crónico Concreciones ductales Traumatismo Lesión metabólica (experimental) Alcohol Isquemia Virus Obstrucción de los conductos i i i MECANISMOS: Edema intersticial i Alteración del flujo sanguíneo Liberación de proenzimas intracelulares e hidrolasas lisosómicas Liberación de proenzimas al comprtimento lisosómico t Isquemia 1 Activación de enzimas (intra- o extracelulares) Activación intracelular de enzimas i Lesión de la célula acinar ENZIMAS ACTIVADAS LESIONES: 1 Inflamación intersticial y edema + Proteólisis (proteasa) + Necrosis grasa (lipasa, foslolipasa) + Hemorragia (elastasa) PANCREATITIS AGUDA Figura 17. 1 Patogenia propuesta de la pancreatitis aguda. ca (fig. 17.2A). La necrosis grasa se produce por la destrucción enzimática de los adipocitos; los ácidos grasos liberados se conjugan con el calcio para formar sales insolubles que preci- pitan in situ. En las formas más graves, como en la pancreatitis necro- sante aguda, la lesión también afecta a las células acinares y ductales, así como a los islotes de Langerhans y los vasos sanguí- neos: Macroscópicamente, el páncreas muestra una hemorragia de color rojo-negro entremezclada con focos de necrosis grasa de color amarillo-blanco (fig. 17.28). La necrosis grasa también puede ocurrir en la grasa ext rapancreática, incluidos el epiplón y el mesenterio intestinal, e incluso fuera de la cavidad abdominal (p. ej., en la grasa subcutánea). En la mayoría de los casos, el peritoneo contiene un líquido seroso ligeramente t urbio y marrón, con glóbulos de grasa (derivados del tejido adiposo digerido enzimá- t icamente). En la forma más grave, la pancreatitis hemorrágica, la necrosis parenquimatosa extensa se acompai'ía de hemorragia difusa dentro de la sustancia de la glándula. Características clínicas El dolor abdominal es la manifestación principal de la pan- creatitis aguda. Su intensidad varía desde leve y molesto, hast~ inte1~so_ e incapacitante. La pancreatitis aguda se diag- nostica prmc1palmente por la presencia de concen traciones plasmáticas elevadas de amilasa y lipasa, y por la exclusión de otras causas de dolor abdominal. En el 80% de los casos la pancreatitis aguda es leve y autolimitada, mientras que el 20% restante de los pacientes sufren una enfermedad grave. La pancreatitis aguda florida es considerada una emer- gencia médica de primera magnitud. Los pacientes afecta- dos suelen presentar de forma abrupta un «abdomen agudo» muy grave, con dolo1~ defensa y el dato de mal pronóstico de ausencia de tonos intestinales. Es típico que el dolor sea cons- tante, intenso y se refiera a la parte superior de la espalda; se debe distinguir del dolor de otros orígenes, como la úlcera péptica perforada, el cólico biliar, la colecistitis aguda con rotura y la oclusión de los vasos mesentéricos con infarto intestinal. Figura 17.2 Pancreatitis aguda. (A) El campo microscópico muestra una región de necrosis grasa (derecha) y necrosis parenquimatosa pancreática focal (centro). (B) Se ha seccionado el páncreas longitudinalmente para mostrar las áreas oscuras de hemorragia en el tejido pancreático y un área focal de necrosis grasa pálida en la grasa peripancreática (arriba a la izquierda). Las manifestaciones de una pancreatitis aguda grave se pueden atribuir a la liberación sistémica de enzimas diges- tivas y a la activación explosiva de la respuesta inflamatoria. La valoración clínica inicial puede mostrar leucocitosis, coa- gulación inh·avascular diseminada (v. capítulo 12), síndrome de dificultad respiratoria aguda (por lesión alveolar difusa) (v. capítulo 13) y necrosis grasa difusa. Puede producirse de forma rápida un colapso vascular periférico (shock) como consecuencia del aumento de la permeabilidad microvas- cula1~ con la consiguiente hipovolemia, que se complica con una endotoxemia (secundaria a la rotura de las barreras entre la flora digestiva y el torrente circulatorio) y la insuficiencia renal secundaria a una necrosis tubular aguda (v. capítulo 14). Entre los hallazgos de laboratorio se encuentran concen- traciones extremadamente elevadas de la amilasa sérica durante las primeras 24 h, seguidas (en las 72-96 h siguien- tes) de aumentos de las de la lipasa sérica. La hipocalcemia puede producirse por la precipitación del calcio en las áreas de necrosis grasa; si es persistente, es un signo de mal pronóstico. El páncreas engrosado e inflamado puede visualizarse mediante tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM). El eje del tratamiento de la pancreatitis aguda es la terapia de soporte (p. ej., mantenimiento de la presión sanguínea y ali- vio del dolor), y el «reposo» del páncreas mediante restricción absoluta de alimentos y líquidos por vía oral. En el 40-60% de los casos de pancreatitis aguda necrosante, los residuos necróticos habitualmente resultan infectados por gérmenes gramnegativos procedentes del tubo digestivo, lo que com- plica aún más la evolución clínica. Aunque la mayoría de los individuos con pancreatitis aguda se recuperan finalmente, cerca del 5% fallecen por shock durante la primera semana Pancreatitis de enfermedad; el síndrome de dificultad respiratoria aguda y la insuficiencia renal aguda son complicaciones ominosas. En los pacientes que sobreviven, entre las secuelas se encuen- tran «abscesos» pancreáticos estériles o infectados o seudoquistes pancreáticos. Seudoquistes pancreáticos Una secuela frecuente de la pancreatitis aguda (sobre todo de la alcohólica) es el seudoquiste pancreático. Las áreas de licue- facción de tejido pancreático necrótico están rodeadas por un tejido fibroso y crean un espacio quistico que carece de reves- timiento epitelial (de ahí el uso del prefijo seudo-). El contenido del quiste es rico en enzimas pancreáticas, y la valoración de laboratorio del aspirado del quiste permite establecer el diagnóstico. Los seudoquistes representan aproximadamente el 75% de todos los quistes pancreáticos. Aunque muchas de estas lesiones se resuelven de forma espontánea, son posi- bles las irúe.cciones secundarias, y los seudoquistes de mayor tamaño pueden comprimir estructuras adyacentes o incluso perforarse hacia ellas. MORFOLOGiA Por lo general, los seudoquistes son solitarios; habitualmente están adheridos a la superficie de la glándula y afectan a tejidos peri pan- creáticos, como el saco epiploico inferior o el retroperitoneo entre el estómago y el colon transverso o el hígado (fig. 17.3A). Su diámetro puede variar de 2 a 30 cm. Puesto que los seudoquistes se originan mediante la formación de tabiques de áreas de necrosis grasa hemorrágica, típicamente están compuestos por residuos necróticos encapsulados por paredes de tejido de granulación y fibroblastos con ausencia de revestimiento epitelial (fig. 17.38). Si se infectan, se formará un absceso pancreático. Pancreatit is crónica La pancreatitis crónica se caracteriza por una inflamación prolongada que causa una destrucción irreversible del pán- creas exocrino, que se acaba siguiendode la pérdida de los islotes de Langerhans. Es importante recordar que los brotes repetidos de pancreatitis aguda pueden evolucionar con el tiempo a una pancreatitis crónica, independientemente de su etiología. La prevalencia de la pancreatitis crónica es difícil de determir1ai~ pero probablemente varíe entre el 0,04 y el 5% de la población de EE. UU. Etiología Con diferencia, la causa más frecuente de pancreatitis crónica es el consumo prolongado de alcohol. Los hombres de media- na edad constituyen el grupo más numeroso. Entre otras causas menos frecuentes de pancreatitis crónica se encuentran las sigui en tes: • Obstrucción del conducto. La obstrucción prolongada del conducto pancreático, por ejemplo, por seudoquistes, cál- culos, neoplasias o páncreas dividido). • Pancreatitis tropical, un trastorno heterogéneo mal caracte- rizado que aparece en África y Asia; un subgrupo de casos tienen una base hereditai-ia. • Pancreatitis hereditaria debida a mutaciones del gen del tripsinógeno pancreático (PRRSl) o el gen SPINKl que codifica un inhibidor de la tripsina (v. tabla 17.1). • Pancreatitis crónica asociada a mutaciones de CFTR. La fisio- patología de la pancreatitis crónica en la fibrosis quística se comenta en detalle en el capítulo 7. C APÍTULO 17 Páncreas Figura 17 .3 Seudoquiste pancreático. (A) Corte transversal que muestra un quiste mal definido con una pared necrótica de color marrón. (B) Histológicamente, el quiste carece de un epitelio de revestimiento y, en su lugar, está revestido por fibrina y tejido de granulación, con cambios típicos de la inflamación crónica. • La pancreatitis autoinmunitaria es una variante de patogenia distinta de pancreatitis crónica asociada a la presencia de células plasmáticas secretoras de IgG4 en el páncreas. La pancreatitis autoinmunitaria es una manifestación de la enfermedad