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18 Anales de Cirugía Cardíaca y Vascular 2001;7(1):18-34 AngioMaresme 2001 10:30 h. Mesa redonda I Avances en el estudio de la fisiopatología de la hipertensión venosa Viernes, 2 de marzo Moderador P. Magallón Ponentes C.A. Villaverde, C. Allegra Anales de Cirugía Cardíaca y Vascular 2001;7(1):18-34 Metabolismo parietal y varices C.A. Villaverde Antes de centrarnos en la pared vascular de las venas de los miembros inferiores, es conveniente imaginarlas den- tro del sistema venoso general y recordar algunas de sus funciones. El sistema venoso (SV) no solamente es una red pasiva de tubos que conduce la sangre de vuelta de los tejidos periféricos al corazón, sino que además es un reservorio del volumen de sangre circulante que contiene aproxima- damente el 70% en las venas sistémicas. La capacidad y presión de este depósito se ajusta continuamente por la contracción y relajación de las células musculares lisas (CML) de la pared venosa (Figura 1) para permitir que la presión de llenado del corazón permita la regulación del volumen minuto en cada momento. En su equilibrio in- tervienen reguladores humorales y nerviosos como se indica en la Figura 1. Los tres componentes principales del sistema venoso periférico son: el cutáneo, el muscular y el de las venas esplénicas, que por cambios activos y pasivos de su ca- pacidad van regulando el volumen de sangre aportado al corazón derecho. Las venas cutáneas, además, juegan un importante papel en la termorregulación. Para la función de dirigir la sangre en un sentido centrípeto unidireccional y controlar la presión hidrostática, las ve- nas están dotadas de válvulas, que en el hombre son más prominentes en las piernas que en los brazos para adap- tarse a los grandes cambios de la presión hidrostática. La distribución de las válvulas se esquematiza en la Fi- gura 2 y se encuentran tanto en el sistema profundo como en el superficial y en las ramas comunicantes de los dos sistemas. Las válvulas están formadas por dos replie- gues, en forma de media copa, del endotelio con una matriz de tejido conjuntivo rica en colágeno. Figura 1. Regulación venosa del aporte de sangre al corazón Figura 2. Distribución de las válvulas de las venas de las piernas 19Anales de Cirugía Cardíaca y Vascular 2001;7(1):18-34 Mesa redonda I Estructura de las venas musculares de las piernas de medio y gran calibre (Figura 3) Están constituidas por tres capas o túnicas, no tan bien diferenciadas como en las arterias: íntima, media y ad- venticia. Íntima: está formada por una lámina de células endote- liales (CE) unidas por uniones intercelulares libremente organizadas que a veces superponen sus bordes con las formas más indefinidas que es posible encontrar en todo el sistema vascular. Las células endoteliales están recubiertas por una capa de tejido conectivo de espesor variable que contiene fibras elásticas, reticulares y algu- nas CML de orientación longitudinal, este tejido subendo- telial descansa en una lámina elástica interna muy perfo- rada y bien diferenciada. La media la componen CML, redes de colágeno y elastina que varían su proporción según el diámetro del vaso. Las CML, en general, se ordenan elicoidalmente pero, a veces, se puede diferenciar una capa interior con distribución longitudinal y una exterior circular. La capa externa o adventicia no está bien delimitada de la media y es relativamente gruesa. Está constituida por te- jido conectivo laxo con fibras de colágeno de predominio longitudinal, fibras musculares en cantidad y distribu- ción variable y fibras elásticas. Su arquitectura queda completada con vasa-vasorum linfáticos y fibras nervio- sas adrenérgicas. Estos vasa-vasorum que se incorporan a la estructura de la vena están constituidos por metaarteriolas, capilares y vénulas postcapilares, como las de las unidades circula- torias terminales (UCT) de cualquier tejido. La estructura básica, morfológica y funcional de los capi- lares está formada por: una capa endocapilar de 50 A de fibrina-fibrinógeno gelificado. El endotelio, como barrera principal, tapizado por la lámina basal y algún pericito, que en conjunto forma la íntima y la túnica adventicia delgada y heterogénea, formada por tejido conectivo. La densidad de los capilares está relacionada con la in- tensidad de los procesos metabólicos y la velocidad de captación de oxígeno. Las vénulas postcapilares: proceden de los capilares, en una transición gradual, sin que exista un límite definido. Cuando los capilares alcanzan un diámetro de 10 a 50 mm, se caracterizan por la presencia de pericitos (vénulas pericíticas). Recogen la sangre de los capilares o de las anastomosis arteriola-vénula. Las vénulas pericíticas pre- sentan un endotelio delgado, de 0,2 a 0,4 mm, que por lo general es continuo, aunque ocasionalmente es posible observar algunas fenestraciones. La lámina basal es del- gada y es penetrada por pericitos que forman una capa casi continua y que establecen también un contacto fre- cuente con el endotelio. La túnica media prácticamente no existe, se observan solamente unos pericitos con más filamentos citoplasmáti- cos. La túnica adventicia es relativamente delgada y contiene unos pocos elementos fibrilares de tejido conectivo, fibroblastos dispersos, macrófagos, células plasmáticas y mastocitos. Las vénulas pericíticas se continúan con las vénulas mus- culares. Endotelio El endotelio es el único tejido en contacto con la sangre. Recubre la totalidad de la cara interna de todos los vasos del organismo desde el corazón a los capilares. Se esti- ma que su extensión alcanza los 400 m² con un peso de 1,5 Kg, pudiéndose considerar como un órgano difuso muy activo. Las células endoteliales (CE) derivan del mesodermo al- canzando diferentes fenotipos con especializaciones ade- cuadas al territorio u órgano por el que discurren. El endotelio desarrolla múltiples funciones, entre las que destacan: regularización de la hemostasia, adhesión y transferencia de leucocitos en la inflamación, manteni- miento del tono vascular, regulación del crecimiento de las células musculares lisas, barrera activa para el flujo transvascular de líquidos y solutos, y productor y regula- dor de la matriz extracelular. Algunos de los mecanismos empleados por las CE nor- males para proteger a la pared vascular son de señaliza- ción extracelular. Su localización en la interfase sangre- Figura 3. Vena muscular 20 Anales de Cirugía Cardíaca y Vascular 2001;7(1):18-34 AngioMaresme 2001 tejido la convierten en un centro clave de procesamiento de señales celulares y de mediadores, que deben transferirse de la circulación a las células o tejidos próxi- mos, ejerciendo por lo tanto su función, no sólo por su propia modulación