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Memorias IV Congreso Lingüístico/I Simposio "Pueblos indígenas de El Salvados y sus fronteras " San Salvador, 25, 26 y 27 de septiembre de 1996 Consejo Nacional para la Cultura y el Arte Dilección Nacional de Promoción y Difusión Cultural Jefatura de Asuntos Indígenas. Coordinadora Antrofóloga gloria Mcjía or Gutiérrez Fonología métrica del pipil Jorge Ernesto Lemus* Resumen En este estudio se describe y analiza el patrón acentual del idioma pipil utilizando la fonología métrica autosegmental, desarrollada en los últi- mos años (Halle y Vergnaud 1987a, 1987b, Inkelas 1989, y otros). Se identifican algunos problemas imposibles de resolver con dicha teoría y se propone una solución basada en la Teoría de Dos Niveles (TON), propuesta por Lemus (1993). 1. Introducción En este estudio se analiza el patrón acentual del idioma pipil de El Salvador utilizando la fonología métrica autosegmental, desarrollada en los últimos años en 1 lalle y Vergnaud ( 1987a, 1987b), Hammond ( 1987,1988), Inkelas (1989), Goldsmith (1991), Harris (1983) y otros fonólogos (cfr. Kiparsky 1982, 1984; Mohanan 1985; Mascaró 1978) que han desarrollado la Fonología Léxica. Los datos para el análisis provienen principalmente de notas de campo del autor y de otras fuentes como Campbell (1985), Schultze- Jena (1982) y Aráuz (I960). El patrón acentual del pipil plantea algunos problemas para la fonología métrica. El pipil posee una cantidad de sustantivos disilábicos excep- cionalmcnte acentuados en la última sílaba. , Estos sustantivos, cuando * Doctor en Lingüística, graduado de la Universidad de Arizona, USA; catedrático de la Universidad Don Bosco y de la Universidad de El Salvador. 1 El idioma pipil acentúa regularmente la penúltima sílaba de las palabras. Es decir, las palabras pipiles son graves por defecto (ver los datos en (1)). Lemus, Jorge E. (1999) "Fonología métrica del pipil" en Memorias del IV Congreso Lingüístico/I Simposio "Pueblos Indígenas de El Salvador y sus Fronteras". CONCULTURA, San Salvador 64 Jorge ¡Ernesto ¡.emus se reduplican para formar el plural, mantienen su acento excepcional, pero se regularizan cuando se les añade un prefijo posesivo. También existe un conjunto de sufijos monosilábicos que siempre atraen el acento primario de la palabra. En esta monografía se exploran diversas explicaciones para estos fenómenos. La maquinaria teórica existente actualmente, como la .extrametricalidad y el acento se utilizan para explicar algunas de las excepciones. También se utiliza la Teoría de Dos Niveles (TDN), propuesta en Lcmus (1993), para explicar el comportamiento del acento en diferentes ambientes morfológicos. Este trabajo está organizado de la siguiente manera. Primero, se describe el patrón acentual del idioma pipil, señalando los casos excepcionales. Después, se propone un análisis de estos casos utili- zando la teoría de acentos subyacentes (Hammond 1988, Halle & Vergnaud 1987a, b) y de planos acentuales (Halle y Vergnaud 1987a, b). Luego, se describe el comportamiento aberrante de las palabras excepcionales después de la afijación (posesión y parali- zación), y se demuestra como el acento subyacente no es suficiente para explicar todos los casos, y que, además, con este análisis, se generan acentos secundarios indeseados. Finalmente, se propone una solución basada en la TDN y extrametricalidad para todos los problemas. 2 . Descripción del acento pipil En pipil, el acento recae normalmente sobre la penúltima sílaba de la palabra, sin importar el número de afijos añadidos a la raíz.2 En (1) se ejemplifica este patrón acentual. i 2 Siguiendo los estándares de la fonología métrica, en este estudio, el acento primario se denota con un acento agudo ( ' ) y el secundario con un acento grave ( " ). 3 I ,as palabras en pipil están escritas de acuerdo al alfabeto pipil propuesto en Lemus ( 1977), ver apéndice B. Fonología met rien ¡Ir I pi/>il 65 (1) kcza cikiwit ànmehémet nîtaqika lkxi mezkúyu tîmupàxalûwat tewáhka tlkpalcwitíwit titèmuwàtuskiat 1levantarse , ' canasto , 'ustedes , ' (Yo) canto' 'pie' 'pierna ' ' paseamos ' 'rodilla' 1lo hemos ayudado , 'lo hubiéramos buscado' Los datos en ( 1 ) demuestran que el acento en pipil no es sensitivo al peso silábico (ninguna sílaba pesada atiae el acento primario).t (1) también muestra que el acento secundario se aplica iterativamente a la izquierda del aeento primario dejando una sílaba átona de por medio. También se pueden encontrar en pipil ciertos sufijos que no siguen este patrón acentual. Estos son el disminutivo -cin y el locativo -tal. Como se muestra en (2) abajo, estos sufijos siempre atraen el acento primario, aunque se encuentren en posición final de palabra, y el secundario se aplica de la forma usual. 5 (2) pélu másat místun téwti ' perro 'venado, ' gato , 'polvo ' pelu-cín mása-cín mlstun-cín téwti+tál 'perrito' 'venadito' 'gatito' 'polvareda , 4 En fonología métrica las sílabas se clasifican en ligeras y pesadas, dependiendo del número de moras que posean. Es decir, si una sílaba termina en vocal corla es ligera y monomoraica; si termina en vocal larga o en consonante es pesada y bimoraica. Para una mayor discusión sobre el peso silábico, ver Hayes 1989 y Archangeli 1991 5 El sufijo -tal no siempre atrae el acento primario en el pipil hablado actualmente en Santo Domingo de Guzmán; parece estar regularizándose y encontrarse en variación libre entre tónico y átono. 