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La motivación para el aprendizaje *** Blake A veces cuando encaramos un esfuerzo de capacitación lo hacemos con algunas restricciones, como falta de tiempo, falta de recursos, falta de oportunidades adecuadas, aunque nos proponemos igualmente lograr los objetivos. Hay un factor que compensa estas restricciones: LA MOTIVACIÓN PARA EL APRENDIZAJE. Este factor no siempre aparece como un aporte espontáneo en los participantes, pero podemos hacer algo para desarrollarlo. Al capacitador le facilita mucho la tarea con una elevada motivación para el aprendizaje. El interés por aprender está en crisis, la voluntad de hacer esfuerzos por aprender es escaso, se duda de la posibilidad de usar en la realidad lo que se aprende, se espera que “mágicamente” el capacitador “facilite” el aprendizaje al punto de llegar a aprender sin mucho esfuerzo. Todo esto pasa porque hay una variedad de causas personales y organizacionales que favorecen estas actitudes. La calidad de la relación que las personas establecen con su trabajo es otra de las variables que inciden. La dificultad para percibir los beneficios del aprendizaje son obstáculos muy frecuentes. Se debe explorar los factores personales, organizacionales y educativos que debilitan la motivación para el aprendizaje, así como también desarrollar líneas para trabajar con el problema. El capacitador se beneficiará al conseguir una alta motivación en crear un mejor clima de la clase, autocontrol del aprendizaje, involucración y participación, colaboración y tolerancia ante el error, reducción de la barrera entre el participante y el capacitador, mejor ritmo del aprendizaje, feed-back más claro sobre lo que está sucediendo, mayor relación con la realidad. La motivación: es una modificación positiva de la voluntad que sucede cuando se encuentra un conjunto de razones que justifiquen hacer un esfuerzo para modificar una situación. La motivación para el aprendizaje: es una modificación planteada sobre la propia realidad y busca poner a la persona en mejores condiciones frente a algo que le interesa o necesita. En capacitación, la decisión de aprender casi nunca es una decisión libre. ¿Qué posibilidades tiene un vendedor de rechazar la formación sobre un producto nuevo que tendrá que vender? Muchísimas persona asisten a las actividades de capacitación sin saber de qué se trata y menos aún que se espera que hagan con lo que supuestamente deberán aprender Algunas reflexiones desde la visión del capacitador Pensar en la motivación para el aprendizaje presupone que consideramos el aprendizaje como una construcción que necesita de un participante que aprenderá si está dispuesto a conseguir algo nuevo. El participante está motivado para aprender cuando a conciencia de que “alguien espera algo de él... y no se lo puede dar.” Muchas veces es “alguien” es él mismo. Otras veces, ese “alguien” es un tercero: la organización, el gerente, el jefe y el capacitador. Aquí radica uno de los problemas para la motivación en aprendizaje. El capacitador espera que el participante aprenda. El aprendizaje del participante es “su fin”, su responsabilidad. Pero para la organización o para el participante, el aprendizaje es un “medio” para mejorar su negocio o su trabajo, o su “fin” es que realice mejor o de diferentes formas lo que hace hoy. Para que exista una motivación debe estar en claro qué espera del participante la organización que lo contiene y que hoy no le puede dar. Además, debe haber un deseo por parte del participante de “dar” y una convicción de que estoy en este encuentro porque “podré dar lo que antes no podía”. Debe haber una necesidad, también debe haber un deseo. Peter Senge, plantea que una de las aptitudes que caracterizan la organización inteligente es la aspiración o “la capacidad de los individuos, equipos y organizaciones de mayor envergadura para orientarse hacia sus auténticos intereses y de cambiar porque lo desean, no sólo porque lo necesitan”. Algunas cosas que se pueden hacer ✓ Antes de la actividad de capacitación ✓ En los primeros momentos de la actividad ✓ Durante la actividad ✓ Después de la actividad para promover una actitud general positiva hacia el aprendizaje. ANTES Hagamos que se perciba con claridad la utilidad o valor de lo que se aprende y qué es lo que justifica que se esté haciendo este esfuerzo. ❖ Descubrir en que nos beneficiaremos por hacer un esfuerzo. Ya que los adultos solemos ser egoístas y especulativos. ❖ Son numerosos los casos en los cuales las personas asisten a las actividades de capacitación sin saber de qué se trata, por qué están allí y mucho menos qué se espera que hagan con lo que deberían aprender. ❖ Hagamos todo lo posible para que esto no suceda ❖ Pero si sucede, habrá que destinar tiempo de la propia actividad a ponerlo en claro ❖ Hagamos que se asocie el aprendizaje propuesto a los proyectos organizaciones que lo justifican y hagamos que se muestren los beneficios personales de hacer lo que el aprendizaje les permita hacer. COMENZAR. Hagamos un pacto sobre lo que deberá suceder para que el aprendizaje acontezca. ❖ Hagamos el trabajo de reconocer “cómo viene el participante”. cuál es su actitud, cuáles son sus prejuicios, qué representación mental tiene de lo que significa un proceso de aprendizaje. ❖ Abramos un momento de consultas acerca de por qué creen que están en este encuentro. ❖ Que es lo que esta actividad aportará y también lo que no aportará. ❖ De que manera trabajaremos para lograrlo. ❖ Demostremos de que todos tenemos algo para decir sobre este asunto y es bueno que lo hagamos invitando a la participación y al diálogo. ❖ Pactemos los roles que jugaremos, definiendo cuál es el espacio que cada uno deberá llenar para alcanzar el éxito. Respetemos los “puntos de partida” y la realidad de los participantes ❖ Queremos que todos lleguen al mismo objetivo. ❖ Será útil indagar sobre lo que la teoría