relacionada con IgG (v. capítulo 5), que puede afectar a muchos tejidos. Es importante reconocerla porque responde al tratamiento esteroideo. Hasta el 40% de los pacientes con pancreatitis crónica no presentan factores predisponentes 1·econocibles. Sin embar- go, e igual que sucede en el caso de la pancreatitis aguda, cada vez más casos de los considerados «idiopáticos» se asocian a mutaciones hereditarias en genes, como CFTR, que son importantes para que la función exocrina pancreática sea normal. Estudios recientes han identificado también polimorfismos de los genes que codifican las enzimas pan- creáticas exocrinas, como la carboxipeptidasa Al (CPAl) y la lipasa (CEL), que pueden aumentar la susceptibilidad a la pancrea titis crónica. Patogenia Aunque la patogenia de la pancreatitis crónica no está bien definida, se han propuesto diversas hipótesis: Obstrucción ductal por concreciones. Muchos de los agentes productores de pancreatitis crónica (p. ej., alcohol) aumen- tan la concentración de proteínas en las secreciones pan- creáticas, y estas pueden formar tapones ductales. Tóxico-metabólicas. Las toxinas, incluidos el alcohol y sus metabolitos, pueden ejercer un efecto tóxico directo sobre las células acinares que conlleva la acumulación de lípidos, la pérdida de células acinares y, por último, fibrosis paren- quima tosa. Estrés oxidativo. El estrés oxidativo inducido por el alcohol puede generar radicales libres en las células acinares, con la consiguiente lesión en la membrana (v. capítulo 2) y la posterior expresión de quimiocinas como la interleucina 8 (IL-8), que recluta a las células inflamatorias. El estrés oxidativo potencia también la fusión de los lisosomas y los gránulos de cimógeno, con la consiguiente necrosis de células acinares, hú lamación y fibrosis. Activación inadecuada de las enzimas pancreáticas por muta- ciones que afectan a los genes descritos anteriormente. A diferencia de lo que sucede en la pancreatitis aguda, en la crónica las células inmunitarias infiltrantes, como los macrófagos, secretan diversas citocina profibrógenas, como el factor de c;:recimiento transformador ~ (TGF-~), el factor de crecimiento del tejido conjuntivo y el factor de crecimiento derivado de las plaquetas. Estas citocinas inducen la acti- vación y la proliferación de los miofibroblastos periacinares («células estrelladas pancreáticas»), que depositan colágeno y provocan fibrosis. MORFOLOGÍA La pancreatitis crónica se caracteriza por fibrosis parenqui- matosa, un número y tamaño reducido de ácinos, y una dilatación variable de los conductos pancreáticos; los islotes de Langerhans están relativamente respetados inicialmente (fig. 17.4A). La pérdida de ácinos es una característica cons- tante, habitualmente con infiltrado inflamatorio crónico alrededor de los lóbulos y de los conductos. El epitelio ductal puede ser atrófico o hiperplásico, o mostrar metaplasia escamosa, y puede haber concreciones ductales (fig. 17.48). El resto de los islotes de Langerhans quedan amalgamados en e l tejido esclerótico, y pueden fusionarse y aparecer agrandados; finalmente, también desaparecen. Macroscópicamente, la glándula está dura, a veces con conductos extremadamente dilatados y concreciones calcificadas visibles. La pancreatitis autoinmunitaria (PAi) es una forma distinta de pancreatitis crónica caracterizada por una llamativa infiltra- ción de l páncreas por linfocitos y células plasmáticas, muchas de las cuales son positivas para lgG4, y que se asocia a una fi - brosis «ondulada» y venulit is (pancreatitis esclerosante lin- foplasmocitica). Características clínicas La pancreatitis crónica puede presentarse con episodios repetidos de ictericia, indigestión, o dolor abdominal persis- tente o de repetición y dolor en la espalda, o pasar completa- mente inadvertida hasta que se desarrollan una insuficiencia pancreática y diabetes mellitus (esta última debida a des- trucción de islotes). Los ataques pueden estar precipitados por el consumo excesivo de alcohol, comidas abundantes (que aumentan las demandas de secreciones pancreáticas), opioides u otros fármacos que pueden alterar el tono muscular del esfínter de Oddi. Para establecer el diagnóstico de pancreatitis crónica se debe tener un alto grado de sospecha clínica. Durante un ataque de dolor Neoplasias pancreáticas Figura 17.4 Pancreatitis crónica. (A) La fibrosis extensa y la atrofia solo