66 Jorge Ernesto Lemus Los prefijos ejemplificados en (2) tienen un comportamiento comple- tamente predecible. Es decir, sin importar la estructura morfológica de la palabra, ellos siempre atraen el acento primario. & Además, el idioma pipil cuenta con un número reducido de sustantivos excepcionalmente acentuados en la última sílaba. Nótese que todas las palabras en (3) son bisílabas. No he encontrado en el idioma ninguna palabra primitiva trisilábica o mayor que contenga este patrón acentual. Estas palabras se ejemplifican a continuación. (3) xulét *viejo' hwilín/filín 'pez, bagre' tizát 'perla' hehén 1mosquito' gahét 'ollita de barro, Los datos en ( 1 -3) ejemplifican las tres únicas posibilidades de acento en pipil. El acento por defecto es grave en el idioma (1), aunque hay palabras agudas debido a la sufijación (2) o primitivas excepcionalmente acentuadas en la última sílaba (3). Las palabras en (2) y (3) forman un conjunto muy pequeño aunque representativo del acento en pipil. A continuación se analizan los tres patrones acentuales ejemplificados anteriormente. 3 . Análisis Preliminar En esta sección se analizan los tres patrones acentuales del pipil utilizando el modelo de Halle y Vergnaud de planos acentuales suprasegmcntales, clasificando los pies métricos del pipil en yámbicos y trocaicos (Hammond 1987, 1988), dependiendo de la posición del núcleo. 6 Este tipo de sufijos que atraen el acento Son comunes en muchos idiomas. En español, por ejemplo, los sufijos utilizados para las declinaciones verbales en el pasado atraen el acento (cfr. cánt+o/cant+é, báil+a/hail+ó). 7 I-as terminaciones t y -n son sufijos nominalizadores utilizados en pipil para marcar sustantivos en su forma primitiva. El uso de este tipo de afijos nominalizadores es un patrón común entre los idiomas uto-aztecas como el pipil. Fonología métrica del pipil 67 En primer lugar, se ejemplifica brevemente la teoría de planos acentuales suprasegmentales propuesta por Halle y Vergnauü (1987a, b) analizando el patrón acentual regular del idioma pipil (1). Segui- damente, se analizan las palabras agudas en (2) y (3), utilizando acentos subyacentes y extrametricalidad, demostrando que ninguno de los análisis puede dar una explicación total de todos los casos en ambientes morfológicos distintos. 3.1 Planos acentuales Para llevar a cabo un análisis unitario de los patrones acentuales de los diversos idiomas del mundo, Halle y Vergnaud proponen la existencia de planos acentuales suprasegmentales similares a los utili- zados parala representación de tonos (McCarthy 1979). Ellos proponen la existencia de un plano suÿrasegmental 0 sobre todos los segmentos capaces de ser acentuados. A diferencia de Halle & Vergnaud, en las siguientes derivaciones, los asteriscos se colocan sobre los elementos acentuables en el plano 1 y no el 0. En el análisis propuesto en este estudio, el plano 0 se utiliza para indicar la existencia de acentos subyacentes, como se demuestra más adelante en § 3.2. Por ejemplo, en pipil únicamente las vocales pueden ser acen- tuadas,y por lo tanto ellas llevarán una marca (un asterisco) en el plano suprasegmental 1 que las identificará como acentuables. Su representación a este nivel será como en (4) para la palabra pipil nimukeza 'me levanto, . (4) * * * * plano 1 nimukeza 8 En el modelo de Halle y Vergnaud, estos elementos son marcados con un asterisco en este plano para señalar que son acentuables. 9 En otros idiomas no sólo las vocales atraen el acento sino también las consonantes, cuando éstas son silábicas. 6<S Jorge Ernesto Le/mis Luego, en el mismo plano, se forman unidades métricas binarias1" (pies) en una dirección determinada, i.e., de izquierda a derecha (I a D) o de derecha a izquierda (D a I). Lista dirección es determinante para la asignación de los acentos primarios y secundarios de los idiomas. En pipil, como se muestra abajo, los pies deben formarse de derecha a izquierda. " (5) ( * * )( * * ) plano 1 n i m u k e z a El siguiente paso consiste en encontrar los núcleos de las unidades 12 formadas en el plano 1 en el plano 2. ~ En el caso del pipil, los núcleos de las unidades métricas formadas en el plano 1 se encuentran a la izquierda. La localización del núcleo de cada unidad (a la izquierda o a la derecha) determina la posición tanto del acento primario como de los acentos secundarios. (6) * * . plano 2 ( * * ) ( * * ) plano 1 nimukeza Posteriormente, se forma una unidad en el plano 2 con los núcleos de las unidades formadas en el plano 1. (7) ( * . * . ) plano 2 ( * * ) ( * * ) plano 1 n i mu k e z a Por último, se encuentra el núcleo de esta nueva unidad en el plano 3, como se demuestra en (8) abajo. El núcleo de esta última unidad puede localizarse a la derecha o a la izquierda. En el caso del pipil, el núcleo se encuentra a la derecha. 10 Las unidades métricas no son siempre binarias. En muchos idiomas pueden ser ternarias o mayores. También, de acuerdo a Halle y Vergnaud, los pies se pueden clasificar como divididos (bounded) o sin dividir (unbounded). II Si no se puede formar una unidad binaria, se forma un pie unitario. 12 Solamente a los núcleos se les asigna asterisco en este plano. A las demás vocales se les asigna un punto para demostrar que son átonas. Fonología métrica del pipil __ 69 (8) * plano 3 ( * . * . ) plano 2 ( * * )(* * ) plano 1 n i m u k e z a El asterisco en el plano 3 señala la posición üel acento primario, mientras que los asteriscos en el plano 2 señalan los acentos secundarios. La representación en (8) indica correctamente que la palabra debe ser pronunciada como nimukéza. 