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Fonologia_metrica_del_pipil

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Memorias
IV Congreso Lingüístico/I Simposio
"Pueblos indígenas de El Salvados y sus fronteras
"
San Salvador, 25, 26 y 27 de septiembre de 1996
Consejo Nacional para la Cultura y el Arte
Dilección Nacional de Promoción y Difusión Cultural
Jefatura de Asuntos Indígenas.
Coordinadora Antrofóloga gloria Mcjía or Gutiérrez
Fonología métrica del pipil
Jorge Ernesto Lemus*
Resumen
En este estudio se describe y analiza el patrón acentual del idioma pipil
utilizando la fonología métrica autosegmental, desarrollada en los últi-
mos años (Halle y Vergnaud 1987a, 1987b, Inkelas 1989, y otros). Se
identifican algunos problemas imposibles de resolver con dicha teoría y
se propone una solución basada en la Teoría de Dos Niveles (TON),
propuesta por Lemus (1993).
1. Introducción
En este estudio se analiza el patrón acentual del idioma pipil de El
Salvador utilizando la fonología métrica autosegmental, desarrollada en los
últimos años en 1 lalle y Vergnaud ( 1987a, 1987b), Hammond ( 1987,1988),
Inkelas (1989), Goldsmith (1991), Harris (1983) y otros fonólogos (cfr.
Kiparsky 1982, 1984; Mohanan 1985; Mascaró 1978) que han desarrollado
la Fonología Léxica. Los datos para el análisis provienen principalmente de
notas de campo del autor y de otras fuentes como Campbell (1985), Schultze-
Jena (1982) y Aráuz (I960).
El patrón acentual del pipil plantea algunos problemas para la fonología
métrica. El pipil posee una cantidad de sustantivos disilábicos excep-
cionalmcnte acentuados en la última sílaba.
, Estos sustantivos, cuando
* Doctor en Lingüística, graduado de la Universidad de Arizona, USA; catedrático de la
Universidad Don Bosco y de la Universidad de El Salvador.
1 El idioma pipil acentúa regularmente la penúltima sílaba de las palabras. Es decir, las palabras
pipiles son graves por defecto (ver los datos en (1)).
Lemus, Jorge E. (1999) "Fonología métrica del pipil" en Memorias del IV Congreso Lingüístico/I Simposio "Pueblos Indígenas de El Salvador y sus 
Fronteras". CONCULTURA, San Salvador
64 Jorge ¡Ernesto ¡.emus
se reduplican para formar el plural, mantienen su acento excepcional,
pero se regularizan cuando se les añade un prefijo posesivo. También
existe un conjunto de sufijos monosilábicos que siempre atraen el acento
primario de la palabra.
En esta monografía se exploran diversas explicaciones para estos
fenómenos. La maquinaria teórica existente actualmente, como la
.extrametricalidad y el acento se utilizan para explicar algunas de las
excepciones. También se utiliza la Teoría de Dos Niveles (TDN),
propuesta en Lcmus (1993), para explicar el comportamiento del
acento en diferentes ambientes morfológicos.
Este trabajo está organizado de la siguiente manera. Primero, se
describe el patrón acentual del idioma pipil, señalando los casos
excepcionales. Después, se propone un análisis de estos casos utili-
zando la teoría de acentos subyacentes (Hammond 1988, Halle &
Vergnaud 1987a, b) y de planos acentuales (Halle y Vergnaud
1987a, b). Luego, se describe el comportamiento aberrante de las
palabras excepcionales después de la afijación (posesión y parali-
zación), y se demuestra como el acento subyacente no es suficiente
para explicar todos los casos, y que, además, con este análisis, se
generan acentos secundarios indeseados. Finalmente, se propone
una solución basada en la TDN y extrametricalidad para todos los
problemas.
2
. Descripción del acento pipil
En pipil, el acento recae normalmente sobre la penúltima sílaba de la
palabra, sin importar el número de afijos añadidos a la raíz.2 En (1) se
ejemplifica este patrón acentual.
i
2 Siguiendo los estándares de la fonología métrica, en este estudio, el acento primario se denota
con un acento agudo ( 
'
 ) y el secundario con un acento grave ( " ).
3 I ,as palabras en pipil están escritas de acuerdo al alfabeto pipil propuesto en Lemus ( 1977),
ver apéndice B.
Fonología met rien ¡Ir I pi/>il 65
(1) kcza
cikiwit
ànmehémet
nîtaqika
lkxi
mezkúyu
tîmupàxalûwat
tewáhka
tlkpalcwitíwit
titèmuwàtuskiat
1levantarse
,
'
canasto
,
'ustedes
,
'
(Yo) canto'
'pie'
'pierna
'
'
paseamos
'
'rodilla'
1lo hemos ayudado
,
'lo hubiéramos buscado'
Los datos en ( 1 ) demuestran que el acento en pipil no es sensitivo al peso
silábico (ninguna sílaba pesada atiae el acento primario).t (1) también
muestra que el acento secundario se aplica iterativamente a la izquierda del
aeento primario dejando una sílaba átona de por medio.
También se pueden encontrar en pipil ciertos sufijos que no siguen este
patrón acentual. Estos son el disminutivo -cin y el locativo -tal. Como se
muestra en (2) abajo, estos sufijos siempre atraen el acento primario,
aunque se encuentren en posición final de palabra, y el secundario se
aplica de la forma usual.
5
(2) pélu
másat
místun
téwti
'
perro
'venado,
'
gato
,
'polvo
'
pelu-cín
mása-cín
mlstun-cín
téwti+tál
'perrito'
'venadito'
'gatito'
'polvareda
,
4 En fonología métrica las sílabas se clasifican en ligeras y pesadas, dependiendo del número de
moras que posean. Es decir, si una sílaba termina en vocal corla es ligera y monomoraica; si
termina en vocal larga o en consonante es pesada y bimoraica. Para una mayor discusión sobre
el peso silábico, ver Hayes 1989 y Archangeli 1991
5 El sufijo -tal no siempre atrae el acento primario en el pipil hablado actualmente en Santo
Domingo de Guzmán; parece estar regularizándose y encontrarse en variación libre entre tónico
y átono.
66 Jorge Ernesto Lemus
Los prefijos ejemplificados en (2) tienen un comportamiento comple-
tamente predecible. Es decir, sin importar la estructura morfológica de la
palabra, ellos siempre atraen el acento primario.