han dejado islotes residuales (izquierda) y conductos (derecha), con un salpicado de células inflamatorias crónicas y tejido acinar. (B) En una imagen de mayor aumento se distinguen los conductos dilatados con concreciones eosinófilas densas en un paciente con pancreatitis crónica alcohólica. .8 ~ -o § 13 ~ -~ abdominal se pueden enconh·ar febrícula y modestos aumen- tos de las concentraciones de amilasa sérica. Sin embargo, en la enfermedad terminal, la destrucción acinar puede ser tan evolucionada que no se produzca el aumento de las enzimas. La obstrucción inducida por cálculos biliares puede presentarse como ictericia o incrementos de las concentraciones séricas de la fosfatasa alcalina. Un hallazgo muy útil es la visualización de calcificaciones en el páncreas mediante TC o ecografía. La pérdida de peso y el edema con hipoalbuminemia por la malabsorción causada por la insuficiencia exocrina pancreática también pueden ser sugestivos de la enfermedad . Aunque la pancreatitis crónica habitualmente no constitu- ye una amenaza para la vida de forma inmediata, el pronós- tico a largo plazo en los individuos con pancreatitis crónica es malo, con una tasa de mortalidad del 50% en 20-25 años. Las secuelas más frecuentes a largo plazo de la pancreatitis crónica son la insuficiencia de las enzimas exocrinas pan- creáticas, con la consiguiente malabsorción, y la deficiencia de las vitaminas liposolubles (v. capítulo 8). La insuficiencia exo- crina antecede típicamente a la aparición de la disfunción endocrina y los pacientes con una pérdida grave de los islotes pueden desarrollar una diabetes mellitus (v. capítulo 20). Enotros pacientes, el cuadro clínico dominante es un dolor crónico grave. Se d esarrollan seudoquistes pancreáticos (comentado anteriormente) en un 10% de los pacientes aproximadamente. La complicación a largo plazo más temida de la pancreatitis crónica es el cáncer de páncreas. El riesgo de h·ansformación maligna de la enfermedad que debuta en la edad adulta es modesto y no más de un 5% de los pacientes desarrollan cáncer a los 20 años. Por el contrario, la pancreatitis crónica que debuta en la infancia, como la pancreatitis hereditaria por mutaciones de PRSS1, determina un riesgo de sufrir cáncer de páncreas a lo largo de la vida de un 40-55%. No es raro que los pacientes con mutaciones de PRSS1 sean sometidos a una pancreatectomia profiláctica. !' RESUMEN iMlt3d#iiU- ~ • La pancreatitis aguda se caracteriza por inflamación y lesió n '::: parenquimatosa reversible con lesiones que varían desde un ede- "' -~ ma focal y necrosis grasa a necrosis parenquimatosa extensa y ¡¡¡ hemorragia; las manifestaciones clínicas son muy variadas, desde @ un dolor abdominal leve a un colapso vascular rápidamente mortal. La pancreatitis crónica se caracteriza por lesión parenquimatosa irreversible y formación de cicatrices; entre las manifestaciones clínicas se encuentran malabsorción crónica (debida a insufi- ciencia exocrina pancreática) y diabetes mellitus (causada por la pérdida de islotes). • Ambas entidades comparten mecanismos patógenos similares y, de hecho, la pancreatitis aguda de repetición puede llevar a una pancreatitis crónica. La obstrucción dueto/ y el consumo prolongado de alcohol son las causas más frecuentes de ambas formas. La activación inapropiada de las enzimas digestivas pancreáticas (debida a mutaciones en genes que codifican el tripsinógeno o los inhibidores de la tripsina) y la lesión acinar primaria (produ- cida por toxinas, infecciones, isquemia o traumatismo) también causan pancreatitis. NEOPLASIAS PANCREÁTICAS Las neoplasias exocrinas pancreáticas pueden ser quísticas o sólidas. Algunas son benignas, mientras que otras se encuen- tran entre las más mortales de todas las neoplasias malignas. Neoplasias quísticas Las neoplasias quísticas son tumores variados, que van desde quistes benignos inocentes a cánceres infiltrantes con riesgo vital. Aproximadamente el 5-15% de todos los quistes pancreáticos son neoplásicos; estos constituyen menos del 5% de todas las neoplasias pancreáticas. Algunos de ellos son casi siempre benignos (p. ej., cistoadenoma seroso); otros, com o las neoplasias quísticas mucinosas, pueden ser benignos o malignos. Los cistoadenomas serosos representan cerca del 25% de todas las neoplasias quísticas pancreáticas. Están compuestos de células cúbi- cas ricas en glucógeno que rodean pequeños quistes que contienen un líquido claro de color pajizo (fig. 17.5). Típicamente, los tumores se presentan en la séptima década de la vida con síntomas inespecíficos, como dolor abdominal; el cociente mujer:hom- bre es de 2:1. Estos tumores son casi uniformemente benignos, y la resección quirúrgica es curativa en la inmensa mayoría de los pacientes. La mayor parte de los cistoadenomas serosos CAP ÍTUL O 17 Páncreas l • ,m,,-"'1l1,V4 -, , • ~ • 'I! .... r.._ - • ,t.,.., ~.. -~ ..