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147 Revista de Administración Sanitaria Volumen III. Número 9. Enero/marzo 1999 Alternativas en el modelo de atención al paciente en Fase Terminal Vicente Valentín Maganto* Maite Murillo González* Dolores Royo Pascual** Hospital 12 de Octubre. Madrid* Escuela Nacional de Sanidad** Resumen: Se define el paciente en fase terminal como aquel paciente que presenta una enfermedad en fase muy avanzada, activa en progresión y con un pronóstico vital limitado. En la medicina actual se ha produ- cido un cambio de mentalidad pasando de “CUIDAR” en su concepto integral al “CURAR” utilizando toda la tecnología posible. Los cuidados paliativos aseguran la vida pero aceptan la muerte como algo inevita- ble, proporcionando alivio del dolor y otros síntomas penosos, ofreciendo apoyo psicológico y social tanto al enfermo como a la familia. En este trabajo se realiza un análisis de la situación de forma global. Durante siglos el ser humano moría donde había vivido o donde deseaba. Este proceso en los últimos años se ha desplazado del domi- cilio a los hospitales. Morir en casa es posible si se cubren las necesidades básicas. Las estructura sanitaria no está dando la respuesta adecuada para la atención al paciente en fase terminal. Básicamente no con- siste en un incremento de los recursos pero sí en adecuarlos. En la formación de los profesionales sanita- rios habitualmente no se enseña oncología de forma reglada, y el enfermo en fase terminal produce sen- sación de fracaso. La atención a los pacientes en fase terminal y la creación de Unidades de Cuidados Paliativos especí- ficas debería garantizar los cuidados a los pacientes en fase terminal en cualquier circunstancia dando una respuesta consensuada entre los distintos niveles asistenciales y orientando la atención hacia el domicilio. Los médicos de familia serían los responsables de la atención a estos pacientes con el apoyo de las unida- des específicas. En resumen, en los cuidados paliativos se debe eliminar como concepto y frase a utilizar en relación al paciente terminal “lo siento, no hay nada que hacer”. Palabras Clave: cuidados paliativos, organización sanitaria, modelos de atención en cuidados pa- liativos. Summary: The definition of terminal patient is that person who suffers an advanced disease, active and in pro- gression with a limited prognostic life. Nowadays we attend to the change in the mentality in the concept of to “take care of ” in its whole expression, to the concept “to cure” using all kinds of instruments and technology. Palliative cares guarantee life but accept the death like something inevitable, giving pain relief and other distressing symptoms, offering psychological and social support to the patients and their fami- lies. In this work we make an analysis of the global situation. During decades, people died where they lived or where they desired. In the last years this process moved from home to the hospital. To die at home is 1. Introducción La sociedad actual, y como reflejo la Medicina, ha sufrido un cambio de men- talidad pasando del CUIDAR en su con- cepto integral, al CURAR utilizando toda la tecnología posible; por lo que la muer- te no se asume como algo natural y el proceso de morir deja de ser algo nor- mal, algo que forma parte de la vida, y pa- sa a convertirse en un problema. La lucha por la vida siempre debe tener un final diferente a la muerte, y cuando ésta su- cede, acaba viéndose como un fracaso personal. Por este motivo, surgen pro- blemas tan graves como la deshumaniza- ción en la atención a los pacientes no cu- rables, sobre todo en el medio hospitala- rio. En la actualidad, la mayoría de los pa- cientes terminales ingresados en hospita- les generales y oncológicos, no reciben cuidados específicos de enfermos en fase terminal, sino que son atendidos y trata- dos, en muchos casos como enfermos curables, recibiendo terapéuticas y actitu- des clínicas no adecuadas a su situación. La formación y el rechazo natural del profesional, a admitir la muerte como al- go natural e inevitable en esta fase, unida a las esperanzas de éxito puestas en cual- quier terapéutica de reciente aparición, es causa de que la toma de decisiones clí- nicas respecto del uso de tratamientos, desproporcionados o no, sea cada vez mas difícil. La decisión de tratar a un pa- ciente en fase terminal, es mas fácil cuan- do está basada en la “actitud” paliativa, y como dice el Dr. Luque se debería aplicar en todo momento la “medicina del senti- do común” para estos enfermos. Esta “actitud” paliativa, debe llevar apa- rejada una continua revisión de los trata- mientos específicos y activos de cada en- fermedad, por profesionales cualificados y adecuados a cada patología, que pue- den hacer cambiar y variar los criterios de paciente en fase terminal. Aunque cada vez es mas frecuente ver Vicente Valentín Maganto, Maite Murillo González, Dolores Royo Pascual 148 Revista de Administración Sanitaria Volumen III. Número 9. Enero/marzo 1999 possible if we cover the basically supplies. The health system is not giving the appropriate support to the medical care of patients with a terminal disease. Basically the problem doesn’t consist in increasing the resources but using them properly. Usually in the training of medical students there is no training in onco- logy and the patient in the terminal phase make a feeling of failure. The care to a terminal patients and the creation of Units of Palliative Cares might guarantee the assis- tance in the final phase of disease in whatever circunstances, giving a coordinated support between the dif- ferents levels of assistance and pointing this assistance to home. The general practitioners might be the per- son in charge of the assistance to this patients together with the specific units. In summary, in palliative cares we have to eliminate the concept and the sentence relating to termi- nal patients “I am sorry, we have nothing to do”. Key-words: palliative care, organization system, models of assistance of pallative cares. actitudes “terapéuticas” paliativas al afrontar al paciente en su etapa final, con- tinúan siendo habituales las situaciones de encarnizamiento terapéutico, que en muchas ocasiones son reflejo del propio rechazo para aceptar la propia muerte. 2. Conceptos generales Paciente con enfermedad en fase terminal Es el paciente con enfermedad muy avanzada, activa en progresión y con un pronóstico vital limitado. (WHO, 1993). Partiendo de esta definición, los pa- cientes para ser considerados con enfer- medad en fase terminal deben presentar algunos criterios que intentan delimitar esta situación. En la patología tumoral están aceptados una serie de parámetros que caracterizan y definen esta fase, aun- que resulta más complicado en otras patologías. Los criterios que definen la fase termi- nal: • Presencia de una enfermedad avanza- da, progresiva o incurable. • Escasa o nula posibilidad de respuesta al tratamiento activo, específico para la patología de base. En determinadas situaciones se deben utilizar recursos considerados como específicos (ra- dioterapia, antibioterapia...) por su impacto favorable sobre la calidad de vida, siendo éste su único criterio de uso. • Presencia de problemas o síntomas intensos, múltiples, multifactoriales y cambiantes. • Impacto emocional en paciente, fami- lia y equipo terapéutico, relacionado con el sufrimiento y el proceso de morir. • Pronóstico vital limitado. Con estas características generales se intenta distinguir a los pacientes en fase terminal de las diferentes patologías (cáncer, SIDA, geriátricos avanzados...) de los pacientes crónicos evolutivos de larga supervivencia y/o ingresados en unidades de cuidados de larga estancia. La decisión por parte de los sanitarios de definir a un paciente como terminal debe ser tomada sólo por personal con expe- riencia, estando sujeta a revisión perma- nente dicha decisión. Cuidados paliativos La Organización Mundial de la Salud (WHO,1990) marca los programas en cuidados paliativos,al definir este tipo de atención como: “Cuidado total de los pacientes cuya enfermedad no responde al tratamiento activo con intención curativa. Son de es- pecial relevancia el control del dolor y Alternativas en el modelo de atención al paciente en Fase Terminal 149 Revista de Administración Sanitaria Volumen III. Número 9. Enero/marzo 1999 otros síntomas físicos, así como la aten- ción de los problemas psicológicos, so- ciales y espirituales. El objetivo de los cuidados paliativos es conseguir la mejor calidad de vida del paciente y su familia. Muchos de los cuidados paliativos deben ser empleados en estadíos más precoces de las enfermedades, en combinación con tratamientos más activos con finali- dad paliativa”. De acuerdo a esta definición y objeti- vos, los cuidados paliativos: • Aseguran la vida pero aceptan la muerte como algo inevitable. • No aceleran ni posponen la muerte. • Proporcionan alivio del dolor y otros síntomas penosos. • Integran aspectos psicológicos, socia- les y espirituales en los cuidados del paciente. • Ofrecen un sistema