&
Además, el idioma pipil cuenta con un número reducido de sustantivos
excepcionalmente acentuados en la última sílaba. Nótese que todas las
palabras en (3) son bisílabas. No he encontrado en el idioma ninguna
palabra primitiva trisilábica o mayor que contenga este patrón acentual.
Estas palabras se ejemplifican a continuación.
(3) xulét *viejo'
hwilín/filín 'pez, bagre'
tizát 'perla'
hehén 1mosquito'
gahét 'ollita de barro,
Los datos en ( 1 -3) ejemplifican las tres únicas posibilidades de acento en
pipil. El acento por defecto es grave en el idioma (1), aunque hay palabras
agudas debido a la sufijación (2) o primitivas excepcionalmente acentuadas
en la última sílaba (3). Las palabras en (2) y (3) forman un conjunto muy
pequeño aunque representativo del acento en pipil. A continuación se
analizan los tres patrones acentuales ejemplificados anteriormente.
3
.
 Análisis Preliminar
En esta sección se analizan los tres patrones acentuales del pipil utilizando
el modelo de Halle y Vergnaud de planos acentuales suprasegmcntales,
clasificando los pies métricos del pipil en yámbicos y trocaicos (Hammond
1987, 1988), dependiendo de la posición del núcleo.
6 Este tipo de sufijos que atraen el acento Son comunes en muchos idiomas. En español, por
ejemplo, los sufijos utilizados para las declinaciones verbales en el pasado atraen el acento (cfr.
cánt+o/cant+é, báil+a/hail+ó).
7 I-as terminaciones t y -n son sufijos nominalizadores utilizados en pipil para marcar sustantivos
en su forma primitiva. El uso de este tipo de afijos nominalizadores es un patrón común entre
los idiomas uto-aztecas como el pipil.
Fonología métrica del pipil 67
En primer lugar, se ejemplifica brevemente la teoría de planos
acentuales suprasegmentales propuesta por Halle y Vergnauü (1987a,
b) analizando el patrón acentual regular del idioma pipil (1). Segui-
damente, se analizan las palabras agudas en (2) y (3), utilizando
acentos subyacentes y extrametricalidad, demostrando que ninguno
de los análisis puede dar una explicación total de todos los casos en
ambientes morfológicos distintos.
3.1 Planos acentuales
Para llevar a cabo un análisis unitario de los patrones acentuales de
los diversos idiomas del mundo, Halle y Vergnaud proponen la
existencia de planos acentuales suprasegmentales similares a los utili-
zados parala representación de tonos (McCarthy 1979). Ellos proponen
la existencia de un plano suÿrasegmental 0 sobre todos los segmentos
capaces de ser acentuados. A diferencia de Halle & Vergnaud, en las
siguientes derivaciones, los asteriscos se colocan sobre los elementos
acentuables en el plano 1 y no el 0. En el análisis propuesto en este
estudio, el plano 0 se utiliza para indicar la existencia de acentos
subyacentes, como se demuestra más adelante en § 3.2.
Por ejemplo, en pipil únicamente las vocales pueden ser acen-
tuadas,y por lo tanto ellas llevarán una marca (un asterisco) en el
plano suprasegmental 1 que las identificará como acentuables. Su
representación a este nivel será como en (4) para la palabra pipil
nimukeza 'me levanto,
.
(4) * * * * plano 1
nimukeza
8 En el modelo de Halle y Vergnaud, estos elementos son marcados con un asterisco en este plano
para señalar que son acentuables.
9 En otros idiomas no sólo las vocales atraen el acento sino también las consonantes, cuando éstas
son silábicas.
6<S Jorge Ernesto Le/mis
Luego, en el mismo plano, se forman unidades métricas binarias1" (pies)
en una dirección determinada, i.e., de izquierda a derecha (I a D) o de derecha
a izquierda (D a I). Lista dirección es determinante para la asignación de los
acentos primarios y secundarios de los idiomas. En pipil, como se muestra
abajo, los pies deben formarse de derecha a izquierda.
"
(5) ( * * )( * * ) plano 1
n i m u k e z a
El siguiente paso consiste en encontrar los núcleos de las unidades
12
formadas en el plano 1 en el plano 2. ~ En el caso del pipil, los núcleos
de las unidades métricas formadas en el plano 1 se encuentran a la
izquierda. La localización del núcleo de cada unidad (a la izquierda o a
la derecha) determina la posición tanto del acento primario como de los
acentos secundarios.
(6) * * . plano 2
( * * ) ( * * ) plano 1
nimukeza
Posteriormente, se forma una unidad en el plano 2 con los núcleos de las
unidades formadas en el plano 1.
(7) ( * . * . ) plano 2
( * * ) ( * * ) plano 1
n i mu k e z a
Por último, se encuentra el núcleo de esta nueva unidad en el plano 3,
como se demuestra en (8) abajo. El núcleo de esta última unidad puede
localizarse a la derecha o a la izquierda. En el caso del pipil, el núcleo se
encuentra a la derecha.
10 Las unidades métricas no son siempre binarias. En muchos idiomas pueden ser ternarias o
mayores. También, de acuerdo a Halle y Vergnaud, los pies se pueden clasificar como divididos
(bounded) o sin dividir (unbounded).
II Si no se puede formar una unidad binaria, se forma un pie unitario.
12 Solamente a los núcleos se les asigna asterisco en este plano. A las demás vocales se les asigna
un punto para demostrar que son átonas.
Fonología métrica del pipil 
__
69
(8) * plano 3
( * . * . ) plano 2
( * * )(* * ) plano 1
n i m u k e z a
El asterisco en el plano 3 señala la posición üel acento primario,
mientras que los asteriscos en el plano 2 señalan los acentos secundarios.
La representación en (8) indica correctamente que la palabra debe ser
pronunciada como nimukéza.
3.2 Reglas acentuales del pipil
En el análisis que se presenta a continuación, los pies métricos del pipil
están clasificados como yámbicos cuando tienen el núcleo a la derecha, y
trocaicos cuando tienen el núcleo a la izquierda, según propone Hammond
(1989) al prestar el troqueo y el yambo de la poesía griega y latina.
(9) Reglas acentuales del pipil (primera versión)
a. Asignar una línea 1 de asteriscos a todas las vocales (sólo las vocales
son elementos acentuables).
b
. Construir pies trocaicos de derecha a izquierda.
c. Colocar los núcleos de los pies trocaicos del plano 1 en el plano 2.
d
. Construir un pié yámbico en el plano 2 con núcleo en el plano 3.
A continuación, doy una derivación para demostrar como funcionan las
reglas en (9).