cognitiva llama “saberes previos” (Nickerson, Perkins, Smith) concibiendo a estos no sólo, conocimientos enciclopédicos sino también como conocimientos, experiencias, habilidades y actitudes. Desde este punto de vista todos pueden aprender. ❖ Hay que rescatar lo cotidiano y el uso de metáforas, o comparaciones que pueden ayudar no sólo a recuperar información que los participantes conocen, sino a tener una visión más clara de lo que se aprenderá. Pongamos en claro la vinculación de lo que se aprende con su proyecto personal. Los capacitadores hábiles, saben detectar los espacios de coincidencia y aprovecharlos para mostrar como estos avances en el saber tienen valor para el proyecto personal. Posiblemente aprenda, pero, si no lo desea, lo considero impuesto por la organización, ese aprendizaje no es significativo y pierde la perdurabilidad. La motivación para el aprendizaje no es independiente de la motivación general en el trabajo y la tarea. Hay motivación cuando se logra cierta armonización entre los intereses de las personas y los de la organización. Para querer aprender hay que establecer un PACTO: el participante debe ser consciente de una carencia y el formador debe tener instrumentos para cubrirla. La motivación aparece cuando el pacto es un “acceso para...” un compromiso de abrir, una responsabilidad, de pasar al otro lado y una ventaja de atreverme a lo nuevo. Decidir aprender es un acto de humildad, por lo tanto, un acto de grandeza. Los requisitos básicos para la motivación son: ❖ Tener conciencia de que algo me falta y estar insatisfecho por no poseerlo. ❖ Creer que las cosas pueden cambiar, tener capacidad para generar esperanza. ❖ Creer que debe haber algo para que las cosas cambien, por lo tanto, el cambio deseado se ubica en un proyecto mínimo de cambio personal. Los participantes suelen venir con ciertos supuestos o representaciones mentales, a veces en forma consciente y otras no,que dificultan el desarrollo de una sana motivación por el aprendizaje. ➢ Uno de ellos es el que considera a la capacitación como un acto mágico Muchas veces utilizamos fórmulas, juegos que entretienen y divierten y hasta sorprenden, pero el participante no logra entender cómo podrá realizar lo mismo ante un caso concreto en su trabajo. Por lo tanto, lo “pasa bien” pero no puede hacer algo con eso que vio y por lo tanto no aprendió. Con la capacitación mágica tenemos ganado el interés del otro, pero no hay decisión ni compromiso y casi seguro no habrá aprendizaje. ➢ Otro supuesto es el “lo sé todo, qué me van a enseñar” La posibilidad de establecer una relación competitiva y no de colaboración entre el instructor y el participante es muy alta y la motivación, si se estable, está dirigida al resultado de la competencia y no al aprendizaje. ➢ Otro supuesto es el “esto no es para mi” Autoexclusión, ya sea por creer que el aprendizaje está fuera de su alcance o porque no lo necesita ➢ Otro supuesto posible es “hacémela fácil” Negación “a priori” al esfuerzo es un bloqueo muy común para la motivación. Implica no reconocer que aprender es un trabajo y como tal exige esfuerzos, lo que no quiere decir que el capacitador no sea responsable por crear situaciones estimulantes y atractivas para sostener la motivación. Algunas cosas que se pueden hacer La inseguridad laboral es muy fuerte, los factores de preocupación por quedar fuera del sistema son altos y cuando un aprendizaje demuestra capacidad de desarrollar a la persona haciéndola más “empleable” aparece una sana motivación. Las empresas no capacitan a aquellas personas que no les interesan, sentirse realmente incluido es un factor de sana motivación. Descubrirse involucrado en una posibilidad de desarrollo real, contiene el sano desafío de la oportunidad que se ofrece acompañada de la ayuda para tomarla. Hay cosas que podemos hacer durante la actividad de aprendizaje Un diseño cuidadoso es muy motivador y mantiene la motivación. • Trasladar la sensación de una actividad pensada, trabajada, preparada con cariño y respeto por los participantes. • Demostrar que no hay ni improvisación, ni “guitarra” • Usar con discreción y oportunidad los juegos y situaciones lúdicas. • Utilizar consignas claras y estructuras ordenadas para los trabajos grupales. • Distribuir los tiempos adecuadamente abriendo abundantes espacios para la participación y el diálogo. • Mostrar creatividad y alta relación con lo que les pasa cotidianamente. Facilitemos la percepción de logros durante todo el proceso de aprendizaje • Comprobar que se está aprendiendo. Cuando se lo logra, estamos frente a uno de los más poderosos factores de motivación. • Hacer un esfuerzo sin ver los resultados es muy desmotivante. • Podemos imaginar diseños que contengan frecuentes evidencias de que el participante está ignorando algo en dirección a lo buscado y que lo acerca a la meta. • Permitamos la comprobación y demos lugar a disfrutar de los logros parciales. Podemos hacer cosas después de la actividad para promover una actitud general positiva hacia el aprendizaje. Tengamos un pan de ayuda para trasladar lo aprendido a la tarea • Todos sabemos que siempre hay un momento en que aflora la duda sobre si será posible aplicar lo aprendido. Esta duda no carece de justificación • La mayoría de los programas de capacitación carecen de propuestas claras sobre lo que se hará para trasladar lo aprendido a la tarea de todos los días • Cuando estos existen y se muestran con claridad lo que se hará para ayudarles en esta parte del esfuerzo, la motivación se refuerza. Visualización de cambios en el contexto gracias a lo aprendido Llevarlo al participante a que haga algo con lo aprendido y que perciba su valor, es muy motivador ver como cambian las cosas. Incorporar al supervisor directo en el reconocimiento y el señalamiento de los logros, son cosas que tienen una gran capacidad motivadora.
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