metabólica, sino también por las ór- denes transmitidas a las células vecinas, fundamental- mente musculares y leucocitos. Por su parte la CE es sensible a determinados mediado- res que unas veces la inducen a la multiplicación y en otros casos a la apoptosis. Su participación directa en la protección del funcionalismo vascular viene mediada por su capacidad de segregar metabolitos extremadamente activos y antagónicos, como el óxido nítrico y la endotelina para la regulación de la contracción de las CML o la de activadores de la fibrinolisis como el t-PA, u-PA y de su inhibidor el PAI-1 que contro- lan la fibrinolisis. Las células endoteliales venosas se- gregan menos ON y más endotelina. En la inflamación tienen una participación muy activa con las moléculas de adhesión endotelial (ELAM) e intercelulares ICAM. La enorme actividad metabólica de las células endoteliales se resume en la Tabla 1. El papel de las CE es decisivo, no sólo por su presencia metabólica, sino por su ausencia, ya que al faltar se invierte el efecto que sobre las células musculares lisas tienen ciertos agonistas circulantes en la sangre. Células musculares lisas Las células musculares lisas tienen como función princi- pal el mantenimiento del tono vascular. Estas células de forma alargada, que se encuentranmayoritariamente en la capa media del vaso, aunque también se pueden en- contrar en la íntima, contiene unas organelas de tejido contractil formado por proteinas como la α-actina, la miocina y la α-tropomiosina. También hay receptores agonistas, conductores iónicos y moléculas transductoras de señales para poder realizar esta función. La célula muscular diferenciada contiene diversas proteinas impli- cadas en la regulación de la contracción como son la calponina, el caldesmón, la α y β metavinculina y la desmina. Productos de la matriz � Fibronectina � Proteoglicanos � Heparan Sulfato y Dermatan Sulfato � Laminina � Nidógeno � Colágeno I,II, III, IV Factores Vasomotores � Vasodilatadores - Óxido nítrico (NO) - Prostaciclina, Prostaglandina E2 (PGI2/E2) - Factor hiperpolarizante derivado del endotelio (EDHF) � Vasoconstrictores - Endotelina-1 (ET-1) - Prostaglandina H2 (PGH2) - Tromboxano A2 (TXA2) Factores de Crecimiento � Promotores - Factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF) - Factor básico de crecimiento de fibroblastos (bFGF) - Factor-1 de crecimiento parecido a la insulina (IGF-1) - Endotelina-1 (ET-1) � Inhibidores - Heparinoides (HPS) - Factor de crecimiento transformante (TGF) - Oxido nítrico (NO) - Prostaciclina (PGI2) Moduladores de la Inflamación � Molécula de adhesión endotelial de leucocitos (ELAM) � Molécula de adhesión intracelular (ICAM) � Molécula de adhesión intracelular (VCAM) � Factor de von-willebrant(VWF) Factores Hemostáticos yTrombolíticos � Activador tisular del plasminógeno (t-PA) � Activador del inhibidor del plasminógeno tipo-1(PAI-1) � Factor V (FV) � Factor tisular (TF) � Trombomodulina (TM) Modificado de Sidawy 1997 Tabla 1. Productos de secreción - expresión de las células endoteliales 21Anales de Cirugía Cardíaca y Vascular 2001;7(1):18-34 Mesa redonda I Este tipo celular puede segregar diversos componentes de la matriz extracelular como son el colágeno, la laminina, la fibronectina y metaloproteasas, como la MMP-1 por inducción del PDGF o la IL-1 o por el promotor tumoral tetradecanoilphorbol acetato, la MMP-3 y las gelatinasas MMP-2 y MMP-9 que, como veremos jugarán un impor- tante papel en la desesctructuración en la matriz extrace- lular de la patologia arterial y venosa. En células musculares lisas del sector venoso se ha loca- lizado el t-PA y el PAI-1 y en menor medida el activador del plasminógeno, tipo uroquinasa y se ha observado que las venas arterializadas, es decir aquellas venas que se injertan en el árbol arterial, estas células producen mayor cantidad de PAI-1 y existe un descenso en la pro- ducción de t-PA lo que comporta una menor capacidad fibrinolítica que contribuirá a la oclusión de dicho injer- to. Las células musculares presentan dos fenotipos, el con- tractil y el secretor. El fenotipo contractil es el que predo- mina en el vaso sano, en condiciones de normalidad, con capacidad de reaccionar a estímulos nerviosos y a dife- rentes agonistas como la norepinefrina, la angiotensina II o vasopresina, que hacen contraer la fibra muscular produciendo vasoconstricción o por el contrario a otros agonistas como el óxido nítrico que relaja las células musculares produciendo vasodilatación, estando impli- cadas ambas respuestas en la regulación del tono vascular. Este fenotipo sintetiza pocos componentes de la matriz extracelular y no es un fenotipo proliferativo. El fenotipo secretor presenta ciertas alteraciones morfológi- cas respecto al fenotipo contractil con una reducción de miofilamentos, presenta niveles reducidos de ciertas proteinas contráctiles como son la a α-actina, la vinculina y el caldesmón. Esta modificación al fenotipo secretor puede revertir al menos parcialmente y puede expresar proteinas contráctiles. En la patología varicosa se ha relacionado este tipo celu- lar con una menor producción de ciertas proteínas de matriz extracelular cuando las comparamos con las cé- lulas musculares lisas de la vena normal, lo que jugará un papel importante en las alteraciones observadas en la distensibilidad de la vena. También se ha observado una mayor migración de células musculares en las venas varicosas que podría estar mediado por un cambio fenotí- pico de estas células al igual que en el proceso arterioescle- rótico. En el caso de venas safenas utilizadas para realizar un by-pass coronario se ha observado la formación de una neoíntima que se caracteriza por una acumulación de diversas proteínas de la matriz extracelular que está correlacionada con la proliferación y modulación fenotípi- ca de las células musculares lisas de estos vasos. Matriz extracelular Cuando pensamos en un tejido hay una tendencia a ima- ginar sus células más representativas, pero el sistema de unión de estas células, la matriz extracelular (MEC) in- dispensable para conformar el tejido u órgano suele que- dar olvidada. Sin embargo esta MEC se especializa en cada tejido para contribuir a su función propia, como por ejemplo en el hueso, dándole la consistencia sólida o por el contrario en el tejido vascular confiriendo elastici- dad y flexibilidad para una dinámica de contracción y relajación. Su importante función exige una renovación continua de sus componentes entre los que se encuentran una serie de fibras, colágeno, elastina, etc., con una estructura proteica bien diferenciada, conectadas a las células por otra red fibrilar más sutil de proteínas adhesivas como la laminina, fibronectina, etc, conocidas en su conjunto como