de apoyo para ayudar a los pacientes a vivir tan acti- vamente como sea posible. • Ofrecen un sistema de apoyo a la familia para afrontar la enfermedad y el duelo. En el IV Congress of the European Association for Paliative Care y I Con- greso de la Sociedad Española de Cuida- dos Paliativos, celebrado en Barcelona, Diciembre/ 1995, como resumen final del mismo se formuló la siguiente De- claración de Principios: “Cada individuo tiene derecho al alivio del dolor y de otros síntomas penosos. Los Cuidados Paliativos deben ser dispensados según los máximos principios de equidad, sin tener en cuenta el lugar de atención, estatus social o condición económica”. Pese a ser aceptada unanimemente, es- tá lejos su ejecución total; aunque se están produciendo cambios significativos y rápidos impensables hace unos pocos años. 3. Análisis de la situación La demanda social de los aspectos pa- liativos de la medicina se ha incrementa- do notablemente en las postrimerías del siglo XX. Varios han sido los factores desencadenantes. El progresivo enveje- cimiento de la población (en España ha pasado del 11% en 1981 al 16% estima- do en el 2001), el aumento del número de enfermos con cáncer y SIDA, y el incremento de enfermedades crónicas y degenerativas. La OMS estima que en el 2015 morirán 62 millones de personas en el mundo: 39% de enfermedades car- diovasculares, 16% de enfermedades infecciosas y 15% de cáncer. En países como Holanda, el 80% de los enfermos que reúnen criterios de terminales y por tanto deben recibir cuidados paliati- vos, son los pacientes con cáncer y SIDA. Vicente Valentín Maganto, Maite Murillo González, Dolores Royo Pascual 150 Revista de Administración Sanitaria Volumen III. Número 9. Enero/marzo 1999 Actualmente la prevalencia del cáncer es de casi tres casos por mil habitantes en todo el mundo. En Europa, el 22% de los fallecimientos son causados por esta enfermedad lo que representa 730.000 éxitus/año. En España es la 2ª causa de muerte en la población. Durante el año 1990, según los datos más recientemente publicados por el Instituto Nacional de Estadística, el número de muertos por cáncer fue 76.823. El 28% de los hom- bres y el 20% de las mujeres fallecen co- mo consecuencia de esta enfermedad. Afecta fundamentalmente a adultos de edad avanzada, aumentando las tasas de mortalidad a medida que aumenta la edad. Pero también en los niños tiene gran repercusión, ya que constituye la causa de muerte mas frecuente, si excep- tuamos los accidentes, después del pri- mer año de vida. Para el año 2000, la FESEO en el se- gundo libro blanco de la Oncología en España estima en 156.289 los casos nue- vos de cáncer y 96.316 los fallecimien- tos en ese año. Según la tendencia en las tasas de mortalidad por cáncer, alrede- dor de dos tercios de la población afec- tada por esta enfermedad necesitará antes o después cuidados paliativos. Ello hizo que la OMS en 1982, dentro del Programa general del control del cáncer, incluyera y considerara el alivio del do- lor y los cuidados paliativos componen- tes esenciales de los mismos junto con la prevención, detección precoz y trata- miento curativo. Hay que tener en cuenta que durante 1988, en el mundo occidental, el 90% de los fallecimientos se producían en los hospitales y en España suponía el 66% de los fallecimientos totales en el año 1989. Un 10% de la totalidad de pacientes ingresados son considerados clínica- mente en fase terminal, y el 70-80% de los fallecimientos de estos enfermos terminales acontecen en los hospitales. Cuando se analizan los datos de activi- dad en los servicios de urgencias, se evi- dencia que el 5% de los pacientes aten- didos tienen historia de cáncer, fallecien- do en dicho servicio un 10% de todos los pacientes oncológicos. De los enfer- mos que acuden a los servicios de ur- gencias, el 58% de los que presentan cáncer son ingresados, frente al 21% de los pacientes sin enfermedad tumoral. De los motivos de ingreso, el 57% no corresponden a causas propiamente on- cológicas, y un 23% se deben a situacio- nes de inadecuado control analgésico. El análisis de la actividad asistencial “palia- tiva” de un servicio de oncología, a nivel de enfermos ingresados, supone como mínimo un 30% de la actividad total del servicio. Alternativas en el modelo de atención al paciente en Fase Terminal 151 Revista de Administración Sanitaria Volumen III. Número 9. Enero/marzo 1999 En España se han notificado hasta junio de 1996 un total acumulado de 40.061 casos de SIDA. En 21.352 casos (53,3%) ha sido notificado su