-\~ ..... . . J Figura 17.5 Cistoadenoma seroso. (A) Corte transversal de un cistoadeno- ma seroso. Solo queda respetado un borde delgado de parénquima pancreático normal. Los quistes son relativamente pequeños y contienen un líquido claro de color pajizo. (8) Los quistes están revestidos por epitelio cúbico sin atipia. tienen mutaciones somáticas con pérdida de función del gen supresor de tumores de von Hippel-Lindau (VHL), que como recordará es un regulador negativo del factor inducible por la hipoxia 1 u (HIF-1-a) (v. capítulo 6). A diferencia de los tumores quísticos serosos, casi el 95% de las neoplasias quísticas mucinosas afectan a mujeres y se suelen localizar en el cuerpo o la cola del páncreas, cursando como una masa indolora de crecimiento lento. Los espacios quís- ticos se llenan de una mucina densa y tenaz, y los quistes son revestidos por un epitelio cilíndrico mucinoso con un estroma celular denso asociado, que recuerda al ovárico (fig. 17.6). En función del grado de atipia citológica y arqui- tectural del revestimiento epitelial, los tumores quísticos mucinosos no invasivos se pueden dividir en displasia de bajo, moderado o alto grado. Hasta un tercio de los quistes se pueden asociar a un adenocarcinoma infiltrante, otra diferencia importante en relación con los tumores serosos. La pancreatectomía distal suele conseguir la curación en los quistes mucinosos no invasivos, incluso en los que tienen una displasia grave. Neoplasias mucinosas papilares intradueta/es A diferencia de las neoplasias quísticas mucinosas, las neopla- sias mucinosas papilares intraductales (NMPI) aparecen con más frecuencia en los hombres que en las mujeres y afectan sobre todo a la cabeza del páncreas. Las NMPI se originan en los conductos pancreáticos principales o en una de las ramas • Figura 17.6 Neoplasia quística mucinosa. (A) Corte transversal de un quiste mucinoso multiloculado en la cola del páncreas. Los quistes son grandes y están ocupados por mucina densa. (8) Los quistes están revestidos por epitelio cilíndrico mucinoso, que se acompaña de un estroma densamente celular similar al «ovárico». principales y no presentan el estroma celular propio de las neoplasias quísticas mucinosas (fig. 17.7). Igual que sucede en las neoplasias quísticas mucinosas, el epitelio de las NMPI no invasivas presenta grados variables de displasia y un sub- grupo de lesiones se asocia a adenocarcinoma üúiltrante. En concreto, los carcinomas «coloides» de páncreas, que corres- ponden a adenocarcinomas con abundante producción de mucina extracelular, casi siempre se corresponden con la malignización de una NMPI. Hasta dos terceras partes de las NMPI presentan mutaciones oncógenas de GNAS en el cro- mosoma 20q13, que codifica la subunidad u de una protefoa G estimuladora, G. (v. capítulo 20). La activación constitutiva de esta proteína G provoca una cascada intracelular que induce la proliferación celular. Carcinoma pancreático ---- El adenocarcinoma ductal infilh·ante de páncreas (más común- mente conocido como cáncer de páncreas) es la tercera causa de muerte por cáncer en EE.UU., después del cáncer de pulmón y el de colon. Aunque es bastante menos frecuente que los otros dos tipos de carcinoma, el pancreático está cerca de encontrarse entre los tumores más mortales que encabezan la lista de carcinomas, dado que se asocia a una de las tasas de mortalidad más elevadas. Cerca de 49.000 nor teamericanos recibieron el diagnóstico de cáncer de páncreas en 2015; casi todos los pacientes fallecen en un corto período de tiempo después del diagnóstico; la supervivencia a los 5 años es un deprimente 8%. Patogenia Igual que todos los cánceres, el cáncer de páncreas surge como consecuencia de una serie de mutaciones heredita- rias y adquiridas en los genes asociados al cáncer. En un patrón similar al descrito en la progresión escalonada del Figura 1 7. 