3.2 Reglas acentuales del pipil En el análisis que se presenta a continuación, los pies métricos del pipil están clasificados como yámbicos cuando tienen el núcleo a la derecha, y trocaicos cuando tienen el núcleo a la izquierda, según propone Hammond (1989) al prestar el troqueo y el yambo de la poesía griega y latina. (9) Reglas acentuales del pipil (primera versión) a. Asignar una línea 1 de asteriscos a todas las vocales (sólo las vocales son elementos acentuables). b . Construir pies trocaicos de derecha a izquierda. c. Colocar los núcleos de los pies trocaicos del plano 1 en el plano 2. d . Construir un pié yámbico en el plano 2 con núcleo en el plano 3. A continuación, doy una derivación para demostrar como funcionan las reglas en (9). 13 13 Simbología utilizada en las reglas y derivaciones: o = sílaba ES = Estructura subyacente (Underlying representation) RS = Representación superficial (Surface structure) p = palabra = inicio de unidad prosódica | = fin de unidad prosódica <> = marca los límites de la extrametricalidad = marca subyacente de extrametricalidad. -* = se convierte en 70 __ _ _ Jorge Ernesto Lemus (10) Ejemplos a. panultía 'Pasar una cosa' * . * . plano 2 * * * * (**)(**) (**)(* *) plano 1 - panultia-panultia -»p a n u 11 i a - p a n u 11 i a ES 9(a) 9(b) 9(c) plano 3 (* . * ÿ) plano 2 (* *) (* *) plano l --panultia - [panultia] 9(d) RS b . nitaqika 'Yo canto, * . * . plano 2 * * * * ÿ ÿ *)p|anol - n i t a q i k a -ÿ n i t a q i k a - n i t a q i k a - n ¡ t a q i k a ES 9(a) 9(b) 9(c) * (* . * .) - nitaqika - [nitaqika] 9(d) RS (10) demuestra que la formación de pies se debe llevar a cabo de derecha a izquierda en pipil. Si se utiliza la dirección contraria para formar los pies, el acento recae en la sílaba equivocada como lo demuestra la derivación en (11). 14 plano 3 plano 2 plano 1 14 Siguiendo las convenciones de la grámatica generativa, un asterisco antes de una palabra la marca como inaceptable de acuerdo a los juicio gramaticales de los hablantes nativos del idioma bajo estudio. Fonología métrica del pipil 71 (11) Formación de pies de I a D ES * . * plano 2 * * * (* *)(*) (* *) (*) plano 1 -ÿ cikiwit - cikiwit - c i k i w i t -,ÿ cikiwit ES 9(a) pies de 1 a D 9(c) plano 3 plano 2 plano 1 9(d) RS Las derivaciones en (10) y (11) demuestran que nuestras reglas (9) generan con exactitud los acentos primarios y secundarios por defecto en el idioma. (10) demuestra que los pies trocaicos deben formarse de derecha a izquierda en el idioma porque de lo contrario se obtienen resultados agramaticales como lo demuestra (11). 3. 1 Desacentuación Sin embargo, como podemos ver en la derivación en ( 12) abajo, el acento secundario no siempre es generado apropiadamente por las reglas en (9). Nótese que como la palabra consta de tres sílabas y cada pié trocaico está formado por dos y la asignación de pies se realiza de derecha a izquierda en pipil, la primera sílaba de la palabra forma un pie por sí misma, con su respectivo núcleo en el plano 2. (12) cikiwit * * . plano 2 * * * (*)(* *) (*)(* *) plano 1 -ÿ cikiwit -ÿcikiwit-- cikiwit-ÿcikiwit ES 9(a) 9(b) 9(c) 72 Jorge Ernesto ¡.emus * plano 3 (* * .) plano 2 (*)(* *) plano 1 - cikiwit - * [cikíwil| (cfr. /eikíwit/) 9(d) RS La derivación en (12) demuestra que formando pies trocaicos de derecha a izquierda se generan acentos secundarios en la sílaba inco- rrecta en palabras con número de silabas impares. Para solucionar este problema, podemos añadir a las reglas prosódicas del pipil (9) la siguiente regla de desacentuación: (13) Dcsaccntuac¡ón: Eliminar de izquierda a derecha el primer asterisco de dos asteriscos adyacentes en el plano 2. ** * (plano 2) La regla (13) borra los asteriscos mal ubicados en el plano 2 que generarían acentos secundarios indeseados en palabras como las ejemplifi- cadas en ( 12) arriba. En ( 14) se demuestra como cikiwit se deshace del acento secundario antes de salir a la representación superficial. (14) * * (* * .) (. * .) (*)(* * ) - cikiwit - cikiwit --cikiwit 4(d) (13) RS 3 .2 Acento subyacente Para explicar el acento de los dos conjuntos de palabras en (2) y (3) se necesita añadir más reglas a nuestro análisis. En (2) se ejemplifica como los sufijos -cin y -tal atraen el acento primario de las palabras a las que son añadidos. Para explicar este comportamiento excepcional, podemos plano 3 plano 2 plano 1 Fonología métrica del pipil 73 asumirque en su estructura subyacente (ES) '5 estos traen un asterisco en el plano 0, que los marca como acentuados. Con esta marca subyacente, podemos proponer una regla de acentuación para que estos atraigan el acento primario de la palabra. Este análisis difiere del propuesto por Halle y Vergnaud de un asterisco en el plano I, ya que para ellos el primer plano de asteriscos es el plano 0. (15) Acentuación obligatoria: añadir un asterisco en el plano 2a todas aquellas vocales que posean un asterisco en el plano 0. * plano 2 * * plano 1 ÿ -ÿ * plano 0 La regla (15) correctamente genera el acento excepcional de los sufijos mencionados arriba. También predice la existencia de palabras exeep- cionalmente acentuadas en la última sílaba (palabras agudas) como las que se enumeran en (3). Por lo tanto, la regla (15) basta para explicar el comportamiento acentual de las palabras en (2) y (3), siempre y cuando se asuma que las palabras en (3) están marcadas como acentuadas en su representación subyacente. Las derivaciones en (16) demuestran la gramati- calidad de ambos casos. ,f (16) a. pelucín * * plano2 * * * * * * (**)(*) plano 1 * * * * plano 0 -* pelu+cin-ÿpelucin-ÿpelucin - pelucin ES 9(a) (15) 9(b) 15 La estructura o representación subyacente (underlying representation) es la forma que tienen las palabras y afi jos (morfemas libres y ligados) en el lexicón mental antes de sufrir algún cambio debido a alguna regla del idioma. 1.a representación o estructura superficial (surface structure) es la forma de la palabra cuando es dicha por los hablantes del idioma después de habérsele aplicado todas las reglas gramaticales del idioma. 