integrinas (Figura 3). En su catabolismo intervie- nen una serie de enzimas, con actividad proteolítica, es- pecializadas para cada fibra. Una familia de estas enzimas son las denominadas metaloproteasas (MMPs), segre- gadas por diferentes células. Su activación en una primera fase contribuye a la proteoli- sis pericelular, que facilita la separación de una célula determinada y en una segunda fase de actividad más intensa actúa sobre la MEC, facilitando la migración ce- lular y aumentando la permeabilidad intercelular. Figura 4. Interacciones múltiples y recíprocas de las células vasculares con su entorno La descripción de las propiedades de cada elemento de la pared vascular puede resultar irreal si no se la consi- dera en el conjunto de interacciones con su entorno, que tratamos de resumir en el esquema de la Figura 4, donde vemos representadas las interacciones múltiples y recí- procas de las células de la pared venosa con la MEC y las células sanguíneas. Vemos, también, como esta comuni- cación intercelular puede ser influida por la presión hidros- tática, factores humorales, regulación nerviosa adrenér- gica y la temperatura. Algunos aspectos del funcionalismo de la pared venosa Metaloproteasas La MEC es fundamental tanto para la fisiología venosa como para los procesos de reparación y adaptación de la pared vascular. La MEC es una estructura en continua renovación. Sintetizada a nivel de las células musculares 22 Anales de Cirugía Cardíaca y Vascular 2001;7(1):18-34 AngioMaresme 2001 lisas, es degradada por una serie de enzimas denomina- das metaloproteasas de la matriz extracelular (MMPs), enzimas que son secretadas por las células musculares lisas al igual que sus inhibidores. Los macrófagos y las células endoteliales tienen también capacidad de produ- cirlas. La MEC, en la membrana basal, condiciona las fijación y movilidad de las células endoteliales, sobre todo a nivel de los pequeños vasos, y su degradación es un eslabón básico para el inicio de la neoangiogénesis. Una de las líneas de futuro de intervención farmacológica en la Insu- ficiencia Venosa se proyecta en la regulación de la matriz extracelular bien por l a obtención de nuevos fármacos o investigando si los actuales actúan por este mecanismo. El funcionalismo venoso depende del equilibrio entre cé- lulas musculares -capacidad contractil- y la cantidad y calidad de la MEC -resistencia a la distensión-. La regu- lación genética de la síntesis de colágeno intersticial se estimula, entre otros, por el factor de crecimiento betta, mientrasque se inhibe por ciertas citoquinas, como el interferon alfa, producido por los linfocitos T, hecho que podría explicar la debilitación de la pared por la reduc- ción del colágeno en situación de inflamación sub-clíni- ca. Este proceso de deterioro de la MEC se agravaría por la presencia de macrófagos que secretan MMPs, y que coadyuvarían a su destrucción. Recientemente se ha con- firmado la existencia de MMPs en la vena Safena Interna sana, y se está estudiando su participación en la Insufi- ciencia Venosa, aspecto que abre nuevas perspectivas para la intervención farmacológica. La acción de las MMPs sigue un proceso inicial de sínte- sis y secreción enforma de pro-enzimas, que va seguida de otra de activación y regulación por inhibidores especí- ficos (TIMPs). La regulación genética de su expresión es inhibida por los glucocorticoides, y el uso de inhibidores de tipo natu- ral o químico ya está en vías de desarrollo y estudio en la patología de otros tejidos distintos a la vena. La activación de las MMPs puede producirse por autorregulación, pero fundamentalmente por otras MMPs, como las de membrana, por la presencia de uroquinasa y en algunos casos por la plasmina, por lo que inhibiendo su producción se podría controlar la activación. Fibrinolisis En la vena se ha objetivado mayor cantidad de vasa- vasorum que en las arterias, y la afectación de éstos conduce a situaciones de hipoxemia que tiene un efecto sobre el metabolismo de las células musculares lisas. La tendencia a microtrombosis en las UCT puede contro- larse por vía sistémica, mediante la disminución de los niveles de fibrinógeno, y localmente incrementando la producción de plasmina por estímulo de los activadores de la fibrinolisis, tPA y proUK. La proUK, además de su potencial generador de plasmi- na, tiene capacidad inductora de la neoangiogénesis, modificando la señalización intercelular y pudiendo ac- tuar como mecanismo compensador de las zonas de microtrombosis no recuperada por la plasmina. La proUK se secreta como zimógeno inactivo por las células endoteliales y musculares; su activación a UK-activa se controla proteolíticamente, vía focalización de su recep- tor y esta actividad proteolítica es regulada por inhibidores específicos (PAI). Complementariamente a su actividad proteolítica, actúa en la angiogénesis por activación del factor transforma- dor de crecimiento betta y por actividad quimiotáctica y mitógena sobre las células musculares, mediante un pro- ceso de señalización a través de la membrana, via recep- tores que ordenan la migración invasión y proliferación celular. La expresión del mRNA de la UK se regula a la baja por factores de crecimiento, citoquinas y glucocorticoides, mientras que substancias como la calcitonina la elevan, por un incremento del contenido intracelular de AMPc. Patofisiología de la insuficiencia venosa y varices Según Martorell (1967): �Las venas deben de adaptarse (como todos los vasos) al contenido sanguíneo, dilatán- dose si el caudal y la tensión aumentan y si el caudal sanguíneo disminuye se estrechan y pueden llegar a la obliterarse por completo. Histológicamente se comprue- ba engrosamiento de la túnica íntima e hipertrofia de la media, pudiendo hallarse también zonas atróficas de la media con sustitución de fibras musculares por tejido conectivo, encontrándose también lesiones intermedias. Funcionalmente siempre se comprueba hipertensión en su contenido sanguíneo. Esta hipertensión deriva de una comunicación anormal arteriovenosa o de una avalvula- ción. En el primer caso la hipertensión es permanente, en el segundo sólo existe en ortoestatismo�. Para Vanhout (1979-2000): �La insuficiencia venosa es una patología multifactorial (ver Figura 5). El primer fac- tor en la enfermedad venosa es una anormal distensibili- dad de la pared, la cual parece relacionarse con factores genéticos. Esto se ha confirmado por cultivos de células que demuestran que las células musculares de venas varicosas producen una cantidad anormal de matriz extravascular. Otros factores que facilitan la aparición de estas alteraciones incluyen la impregnación hormonal y una prolongada carga hidrostática, particularmente bajo condiciones donde el control del