7 Neoplasia mucinosa papilar intraductal. (A) Corte transversal de la cabeza del páncreas que muestra una neoplasia papilar prominente que distiende el conducto pancreático principal. (B) La neoplasia mucinosa papilar afecta a l conducto pancreático principal (izquierda) y se extiende hacia los conductos de menor tamaño y los conducti llos (derecha). Neoplasias pancreáticas cáncer de colon (v. capítulo 6), se describe una acumulación progresiva de cambios genéticos en el epitelio pancreático durante su transformación desde un epitelio no neoplásico a una lesión precursora no infütrante y a un carcinoma infil- trante (fig. 17.8). Aunque tanto las NMPI como las neoplasias quísticas mucinosas pueden evolucionar a adenocarcinoma infiltrante, la lesiónprecursora más frecuente del carcinoma pancreático se origina en los conductos pequeños y en los conductillos, y se llama neoplasia intraepitelial pancreática (PanlN, del inglés pancreatic intraepithelial neoplasias). Entre las pruebas que lo relacionan como precursor de la PanIN y del tumor maligno franco se encuentran que, con frecuencia, se identifican lesiones de este tipo microscópicas en zonas adyacentes a tumores infiltrantes y que ambas comparten una serie de alteraciones genéticas. Además, las células epi- teliales de las PanIN muestran un acortamiento espectacular de los telómeros, que puede predisponer a estas lesiones a alteraciones cromosómicas patógenas que pueden conh·ibuir a la adquisición de todo el espectro de las características del cáncer. La reciente secuenciación del genoma del carcinoma pan- creático ha confirmado que cuatro genes son los que con más frecuencia resultan afectados por las mutaciones somáticas en esta neoplasia: KRAS, CDKNA2A/p16, SMAD4 y TP53: • KRAS es el oncogén que con más frecuencia se altera en el cáncer pancreático. Se activa por una mutación puntual en más del 90% de los casos. Estas mutaciones alteran la actividad de la GTPasa intrínseca de la proteí- na KRAS, lo q ue determina su activación constitutiva. A su vez, KRAS activa una ¡;erie <le vfa¡; de transmisión de señales intracelulares, que inducen la carcinogenia (v. capítulo 6). • El gen p16 (CDKN2A) es el gen supresor de tumores más frecuentemente inactivado en el cáncer pancreático, y está suprimido en el 95% de los casos. La proteína p16 tiene una función esencial en el control del ciclo celular; su inactiva- ción elimina un punto de control importante. • El gen supresor de tumores SMAD4 está inactivado en el 55% de los cánceres pancreáticos y solo rara vez en otros tumores; codifica una proteína que desempeña una impor- tante función en la transducción de señales en sentido distal del receptor del TGF-~. • El gen supresor de tumores TP53 está inactivado en el 50-70% de los carcinomas pancreáticos. Su producto, la proteína p53, actúa reforzando los puntos de control del NORMAL PanlN-1A PanlN-1 B PanlN-2 PanlN-3 CARCINOMA INVASIVO !Acortamiento de telómeros l 1 Mutaciones de KRAS 1 lnactivación de p16 lnactivación de p53 SMAD4 BRCA2 Figura 17.8 Modelo de progresión para el desarrollo del cáncer pancreático. Se postula que el acortamiento de los telómeros y las mutaciones del oncogén KRAS ocurren en estadios precoces; la inactivación del gen supresor de tumores p 16, en estadios intermedios, y la inactivación de los genes supresores tumorales TP53, SMAD4 y BRCA2, en estadios tardíos. Es importante destacar que, mientras hay una secue ncia temporal de cambios, la acumulación de múltiples mutaciones es más importante que la ocurrencia de una secuencia específica. Pan/N, neoplasia intraepitelial pancreática. Los números que acompañan a los nombres de la parte superior aluden a los estadios en e l desarrollo de la PanlN. (Modificado de Maitra A, Hruban RH: Pancreatic cancer, Annu Rev Pathol Mech Dis 3: 157, 2008.) C A P Í T U L O 17 Páncreas ciclo celular, así como induciendo la apoptosis o senescencia (v. capítulo 6). BRCA2 también está mutado de forma tardía en un subgrupo de cánceres de páncreas. El cáncer pancreático es una enfermedad de adultos ancianos y un 80% de los casos aparecen entre los 60 y los 80 años de edad. La influencia ambiental más importante es el tabaco, que duplica el riesgo. La pancreatitis crónica de larga evolución y la diabetes mellitus se asocian también a un modesto aumento del riesgo de cáncer de páncreas. Estas dos entidades tienen una relación bidireccional con el cáncer de páncreas. Así, por ejemplo, los