fallecimiento. El in- cremento medio anual desde 1985 es de un 91,86%. El 80% son hombres y el 20% mujeres, y las comunidades más afectas son Madrid, Baleares, País Vasco y Cata- luña. En estos pacientes, la disponibilidad de tecnología diagnóstica y de tratamien- to/profilaxis eficaz para la mayoría de la patología infecciosa oportunista, ha lo- grado que cada vez menos enfermos fa- llezcan de patología intercurrente poten- cialmente curable. En un estudio realizado en el año 1994 en la Comunidad de Madrid, en un corte de día sobre 300 enfermos con SIDA ingresados en Madrid, un 30% de los mis- mos tenían una expectativa de vida infe- rior a los 6 meses, según la opinión de su médico responsable. En la misma comu- nidad, en el año 1995 fallecieron 1.200 enfermos, tres de cada cuatro pacientes lo hicieron en hospital de agudos, y uno de cada cuatro enfermos son consumi- dores activos. En otras patologías el establecer por- centajes de actuación es mucho más complicado; para los geriátricos avanza- dos y demás situaciones clínicas defini- das, la cobertura necesaria no está esti- mada. 4. Respuesta de la estructura socio-sanitaria Hay que asumir que la muerte provo- cada por muchas enfermedades y funda- mentalmente por el SIDA, el cáncer y la demencia habitualmente no se producen de forma súbita, sino que pasan por un período denominado fase terminal, varia- ble en el tiempo y en la clínica, y en la cual se han agotado los tratamientos ac- tivos y priman los paliativos. Durante siglos el ser humano moría donde había vivido o donde deseaba. En los últimos años el proceso de morir se ha desplazado desde el hogar en compa- ñía de la familia hacia los hospitales, no siendo éste en muchas ocasiones el lugar deseado por el paciente. “La muerte ha cambiado de cama”. Ya no se suele morir en el domicilio rodea- do de tus cosas y de tus seres queridos. Se han elegido los hospitales con su misti- ficación y deshumanización, para que la muerte pase desapercibida y se convierta en algo ajeno, aséptico, silencioso y solita- rio, que es lo que se conoce como el se- cuestro de la muerte, convirtiéndose el morir en una situación mediatizada. Y esto sucede, con una infraestructura sa- nitaria fundamentalmente concebida para el enfermo agudo, no para el crónico y mucho menos para el terminal. La imagen de los servicios masificados y las urgen- Vicente Valentín Maganto,Maite Murillo González, Dolores Royo Pascual 152 Revista de Administración Sanitaria Volumen III. Número 9. Enero/marzo 1999 cias colapsadas y desbordadas, tienen como consecuencia angustia y sensación de inoperancia en muchos profesionales ante esta situación, y no parecen ser los mejores lugares para realizar cuidados paliativos al paciente en fase terminal. En España como en muchos países europeos, no pertenecientes al entorno anglosajón, el enfermo terminal es un “problema” que se margina, aísla y aban- dona. Se está intentando producir una descarga hospitalaria desorganizada, de este tipo de pacientes hacia su domicilio. Este hecho está motivado fundamen- talmente por: Un alto costo cama/día, mala relación en el número de habitan- tes/cama de hospital (201 habitantes/ca- ma), inadecuada utilización de recursos y un cambio lento pero progresivo en los hábitos culturales del lugar donde morir, tendiendo a fallecer en el domicilio, so- bre todo si es un enfermo terminal. Las condiciones culturales y psicosociales propias de nuestro país con un concepto familiar profundo, están motivando y favoreciendo este cambio. Sin embargo, hay que destacar, que en los enfermos con SIDA, es frecuente la existencia de problemas sociales graves, especialmente en aquellos que son o han sido drogode- pendientes. En estos casos, la acogida en la fase terminal se realiza en centros de base comunitaria, habitualmente gestio- nados por Organizaciones no guberna- mentales. Morir en casa es posible, si se cubren todas las necesidades básicas, fundamen- talmente atendidas por el médico de familia y por el resto de los miembros del EAP. Cuando esto no sucede, se produce lo que llamamos enfermo “pin-pon”. Pa- ciente con una alta tasa de consultas a los servicios de urgencia, que no suelen resolver los problemas puntuales que el enfermo y la familia demandan; basados, principalmente, en una marcada ansiedad y sensación de abandono, que puede lle- gar a motivar ingresos y tratamientos in- necesarios. La estructura sanitaria no está dando la respuesta adecuada para la atención al Paciente en Fase Terminal. Básicamente no consiste en aumentar los recursos, pero sí