16 La división morfológica se respresenta con un símbolo 74 Jorge Ernesto Lemus * * * *\ * * - pelucin --pelucin - pèlucin 9(c) 9(d) RS piano 3 piano 2 plano 1 plano 0 b . xulét * x u 1 e t ES * * * x u I e t 9(a) * * * * x u 1 e t (15) * (*)(*) * x u 1 e t 9(b) piano 2 plano I plano 0 O O * x u 1 e t 9(c) * (*)(*) * x u I e t 9(d) * (. *) (*)(*) * x u I e t (13) xulét piano 3 piano 2 plano 1 plano 0 Las derivaciones en (16) demuestran la funcionalidad de las reglas propuestas para la acentuación de las palabras en pipil. Las reglas en (9) más las reglas en (13) y (15) son suficientes para explicar las palabras graves por defecto (1), los sufijos que atraen el acento primario (2) y las palabras primitivas agudas (3). También, la deri- vación en ( 16) demuestra el orden relativo en el que tienen que aplicar las reglas. Modificar su orden implicaría un resultado agramatical al final de la derivación. En ( 17) se enumeran todas las reglas discutidas hasta ahora en su orden relativo de aplicación. Fonología met rica del pipil 75 (17) Reglas acentuales del pipil (segunda versión) a. Asignar una línea de asteriscos en el plano 1 a todas las vocales (sólo las vocales son elementos acentuables). b . Añadir un asterisco en el plano 2 a todas aquellas vocales que posean un asterisco en el plano 0 (regla 15). c. Construir pies trocaicos de derecha a izquierda. d . Colocar los núcleos de los pies formados en el plano 1 en el plano 2. e. Construir un pie yámbico en el plano 2, con núcleo en el plano 3. f . Borrar el primer asterisco de izquierda a derecha de dos asteriscos adyacentes en el mismo plano (regla 13). En esta sección se han ejemplificado los diferentes tipos de acentos que se encuentran en pipil y se ha explicado su comportamiento basándose en el modelo de Halle y Vergnaud (1987) de planos suprasegmentales. Se ha añadido un nuevo nivel (plano 0) a los planos de asteriscos para poder marcar las vocales acentuadas en su representación subyacente. Bási- camente, los casos excepcionales en (2) y (3) se explican utilizando acentos subyacentes. También, siguiendo a 1 lammond ( 1987, 1988), se ha adoptado el troqueo y el yambo para clasificar los pies métricos. También se ha demostrado que la formación de estos pies debe ser de derecha a izquierda (10), y no de izquierda a derecha (II) porque se genera un patrón acentual incorrecto. Se ha añadido también a la gramática pipil una regla de desacentuación (13) que borra acentos secundarios indeseados. En la siguiente sección, se ejemplifican una serie de problemas para el análisis propuesto (acentuación subyacente) y se proponen algunas soluciones basadas en la extramctricalidad de algunos segmentos. 3.3 Problemas para la Teoría de Acentos Subyacentes Como se demostró en la sección anterior, los sufijos que atraen acento primario y las palabras agudas en pipil se explican con la existencia de acentos subyacentes (i.e., un asterisco en el plano 0). Sin embargo, el comportamiento de estas palabras excepcionales (agudas) varía en diversos ambientes morfológicos. Por ejemplo, el acento de los sustantivos agudos 76 Jorge Ernesto Lemas se mantiene in .situ después de la formación del plural (reduplicación) pero se regulariza (i.e., se convierte en grave) al añadir un prefijo posesivo a la palabra. Estos casos se ejemplifican a continuación. (18) a. Reduplicación (acento permanece in siiu) ÿ1 singular plural xulét -ÿ xùhxulét kahét - kàhkahét tizát -ÿ tíhtizát b . Posesión (acento se regulariza) 18 xulét - nuxúlew 'mi viejo (esposo)' tizát -" itízat 'su perlita' kahét - nukáhct 'mi olla, hehén - nuhéhcn 'mi mosquito' La pregunta obvia a formularse después de ver los datos en (18) es ¿Porqué el acento permanece in situ en 18(a) pero se mueve en 18(b)? Las reglas acentuales propuestas en (17) dan perfectamente cuenta del comportamiento de las palabras en 18(a) pero fallan al explicar las palabras en 18(b). En (19) se demuestra este problema. (19) a. xuhxulét 17 El prefijo reduplicativo consiste de una copia de la primera sílaba de la palabra con la interpolación de [h] como coda, sobreescribiendo la coda de la sílaba si existiera alguna. Para mayor análisis y ejemplos de esle fenómeno el lector puede consultar a Campbell (1985) o Lemus (1993). 18 El sufijo -w que reemplaza el nominalizador -t de xulét indica posesión inalienable (Cfr., gunet >nieto' , nugunew *mi nieto'; siwat *mujer * , mi.siwaiv *mi mujer " ). Fonología métrica del pipil __ 77 * plano 2 * * * * * * plano 1 * * * * plano 0 -ÿ xulet - xuhxulet-* xuhulet- xuhxulet ES plural 17(a) 17(b) * plano3 * * (* . *) plano 2 (* *)(*) (* *)(*) plano 1 * plano 0 -ÿ xuhxulet-«-xuhxulet-ÿxuhxulet -ÿN/A-ÿ xùhxulét 17(c) 17(d) 17(e) 17(f) b . nuxúlet * plano2 * * * * * * plano 1 * * * * plano 0 -ÿ xulet -* nuxulet-* nuxulet-» nuxulet ES posesivo 17(a) 17(b) * plano 3 * * (* . *) plano 2 plano 1 * * * plano 0 -» nuxulet-1. nuxulet -ÿnuxulet -ÿ N/A-" *nùxulét 17(c) 17(d) 17(e) 17(f) Las derivaciones en (19) ejemplifican como los prefijos posesivos (19b) tienen un efecto diferente sobre la posición del acento de la palabra a la que se concatenan (lo regularizan), mientras que el prefijo redupli- cativo (19a) respeta el acento subyacente de la palabra (i.e., el acento primario permanece in silu). Jorge Ernesto l.emits Otra posibilidad es asumir que la afijación provoca un reanálisis total del acento, borrando acentos anteriores en todos los planos (i.e., asig- nación cíclica del acento, según Halle y Vergnaud). El resultado de este reanálisis seria la forma agramatical *xiihxúlet y la gramatical mixúlet. Es decir, siempre habría una forma sin explicar. Esta