13
13 Simbología utilizada en las reglas y derivaciones:
o = sílaba
ES = Estructura subyacente (Underlying representation)
RS = Representación superficial (Surface structure)
p = palabra
= inicio de unidad prosódica
| = fin de unidad prosódica
<> = marca los límites de la extrametricalidad
= marca subyacente de extrametricalidad.
-* = se convierte en
70
__ _ _
Jorge Ernesto Lemus
(10) Ejemplos
a. panultía 'Pasar una cosa'
* 
. * . plano 2
* * * * (**)(**) (**)(* *) plano 1
- panultia-panultia -»p a n u 11 i a - p a n u 11 i a
ES 9(a) 9(b) 9(c)
plano 3
(* 
. * ÿ) plano 2
(* *) (* *) plano l
--panultia - [panultia]
9(d) RS
b
. nitaqika 'Yo canto,
* 
. * . plano 2
* * * * ÿ ÿ *)p|anol
- n i t a q i k a -ÿ n i t a q i k a - n i t a q i k a - n ¡ t a q i k a
ES 9(a) 9(b) 9(c)
*
(* 
. * .)
- nitaqika - [nitaqika]
9(d) RS
(10) demuestra que la formación de pies se debe llevar a cabo de derecha
a izquierda en pipil. Si se utiliza la dirección contraria para formar los pies,
el acento recae en la sílaba equivocada como lo demuestra la derivación
en (11).
14
plano 3
plano 2
plano 1
14 Siguiendo las convenciones de la grámatica generativa, un asterisco antes de una palabra la
marca como inaceptable de acuerdo a los juicio gramaticales de los hablantes nativos del idioma
bajo estudio.
Fonología métrica del pipil 71
(11) Formación de pies de I a D
ES
* 
. * plano 2
* * * (* *)(*) (* *) (*) plano 1
-ÿ cikiwit - cikiwit - c i k i w i t -,ÿ cikiwit
ES 9(a) pies de 1 a D 9(c)
plano 3
plano 2
plano 1
9(d) RS
Las derivaciones en (10) y (11) demuestran que nuestras reglas (9)
generan con exactitud los acentos primarios y secundarios por defecto
en el idioma. (10) demuestra que los pies trocaicos deben formarse de
derecha a izquierda en el idioma porque de lo contrario se obtienen
resultados agramaticales como lo demuestra (11).
3.
1 Desacentuación
Sin embargo, como podemos ver en la derivación en ( 12) abajo, el acento
secundario no siempre es generado apropiadamente por las reglas en (9).
Nótese que como la palabra consta de tres sílabas y cada pié trocaico está
formado por dos y la asignación de pies se realiza de derecha a izquierda en
pipil, la primera sílaba de la palabra forma un pie por sí misma, con su
respectivo núcleo en el plano 2.
(12) cikiwit
* * 
. plano 2
* * * (*)(* *) (*)(* *) plano 1
-ÿ cikiwit -ÿcikiwit-- cikiwit-ÿcikiwit
ES 9(a) 9(b) 9(c)
72 Jorge Ernesto ¡.emus
* plano 3
(* * 
.) plano 2
(*)(* *) plano 1
- cikiwit - * [cikíwil| (cfr. /eikíwit/)
9(d) RS
La derivación en (12) demuestra que formando pies trocaicos de
derecha a izquierda se generan acentos secundarios en la sílaba inco-
rrecta en palabras con número de silabas impares. Para solucionar este
problema, podemos añadir a las reglas prosódicas del pipil (9) la
siguiente regla de desacentuación:
(13) Dcsaccntuac¡ón: Eliminar de izquierda a derecha el primer asterisco
de dos asteriscos adyacentes en el plano 2.
** * (plano 2)
La regla (13) borra los asteriscos mal ubicados en el plano 2 que
generarían acentos secundarios indeseados en palabras como las ejemplifi-
cadas en ( 12) arriba. En ( 14) se demuestra como cikiwit se deshace del acento
secundario antes de salir a la representación superficial.
(14)
* *
(* * .) (. * .)
(*)(* * )
- cikiwit - cikiwit --cikiwit
4(d) (13) RS
3
.2 Acento subyacente
Para explicar el acento de los dos conjuntos de palabras en (2) y (3)
se necesita añadir más reglas a nuestro análisis. En (2) se ejemplifica
como los sufijos -cin y -tal atraen el acento primario de las palabras a las
que son añadidos. Para explicar este comportamiento excepcional, podemos
plano 3
plano 2
plano 1
Fonología métrica del pipil 73
asumirque en su estructura subyacente (ES)
'5 estos traen un asterisco en el
plano 0, que los marca como acentuados. Con esta marca subyacente,
podemos proponer una regla de acentuación para que estos atraigan el acento
primario de la palabra. Este análisis difiere del propuesto por Halle y
Vergnaud de un asterisco en el plano I, ya que para ellos el primer plano de
asteriscos es el plano 0.
(15) Acentuación obligatoria: añadir un asterisco en el plano 2a todas
aquellas vocales que posean un asterisco
en el plano 0.
* plano 2
* * plano 1
ÿ -ÿ * plano 0
La regla (15) correctamente genera el acento excepcional de los sufijos
mencionados arriba. También predice la existencia de palabras exeep-
cionalmente acentuadas en la última sílaba (palabras agudas) como las
que se enumeran en (3). Por lo tanto, la regla (15) basta para explicar el
comportamiento acentual de las palabras en (2) y (3), siempre y cuando se
asuma que las palabras en (3) están marcadas como acentuadas en su
representación subyacente. Las derivaciones en (16) demuestran la gramati-
calidad de ambos casos.
,f
(16) a. pelucín
* * plano2
* * * * * * (**)(*) plano 1
* * * * plano 0
-* pelu+cin-ÿpelucin-ÿpelucin - pelucin
ES 9(a) (15) 9(b)
15 La estructura o representación subyacente (underlying representation) es la forma que tienen las
palabras y afi jos (morfemas libres y ligados) en el lexicón mental antes de sufrir algún cambio
debido a alguna regla del idioma. 1.a representación o estructura superficial (surface structure)
es la forma de la palabra cuando es dicha por los hablantes del idioma después de habérsele
aplicado todas las reglas gramaticales del idioma.