tumores originados en la cabeza del páncreas suelen producir una pancreatitis crónica de la porción distal del parénquima, mientras que la diabetes ocasionada por la obstrucción del conducto y la pancreatitis consiguiente pueden ser manifestaciones de una neoplasia subyacente. De hecho, aproximadamente un 1 % de la población de ancianos que desarrollan una diabetes de nue- va aparición tienen un carcinoma de páncreas no sospechado. Se ha descrito agregación familiar del cáncer de páncreas y, actualmente, se reconoce que w1 número creciente de defectos genéticos hereditarios aumentan el riesgo de sufrir este tumor. Por ejemplo, las mutaciones en la línea germinal del gen del cáncer de mama/ ovario familiar BRCA2 se observan en el 10% de los casos originados en pacien tes judíos de origen asquenazí. MORFOLOGiA Aproximadamente, el 60% de los cánceres pancreáticos surgen en la cabeza de la glándula, el 15%, del cuerpo, y el 5%, de la cola; en el 20% de los pacientes, la neoplasia afecta de forma difusa a todo el órgano. Los carcinomas pancreáticos suelen ser masas mal definidas, duras, estrelladas y de color gris-blanco (fig. 17.9A). Dos hallazgos son característicos del cáncer pancreático: es extremadamente invasivo (incluso los cánceres pancreáticos inva- sivos «precoces» invaden los tejidos peripancreáticos de for ma extensa) e induce una intensa reacción del huésped con fibrosis densa (respuesta desmoplásica). La mayoría de los carcinomas de la cabeza del pán- creas obstruyen e l colédoco distal en su trayecto a través de la cabeza del páncreas. En el 50% de tales casos, hay una distensión marcada del árbol biliar y, típicamente, los pacientes presentan ictericia. Por el contrario, los carcinomas en el cuerpo y la cola del páncreas no afectan a las vías biliares. Los carcinomas pancreá- t icos a menudo se extienden a través del espacio retroperitoneal, atrapando nervios adyacentes ( es decir, produciendo dolor) y, ocasionalmente, invadiendo el bazo, las glándulas suprarre nales, la columna vertebral, e l colo n transverso y el estómago. Los ganglios linfáticos peripancreáticos, gástricos, mesentéricos, epiploicos y portohepáticos frecuentemente están afectados, y el hígado a menudo está agrandado con depósitos metastásicos. Las metás- tasis a distancia ocurren, principalmente, en los pulmones y los huesos. Microscópicamente, el carcinoma pancreático sue le ser un adenocarcinoma de moderada a escasamente diferen- ciado que forma glándulas abortivas con secreción de mucina o cúmulos de células y muestra un patrón de crecimiento muy infil- trante y agresivo (fig. 17.9B). La fibrosis estroma! densa acompaña la invasión tumoral, y hay una tendencia a la invasión perineural dentro y fuera del órgano. La invasión linfática también se observa con frecuencia. Figura 17.9 Carcinoma pancreático. (A) Corte transversal de la cabeza del páncreas y del conducto biliar común del paciente en el que se aprecian una masa mal definida en el tejido pancreático (puntas de flecha) y la coloración verde del conducto por la obstrucción total del flujo biliar. (B) Glándulas mal formadas presentes en un estroma fibrótico denso ( desmoplásico) dentro del tejido pancreático. Otras variantes menos frecuentes de carcinoma pancreático son los carcinomas adenoescamosos con diferenciación esca- mosa focal, además de la glandular, y los carcinomas indiferencia- dos con células gigantes de t ipo osteoclasto, que son de estirpe mo nocítica y se mezcían con la neoplasia. Características clínicas Típicamente, los carcinomas pancreáticos permanecen silentes hasta que, en su extensión, llegan a alguna estruc- tura. Por lo general, el dolor es el primer síntoma, pero en ese momento estos cánceres son irreversibles. La ictericia obstructíva puede asociarse a carcinoma de la cabeza del pán- creas, pero rara vez es llamativa Jo suficientemente pronto. La pérdida de peso, la anorexia y el malestar generalizado, así como la debilidad, son signos de enfermedad avanzada. La tromboflebitis migratoria (síndrome de Trousseau) ocurre en cerca del 10% de los pacientes y se atribuye a la elaboración de factores de agregación plaquetaria y procoagulantes por parte del tumor o porsus productos necróticos (v. capítulo 6). Como ya se ha comentado, la diabetes de nueva aparición es la primera manifestación de un cáncer de páncreas en algunos pacientes. El cw·so clínico del carcinoma