posibilidad se ejemplifica en (20). (20) a. xuhxulét * plano 3 (. *) plano 2 (*)(*) * * * (* *) p|ano i * plano 0 -ÿ xulet -ÿxuhxulét -ÿ x u h x u 1 e t -ÿ N/A -ÿ x u h x u I e t (17) plural 17(a) 17(h) 17(c) (se borran todos los asteriscos) * * plano 3 * * . (* * .) (. * .) plano2 (*) (* *) (*) (* *) (*) (* *) plano 1 -ÿxuhxulét -ÿxuhxulét -ÿxuhxulét~ÿ *xuhxúlet 17(d) 17(e) 17(0 b . nuxúlct * plano3 (. *) plano 2 (*)(*) * * * (* )(* *) plano 1 plano 0* -ÿ xulet -ÿ nu + xulet-ÿnuxulet~* N/A -ÿ n u x u I e t 17 afijación 17(a) 17(h) 17(c) (todos los asteriscos se borran) Fonología métrica del pipil 79 plano 3 plano 2 plano I -» nuxu leí -ÿ nuxulet -ÿ nuxulet -» nuxúlet 17(d) 17(e) 17(f) SR Entonces, el análisis de acentos subyacentes presentado hasta el momento presenta dos problemas. Primeramente, las únicas palabras primitivas agudas encontradas en el idioma, como se mencionó arriba, son disilábicas (ver (3) arriba). Sin embargo, el análisis de acentos subyacentes predice la existencia de palabras agudas trisilábicas o más largas no encontradas en pipil.,9Además, el comportamiento del acento como resultado de la afijación (cfr. (19)) es diferente. El acento es capaz de explicar uno de los casos solamamente. En la siguiente sección se explora una solución basada en la extrametri- calidad de ciertos segmentos. 3. 4 Extrametricalidad La extrametricalidad es un constructo de la fonología métrica que estipula que ciertos elementos pueden ser invisibles a las reglas prosódi- cas. Harris 1983, Hayes 1981, Kiparsky 1985, e Inkclas 1989 definen la extrametricalidad como la propiedad de ciertos segmentos de una unidad morfológica de ser excluidos de su correspondiente unidad prosódica. Las condiciones propuestas en la literatura para considerar un segmento como extramétrico son i) los elementos extramétricos deben ser periféri- cos, y ii) la extrametricalidad no puede ser exhaustiva. La primera con- dición se refiere a que la extrametricalidad solamente afecta segmentos que se encuentran al principio o al final de las unidades prosódicas. Si esta condición se pierde como producto de la afijación, el segmento marcado * * (*)(* *) * ÿ (* X* * ) * (. * .) (*)(* *) 19 De acuerdo a mis conocimientos, existen en pipil préstamos no nahuatizados del español de palabras agudas trisilábicas o más largas. Estas no han sido tomadas en cuenta para el presente estudio. HO Jorge Ernesto Lemus extramctrico pierde su invisibilidad y es sujeto a todas las reglas prosódicas. La segunda condición se refiere a que una unidad léxica no puede ser marcada totalmente extramétrica. Es decir, toda unidad léxica debe tener estructura prosódica. El problema ejemplificado anteriormente en 19(b) para la teoría de acentos subyacentes se soluciona rápidamente si consideramos la primera sílaba de las palabras ejemplificadas en (3) como extramétrica. Al añadir el prefijo posesivo, la sílaba periférica pierde su extrametricalidad y se hace sujeta de todas las reglas prosódicas. La regla (21) abajo convierte la primera sílaba de las palabras marcadas en extramétricas. (21) Extrametricalidad de sílabas iniciales: convertir en extramétrica toda sílaba inicial de palabra marcada con (o ÿ ) en su estructura subya- cente. "" °p[o o] p[<o>o] Nótese que (21) hace referencia específica a palabras disilábicas, ya que la extrametricalidad sería inútil en palabras trisilábicas o mayores porque las palabras pipiles son graves por defecto. Esta especifidad de la regla (21) convierte al análisis con extrametricalidad en superior al análisis de acentuación subyacente ya que no predice erróneamente la existencia de palabras agudas con más de dos sílabas.2' En (22) se ejemplifica la aplicación de (21) a xulét.' (22) a. xulét * plano 1 -ÿ "xulet -» °a[x ii| (t|I e tj -ÿ °<o[x u]> 1 e t -ÿ <xu> 1 e t -*N/A ES silabificación (21) 17(a) 17(b) 20 Por convención, se marcan los límites de la extrametricalidad con 21 El acento, por otro lado, sí predice la existencia de palabras agudas de cualquier longitud. 22 Para simplificar la representación se ha omitido el plano 0 en las derivaciones siguientes. En adelante, el plano 0 se incluirá en la representación únicamente cuando existan palabras con acentos subyacentes. HI * plano 3 * (*) plano 2 (*) (*) (*) plano 1 - <xu>l e t - <xu>l e t - <xu>l c t -» N/A -ÿ xulét 17(c) 17(d) 17(e) 17(0 RS b . nusúlct * plano 3 (*) plano 2 (*) * * * (*)(* *) plano 1 -ÿ <xu>l e t -ÿ n u+<xu> let-ÿnuxulet-ÿ N/A-ÿ nuxulet 17(e) afijación 17(a) 17(b) 17(c) * plano 3 * * . (* * .) (. * .) plano 2 (*)(* *) (*) (* *) (*)(* *) plano 1 -nuxulet-» nuxulet _»nuxulet_* nuxúlet 17(d) 17(e) 17(f) RS Por un lado, la derivación en (22a) muestra como al marcar la primera sílaba de /xulet/ extramétrica, ésta se vuelve invisible para las reglas prosódicas. Las reglas acentuales (17) no toman en cuenta la sílaba [xu] por estar marcada extramétrica. Listo hace que el acento recaiga sobre la única sílaba visible (|let]) dando como resultado [xulet]. Si la palabra fuera trisilábica, el acento no recaería en la última sílaba, sino en la penúltima lo que volvería a la extrametricalidad inútil para nuestros propósitos de explicar las palabras agudas del pipil. Es por esto que (21 ) afecta únicamente a palabras disilábicas. Por otro lado, (22b) muestra como al añadir el prefijo posesivo mi- a <xu>let. la sílaba [xu] deja de ser periférica y, como resultado, pierde su marca de extrametricalidad, volviéndose visible a las reglas prosódicas del idioma. Al volverse visible la sílaba [xu], el acento se reanaliza; esta vez, incluyéndola en la estructura prosódica. 