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Puntuación de Contribuciones del psicodrama a la psicoterapia de grupos de Olga Albizuri de García El psicodrama de Moreno Jacobo Levy Moreno nace en 1889 en la ciudad de Bucarest, Rumania y crece en Austria, en la ciudad de Viena donde estudia medicina, matemáticas y filosofía. El amor por el teatro, ya desde su infancia, lo lleva a hacer de lo teatral el eje de su búsqueda: en las calles de Viena hace representar a los niños y luego también a los adultos. El teatro de la espontaneidad y el teatro terapéutico son los antecesores del psicodrama como ciencia. En 1925 emigra a Nueva York donde desarrolla y sistematiza sus descubrimientos. Continúa su trabajo experimental en psicodrama, sociometría y psicoterapia grupal, ocupando varios puestos en la Universidad de Columbia y en la Nueva Escuela de Investigaciones Sociales. El creador del psicodrama es un ejemplo de creatividad que desafió las críticas y las “conservas culturales” de su época. Su teoría se basa en una concepción del hombre y de la salud que tienen como núcleo la espontaneidad, el optimismo, el amor, la catarsis y los roles que van formando el yo del sujeto. El método del psicodrama toma la representación dramática: la escena, como núcleo del abordaje y la exploración del sujeto y sus vínculos. La acción y la palabra permiten un despliegue del drama que ocupa al protagonista y ponen en escena su conflicto. En la escena el individuo puede representar sus problemas pasados y presentes, también volcar sus temores, expectativas, proyectos y dudas sobre el futuro, explorando sus relaciones con el presente y pasado. Moreno toma el concepto de catarsis de Aristóteles, que significa purificación, para explicar los efectos de la representación tanto en los protagonistas como en el público, en quienes despierta emociones produciendo también cierta concientización Según su teoría, en el psicodrama el protagonista logra una catarsis al representar su propio drama, mientras que los espectadores se identifican con lo representado haciendo eco desde sus vivencias e historia de modo tal que también se produce un efecto catártico. El autor sostiene que la mera repetición no aporta nada nuevo, tiene que existir verdadera espontaneidad y creatividad en la dramatización para conmover las “conservas culturales” impuestas por la sociedad, a las que define como conductas estereotipadas repetitivas y, muchas veces vacías de significado para el sujeto. El concepto de encuentro está en el centro del psicodrama: comunicación mutua que no se agota en lo intelectual sino que abarca la totalidad del ser. El encuentro que se da en el aquí y ahora va más allá de la empatía y forma un nosotros. Moreno toma del modelo teatral cinco elementos para la escena psicodramática: 1. Escenario: es el espacio designado donde se va a desarrollar la escena. Brinda la posibilidad de conexiones entre la realidad y lo imaginario. Amplía las posibilidades de representar la realidad en un como sí. Es importante observar si hay trasgresiones a este espacio durante el ejercicio dramático 2. Protagonista: es quien protagoniza su propio drama. Se representa a sí mismo y sus personajes son parte de él. La expresión libre y espontaneidad estimuladas desde el caldeamiento y las diversas técnicas que pueden emplearse tienden a garantizar que se dramatice y no que se actúe, que haya compromiso afectivo y no mera repetición. El protagonista puede ser un sujeto, una pareja o un grupo. 3. Director: en el psicodrama es el terapeuta del grupo, de modo que tiene una doble función. Ayuda a llegar a la escena con espontaneidad (a través del caldeamiento) y está atento a toda información que da el protagonista para incluirla en la escena. Una vez que ésta comienza el director sólo interviene si es necesario incluir alguna técnica dando las consignas. 4. Yo-auxiliar: auxilia al protagonista dramatizando los roles que éste le indique y que son necesarios para representar la escena. También cumple las consignas del director. 5. El público: es el grupo terapéutico. Éste resuena con lo que recibe desde la escena, aportando opiniones, expresando efectos, asociando con la propia historia de cada uno. Es imprescindible para la realización del psicodrama porque es parte, al mismo tiempo que completa, y contiene lo que sucede en la escena. Podemos diferenciar tres momentos en la acción dramática - Caldeamiento Es la primera fase en la que se prepara el clima del grupo. Moreno subraya que sólo liberándose de las ataduras de la realidad, los sujetos logran el estado necesario para participar de manera espontánea en la dramatización. En esta etapa es muy importante el rol del director, ya que es quien prepara al grupo para desconectarse del afuera y propicia el enlace con el ejercicio dramático, permite a los sujetos abrirse a lo que vaya surgiendo con la mayor espontaneidad posible, y conectarse con aspectos disociados y desconocidos. Esta fase lleva a la elección de un tema y un protagonista. - Escena dramática Es el segundo momento: el de la representación propiamente dicha. Aquí cobran importancia los yo-auxiliares quienes son los que encarnan los personajes, reales o fantaseados, de la escena que el protagonista creó. La puesta dramática permite desplegar los vínculos del protagonista con estos personajes y, el reordenamiento interior que puede darse, provoca un esclarecimiento que alivia y lleva a recobrar lo perdido. - La puesta en común En este tercer momento se da el compartir, aquí el grupo participa terapéuticamente. El público devuelve, compartiendo sus sentimientos y vivencias, todo lo que les fue sucediendo durante la escena, las resonancias que en ellos produjo. El grupo tiene la doble función de ampliar el panorama logrado con la escena del protagonista y acompañarlo evitando que se sienta solo, de este modo se logra una catarsis grupal. El director