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2 Fisiopatología La válvula tricúspide malformada en la DVT, permite que la sangre se escape del ventrículo derecho a la aurícula derecha durante la sístole. El aumento del flujo sistólico en la aurícula derecha aumenta su volumen y esa cámara se expande para dar cabida a dicho aumento. El ventrículo derecho se hace más grande (hipertrofia por sobrecarga de volumen) para acomodar el aumento del retorno venoso (retorno venoso normal más el retorno de la sangre que regurgita hacia la aurícula derecha en la sístole) en diástole. El aumento del volumen diastólico del ventrículo derecho permite que expulse un mayor volumen latido, para compensar el volumen perdido en la aurícula derecha y mantener un volumen latido normal (hacia la arteria pulmonar). A medida que el corazón derecho crece, el anillo de la válvula tricúspide aumenta de tamaño. Debido a que la válvula tricúspide no puede crecer para mantener la coaptación, su orificio se hace más grande. El ciclo de aumento del tamaño del ventrículo derecho que empeora la de por sí grave regurgitación tricuspídea y aumenta el tamaño del ventrículo derecho, se convierte en un ciclo de empeoramiento de la hemodinámica que finalmente culmina en una regurgitación masiva que supera los mecanismos compensatorios del sistema cardiovascular. El resultado final es la insuficiencia cardiaca derecha congestiva (ICCD). La insuficiencia cardiaca derecha es el resultado de una regurgitación masiva de sangre hacia la aurícula derecha, lo que resulta en un aumento de la presión auricular derecha y una disminución del flujo hacia la circulación pulmonar. La disminución en el flujo pulmonar produce una disminución en el retorno venoso al corazón izquierdo. Como consecuencia, el corazón izquierdo se sobrecarga y probablemente se atrofia en respuesta. El resultado neto potencial es una disminución en el flujo sanguíneo sistémico. Los animales con DVT grave desarrollan insuficiencia cardiaca derecha. La manifestación más común de la insuficiencia cardíaca derecha es la ascitis. La DVT es la causa más común de insuficiencia cardiaca derecha pura que conduce a ascitis en los gatos. Junto con la ascitis, se puede identificar hepatomegalia y/o distensión de la vena yugular. En ocasiones, se puede identificar un derrame pleural, pero rara vez es grave. PRUEBAS DIAGNÓSTICAS Radiografía torácica Las radiografías torácicas de perros y gatos con DVT grave revelan cardiomegalia importante, debida principalmente a un agrandamiento masivo de la aurícula derecha. El atrio derecho aumentado de tamaño, agranda todo el lado derecho de la silueta cardiaca, empujando a menudo, el corazón izquierdo más hacia la izquierda. El resultado neto puede ser una impresión de cardiomegalia generalizada. Más comúnmente, se puede distinguir la aurícula derecha marcadamente agrandada como una estructura separada. El agrandamiento masivo de la aurícula derecha en un animal joven con un soplo cardiaco sistólico apical derecho es el signo patognomónico 3 de la regurgitación tricuspídea severa, generalmente debida a DVT. Incluso, en animales más viejos, la ampliación masiva de la aurícula derecha debe sugerir DVT, ya que la regurgitación tricuspídea adquirida rara vez produce una pronunciada ampliación de la aurícula derecha. Los animales que se tienen insuficiencia cardiaca derecha, comúnmente tienen una vena cava caudal muy agrandada que se puede identificar en ambas vistas radiográficas. Electrocardiografía El electrocardiograma suele ser anormal en perros y gatos con grave DVT. El hallazgo más común es la desviación del eje eléctrico derecho, debida a las ondas S profundas en las derivaciones I, II, III y aVF. También pueden estar presentes ondas P altas, que son indicativas de agrandamiento auricular derecho. Sin embargo, este hallazgo no es un medio sensible para detectar agrandamiento auricular derecho, y la ausencia de este hallazgo no descarta un agrandamiento auricular derecho en esta o cualquier otra enfermedad. El agrandamiento masivo de la aurícula derecha puede conducir a la producción de taquiarritmias supra ventriculares, la mayoría de las veces fibrilación auricular. Ecocardiografía El hallazgo más sorprendente en el ecocardiograma es la aurícula derecha notablemente agrandada. El tamaño de la aurícula derecha puede ser más grande que el del resto del corazón. También está presente una sobrecarga de volumen ventricular derecho, pero