fundamentalmente adecuarlos. Estas premisas generales y esenciales pueden aplicarse a cualquier patología. Sin embargo fuera del cáncer y SIDA, los cuidados paliativos permanecen sin defi- nir y es frecuente que los profesionales sanitarios encuentren grandes dificulta- des a la hora de aplicar principios básicos de actuación, por una serie de problemas identificados y agrupados en: • Ausencia de políticas nacionales efec- tivas en el alivio del dolor y otros aspectos de los cuidados paliativos. Alternativas en el modelo de atención al paciente en Fase Terminal 153 Revista de Administración Sanitaria Volumen III. Número 9. Enero/marzo 1999 • Falta de formación de los profesiona- les sanitarios en este área. • Preocupación excesiva de que el uso de morfina y medicamentos análogos aumenten el consumo ilegal de dro- gas, lo que se traduce en restriccio- nes en la prescripción y abasteci- miento de opioides. 5. ¿Cómo abordar los problemas clínicos de los pacientes terminales? Los tratamientos curativos y paliativos no son mutuamente excluyentes, sino que son una cuestión de énfasis. Así, apli- caremos gradualmente un mayor número y proporción de medidas paliativas cuan- do avanza la enfermedad y el paciente de- ja de responder al tratamiento específico. Una vez agotado éste y en presencia de enfermedad progresiva los objetivos tera- péuticos deben dirigirse hacia la promo- ción del bienestar del enfermo y familia. El alivio de los síntomas debe ser un objetivo primordial en los cuidados palia- tivos, que debe perseguirse aún asumien- do riesgos terapéuticos importantes (efectos secundarios). ROY señala que “no deberían escatimarse esfuerzos clíni- cos ni científicos para liberar a los pa- cientes terminales de atroces dolores que invaden, marchitan y dominan su conciencia, que los dejan sin espacio físi- co o mental para las cosas que quieren pensar, decir o hacer antes de morir.” La experiencia clínica sugiere que con actuaciones terapéuticas paliativas bási- cas y adecuadas, se puede conseguir un control sintomático en la mayoría de los pacientes durante la mayor parte de la enfermedad. En fases avanzadas, no to- dos los síntomas físicos y psicológicos pueden eliminarse, pero si se puede con- seguir un alivio suficiente que disminuya el sufrimiento del paciente y familia. ¿Existe una formación y preparación específica de los profesionales para atender y cubrir todas las demandas? • En primer lugar, en la formación de pregrado de los profesionales sanita- rios, no se enseña habitualmente on- cología de forma reglada. El manejo de la situación terminal no se con- templa nunca, pues la enseñanza está orientada a curar, pocas veces a pre- venir y desde luego no a dar bienes- tar en los últimos momentos, o a sa- ber priorizar, en cada situación, los síntomas a tratar. Se ha perdido el concepto básico de CUIDAR. La muerte deja de ser algo natural y normal, algo que forma parte de la vida y acaba viéndose como un fraca- so terapéutico. Vicente Valentín Maganto, Maite Murillo González, Dolores Royo Pascual 154 Revista de Administración Sanitaria Volumen III. Número 9. Enero/marzo 1999 • En los profesionales sanitarios de atención primaria y atención especia- lizada, el enfermo en fase terminal produce frustración y sensación de fracaso, que asociado a la muerte y sufrimiento del paciente tratado por períodos largos de tiempo en situa- ciones difíciles, puede provocar el síndrome “burn out” o del quemado. Por otra parte, suelen existir falta de recursos y técnicas psicológicas ade- cuadas, en los profesionales sanita- rios, para superar los propios miedos a la desfiguración y muerte. Si asocia- mos falta de tiempo, paciencia y com- prensión puede conducir a generar rechazo hacia el enfermo y su familia. • Los profesionales sanitarios de aten- ción primaria en encuestas dirigidas, contestan que más de un 70% de los casos en fase terminal reciben una atención inadecuada. Cuando se ana- liza la causa, se concluye que el pa- ciente en fase terminal crea: inquie- tud y angustia por ser enfermos mul- tisintomáticos con trastornos psico- lógicos asociados, presentan un difícil manejo farmacológico y existe poca formación en el uso de opioides. Tras la modificación de la ley sobre pres- cripción de estupefacientes, se ha abierto una puerta para eliminar los tabúes que esta medicación produce y una mayor facilidad en su utiliza- ción. No se dispone de estudios pa- recidos en atención especializada. 