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PUCP
LIT 103 2020-1 / Fundamentos de lingüística
Mario Montalbetti
Clase 1
El objetivo manifiesto de este curso es darles a ustedes, alumnos que estudian literatura, el instrumental lingüístico básico para poder enfrentar ciertas cuestiones de su disciplina, la literatura.
¿Qué les puede servir?
Eso depende.
Depende de cuáles son esas cuestiones con las que se enfrentan.
Puesto de otra manera: ¿con qué problemas se enfrentan ustedes cuando estudian literatura? (¿Qué intentan averiguar?)
Por ejemplo, si les doy uno de esos objetos que ustedes estudian, un poema, ¿qué hacen ustedes con un poema? Lo leen, lo vuelven a leer, y… deben decir algo—pero ¿qué?
Creo que hay dos cosas que la Universidad suele hacer con un poema:
A) Indicar su autor, fecha de composición, movimiento literario al que pertenece (si alguno), … es decir, todo aquello que ayudaría en una visita guiada a un museo si en lugar de un poema tuvieran frente a ustedes un cuadro.
(Pero estoy seguro de que ustedes no quieren ser una especie de súper guías del museo de la literatura.)
Podemos agregar aquí que uno también podría describir el poema: cómo está hecho, si rima, si tiene una cierta estructura métrica, estrófica, prosódica, etc. Una descripción del poema como quien hace una descripción de un cuadro. 
	En esto último la lingüística puede ayudar.
B) Lo otro que hace la Universidad con un poema es… “interpretarlo”.
¿Qué es “interpretar” un poema?
Bueno, “interpretar” un poema es decir “qué significa” ó “de qué va el poema”. 
Tal vez eso no sea suficiente, pero la impresión de que en literatura debemos darle una interpretación a sus objetos es muy fuerte. 
Este es el problema: ¿Por qué interpretar un poema? 
Porque “interpretar” un poema es (como) darle “su significado real”.
Digo “significado real” porque los poemas parecen tener dos significados.
Uno, más o menos normal (algunos le dicen “literal”) y otro que es el que realmente importa y por eso digo “significado real”. (Es decir, el significado real sería aquel que lo hace poema y no simplemente una lista de compras de cuando uno va al mercado.)
Pongamos un ejemplo concreto:
	Hay golpes en la vida tan fuertes… Yo no sé!
	Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
	la resaca de todo lo sufrido
	se empozara en el alma… Yo no sé!
Ustedes lo habrán reconocido. No es un poema, es parte de un poema. Es el comienzo de “Los heraldos negros” de César Vallejo.
Muy bien. ¿Qué decir de él?
Bueno, podemos decir de él lo que dicen los guías turísticos:
	-fue escrito por César Vallejo
	-fue publicado en el libro del mismo nombre aparecido en 1919
-el fragmento en cuestión es un cuarteto (el poema entero consta de cuatro cuartetos + un verso suelto final)
	- etc, . . .
Pero, claramente, ESO no es suficiente. Queremos más.
Entonces, nos lanzamos a “interpretarlo”. 
La lingüística puede ayudar en esto. La lingüística puede dar el significado “literal” del cuarteto:
	Hay un sujeto del poema que “no sabe” pero que hay golpes muy fuertes
“en la vida”, posiblemente “que da la vida”. Y pone como ejemplo el golpe fuerte del odio de Dios… Si Dios te odia, ese debe ser un golpe muy fuerte. Y luego dice el sujeto que esos golpes fuertes se empozan en el alma, se almacenan, se guardan, en el alma… Pero finalmente, el sujeto confiesa que “no sabe”.
¿Qué tal? ¿Es eso lo que significa el poema? ¿Es ese el significado del poema? ¿O significa alguna otra cosa?
Noten que no estamos preguntando por qué el poema es bueno o malo (que parece ser también una cuestión clave en literatura), sino simplemente “de qué va”.
¿Está Vallejo queriendo decir OTRA cosa? ¿Cuál? ¿Qué?