sistema nervioso sim- pático está reducido por un incremento de la temperatura local. La incompetencia valvular resultante se combina con el aumento de la presión hidrostática, dando lugar a las varices y al éstasis. Las varicosidades, normalmente, comienzan en las venas superficiales en los puntos don- de se originan las venas comunicantes. El incremento de la distensibilidad de la pared hace que las válvulas sean incompetentes lo cual causa un flujo de retorno. La com- binación del flujo retrógrado en las venas superficiales y en las ramas comunicantes causan el perfil tortuoso de las varices. El incremento de la presión transmural en los vasos postcapilares favorece la exudación de fluidos y la formación de edema. La disminución del drenaje tisular 23Anales de Cirugía Cardíaca y Vascular 2001;7(1):18-34 Mesa redonda I causa isquemia, lo cual favorece la inflamación, la infec- ción, la trombosis y el daño tisular que conduce a las úlceras�. Dentro de esta serie de eventos y las limitaciones de este capítulo, vamos a centrar la atención en algunos puntos concretos de los mecanismos que contribuyen al deterio- ro de la pared venosa, sin que ello signifique un predomi- nio de su importancia con respecto a otros aspectos o enfoques de esta enfermedad multifactorial en la que hoy, en el año 2001, siguen presentes muchas de las incógni- tas propuestas por Martorell o Vanhout, entre otros, hace muchos años. En la conservación de la integridad de las estructuras de la pared venosa participan, entre otros, el sistema hemostático, regulando la formación y eliminación de fibrina y el sistema de regulación de la matriz extracelular (MEC) en el que intervienen las enzimas proteolíticas y (sus inhibidores) que disgregan y disuelven el colágeno (Figura 3). Estas enzimas, ya comentadas, conocidas como metaloproteasas (MMPs), facilitan la angiogénesis y la remodelación de la pared vascular. La plasmina, el enzima proteolítico de la fibrina en la luz vascular, cuando penetra en la pared tiene acción lítica sobre ciertas integrinas encargadas de fijar el colágeno a la superficie celular y por otra parte activa las formas latentes de las MMPs (Figura 3). La presencia del fibrinógeno (fbg) en el interior de la pared venosa podría tener un significado patológico como ocurre en las arterias, pero por el momento no ha sido descrito. La capacidad generadora de plasmina (CGP) y la pro- ducción de MMPs activas por la vena, pueden ser unos buenos indicadores de su capacidad funcional y la pre- sencia de fbg un signo de deterioro. La hiperpresión venosa y el incremento del fibrinógeno son dos factores destacados en el desarrollo de la pato- logía venolinfática, en la que se establece un mecanismo de refuerzo circular entre los fenómenos inflamatorios vasculares locales y el incremento de producción de macromoléculas por el hígado, fundamentalmente el fibrinógeno, actualmente considerado como un factor de riesgo de trombosis venosas. Diferentes estudios epidemiológicos (Framingham, Northwic Park Heart, Monica, etc.) han confirmado que el nivel alto de fibrinógeno (fbg) plasmático es un factor de riesgo independiente y asociado a otros factores, de padecer enfermedades cardiovasculares, como infarto de Figura 5. Etiopatogenia de la hipertensión venosa y varices 24 Anales de Cirugía Cardíaca y Vascular 2001;7(1):18-34 AngioMaresme 2001 miocardio, ataque cerebral y claudicación de las pier- nas, trombosis venosa y trombosis de injertos venosos. Numerosos estudios histológicos han demostrado la presencia de fbg en la pared arterial, en lesiones atero- matosas, y en el espacio pericapilar en la hiperpresión venosa. El mecanismo patogénico del fbg se desconoce, pero se sabe que algunos fármacos utilizados con otras indica- ciones, son capaces de reducir sus niveleshemáticos, y que ciertas plantas chinas son eficaces en clínica para mejorar patologías vasculares con tendencia trombótica pero en ninguno de los dos casos se conoce el mecanis- mo de acción. Los niveles de fibrinógeno están regulados por el equili- brio entre la síntesis (hígado) y el catabolismo (superficie endotelial), en el que interviene un factor común: la san- gre y uno variable: el vaso, con sus diferentes diámetros, estructura parietal y tejidos por los que discurre. En las paredes vasculares de la macro y microcircula- ción se regula la activación del sistema fibrinolítico, pro- duciendo activadores (tPA y uPA) y sus inhibidores (PAI1), controlados por medio de la producción y focalización de receptores endoteliales específicos y de los receptores para el plasminógeno, que llega por la sangre. Esto per- mite su transformación en plasmina, que inicia el proce- so catabólico de la degradación del fibrinógeno-fibrina. En la microcirculación la formación de microtrombos por catabolitos como el ácido láctico es más dependiente de la fibrinolisis, que de los factores de la coagulación o agregación plaquetar hecho que coincide con la aporta- ción de Witte, donde la acumulación de fibrinógeno en las venas postcapilares es más dependiente del sistema fibrinolítico que del de coagulación, y que puede ser mo- dificado positivamente por extractos vegetales o fármacos que actúan sobre la fibrinolisis. Podemos considerar el desarrollo varicoso como un fra- caso o perversión de los fenómenos de remodelación vascular, que se inducen en las venas por los cambios de presión o de caudal, agresiones inflamatorias al endotelio de la gran luz vascular y quizás con más repercusión al de los vasa-venorum que pueden comportar la hipoxia o la anoxia de los dos tercios externos de la media. El punto de partida de la orden de remodelación es difícil de situar, liberación o activación de factores de creci- miento, interleukinas, etc, liberados por leucocitos tran- seuntes, o por las propias células de la pared estimula- das, por la hipoxia, radicales libres, factores quimiotác- ticos, influencias humorales, hemodinámicas, etc. Figura 6. Interrelación de la pared vascular con la sangre: sistemas fibrinolítico y de metaloproteasas CML: Célula muscular lisa; MF: Macrófago; TIMPs: Inhibidor tisular de las metaloproteasas; UK: Sistema pro-uroquinasa- receptor uroquinasa; t-PA: Activador tisular del plasminógeno; PAI: Inhibidor del activador del plasminógeno plasminógeno. : Activadores celulares por ejemplo IL-1, O-. Modificada de Villaverde C, Salvat N. Forum en Patología Venolinfática. 1. 1997. 