6. Experiencias en la organización de los cuidados paliativos Organización de los cuidados paliativos en España En los últimos años, desde finales de los 80, han surgido equipos que han to- mado conciencia de la filosofía de los Cuidados Paliativos. Los profesionales que trabajan en cuidados paliativos en España provienen, en su dedicación, de orígenes diversos. Para ser más exactos, se podría afirmar, que en un principio, se trató casi de espontáneos de la medicina paliativa que a través de su trabajo cons- tataron la existencia de un vacío asisten- cial y buscaron la preparación y el sopor- te necesario para trabajar en la atención al paciente en fase terminal. Actualmente son cada vez más los profesionales que se orientan al termi- nar la especialidad y aún la licenciatura a la Medicina Paliativa, pero fundamen- talmente provienen de Medicina Familiar y Comunitaria, Oncología Médica, On- cología Radioterápica, Anestesia, Medi- cina Interna (etc.). La formación específi- ca la han adquirido por diversas vías, aunque en el programa de formación de Alternativas en el modelo de atención al paciente en Fase Terminal 155 Revista de Administración Sanitaria Volumen III. Número 9. Enero/marzo 1999 diversas especialidades clínicas se con- templa una formación adecuada en cui- dados paliativos. Todavía no existen en España institu- ciones u hospitalesespecíficos que reci- ban a este tipo de pacientes al modo de los Hospice británicos. Probablemente diferencias culturales hacen inviable, en nuestro medio, este modelo de aten- ción. Los cuidados paliativos en nuestro país tienen características peculiares que los diferencian de otros modelos vigen- tes en el Reino Unido o en el resto de países comunitarios. En ello influye sin duda, el hecho de que el Sistema Nacional de Salud no haya adoptado una postura unánime en lo referente a los Cuidados Paliativos. También se observa como, por ahora, existe un mayor desa- rrollo en aquellas autonomías que tienen competencias plenas en materia de sani- dad. Se ha intentado resumir, de manera muy esquemática, los diversos modelos or- ganizativos que existen en el estado espa- ñol, intentando evitar los nombres pro- pios unidos a cada Unidad o Programa. • Desarrollo de Unidades de Cuidados Paliativos ubicadas en hospitales de segundo o tercer nivel, que ejercen los cuidados fundamentalmente en ré- gimen de hospitalización, y en menor grado en actividades de atención domiciliaria llevadas a cabo mediante Unidades Volantes de Atención (cons- tituidas por médico y enfermera) de- pendientes del servicio hospitalario. • La incorporación de los Cuidados Pa- liativos al ejercicio de los EAPs coor- dinados o no con los servicios de Cuidados Paliativos. • Unidades de Cuidados Paliativos ubi- cadas en hospitales que trabajan en un modelo de hospitalización sin atención domiciliaria. • Unidades de Atención Domiciliaria de funcionamiento independiente, aunque conectadas con algún servicio que permita la hospitalización, y sub- vencionadas por entidades no perte- necientes al sistema sanitario público. • Programas Coordinados de Atención constituidos por Equipos de Soporte o Unidades de Apoyo, ubicados en atención primaria, con un sistema de comunicación rápido y eficaz con la atención especializada, en el que se realiza Atención Domiciliaria, con un hospital con camas específicas para cuidados paliativos cuando el ingreso es necesario, todos ellos pertene- cientes al sistema sanitario público. En el último anuario o directorio de la SECPAL (1998) existen 143 programas recogidos, cifra no desdeñable. Se obser- va un incremento de Unidades hospitala- Vicente Valentín Maganto, Maite Murillo González, Dolores Royo Pascual 156 Revista de Administración Sanitaria Volumen III. Número 9. Enero/marzo 1999 rias y el incremento de unidades móviles financiadas por la AECC tras la firma de un acuerdo con el Insalud, para la aten- ción domiciliaria de los pacientes onco- lógicos terminales. Sin embargo esta política selectiva, puede propiciar desi- gualdades con enfermos terminales de otras patologías. Pese a todo, existe un “mapa paliativo español” con zonas desérticas y poco homogéneos los re- cursos empleados, para la prevalencia prevista. En dicho anuario, aparecen más de 1.200 profesionales dedicados a la atención de este tipo de pacientes inclu- yendo psicólogos, trabajadores sociales, fisioterapéutas y encargados de la aten- ción pastoral. Como cifra total de pa- cientes atendidos consta la de 25.230 en- fermos anuales, de los cuales 19.441 son enfermos de cáncer. Si se considera que anualmente fallecen unas 80.000 perso- nas de cáncer en España, los cuidados