nunca en el mismo grado que la sobrecarga de volumen auricular derecho. El corazón izquierdo suele ser diminuto, con los diámetros diastólico final y sistólico final más pequeños de lo normal. El corazón izquierdo puede ser tan pequeño que lleva tiempo identificarlo durante un examen. Las valvas suelen ser anormales. La valva septal puede parecer adherida al tabique interventricular y tener poco movimiento. La valva mural puede parecer muy grande. Los músculos papilares pueden adherirse a esta valva o pueden estar mal posicionados. En perros, durante la sístole, siempre está presente un gran flujo (chorro) turbulento en la aurícula derecha, cuando se realiza un estudio con el ecocardiograma Doppler de color. En algunos gatos, se puede identificar el flujo regurgitante laminar. Dicho flujo ocurre cuando el orificio de la válvula tricúspide es muy grande en la sístole, probablemente de tamaño similar al orificio de la válvula pulmonar, lo que produce muy poca resistencia al flujo sanguíneo. En perros y gatos con DVT sin complicaciones, la velocidad del chorro de regurgitación, medida con Doppler de onda continua, está en el rango de 1,5-3,0 m/seg. La ecocardiografía de contraste con microburbujas puede realizarse en perros y gatos con DVT. Cuando se examina el corazón derecho después de la inyección de solución salina, las burbujas permanecen allí durante un período prolongado. En la regurgitación tricuspídea severa, la sangre es empujada hasta la circulación hepática en la sístole. En consecuencia, después de una inyección de solución salina en una vena cefálica o yugular, las burbujas a menudo se pueden visualizar en las venas 4 hepáticas. El flujo de vena hepática retrógrada también se puede documentar con ecocardiografía Doppler espectral. TRATAMIENTO Terapia medica. La terapia es paliativa y está dirigida a mejorar la calidad de vida, al reducir la cantidad de ascitis. La terapia estándar consiste en administrar furosemida y un inhibidor de la enzima de conversión de la angiotensina (ECA). Si el animal no se siente cómodo en el primer examen, se le extrae el líquido ascítico. La terapia médica suele ser eficaz para prolongar el tiempo hasta que el abdomen se distiende de nuevo, pero no suele ser efectiva para detener completamente la acumulación de líquido. En consecuencia, a menudo se requieren abdominocentesis y eliminación de líquidos. La eliminación periódica del líquido ascítico da como resultado la eliminación de grandes cantidades de proteínas cada vez que se repite el procedimiento. Sin embargo, en nuestra experiencia, esto rara vez resulta en una secuela clínicamente significativa. La concentración de albúmina sérica puede disminuir en estos casos, pero rara vez a menos de 2,0 g/dL. En consecuencia, nunca desalentamos a un propietario para que no regrese y se le apliquen procedimientos repetidos. Algunos propietarios pueden incluso aprender a realizar el procedimiento por sí mismos. A diferencia de los perros con insuficiencia cardiaca izquierda, los perros que sufren de insuficiencia cardiaca derecha generalmente se sienten bien y, por lo tanto, tienen una buena calidad de vida entre los procedimientos. En última instancia, sin embargo, el intervalo se vuelve demasiado corto para que la mayoría de los propietarios lo toleren y la eutanasia se convierte en una opción viable. Terapia quirúrgica. La terapia quirúrgica suele ser una mala opción en nuestra experiencia. Hemos observado los cursos clínicos de tres perros después de la sustitución de la válvula tricúspide con una válvula bioprotésica. En cada caso, la válvula protésica se ha construido a partir de una endoprótesis vascular (stent) y del pericardio del perro. En cada caso, se ha producido trombosis y fibrosis extensas poco después de la cirugía. Un perro sobrevivió con estenosis tricuspídea moderada. Otro perro murió dentro de las 24 horas de la cirugía. El último perro murió una semana después de la cirugía con estenosis tricuspídea grave y posible tromboembolismo pulmonar. Los animales con DVT grave desarrollan insuficiencia cardiaca derecha. Su manifestación más común es la ascitis. La DVT es la causa más común de insuficiencia cardíaca derecha pura que conduce a ascitis en los gatos. Junto con la ascitis, se puede identificar hepatomegalia y/o distensión de la vena yugular. En ocasiones, se puede identificar un derrame pleural, pero rara vez es grave.
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