16 La división morfológica se respresenta con un símbolo
74 Jorge Ernesto Lemus
* *
* *\
* *
- pelucin --pelucin - pèlucin
9(c) 9(d) RS
piano 3
piano 2
plano 1
plano 0
b
.
 xulét
*
x u 1 e t
ES
* *
*
x u I e t
9(a)
*
* *
*
x u 1 e t
(15)
*
(*)(*)
*
x u 1 e t
9(b)
piano 2
plano I
plano 0
O O
*
x u 1 e t
9(c)
*
(*)(*)
*
x u I e t
9(d)
*
(. *)
(*)(*)
*
x u I e t
(13)
xulét
piano 3
piano 2
plano 1
plano 0
Las derivaciones en (16) demuestran la funcionalidad de las reglas
propuestas para la acentuación de las palabras en pipil. Las reglas en
(9) más las reglas en (13) y (15) son suficientes para explicar las
palabras graves por defecto (1), los sufijos que atraen el acento
primario (2) y las palabras primitivas agudas (3). También, la deri-
vación en ( 16) demuestra el orden relativo en el que tienen que aplicar
las reglas. Modificar su orden implicaría un resultado agramatical al
final de la derivación. En ( 17) se enumeran todas las reglas discutidas
hasta ahora en su orden relativo de aplicación.
Fonología met rica del pipil 75
(17) Reglas acentuales del pipil (segunda versión)
a. Asignar una línea de asteriscos en el plano 1 a todas las vocales
(sólo las vocales son elementos acentuables).
b
. Añadir un asterisco en el plano 2 a todas aquellas vocales que
posean un asterisco en el plano 0 (regla 15).
c. Construir pies trocaicos de derecha a izquierda.
d
. Colocar los núcleos de los pies formados en el plano 1 en el
plano 2.
e. Construir un pie yámbico en el plano 2, con núcleo en el plano 3.
f
. Borrar el primer asterisco de izquierda a derecha de dos asteriscos
adyacentes en el mismo plano (regla 13).
En esta sección se han ejemplificado los diferentes tipos de acentos
que se encuentran en pipil y se ha explicado su comportamiento basándose
en el modelo de Halle y Vergnaud (1987) de planos suprasegmentales. Se
ha añadido un nuevo nivel (plano 0) a los planos de asteriscos para poder
marcar las vocales acentuadas en su representación subyacente. Bási-
camente, los casos excepcionales en (2) y (3) se explican utilizando
acentos subyacentes. También, siguiendo a 1 lammond ( 1987, 1988), se ha
adoptado el troqueo y el yambo para clasificar los pies métricos. También
se ha demostrado que la formación de estos pies debe ser de derecha a
izquierda (10), y no de izquierda a derecha (II) porque se genera un patrón
acentual incorrecto. Se ha añadido también a la gramática pipil una regla
de desacentuación (13) que borra acentos secundarios indeseados. En la
siguiente sección, se ejemplifican una serie de problemas para el análisis
propuesto (acentuación subyacente) y se proponen algunas soluciones
basadas en la extramctricalidad de algunos segmentos.
3.3 Problemas para la Teoría de Acentos Subyacentes
Como se demostró en la sección anterior, los sufijos que atraen acento
primario y las palabras agudas en pipil se explican con la existencia de
acentos subyacentes (i.e., un asterisco en el plano 0). Sin embargo, el
comportamiento de estas palabras excepcionales (agudas) varía en diversos
ambientes morfológicos. Por ejemplo, el acento de los sustantivos agudos
76 Jorge Ernesto Lemas
se mantiene in .situ después de la formación del plural (reduplicación) pero
se regulariza (i.e., se convierte en grave) al añadir un prefijo posesivo a la
palabra. Estos casos se ejemplifican a continuación.
(18) a. Reduplicación (acento permanece in siiu)
ÿ1
singular plural
xulét -ÿ xùhxulét
kahét - kàhkahét
tizát -ÿ tíhtizát
b
. Posesión (acento se regulariza)
18
xulét - nuxúlew 'mi viejo (esposo)'
tizát -" itízat 'su perlita'
kahét - nukáhct 'mi olla,
hehén - nuhéhcn 'mi mosquito'
La pregunta obvia a formularse después de ver los datos en (18) es
¿Porqué el acento permanece in situ en 18(a) pero se mueve en 18(b)?
Las reglas acentuales propuestas en (17) dan perfectamente cuenta del
comportamiento de las palabras en 18(a) pero fallan al explicar las
palabras en 18(b). En (19) se demuestra este problema.
(19) a. xuhxulét
17 El prefijo reduplicativo consiste de una copia de la primera sílaba de la palabra con la
interpolación de [h] como coda, sobreescribiendo la coda de la sílaba si existiera alguna.
Para mayor análisis y ejemplos de esle fenómeno el lector puede consultar a Campbell
(1985) o Lemus (1993).
18 El sufijo -w que reemplaza el nominalizador -t de xulét indica posesión inalienable (Cfr., gunet
>nieto'
, nugunew 
*mi nieto'; siwat *mujer
*
, mi.siwaiv *mi mujer
"
).
Fonología métrica del pipil 
__
77
* plano 2
* * * * * * plano 1
* * * * plano 0
-ÿ xulet - xuhxulet-* xuhulet- xuhxulet
ES plural 17(a) 17(b)
* plano3
* * (* . *) plano 2
(* *)(*) (* *)(*) plano 1
* plano 0
-ÿ xuhxulet-«-xuhxulet-ÿxuhxulet -ÿN/A-ÿ xùhxulét
17(c) 17(d) 17(e) 17(f)
b
.
 nuxúlet
* plano2
* * * * * * plano 1
* * * * plano 0
-ÿ xulet -* nuxulet-* nuxulet-» nuxulet
ES posesivo 17(a) 17(b)
* plano 3
* * (* . *) plano 2
plano 1
* * * plano 0
-» nuxulet-1. nuxulet -ÿnuxulet -ÿ N/A-" *nùxulét
17(c) 17(d) 17(e) 17(f)
Las derivaciones en (19) ejemplifican como los prefijos posesivos
(19b) tienen un efecto diferente sobre la posición del acento de la palabra
a la que se concatenan (lo regularizan), mientras que el prefijo redupli-
cativo (19a) respeta el acento subyacente de la palabra (i.e., el acento
primario permanece in silu).
Jorge Ernesto l.emits
Otra posibilidad es asumir que la afijación provoca un reanálisis total
del acento, borrando acentos anteriores en todos los planos (i.e., asig-
nación cíclica del acento, según Halle y Vergnaud). El resultado de este
reanálisis seria la forma agramatical *xiihxúlet y la gramatical mixúlet.
Es decir, siempre habría una forma sin explicar. Esta posibilidad se
ejemplifica en (20).