25Anales de Cirugía Cardíaca y Vascular 2001;7(1):18-34 Mesa redonda I En cualquier caso la respuesta viene condicionada a las células endoteliales y/o células musculares lisas con su capacidad de multiplicarse, transformarse y producir o degradar la MEC. El funcionamiento inadecuado de estas células puede tener un origen genético como parecen indicar algunos estudios epidemiológicos y más recientemente estudios genómicos, que no acaban de precisar el locus o cromosoma responsable de esta patología. Las alteraciones del endotelio, inicialmente se buscan en la producción de moléculas bioactivas como el ON o la endotelina, angiotensina, etc., y en estos momentos pare- ce que el interés se centra más en la exposición de molé- culas o receptores para la captación de leucocitos, espe- cialmente sensibles a la respuesta inflamatoria frente a diferentes causas: gérmenes, virus, necrobiosis anóxica, etc., que pueden inducir alteraciones de la permeabilidad por despegamiento celular, por rotura de la lámina basa, por las MMPs segregadas por las propias CE o por alte- raciones de la lámina de fibrina coaxial regulada por la producción de activadores o inhibidores de fibrinolisis por las CE. Los estudios histológicos más recientes confirman o muestran que la pared de las venas varicosas muestran zonas de hipertrofia muscular que se alternan de forma irregular con zonas de atrofia donde las células muscu- lares son sustituidas por colágeno fundamentalmente. Las zonas hipertróficas pueden localizarse en la íntima o en la media preferentemente. En algunos trabajos se demuestra que estas células mus- culares han cambiado un fenotipo contractil a otro secretor, con mayor producción de elementos de la MEC, que a su vez pueden estar modificados, y se ha documen- tado que hay una disminución de colágeno III que en parte es compensada por la aparición o incremento de colágeno I. La producción de elastina también está afec- tada y en las fases iniciales del proceso se encuentra aumentada, mientras que en fases avanzadas aparece fundamentalmente fragmentada. El coeficiente de la rela- ción elastina/colágeno III + V disminuye indicando un predominio del colágeno que es lo que confiere la dureza a las venas varicosas. Las células musculares lisas, además de la producción de fibras de la MEC, también producen enzimas entre las que se encuentra las MMPs y las endopeptidasas del sistema hemostático. Muchos de estos enzimas se producen en forma de zimógenos que deben ser activados. Pero las células musculares lisas producen y secretan inhibidores de estas enzimas (los TIMs) en el caso de las metaloprotea- sas y los PAIs, como inhibidores de la fibrinolisis. La producción de MMPs por la pared venosa y su rela- ción con las varices es un tema de controversia de la máxima actualidad, entre las publicaciones del año 2000 se pueden encontrar los resultados más variados. Con respecto a las MMP-2 y MMP-9, hay trabajos que dicen que las venas varicosas no se modifican, que están dis- minuidas o que se encuentran aumentadas, y más difícil resulta concretar cuáles son sus efectos sobre la MEC y la pared venosa. Otro aspecto a tener en cuenta, no es la producción sino el grado de activación o cantidad de moléculas enzimáticamente activas. Las variaciones de resultados podrían explicarse por las diferencias de las condiciones experimentales, métodos extractivos directos de la pared venosa, técnicas que in- cuban fragmentos vasculares, o aislamiento de las CML y cultivo in vitro. Nosotros, con técnicas de incubación de anillos venosos hemos encontrado en el medio una mayor cantidad de MMP-9 en las venas safenas varicosas con respecto a los controles, mientras que la cantidad total de MMP-2 no está modificada, pero en cambio el número de muestras con formas activadas es superior en las patológicas. En estas experiencias también estudiamos el sistema fibrinolítico que muestra un incremento de activadores (tPA, uPA) y de inhibidores (PAI-1), en las venas varicosas con una resultante de un incremento de la capacidad fibrinolítica de las venas varicosas. En otro aspecto encontramos una reducción de la pro- porción de células musculares lisas con relación al colágeno. Volviendo al tema de la disparidad de resultados en la producción de MMPs hay trabajos que estudian las va- riaciones de la producción del metabolismo celular en función de cambios de presión al que se somete el medio de incubación. En relación con las MMPs se ha efectuado una experiencia con cultivos de fibroblastos en mallas de fibrina y se ha documentado que cuando la presión au- mentaba la producción de metaloproteasas se triplicaba, y aún se incrementaba más en caso de variaciones pulsátiles de la presión. Además de los estudios de la capacidad metabólica y proliferativa de las CML, en estos últimos dos años se ha querido buscar la causa estudiando la apoptosis o muer- te programada de estas células, pero en dos trabajos publicados en el año 2000 los resultados son contradic- torios, en uno la apoptosis disminuye en las CML de la pared varicosa y en el otro aumenta. El análisis de nuestra experiencia y de la literatura exis- tente me lleva a pensar que aún estamos lejos de conocer cuál es el papel patológico de las MMPs en la insuficien- cia venosa y las varices, si son causa o consecuencia, pero lo que es evidente es que van delineándose como un posible marcador de la situaciónpatológica vascular, de su posible evolución y como indicadores para la elección de herramientas farmacológicas para actuar en este es- labón del deterioro vascular. Se han localizado por técnicas de hibridación in situ que la mayor presencia de MMPs se sitúa en la adventicia, y diferentes autores y nosotros hemos encontrado que la mayor capacidad fibrinolítica se sitúa en este mismo sec- tor, lo cual podría indicar que la participación de los vasa-vasorum en la patologia venosa no sólo vendría mediada por su posible oclusión (situaciones de hipotensión), microtrombosis, trasiego de leucocitos en las vénulas postcapilares o filtración de macromoléculas con resultado de hipoxias o anoxia de los dos tercios externos de la media, sino que también, tendrían una 26 Anales de Cirugía Cardíaca y Vascular 2001;7(1):18-34 AngioMaresme 2001 participación activa directa con la producción de metabo- litos por sus células endoteliales, pericitos, mastocitos y captación de leucocitos por la externalización de recep- tores y moléculas de adhesión. En las zonas de hipertrofia muscular el número de vasa- vasorum se incrementa y su estructura aparece alterada. Después de este análisis parcial de la posible participa- ción del metabolismo de la pared venosa en la etiopatoge- nia de las varices, es conveniente volver al esquema de interacciones múltiples y recíprocas de la Figura 3, y me- ditar que cada enfermo puede mostrar su perfil patológico sobre el que se deberán aplicar pautas de tratamiento individualizadas. En este sentido creo que a las pruebas de exploraciones actuales, clínicas, instrumentales y de bioquímica hemática, sería conveniente añadir en la in- mediación de los quirófanos de angiología