pa- liativos llegarían a atender al menos al 25% de los pacientes oncológicos en su fase terminal. Confiemos que las cifras se correspondan con la realidad. Criterios generales de la OMS en la organización de los cuidados paliativos Sea cual sea el modelo organizativo adoptado en un país, la OMS indica que los programas de cuidados paliativos to- talmente desarrollados deberían incluir los siguientes componentes: Atención Domiciliaria El domicilio es considerado el elemen- to base para proporcionar cuidados paliativos, quedando las instituciones más como elementos de apoyo que como elementos centrales de los programas. Existen múltiples referencias acerca de los beneficios que se derivan de la aten- ción domiciliaria, que se pueden resumir en los siguientes aspectos: • Los enfermos pueden tener similar control de síntomas con una calidad de vida igual o superior a la que ten- drían en una institución. • Al evitar la institucionalización se tiende a maximizar la autonomía del individuo. • Al mantener al paciente en su entor- no se previenen problemas de salud mental, de marginación y de aisla- miento. • Existen estudios de coste-efectividad que sugieren ventajas de la atención domiciliaria frente a la atención en institución cerrada. • Organizar los cuidados paliativos considerando el domicilio de los pa- cientes el lugar central de los cuida- dos, permite al equipo de atención primaria mantener su papel tradicio- Alternativas en el modelo de atención al paciente en Fase Terminal 157 Revista de Administración Sanitaria Volumen III. Número 9. Enero/marzo 1999 nal, con derivaciones a los especialis- tas cuando es necesario. Servicio de consulta con profesionales sanitarios expertos Estos profesionales desarrollarían acti- vidades de formación, investigación y asistencia, pudiendo estar ubicado este servicio en el hospital o en la comunidad. Centros de día Donde determinados pacientes pue- den beneficiarse de este tipo de servicios 2 o 3 días a la semana. Cuidados en institución cerrada Pueden ser organizados en torno a diferentes estructuras: • Centros específicos de cuidados pa- liativos “hospice”. • Áreas de un hospital general destina- das a cuidados paliativos. • Utilización de cualquier cama de un hospital general cuando se precise. Ninguno de los elementos anteriores es imprescindible para proporcionar cui- dados paliativos. Los tratamientos en cui- dados paliativos deben ser rentables de coste-efectividad, simples de administrar y fácilmente aplicables en el domicilio de los pacientes. En general, se recomienda adaptar la organización de los cuidados paliativos a la organización sanitaria de cada país, no creando estructuras alter- nativas. De acuerdo con los puntos anteriores, se puede afirmar que el objetivo de este sistema de intervención es dar calidad de vida, sin intentar alargar la supervi- vencia, de forma que se tengan en cuen- ta necesidades físicas, psicológicas y sociales del paciente y su familia. La coordinación de todos los recursos sani- tarios y sociales es, en consecuencia, su premisa básica. 7. Características del modelo de atención Si nos planteamos de una forma gene- ral ¿qué requiere el tratamiento del en- fermo en fase terminal? veríamos que fundamentalmente sería: 1. Un cambio en la actitud de los profesionales sanitarios entendiendo las posibilidades terapéuticas que existen. • Cuidando en su concepto integral. • Acompañando y dando bienestar al Enfermo-Familia. 2. Formación teórico-práctica espe- cífica en el tratamiento de la situación terminal a los profesionales sanitarios, voluntarios y familia (cuidador principal), mejorando la calidad asistencial. 3. Educación específica en el uso de los opioides, pues legislativa ya existe. 4. Coordinación entre niveles asis- Vicente Valentín Maganto, Maite Murillo González, Dolores Royo Pascual 158 Revista de Administración Sanitaria Volumen III. Número 9. Enero/marzo 1999 tenciales, trabajando y formando equipos multidisciplinares. 5. Existencia de equipos de soporte específicos ubicados en Atención Prima- ria y unidades funcionales paliativas hospitalarias en Atención Especializada. 6. Integración de los servicios sanita- rios y sociales. 7. Reconocimiento de la unidad familiar (enfermo - familia) como base de actuación. 