instrumentará durante la representación de la escena las técnicas que le parezcan más adecuadas, según el momento del drama y el tipo de vinculación que en él se exprese. Las más utilizadas son: *El doble: el mismo director o un yo-auxiliar desempeña el rol de protagonista. Se coloca a su lado y, en idéntica postura hace sus movimientos, verbal y gestualmente complementa lo que entiende y siente que el protagonista no puede expresar completamente por ser desconocido o encubierto por inhibiciones. Para poder desempeñar adecuadamente el rol de doble hay que ser capaz de colocarse en el lugar del sujeto y sentir su situación como su doble real. *Soliloquio: el protagonista y/o los yo-auxiliares dicen en voz alta, como si hablaran consigo mismos, sus sentimientos y pensamientos. *Inversión de roles: o cambio de papeles. Esta técnica investiga en la escena el sentir de los personajes del mundo del paciente. Es la técnica básica del psicodrama de Moreno, según sus palabras: “…te arrancaré los ojos de sus cuencas y los pondré en lugar de los míos y tú me arrancarás los míos y los pondrás en el lugar de los tuyos, para mirarte con tus ojos y que tú me mires con los míos…” *Del espejo: aquí el protagonista sale de la escena y es público de la representación que el director o un yo- auxiliar hace de él. Se busca con esta técnica que el paciente se reconozca en dicha representación como a su imagen en el espejo. Lo terapéutico es que identifique como propios aspectos que le son desconocidos y que importan para la resolución de su conflicto. Moreno distingue un procedimiento que utiliza el psicodrama para la formación y entrenamiento de roles profesionales y técnicos, al que llama role playing y que sigue siendo muy usado hoy en día El psicodrama psicoanalítico Nace en Francia en 1944, los psicoanalistas franceses (entre otros Anzieu, los Lemoine, Kaës)que se interesaron en el psicodrama trabajaban con grupos de psicóticos, niños y adolescentes. En Latinoamérica, Argentina es el país pionero en psicodrama. En 1962 comienza a ser estudiado y aplicado a partir de experiencias de Eduardo Pavlovsky, Jaime Rojas Bermúdez, Fidel Moccio, Carlos Martínez Bouquet, Hernán Kesselman, Luis Fridlewsky y María Rosa Glasserman entre otros. Confluyen en él varias vertientes: el psicodrama moreniano, el psicoanálisis y la psicoterapia grupal. Está sostenido en una concepción del sujeto, de la salud y de lo social. Sabemos que el contexto social es donde los grupos viven y a su vez está influenciado por la vida de los grupos. Parte de la tarea a realizar en el psicodrama psicoanalítico es analizar las relaciones de los sujetos en un grupo, y del grupo como unidad con el contexto. El sujeto humano es gregario, desde su nacimiento forma parte de grupos y comienza su camino para vincularse, pertenecer a grupos, ser aceptado. Además de los grupos primarios que van constituyendo nuestro mundo interno a lo largo de nuestra historia nos vinculamos con grupos diversos atravesados por múltiples inscripciones que siguen constituyéndonos. No hay trabajo grupal posible que deje de lado la realidad circundante. En el aquí y ahora grupal se integran lo horizontal grupal, lo vertical individual (Pichón Rivière) y lo transversal social (Guattari, Deleuze) La teoría moreniana, si bien resulta poco sólida comparada con la psicoanalítica, tiene aspectos que se complementan con ésta: como ya vimos la representación dramática es liberadora, es la forma que adquieren el pasado y el futuro en el presente. El encuentro, el compartir, la creatividad y el acto espontáneo posibilitan nuevos roles y rescatan energía perdida llevando a una catarsis de integración y a una catarsis del público. La escena dramática para el psicodrama psicoanalítico es leída desde el psicoanálisis: la valorizamos como una vía de abordaje a lo inconsciente, vía de exploración y elaboración tanto del protagonista como de sus compañeros de grupo, porque a través de las identificaciones todos los participantes encuentran escenas resonantes que se incluyen en la terapia grupal. La escena es un lugar simbólico donde se revela lo imaginario. En ella se actualizan situaciones conflictivas del sujeto que hacen presente, corporizan, a través de la representación los vínculos intrapsíquicos en constante reestructuración con los vínculos interpersonales. En el psicodrama psicoanalítico se “asocia libremente” en las escenas representadas, levantando barreras represivas que posibilitan lo creativo en vez de lo repetitivo. La dramática logra la ampliación del discurso, integrando lo verbal, gestual, pre-verbal, y psicomotriz vincular. Los datos que los cuerpos nos brindan en el espacio dramático pueden ser contradictorios con los que dicen las palabras, dándonos la posibilidad de leer lo inconsciente que la escena en su totalidad revela. El psicoanálisis se vale de la transferencia, trabaja con ella y desde ella, entendida como sugestión que se ejerce desde la demanda de amor. En la escena dramática hay varios sujetos con sus grupos imaginarios entrelazados que operan en el espacio transicional del grupo, participando de formaciones comunes provocadas por vivencias compartidas. Por tanto en el psicodrama psicoanalítico siempre se trabaja en una red transferencial: se darán lazos transferenciales hacia el o los coordinadores, hacia el grupo y hacia cada uno de los integrantes. Cuando la transferencia se transforma en resistencia se la puede explicitar para trabajarla (por ejemplo los roles estereotipados, las alianzas inconscientes, las complementariedades narcisistas) En el psicodrama psicoanalítico no hace falta hacer explícitas las interpretaciones porque el juego dramático mismo resignifica los conflictos. Las escenas abren a juegos significantes que producirán nuevos sentidos, desbloqueando y permitiendo haceres y praxis diferentes.
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