(20) a. xuhxulét
* plano 3
(. *) plano 2
(*)(*) * * * (* *) p|ano i
* plano 0
-ÿ xulet -ÿxuhxulét -ÿ x u h x u 1 e t -ÿ N/A -ÿ x u h x u I e t
(17) plural 17(a) 17(h) 17(c)
(se borran todos los asteriscos)
* * plano 3
* * 
. (* * .) (. * .) plano2
(*) (* *) (*) (* *) (*) (* *) plano 1
-ÿxuhxulét -ÿxuhxulét -ÿxuhxulét~ÿ *xuhxúlet
17(d) 17(e) 17(0
b
.
 nuxúlct
* plano3
(. *) plano 2
(*)(*) * * * (* )(* *) plano 1
plano 0*
-ÿ xulet -ÿ nu + xulet-ÿnuxulet~* N/A -ÿ n u x u I e t
17 afijación 17(a) 17(h) 17(c)
(todos los asteriscos se borran)
Fonología métrica del pipil 79
plano 3
plano 2
plano I
-» nuxu leí -ÿ nuxulet -ÿ nuxulet -» nuxúlet
17(d) 17(e) 17(f) SR
Entonces, el análisis de acentos subyacentes presentado hasta el
momento presenta dos problemas. Primeramente, las únicas palabras
primitivas agudas encontradas en el idioma, como se mencionó arriba,
son disilábicas (ver (3) arriba). Sin embargo, el análisis de acentos
subyacentes predice la existencia de palabras agudas trisilábicas o más
largas no encontradas en pipil.,9Además, el comportamiento del acento
como resultado de la afijación (cfr. (19)) es diferente. El acento es capaz de
explicar uno de los casos solamamente.
En la siguiente sección se explora una solución basada en la extrametri-
calidad de ciertos segmentos.
3.
4 Extrametricalidad
La extrametricalidad es un constructo de la fonología métrica que
estipula que ciertos elementos pueden ser invisibles a las reglas prosódi-
cas. Harris 1983, Hayes 1981, Kiparsky 1985, e Inkclas 1989 definen la
extrametricalidad como la propiedad de ciertos segmentos de una unidad
morfológica de ser excluidos de su correspondiente unidad prosódica.
Las condiciones propuestas en la literatura para considerar un segmento
como extramétrico son i) los elementos extramétricos deben ser periféri-
cos, y ii) la extrametricalidad no puede ser exhaustiva. La primera con-
dición se refiere a que la extrametricalidad solamente afecta segmentos
que se encuentran al principio o al final de las unidades prosódicas. Si esta
condición se pierde como producto de la afijación, el segmento marcado
* *
(*)(* *)
*
ÿ
(* X* * )
*
(. * .)
(*)(* *)
19 De acuerdo a mis conocimientos, existen en pipil préstamos no nahuatizados del español de
palabras agudas trisilábicas o más largas. Estas no han sido tomadas en cuenta para el presente
estudio.
HO Jorge Ernesto Lemus
extramctrico pierde su invisibilidad y es sujeto a todas las reglas prosódicas.
La segunda condición se refiere a que una unidad léxica no puede ser
marcada totalmente extramétrica. Es decir, toda unidad léxica debe tener
estructura prosódica.
El problema ejemplificado anteriormente en 19(b) para la teoría de
acentos subyacentes se soluciona rápidamente si consideramos la primera
sílaba de las palabras ejemplificadas en (3) como extramétrica. Al añadir
el prefijo posesivo, la sílaba periférica pierde su extrametricalidad y se
hace sujeta de todas las reglas prosódicas. La regla (21) abajo convierte la
primera sílaba de las palabras marcadas en extramétricas.
(21) Extrametricalidad de sílabas iniciales: convertir en extramétrica toda
sílaba inicial de palabra marcada
con (o
ÿ
) en su estructura subya-
cente.
""
°p[o o] p[<o>o]
Nótese que (21) hace referencia específica a palabras disilábicas, ya
que la extrametricalidad sería inútil en palabras trisilábicas o mayores
porque las palabras pipiles son graves por defecto. Esta especifidad de
la regla (21) convierte al análisis con extrametricalidad en superior al
análisis de acentuación subyacente ya que no predice erróneamente la
existencia de palabras agudas con más de dos sílabas.2' En (22) se
ejemplifica la aplicación de (21) a xulét.'
(22) a. xulét
* plano 1
-ÿ
"xulet -» °a[x ii| (t|I e tj -ÿ °<o[x u]> 1 e t -ÿ <xu> 1 e t -*N/A
ES silabificación (21) 17(a) 17(b)
20 Por convención, se marcan los límites de la extrametricalidad con
21 El acento, por otro lado, sí predice la existencia de palabras agudas de cualquier longitud.
22 Para simplificar la representación se ha omitido el plano 0 en las derivaciones siguientes.
 En
adelante, el plano 0 se incluirá en la representación únicamente cuando existan palabras con
acentos subyacentes.
HI
* plano 3
* (*) plano 2
(*) (*) (*) plano 1
- <xu>l e t - <xu>l e t - <xu>l c t -» N/A -ÿ xulét
17(c) 17(d) 17(e) 17(0 RS
b
.
 nusúlct
* plano 3
(*) plano 2
(*) * * * (*)(* *) plano 1
-ÿ <xu>l e t -ÿ n u+<xu> let-ÿnuxulet-ÿ N/A-ÿ nuxulet
17(e) afijación 17(a) 17(b) 17(c)
* plano 3
* * 
. (* * .) (. * .) plano 2
(*)(* *) (*) (* *) (*)(* *) plano 1
-nuxulet-» nuxulet _»nuxulet_* nuxúlet
17(d) 17(e) 17(f) RS
Por un lado, la derivación en (22a) muestra como al marcar la primera
sílaba de /xulet/ extramétrica, ésta se vuelve invisible para las reglas
prosódicas. Las reglas acentuales (17) no toman en cuenta la sílaba [xu]
por estar marcada extramétrica. Listo hace que el acento recaiga sobre la
única sílaba visible (|let]) dando como resultado [xulet]. Si la palabra
fuera trisilábica, el acento no recaería en la última sílaba, sino en la
penúltima lo que volvería a la extrametricalidad inútil para nuestros
propósitos de explicar las palabras agudas del pipil. Es por esto que (21 )
afecta únicamente a palabras disilábicas. Por otro lado, (22b) muestra
como al añadir el prefijo posesivo mi- a <xu>let. la sílaba [xu] deja de ser
periférica y, como resultado, pierde su marca de extrametricalidad,
volviéndose visible a las reglas prosódicas del idioma. Al volverse
visible la sílaba [xu], el acento se reanaliza; esta vez, incluyéndola en la
estructura prosódica.