82 Jorge Ernesto Lemus El problema aún no está resuelto, ya que como demuestra (23) abajo, nuestro análisis de extrametricalidad, aunque superior al acento subyacente al no predecir palabras agudas no encontradas en el idioma, falla en la formación del plural. (23) xuhxulét * -ÿ (xu)l c t -» xuh +<x>l et -ÿxuhxulet -ÿN/A -ÿxuhxulet 17(e) plural 17(a) 17(b) 17(c) * * plano 3 * (* * .) (. * .) plano 2 (*) (* *) (*) (* *) (*) (* *) plano 1 -ÿ xuhxulet - xuhxulet-ÿxuhxulet -ÿ*xuhxúlet 17(d) 17(e) 17(1) RS plano 3 plano 2 plano 1 (23) muestra que al añadir el prefijo reduplicativo del plural axulét la sílaba cxtranictrica se vuelve visible a las reglas prosódicas como lo requiere la condición de periferia de la extrametricalidad. El problema se vuelve mayor ya que ni el acento subyacente ni la extrametricalidad son capaces de explicar el comportamiento de los sustantivos disilá- bicos después de la afijación del posesivo y del plural. El acento subyacente explica adecuadamente el plural pero falla al explicar el posesivo mientras que la extrametricalidad explica el posesivo pero falla al explicar el plural. Esto crea una paradoja teórica ya que ninguna de las teorías aceptadas en fonología métrica (acento y extrametricali- dad) es capaz de dar una explicación unitaria al problema. En la siguiente sección se propone una solución a esta paradoja basada en la Teoría de Dos Niveles propuesta en Lemus (1993) que explica el patrón acentual de las palabras agudas ejemplificadas en (3) tanto en aislamiento como después de la posesión y el plural. Fonología métrica del pipil 4 . Teoría de Dos Niveles Como ya se demostró en la sección anterior, ni el acento ni la extrametricalidad son capaces de explicar en forma unitaria el com- portamiento del acento de las palabras agudas en (3) en diferentes ambientes morfológicos (posesión y plural). En esta sección se pro- pone una solución a la paradoja ejemplificada en la sección anterior en base a la Teoría de Dos Niveles (TDN), propuesta en Lemus (1993). La TDN nace como una propuesta para simplificar y restringir el modelo de Fonología Léxica (FL) propuesto en Kiparsky (1982, 1984, 1985), Rubach (1985), Booij y Rubach (1987), Halle y Vergnaud (1987), Mohanan (1982, 1986), Mohanan y Molianan (1984) e Inkelas (1989), para mencionar a los representantes más sobresalientes de esta corriente teórica. A continuación se da una breve descripción de la FL, y luego se describe la TDN. La FL relaciona las reglas fonológicas con la morfología de los idiomas y explica como estos dos componentes de la gramática interactúan. Kiparsky (1982) propone un modelo en el que la repre- sentación de la derivación y declinación de las palabras está dividida en estratos que representan bloques de reglas fonológicas. Un afijo se puede anexar a las palabras en el estrato 1 y estar sujeto únicamente a las reglas fonológicas encontradas en ese estrato. Si otro afijo se añade en el estrato 2, no le aplican las reglas encontradas en el estrato 1 (a menos que las reglas estén repetidas), y así sucesivamente. Esta estratificación de las reglas fonológicas y la afijación/composición de palabras resuelve contradicciones superficiales como la falta de apli- cación de una regla fonológica a un afijo en particular por encontrarse en un estrato distinto. En teoría, entonces, con este modelo de FL, podrían haber en un idioma tantos sets de reglas como afijos, en el cual cada afijo estaría sujetoúnicamente a su set exclusivo de reglas. Esta posibilidad vuelve a este modelo de FL demasiado poderoso y difícil de falsificar, lo que le quita valor teórico. Para simplificar la FL y volverla menos poderosa, Lemus (1993) propone un nuevo modelo en el que solamente existen dos niveles de S4 Jorge Ernesto Lemus representación, cada uno con su propio set de reglas fonológicas. A este modelo Lemus le llama la TDN." ÿ La TDN sostiene que las reglas fonológicas están divididas en dos grandes grupos: i) reglas fonológicas en el nivel léxico, y ii) reglas fonológicas en el nivel postléxico. Esto es una simplificación de la FL tradicional ya que solamente existen dos niveles de representación y no muchos como en la FL tradicional. Esto implica que el hablante únicamente posee dos sets de reglas fonológicas las cuales interac- túan con la morfología iterativamente en el nivel correspondiente. Es decir, después de la anexión de cada afijo, la nueva estructura es afectada por las reglas fonológicas en el nivel respectivo. El nivel léxico se define bajo la TDN como el nivel en el que se encuentran las raíces y los afijos de derivación. Por ejemplo, en español, la raíz cant y el sufijo nominalizador -o se encuentran en este nivel y están sujetos a todas las reglas léxicas (i.e., reglas del nivel léxico), al unirlos nos daría canto (sustantivo). El nivel postléxico contiene todas las declinaciones y los afijos que tienen que ver con la concordancia gramatical como número y género. Por ejemplo, la misma raíz mencionada arriba en español cant estaría sujeta a las reglas postléxicas al añadirle la declinación del verbo de tercera persona singular pasado -o, dando como resultado cantó. En la figura (24) se muestra gráficamente la TDN. 23 Para una mayor discusión y motivación de la TDN en base a su aplicación a varios idiomas el lector puede consultar a Ixmus (1993). Fonología métrica del pipil 85 (24) Representación gráfica de la TDN Estructura subyacente NIVEL LEXICO Morfología (Derivación y composición) Fonología NIVEL POSTLEXICO Sintaxis (Declinación y concordancia) Fonología Representación superficial La TDN descrita arriba nos ayuda a explicar el comportamiento aparen- temente aberrante del acento pipil después de la afijación del plural y el posesivo. Bajo la TDN, basta asumir que el acento es un proceso que