8. Entender el morir como un proce- so natural que, igual que el nacer, requie- re personal sanitario entrenado y dis- puesto a realizar su labor. Si tuviéramos que resumir en una idea, lo que constituye el fundamento terapéu- tico con el que deberíamos afrontar esta situación clínica, sería la de eliminar como concepto y frase a utilizar, en cualquier situación, en relación al paciente terminal: “Lo siento, nohay nada que hacer”. Basados en todo lo expuesto, el Mo- delo de Atención debería ser : • Integral: Cubre todas las necesida- des del paciente, incluyendo los as- pectos psicológicos, sociales y espiri- tuales. • Integrado en la red asistencial del sistema sanitario. • Sectorizado por Áreas Sanitarias. • Coordinado entre los niveles de Atención Especializada (Hospitales de Agudos y Hospitales de Apoyo) y Atención Primaria (Equipos y Con- sultorios de A.P. y Unidades de Apo- yo Domiciliario). • Abierto a la coordinación con los recursos sociales (servicios sociales, voluntariado y ONGs). • Formado por equipos interdisci- plinares y multiprofesionales. De acuerdo con las características re- señadas, este modelo de atención se orientará a introducir los cambios nece- sarios en la organización asistencial, la coordinación entre niveles y la coordina- ción socio-sanitaria garantizando: • Reconocimiento de la dignidad per- sonal del enfermo en fase terminal. • Potenciar las actuaciones sobre el control sintomático del paciente, fa- voreciendo su independencia e inten- tando conservar su autonomía. • Evitar internamientos inapropiados buscando sistemas alternativos, en el contexto más adecuado, para la ne- cesidad de cada persona/familia. • Apoyo emocional y comunicación permanente. • Garantizar las condiciones de biose- guridad en el domicilio. • Asegurar la identidad de cada miem- bro del equipo multidisciplinar y su aportación al seguimiento y atención al paciente terminal y familia. Alternativas en el modelo de atención al paciente en Fase Terminal 159 Revista de Administración Sanitaria Volumen III. Número 9. Enero/marzo 1999 8. Conclusiones La atención a los pacientes en fase ter- minal y la creación de Unidades de Cui- dados Paliativos en la red asistencial del Insalud tendría como referente las siguientes recomendaciones: Principios Generales • Garantizar a los pacientes en fase terminal los cuidados paliativos en cualquier lugar, circunstancia o situa- ción, dentro de las diferentes estruc- turas de la red sanitaria. • Asegurar la respuesta consensuada entre los niveles asistenciales, elimi- nando las diferencias existentes, ga- rantizando la continuidad de cuida- dos paliativos. • Facilitar la coordinación de los servi- cios sanitarios y sociales dentro de un programa de atención integrado y personalizado para cada paciente. • Orientar la atención al domicilio del paciente como lugar mas idóneo para seguir su evolución, control, apoyo y tratamiento en esta fase final. Principios de Organización • Los médicos de familia y el resto del EAP serán los responsables de la atención al paciente en fase terminal en todo momento. • La existencia de Unidades de Apoyo específicas, para la atención domici- liaria, se ubicarán en atención prima- ria. El refuerzo que realicen debe evi- tar la creación de estructuras sanita- rias paralelas. • En los hospitales de área se ubicarán las Unidades Funcionales de Cuida- dos Paliativos, que actuarán como unidad de referencia y de coordina- ción de los equipos de apoyo y de los responsables de los centros de aten- ción primaria. • Para los casos necesarios, se dispon- drá de Unidades de Hospitalización que podrán estar situadas en hospi- tales generales, o en hospitales de apoyo orientados a la atención socio- sanitaria de estos pacientes. Como dijo Smithers (1960) “Conside- rar que no puede ayudarse con nada al enfermo, no tiene excusa y raramente o nunca es verdad”. Pese al tiempo trans- currido y a las circunstancias que rodean al paciente en fase terminal, tiene plena vigencia y actualidad. Vicente Valentín Maganto, Maite Murillo González, Dolores Royo Pascual 160 Revista de Administración Sanitaria Volumen III. Número 9. Enero/marzo 1999 1. Doyle D, Hanks GWC, Mac Donald N. Oxford Textbook of Palliative Medici- ne. Oxford University Press. Oxford. 1993. 2. Stjersnwärd J, et al. Current status of the global cancer control program of the Wold Health Organitation. Journal of Pain and Symptom Management. 1993; 8(6):340-347. 3. INE. Movimiento Natural de la Po- blación Española: Defunciones según la causa de muerte 1990. Madrid. INE. 1993. 4. FESEO. Segundo libro Blanco de la Oncología en España. Madrid. FESEO. 1995. 5. Comunidad de Madrid. Demografía y Salud. Madrid. Diciembre. 1993. 6. Estudio de morbimortalidad del Área XI. Madrid. Insalud. 1993. 7. Foley KM, et al. 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