82 Jorge Ernesto Lemus
El problema aún no está resuelto, ya que como demuestra (23) abajo,
nuestro análisis de extrametricalidad, aunque superior al acento subyacente
al no predecir palabras agudas no encontradas en el idioma, falla en la
formación del plural.
(23) xuhxulét
*
-ÿ (xu)l c t -» xuh +<x>l et -ÿxuhxulet -ÿN/A -ÿxuhxulet
17(e) plural 17(a) 17(b) 17(c)
* * plano 3
* (* * .) (. * .) plano 2
(*) (* *) (*) (* *) (*) (* *) plano 1
-ÿ xuhxulet - xuhxulet-ÿxuhxulet -ÿ*xuhxúlet
17(d) 17(e) 17(1) RS
plano 3
plano 2
plano 1
(23) muestra que al añadir el prefijo reduplicativo del plural axulét
la sílaba cxtranictrica se vuelve visible a las reglas prosódicas como lo
requiere la condición de periferia de la extrametricalidad. El problema
se vuelve mayor ya que ni el acento subyacente ni la extrametricalidad
son capaces de explicar el comportamiento de los sustantivos disilá-
bicos después de la afijación del posesivo y del plural. El acento
subyacente explica adecuadamente el plural pero falla al explicar el
posesivo mientras que la extrametricalidad explica el posesivo pero
falla al explicar el plural. Esto crea una paradoja teórica ya que ninguna
de las teorías aceptadas en fonología métrica (acento y extrametricali-
dad) es capaz de dar una explicación unitaria al problema.
En la siguiente sección se propone una solución a esta paradoja
basada en la Teoría de Dos Niveles propuesta en Lemus (1993) que
explica el patrón acentual de las palabras agudas ejemplificadas en (3)
tanto en aislamiento como después de la posesión y el plural.
Fonología métrica del pipil
4
. Teoría de Dos Niveles
Como ya se demostró en la sección anterior, ni el acento ni la
extrametricalidad son capaces de explicar en forma unitaria el com-
portamiento del acento de las palabras agudas en (3) en diferentes
ambientes morfológicos (posesión y plural). En esta sección se pro-
pone una solución a la paradoja ejemplificada en la sección anterior
en base a la Teoría de Dos Niveles (TDN), propuesta en Lemus
(1993).
La TDN nace como una propuesta para simplificar y restringir el
modelo de Fonología Léxica (FL) propuesto en Kiparsky (1982,
1984, 1985), Rubach (1985), Booij y Rubach (1987), Halle y
Vergnaud (1987), Mohanan (1982, 1986), Mohanan y Molianan
(1984) e Inkelas (1989), para mencionar a los representantes más
sobresalientes de esta corriente teórica. A continuación se da una
breve descripción de la FL, y luego se describe la TDN.
La FL relaciona las reglas fonológicas con la morfología de los
idiomas y explica como estos dos componentes de la gramática
interactúan. Kiparsky (1982) propone un modelo en el que la repre-
sentación de la derivación y declinación de las palabras está dividida
en estratos que representan bloques de reglas fonológicas. Un afijo se
puede anexar a las palabras en el estrato 1 y estar sujeto únicamente a
las reglas fonológicas encontradas en ese estrato. Si otro afijo se añade
en el estrato 2, no le aplican las reglas encontradas en el estrato 1 (a
menos que las reglas estén repetidas), y así sucesivamente. Esta
estratificación de las reglas fonológicas y la afijación/composición de
palabras resuelve contradicciones superficiales como la falta de apli-
cación de una regla fonológica a un afijo en particular por encontrarse
en un estrato distinto.
En teoría, entonces, con este modelo de FL, podrían haber en un
idioma tantos sets de reglas como afijos, en el cual cada afijo estaría
sujetoúnicamente a su set exclusivo de reglas. Esta posibilidad vuelve
a este modelo de FL demasiado poderoso y difícil de falsificar, lo que le
quita valor teórico.
Para simplificar la FL y volverla menos poderosa, Lemus (1993)
propone un nuevo modelo en el que solamente existen dos niveles de
S4 Jorge Ernesto Lemus
representación, cada uno con su propio set de reglas fonológicas. A este
modelo Lemus le llama la TDN."
ÿ
La TDN sostiene que las reglas fonológicas están divididas en dos
grandes grupos: i) reglas fonológicas en el nivel léxico, y ii) reglas
fonológicas en el nivel postléxico. Esto es una simplificación de la
FL tradicional ya que solamente existen dos niveles de representación
y no muchos como en la FL tradicional. Esto implica que el hablante
únicamente posee dos sets de reglas fonológicas las cuales interac-
túan con la morfología iterativamente en el nivel correspondiente. Es
decir, después de la anexión de cada afijo, la nueva estructura es
afectada por las reglas fonológicas en el nivel respectivo.
El nivel léxico se define bajo la TDN como el nivel en el que se
encuentran las raíces y los afijos de derivación. Por ejemplo, en
español, la raíz cant y el sufijo nominalizador -o se encuentran en este
nivel y están sujetos a todas las reglas léxicas (i.e., reglas del nivel
léxico), al unirlos nos daría canto (sustantivo).
El nivel postléxico contiene todas las declinaciones y los afijos que
tienen que ver con la concordancia gramatical como número y género.
Por ejemplo, la misma raíz mencionada arriba en español cant estaría
sujeta a las reglas postléxicas al añadirle la declinación del verbo de
tercera persona singular pasado -o, dando como resultado cantó.
En la figura (24) se muestra gráficamente la TDN.
23 Para una mayor discusión y motivación de la TDN en base a su aplicación a varios idiomas el
lector puede consultar a Ixmus (1993).
Fonología métrica del pipil 85
(24) Representación gráfica de la TDN
Estructura subyacente
NIVEL LEXICO
Morfología
(Derivación y
composición)
Fonología
NIVEL POSTLEXICO
Sintaxis
(Declinación y
concordancia)
Fonología
Representación superficial
La TDN descrita arriba nos ayuda a explicar el comportamiento aparen-
temente aberrante del acento pipil después de la afijación del plural y el
posesivo. Bajo la TDN, basta asumir que el acento es un proceso que se lleva
a cabo al nivel léxico. Es decir, toda palabra recibe su acento mientras está
en el nivel léxico después de toda afijación; una vez abandonado este nivel,
86 Jorge Ernesto Lemiis
la palabra ya no está sujeta a las reglas acentuales ( 17), aunque sí a las reglas
por defecto del idioma.