un laborato- rio de bioquímica experimental que permitiese el análisis más o menos complejo de las muestras vasculares recién extraídas. En unos pocos años, cotejando los resultados de los análisis vasculares con las historias de los enfernos se podrían establecer marcadores útiles para su pronós- tico y tratamiento más adecuado. En este momento pare- cen ser prometedores: el contenido de fibrinógeno, activi- dad de MMPs y capacidad generadora de plasmina, que no presentan mayores dificultades técnicas. En relación con los parámetros comentados, las actua- ciones terapéuticas podrían dirigirse a: moduladores del endotelio (acción preferente en vasa-vasorum) que con- trolasen la aparición de moléculas de adhesión y recluta- miento leucocitario, reguladores de la permeabilidad endotelial a macromoléculas y facilitadores de su drena- je por los linfáticos. Fármacos con actividad sobre las CML que favoreciesen el tono venoso como los agonistas a-adrenérgicos. Controladores neurohumorales de los esfínteres de las metaarteriolas. Controladores o inhibidores del cambio fenotípico. En relación a la MEC controladores de la actividad enzimática de MMPs y sistema fibrinolítico. A nivel de vasa-vasorum, evitar compresiones, hipotensión y tal vez, reducción del nivel de fibrinógeno sistémico. Bibliografía 1. Martorell F. 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Vasomo- tion results in microdilution and microconcentration, and is thereforeal the origin of changes in the microhematocrit. Dynamic capillaroscopy, of which there are two kinds, is a technique which requires complex computerized equip- ment. Dynamic capillaroscopy without dye measures cap- illary density, capillary diameter, resting red blood cell velocity (rRBCV), and the microhematocrit. Dynamic cap- illaroscopy with dye (fluorescence microscopy) uses a vital dye, fluorescein sodium (NaF), to study the microv- asculature and evaluate the ability of the venous and lymphatic systems to drain the microcirculatory territory. Microlymphography is a recently introduced microcircu- latory technique in which fluorescein isothiocyanate (FITC)-dextran 150 000 is injected in order to visualize the microlymphatic network of the skin. Intralymphalic and interstitial pressures are detected with the Servo- Nulling System. These parameters enable the study of microcirculatory hemodynamics. Transcutaneous oxime- try evaluates tissue metabolism through measurement of the partial pressure of O2 and CO2 in the human skin. O2 values depend on blood capillary perfusion and local O2 consumption. The different stages of chronic venous insuf- ficiency are conditioned by the balance between the pres- sure and microhemodynamics of blood capillaries, lymphatics, and interstitial tissue. Thanks to the microcir- culatory investigation techniques available today, microhe- modynamic modifications, the different stages of chronic venous insufficiency, and the microcirculatory response to drugs can be evaluated in man in vivo and in real time. Introduction There are two different approaches to the study of the microcirculation: � The practical approach, including: - early diagnosis; - stages of the disease; - no return point of the arterial disease; - test of efficiency of pharmacological, physical, and surgical therapy; - optimal drug dose-finding; - pharmacodynamics.*Publicado en Medicographia 1996;18(3):24-31 28. Vanhoutte PM, Corcaud S, Montrion C. Venous disease: form pathophysiology to quallity of life. Angiology 1997;48(7):559-67. 29. Michiels C, et al. Perfused human saphenous veins for the study of the origen of varicose veins: role of endothelium and of hypoxia. Int Angiol 1997;16(2):134-41. 30. Waskman Y, et al. Collagen ssubtype pattern in normal and varicose saphenous veins in humans. Isr J Med Sci 1997;33(2):81-6. 31. Crotty TP. The role of radial reflux in the genesis of varicose veins. Med Hypotheses 1996;47(6):449-54. 32. Michiels C, et al. 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Lisboa sept. 2000. 28 Anales de Cirugía Cardíaca y Vascular 2001;7(1):18-34 AngioMaresme 2001 � The speculative approach, including: - understanding of human pathophysiology; - confirmation of animal physiological and patho- physiological findings in man and in vivo. In CVI, what are the available techniques for studying the microcirculation in man and in vivo? � Laser-Doppler fluxmetry, which investigates arteriolar vasomotion; � Dynamic capillaroscopy, which studies microhe- modynamics; � Microlymphography, which explores the initial lymphatics of the skin; � Interstitial tissue pressure, which investigates the pressu- re between the blood capillary and initial lymphatic; � Transcutaneous oximetry (TcPO2-TcPCO2) which ex- plores skin metabolism. Laser-Doppler fluxmetry Laser-Doppler fluxmetry measures global skin perfusion, ie, both thermoregulatory (75%) and nutritional (15%) blood flow (Figure 1). A low-power beam of laser light penetrates the tissue, undergoes slight variations in frequency due to moving structures, mainly blood cells, and is retrodiffused. Values are expressed in arbitrary units (AU). The volume that can be measured depends on the optical characteristics of the tissues. In the skin it is equal to a hemisphere with a radius of 1 mm1. in which capillaries, arterioles, and venules are found. The probe is applied to the skin by a probe holder fitted with a thermostat. The parameters considered are the following: baseline or resting flow (RF), standing flow (SF), and the venoarteriolar response (VAR = RF-SF/RFx100). VAR corresponds to the increase in precapillary resistance in the skin of the foot and perimalleolar region on stan- ding (Figure 2)1-3. This vasoconstriction reaction is provoked by a sympathetic axon reflex (or local mechanism) and reduces the increase in capillary pressure on assuming a standing position1,3. Generally, data obtained after thermic, ischemic, or postural tests are more reliable than baseline results, since they express the hemodynamic changes at the skin microcirculatory level. Laser-Doppler fluxmetry allows us to study the periodic arteriolar diameter changes called vasomotion. In laser- Doppler, vasomotion is expressed by periodic changes in the signal, called flowmotion4-6. This occurs in three ways (Figure 3): � low-frequency waves characterized by a frequency range of 2 to 10 cycles per minute (c/min); � high-frequency waves with a frequency range of 15 to 25 c/min (observed only in some pathological conditions); � pulsatile waves corresponding to the heart rate. Laser-Doppler mainly evaluates arteriolar vasomo- tion, especially when associated with the postural test which induces a venoarterial response, even though it isn�t often clearly present. Figure 