se lleva a cabo al nivel léxico. Es decir, toda palabra recibe su acento mientras está en el nivel léxico después de toda afijación; una vez abandonado este nivel, 86 Jorge Ernesto Lemiis la palabra ya no está sujeta a las reglas acentuales ( 17), aunque sí a las reglas por defecto del idioma. Si este es el caso, podemos considerar que la anexión del sufijo posesivo se lleva a cabo al nivel léxico y que la pluralización se lleva a cabo al nivel postléxico. Por lo tanto, la anexión del sufijo posesivo activaría las reglas en (17), mientras que la pluralización no.i4 En (25) y (26) se muestra este funcionamiento. (25) Nivel Léxico a . xulét * plano 1 -* °x u 1 e t -'ÿ°a[xuj(í[l e t] -"-°<a[xu]> 1 e t-»<xu>l e t - N/A ES silabificació (21) 17(a) 17(b) * plano 3 * (*) plano 2 (*) (*) (*) plano 1 - <xu>l e t - <xu>l e t - <xu>let - N/A - xulét 17(c) 17(d) 17(e) 17(f) RS b . nuxúlet * plano 3 (*) plano 2 (*) * * * (*)(* *) plano 1 -ÿ <xu>l e t -n u + <xu>l e t-ÿ n u x u 1 e t - N/A-» nuxulet 17(e) afijación 17(a) 17(b) 17(c) 24 Las palabras agudas en (3) siempre estarían sujetas a la regla (21) de extrametricalidad. El acento subyacente para estas palabras se descarta totalmente en el análisis presentado aquí. Fonología métrica del pipil 87 * plano 3 * * . (* * .) (. * .) plano 2 (*) (* *) (*)(* *) (*)(* *) plano 1 -ÿ n u x u 1 e t -ÿ nuxulet-*-nuxulet-ÿ nuxúlet 17(d) 17(e) 17(f) RS (26) Nivel Postléxico: xuhxulét * * plano 3 (*) (*) plano 2 (*) (*) plano 1 - <xu>l e t -ÿ xuh + <xu>l e t -ÿN/A-»x ù h x u 1 é t -xùhxulét plural (17) reglas RS por defecto (25) y (26) demuestran el funcionamiento de la TDN. Por un lado, la derivación en (25) muestra como al añadir el prefijo nu- a xulét el acento se reanaliza totalmente, dando como resultado la forma gramatical nuxúlet. Por otro, (26) muestra como xulét pasa al nivel postléxico con su acento agudo ya asignado, y que al reduplicar la palabra para formar el plural, el acento no se reanaliza aunque la sílaba extramétrica se vuelva visible. (26) también demuestra como las reglas por defecto del idioma para la gramaticalidad prosódica asignan estructura silábica y acentos secundarios a la palabra antes de salir a la representación superficial (el acento primario se asigna únicamente al nivel léxico). El análisis de la TDN explica, sin excepciones, el patrón acentual del pipil y demuestra ser superior a los análisis exclusivos de extra- metricalidad y acento subyacente. Pero, ¿qué otra evidencia existe en el idioma que demuestre la existencia de dos niveles de repre- sentación? ¿Qué otros fenómenos fonológicos demuestran que el plural es un proceso postléxico? A continuación doy un ejemplo diferente al acento que demuestra que la formación del plural es un proceso postléxico. m Jorge Ernesto Lemus 5. Mayor evidencia para la reduplicación postléxica En esta sección se presenta un argumento diferente al acento para demostrar que la pluralización es un proceso postléxico. Es decir, las reglas fonológicas que aplican a la estructura que resulta después de la reduplica- ción son únicamente las postléxicas. A continuación se demuestra como una regla de propagación de un rasgo fonético (asimilación progresiva) aplica en el nivel léxico pero no en el postléxico. Lemus demuestra que el archifonema pipil /K/tiene tres variantes alofónicas completamente prcdccibles. En posición final de sílaba y ante consonante sorda se pronuncia como oclusiva velar sorda [k]; al principio de palabra y después de consonantes sonoras se pronuncia como oclusiva velar sonora [g]; y en posición intervocálica se pronuncia como fricativa velar sonora [y]. Campbell (1985) reporta que la variante fricativa no se encuentra en todos los dialectos, y Schultze-Jena no lo menciona en su gramática. A continuación, se ejemplifican todas las variantes alofónicas de /K/ en transcripción fonética (ver apéndices A y B). (27) a. Final de sílaba nikcíak [nik.cí.ak ] 'lo espero' tik [tik ' ] 'en' ikxi [ík.Sf] 'pié' b . Principio de sílaba, después de una consonante sorda mezkuyu [mec.kú.ju ] 'pierna' ixka [ís.ka ] 'asar' katka [gát.ka ] 'auxiliar del imperfecto' c. Principio de sílaba, después de consonante sonora zunkal [cúij.gal] 'pelo' zinkixti [cir].gís.ti ] ' acercarse , niktanki [nik.táij.gí ] 'lo acabé' 25 La discusión en esta sección está basada enteramente en Lemus (1993). Fonología métrica de! ¡>¡¡>¡1 d. principio de palabra kumal kincki kal [gú.mal] 'comal, |gi.nc.Y¡ , | ,él lo quiere, [gal] 'casa, e. intervocálica paki ika neki [nc.yi *reír, ' porque ' 1 querer ' Para los propósitos de este estudio, sólo nos interesa la propagación dei rasgo [-sonoro] de una consonante sorda hacia el archifoncma /K/, convirtiéndolo en sordo. En el análisis presentado en Lcmus (1977), se asume que el archifonema /K/ está subespecificado en su representación subyacente para el rasgo [sonoro]. Es decir, /K/ no es ni sonora [g| ni sorda [k) en su representación subyacente. Estos valores los adquiere a través de reglas fonológicas. 2f En posicion inicial de sílaba, /K/ siempre se sonoriza.2, Para ejemplificar mejor la sonorización de /K/ en esta posición, veamos en los siguientes ejemplos el comportamiento del prefijo acusativo de tercera persona singular k- y del sufijo del pretérito -k en distintos ambientes fonéticos. (28) a. final de sílaba b. principio de sílaba ni + k + neki [ nikncyi ] k + ncki [gineyi | ' yo , 'lo' * querer ' El/ella 'lo, 'querer, 26 En el sistema binario de rasgos fonéticos, un signo '+, indica la presencia del rasgo y un signo indica la ausencia del mismo. Por ejemplo, las consonantes sordas estánespecificadas como [-sonoras] y las sonoras como |+sonoras|. Es, entonces, redundante tener los rasgos sonoro y sordo activos en la gramática de un idioma, ya que ningún fonema tiene los dos valores del mismo rasgo simultáneamente. 