Si este es el caso, podemos considerar que la anexión del sufijo posesivo
se lleva a cabo al nivel léxico y que la pluralización se lleva a cabo al nivel
postléxico. Por lo tanto, la anexión del sufijo posesivo activaría las reglas
en (17), mientras que la pluralización no.i4 En (25) y (26) se muestra este
funcionamiento.
(25) Nivel Léxico
a
.
 xulét
* plano 1
-* °x u 1 e t -'ÿ°a[xuj(í[l e t] -"-°<a[xu]> 1 e t-»<xu>l e t - N/A
ES silabificació (21) 17(a) 17(b)
* plano 3
* (*) plano 2
(*) (*) (*) plano 1
- <xu>l e t - <xu>l e t - <xu>let - N/A - xulét
17(c) 17(d) 17(e) 17(f) RS
b
.
 nuxúlet
* plano 3
(*) plano 2
(*) * * * (*)(* *) plano 1
-ÿ <xu>l e t -n u + <xu>l e t-ÿ n u x u 1 e t - N/A-» nuxulet
17(e) afijación 17(a) 17(b) 17(c)
24 Las palabras agudas en (3) siempre estarían sujetas a la regla (21) de extrametricalidad.
El acento subyacente para estas palabras se descarta totalmente en el análisis presentado
aquí.
Fonología métrica del pipil 87
* plano 3
* * 
. (* * .) (. * .) plano 2
(*) (* *) (*)(* *) (*)(* *) plano 1
-ÿ n u x u 1 e t -ÿ nuxulet-*-nuxulet-ÿ nuxúlet
17(d) 17(e) 17(f) RS
(26) Nivel Postléxico: xuhxulét
* * plano 3
(*) (*) plano 2
(*) (*) plano 1
- <xu>l e t -ÿ xuh + <xu>l e t -ÿN/A-»x ù h x u 1 é t -xùhxulét
plural (17) reglas RS
por defecto
(25) y (26) demuestran el funcionamiento de la TDN. Por un lado,
la derivación en (25) muestra como al añadir el prefijo nu- a xulét el
acento se reanaliza totalmente, dando como resultado la forma
gramatical nuxúlet. Por otro, (26) muestra como xulét pasa al nivel
postléxico con su acento agudo ya asignado, y que al reduplicar la
palabra para formar el plural, el acento no se reanaliza aunque la
sílaba extramétrica se vuelva visible. (26) también demuestra como
las reglas por defecto del idioma para la gramaticalidad prosódica
asignan estructura silábica y acentos secundarios a la palabra antes
de salir a la representación superficial (el acento primario se asigna
únicamente al nivel léxico).
El análisis de la TDN explica, sin excepciones, el patrón acentual
del pipil y demuestra ser superior a los análisis exclusivos de extra-
metricalidad y acento subyacente. Pero, ¿qué otra evidencia existe en
el idioma que demuestre la existencia de dos niveles de repre-
sentación? ¿Qué otros fenómenos fonológicos demuestran que el
plural es un proceso postléxico? A continuación doy un ejemplo
diferente al acento que demuestra que la formación del plural es un
proceso postléxico.
m Jorge Ernesto Lemus
5. Mayor evidencia para la reduplicación postléxica
En esta sección se presenta un argumento diferente al acento para
demostrar que la pluralización es un proceso postléxico. Es decir, las reglas
fonológicas que aplican a la estructura que resulta después de la reduplica-
ción son únicamente las postléxicas. A continuación se demuestra como una
regla de propagación de un rasgo fonético (asimilación progresiva) aplica
en el nivel léxico pero no en el postléxico.
Lemus demuestra que el archifonema pipil /K/tiene tres variantes
alofónicas completamente prcdccibles. En posición final de sílaba y ante
consonante sorda se pronuncia como oclusiva velar sorda [k]; al principio
de palabra y después de consonantes sonoras se pronuncia como oclusiva
velar sonora [g]; y en posición intervocálica se pronuncia como fricativa
velar sonora [y]. Campbell (1985) reporta que la variante fricativa no se
encuentra en todos los dialectos, y Schultze-Jena no lo menciona en su
gramática. A continuación, se ejemplifican todas las variantes alofónicas
de /K/ en transcripción fonética (ver apéndices A y B).
(27) a. Final de sílaba
nikcíak [nik.cí.ak ] 'lo espero'
tik [tik
'
] 'en'
ikxi [ík.Sf] 'pié'
b
. Principio de sílaba, después de una consonante sorda
mezkuyu [mec.kú.ju ] 
'pierna'
ixka [ís.ka ] 'asar'
katka [gát.ka ] 'auxiliar del imperfecto'
c. Principio de sílaba, después de consonante sonora
zunkal [cúij.gal] 'pelo'
zinkixti [cir].gís.ti ] '
acercarse
,
niktanki [nik.táij.gí ] 'lo acabé'
25 La discusión en esta sección está basada enteramente en Lemus (1993).
Fonología métrica de! ¡>¡¡>¡1
d. principio de palabra
kumal
kincki
kal
[gú.mal] 'comal,
|gi.nc.Y¡
,
| ,él lo quiere,
[gal] 'casa,
e.
 intervocálica
paki
ika
neki [nc.yi
*reír,
'
porque
'
1
querer
'
Para los propósitos de este estudio, sólo nos interesa la propagación
dei rasgo [-sonoro] de una consonante sorda hacia el archifoncma /K/,
convirtiéndolo en sordo. En el análisis presentado en Lcmus (1977), se
asume que el archifonema /K/ está subespecificado en su representación
subyacente para el rasgo [sonoro]. Es decir, /K/ no es ni sonora [g| ni sorda
[k) en su representación subyacente. Estos valores los adquiere a través de
reglas fonológicas.
2f
En posicion inicial de sílaba, /K/ siempre se sonoriza.2, Para ejemplificar
mejor la sonorización de /K/ en esta posición, veamos en los siguientes
ejemplos el comportamiento del prefijo acusativo de tercera persona singular
k- y del sufijo del pretérito -k en distintos ambientes fonéticos. (28)
a. final de sílaba b. principio de sílaba
ni + k + neki [ nikncyi ] k + ncki [gineyi |
'
yo
, 'lo' *
querer
' El/ella 'lo, 'querer,
26 En el sistema binario de rasgos fonéticos, un signo '+, indica la presencia del rasgo y un signo
indica la ausencia del mismo. Por ejemplo, las consonantes sordas estánespecificadas como
[-sonoras] y las sonoras como |+sonoras|. Es, entonces, redundante tener los rasgos sonoro y
sordo activos en la gramática de un idioma, ya que ningún fonema tiene los dos valores del
mismo rasgo simultáneamente.