1. Schematic representation of laser-Doppler fluxmetry, in comparison with capillaroscopy. Laser- Doppler fluxmetry detects global skin perfusion, comprising both compo- nents of skin perfusion - thermoregulatory blood flow and nutritional blood flow-whereas capillaros- copy explores only nutritional blood flow Figure 2. Laser-Doppler fluxmetry tracing recorded at the medial aspect of the ankle in a healthy human subject at rest (RF, resting flow) and standing (SF, standing flow). In the standing position, blood flow decreases because of the venoarteriolar response (VAR), calculated as: VAR = RF-SF/RFx100 Figure 3. Laser-Doppler fluxmetry tracings in the healthy human subject: lower left, low-frequency waves; upper right, magnification of the low- frequency waves showing their pulsatile nature Figure 4. Schematic representation of the terminal arteriole with pacemaker sphincter (from Meyer et al.9) 29Anales de Cirugía Cardíacay Vascular 2001;7(1):18-34 Mesa redonda I Capillary flowmotion is conditioned by the stochastic law (Casson�s law: σ½ = Aχ½+B), and is directly related to arteriolar vasomotion7. Arteriolar vasomotion consists of dilatation and constriction oscillations with variable frequency and duration (from 1 to 20±3 cycles per minute)6. Colantuoni et al.8 and Meyer et al.9 attribute this phenomenon to a pacemaker located at the arteriolar origin (Figure 4). Our school interprets the vasomotion phenomenon as a residual pressure wave4. In earlier research we showed that the vasomotion wave, expressed by the laser-Dop- pler wave, was the same as the impedance plethysmogra- phy wave. This residual pressure wave could play a role in endothelium-derived relaxing factor (EDRF) activation. This microcirculatory pacemaker described by Colantuoni et al.8 and Meyer et al.9 could be a control device acti- vated by the EDRF-endothelin feedback. Up to now this question remains unresolved. As stated, laser-Doppler is an expression of arteriolar vasomotion. The vanations of the vasomotion cycle allow the passage of a greater or smaller number of red blood cells into the capillary net- work (Figure 5)7,10. Consequently, vasomotion variations result in capillary microhemodilution or microhemoconcentration, thus determining microhematocrit changes. It should be pointed out that at capillary level the microhematocrit is not dependent upon viscosity (Fahraeus-Lindqvist effect). The microhematocrit and red blood cell velocity (RBCV) variations modify capillary outflow and inflow and, consequently, interstitial pressure (Figure 6). In chronic venous insufficiency (CVI), the laser-Doppler signal shows an increase in resting flow (RF) and stan- ding flow (SF) values, and a decrease in venoarteriolar reflex (VAR). This can be explained by the loss of vasoconstriction reaction in the precapillary region (Fi- gure 7)11. Dynamic capillaroscopy without and with vital dye12,13 Dynamic capillaroscopy (CapiFlow®) is a complex com- puterized system. It consists of an incident light micro- scope (Wild Leitz), fitted with a mercury lamp (Osram) connected to a videocamera (Ikegami), a tape recorder, a television screen, and a computer, allowing measurement of morphological and hemorheological parameters (Fig- ures 8 and 9). What can be measured with dynamic capillaroscopy, how, and with which reliability? � Resting red blood cell velocity rRBCV (Figure 10) is measured using the cross-correlation method modified by Fagrell13. rRBCV changes in different capillaries and in the same capillary at different ti- mes (Casson�s law: σ½ = Aχ½+B) under physio- logical and pathological conditions. Therefore, in order to obtain reliable results, more capillaries must be measured (about 5) at different times (at least for 3 minutes). Figure 5. Schematic representation of the microcirculatory defense mechanisms during venous stasis (from Allegra7) Figure 6. Intraluminal pressure gradient. AP = T/R: Laplace�s law (for a cylinder), where AP is the transmural pressure difference, T is the wall tension, and R is the radius of curvature. A: terminal arteriole; V: initial venule; C: capillary Figure 7. Laser-Doppler fluxmetry tracing in resting and standing positions in a subject with chronic venous insufficiency: venoarteriolar response (VAR) is decreased � Capillary diameter is measured with the dimension measurement menu in the CapiFlow program13. Changes in diameter are related to arteriolar func- tion, homeostasis, and tissular pressure. 30 Anales de Cirugía Cardíaca y Vascular 2001;7(1):18-34 AngioMaresme 2001 Figure 8. (left) View of the equipment of a computerized microcirculation laboratory Figure 9. (right) Determination of the red blood cell velocity (Cbv) and relative hematocrit (Hct rel) in the microcirculation laboratory Figure 10. (left) Red blood cell velocity measurement by the cross-correlation method Figure 11. (right) Red blood cell velocity (CBV), relative hematocrit (rel. Hct), and diameter measurement with the Capiflow 3.2 program Figure 12. (left) Blood capillary showing a glomerulus-like aspect Figure 13. (right) Blood capillary showing a glomerulus-like aspect after injection of NaF Figure 14. (left) Fluorescence capillaroscopy of the nail fold with densitometric examination Figure 15. (right) Measurement of fluores- cent light intensity in the capillary loop at different times. Peaks represent fluorescent light intensty inside the capillary and the pericapillary halo (normal subject) 31Anales de Cirugía Cardíaca y Vascular 2001;7(1):18-34 Mesa redonda I � Relative hematocrit: the values obtained with the densitometric method bear no relationship to those of the systemic hematocrit. Using the present method10,13, the variables increase because the reference point is a window on the tissue; the intensity of the greyness of such a window vanes among individuals and in different pathological conditions. They are expressed as a percentage and the values are referred to the grey scale; for this reason, we term it �relative hematocrit (relHct)�10. We realize that the relHct changes according to the different methods used. Our method is easy and reproducible, and yields more linear graphics without the interference noted with other methods (Figure 11)14. � Dynamic capillaroscopy with vital dye (fluorescein sodium 20%). With this method (Figures 12 to 16), the following can be measured13,15: - appearance time of the vital dye; - disappearance time; - interstitial dwell time; - maximum light intensity. The first parameter reflects arteriolar function7,16. The second indicates the venous capillary and lymphatic capillary drainage and tissue status17-19. The third is conditioned by the filtration function of the capillary endothelium and of the homeostasis of