pancreático es una progresión rápida y, a menudo, muy breve. Menos del 20% de los cánceres de páncreas son resecables cuando se diagnostican. Desde hace . "'Pº se reconoce que es imprescindible identificar biomarca-t1e,,, dores capaces de detectar los cánceres de páncreas precoces y otencialmente curables. Aunque las concentraciones séricas de P uchas enzimas y antígenos (p. ej., antígeno carcinoembrionario 111 CA19-9) estén elevadas, estos marcadores no son específicos ~ sensibles como para emplearlos en el cribado selectivo. Varias ~écnicas de imagen, como la ecografía endoscópica y la TC de alta resolución, resultan útiles para el estudio de los casos con ~ospecha de cáncer, pero no para el cribado selectivo. , El cáncer de páncreas posiblemente se origine en lesiones pre- cursoras no invasivas (con más frecuencia PanlN),que aparecen como consecuencia de la acumulación progresiva de mutaciones en oncogenes (p. ej., KRAS) y genes supresores de tumores (p. ej., CDKN2Alpl6,TP53 y SMAD4). Es típico que estas neoplasias sean adenocarcinomas ductales con una intensa respuesta desmoplásica. La mayor parte de los cánceres de páncreas se diagnostican en estadios avanzados, lo que explica su elevada mortalidad. La ictericia obstructiva es una característica de los carcinomas de la cabeza del páncreas; muchos pacientes presentan dolor debili tante. • Los carcinomas de la cola del páncreas con frecuencia no se detectan hasta que el final de su evolución. LECTURAS RECOMENDADAS Andersen DK, Andren-Sandberg Á, Duell EJ, et al: Pancreatitis-diabetes- pancreatic cancer: summary of an NIDDK-NCI workshop, Pancreas 42:1227-1237, 2013. [Documento técnico que resume la situación actual de Neoplasias pancreáticas las evidencias sobre la relación bidireccional y compleja entre la pancreatitis crónica o la diabetes y el cáncer de páncreas. También se analiza la diabetes pancreatógena, una entidad recientemente descrita.] Bailey P, Chang DK, Nones K, et al: Genomic analyses identify molecu- lar subtypes of pancreatic cancer, Nature 531:47-52, 2016. [Perfil ex/1aus- tivo de la genómica del cáncer de páncreas realizado por el International Cancer Genome Consortium.J Dellinger EP, Forsmark CE, Layer P, et al: Determinant-based classifica- tion of acute pancreatitis severity: an international multidisciplinary consultation, Ann Surg 256:875-880, 2012. [Sistema internacional de clasificación. de la gravedad clínica de la pancreatitis aguda, basada en la opinión consensuada de médicos de 49 países.] Hart PA, Zen Y, Chari ST: Recen! advances in autoimmune pancreatitis, Gastroenterology 149:39-51, 2015. [Revisión actualizada de la etiopatogenia y los subtipos clínicos de pancreatitis autoinmunitaria elaborada por uno de los grupos de expertos más importantes en esta materia.] Knudson ES, O'Reilly EM, Brody JR, et al: Genetic diversity of pan- creatic ductal adenocarcinoma and opportunities for precision medicine, Gastroenterology 150:48-63, 2016. [Descripción actualizada de las alteraciones 111oleculares en el cáncer de páncreas identificadas median te secuenciación masiva y con mención a posibles dianas tera- péuticas.] Ryan DP, Hong TS, Bardeesy N: Pancreatic adenocarcinoma, N Engl J Med 371:1039-1049, 2014. [Destacada actualización con orientación clínica referida al cáncer pancreático, incluidas las dianas moleculares de reciente desarrollo utilizadas en su tratamiento.] Shelton CA, Whitcomb DC: Genetics and treatment options for recu- rren! acute and chronic pancreatitis, Curr Treat Options Gastroenterol 12:359-371, 2014. [Revisión. exhaustiva sobre las 111utacio11es en la línea ger111inal que producen la pancreatitis recidivante y también descripción de algunos polimorfismos recientemente identificados, que aumentan. el riesgo de pancreatitis.] Tanaka M, et al: International consensus guidelines 2012 for the mana- gement of IPMN and MCN of the pancreas, Pancreatology 12:183-197, 2012. [Act11alizaci6n de las recomendaciones de consenso de 2006 sobre los métodos de identificación de malignidad en las lesiones q11ísticas precursoras del cáncer pancreático usando criterios radiológicos y de otro tipo. Aunque no son definitivas, estas recomendaciones se emplean de forma generalizada para decidir qué pacientes con quistes deben ser operados o pueden ser vigilados solo.] 17 Páncreas booksmedicos.org Botón1:
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