27 A excepción de las palabras kohinn 'monte,, kohlik 'alto, y kulu 'corto,, donde /K/ es reali/ado
como sordo /k/, no he encontrado ninguna otra palabra en el idioma que no sonorice /K/ en
posición inicial de sílaba.
90 Jorge Ernesto Lernus
'tú' 'lo' 'hacer'
ti + k + ciwa [tikcíwa] k + ciwa [gíciwa]
El/ella 'lo' 'hacer'
ti + cuka + k [ticúyak]
'tú, 'llorar, 'pasado'
ni + k + man + k [nikmárjgi]
'
yo
,
 io, 'cocer, 'pasado
ni + k + tatatia + k [niktatíak]
'yo *lo' 'quemar' 'pasado'
28(b) muestra como el prefijo acusativo k- (tercera persona singular) y
el sufijo del pretérito -k se pronuncian [g] en posicion inicial de sílaba.
Sin embargo, 27(b) arriba muestra que /K/ no siempre se sonoriza. Lo
que las [k] en 27(b) tienen en común es que todas están precedidas de
una consonante sorda. Si asumimos que lo que causa que /K/ sea
pronunciada como sorda es que está precedida de una consonante sorda,
entonces predecimos que /K/ siempre será sorda en esta posición. Para
probar esta predicción, veamos cual es el comportamiento del sufijo del
pretérito -k cuando lo añadimos a una raíz verbal terminada en conso-
nante sorda. El verbo wez [wec] 'caer
, termina en la consonante dental
africada sorda /c/ (pronunciada ts). Al añadir el sufijo del pasado ob-
tenemos el siguiente resultado: ni + wez + k [niwecki| 'me caí,. Nótese
que la fk] se encuentra en posición inicial de sílaba precedida de una
consonante sorda, y no se sonoriza. Basándonos en estas observaciones,
podemos concluir que la consonante sorda que precede a /K/ propaga el
rasgo [-sonoro] a ésta convirtiéndola en oclusiva velar sorda [k].
 Esta
regla se puede formalizar en forma autosegmcntal como sigue.
(29) propagación de [-sonoro]
o o[o
[-sonora] [+posterior|
Fonologja métrica del pipil 91
La regla (29) da cuenta de [kj en posición inicial de sílaba después de una
consonante sorda. La regla (29) supone que /K.1 está mínimamente especifi-
cada como [+postcrior] y, consecuentemente, subespecificada para el rasgo
[sonoro]. Cuando el ambiente fonético requerido por (29) aparece en una
palabra, la regla aplica propagando el rasgo [-sonoro] hacia la consonante
adyacente. Esto se puede ver gráficamente en la siguiente derivación.
[-sonora] [+post] [-sonora]
La regla (29), al igual que la acentuación (17), es una regla que aplica
únicamente al nivel léxico en el pipil. Si esto es cierto, la regla no debe
aplicar después de la reduplicación, ya que ésta se lleva a cabo al nivel
postléxico según el análisis presentado en este estudio. Por ejemplo, el
plural de la palabra ga/ 
'
casa
' es gahgal, y no *gahkal, como se esperaría
después de la aplicación de (29). La no aplicación de (29) después de la
reduplicación se explica fácilmente al asumir que la reduplicación es
un proceso morfológico postléxico, mientras que (29) es un proceso
fonológico léxico. La derivación en (31) demuestra este proceso.
(31) a. Nivel Léxico
-» Kal -*. gal
ES sonorización
b
.
 Nivel Postléxico
- gal - gahgal - [gahgál]
plural RS
(30)
_ is Ka is Ka
ES | (29) RS
[ís.ka ]
[+post]
92 Jorge Ernesto Lemas
Con esta nueva evidencia, queda demostrado que, de acuerdo a la
TDN, la reduplicación es un proceso postléxico. Si fuera léxico, la regla
(29) aplicaría.
7.
 Conclusión
En esta monografía se ha discutido ampliamente el acento del idioma
pipil. Se demostró que las palabras pipiles son por defecto graves. Sin
embargo, se demostró también la existencia de algunas palabras agudas
en el idioma. Esta palabras son de dos tipos: i) producto de la sufijación,
y ii) palabras primitivas. En el primer caso, los sufijos que atraen el
acento (-cin y -tal), se consideraron como poseedores de un acento
subyacente, ya que siempre atraen el acento primario. En el segundo caso,
la explicación del acento agudo se basó en la TDN, teoría que sostiene la
existencia de dos sets de reglas fonológicas distintos que afectan diversos
procesos morfológicos. Estos procesos se identifican como léxicos y
postléxicos. El comportamiento de las palabras en (3) después de la afijación
varía. Cuando el prefijo posesivo se les añade, el acento se regula (i.e, se
vuelve grave), pero esto no ocurre después de la reduplicación. Para explicar
estos dos comportamientos distintos, la TDN considera la posesión como un
proceso léxico y la reduplicación como un proceso postléxico.
Fonología métrica del pipil
_ _ _
 93
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Fonología métrica del pipil 95
Apéndice A
28
Consonantes"
bilabial dental alveolar palatal velar ulotal
oclusiva P ib) t id) k kW
fricativa s § h
africada c
V
c
nasal m N
líquida 1 (r)
semi-consonante Y W
Vocales
alta baja posterior redondeada
a _ + + _
e _ _
i + _ _
u + - + +
28 /K, N, W, Y/ son archifonemasque loman valores distintos dependiendo del ambiente fonético
en el que se encuentren.
96 Jorge Ernesto Le mus
Apéndice B
Alfabeto Pipil ,
Alófono Fonema Grafema
IPI /P/ P
[t
,
utl N t
|k
,
l,ík|,|j»l,ÍYl /K/ k
|kW| /kW/ y
[si M s
1*1 /s/ X
|C| Ici z
_
LÈI ici c
Ihl,ítl IW h
|ml Iml m
|n|,ít]Un|,[m| /N/ n
[llJrl ni 1
liMvl /Y/ y
|w|,|Yw| /W / w
1 a |,[ a ' | /a/ a
IcMc
,
l Ici e
l»l,|i
'
l,íe| ni i
[«MulJo
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29 Para los préstamos del español que contengan sonidos ajenos al pipil se utilizará el grafema
español (ej., f, b, d, r, etc.).

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