27 A excepción de las palabras kohinn 'monte,, kohlik 'alto, y kulu 'corto,, donde /K/ es reali/ado como sordo /k/, no he encontrado ninguna otra palabra en el idioma que no sonorice /K/ en posición inicial de sílaba. 90 Jorge Ernesto Lernus 'tú' 'lo' 'hacer' ti + k + ciwa [tikcíwa] k + ciwa [gíciwa] El/ella 'lo' 'hacer' ti + cuka + k [ticúyak] 'tú, 'llorar, 'pasado' ni + k + man + k [nikmárjgi] ' yo , io, 'cocer, 'pasado ni + k + tatatia + k [niktatíak] 'yo *lo' 'quemar' 'pasado' 28(b) muestra como el prefijo acusativo k- (tercera persona singular) y el sufijo del pretérito -k se pronuncian [g] en posicion inicial de sílaba. Sin embargo, 27(b) arriba muestra que /K/ no siempre se sonoriza. Lo que las [k] en 27(b) tienen en común es que todas están precedidas de una consonante sorda. Si asumimos que lo que causa que /K/ sea pronunciada como sorda es que está precedida de una consonante sorda, entonces predecimos que /K/ siempre será sorda en esta posición. Para probar esta predicción, veamos cual es el comportamiento del sufijo del pretérito -k cuando lo añadimos a una raíz verbal terminada en conso- nante sorda. El verbo wez [wec] 'caer , termina en la consonante dental africada sorda /c/ (pronunciada ts). Al añadir el sufijo del pasado ob- tenemos el siguiente resultado: ni + wez + k [niwecki| 'me caí,. Nótese que la fk] se encuentra en posición inicial de sílaba precedida de una consonante sorda, y no se sonoriza. Basándonos en estas observaciones, podemos concluir que la consonante sorda que precede a /K/ propaga el rasgo [-sonoro] a ésta convirtiéndola en oclusiva velar sorda [k]. Esta regla se puede formalizar en forma autosegmcntal como sigue. (29) propagación de [-sonoro] o o[o [-sonora] [+posterior| Fonologja métrica del pipil 91 La regla (29) da cuenta de [kj en posición inicial de sílaba después de una consonante sorda. La regla (29) supone que /K.1 está mínimamente especifi- cada como [+postcrior] y, consecuentemente, subespecificada para el rasgo [sonoro]. Cuando el ambiente fonético requerido por (29) aparece en una palabra, la regla aplica propagando el rasgo [-sonoro] hacia la consonante adyacente. Esto se puede ver gráficamente en la siguiente derivación. [-sonora] [+post] [-sonora] La regla (29), al igual que la acentuación (17), es una regla que aplica únicamente al nivel léxico en el pipil. Si esto es cierto, la regla no debe aplicar después de la reduplicación, ya que ésta se lleva a cabo al nivel postléxico según el análisis presentado en este estudio. Por ejemplo, el plural de la palabra ga/ ' casa ' es gahgal, y no *gahkal, como se esperaría después de la aplicación de (29). La no aplicación de (29) después de la reduplicación se explica fácilmente al asumir que la reduplicación es un proceso morfológico postléxico, mientras que (29) es un proceso fonológico léxico. La derivación en (31) demuestra este proceso. (31) a. Nivel Léxico -» Kal -*. gal ES sonorización b . Nivel Postléxico - gal - gahgal - [gahgál] plural RS (30) _ is Ka is Ka ES | (29) RS [ís.ka ] [+post] 92 Jorge Ernesto Lemas Con esta nueva evidencia, queda demostrado que, de acuerdo a la TDN, la reduplicación es un proceso postléxico. Si fuera léxico, la regla (29) aplicaría. 7. Conclusión En esta monografía se ha discutido ampliamente el acento del idioma pipil. Se demostró que las palabras pipiles son por defecto graves. Sin embargo, se demostró también la existencia de algunas palabras agudas en el idioma. Esta palabras son de dos tipos: i) producto de la sufijación, y ii) palabras primitivas. En el primer caso, los sufijos que atraen el acento (-cin y -tal), se consideraron como poseedores de un acento subyacente, ya que siempre atraen el acento primario. En el segundo caso, la explicación del acento agudo se basó en la TDN, teoría que sostiene la existencia de dos sets de reglas fonológicas distintos que afectan diversos procesos morfológicos. Estos procesos se identifican como léxicos y postléxicos. El comportamiento de las palabras en (3) después de la afijación varía. Cuando el prefijo posesivo se les añade, el acento se regula (i.e, se vuelve grave), pero esto no ocurre después de la reduplicación. Para explicar estos dos comportamientos distintos, la TDN considera la posesión como un proceso léxico y la reduplicación como un proceso postléxico. Fonología métrica del pipil _ _ _ 93 Bibliografía Aráuz, Próspero (1960) El Pipil de la Región de los Itzalcos, Ministerio de Cultura, San Salvador. 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Schultze-Jena, Leonhard (1982) Gramática Pipil y Diccionario Analítico, Ediciones Cuscatlán, San Salvador. Fonología métrica del pipil 95 Apéndice A 28 Consonantes" bilabial dental alveolar palatal velar ulotal oclusiva P ib) t id) k kW fricativa s § h africada c V c nasal m N líquida 1 (r) semi-consonante Y W Vocales alta baja posterior redondeada a _ + + _ e _ _ i + _ _ u + - + + 28 /K, N, W, Y/ son archifonemasque loman valores distintos dependiendo del ambiente fonético en el que se encuentren. 96 Jorge Ernesto Le mus Apéndice B Alfabeto Pipil , Alófono Fonema Grafema IPI /P/ P [t , utl N t |k , l,ík|,|j»l,ÍYl /K/ k |kW| /kW/ y [si M s 1*1 /s/ X |C| Ici z _ LÈI ici c Ihl,ítl IW h |ml Iml m |n|,ít]Un|,[m| /N/ n [llJrl ni 1 liMvl /Y/ y |w|,|Yw| /W / w 1 a |,[ a ' | /a/ a IcMc , l Ici e l»l,|i ' l,íe| ni i [«MulJo , lJu 0 ! /u/ u 29 Para los préstamos del español que contengan sonidos ajenos al pipil se utilizará el grafema español (ej., f, b, d, r, etc.).
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