pericapillary mucopoly- saccharides (�fibrin cuff� of CVI)7,15. The fourth (maximum light intensity) is the most important parameter. It is measured in arbitrary units and expresses capillary density (capillary runoff)7,10. Microlymphography: subepidermal injection of fluorescein dextran 150 000 This technique is based on two principles13,20: � the affinity of dextran for lymphatics; � the absence of lymphatic transendothelial diffusion of dextran under normal conditions. Microlymphography allows us to study initial lymphatics, evaluating their morphology, their diameter, and endolym- phatic pressures. To visualize microlymphatics, about 0.01 mL of fluorescein isothiocyanate (FITC)-dextran 150 000 is injected in the subepidermal layer under a microscope (Figure 17). The microlymphatic pressure is recorded by means of the Servo-Nulling System. A glass microneedle connected to the Servo-Nulling System and to a pressure detector is introduced under microscopic control and with the help of a micromanipulator into the microlymphatic, and the mean value is calculated by computer (Figure 18). The following parameters can be measured with this method: � morphology of the microlymphatics; � lymphatic mesh features; � diameter; � functional pressures (endolymphatic pressure and interstitial pressure). The first three parameters can be measured with the common technique and under direct observation, (morphology parameters). Healthy subjects present a Figure 16. Subject with 3rd-stage chronic venous insufficiency showing disappearance of the peaks with scarcity and homogenous distribution of the vital dye Figure 17. Visualization of microlymphatic network following subepidermal injection of FITC-dextran 150 000 Figure 18. Measurement of intralymphatic pressure: introduction of a microneedle into the microlymphatic Figure 19. Microlymphatic network in healthy subject 32 Anales de Cirugía Cardíaca y Vascular 2001;7(1):18-34 AngioMaresme 2001 Controls CVI stage II CVI stage III Diameter (mm) 62,3±7.4 72,77±17,30 86,56±37,90 Intralymphatic pressure (mmHg) 5,3±3.51 7,3±2,04 6,1±1,93 Healthy (mm Hg) 0,65±1,6 Stage II CVI (mm Hg) 1,47±1,7 Table 1.Microlymphographic parameters in healthy subjects and in patients with stages II and III CVI19 Table 2. Interstitial tissue pressure in healthy subjects and in patients with stage II CVI22. Figure 20. Microlymphography in a subject with late primary lymphedema: dilation of lymphatic capillaries, tortuous aspect, and increased diffusion of fluorescein dextran Figure 21. Dilated lymphatic capillaries at the medial aspect of the ankle of a patient with CVI Figure 22. Parameters interfering with the detection of O2 and CO2 during measurement of TcPO2 and TcPCO2. Table 5. Dynamic capillaroscopy with vital dye in patients with stage II and III CVI31 Table 3. TcPO2-Tc PCO2 in healthy subjects and in patients with stage II and III CVI27 TcPO2 TcPO2 Big toe Medial aspect of ankle Controls - 65 Mild CVI 61 59,4 Severe CVI 65,5 35,2 Table 4. Dynamic capillaroscopy in patients with stage II and III CVI and in controls28-30 RBCV Relative hematocrit (mm/s) (reference: black level) (%) Mild CVI (Stage II) 0,29±0,16 47,0±7,71* Severe CVI (Stage III) 0,21±0,10 40,16±6,66* Controls 0,38±0,07 30,0±5,3 *P<0,05 Appearance Disappearance Halo (s) (min) extension (µµµµµm) Mild CVI (Stage II) 28,12±5,44 24,71±6,15 16±4 Severe CVI (Stage III) 24,65±15,2 30,16±10,23 8±3 nonextensive lymphatic network (3±1 mm) with adequate mesh features. Their mean diameter is 54±1 mm and their course is regular (Figure 19)13,20. In lymphatic incompetence, both primary and secondary to blockade of lymph nodes or lymphatic wall involvement, as in CVI, microlymphatic parameters reflect the anatomical and functional impairment of the lymphatic system (Figure 20)17,18,21. Microlymphatic mesh features are decreased, with an irre- gular course, in aplasia or hypoplasia either of initial lymphatics or peripheral collectors. In edema of CVI origin, meshes become larger and their diameter increases (Fi- gure 21)19,21. Intralymphatic and interstitial pressure measurement Interstitial pressure is measured by introducing a micropi- pette (diameter = 7 µm) in an interstitial area equally far from a blood capillary and a microlymphatic capillary, under a microscope. The glass micropipette, connected to the Servo-Nulling Pressure System, gives the value of the 33Anales de Cirugía Cardíaca y Vascular 2001;7(1):18-34 Mesa redonda I interstitial pressure at the measurement site. The measure- ment is carried out during 1 minute, under basal condi- tions and after hyperventilation22. The variations in intersti- tial pressure trigger variations in the number, diameter, and pressure of the lymphatics19. Endolymphatic pressure and interstitial pressure increase as a consequence of the unbalanced microcirculatory hemodynamics present under these pathological conditions (Tables 1 and 2)19. Transcutaneous oximetry Transcutaneous oximetry assesses tissue metabolism by evaluating the partial pressure of O2 and CO2 through human skin. PO2 and PCO2 are detected by a combi sen- sor (Kontron instruments) applied to clean skin and kept there for 20 minutes in order to measure PO2 and PCO2 values under system balance conditions23,24. This sensor is heated to 44ºC to allow maximal arteriolar dilation, thus ensuring better transcapillary diffusion. The quantity of O2 detected by the sensor is conditioned by capillary density, residual O2 after vasomotion25,26, skin cell me- tabolism, and skin thickness (Figure 22). In phlebology, transcutaneous oximetry is useful to follow the succes- sive stages and assess the functional recovery of the mi- crocirculation after therapy. In CVI, PO2 and PCO2 are used to measure O2 consump- tion due to venular stasis. In this setting, there is increased production of CO2. In stage III CVI, trophic lesions develop due to tissue ischemia (fibrin cuff and blockage of O2 passage from blood capillary to tissue); values are there- fore very similar to those found in ischemic tissue27 (Ta- ble 3). Tables 4 to 7 show the values obtained for the different parameters discussed above in various patho- logical situations, in which the interstitium plays a major role, including stage II and III CVI according to Widmer�s classification (Tables 4 and 5), lymphedema before and after elastic compression (Table 6), and severe CVI before and after treatment with Daflon 500 mg, (diosmin and hesperidin) (Table 7). Table 6. Patients with primary lymphedema studied under basal conditions and after 28 days with elastic bandage17 Table 7. Patients with severe CVI before and after treatment with Daflon 500 mg® twice daily10,32 References 1. 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