¿No es esta la base de todo lo que llamamos “literatura”—que sus objetos (poemas, cuentos, dramas, novelas,…) quieren decir otra cosa de lo que manifiestamente dicen?
El problema con la literatura—y este es el GRAN problema que tienen ustedes—es ése: que todo lo que ustedes estudian son objetos que dicen (expresan, significan) otra cosa además de la que dicen.
Y entonces los estudios de literatura deberían consistir 
a) en decidir cuál es esa OTRA COSA; y
b) en acceder a esa OTRA COSA (es decir, en cómo hacer para pasar de lo que el texto dice a esa OTRA COSA además de lo que dice).
¿Es necesaria la existencia de esa OTRA COSA para que se trate de un objeto de la literatura? No lo sé. Por ejemplo, aquí va el famoso soneto atribuido a Juan de Ávila:
	No me mueve, mi Dios, para quererte
	el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Aquí también, cito el primer cuarteto solamente (de lo que es un soneto).
Ven que el poema tiene una estructura estrófica más bien impecable:
	-endecasílabos,
	-rima ABBA,
	-acentos prosódicos de rigor en las sílabas 6 y 10
Pero respecto del “significado”, todo parece más bien “literal” ¿no?
Aquí el sujeto dice que su amor a Dios no está movido (es decir, no está motivado) por la recompensa del cielo, ni por la promesa del infierno si optara por ofenderlo. 
Es decir, su amor por Dios no está motivado ni por castigos ni por recompensas.
¿Hay algo más?
¿Qué?
Y, sin embargo, nadie duraría que los cuartetos citados de Vallejo y Juan de Ávila son objetos de la literatura. Son objetos sobre los cuales ustedes deben tener ALGO que decir. Pero ¿qué?
Bueno, ese es el problema que yo veo.
Yo soy lingüista.
Y este curso manifiestamente es una ayuda lingüística a ustedes que estudian literatura.
¿Qué les puedo ofrecer?
Voy a comenzar con lo siguiente.
Así como en las novelas policiales el asesino suele ser un personaje del que nadie sospecha, así también quiero plantearles que el problema con la literatura es que su “asesino” es un concepto del que nadie sospecha. Pero ese concepto ha sido el culpable de casi todos los problemas centrales de la literatura. 
Ahora bien, ese concepto es un invento de los lingüistas. En realidad de los filósofos y de los lingüistas. Así que quiero comenzar dándoles una pequeña (no tan pequeña, en verdad) historia de ese concepto y de sus consecuencias para todos nosotros.
Spoiler: el asesino es el significado.
TAREAS
1. Piensen en lo que he dicho sobre las dos cosas que la Universidad hace con los objetos de la literatura: dar una “guía de museo” de ellos e interpretarlos.
	¿Están de acuerdo?
	¿Es todo guía de museo o hay algo más?
	¿Hace otras cosas? ¿Cuáles?
	¿Cuál sería para ustedes el IDEAL del estudio literario?
		¿Qué problemas debería solucionar?
		¿Cuáles son esos problemas?
(Piensen en lo que ustedes quisiera saber de un texto literario en particular.)
Hagan listas. Siempre es bueno hacer listas.
2. Encuentren algún texto (de preferencia breve) en el que esa OTRA COSA que expresa el poema (más allá de su significado “literal”) sea claro; y trate de decir cuál es esa otra cosa. Y trate de decir cómo es que se pasa del significado literal al otro.
3. Encuentren algún texto (de preferencia breve) en el que parece que no hay OTRA COSA, que el texto se agota en su literalidad pero que, al mismo tiempo, puede (o debe) ser considerado como una obra de la literatura.
4. Regresaré sobre esto más adelante pero pueden ir pensándolo: ¿es un poema como una adivinanza? Entonces, una adivinanza pregunta “qué es….” y da una serie de “pistas” y uno debe encontrar lo que está oculto tras esas pistas. ¿Es así un poema?
LECTURAS
Lean la pregunta (de Alain Badiou) y la respuesta (de Michel Foucault) en el archivo llamado Badiou-Foucault.

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